El Triunfo de la Muerte (PG 17)

Tema en 'Fanfics Abandonados de Temática Libre de Anime' iniciado por stelldark, 16 Julio 2008.

  1.  
    stelldark

    stelldark Guest

    Título:
    El Triunfo de la Muerte (PG 17)
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Fantasmas
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    5946
    El Triunfo de la Muerte (PG 17)

    Titulo: El triunfo de la Muerte.

    Parejas: SetoxYami

    Advertencia: Yaoi, lime, angustia y muerte de personaje.

    Notas de la autora: Este fic es un proyecto en el que he estado trabajando desde hace un tiempo y está inspirado en el desastre de Bhopal. Fue una enorme tragedia que sacudió oriente y el mundo y fue provocada al producirse una fuga de 42 toneladas de isocianato de metilo (tóxico incoloro altamente dañino) de una empresa llamada Union Carbide al esta no tomar las debidas precauciones en el área de limpieza. Más de 8,000 personas murieron esa noche, sorprendidos por aquélla horripilante nube de tóxicos y más de 500,000 personas aún viven con las repercusiones de ésta tragedia. Este acontecimiento me tocó mucho, y me inspiró a crear este fic como un homenaje a todos aquéllos que han perdido a un ser amado en una circunstancia horrible.

    * Titulo inspirado en una de las obras de arte del pintor flamenco Pieter Brueghel “el Viejo”.

    * Yu Gi Oh! Pertenece a sus debidos dueños y creadores. La trama, no obstante, es de mi invención. Este fic se encuentra igualmente publicado en FF.net bajo mi otro nick, bluephoenix669.

    Dedicado con todo el respeto del mundo a todos aquellos o aquéllas que perdieron un ser querido en esta tragedia o, que han perdido en algún momento un ser querido.

    * Sus reviews serán más que aceptados. Este es un proyecto algo extraño y realmente no sé si continuar con él. Sólo sus reviews me dirán si debo continuarlo o lo dejo hasta aquí.

    *******************

    “Porque aunque ya no estés a mi lado como siempre lo habías estado… se que dentro de mí tu recuerdo seguirá igual de perfecto, igual de nítido, igual de reluciente como la primera vez; como si ni siquiera te hubieses ido. Como si aún siguieses aquí.”


    El triunfo de la Muerte.

    Siempre me ha resultado curioso el que cada vez que se acerca la primavera; le recuerdo con más intensidad. Quizás es porque de alguna extraña manera, él me recordaba a la primavera.

    Quizás lo asemejaba con esa estación por su mirada; quizás por su cabello lleno de color; quizás por su sonrisa.

    O quizás… porque fue en primavera que sucedió todo.

    Aún lo recuerdo… Aún puedo hacerlo. A pesar de que ha pasado tanto tiempo, a pesar de que la herida poco a poco fue sanando.

    Aún recuerdo su cabello, siempre desordenado; de los colores del ébano, la sangre y el sol. Recuerdo como me encantaba despeinárselo, como me gustaba burlarme cuando por las mañanas despertaba con él hecho una maraña…

    Aún recuerdo su rostro; aquél rostro que desde la primera vez que vi, me cautivó con su insana hermosura. Aquél rostro perfilado, perfecto… perteneciente al ser más hermoso del universo. Aquél rostro que me encantaba acariciar en el día; besar en las noches… aquéllos labios que me fascinaba probar a cada momento; para degustar el dulce néctar que ellos abrigaban.

    Aún recuerdo su risa… su risa llena de amor, de pasión inocente. Aquélla sonrisa que opacaba al sol; aquélla sonrisa que ponía en vergüenza a las estrellas; aquélla sonrisa que iluminaba mi camino. Su sonrisa que siempre me animaba cuando estaba decaído, que me daba alientos cuando me sentía enfurecido.

    Aquélla sonrisa que me agradaba observar… aquélla sonrisa que se fue y ya nunca volverá…

    Flash Back

    “¿Me amas?”

    “¿Por qué preguntas eso?”

    “No lo sé. Quiero escucharlo.”

    “Claro que te amo, idiota.”

    Una hermosa sonrisa se hizo presente en los labios del joven, para luego este reír ligeramente, posando su cabeza en el hombro de quién se hallaba a su lado.

    Fin Flash Back

    Recuerdo su cuerpo perfecto; frágil pero a la vez fuerte. Su cuerpo sedoso; de la tonalidad rica del bronce. Aquél cuerpo puro que reclamé por primera vez en una noche de primavera; perteneciendo a mí primero que a nadie. Cuerpo que idolatré, acaricié y besé con pasión, amor y locura. Un cuerpo hermoso que amé no por ser carne, no para mi satisfacción, ni por placer… fue algo que amé por ser parte del ser perfecto que constituía todo él…

    Flash Back

    Dos amantes se hallaban acostados en una suntuosa cama de satín blanco, sus cuerpos desnudos siendo acariciados por los rayos tenues de la Luna llena, la cual hacía brillar sus pieles: Una con la tonalidad de las perlas más perfectas; la otra con la tonalidad del bronce más puro.

    Sus cuerpos juntos, sus labios unidos, sus brazos entrelazados en un abrazo sin final.

    Sus cuerpos sudorosos, hermosos, mezclados de tal forma que no parecía posible discernir donde comenzaba uno y terminaba el otro.

    “Seto… Seto… hazlo.”

    “¿Estás seguro?”

    “Cállate y hazlo”

    Los dos cuerpos parecieron fundirse en ese momento, abrazándose el uno al otro como si la vida dependiese de ello. Lentamente, el joven más alto procedió a cumplir lo que su amante le pedía.

    Gemidos sordos, respiraciones erráticas, cuerpos temblorosos, sudor frío.

    El más joven se aferraba a su amante, su cuerpo entrelazado al de su pareja, sus ojos cerrados, su respiración pausada.

    El momento no se hizo esperar. Los gemidos de dolor se escucharon al instante; las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos; la sangre a descender levemente por entre las piernas del más joven.

    “Te estoy lastimando”

    “No… No…”

    El más alto le aferró entre sus brazos con más fuerza, mientras trazaba hileras de cariñosos besos en el rostro de su amante; tratando de calmarle; borrando sus lágrimas.

    “Te amo, Yami”

    Por toda respuesta, el joven se aferró un poco más, su cuerpo moviéndose contra el de su amante; unidos por completo en un solo ser; sus cuerpos juntándose a tal grado que parecían una sola esencia, una sola vida.

    Y entre los gemidos mezclados con las respiraciones; la sangre mezclada con el sudor; el dolor mezclado con el placer, dos amantes unieron sus cuerpos en una perfecta armonía, mientras se profesaban mutuamente palabras de amor eterno.

    Fin Flash Back

    Pero sobre todo… aún recuerdo nítidamente sus ojos. Sus ojos imposiblemente exóticos. Ojos capaces de hacer sucumbir al más poderoso; ojos capaces de arrancar un suspiro del ser más inhumano. Esos ojos perfectos; ligeramente rasgados, brillantes y perfectamente trazados. Esos ojos de irises profundos, del color puro de la sangre fresca recién derramada; rodeando dos pupilas expresivas, de un color negro tan intenso que parecía casi irreal.

    Eran ojos celestiales; ojos imposiblemente atrayentes… ojos que me cautivaron desde la primera vez que posé la mirada en ellos. Ojos que me hicieron ver más allá de la belleza banal.

    Lo recuerdo enteramente, vivamente, perfectamente. Lo recuerdo en esencia, en mente y en alma. Recuerdo sus gestos: sus cejas unidas al estar enojado; los hoyuelos en sus mejillas al sonreír; las marcas que se formaban en su frente, el brillo siniestro de sus ojos al estar encolerizado…

    … su mira perdida cuando pensaba; el temblor de su cuerpo al yo tocarle.

    Su voz implorando mi nombre; su voz llamándome; su voz amándome.

    Y a pesar de que el tiempo ha pasado; de que el mundo ha cambiado; de que yo me he vuelto diferente; a pesar de todo aún le recuerdo.

    Le recuerdo como la primera vez… le recuerdo en mi memoria opacada por los golpes de los años, por el trabajo y el dolor; en mi alma fragmentada por los recuerdos vacíos y tristes; en mi corazón que él había descongelado… pero que ahora volvió a congelarse por toda la eternidad.

    Aún le recuerdo, aún lo hago. Aún le veo, le escucho, le pienso y aún le amo, le amo tanto o más que antes… le amo a pesar de que en esta primavera… se cumplirá un año de su muerte.

    “Qué extraña y horrible es la vida sin ti.”

    *********************

    Sábado 1 de Mayo de 2008
    5:30 PM

    Seto Kaiba POV

    Mucho tiempo ha pasado. Muchas cosas han cambiado.

    La vida se ha hecho más dura; el tiempo se ha vuelto más corto; el mundo corre más rápido. La gente ha cambiado; el odio y la avaricia dominan al mundo. Todo se ha vuelto nada.

    Sé dentro de mí que él sufriría si pudiese llegar a ver esto; él que siempre fue alguien deseoso de salvar al mundo.

    Sufriría al ver en lo que el mundo se ha convertido; sufriría al ver en lo que los humanos se han convertido. Pero sobre todo… sé que sufriría al saber en lo que “yo” me he convertido tras su partida.

    Él siempre pensó que yo era alguien sumamente fuerte; alguien capaz de vencer cualquier obstáculo o problema; alguien invencible. Pero sé también que él me veía como alguien que ocultaba su fragilidad tras la fuerza; fragilidad que sólo él y mi hermano alguna vez llegaron a ver.

    Él me hizo cambiar tanto; me hizo ver que el odio, la avaricia, el ansia de poder y dinero no era lo adecuado para ser feliz. Me hizo ver que el mundo no sólo estaba compuesto de gente mala; me hizo ver que aún a pesar de que ese planeta estaba lleno de mierda… había siempre “algo” o “alguien” capaz de hacer la diferencia.

    Creo que… en cierto sentido; él cambió mi vida por completo. Me hizo renacer de mis cenizas; me hizo creer, cambiar y mejorar. Me hizo olvidar las cosas malas que alguna vez hice, las torturas de mi pasado; me ayudó con la carga, a pesar de que no tenía que hacerlo.

    Y gracias a él fui alguien nuevo, más humano…

    … pero todo acabó en el momento en que su vida se escapó entre mis manos; todo se volvió nada en el momento en que él partió para jamás volver. Toda mi vida se hizo pedazos; mi nueva mentalidad terminó por los suelos; mi alma se rompió y mi corazón se marchitó…

    … porque me fallé a mi mismo… y le fallé a él. Le fallé la promesa que nos hicimos… y le dejé morir. Él no merecía morir; y menos así.

    Él debió seguir vivo, a mi lado y no terminar enterrado en una fosa, sin vida…

    Flash Back

    Dos amantes se hallaban sentados en un gran y cómodo sofá, sus cuerpos unidos en un cálido abrazo, mientras dos pares de ojos observaban por una ventana como la lluvia caía; gotas resbalando por la cristalina superficie.

    “…Prométeme algo.”

    “Lo que quieras.” Ojos carmesí dejaron de observar el cielo y se fijaron en el rostro de su pareja.

    “Prométeme que… pase lo que pase; siempre estaremos juntos.”

    “Claro; te lo prometo” El mayor besó ligeramente los labios del más joven, ojos azules brillando con cariño.

    “Prométeme algo más.”

    “¿Qué?”

    “Prométeme que… si llego a morir algún día… tu seguirás adelante y me olvidarás.”

    Ojos azules se abrieron de golpe; alarmados.

    “¿Por qué piensas en semejante tontería? Nunca… Nunca te dejaría morir.”

    “Pero…”

    “Nada. Mientras yo siga vivo; a ti no te pasará nada. Te prometo que te protegeré aunque mi vida se vaya en ello.”

    Una leve sonrisa se formó en los labios del joven; ojos rubíes brillando levemente.

    “Nunca sabes lo que el destino puede tenernos preparado.”

    “Al carajo el destino. Nosotros podemos cambiarlo y decidir; no somos marionetas del destino; el destino es nuestra marioneta.”

    Una triste sonrisa se formó en los labios del joven, mientras se acercaba y besaba levemente los labios del ojiazul.

    “Te amo.”

    Fin Flash Back

    Le fallé… le fallé y me muero de ira, de dolor por ello. Porque sé que, aunque nadie nunca me lo diga… yo fui el responsable de su muerte.

    Nadie me culpa… al contrario, me alaban por mi fuerza y me consuelan como si fuese el amante héroe que trató de salvar a su pareja, pero que no pudo hacer nada.

    Pero no soy un héroe… no lo soy porque no le salvé. No soy nada, absolutamente nada. Me odio, me aborrezco porque sé que por mis propios errores, ya él no se encuentra a mi lado.

    Y siempre me pongo a pensar en el dolor por el que tuvo que haber pasado antes de morir; en el sufrimiento, la agonía, en el martirio. Y cada vez que lo pienso; siento que se me clava un puñal en el corazón.

    Me maldigo mil veces por ser el que vivió. Yo era el que tenía que sufrir, yo era el que tenía que morir de esa forma horrible; no él.
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    Él no merecía morir; porque él era un ángel del cielo… mi ángel.

    Nunca me perdonaré por lo que sucedió, a pesar de que una de sus últimas palabras fue que no me culpara.

    Él fue mi luz… mi camino, mi inspiración y mi sostén. Sin él perdí el camino; todo se volvió oscuridad; mi inspiración se fue y mi balance se perdió.

    Porque en el exterior, mi fachada sigue siendo la misma réplica del hombre cruel y sin sentimientos… pero por dentro mi ser se volvió un profundo vacío.

    Porque sin él… la vida se volvió un horrible vacío sin fin.

    *********************

    Domingo 2 de mayo
    3:30 PM

    Seto Kaiba POV

    Sólo un día, un día me separa del aniversario de su muerte.

    Me siento tan extraño, tan ajeno… tan separado del mundo. No puedo concentrarme en mi trabajo; no puedo pensar en nada constructivo.

    Esto nunca me pasa… pero sabía que en estos días las cosas serían distintas. Y por más que traté de olvidar este intenso sentimiento de ira y dolor que me consume, con horas interminables de trabajo y carencia de sueño… al final no pude.

    Porque por más que trataba de trabajar; recuerdos de él se colaban por mi mente; por más que trataba de mantenerme despierto, el sueño me atacaba y con ese sueño… recuerdos venían a plagar mi memoria.

    Mokuba está preocupado… lo sé, lo puedo sentir. Siempre he podido ver a través de su mirada; él que siempre es tan puro, tan inocente. Y cada vez que le descubro observándome, veo lo mismo…

    … preocupación; tristeza… dolor.

    Él sabe mi razón, y en cierta forma él sufre de una forma parecida a la mía. Mokuba quería mucho a Yami; le adoraba como a un segundo hermano.

    Porque Yami había estado con él cuando yo no podía; porque Yami le había ofrecido consejos; le había escuchado; le había consolado y le había hecho reír.

    Mokuba había sido de los primeros en saber de nuestra relación y la había aceptado al instante. Siempre le había apreciado; porque él siempre había estado ahí para ayudarle y apoyarle.

    Mokuba sufrió en extremo con su muerte y no solo porque Yami era alguien muy apreciado para él; si no porque a Mokuba le tocó una de las partes más difíciles de toda la tragedia…

    … ver como comenzó todo.

    Aún recuerdo el momento… Mokuba tuvo que ser llevado a urgencias después de que todo pasó, para ser atendido por las heridas y por la intoxicación. Se le dieron tratamientos y aún después de que todo finalizó, tuvo que tomar varias sesiones psicológicas, para recuperarse del trauma sufrido.

    A mí también me atendieron, me medicaron… y me dieron esas sesiones. Pero a diferencia de Mokuba, a mi no me funcionaron, porque en realidad yo no deseaba recuperarme. No me interesaba recuperarme.

    Mokuba pudo reponerse por completo, y pudo seguir su vida en paz. Pero yo no pude y aún ahora, un año después… aún sigo con las memorias plagando mi mente. Y Mokuba se da cuenta; y se preocupa; y le duele.

    Porque él también sufre; se siente triste por la pérdida y de igual forma la melancolía le ataca en estos días… pero él por lo menos logró reponerse, porque deseaba olvidar el horror de lo sucedido.

    En cambio yo… deseaba recordar. Porque al recordar aquél suceso horrible, podía recordarle. Y por muy estúpido, cursi o enfermo que sonase… necesitaba recordarle.

    Que débil me he vuelto. Por fuera una máquina sin sentimientos; capaz de acabar con todo el que se interponga en mi camino, pero por dentro un simple ser humano que vive atormentado por el recuerdo de su amor perdido.

    Soy un desastre.

    Me encuentro sentado frente a docenas de papeles; tratando de olvidar y de que ese día acabe. Quiero que acabe, pero al mismo tiempo me aferro a él porque no deseo que acabe.

    Qué contradictorio suena eso. Qué contradictorio me he vuelto.

    Mokuba me mira desde la lejanía, sentado en el sofá, observando una película, pero sin interesarse en ella. Al igual que yo, trata de bloquear los recuerdos con algo.

    Le observó, le sonrió levemente y sigo con lo mío. Y mientras me interno en las cuentas, los números y los prototipos de mi compañía, los recuerdos parecen irse un poco.

    Y creyéndome victorioso, sonrío fríamente. Por fin, por fin puedo dejar de pensar. Sonrío, cierro mis ojos, palpo levemente mi frente y descanso mis manos encima de la mesa, relajado.

    Pero a pesar de todo… es imposible.

    Y al abrir los ojos me veo en el mismo sitio, todo normal y en paz. Continúo con mi trabajo, pero me detengo al sentir como una leve presión se hace presente en mi hombro derecho, para luego ser reemplazada por un peso mayor. Giro mi rostro, pensando que seguramente Mokuba quiere molestarme un poco, pero al girar la vista me encuentro con el rostro reluciente de… de ÉL.

    Su barbilla se había apoyado en mi hombro; y sus ojos de sangre observaban con el ceño fruncido los papeles frente a mí.

    “No deberías trabajar tanto, Seto. Te ves cansado y Mokuba se ve tan triste. ¿Por qué no dejas eso que haces y salimos un rato al patio? El día está hermoso.”

    Sus manos me rodearon, mientras se acercaba a mí; su suave cabello acariciando mis mejillas. Me abrazó cariñosamente, sus ojos soñadores, mientras me observa de reojo con una sonrisa. Su aroma a moras salvajes volvió a impregnar mis sentidos; su piel suave volvió a rozarse contra la mía; sus ojos hermosos volvieron a observarme con ese amor y cariño que sólo él podía mostrar de una forma perfecta.

    Y al extender la mano para tocarle, el sonido de unos horripilantes alaridos me sacó de golpe de la posición en la que me hallaba…

    … y al abrir mis ojos, me encontré súbitamente arrastrado por la realidad… y me di cuenta de golpe; que todo había sido una simple ilusión.

    Incrédulo, me giró en el asiento; con la vana esperanza de que el dueño de aquéllos ojos de sangre se encontrase tras de mí; recibiéndome con una sonrisa y un destello travieso en su mirada.

    Pero con lo único que me topé fue con los imponentes ventanales de mi despacho; con la impresionante vista del exterior.

    Y algo dentro de mí en ese instante se achicó y se retorció. Y el dolor me sacudió como un huracán horripilante, haciéndome cerrar los ojos para contener el grito de ira que pugnó por salir de mis labios.

    “¿Qué sucede, Seto?” Escucho preguntar a Mokuba.

    Puedo notar su tono de voz preocupado; asustado.

    “Nada. No me pasa nada, Mokuba. Sigue viendo tu película.”

    Esa película maldita que me había despertado… de aquélla ilusión perfecta y hermosa.

    Sé que la excusa que le di a Mokuba era estúpida y por lo tanto, imposible de creer; pero de igual forma sé que mi hermano no me preguntará más, aunque sepa que estoy mal, no lo hará.

    Pero se preocupa; y al hacerlo, sus ojillos se ponen oscuros y tristes. Y odio ver a Mokuba triste.

    Y mientras vuelvo a cerrar mis ojos; el recuerdo me ataca: El recuerdo de su voz; el fantasma de sus brazos, de su piel y de su aroma que aún permanece en mis sentidos.

    Restriego mi rostro con mis manos, mientras trato de despejar aquél recuerdo de mí…

    … pero no es fácil; nunca lo ha sido.

    El silencio reina en la sala; un silencio que odio, que me hace sentir solo.

    “¿Seto?” La voz de Mokuba me saca de mis divagaciones.

    “¿Qué sucede?”

    Lo veo removiéndose incómodamente en su asiento.

    “Hoy… Hoy llamó Yugi, Seto. Llamó para… para decirnos que vayamos mañana a su casa. Todos se reunirán para… ir a verle.”

    Sentí como me tensaba, y casi pude ver el miedo en las pupilas de Mokuba.

    Mañana sería el aniversario de su muerte… de su muerte y de la de miles más. Los cementerios estarían llenos a capacidad; los noticieros cubrirían el evento. Todos recordarían nuevamente la tragedia.

    Mi mirada se perdió en el abismo de mis pensamientos.

    Nunca, en todo el año que había pasado… había podido ir a “verle” a donde él descansaba.

    Cuando murió, no pude ir a su entierro. Pagué los mejores servicios, el lugar más hermoso, la capilla más perfecta; mandé a alzar la estatua más hermosa de todo el cementerio en su honor… pero no pude ir a ver como le enterraban…

    … porque a pesar de todo; sabía mis límites. Y sabía que terminaría perdiendo la cabeza si le veía al ser hundido tres metros bajo tierra.

    Pero no me siento mal; ya que a su entierro fue mucha gente; más de la que se hubiese imaginado.

    Sus amigos; todos ellos. Sus enemigos de igual forma acudieron, pero no para regocijarse por su muerte; si no que al contrario, fueron a otorgar sus respetos. Antiguos duelistas que habían competido contra él; amigos lejanos; fanáticos; la prensa.

    Fue un gran motín de personas que le amaban, respetaban o simplemente admiraban. Cientos de personas llorando, entonando cánticos; rezando por su alma; consolando a sus seres queridos; rindiéndole el homenaje que se merecía.

    Todos destrozados por el dolor. Todos sufriendo la pérdida.

    Muchos sufrieron su muerte. Algunos más que otros.

    Pero quizás el único que pudo competir con mi dolor fue Yugi.

    Y creo que… en cierto sentido, el sufrió su muerte aún más que yo. Porque Yami había sido, antes de ser humano, una parte de ese niño; y a pesar de la separación física y mental… un lazo había quedado entre ellos. Algo que Yami llamaba “un lazo de hermandad”, que los mantenía unidos como si fuesen gemelos.

    Y al saber eso, al presentir eso; a mi mente llegaba siempre una duda. Una duda que atacó mi ser en todo ese año, pero que jamás pude comprobar.

    Nunca pude ir hacia Yugi, hablar con él y preguntarle sobre ello, porque sabía que no me gustaría la respuesta que me daría; pero a pesar de todo, siempre tuve esa duda mortal; que aún en estos momentos ataca mi alma.

    Y esa incógnita era relacionada con ese lazo de hermandad que Yami y su hikari habían compartido…

    Siempre, siempre me pregunté una sola cosa: Me pregunté si Yugi habría sentido por medio de esa conexión, todo por lo que Yami había pasado antes de morir; o si simplemente… había tenido algún presentimiento referente a su muerte.

    Pero nunca pude preguntarle; porque en realidad, no quería atormentarme con las palabras que Yugi me diría.

    Porque yo sé que Yami sufrió antes de morir; ya que yo mismo pude verlo y escucharlo con mis propios ojos y oídos. Pero a pesar de todo, nunca pude saber lo que había sucedido antes de llegar a la escena…

    … nunca pude saber si había tenido miedo; si presentía su final… si se sentía triste, enojado. Si había sufrido más allá de lo mostrado.

    Y eso era algo que me dolía con una intensidad malsana. Algo que me destrozaba. Algo que me hería como si el fuego me estuviese quemando por completo. Porque al final… nunca pude saber si Yami había muerto inundado por la tristeza…

    O aún peor; nunca pude saber si Yami había muerto pensando que le odiaba…

    … o que no le amaba.

    Continuará.
     
  2.  
    Yuni-chan

    Yuni-chan Entusiasta

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    Pluma de
    Escritora
    Re: El Triunfo de la Muerte (PG 17)

    T-T mala no m dijiste! =_= ....-la muerde-
    *-* amo ese fic! -se lo roba-
    amo todo lo k escribes xD...
    la,lal,la... *-* adoro a seto ni-san
    T.Tu bien ia te sabes todos los coments
    de este fic *-* lo loveo infinithamente

    sao
    lets duel
    our rose*~
     

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