En busca de una esperanza. [SesshoxAho]

Hola a todos. Tengo mucho tiempo que no escribo. Quiero volver a retomarlo, aquí les dejo una ideita que se me ha pasado por la cabezas estos días. Espero que les guste.​

Capitulo I​

Escalar en la sociedad jamás había sido fácil. Mantenerse en la cima era algo que no todos podían. Y los Taisho sí que sabían mantenerse arriba.

El resplandor del sol le golpeo con fuerza en la cara.

—Señorita Ahome, señorita Ahome. Despierte por favor —la voz de su nana, todavía luego de mucho tiempo la seguía despertando.

—Ya te oí Kaede —y con fuerza apagó el despertador que tenía la voz de su chaperona.

Con el cabello revuelto, y ojeras hizo su rutina de aseo diaria. Tomó el autobús al trabajo y todo transcurrió de manera regular.

***

—No entiendo por qué tengo que casarme —habló con voz monocorde.

—Porque estoy viejo. Porque es una cláusula de mi testamento y porque te estas volviendo anciano, amagado y tarde o temprano tendrás que hacerlo —respondió férreamente su padre.

Sesshoumaru lo miro con una creciente furia en sus ojos.

—Supongo que tienes alguien en mente —su fría voz hizo que su padre mirara fijamente otro punto.

—Tienes toda la razón. La familia Higurashi tiene unas hermosas hijas, y creo que la mayor será de tu agrado —miró a su hijo esperando una reacción y lo último que vio fue como su puerta se cerraba de golpe—. Pudo haber salido peor —suspiró.

***

Ya era más de las cinco y estaba en la casa de sus padres. Que decir casa era una forma modesta de referirse a ella, teniendo en cuenta que el sitio era una enorme mansión.

—No entiendo todo este alboroto —dijo Kikyo. Estaba pintando sus labios con un llamativo tono rojo sangre.

—Los Taisho nos han propuesto unir nuestras empresas y familias a través de matrimonio sólido y seguro —su voz era seca y rotunda.

—Matrimonio arreglado, pensé que eso había quedado en la época de las cavernas —murmuró un poco afligida Ahome.

—Tranquila hermanita, padre tiene razón tal vez así no te quedes solita —río Kikyo sin que su padre la escuchara.

Kagome sólo se limito a ignorarla sintiendo una punzada de dolor en su corazón. Sabía que su actual novio, era un idiota. InuYasha había sido su novio desde el instituto y luego cuando conoció a su hermana en la universidad, esta se le metió por los ojos hasta quitárselo, y ahora cumplían felizmente 5 años de noviazgo.

Kikyo siempre había estado un escalón por encima de ella, aunque era una persona fría y superficial no podía negar, la clase, estilo e inteligencia que poseía. Con su figura de muñequita de porcelana china, embobaba a todos con su tez blanca, cabello negro lacio y sus labios rojos.

Mientras que ella era todo lo contrario, una tez nivea, cabello rebelde, sus ojos azules siempre tan profundos y expresivos.

—No veo porque tenemos que hacerlos. No presentamos ninguna desestabilizad económica —su voz estaba perdida.

—Si. Pero nos volveríamos un imperio más grande, seguro y sólido —contesto tajante.

—No parece que tengamos opción padre, o sí —contesto Kikyo pasiva. El hombre les dio una mirada y acaricio con cariño el pelo de su hija mayor.

—Así es. Es indudable que sólo habrá que aproximar lo tuyo con InuYasha —le dio una mirada orgulloso.

—¿Con quién se va a casar Ahome? —preguntó dudosa. Su mirada era de total lástima.

—No lo se, no creo que Sesshoumaru se quiera casar —y ambos se fueron riendo dejando a una sola Ahome.

—Pues no me pienso casar. No sé que les hizo pensar que lo haría.. Espero que les siga pareciendo divertido ese hecho —pensó. Jamás había conocido al hermano de InuYasha, pero tenía fama de déspota. La verdad no le interesaba, amaba su vida tranquila, en su pequeño departamento.

Jamás había sido la hija preferida, sabía que todo esto Kikyo y su padre lo hacían para humillarla. Su madre había muerto y la madre de Kikyo Sara, no era la cosa más dulce del planeta. No le interesaba la herencia de su padre. Había estudiado abogacía y trabaja para el gobierno. Le iba normal y así de quedaría, no ataría su vida a un ser que seguro la odiaba sin conocerla.