En busca de la verdad

Prólogo
La habitación era pequeña, las paredes estaban limpias y el resto de la sala presentaba un gran orden y limpieza. En un rincón estaba una cama bastante ancha y grande, en ella, un joven de unos 18 años se encontraba conectado a unas maquinas y aparatos.

Un hombre de unos 45 años aparentemente se encuentra revisando unos informes, a su derecha unos monitores indican el estado del chico, en una de ella se puede apreciar fotos de su cerebro y su estado.

La puerta detrás del hombre se abre y aparece una chica con vestimenta blanca acompañado de un hombre con un traje de color azul marino.

―Y bien doctor, ¿ha habido algún cambio?―pregunta la mujer mirando al chico en la cama.
―Su cerebro esta desarrollando habilidades sorprendentes―contesta este entregándole el informe.
―Es un sujeto interesante―comenta el acompañante de la chica mirando y revisando el informe.

Los tres salen de la sala para mantener una pequeña conversación de negocios. El doctor manifiesta que es peligroso para la sociedad si decidiera escapar o algo por el estilo. La mujer y el hombre intentan calmarlo argumentando que es imposible que escape de allí.

Un ruido se escucha desde la habitación, al entrar para ver que sucede ven la cama vacía y un agujero en la pared bastante grande. El doctor aprieta un botón y activa la alarma.
Todos los vigilantes corren por los pasillos en busca de el chico pero no encuentran nada, salvo un pequeño agujero en el techo. Al avisar al doctor, este fulmina con la mirada a la mujer y su acompañante.

―¿Están contentos?, acaban de condenar a la humanidad―dice el doctor sentándose en la cama.
―Tiene que haber una manera de pararle―comenta el hombre.
―No hay nada que pueda pararlo, tiene dones peligrosos y una mentalidad…―se para a mitad de la frase.
―¿Qué tipo de mentalidad?―pregunta el hombre con curiosidad.
―Su mentalidad aún no esta tan desarrollada en el sentido de la moralidad y la ética, puede que sea una buena persona, pero sino, olvídense del mundo que conocen ahora―concluye el doctor juntando sus manos.
Mientras tanto el chico corría sin parar, tenia una velocidad superior a la de un humano corriente, y un gran equilibrio. Pronto llega a la civilización cuando de repente un dolor en su cabeza le molesta.
―Tienes un don…―dice la voz dejándolo atónito y confuso.

Mientras agarra su cabeza con sus manos, siente una mano en su hombro. Al alzar la vista ve a una mujer y su hija que parece tener la misma edad que el chico le preguntan si se encuentra bien. Cabe recalcar que el joven lleva una ropa un tanto desgastada y rota, unos pequeños agujeros sin mucha importancia.

Continuara…

Espero que les haya gustado, no duden en hacer sus criticas.
Ahora unas preguntas:
¿Qué parte les ha gustado más?
¿Sera el fin de la humanidad como ha propuesto el doctor?
¿Lograran detenerlo si se vuelve malo?

Todo esto y mucho más en el próximo capítulo.

 

Capítulo 1: Nueva vida.

El chico ha sido adoptado por la mujer y su hija. Al no saber quien era lo llevaron a la policía pero como no salía en la base de datos decidieron hacer unos tramites para poder adoptarlo, el chico no tenia nombre por lo que deberían ponerle uno. La mujer esta orgullosa de tener un hijo debido a que una enfermedad le impedía tener hijos varones. Su hija de la misma edad que él al principio se mostro un poco fría pero poco a poco empezó a tener confianza en el chico. La mujer de nombre Evelyn estaba casada con un empresario el cual ganaba bastante dinero como para tener una vida cómoda. La casa era bastante grande, de dos pisos, con unas 11 habitaciones contando la cocina, el comedor y los dos baños. Entre todos decidieron llamar Mark al joven, así de esta manera, formaba parte de la familia. Su cuarto estaba junto al de Laura, ella estaba leyendo una revista mientras que Mark descansaba en su cuarto.

―Mark, ¿te encuentras cómodo?―pregunta Evelyn entrando por la puerta y sentándose al lado del chico. Mark estaba tumbado en la cama.
―Si, muchas gracias por todo―dice tímidamente el chico sentándose a su lado mirando al suelo.
―No tienes que agradecer, pero, ¿no recuerdas nada?― pregunta curiosa la mujer.
―No recuerdo absolutamente nada, lo siento―responde este en tono preocupado.
―Bueno, tu no te preocupes, bueno me voy a dormir un rato―dice despidiéndose de Mark y cerrando la puerta.

Mark se encuentra cansado por alguna razón, mira al techo esperando una respuesta, sin embargo no encuentra ninguna y decide dormir. Los minutos pasan lentamente y las horas van cayendo poco a poco. El joven despierta y mira el reloj con dificultad debido al cansancio, son las 11 y 30 de la mañana. Se levanta y se viste con la ropa que le han comprado, unos pantalones negros vaqueros y una camiseta azul oscura. Sale a dar una vuelta por el jardín de la casa, el aire es puro y el lugar tranquilo, en una parte se encuentra Laura sentada leyendo un libro bastante grande, le gusta mucho leer. Mark se acerca para saludarla.

―Hola― saluda sentándose en una de las sillas cerca de ella.
―Hola Mark―dice ella devolviendo el saludo.
―Te veo atareada―comenta él rompiendo el hielo.
―Bueno, no exactamente―contesta ella dejando el libro encima de la mesa y estirándose los brazos tratando de desperezarse.
―Por cierto Mark, juguemos a un juego, lancemos una piedra lo más lejos posible―dice ella agarrándole de la mano.

Por lo que parece ella juega a ese juego desde niña con su padre. Él acepta y cede el primer lanzamiento a Laura. Ella estira el brazo y lanza la piedra lejos, se nota que es una experta en este juego. Ella un tanto orgullosa de su lanzamiento le desea suerte a Mark. El chico coge la piedra, se concentra pero cuando va a lanzar tropieza un poco sin perder totalmente el equilibrio y la esta sale disparada pero a una velocidad que en 1 segundo la pierden de vista. Laura se queda de piedra y Mark se rasca la cabeza sin saber lo que ha pasado.
Tras contarle lo sucedido a Evelyn esta dice que dejen de bromear y que cenen. La nueva vida de Mark ha empezado un tanto movida. Pero espera que todo vaya a mejor a partir de ahora.

Continuara…