One-shot de Naruto - Ella [Songfic]

Tema en 'Fanfics Terminados de Naruto' iniciado por Shinning Star Yumire, 6 Octubre 2012.

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    Shinning Star Yumire

    Shinning Star Yumire Iniciado

    Escorpión
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    2 Octubre 2012
    Mensajes:
    19
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    Escritora
    Título:
    Ella [Songfic]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    2810
    Bien... ehm... este es un songfic que escribi para un concurso en el club de fans de Hinata en otro foro. Como nadie más participó, gané e.e
    Tiene varios años, le he hecho un par de correcciones, pero algunas cosas las he dejado tal como estaba al principio.



    * * *

    Ella (*)
    Cierra tus ojos voy a contarte
    Algo que nunca te dije antes.


    ¡Es injusto! Ya no lo soporto más! No puedo vivir sin ellos! No puedo vivir sin ver a ninguno de ellos a mi lado!
    Me siento muerta en este cuerpo vacío. Ya no sé que hacer con esta vida que me tocó ¿Por qué pensó que lo más conveniente para mi era alejarme de ellos?
    Estoy sola… Sola en este mundo gris y vacío sin nada que hacer, no puedo desobedecer sus ordenes por más que quiera. Yo no quiero pasar así el resto de mi vida!
    ...Pero al final... ¿Qué importara? Si seguramente a ellos no les intereso demasiado como yo me intereso por ellos... seguramente deben estar bien ahora…

    Dos suaves cortes le abren el paso al líquido primordial y su vida comienza a escaparse por ellos, lentamente. Con los ojos inundados de pétalos de sal, levanta su cabeza y mira a la Selene, tan redonda y brillante como siempre. Tan hermosa…
    Váyase a saber lo que pasa por su mente mientras comienza a sentirse mareada, mientras cae de rodillas con los furiosos pétalos corriendo un rally por su mejillas de porcelana.
    Pronto, termina tendida entre la hierba alta de un claro olvidado, sintiéndose ir al otro lado...
    Un poco de descanso quizás no le viene mal...
    De lo que no es consciente, es de que está siendo vigilada de cerca.


    Ella atrapó mi corazón
    Ella es la dulce miel que me hizo
    Sentir distino, a los demás
    Algo cambió,
    Cuando estuve a su lado.


    Algo lejos de allí, en la terraza de una casa familiar, dos jóvenes se encuentran reunidos allí, debajo del despejado cielo, en compañía de la enorme luna y un curioso can.

    -Debe estar mirándola - comenta uno de ellos con una lata de cerveza en la mano
    -Sí… es de quedarse horas mirando la luna.-responde el otro, desviando su mirada de allí
    -Shino ¿Cómo crees que estará?-

    Aún usando sus lentes de sol al anochecer, Aburame Shino se encoge de hombros, con su indescifrable expresión en el rostro.

    -…Uhm… espero que esté bien…-continua el otro antes de darle un sorbo a la lata, dubitativo, nostálgico, quizás.-Ella se merece lo mejor.
    -Sabes que lo mejor no es que esté allí, Kiba
    -... Pero es lo único que puedo decir para no querer ir a buscarla personalmente y llevármela.

    Shino ahoga una risa y niega con la cabeza. Se acomoda los lentes de sol y vuelve a hablar, solo para señalar algo que a él le resultaba evidente.

    -Eres demasiado obvio, Kiba…-comenta, bebiendo un poco de la lata que tenía en sus manos.- Me pregunto como es que no se dio cuenta…-

    Kiba no pronuncia palabra, mira hacia el suelo, como buscando algo perdido, con un indudable sonrojo.

    -No digas esas cosas, idiota-
    -Es verdad…-continua Shino-Eres demasiado obvio.-
    -A ella le gusta otro.- suspiró profundamente. Aquél detalle lo molestaba en cierta medida, pero tampoco sentía que podía hacer algo al respecto.
    -Eso también es demasiado obvio.
    -…De verdad la quiero.

    Shino no responde, eso también es claro para él. El ánimo de su compañero, desde el día en el que Hinata anunció que iba a dejar de ejercer como ninja, para dedicarse a las labores de su clan, siempre estuvo por los pisos. Desganado, parecía como un perro que extrañaba a su familia, él no lo comprendía, pero había decidido no meterse mucho en el tema. Ambos son sus amigos, pero ellos dos deciden qué hacer o dejar de hacer y él no es quien para decirles lo que deben hacer en realidad.

    -Me siento un completo idiota.- agrega el castaño tras un prolongado silencio.
    -Siempre lo fuiste.- acotó Shino, divertido a su manera.

    Kiba solo lo mira mal mientras Akamaru ladra, intercediendo a su favor. Acto seguido, Inuzuka anuncia que iría por algo de comer, ya que lo que habían llevado allí, entre ellos dos y Akamaru, se había terminado hace rato y su apetito aún no estaba saciado.

    -Detente.- le ordena de golpe Aburame e Inuzuka no duda ni un segundo en hacerle caso.

    Shino se acerca a él y con cuidado levanta a una pequeña luciérnaga que tiene un ala rota.

    -Te dije que debes tener cuidado.
    -Si, bueno… lo siento.- se disculpa con poca importancia mientras reanuda la marcha, accidentes como aquellos le ocurrían casualmente.

    Pero antes de llegar a las escaleras, Shino vuelve a detenerlo, esta vez con un tono de alarma.

    -Hay problemas.-

    * * *

    Asimismo, más cerca del primer lugar, una fiesta se esta llevando a cabo en los jardines de los fastuosos territorios del clan Hyuuga. Sería un tratado entre grandes clanes de Sunagakure y Konohagakure, en parte para preservar y reforzar el estatus de aliados entre ambas aldeas, en parte, para hacerse más fuertes aún.
    Unos pasos entorpecidos por el kimono se acercan a un joven de castaños cabellos y ojos blancos, tan puros como los del resto de su clan. La mirada seria y algo fría del chico impedía saber algo sobre su estado de animo.

    -¡Hyuuga Neji!-la dueña de los pasos entorpecidos por el largo kimono se detienen a su lado.

    Tras esperar a que el aire volviese, la chica de largos, y a la vez cortos, cabellos violetas levanta la mirada y. con esos ojos de búho. mira al chico con determinación y alarma.

    -Una de tu clan esta… esta en un lugar no muy lejos de aquí.-le explica un tanto nerviosa por esa mirada fija en ella, intimidante-Es una chica de cabellos largos… azules… muy bonita… ella… bueno… venas… sangre… lagrimas…bueno, eso.

    Breves segundos tuvieron que pasar para que la kunoichi se diese cuenta que estaba siendo arrastrada hacia un lugar más alejado.

    -Dime dónde ésta.- fue una respuesta seca pero con un ligero tono de preocupación.



    Hoy no recuerdo cómo podía
    Sin conocerla pasar mi vida.
    Ya no me alcanza la razón
    Ya no me importa el mundo sin ella
    Ella es el sueño de un perdedor
    Que la encontró



    Por las calles de Konohagakure, Aburame e Inuzuka corren con destino pautado, esquivan a los transeúntes sorprendidos con la agilidad digna de un ninja y no temen en treparse a los tejados en caso de que la multitud fuese mayor. Emociones encontradas se arremolinaban en el corazón del ninja más explosivo de los dos. Gruñendo como un animal enojado, Kiba no duda en gritar para sacar algo de la bronca almacenada

    -¡MALDITA SEA! ¡NO TUVIMOS QUE HABERLA DEJADO IR!
    -No quedaba otra.- Aburame, por su parte, no dejaba entreveer ninguna emoción, pero su interior no se diferencia con el de su compañero.
    -¡AUN ASÍ! ¡NO TUVIMOS QUE DEJARLA SOLA!!
    -Deja de gritar tanto... a este paso, hasta los muertos se enterarán.

    En el medio de su eufórica carrera, tres o cuatro clones de un rubio hiperactivo le cortan el paso a Inuzuka y lo tira al piso mientras en un coro unisono le gritan mil y un cosas respecto al respeto hacia los deseos de dormir de los demás. Kiba intenta quitárselos de encima, sin un resultado positivo, pues cuando logra quitarse a uno, dos más aparecen.

    -¡No entiendes! ¡Realmente no puedes entenderlo!-vocifera Inuzuka inmerso en su pelea poco prometedora.

    Viendo que la pelea no lleva a ningún lugar, Aburame opta por separarlos convocando una nube de bichos que logra aislar a las sombras, al verdadero Naruto y a Kiba mismo.

    -Tú, cálmate.- le dice con tono molesto a su compañero.- Y Naruto, no tenemos tiempo para explicaciones. Tenemos un grave problema.
    -Esta bien, esta bien, ¡pero eso no les da derecho a andar gritando como loros a estas horas de la noche!- se queja Naruto viendo como Kiba intentaba librarse sin éxito de los insectos de Shino, los clones de sombras no tardaron en desaparecer, mostrando al verdadero Uzumaki.
    -Es Hinata. Ella... bueno... esta muriendo- explica con cierto tono de angustia para lo que es él.

    Ahora es Naruto quien se queda sin en sin reaccionar. Por lo poco que sabía de Hinata, ella tuvo que dejar de ejercer como ninja para dedicarse a las tareas de su propio clan, debido a una reciente enfermedad que estaba consumiendo lentamente la vida de su padre y lo había confinado a una cama. Ella se alejó de todos sus amigos y Naruto mismo llevaba varios meses sin verla.
    El rubio le dirige una mirada a Kiba, quien ya se había resignado a soltarse y ahora se dedicaba a mirar el suelo con impotencia. Ellos perdieron a uno de sus integrantes de su equipo, tal como le sucedió a él y a Sakura largos años atrás. Naruto puede sentir el dolor y la angustia de ellos por llegar a Hinata, por hacer algo por ella, por verla una vez más. Él sabe lo que es perder a un miembro de su equipo y no poder verlo. Entiende ahora porqué Kiba armó tanto lío y ahora, a Naruto le parece una actitud totalmente justificable.

    -No tuvimos que dejarla ir tan fácil... tuvimos que haber evitado que se alejara. -habla con remordimientos Kiba, pero Naruto no lo escucha, se encuentra aún, sumergido en sus pensamientos


    La vida de Hinata esta en riesgo otra vez. La vida de su amiga, la vida de esa muchacha dulce y tímida que siempre buscó esforzarse para ser buena, para ser capaz, para que no la sobren.
    La primera vez que la vida de Hinata se apagó frente a sus ojos, no pudo hacer nada, más que explotar en una ira que lo llevó a dejarse controlar por el Kyuubi. Era su amiga, era alguien querido para él y sin embargo no pudo salvarla.
    Pero ahora... ahora él tiene otra oportunidad y no piensa desperdiciarla.
    Shino ordena a los insectos que deje de apresar a ambos. Kiba se recupera con pesadez, casi vergüenza, pero dispuesto a reanudar la marcha. No obstante, Naruto lo vuelve a detener, esta vez tomándolo por el hombro.

    -Voy con ustedes.

    Y ahora puede existir.
    Y voy a existir...
    Y podré existir, por ella...
    Sólo podemos caminar
    Bajo el caliente sol del destino
    Ella es el cielo, ella es el mar
    Ella le da
    El sentido a mi vida.

    Temerosos están por hacerse la sola idea de que no llegarán a tiempo.
    Preocupado está, no por lo que diría el clan, sino por que ella aún respire cuando llegue.
    Reclamándose, están todos, interior y exteriormente el haber dejado que se fuera, el haberla perdido de vista. Todos van hacia donde aquellos animales, sean insectos, o plumíferos nocturnos, la vieron caer, la vieron llorar, la vieron cortarse.
    Lo único que quieren es verla bien, es verla sonreír. Muchos sin ella no se imaginan seguir viviendo. La quieren, la aprecian, la aman.

    Algo me despierta. Hay mucha luz en aquel lugar. Abro los ojos. No estoy en mi habitación ni en ningún lugar raro. Al contrario, es una habitación muy bonita, me suena conocida, pero no logro recordar de dónde. Me muevo de a poco cuando noto que, en la silla que se encuentra cerca de mí, está sentado mi primo Neji con la cabeza caída hacia delante, durmiendo…
    ¿Neji-oniisan?¿Qué hace él acá?
    Quiero estirar mis piernas para poder sentarme y verlo mejor, pero mis pies tocan un bulto, un cuerpo que no me deja estirarme por completo. Me incorporo lentamente y veo que allí está Kiba-kun sentado con la espalda en la fría pared, también durmiendo. ¿Por qué también está él aquí?
    Más despierta, más lúcida y mejor ubicada, observo el resto de la habitación. Naruto-kun también está allí, durmiendo también, sentado al lado de la puerta, con las piernas estiradas a sus anchas. Y veo también a Shino, sentado y durmiendo también, en una silla cerca de los pies de la cama.
    ¿Qué hacen todos acá? ¿Por qué…? ¿Por qué aún estoy viva?
    La puerta no tarda en abrirse y veo a Sakura-san acompañada de Ino-san. Ambas traen mantas para los dormidos. Al mirarme, lo hacen sorprendidas, pero me hacen gesto de que haga silencio.
    Yo me quedo en el lugar para ver como ellas tapan con cuidado a todos para que no tomen más frio del que tomaron. No entendía nada, no sabía que había pasado, un sentimiento estaba creciendo adentro mío, oprimiendo mi pecho y dándome ganas de llorar.
    Ino se vuelve hacia mí, una vez que termina de acomodar la última manta sobre mi primo Neji, me sonríe suavemente antes de hablarme.

    -Todos están acá por vos… ayer estuvieron demasiado alterados como para intentar calmarlos y… se negaron a dormir en otro lado, incluso se negaron a dormir. Querían asegurarse de que estuvieses bien…

    Siento que mis ojos se llenan de lagrimas… las molestias que debí haberles causado a todos…




    *El titulo es tambien el titulo de la cancion. La cancion le pertenece a Rata Blanca.
     
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