One-shot El sueño de Mikuo

Tema en 'Vocaloid' iniciado por Kashey, 16 Julio 2015.

  1.  
    Kashey

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    Escritor
    Título:
    El sueño de Mikuo
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1297
    @Asa, lamento entregar tarde, pero ahí está :C
    El escrito es a razón de la actividad Vocaloid en Guerra. Espero que lo disfruten...

    ——————​
    Se despertó de golpe. El sudor le empapaba el rostro y la taquicardia le golpeaba el pecho.
    Se levantó, acongojado, y se observó en el espejo del lavamanos. Estaba alegre de que sólo hubiera sido una pesadilla.
    Observó sus ojos azules, y el cansancio aún era evidente; la vida de un novelista era agotadora. Debía tratar de volver a dormir.
    Se calmó y se echó de nuevo en el suave colchón, que parecía abrazarlo con vehemencia.
    Cerró los ojos y se entregó a Morfeo.


    La chica de cabellos rosas yacía en el mismo rincón en el que se encontraba cuando despertó. Aún le sangraba la muñeca, aquél escape había sido un éxito pese a los moretones que se había conseguido.
    Trató de mejorar su posición, pero fue en vano. En realidad estaba agotada.

    *Tsk*

    Un sonido se escuchó. Ella permanecía inerte dentro del sucio bote metálico de basura en el que pretendía esconderse.
    Observó en silencio a través de un pequeño agujero que encontró en la cavidad, resultado de la corrosión que le provocaba el óxido.
    La luz que llegaba era poca, así que le costó enfocar a la torpe y ruidosa niña de cabellos rubios y ojos claros, que se esmeraba en encontrar algo en la basura.
    La observó con especial atención, sólo para descartar cualquier indicio de que tuviera alucinaciones y/o demencia. Pero lo único que aquella pequeña parecía tener era terror, se le notaba en el rostro tras cada sonido torpe que hacía al tirar algún objeto.

    —Un compañero podría suponer un problema, IA. Definitivamente no. —Se dijo a sí misma, y se desvaneció.


    El despertar le fue más ameno, por lo menos ésta vez aquellas personas dementes con el gesto desencajado no se habían dejado ver.
    Observó el reloj despertador que tenía en la mesa contigua: 3:24 am.
    Dejó caer la cabeza en la almohada mientras observaba atentamente la losa. No quería cerrar los ojos; en cuanto lo hacía, la imagen nítida de aquella mujer anciana con la mirada desubicada, persiguiendo a aquella chica que en realidad era él en el sueño, se le venía en breve al pensamiento. Pero parecía que no había remedio... debía descansar.
    El avión a Argentina despegaba a las 6:00 am, el aclamado novelista Mikuo se había hecho un espacio para ir al sitio del mundo en donde se encontraban sus más fieles seguidores. Quería estar allí con la mejor energía que pudiera brindarles. Así que se dispuso de nuevo a dormir, viendo el lado bueno del asunto: si enfrentaba el temor que sentía, y la pesadilla continuaba, tendría un buen argumento para un escrito de terror.
    Sonrió para sí mismo, y cerró los ojos.


    La luz matutina le lastimó los ojos. Por un momento fugaz se sintió confundida y trató de incorporarse con agresividad, pero el cuerpo adolorido hizo su reclamo y la obligó a moverse despacio, recordándole de prisa lo que había sucedido. El escape, la herida hecha a causa de un lado filoso en el estúpido bote de basura y el terror que la había embargado en aquellos momentos.
    Suspiró con pesadez.

    *Tsk-tsk*

    Giró la cabeza con rapidez. La niña rubia la observaba con temor, hecha un ovillo en la esquina contraria del bote de basura.

    —¿Qué rayos estás haciendo tú aquí? —Cuestionó la protagonista de la pesadilla, con autoridad. Sin dejar escapar dejo de temor.

    —Yo... —La pequeña de ojos azules observó a su alrededor, para después encontrarse fugazmente con la mirada rosada de IA. —Lo lamento. Tenía mucho miedo. No me queda nadie... —Musitó con la voz quebrada y temblorosa, dejando escapar una lágrima que se enjugó con rapidez.

    IA la observó. Le calculaba unos catorce años.

    —A mí tampoco me queda nadie. Eso creo... —Respondió, sin hacer contacto visual, mencionando la última bina de palabras en un tono bajo. —Si crees que voy a dejarte estar conmigo, te equivocas. No planeo hacerme cargo de ti.

    La ignota desvió la mirada, triste. Acto seguido, sacó un trozo de pan de la bolsa frontal que tenía la sudadera que vestía.

    —Entiendo... entonces, me voy. —Extendió la mano con el pan en dirección a IA. —Por cierto, mi nombre es Rin. Espero que volvamos a vernos.

    Rin se incorporó, espió con sigilo y, torpemente salió del bote de metal. IA la vio marcharse, y comió.

    Con cautela y agilidad, se incorporó. No podía quedarse allí por siempre, debía buscar la manera de conseguir alimento y refugio. Algo en verdad seguro, no un trozo de metal oxidado en donde hasta una torpe y ruidosa niña pudiera entrar mientras ella dormía. Debía ir a casa.
    La verdad es que la criatura le había tocado el corazón, y por eso mismo es que no podía permanecer cerca de ella. Si algo le sucedía estando bajo su cuidado no podría perdonarselo.

    Hizo caso omiso del dolor corporal y se puso en marcha. El pan, un poco duro, que le había obsequiado Rin le había dado algo de fuerza y optimismo.
    Caminó con sigilo por el callejón hasta llegar a la salida.
    La ciudad era un caos. No podía creer que las calles por las que pasaba a diario después de salir del instituto fueran las mismas por las que ahora se paseaba. Cualquier sonido la ponía alerta.
    Caminaba y caminaba con la visión en mente: debía llegar a casa.
    Seguro que papá había logrado mantener segura a su madre y su hermana menor durante la noche. Y seguro que estaban todos preocupados por ella.
    Continuó sin problemas, llegando a la última calle. Su casa se encontraba justo a la mitad de la cuadra.
    Comenzó a correr, con el corazón lleno de esperanza. Gran error.
    El sonido de sus zapatos apresurándose entre los escombros de una casa vecina llamó la atención de un chico, de veintitantos años, que tenía la misma mirada perdida que la mujer anciana del día anterior. El tipo comenzó a seguirla con determinación y locura en la expresión. Ella corría lo más fuerte que podía, pero él era rápido.

    Mikuo abrió los ojos con pesadez, pero el sueño no quería soltarlo.
    IA se apresuraba. Ella quería vivir, no quería que le pasara lo mismo que a Gakupo cuando huían del instituto porque un extraño virus se escapó del laboratorio. ¿Cómo fue posible? De uno de los mejores laboratorios, de una de las mejores escuelas.
    Mikuo intentaba moverse, trató de darse vuelta y colocar la mano sobre el reloj despertador. Pero la mano cayó mientras iba en el aire.
    Era como si estuvieran luchando. Ambos luchaban desde realidades diferentes.
    IA estaba cansandose de correr. Pudo observar a Rin dentro de un coche viejo y abandonado. Ella le abrió la puerta y la animaba a apresurarse, pero el cuerpo no le respondería mucho más. La adrenalina se le estaba acabando y los músculos se le agarrotaban.
    Mikuo quizo despertar una vez más, sintiendo el terror más grande que jamás hubiera tenido. Deseando no haberse quedado dormido, pero no pudo.
    Porque Mikuo era tan solo el protagonista del sueño de IA, quien cayó rendida al suelo, deseando con todas sus fuerzas que para ella hubiera un vuelo que despegara a las 6:00 am. Deseando, desesperada, ser Mikuo. Odiandolo con todas sus fuerzas, celosa de él.
    Pero la realidad le había ganado a la fantasía, y a IA la esperaba Gakupo, quizá, en algún otro mundo.
    El tipo no tardó en llegar y lanzarse sobre ella.

    Rin tan solo cerró la puerta y se hizo un ovillo en el suelo del auto, tapándose los oídos con desesperación.
    Aún así, escuchó los gritos de IA.
    Apretó los ojos y se echó a llorar.
     
    Última edición: 16 Julio 2015
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  2.  
    Poemy

    Poemy Guest

    Me gustó mucho este escrito, la verdad me recordó a muchas películas que te llevan a mundos pos-apocalípticos, como "Citadel" o "El libro de Eli" que son unas maravillas del suspense *u*

    Me gustó lo que parecía ser una personalidad fría por parte de IA, pero ella sólo se hacía la dura para proteger a Rin unu

    Ahora, no sé si lo entendí bien, pero quiero verlo de esta forma:

    Mikuo es un exitoso novelista, él creó la historia de IA, en la cual ella quiere encontrar su hogar. IA, como protagonista, se percata de que ella es sólo un personaje y empieza a odiar a Mikuo por el rumbo que le da a su vida, o más bien, por la vida y el destino que le dio él.

    Y al final de la historia se ve el triste final que Mikuo le da a IA, o eso creo, me encanta pensar que es de esa forma, porque me es tan original <3

    Bueno, la idea en sí es muy buena xD El relato habla del sueño en el cual Mikuo asesina a IA, o... Mikuo es sonámbulo y hace cosas indebidas estando dormido(?) ay, tu historia me da muchos puntos de vista, muchas posibilidades, eso me encanta xD La leeré un par de veces más y sacaré una conclusión.

    El lector tiene la oportunidad de crear una idea alternativa en su mente, así sea errónea y opuesta a la original D: ¡Pero eso es muy bueno! Significa que realmente el escrito gustó *-*

    Tu narración es perfecta, la amé <3 Considero a Mikuo un psicópata confundido, y los detalles son hermosos. Puedo imaginar el dolor de IA, o... Lo duro del pan :c y me dio cosita Rin, ella no se merece eso </3

    Lo amé, ¿se nota? <3333


    Que tengas linda noche, Kachito dulce <3
     
    Última edición por un moderador: 23 Julio 2015
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    Kashey

    Kashey Usuario VIP

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    Escritor
    Qué comentario tan bello<3 ;-;
    Me encanta el que le hayas encontrado tantas realidades alternativas:'D aunque la idea que yo planeaba plasmar era ésta:
    IA es real. Mientras ella se dormía o desmayaba, soñaba con Mikuo.
    Mikuo no existe, él es el sueño de IA

    Muchísimas gracias por tu bello comentario, me alegra la noche que un escrito mío haya gustado :'D
     
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