Aventura El sueño de Lili

Tema en 'Relatos' iniciado por Bettle Red, 29 Agosto 2022.

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    Título:
    El sueño de Lili
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1684

    Lili era una delgada jovencita cuya piel blanca era casi traslúcida, sus venas dibujaban árboles en todo su cuerpo, algunos con ramas largas y otros con ramas más pequeñas. Sus pecas se confundían con pequeñas cicatrices de acné que la adolescencia le dejó, siempre tenía una mirada cansada a pesar de ser muy joven y un par de ojeras del color de la lavanda fresca hacían dupla con el marrón, casi negro, de sus ojos almendrados.

    Casi no dormía: cuando era estudiante pasaba sus noches haciendo tareas, repasando apuntes o intentando mejorar sus calificaciones, cuando creció lo suficiente para dejar la escuela y comenzar la vida laboral desarrolló una gastritis infernal, el trabajo le causaba aún más estrés y ansiedad que la misma escuela. El reflujo no le permitía dormir cómodamente. En algún momento las pocas horas de sueño se le hicieron un hábito que aceptó heroicamente.

    Lili no tenía ningún apego por la vida, tampoco ansiaba la muerte pero, francamente, no le importaba mucho si llegaba. Vivía un día a la vez sin sentir la necesidad de dejar alguna huella de su existencia, caminaba por la vida tan ligero como el vuelo de una hoja seca que cayó de un árbol en otoño.

    Por lo regular, Lili solía dormir sólo 4 horas, yendo a su cama a las 2:30 am. y dejándola a las 6:00 ó 6:30 am. De vez en cuando dormía más de lo habitual, eran días raros y muy preciados por ella, ¿cómo no apreciar la sorpresa tan dichosa de un par de horas más durmiendo? En especial cuando se es adulto. Nunca soñaba o si soñaba no lo recordaba al despertar.

    Una noche calurosa de verano fue una de esas extrañas ocasiones: Esa noche el sueño la consumió a las 8:00 pm. y creyó despertar a eso de las 5:30 am. cuando hay suficiente luz afuera como para alumbrar las calles pero sin que el sol se muestre directamente.

    Se recogió la enredadera rojiza que tenía por cabello y se colocó un chaleco rojo —de esos acolchados que se pueden encontrar en el centro comercial por menos de $400mn—, los pantalones azules de su pijama que no tenían nada que ver con la playera de un partido político que llevaba puesta —hacía mucho tiempo que había perdido el juego de sus pijamas y el de sus calcetines y el rumbo de su vida en sí, en realidad era usual que perdiera casi cualquier cosa— y un par de tenis color amarillo neón que compró años atrás cuando quiso “reinventar” su estilo, tomó su cartera y salió dispuesta a comprar café.

    La niebla era tan espesa como la oscuridad de una noche sin luna en un bosque sin embargo no hacía más frío de lo habitual. Lili se sorprendió un poco, nunca había visto una niebla así en su vida pero continuó su camino. Había algo extraño, no podía ver el piso pero escuchaba sus pasos y como con ellos se movían diminutas piedras, eso no hubiera tenido importancia a no ser porque su calle estaba completamente pavimentada y no había piedras en ella.

    Caminó y caminó sin lograr ver nada hasta que poco a poco la niebla se convirtió en neblina y comenzó a ver personas comprando, yendo y viniendo, también pudo escuchar voces y ruidos rurales, no sólo su respiración.

    Mientras más tiempo pasaba podía ver claramente su entorno: pequeños y coloridos puestos de madera con carpas rojas, algunos tenían frutas, quesos, otros más tenían vinos, la gente adquiría los diferentes productos. La vista le pareció pintoresca y muy linda pero bastante extraña, aquel lugar no eran las calles que conocía y las personas eran muy diferentes a sus vecinos: hombres y mujeres de casi todas las edades pero ancianos en su mayoría, vestidos con ropa más ligera que la suya.

    En un momento se quedó inmóvil mirando los puestos y escuchó:

    —¡Señorita! Lleve fruta, mire estas granadas, están dulces.

    El señor que le estaba ofreciendo la fruta tenía una amplia sonrisa y parecía bonachón pero su mente se distrajo en otra cosa:

    “¿Las granadas se dan en verano? Creí que eran de invierno”.

    Su asombro aún no desaparecía cuando sus ojos se posaron en una enorme y brillante calabaza:

    “¿Calabazas en pleno junio?”.

    Todo era tan raro como hermoso. La neblina se convirtió en bruma, el cielo estaba gris pero la luz del sol se filtraba divinamente por algunos huecos entre las nubes, no hacía frío tampoco hacia calor, además ella se sentía más ligera al grado de no sentir sus pies sobre el suelo.

    Lili estaba tratando de encontrar una explicación para todo lo que ocurría pero nuevamente se vio interrumpida, esta vez, por una campanita que se escuchaba primero lejos y luego más cerca. Un burrito con dos costales de trigo cargados en su lomo era el responsable del tintineo, tenía la campana atada con un listón blanco en su pata trasera del lado izquierdo. Parecía ir solo y con la mirada le indicó que viera al frente y siguió su marcha como si tuviera un trabajo pendiente, al mirar al frente prestó mayor atención y logró ver como la bruma se transformaba en montañas altas de arena y estas a su vez tomaban la forma de decenas, cientos, miles de templos, como si fueran las ruinas de alguna civilización antigua, parecían un montón de torres de Babel, se lograba ver la entrada de cada uno, algunos tenían cintas rojas en ellas, otros lucían un poco menos coloridos, todos estaban conectados por interminables puentes e infinitas escaleras. Mucha gente se dirigía a ellos, subían tranquilamente cada uno de los escalones y entraban a diferentes templos.

    Lili pronto se dio cuenta que el lugar donde estaba parada era el camino a una montaña gris que no tenía templos pero si una larga y única escalera cuyo fin estaba escondido a simple vista por las nubes y los rayos del sol. Sentía genuina curiosidad y un ardiente deseo de subir la escalera pero algo se lo impedía, mientras se decidía, una señora bajita de cabello gris y la experiencia de toda una larga vida reflejada en su cuerpo se le acercó:

    —¿Subirás? Yo también, ven, te acompaño, hagámoslo ahora o se hará tarde —Le dijo mientras extendía su mano derecha.

    Esto animó a Lili y se acercó a la anciana con la intención de subir la montaña pero de repente la señora la detuvo:

    —Niña ¿no traes nada?— preguntó con cierta frustración —toma, lleva esta.

    La anciana llevaba dos canasta con manzanas y le ofreció una, un acto simple pero que sorprendió y pareció hacer volver en sí a Lili.

    —¿Para qué?— preguntó Lili.

    —No puedes subir con las manos vacías, necesitas llevarles una ofrenda.

    —¿Ofrenda? ¿A quienes?

    —Vamos, vamos, lo verás cuando subamos, anda, el camino es largo y una vez iniciando no debemos descansar hasta llegar.

    —¿Llegar a dónde?

    —A la cima, ya estás aquí y no puedes irte, tenemos que subir, anda.

    Por alguna razón la actitud de la anciana ya no era tan amable como al principio y Lili comenzó a sentirse presionada ante tal insistencia, retrocedió un par de pasos y miró nuevamente a los puestos.

    “Todo debe ser un sueño, no hay otra explicación, estoy soñando”

    —¡Estoy soñando!— gritó con una sonrisa pero con angustia en su mirada —sólo es un sueño.

    Al momento de decir eso todos voltearon a verla y los templos comenzaron a oscurecerse. Intentó mirar a cada una de las personas pero estas, incluida la anciana, ya no tenían rostro y se habían convertido en simples siluetas grises, no tenían facciones que delataran sus intenciones pero Lili podía sentir como la observaban. Sabía que era un sueño y nada de eso estaba ocurriendo realmente pero sentía un peligro inminente y comenzó a correr mientras se repetía una y otra vez que era un sueño y que debía despertar, nada de eso era real, tenía que despertar antes de que muriera de un infarto por semejante pesadilla. Las piedritas del piso sonaban persistentemente mientras corría, el frío comenzaba a hacerse presente y el burrito de la campana apareció frente a ella; cayó al piso sorprendida, el pequeño burro la observó con algo que bien podría ser descrito como enojo y la pateó haciéndola caer por el acantilado. Sintió el viento en su rostro y como su cuerpo estaba siendo jalado hacia abajo, cuando estaba a punto de tocar el piso, despertó.

    Eran las 10:45am y el sol entraba majestuosamente por sus ventanas, al asomarse a la calle esta era la misma de siempre y podía reconocer a la poca gente que había en ella. Todo había sido un sueño que se tornó en pesadilla.

    Lili había escuchado que la falta de sueño podía provocar alucinaciones y, en mayor medida, podía ser mortal. Debía adquirir nuevos hábitos y dormir las horas recomendadas, definitivamente eso haría.

    Su casa no era pequeña pero el gran desorden que tenía la hacía parecer diminuta, envases de comida rápida vacíos se apilaban en su mesa, cocina y piso. Sus dos únicos sillones estaban cubiertos con mantas —que alguna vez fueron blancas—, como si estuviera a punto de mudarse. Hacía tiempo que la calle se había visto azotada por una plaga de hormigas y Lili alguna vez vió a su madre colocar cascaras de pepino en su sala pues resultaba ser un buen remedio para estos pequeños invasores por lo que decidió cubrir cada esquina con cascaras de pepino. Había montones de ropa distribuida en diferente partes de la casa, era imposible saber cual estaba limpia, con este tipo de escenario se levantó de su cama y tropezó con su chaleco rojo botado en el suelo, se desató el cabello y se dirigió a darse la ducha de la semana.

    Al pie de su cama se encontraban sus tenis neón. En la suela agrietada del zapato derecho descansaba una diminuta y escandalosa piedrita.
     
    Última edición: 21 Septiembre 2022
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    Elliot

    Elliot Usuario común

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    Me gustó mucho el aspecto que decidiste darle a Lili y como lo fuiste describiendo. Sobre todo lo de que sus venas dibujaban árboles en su piel casi traslúcida, muy mística forma de describirlo~
    Y su atuendo todo colorido e irregular lo encuentro a su manera adorable, y a la vez da un buen contraste con los escenarios más oscuros, místicos, y de realidad ambigua por los que ella pasa más adelante.

    Aunque te aconsejaría releer o checar mejor el escrito antes de publicarlo. Te comiste algunas palabras, tuviste fallos de dedo con otras, y las comas y puntos en general siento que no están de lo mejor colocados. No me gusta dar esta clase de consejos porque yo mismo no lo controlo del todo bien (en especial lo de los puntos y comas), pero aún así lo veo importante de mencionar.

    Con todo, estuvo bien el relato. Fue entretenido conocer a la pobre Lili y ver su pequeña experiencia de terror.

    Un saludo! ^^
     
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    Ichiinou

    Ichiinou Amo de FFL Comentarista destacado

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    Hola hola, tenía un ratito libre y me tomé la libertad de pasar a leer tu escrito.
    La verdad, se me quedó toda la curiosidad de lo que habría arriba de las escaleras y por qué esa vejecilla tan extraña le insistía que subiese a Lili de esa forma. Pero, ¿qué le voy a hacer? Si soy una curiosa.

    Ese final, en donde haces mención a la peculiar piedrecita me hace pensar que había algo de real en el sueño o al menos, algo mágico que tiene conectada a Lili con otro mundo.

    Por cierto, no sé si solamente me habrá pasado a mí, pero la ambientación del relato me recordó bastante a la conocida película: "El Viaje de Chihiro". Creo que la pintoresca ambientación que quisiste darle me recuerda a ello.

    Y bueno, fue bastante ameno de leer, como bien te apuntaron más arriba tienes varios errores, yo te señalaré uno que es el que más me llamó la atención:
    Y sí, yo también te recomiendo releer el texto antes de postear y bueno, poco a poco irán desapareciendo los fallitos.

    Un gusto leerte, sigue escribiendo.

    :chick:
     
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    Bettle Red

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    Muchas gracias Elliot.

    Efectivamente, cometí el error de no revisar el escrito antes de públicar, lo que ocasionó que publicara el borrador y no el trabajo "corregido", aunque debo admitir que de cualquier modo los signos de puntuación no los uso de la mejor manera.

    En cuanto a la apariencia de Lili: realmente, tenía la historia pero no al personaje así que fue un tremendo "self insert", con todo y la ropa.

    Nuevamente muchas gracias por leer y por tomarte el tiempo de comentar.
     
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    Bettle Red

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    Hola, Ichiinou.

    Muchas gracias por el comentario.

    Como lo comenté en la respuesta a Elliot: fue un error subirlo sin revisar, subí un borrador en vez de la versión final. Tengo mucho tiempo sin publicar en algún sitio y perdí la costumbre de revisar lo que subo.

    El escenario quería describirlo no tan pintoresco, más bien algo "gris" con un par de contrastes. Un recurso que usé fue el de ir aclarando un poco el panorama con el transcurso de la historia (niebla, neblina y finalmente, bruma). Aunque me siento un poco alagada de haberte recordado un escenario tan icónico como el de "El viaje de Chihiro".

    Este relato y otro que ya publiqué (los únicos dos que tengo por ahora) son parte de una misma historia que será una novela de Ciencia ficción que aún estoy escribiendo. Si bien la novela se contará por sí sola y no es necesario leer estos dos relatos, si tiene algunos "guiños". Por ello algunas cosas quedan "sin resolver" en ambos relatos, pues en la novela se da una explicación (como la piedrita y que eran esos "templos")

    Muchas gracias por leer y por tomarte el tiempo de comentar.
     
    Última edición: 21 Septiembre 2022
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