Three-shot El Singular Veler [Zer | Aventuras Huella]

Tema en 'Mesa de Fanfics' iniciado por Gigavehl, 5 Abril 2023.

Cargando...
  1. Threadmarks: Primera Parte: Presentimiento
     
    Gigavehl

    Gigavehl Equipo administrativo

    Cáncer
    Miembro desde:
    15 Abril 2019
    Mensajes:
    4,090
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Título:
    El Singular Veler [Zer | Aventuras Huella]
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    3
     
    Palabras:
    1876
    Aquella mañana era una bastante especial, las calles de la singular ciudad estaban más vivas que nunca, niños, jóvenes, adultos y ancianos se conglomeraban en la amplia plaza, donde aquél día se celebraría una competencia de todos los años, una, donde los mejores alumnos de la Academia de Magia de Silvercity competían por llevarse gloria y un trato especial por el maestro de maestros… El Rano Hunz’Veler.

    Los Ranos, como se les conoce a esta anfibia especie, que son literalmente ranas antropomórficas y evolucionadas, estaban expectantes, ya que el torneo de ese año era una muy importante; una donde, con una mezcla de alegría y nostalgia, el maestro Hunz declararía su retiro como Director de la Academia, mas no implicaba el final del mismo, a pesar de que la ciencia empezaba a tomar cada vez mayor relevancia en la comunidad allí presente.

    Ya faltaba poco, y la gran mayoría ya estaban impacientes por ver iniciada la competencia, una que sería digno cierre singular pues… de entre todos los inscritos, había uno que destacaba… Aquí no había ningún otro animal ajeno a la especie pura de los Ranos, excepto aquél… Un Gato, y encima, de color completamente negro.

    Muchos se mostraban renuentes a darle apoyo, incluso no sabían cómo tomarse su presencia, muchos lo tachaban de mal augurio e incluso un injusto rebelde que se había colado en la ciudad, pocos eran los que realmente lo apoyaban, y eso porque a aquellos, el que se hace llamar Ener, los ha ayudado bastante en el pasado de forma completamente desinteresada, y no solo eso, si no que ya había provocado, por alguna razón, la aparición de otros animales a la ciudad, aunque estos eran meras visitas, el único que residía, era el propio felino.

    De entre todos, había uno que destacaba bastante, este era un Conejo, de nombre Gare Zonova, eran de los que apoyaban al felino porque lo conocía bastante, y pese a la confusión de la comunidad de Silvercity, tomando al felino como un injusto consentido del supremo maestro, estaba claro que competiría como un igual contra el resto del alumnado.

    Y así… Llegó la aclamada hora, donde otro Rano, joven, hijo del anterior presentador estrella de las incontables competiciones previas, se presentó…

    —¡¡Muy buenos días Silvercity!! Me complace profundamente anunciar el inicio de nuestra Fase Final de la Competencia de la Academia de Magos, ha pasado mucho tiempo, mi querida comunidad, y este, es mi debut como presentador, así como la despedida de nuestro gran maestro Hunz, de la aclamada línea sanguínea conocida como la Familia Veler. Aquél hechicero que gane, será reconocido no solo por el maestro, si no que tendrá derecho a ponerse a prueba contra el mismo Hunz para determinar la habilidad nata del Mago… ¡Así pues! ¡¡Un aplauso a nuestros competidores!!—. Exclamó con vehemencia el presentador, para que el público estallara en júbilo y así, se revelaron a los treinta y dos mejores alumnos de la Academia, el cual, la Escuela no tenía nada que envidiarle a otros… Esta era la más grande y famosa pese a que todos sus integrantes eran Ranos, todos… excepto uno.

    Los alumnos dieron una breve muestra al mismo tiempo de su magia, dando un breve pero hermoso espectáculo místico, y entre ellos, estaba el propio felino negro, con una túnica de Mago curiosa, pues parecía tener inscrito runas, pero lo más importante, era el total color blanco del mismo, haciendo contraste con su natural pelaje…

    Ener'Veler.png


    Una serena y permanente sonrisa acompañaba al felino, así, acompañado por unos ojos color esmeralda, brillando con decisión y emoción, caracterizaban la activa actitud del chico, el cual, para sus años felinos, rondaba lo que para una persona normal sería un adolescente de dieciséis años de edad.

    Gare aplaudió con energía, lo que el propio Ener agradeció profundamente, y así, a base de Magia, pudieron dar una visualización de la competencia, como si fuese un especie de visión holográfica.

    —¡Aquí tenemos los acomodos! Cinco Rondas serán las que el alumno estrella deberá encarar para alzarse con el título de Campeón del Año y así, ganarse el derecho a desafiar al maestro Hunz’Veler, ¿Quién será? ¡Hagan sus apuestas y apoyen a su favorito! Dentro de diez minutos, daremos inicio con el primer combate de todos…—. Anunció como último, antes que el público aplaudiese de nuevo, mientras el Rano se retiraba, recibiendo una profunda felicitación de su padre, quien estaba orgulloso de su desempeño.

    Ener por su parte decidió romper fila para desplazarse hacia el Conejo, profundamente agradecido por su presencia.

    —¡¡Gare!! Por los dioses, ¡es toda una alegría verte por aquí! ¿Qué te hizo abandonar el Agujero de Conejo de Alicia en el Reino de las Maravillas Huelliles? No me dirás que simplemente para fastidiarme la competencia—. Dijo el felino, a lo que Gare rió enérgico para posteriormente negar.

    —¿Me perdería un día tan importante para alguien como tú? ¡¡Ni en sueños!! Sé lo que significa esto para tí, quieres volverte lo suficientemente fuerte y competente para salir de aquí y buscar a tu verdadera familia… ¿No es así? Claro, el orgullo te puede—. Respondió, divertido el Conejo para hacer reír de vuelta a Ener.

    —Sí… bueno, a veces admito que no sé si valdría la pena, quiero decir—. Dijo de vuelta el Gato, a lo que eso extrañó al Conejo, quién lo observó intrigado.

    —¿Qué sucede? ¿Temes que te topes con una realidad cruda?—. Dijo, a lo que el felino desvió la vista un instante.

    —Sí, bueno… más que eso, es el hecho que últimamente me he sentido demasiado arraigado a este sitio pese a… bueno, los tratos que me dan y el cómo son conmigo. Sé que no me dan precisamente el trato más cálido de todos pero, últimamente, conforme más desarrollo mi poder mágico, juro que puedo sentir que algo más en mi interior quiere reconectar… no sé, como si algo en mi propio ser se ocultase y aún se negase a salir pero al mismo tiempo quiere revelarse, ¿sabes?—. Relató el Gato, a lo que Gare frunció el ceño, extrañado, incapaz de entenderlo, los Conejos en este mundo maduraban demasiado rápido, y al mismo tiempo, morían también muy rápido, por nada, llaman a la especie “los efímeros”, cuando se conocieron, Ener y Gare eran niños, pero pese que apenas había pasado una década, el Conejo ya era un adulto maduro mientras Ener apenas para su raza entraba a la pubertad.

    —Que… forma tan extraña de señalar—. Comentó, riendo apenado para después negar con energía—. ¡N-No me confundas! Quiero decir, es que es muy raro… ¿Qué clase de energía o “conexión” debe de haber para que sientas algo así? Simplemente no lo entiendo… ¿No sientes algo más? ¿Algo que te haga tener una mejor idea de lo que te pasa? Hace años no me comentaste nada así—. Respondió, a lo que Ener lo miró y se quedó reflexivo.

    —Pues… Creo que hay algo aquí, en la ciudad, tal vez incluso con mi maestro lo que me hace sentirlo, no sé, creo que es un objeto lo que me provoca este algo. Gare, sabes que te tengo una confianza inmensa… Pero lo quiero confesar; temo lo que pueda pasar, quiero decir. En los últimos meses, la sensación se ha ido masificando, poco a poco, pero lo hace, al inicio lo achaqué a que simplemente eran por los nervios de ir aprendiendo hechizos cada vez más complejos o ir descubriendo asuntos más delicados con la magia… ya sabes, sagrada y oscura. Pero la realidad, es que estoy seguro que no son nervios o similar si no… Poder, supongo—. Añadió Ener, a lo que eso dejó desconcertado al Conejo, ¿poder? ¿Así por las buenas?

    —Interesante… Bueno, no te voy a mentir, sin dudas es extraño, pero… dime, ¿es negativo lo que sientes?—. Preguntó de vuelta, a lo que el felino lo miró, se quedó así, unos cuantos segundos en silencio antes de hablar por fin:

    —... No sabría decirte con certeza, por saber, no tengo siquiera una remota idea de la naturaleza de esta extraña sensación—. Respondió por fin, a lo que el Conejo suspiró, entre intrigado y algo frustrado por la situación.

    Ener, al notar eso, no evitó apenarse, para pronto sonreír con optimismo y energía pese a tener sus cejas algo decaídas.

    —¡¡Pero anímate!! No es como que sea una bestia en secreto o algo similar, ¿a que sí? ¡Hoy es un día especial, Gare! Y no pienso desaprovecharlo—. Exclamó ahora con ánimo, a lo que contagió rápidamente al Conejo, por lo que el mismo lo miró, sorprendido, solo para reír con pena y afirmar, rascándose tras la nuca a ojos cerrados.

    —¡Tienes razón, Ener! Lo siento mucho, me has dejado muy intrigado, ¿vas por ese título, picarón?—. Preguntó, a lo que el oscuro felino rió con cierta picardía.

    —Te seré honesto, es algo que no dejaría pasar en lo absoluto, la gloria y el honor que uno ganaría siendo el Campeón del Año es demasiada y… bueno, sabes que me tengo mucha confianza, aún si me humillan, sabes que no hay nada más agradable que haber hecho el intento y saber de antemano tus capacidades, si de verdad merezco ganar el torneo, lo haré dándolo todo, ya pasé las otras dos fases de prueba y teoría, así que, ha costado mucho ganarme uno de los puestos para esta competencia final, que es la de una pelea directa de Magia… ¡Y no sé tú, pero no pienso arruinar la maravillosa racha que llevo actualmente!—. Exclamó Ener con energía y decisión, apuntando con su báculo al Conejo, quién sonrió con alegría.

    —Y no es para menos… Has demostrado tener un talento para la Estrategia, sabes improvisar, has demostrado que eres autodidacta e incluso que eres un genio… Por nada algunos, aunque con algo de sobreesfuerzo, te reconocieron que eres un diamante en bruto, ¡dalo todo entonces, Ener! Demuestrales que el hecho que te han subestimado hasta el agotamiento es y será un grave error—. Confirmó Gare, a lo que Ener sonrió conmovido, relajando su postura, para afirmar alegre al animal.

    —Me tengo fé, y confianza, sé que podré llegar lejos, esta es la prueba definitiva, quién sabe, puede que reciba algunas respuestas si lo doy todo—. Comentó Ener, tocándose con la pata derecha el pecho, a la altura del corazón.

    Pronto, se hizo la primera llamada, a lo que Gare lo entendió.

    —Bueno, mi querido Mago Oscuro, estaré aquí, esperando a que dé inicio tus rondas, si no ganas, te juro que te golpearé, y muy fuerte, pero con cariño—. Advirtió con firmeza el Conejo, a lo que el felino rió con verdadero humor, Ener no era ningún “Mago Oscuro”, simplemente era una forma de llamarle por el color de su pelaje.

    —Intentalo si no es que te descalabro los dientes tan bonitos que tienes de un bastonazo… ¿eh?—. Respondió con el mismo tono, fingiendo golpear al Conejo para el mismo girar en su eje y caer, haciéndose el muerto.

    Ambos rieron poco después, el Conejo se levantó, y así, separaron caminos…
     
    • Ganador Ganador x 2
  2. Threadmarks: Segunda Parte: Sabiduría
     
    Gigavehl

    Gigavehl Equipo administrativo

    Cáncer
    Miembro desde:
    15 Abril 2019
    Mensajes:
    4,090
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Título:
    El Singular Veler [Zer | Aventuras Huella]
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    3
     
    Palabras:
    4278
    Ya una vez Ener se había separado de Gare para iniciar con sus preparativos de la competencia, alguien más lo interceptó, ese, era el propio Hunz’Veler, el viejo Rano se mostraba serio, incluso severo, como si algo lo mantuviese muy incómodo de todo lo que acontece en ese día tan especial.

    Eso acabó por percibirlo el propio Gato, por lo que volteó a verlo, al inicio dedicándole un enérgico saludo y luego arrepintiéndose poco después, pero igual, no dejó su alegre expresión en su rostro.

    —¡Maestro! ¿Qué sucede? Lo noto muy serio, ¿algo ha pasado en la Academia?—. Preguntó preocupado el felino, a lo que el viejo negó.

    —Ni de broma, ¿porqué? ¿Acaso quieres que suceda algo para que esto sea cancelado y así te libres de la humillación?—. Respondió con fastidio, a lo que el propio Ener negó, ya estaba acostumbrado a la actitud del viejo… no era precisamente la persona más cariñosa del mundo…

    —N-No, solo era una suposición por ver s-

    —Pues supones mal, mocoso. Como siempre, precipitado a las cosas y a las conclusiones, ya te dije que eso nunca te dejará nada bueno—. Interrumpió de mal genio, para después dar un par de pasos a su costado a ver un momento la arena de combate y los preparativos finales.

    Ener suspiró, rascándose tras la nuca, afirmando en silencio para volver a lo suyo, lo cierto es que ya estaba demasiado cansado de su actitud y sus tratos, pero para Ener, era como su padre, era su maestro y… bueno, era quien era actualmente gracias a él.

    —Lo siento… Aún debo seguir trabajando en ser más frío en mis acciones para dejar de precipitarme a las cosas—. Comentó, solo para después empezar a tomar las pociones de Maná y de Curación, no alcanzaría el tiempo para un reposo, así que debería depender de los objetos para ello.

    Hunz por su parte bufó, fastidiado, para seguir centrado unos momentos y después miró al felino, su semblante severo no se inmutaba lo más mínimo, parecía simplemente repudiar al joven por ser quien era… un Gato, y no por alguna razón de peso.

    —¿Estás realmente seguro de que competirás? En serio te lo digo, hay demasiado en juego, así como se podría ganar mucha gloria con un combate digno de rememorar, también está en juego una absoluta humillación si fracasas miserablemente, todo lo que has estudiado, todo por lo que te has esmerado… podría, solo quedar en una mera falacia y pérdida de tiempo y recursos—. Dijo el viejo, a lo que extrañó bastante al Gato, en un inicio sólo quería por una vez callarlo, estaba cansado de que lo subestimaran, habían sido innumerables años así, Ener era alguien muy paciente y perseverante, pero genuinamente ya estaba llegando a su límite, aún así, no se atrevía a levantarle la voz a su maestro, y escucharlo hablar de esa forma tan… preocupada, lo mantenía muy confundido.

    —Bueno, lo ha dicho, he dado demasiado por tener al fin una oportunidad, ya tengo la edad y lo necesario… Puedo hacerlo, aún si no represento nada… Solo quiero terminar de ver qué es lo que me falta por refinar, o al fin estar seguro que soy un Mago en definitiva—. Respondió Ener, bastante seguro de sus palabras, aunque un atisbo de agotamiento se colaba por las constantes cuestiones, así, continuó haciendo lo suyo hasta que lo guardó todo y, con ello, ya estaría listo, al menos, cuando llegase su turno.

    Se desplazó a un rincón donde podía sentarse con calma a esperar su turno y ver con comodidad los enfrentamientos con cierta privacidad.

    —Precisamente por eso es que no quiero que sigas ya, aún estás a tiempo de renunciar, no estás representando nada, exacto, si ganas… ¿Para quién irá la gloria? ¿Para ti? No me hagas reír, chaval, ¿te puedes dar la idea de cómo manchará eso el historial? Todos han sido Ranos, descendientes de una o varias ramas, siendo la Familia Veler los que destacan… Y si suponiendo que se dé el remoto caso de que ganes, no solo no será un Rano, si no un Ener sin siquiera un apellido que ostentar—. Explicó, bastante fastidiado, a lo que Ener rió sin ningún atisbo de gracia y se notaba el hartazgo ya.

    Eso extrañó al propio Hunz, por lo que el felino le miró, ofendido.

    —Por favor… Nadie en esta maldita ciudad es capaz de reconocerme nada… ¡Puedo ayudarlos en cosas mundanas o incluso en situaciones abusivas! ¿Y qué hago? ¡Los realizo! Ya se lo dije, no soy ningún estúpido, estoy completamente consciente de lo que puede significar ganar, estoy consciente de lo que me juego y sé también el grado de repulsión que me tienen y cómo abusan de mi nobleza. ¿No merezco siquiera una mísera oportunidad? ¡¡Solo intento encajar, por los dioses!!—. Exclamó, desesperado, mirando con angustia al Rano.

    Poco después, continuó:

    —No es justo… He hecho mucho por esta sociedad, si gano, sé y confío que por una vez dejarán de reírse de mí, dejarán de subestimarme, dejarán de verme como una plaga solo por guiarse en viejas y ridículas creencias de un Gato de color negro… No soy ningún potencial poseído de La Sombra, ningún agente del mismo y tampoco seré ninguna futura bestia o la perdición definitiva de este sitio ni del Reino. Si tanto odias mi presencia, entonces ya dime de una vez, ¿porqué me mantienes contigo? ¿A qué la preocupación? ¿Porqué no solo me dejaste morir de hambre o deshidratación cuando estaba solo e indefenso? ¡¿Qué gracia tiene?!—. Exclamó, angustiado, a lo que el viejo, primero estaba sorprendido, pero después se mostró ofendido, no por sus palabras, si no por la esencia del mismo y de lo que, para él… era un acto de rebeldía por una simple razón…

    —Ya te dije que no te atrevieses a tutearme, mocoso idiota—. Sentenció, a lo que Ener pronto calmó su expresión a uno sorprendido y con visos aterrado, se estaba arrepintiendo, en cierto grado, de su arranque, y pronto no tardó en suspirar con presión y desvió la vista hacia un punto muerto, bajando en cierto grado la mirada.

    Estaba cansado, si, pero no era ningún secreto para ambos que seguramente, una paliza especial le estaría esperando para cuando la noche llegase…

    Hunz ya estaba también harto, cansado del mocoso que siempre actuó tan rebelde, según a su criterio, y harto… de que siempre cargase con algo… demasiado negativo y extraño.

    Algo en el propio Rano le imploraba que… simplemente, lo eliminase, antes de que se convirtiese en una verdadera amenaza, y no solo para él… ¿Pero qué?

    Al final, el viejo suspiró, y volvió a mirar hacia el escenario.

    —Vomita lo que quieras, niño, ya sabes lo que te espera—. Confirmó sin ápice de emoción, a lo que el oscuro felino no tardó en sollozar, discreto, pero lágrimas empezaban a mostrarse en su rostro.

    Eso lo percibió Hunz, pero pronto volvió a desviar la vista, sin importarle en lo absoluto su berrinche.

    —Hagamos algo—. Dijo de pronto el Rano, lo que sorprendió como confundió al felino, por lo que volteó a verlo de costado, sin muchas ganas ni esperanzas de que fuese algo remotamente positivo—. Ya que tanta estúpida fé te tienes, dejaremos que los demás te pongan a prueba, dejaremos que te desafíen y te lleven al límite, dejaremos que demuestres que eres capaz de dar un combate digno de mención y que, por mucho que terminen de aplastar tu patética reputación, podrás levantarte, una y otra vez, aunque ya no te queden fuerzas… Haz lo que quieras, mocoso estúpido. Pero te juro, que si llegas a la final de alguna milagrosa y enigmática manera, te vas a dejar ganar, pero yo interferiré, es obvio que no te dejaría competir solo como Ener a secas… Dices no ser un estúpido, pero parece que no pasan ni dos segundos antes de contradecirte, les dije que posees nuestro sagrado apellido. —Explicó, mirando aún con severidad al Gato—. Y después de tragarme sus ridículas reacciones, les confirmé que por nada mi alumno especial había llegado tan lejos como para competir ahora por esta tercera y última fase de la competencia. Te he salvado, Ener, te estoy respaldando, así que espero que pienses dos veces, ahora sí, cuando te atrevas a levantarme la voz… ¿escuchaste?—. Finalizó, aún con severidad pero también con firmeza, a lo que el Gato no se lo podía creer… ¿Eso era real? Ni siquiera sabía, por una vez, cómo reaccionar al respecto.

    —Y-Yo… Gracias, Maestro—. Dijo por fin, dedicando una tímida sonrisa cargada de agradecimiento, a lo que el Rano bufó.

    —Tsk, mocoso idiota. —y esa fué su respuesta, a lo que, de nuevo, le caló de mala manera al felino…

    No tardó en volver a su pose deprimido y roto, decidiendo solo taparse el rostro para que no lo viesen, pese a que los espasmos por sollozar eran más que evidentes, Hunz rodó los ojos, nunca dejó de sentir que cuidaba a un niño mimado de alguna manera, continuó pendiente, y el tiempo pasó…

    Ener no se había dado cuenta, pero cuando por fin se recompuso, pronto se dió cuenta que el Rano ya no se encontraba por ninguna parte, a lo que suspiró con temor y alivio, sin saber ya cómo sentirse, la realidad, es que ya estaba harto de fingir, de contenerse… de, simplemente mantener una estúpida y ridícula sonrisa que delatase que todo estaba bien con él, con un más que evidente vacío de optimismo al final del día.

    Pero no tuvo mucho tiempo para ello, ya que pronto, llegó el anuncio, Ener, debía enfrentarse a su primer competidor.

    Era el último “bracket” de la extensa lista, y el propio Ener afirmó, para intentar concentrarse, limpiarse el rostro y prepararse, ya era hora…

    Tendría… que dar su mejor y neutro espectáculo.

    Ener ya estaba listo, y pronto se desplazó a la plataforma, donde el presentador, sin realmente muchas ganas, anunciaba al felino, pero, con vehemencia, anunciaban a su rival…

    Ahí estaba… Seul.

    El Rano subió las escaleras, con una tranquila pero burlona sonrisa, el público, lo apoyaba enormemente, y no era para menos, era el favorito, o mejor dicho, uno de los favoritos a llegar a la Ronda Final, incluso para encarar al mismo Hunz’Veler, el mismo Ener no era estúpido, por mucho que su maestro lo humillase, sabía que todo estaba acomodado de tal modo que el felino tuviese todas las de perder para de una buena vez, quebrar su determinación, su espítritu, demostrar que no tiene ni la más mínima muestra de poder, y… que simplemente, de sabio no tenía nada, pues si se dejaba tratar mal siempre y hacía labores ridículas o abusivas…

    Querían opacarlo por completo, tal como hacía con su vestimenta, solo que, evidentemente, el “blanco” eran todos ellos, mientras que el “negro” era el mismo Ener, como si de verdad fuese el malo, como si solo buscase el mal para ellos que, en teoría, ellos nunca empezaron.

    ¿Porqué..? ¿Porqué siempre todo lo negro debía ser malo y oscuro? Él… no era nada de eso… ni siquiera tenía un solo pensamiento maligno, pero claro… ¿Cómo hacerles entender eso?

    Tan solo… Quería acabar con ese fastidioso ciclo de una buena vez por todas.

    El público vitoreó el nombre de Seul Xrol, mientras Gare Zonova, el Conejo, miraba preocupado la expresión de Ener, una que jamás había visto, ya no veía pena, neutralidad o incluso incomodidad… ahora, expresaba rencor, y uno bastante evidente, uno, que el mismo Seul no tardó en percibir, y pronto, expresó un rostro cargado de mofa:

    —¿Qué sucede grandulón? ¿Estás molesto por algo? Ah… Seguro es porque sabes perfectamente que no podrás durar ni medio minuto en mi contra, pero bueno, te entiendo, yo estaría molesto estando en tu lugar, saber que… por mucho que lo intentes, nunca alcanzarás la grandeza nata de los demás—. Rió el joven Rano, mientras Hunz miraba de muerte al felino, pero el mismo ni siquiera le prestaba la más mínima atención.

    El presentador, acabó por darle un ligero golpe en el hombro por su mofa, para después recuperar su vibra alegre.

    —¡¡Muy bien damas y caballeros!! ¡Con estos dos competidores, Seul Xrol y Ener’Veler, dará inicio al último bracket de la primera ronda de la competencia! ¡¡A pelear!!—. Exclamó, para ir retrocediendo mientras el público se mostraba emocionado.


    Seul se tronó algunos huesos solo para proceder a atacar directamente a Ener con un Relámpago, un ataque indudablemente poderoso y grande, además de veloz, sin embargo, Ener reconocía perfectamente el conjuro, las palabras usadas e incluso las poses, así que no tardó en eludir limpiamente el disparar para atacar de vuelta al Rano con un Misíl Mágico, un proyectil de elemento Neutro solo para dañar a su oponente, quien lo resistió sin problemas, a lo que su rival se extrañó por alguna razón, para después otorgarse resistencia al Elemento Fuego.

    El felino se mantuvo pendiente, había acabado arrodillado con una pierna abajo debido a que, para eludir, tuvo que rodarse por el suelo. Ener se irguió, para escuchar cómo Gare le apoyaba sin temor, su voz era opacada, pero si era en cierto grado perceptible por el felino al reconocer su inconfundible voz, suspiró, para utilizar Dormir en su oponente, quien lo resistió sin problemas solo para atacar con Bola Ígnea a Ener, una esfera en llamas que explotaba en contra de su oponente, alcanzando al felino y dañandolo considerablemente.

    El público al ver eso, no tardó en celebralo, Hunz estaba, por alguna razón, bastante pendiente, más de la costumbre, casi como si algo en todo ello no le gustase nada, y cada vez iba a más, mirando en todo momento al felino.

    El mismo intentó recuperarse como mejor pudo, solo para eludir por muy poco un bastonazo de su rival, y eso gracias a sus reflejos, a lo que el mismo Ener no tardó en responder con Toque Electrizante, envolvía su pata en energía estática para tocar al anfibio para electrocutarlo y así, alejarlo de él.

    De nuevo, el daño no era gran cosa, cosa que frustró mucho al felino… ¿porqué? ¿Porqué no estaba resultando? Era como si de algún modo, sus rivales siempre tuvieran demasiada resistencia o simplemente nunca era capaz de expresar mucha fuerza.

    Gare estaba preocupado, y Seul se incorporó, entre sorprendido por la duración del embate como divertido por saber que llevaba aún la ventaja, y por lejos.

    —Gracioso… —inició—. Has podido superar muchas pruebas, niño, demuestras virtudes, a qué mentir, pero simplemente… siempre que te toca demostrar tu poder innato, eres un completo inútil, sin duda alguna, eres una completa vergüenza para… bueno, la susodicha sangre de la que provienes. Está bien, los Veler ya se han llevado demasiada gloria, ¡algo de reconocimiento por todo lo que he dado día y noche debería rendir sus frutos!—. Sentenció el Rano, atacando con tres Virotes de Fuego, los cuales Ener eludió por muy poco, entre tenso pero sobre todo, furioso.

    —¡¿Por todo tu esfuerzo?! ¡¿Te puedes siquiera dar una remota idea del calibre de esfuerzo que tuve que dar yo para estar aquí?! ¡¿Crees que estoy donde estoy por gusto?! ¡¡Adoro la magia, pero ustedes solo se empeñan en obstruirme y dejarme atrás cuando incluso los he ayudado sin más!! ¡¡¡El que merece el reconocimiento soy yo!!!—. Respondió, furioso, para atacar igual con Virotes de Fuego, sin embargo, lo que captaba la atención, es que había arrojado varios, y con algo más de fuerza, a lo que su rival no pudo eludir, pese a su previo hechizo para resistir el Elemento Fuego, el daño era notable, y eso confundió profundamente al Rano, como captaba profundamente la atención de Hunz, aunque seguía sin inmutarse su pose.

    —¿Reconocimiento, dices? ¡¡Es obvio que eres un niño mimado por el Maestro Hunz!! ¡¡¡Y eso es injusto!!! ¡Nosotros sí lo hemos dado todo por nuestros sueños y metas! Tú, sin embargo, vienes de la nada y encima, captas la atención del Rano, cosa a la que ni los mejores alumnos o animales del reino llegan a conseguir… ¡¡Ni siquiera la de Chester!! No me hagas reír, eres un maldito tramposo, adjuntando un apellido que evidentemente no te pertenece, solo eres un parásito, niño, admítelo de una vez, y no te daré una derrota humillante, será mi primer y unic-

    Sin embargo, se vió repentinamente interrumpido por un Misil Mágico que lo tumbó agresivamente al suelo, cayendo a secas y con salvajismo, eso incluso sorprendió al público, mientras Hunz seguía pendiente y… Gare, guiándose más bien por la adrenalina de ver callar a ese bravucón, no evitó celebrar con energía.

    —Estoy harto y hasta arriba de que me subestimen… ATACA, ¡y más te vale que sea con todo! No me importa acabar con los huesos rotos, ahora tengo razones para atacarte en serio, y no pienso contenerme, bastardo—. Sentenció con una firmeza completamente ajenas al felino, lo que el viejo Rano seguía observando con suma atención, calma y silencio…

    Seul acabó por incorporarse como pudo, las tornas del combate habían cambiado y no entendía como solo las emociones del chico conectaban con la severidad de sus ataques… ¡no tenía ningún sentido! Si, incluso uno furioso ataca más rápido y fuerte, pero… con la Magia no era precisamente así, algo pasaba, y lo peor, es que el chico se limitaba a hechizos básicos de Nivel 1… ¿Qué clase de provocación era esa? ¡Ese mocoso quería estar muerto!

    —Está bien, a qué mentir, nos harás un favor si solo desapareces—. Respondió, severo el Rano, solo para atacar con una mezcla de Misil Mágico con Bola ígnea, gastando una brutalidad de energía de paso, pero sería un impacto directo y uno severo, a lo que Ener respondió, sorpresivamente, corriendo hacia el ataque, eso inquietó a todos ya que el daño que mostraba el felino simplemente era mucho como para creer que lo aguantaría.

    Los jueces se colocaron gafas especiales a velocidad para ver a través de los hechizos, y el impacto llegó como la explosión, solo para que, no dejando margen a mucha tensión, Seul se viese abrumado por ver a un muy dañado Ener, aguantando por poco pero con esa expresión de furia, buscando golpearlo, aunque.. no evitó percibir que su puño se veía… extraño.

    Sin embargo, pese a eso, no pudo reaccionar y terminó por verse impactado en el rostro, siendo empujado hacia atrás mientras le descalabraba un trío de dientes y, para colmo, lo tumbaba de la plataforma, cayendo a secas ante la incrédula mirada del público.

    Ni siquiera Gare se lo creía, y Ener mantenía su severa expresión, aunque su puño estaba bien, no había nada anormal, y un incómodo silencio se hizo presente.

    Pronto, el jurado dió su anuncio.

    —¡Las gafas no mienten! Ener’Veler no ha usado ningún objeto en medio del combate como estipulan las reglas, ha derribado a su rival de la plataforma y, de cualquier modo, ha vencido con justo derecho a Seul Xrol… ¡El felino de los Veler es el ganador de esta primera Ronda!—. Exclamó uno de ellos, a lo que algunos, incrédulos, aplaudieron, mientras los más pequeños celebraban por mera inocencia.

    Gare fué el que no dudó en celebrar con energía, y, era definitivo, Seul estaba inconsciente.

    Ener por su parte se sujetó el corazón, jadeando en evidente sobreesfuerzo, escupiendo a un lado un coágulo de sangre, no lo parecía, pero en muy poco tiempo, el felino se había sobreesforzado demasiado.

    —Tsk… Idiota, podré no ser muy fuerte, pero es la astucia la que siempre predominará ante la fuerza bruta…—. Murmuró el felino, para dar media vuelta y empezar a retirarse, ante un semi silencio incómodo por la inesperada victoria del felino.

    Ener sabía perfectamente que no era muy fuerte, pero sabía que, al final de cuentas, es alguien muy Sabio, así como, en cierto grado, orgulloso, no dejaría que solo una serie de malentendidos le escupiesen encima por millonésima vez ante un esfuerzo que ha dado por aprender lo que sabe, como todos los demás que ahora competían.

    Ener no era ningún tramposo… ni de lejos.

    Así, con algo de esfuerzo, se retomó la competencia, y las rondas vinieron…

    Hubieron combates memorables, emocionantes y tensos, ronda tras ronda, los dieciséis clasificados se redujeron a ocho, Ener sabía perfectamente que, aún si lograba ganarle a Seul, vendrían otros competidores que perfectamente podrían darle severos problemas, era un acomodo adrede, ganase quien ganase, pero el felino, demostró que estaba más que a la altura pese que siempre se le ponía en aprietos, Hunz percibía algo, todos se burlaban de Ener, incluso buscaban desmoralizarlo, pero lejos de conseguirlo, le llenaban de furia como de determinación, al grado que siempre era en esos momentos que le daba la vuelta al combate, pese que a octavos de final su oponente había resistido la furia del felino, un impacto final contra Ener parecía haber sido decisivo, pero sorprendentemente, el Gato se recuperaba y atacaba para dar el giro definitivo.

    ¿Porqué? ¿Era tanta así la perseverancia del chico? ¿O había algo más? Hunz no decía nada, pero desde hacía tiempo que el chico se había estado comportando extraño, al inicio, pensó que la pubertad lo hacía actuar rebelde, pero no tardaría en percatarse que iba más allá… No era rebeldía, algo pasaba en verdad, algo… que no estaba a simple vista.

    Pero no conseguía dar con la clave de ello.

    Así, llegó a cuartos de final, donde un desconcertante combate vino, Ener ahora se enfrentaba a otro Rano, de nombre Har, quién, era el único que no subestimaba a Zer, y no por su reciente actuación, si no porque a él no le gustaba mofarse, no le gustaba subestimar a nadie y nunca daba por definitivo algo hasta que pasaba…

    Por una vez, hubieron personas que ahora apoyaban al Gato por su inesperada y sobresaliente actuación en combate, aunque estaban confundidos, de pronto, parecía que Ener había perdido su brillo, ya no era capaz de atacar con la misma contundencia, por mucho que se le pusiera en aprietos, no destacaba, atacaba de forma débil a su rival y un simple ataque del mismo contra el felino que impactase le movía mucho.

    Hunz estuvo más atento que nunca, y el propio felino no lo entendía así como Gare trataba de alentarlo…

    —¡¡Vamos Ener!! ¡¿Qué pasa?! ¡¡No puedes perder ahora!!—. Exclamó, a lo que el felino se irguió como mejor pudo, estaba demasiado cansado…

    —L-L-Lo sé… No entiendo…—. Respondió cansado, mirando a su rival, quién lo miraba confundido.

    —Te seré honesto, no entiendo porqué te contienes, has estado venciendo con sobresaliente actuar, incluso vencer del modo en el que lo hiciste contra Seul no es poca cosa… ¿Porqué no atacas más en serio? Limitarte a hechizos tan básicos no te va a llevar muy lejos—. Dijo, sin atacar pero estando pendiente a las acciones del felino, quien también se mostraba confundido.

    —¿Hechizos… básicos? No lo entiendo, hago todo lo que puedo—. Respondió para posicionarse como mejor pudo, estaba al filo de caer rendido.

    —¿Haces todo lo que puedes? No lo parece, es casi como si quisieras demostrar que a hechizo básico podrás dar mucho combate, incluso con ello restregándole al resto que, ni aún usando sus mejores ataques y trucos, pueden contra la simpleza que has estado expresando en batalla… ¿Qué tramas, niño?—. Preguntó, a lo que el mismo Ener no lo entendía…

    ¿Simpleza? ¿Restregar? ¿Contenerse? ¡¡Nada de eso!! ¿Porqué… ahora parecía tan importante eso?

    Ener no podía entenderlo, ¿a qué podría referirse? ¡Si estaba dando todo de sí para poder llegar aún más lejos! Estaba por repetirse cuando de pronto cayó en cuenta, lo que, por una vez, pareció preocupar a Hunz.

    Eso lo percibió su oponente, sorprendiendose por el repentino cambio de humor de Ener, casi parecía que su agotamiento se había esfumado, pese que su cuerpo le imploraba por un reposo.

    El felino se quedó mudo, y luego bajó sus párpados, casi en una posición seca…

    —No, nada, tienes razón… debería tomármelo más en serio—. Dijo, lo que los confundió más, Gare estaba muy preocupado, pues si bien empezaba a alegrarse por ver desahogar a su amigo, lo cierto es que sentía que de algún modo… la competencia lo estaba matando en cierto aspecto metafórico.

    —Como digas—. Dijo al final el Rano, recomponiendose y preparando su ataque, a lo que Ener suspiró para cerrar sus ojos y volver a una expresión activa, pero también severa y… furiosa… más furiosa que nunca.

    Así, el público lo percibió, a lo que se mantuvieron expectantes, su rival lo notó y por una vez se tensó, mientras Hunz seguía mirando, pero ahora tenso.

    Y casi como si fuera a lo que se hubiese dado cuenta… Eso terminó por ser decisivo, al grado que, de un par de ataques, el Rano acabó brutalmente dañado y cayó sin fuerzas, inconsciente…

    Debido a ese actuar, los que lo apoyaban vitoreaban emocionados, los demás seguían sin podérselo creer, casi como si cada victoria del Gato les fuese un insulto máximo a su orgullo, Hunz se mostraba preocupado y tenso, cosa que sorprendió a varios pues ese no era un semblante normal en él, sabían perfectamente que cuando lo expresaba… era por buenas razones.

    Ener, sin embargo, no lo percibió, no quería verle la cara… no aún…

    Así, llegó la Final… y por lo tanto, el momento clave… y la promesa que Ener debía cumplir.
     
    • Impaktado Impaktado x 1
  3. Threadmarks: Tercera Parte: Leyenda
     
    Gigavehl

    Gigavehl Equipo administrativo

    Cáncer
    Miembro desde:
    15 Abril 2019
    Mensajes:
    4,090
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Título:
    El Singular Veler [Zer | Aventuras Huella]
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    3
     
    Palabras:
    10939
    La última contienda había afectado de forma evidente a Ener… Hasta el grado que se había retirado de la arena con profunda seriedad, sin celebrar su victoria.

    En realidad, jamás lo había… Ener sí que respetaba a sus oponentes, fuese cual fuese, aún si era uno que se había dedicado a hacerle la vida imposible, como Seul, pero… algo de lo que hizo y dijo Har, sin dudas le había afectado profundamente.

    Aunque Gare lo anhelara, no podía hacer nada, no podía interferir, después de todo, el felino no podía salir de la zona que debía estar, y no tendría mucho tiempo para reposar, no solo porque tenía que beber las pociones, cosa que ya estaba haciendo, si no porque apenas había un pequeño descanso para él, antes de ingresar a la Gran Final…

    Aurum, el último de los favoritos de toda la competencia había calificado como Finalista, y ahora, el gran inesperado de ese día, Ener’Veler, sería su contrincante directo, y el que ganase, no solo se coronará como el Campeón de ese año, si no que tendría derecho a desafiar a Hunz…

    Para sorpresa suya, el mismo anciano Rano no hacía acto de presencia, el propio felino ya esperaba el regaño de su vida, pero en esa ocasión, no fue así…
    Por alguna razón, Ener tenía la paciencia extremadamente dañada, aún así, agradeció en el fondo no tener interrupciones, sabía que Gare no estaría presente, sólo… le quedaba esperar.

    ¿Debería cumplir su promesa de hace horas? La noche estaba por caer, la Gran Final estaba a la vuelta de la esquina, sabía el grado de importancia si ganaba y su registro quedara ahí, siendo, de seguro, el único felino con el apellido Veler habiendo ganado la competencia ese año…

    Tenía tantos dilemas, en parte quería ganar para que por una vez lo tomaran en serio, porque lo merecía, porque al fin estaba ganando seguidores… por que… al fin, estaba ganándose el cariño de algunos, por pocos que fuesen.
    Sin embargo, también le podía el miedo, solo una vez vió a Hunz con una rabia colosal, una que sabía desde entonces sus capacidades… Había matado a un Demonio hacía ya mucho tiempo pese que ya estaba viejo… Ese Rano no era ningún chiste, si lo provocaba… ¿Qué sería de Ener?

    Aún así, estaba perfectamente consciente de algo… Miró su pata derecha, con la palma abierta hacia él, había algo diferente ese día… Estaba más seguro que nunca.

    Sin embargo, a pesar de todo, no podía asegurar nada, rompió en llanto, porque si de verdad se dejara vencer, por creíble que lograse hacerlo, todo lo que había logrado se iría por la borda… Tanto para nada…

    ¿Qué debería hacer? ¿De verdad merecería la pena dejarse vencer por seguir viviendo? ¿Literalmente? ¿Por no provocar más la furia de Hunz? ¿O ganar… llevarse gloria, un mínimo de respeto y por fin poder irse ganando por lo que tras tantos años había estado peleando? ¿A costa de tal vez morir después? ¿Hunz si sería capaz?

    Solo… quería ser relevante, como todos allí.

    Siguió llorando unos momentos más, antes de escuchar el tercer y último llamado de regla… La Gran Final ya iniciaría… y tenía que asistir…


    Mientras Ener acababa de recuperarse, prepararse y aclarar su dilema… con suerte. Gare estaba preocupado y reflexivo, había estado sucediendo demasiado ese día que… simplemente ya no se sentía con ánimos de seguir en medio del público, solo quería irse a otro lado, un poco más discreto y cómodo a su modo, antes de que el combate iniciase. Por ello, no pudo darse cuenta de algo muy importante… alguien, se puso a su lado, un Ratón, de color albino pero con un porte normal y sin mayor gracia, con lo que parecía una cortada en pico en una de sus grandes orejas…

    —Menudos combates tan intrigantes… ¿No es verdad?—. Preguntó el Ratón, lo que sacó de golpe del ensimismamiento de Gare, mirando curioso al Ratón.

    —¿A-Ah? ¡Oh! ¡¡S-Sin dudas!! Todos han dado una actuación envidiable… ¿No es así?—. Comentó el Conejo, sonriéndole animado al roedor, a lo que el mismo Ratón lo miró de perfil sonriendo… aunque… había algo raro en él, casi como si… algo no anduviese del todo bien.

    —Lo sé… Veo que por fin, Ener está ganando algo de reputación. ¿No es admirable?—. Respondió, volviendo la vista al público.

    —Y demasiado, la verdad es que no podría esperar menos de él… Eh, disculpe. ¿Conoce a ese felino?—. Preguntó con deje sorprendido al Ratón, por lo que el mismo lo miró directamente, para afirmar, sonriendo.

    —Oh, pero por supuesto que sí, soy un gran amigo suyo, de hecho, no lo parece, pero él y yo tenemos bastante en común—. Respondió con calma, algo que descolocó aún más a Gare.

    —¡¿D-De verdad?! Ya veo… —y se quedó reflexivo, era… anormal que fuese así pues, Ener no era precisamente un animal receloso, le encantaba compartirlo todo con los suyos, especialmente con él, jamás le había mencionado de un Ratón albino—. Disculpe, si no es mucha molestia; ¿puedo hacerle una pregunta? ¿Cómo se llama, señor Ratón?

    La pregunta de algún modo sorprendió al Ratón como transformó su gesto a uno más serio, una que de algún modo aterrizó a Gare, sintiendo que había cometido el peor error de su vida, eso pareció notarlo el roedor, por lo que relajó un poco su expresión.

    —Zurx… Zurx Undorova. —sonrió de nuevo, con esa extraña calma—. Es un gusto, siento si te asusté de algún modo, no es común que un simple y patético Ratón asuste a la gente—. Comentó, riendo enérgico, pero… se sentía algo de un extraño sarcasmo en ellos pese a la evidente broma, a lo que el Conejo no tardó en responder con una risa también.

    —Oh… nono, no diga eso… eh… Espera… ¡¿Undorova?! ¡¿La misma del que perteneció aquél grupo de roedores?! Ah, e-espera… uno en especial, ¿cómo se llamaba? ¿Zavlen? ¡Sí! ¡Zavlen! ¡Sin obviar a los gemelos Cezral y Orzna! Por los dioses… ¡¡Como adoro escuchar de sus hazañas!!—. Exclamó pletórico, y admirado, a lo que el Ratón rió conmovido.

    —Si, desciendo de la misma mítica familia, pero poco y nada tengo que ver con lo que hayan conseguido, ha sido hace tantas generaciones… Sin mencionar que yo prefiero una vida más tranquila y alejada de tanto ajetreo—. Respondió, a lo que Gare afirmó, esta vez olvidando por completo la extraña vibra.

    —¡Y no tiene nada de malo! La verdad es respetable, no todos prefieren estar de aventuras—. Comentó con calma el Conejo, a lo que el Ratón afirmó, antes de escuchar el esperado tercer llamado, y el público lo celebró.

    Por fin llegó la hora de la verdad, a lo que el anunciador lo presentó…
    —¡Y ha llegado la hora, Damas y Caballeros! ¡La Ronda Final dará inicio! Y vaya que ninguno de los competidores ha defraudado en lo más mínimo… ¡Incluso lo que todos esperaban que el felino, Ener’Veler perdería desde el inicio, no lo ha sido en lo absoluto! Pese a que muchos, querían ver esta contienda final con Har’Veler—. Anunció el Rano, antes de dar una breve pausa para que el público se preparase, comentase o lo que desease… —sin embargo; algunos han confesado que Ener no parece ser tampoco una mala promesa al final de cuentas… Podrá no ser un Rano, pero el hecho que porte el apellido Veler tampoco lo hace menos, y lo ha demostrado con creces. —y pese que se le veía el ánimo, muy en el fondo, el propio Ener, Gare y Zurx podían notar que el presentador estaba incómodo, como si no le dejase de fastidiar el asunto a pesar de todo… Eso, solo hizo sonreír de lado al roedor, como si estuviera satisfecho de algo. —¡Pero nuestro felino no puede confiarse! Pues Aurum, es sin dudas un oponente digno de temer, siendo su único rival los propios Seul y Har, quienes, irónicamente, fué el propio Ener quién los ha vencido. ¿Podrá ésta ser señal de que un nuevo e imponente rival se alzará? ¿O será que ya tenemos a un ganador? Hay demasiado en juego, y mucho puede suceder aún… ¡Aún así! No hace falta seguir desviandose del tema, pues todos estamos aquí para ver los dos combates más importantes de todos… ¡¡La Gran Final, y el desafío del Campeón contra el gran Hunz’Veler!!—. Exclamó por todo lo alto, a lo que el público estalló en júbilo, mientras el Ratón se cruzaba de brazos, Gare estaba ahora incómodo y preocupado y Ener solo suspiraba, entre desganado y tenso… Indeciso.

    Hunz, solo seguía serio, como de costumbre, pero se mantuvo preocupado, tanto, que no podía percatarse de la anormal presencia del Ratón. Algo indudablemente lo estaba empezando a carcomer…

    —¿Porqué Hunz está tan preocupado? Pareciera que presiente lo van a matar o algo—. Comentó riendo Zurx, a lo que Gare lo miró, para desviar ahora su vista al Rano, desde hacía rato que estaba así, y a diferencia, no solo no le hacía gracia, si no que la broma le pareció fuera de lugar y… algo macabra…

    El punto, es que el presentador al fin anunció al Rano, uno que empezó a subir al escenario, para no solo delatar a un Mago por su vestimenta, si no encima.. uno Arcano… se podía percibir por llevar como franjas, distintas runas que, aparentemente, no llevaban órden alguno.

    Tal vez fuese evidente pero, en el fondo, Ener admiraba a ese hombre, por ello, el detalle de su vestimenta también.

    El Rano no solo se veía más robusto de lo normal, si no que poseía un rostro digno del más férreo de los guerreros, como un viejo animal feérico, sin temor a nada, sabio y seguro de todo lo que hace, Ener, por una vez estaba muy temeroso… Ese sí iba a ser un problema, mucho más de lo que representó Seul, pero… si solo furioso sacaba a relucir su fuerza, tenía que concentrarse.

    Debía hacerlo… A pesar de que la duda aún le pudiese…

    Así, cuando llegó su turno de presentarse, el oscuro felino salió, a lo que el público vitoreó, pero, tan pronto puso un pie fuera, miró de inmediato hacia donde se encontraba Gare, cosa rara siendo que no pudo verlo antes para saber que, justo donde debiese mirar primero, sería al Conejo.

    Sin embargo, no estaba viendo al Conejo… Si no al roedor…

    Ni siquiera descuadró, sus ojos se clavaron en Zurx, mientras el mismo ahora miraba al Gato, manteniendo esa tranquila sonrisa, como… si simplemente supiese que va a ganar sin mayor drama, pero Ener sentía algo más… Algo no estaba bien con él pero… también sentía que… algo portaba que simple y llanamente… lo llamaba de alguna manera.

    Pese a que sentía que no debía ir al final.

    Tan pronto como los miró, volvió la vista al frente, y avanzó con normalidad, llegando al punto de encuentro, donde los rivales estrecharon la pata y así, tomaron distancia…

    Había llegado la hora…​


    El silencio empezó a hacerse presente, Zurx y Gare se mantuvieron pendientes y serios, el público estaba expectante mientras Hunz miraba con ridícula atención el combate que estaba por desatarse…

    Aurum se mantuvo estático, a ojos cerrados, concentrándose, mientras Ener sudaba de nervios pero se mantenía serio y atento, no hubo acción, no hubo movimiento… nada, antes que, de pronto, Ener corriese hacia adelante sin parar, casi como si buscase embestir al Rano, pero no, resultó que el Rano ya había saltado para arrojar un trío de Misiles Mágicos hacia donde corría, fracasando gracias a la repentina carrera antes de que Ener respondiese con un Virote de Fuego, impactando en el Rano y así, dando inicio a la contienda, el otro Aurum se desvaneció, habiendo sido una ilusión, cosa que hizo el público volviera a estallar de la emoción.

    Hunz estaba muy tenso, no era posible que lo viese venir, y, en el fondo, fuertes sospechas en él empezaban a emerger…

    Aurum no terminó de aterrizar antes de recibir otro Virote, este siendo de Hielo por lo que el Rano respondió con un Misil Mágico cargado en llamas, a lo que Ener pudo eludir uno, luego dos y tres pero se vió severamente impactado por el bastón del mismo, lo que hizo rugir al felino, volviendo a quedar mal en tiempo récord, eso tensó a Gare mientras el Ratón seguía mirando sin inmutarse, serio.

    Sin embargo, Ener pudo ejecutar un Contacto Electrizante, antes de rodarse por el suelo a un costado suyo mientras el Rano había concentrado energía en su puño para azotarlo al suelo, pero debido a la predicción, Ener lo había eludido por poco, a lo que le devolvió el bastonazo, Aurum buscó darle un corte con un fulgor divino pero Ener lo había conseguido bloquear por poco gracias a que tenía el bastón ahí mismo, por lo que forcejearon.

    Ener intentó, de nueva cuenta, superar la fuerza tan enorme del Rano, pero rápidamente se estaba haciendo evidente que no estaba resultando, Zurx y Hunz percibían que el Gato no se estaba enfureciendo o determinando, se le notaba una profunda duda encima, se notaba que estaba luchando por reflejo y no por un intento de ganar al cien.
    ¿Porqué? Bueno… Para Ener seguía el dilema de si dejarse ganar o no… estaba por fin, a un paso de la gloria absoluta… ¿De verdad lo valía?

    Aún así, rugió antes de conseguir ir frenando el forcejeo en su contra para romper el mismo y atacar inmediatamente después con un Virote de Fuego simplemente para quitárselo de encima y tomar algo de distancia.

    Aurum no perdió el tiempo, y atacó con lo que parecían truenos pero, lejos de salir de él, venían desde el mismo cielo y, encima, estos eran dorados, por lo que Ener se las tuvo que ingeniar en eludirlos como mejor podía, consiguiendolo aunque no limpiamente pues sí que resintió parte del daño, a lo que Ener terminó por atacar, para sorpresa de todos, con una esfera de luz, simplemente para iluminar, a lo que Aurum pudo adelantarse fácilmente para no perder de vista el felino, antes que inesperadamente el mismo corriese hacia el Rano y recibiese otro bastonazo de parte del Gato, eso aturdió un momento al Rano, no sin antes responder con Relámpago el cual de nuevo, Ener eludió pero recibiendo parte del daño, lo que hizo se arrodillara, definitivamente dañado y cansado pero no derrotado.

    El público se quedó profundamente pendiente, el combate parecía ir llegando a su final, Zurx seguía con una expresión severa, mirando en todo momento al felino, cosa que percibió Gare, y de nuevo no sabía si fiarse de él…

    Aurum, al ver su estado, intentó atacar, no sin antes que Ener consiguiese saltar hacia atrás, estando al borde de la plataforma, a lo que el felino maldijo…
    Seguía con la severa duda de si en verdad merecería la pena, sabía que no lo estaba dando todo, y ahora no sabía si valdría insistir, de hecho, se sentía mal, muy mal, Aurum le había hecho algo, pues sentía que sus fuerzas se drenaban.

    El público lo percibía, a lo que Zurx suspiró.

    Gare estaba confundido, y Ener intentó sacar fuerzas, pero solo pudo percibir que el Rano se le abalanzó, buscando impactarle en el pecho para tirarlo de la plataforma, a lo que Ener pudo responder interponiendo su propia arma y de nuevo… forcejearon…

    Todos se mantuvieron más atentos que nunca, Hunz los tenía técnicamente a lado, no dejaba de observar intrigado, Ener, por una vez, le dirigió la mirada, percibiendo ese extraño detalle, pero tragisversándolo también a una mirada de circunstancias, como recordándole que tenía que cumplir su promesa. Aurum trataba de ganar el embate de una buena vez mientras el Conejo seguía tenso, incluso cerró los ojos… derrotado, a lo que Zurx afirmó con calma.

    Cerró también los ojos, aunque solo un instante, relajó su postura, y pareció recitar algo solo con sus labios, por lo que, lo único que provocó, es que el mayor tesoro de Hunz, un Brazalete, le enviase una extraña descarga eléctrica, una que jamás había sentido… bueno, sí, cuando había tocado el objeto por primera vez…

    El característico símbolo, o runa, o lo que fuese del objeto, con lo que parecía una luna… brilló en celeste con todo y runas, lo que, de algún modo, captó la atención de Ener, no solo por sentir algo, si no por sentir un especie de impacto en su pecho y en su contra.
    Incluso el felino se quejó, pero… no era por Aurum, el mismo Rano sintió un breve choque de algo raro en él, como si algo hubiese terminado de hacer un especie de click…

    Ener seguía forcejeando, incluso perdiendo, pero… la enigmática sensación le hizo entender algo más, de algún modo, le recordó algo muy importante.

    Todo… Todo lo estaba haciendo por Gare… Gare Zonova.

    Y no solo eso, aquella gran motivación y energía que había demostrado esa misma mañana y por el que hasta quería mandar al garete al propio Hunz volvieron como por arte de magia, recordando por completo lo que anhelaba ese día más que nada…

    Solo… demostrarse a sí mismo… ¿no era siempre lo más importante?

    Hunz estaba confundido, no solo por la extraña activación del artefacto, si no por lo que parecía una renovada determinación por parte de Ener, Aurum también estaba sorprendido, y Ener acabó por recuperar la chispa, aquella, que le habían hecho ganar los otros combates…

    Así, el felino rugió una vez más para conseguir romper por segunda ocasión el forcejeo, pero esta vez, porque le había ganado en fuerza al Rano, una de las runas de su singular túnica brilló en dorado, y Ener no tardó en usar otro Contacto Electrizante, pero con una potencia mucho mayor, una que sin dudas si lastimó al Rano.
    El público volvió a estallar impresionada, algo que se contagió hasta con Gare, y el Ratón terminó por cruzarse de nuevo de brazos, sonriendo con suficiencia… ¿Acaso había sido por él?

    Hunz pareció percatarse de ese detalle, pero volvió su atención al combate, incluso el propio felino no lo entendía pero… simplemente, algo había encajado de pronto, como si algo le hubiese devuelto las fuerzas, y ahora, sin siquiera estar rabioso, estaba volviendo a demostrar esa poderosa determinación suya, podría con ello, y estaba decidido.

    El Rano sonrió, no con malicia, ni burla… solo, divertido e interesado.
    —¡Muy bien Ener! Esa era la mirada que anhelaba ver…—. Exclamó el Rano, con honestidad, algo que el Gato agradeció.

    Así, se desató un especie de segunda ronda, lo que hizo que Aurum atacase con otra serie de Virotes y Misiles, pero el felino eludió con gracia para responder con esos mismos virotes pero solo de fuego y hielo, varios, a lo que el Rano pudo bloquearlos todos antes de verse en otro embate de bastones, pero esta vez sin buscar forcejear, si no simplemente colar un mútuo impacto sin éxito, provocando un constante choque de bastones.
    Al no ver éxito, saltaron hacia atrás para enviarse un potente Misil, chocando y generando una explosión antes de que Aurum arrojase una Bola ígnea, lanzándolo sin pensar, pero Ener se había adelantado y se movió a un costado atacando de sorpresa a Aurum con Contacto Electrizante, fallando por poco, y recibiendo un bastonazo como respuesta, cosa que ya no movió en serio al Gato, pero aún así, el impacto ahí estaba, igual, no tardó en recuperarse para arrojarle el arma, algo que agarró desprevenido al Rano, consiguiendo desviarlo antes de recibir un par de suaves misiles para hacerlo perder la pose y el Gato aprovechó para golpearlo con sus puños, los cuales recibió con una mayor contundencia de la esperada.

    El público cada vez se emocionaba más, de pronto todo se había disparado y ahora Aurum parecía irse viendo en aprietos, todos estaban siendo influenciados por la acción menos Hunz y Zurx, que seguían viendo con suma atención.

    El Rano estaba sorprendido, para intentar atacar a Ener con el mismo fulgor, pero pudo eludir de nuevo para recuperar su bastón y conseguir propinarle un Virote de Fuego, a lo que el Rano respondió rodando por el suelo, eludiendo un bastonazo para contraatacar con con uno de esos truenos, aunque para su sorpresa, Ener pudo eludirlo limpiamente.

    La cercanía hizo que sus armas chocasen al buscar lo mismo y de nueva cuenta forcejearon, antes de que Aurum cambiase de estrategia y pudo girarse en su eje horizontal para patear a Ener y derribarlo, así, el Rano se incorporó y saltó contra el felino para aplastarlo, cosa que casi consigue de no haber sido que Ener se había rodado por el suelo para incorporarse y usar un Virote de Hielo, aunque sin disparar, solo manteniéndolo en la punta del arma para lanzarlo de nuevo contra su objetivo, cosa que ahora servía como una improvisada lanza, el Rano lo eludió por poco, pero no un certero golpe directo en el pecho que le sacó el aire, el felino lo había golpeado con uno de sus puños, de nuevo, y el Rano retrocedió un momento antes de asolar a Ener con un par de bastonazos, pero el tercero para rematarlo pudo frenarlo por poco, consiguió sujetar el bastón y quitárselo, así, ambos acabaron desarmados.

    Aurum notó que, por alguna razón, una de las runas del gato brillaba en dorado, así que concentró su poder mágico, haciendo iluminar sus propias runas, para ahora crearse un Escudo en uno de sus brazos y atacar con distintos proyectiles al felino, el mismo no consiguió eludir limpiamente, pues buscaba llegar cuanto antes contra él para rematarlo, pero ahora el Escudo era un problema.

    Así, al ver que de seguir así, Ener no aguantaría mucho, pues de nuevo se empezaba a sentir muy agotado, optó por replicar lo que le había hecho hace poco, girandose en su eje para derribarlo con una patada, cosa que habría resultado, de no ser que Aurum lo esperaba, para ahora sí caer sobre él y aplastarlo, provocando que definitivamente el felino quedase rendido…

    Eso hasta enmudeció a la gente, al no esperar ese resultado, sin embargo, no solo era por eso, ya que en realidad, el Rano había impactado a secas contra el suelo, había sido víctima de una ilusión, y, antes de que pudiese hacer nada, Ener llegó de sorpresa para darle un severo y crítico impacto contra la cabeza del Rano para en definitiva, hacerlo caer rendido al fin…

    Nadie lo había notado, el espectáculo de proyectiles y explosiones le habían servido para arrojarse justo a media patada, rodarse, recuperar su arma y golpear a Aurum antes de que fuese tarde… El Mago intentó levantarse después del tremendo impacto, pero simplemente no resultó… A lo que, indudablemente, todos estallaron en júbilo por ese sorpresivo final.

    O al menos, así parecía, porque muchos de todos modos se quedaron mudos.

    Hunz suspiró frustrado, mientras Gare celebraba con gran ímpetu y, pese a todo, Zurx no se inmutó, aunque sí que mantuvo su tranquila sonrisa.

    —¡¡Simplemente asombroso Damas y Caballeros!! ¡¡¡Ener’Veler es el Campeón de esta competencia!!!—. Exclamó, mientras varios celebraban por simplemente haber disfrutado de tan singular combate.

    Ener jadeó, incrédulo, sin poderse creer que en verdad las cosas se hubiesen llevado de esa manera, aún así, ver todo ese júbilo, indudablemente, le llenó de dicha…

    Por una vez… se sintió valorado.

    Zurx rió enérgico y hasta divertido por ver cómo Gare reaccionaba ante todo eso, instándolo a que celebrase con él, el Rano estaba más reflexivo que nunca, se le veía molesto, cansado, frustrado… Indudablemente, estaba en conflicto.

    Simplemente… Estaba hecho…


    A pesar de todo, Ener no se sentía completamente realizado, ni siquiera del todo satisfecho, volvió a mirarse la pata derecha, a él nunca le había gustado portar guantes o similar, pero… por alguna razón, sentía ahora más que nunca dicha necesidad de alguna manera.

    La gente celebró, incluso algunos vitoreaban su nombre, a lo que el oscuro Gato volteó a verlos, con un gesto sorprendido y aturdido, ni él se creía que hubiese ganado, pero… también la Runa que se mantenía encendido en dorado de su túnica no desaparecía, para la perspectiva de Ener, el mismo estaba en su espalda, así que no tenía modo de enterarse de aquello, aún así, se sentía extraño, muy extraño, como si algo no terminase de ir bien por ahí…

    La noche ya había llegado definitivamente, el público seguía en júbilo mientras Ener desvió su vista hacia Gare y Zurx, el Conejo también estaba celebrando, aunque al ver el rostro de Ener, le extrañó…
    Miró ahora al Ratón, el mismo lo miraba aún con esa tranquila sonrisa, y a brazos cruzados, el felino seguía sintiendo algo raro en él, un especie de presentimiento muy incómodo pero a la vez familiar… ¿Qué clase de energía o sensación era esa?

    Hunz miró curioso los gestos de Ener, incluso la de Gare… y… aquél extraño Ratón.
    Hasta ahí se dió cuenta de algo muy raro… ¿Y ese en qué momento se había aparecido? Ener había recibido algunas visitas, y pudo congeniar muy bien con unos pocos, pero… indudablemente no recordaba a un Ratón albino entre ellos.

    Miró intrigado al Ratón, intentó inspeccionarlo mejor, y una gélida sensación lo invadió…

    ¿Podría ser..? ¿El..?
    Solo una vez había sentido eso…

    Hunz no sabía qué creer, qué pensar o siquiera qué hacer, pero… también notó algo más, revisó el brazalete, el objeto seguía brillando con ese símbolo de luna incrustado, en azul, la energía… la sensación, seguían presentes… ¿porqué?

    ¿Porqué sentía también que de algún modo, dicha energía estaba profundamente conectada con el roedor?

    Ni siquiera el más viejo de los Veler lo entendía, pero fueron los vitoreos de la gente los que lo sacaron de su breve trance, sabía lo que venía… sabía que tenía que hacer lo suyo.

    Ener había fallado en cumplir con lo que debía… como siempre… pero… por una vez… había algo nuevo…

    Estaba… asustado.

    Era algo que por obvias razones no demostraría, pero no tenía de otra… Tal vez, por una vez… tenía que tomar en serio al mocoso…

    Así, Hunz suspiró, antes de levantarse, a la par que tomaba su bastón, con lo que parecía una esmeralda en su punta, tesoro familiar… sí…

    Neros’Veler… Jamás defraudaría a su héroe personal… no después… de haber caído ante ese maldito Dragón Oscuro…

    El Rano sostuvo con ambas patas el bastón, a quién pertenecía a aquél otro Rano, lo hizo con fuerza, recitando una breve bendición consigo mismo a modo de buena fortuna y que no sucediese nada malo, Zurx, al ver eso, de algún modo sintió la vibra y no evitó reírse por lo bajo, casi como si se burlara…

    El viejo soltó un suspiro final, para alzar la vista hacia su discípulo, y empezó a caminar, bajando de las improvisadas escaleras para descender a la plataforma de combate, la gente más que nunca estaba expectante y eufórica, ni siquiera hizo falta que el presentador hablase, todos, sin excepción, conocían la rutina…

    ¿La gente celebraba por el actuar de Ener? ¿O tal vez por saber que definitivamente Hunz sería implacable contra el Gato?

    Era algo a lo que el mismo Ener no quería pensar ahora, pero… inevitablemente, no evitó pensar en eso mismo…

    Y no se contendría más para ello ya…

    Hunz miró a su alumno, antes de relajar la postura, y azotar con fuerza la punta inferior del imponente bastón, haciendo que todos se callasen poco a poco para prestar atención.
    Gare miraba intrigado, mientras Zurx mantenía su relajada postura y sonrisa… mirando.

    Maestro y alumno se miraron mutuamente, antes de que el viejo, por fin hablase…
    —Enhorabuena… Ener. Has superado todas y cada una de las adversidades que… no solo esta competencia te ha impuesto, si no las demás. Pruebas de fuerza, de resistencia, de inteligencia, de voluntad y ahora… de poder. Has vencido a la élite del alumnado, y eso, te ha coronado como el supremo vencedor de este año. Puede que no todos te apoyasen, puede que algunos… aún se mantengan reticentes a aceptarlo, pero es obvio que, si has llegado hasta aquí, es porque has demostrado ser digno Campeón, y, no solo eso… Eres digno portador del apellido Veler. Querido Ener, tienes mi más sincera y respetuosa felicitación—. Afirmó en lo último a ojos cerrados, mientras Ener se mantenía callado, incluído al resto.

    Hunz abrió los ojos de nuevo, esperando a ver si el felino decía algo, pero no fué el caso.
    —Ener’Veler… Como bien sabrás, ser el Campeón no solo es ganar el título, si no el graduarte de forma gratuita e inmediata del instituto… Tendrás el título de Mago, de forma irrevocable, y ya nadie podrá poner en juicio aquello. Además, de ganar el justo derecho de pelear como muestra de poder y prueba, los alcances que posees como Mago; Campeón de este año. Ener, si aceptas, podrás pelear en mi contra, y sin temor a nada, dar lo máximo de ti o… incluso más allá. Finalizó, a lo que la gente volvió a estallar en júbilo, esperando al fin este momento…

    Sin embargo, Ener percibió algo raro en esas últimas palabras, había visto ya esta competencia a lo largo de su vida… y juraba que era la primera vez que lo veía acabar de ese modo… “incluso más allá”, sonaba casi como una provocación, pero no era una de mala manera… era… Una provocación casi que a modo de tanteo… Como si Hunz planease algo más.

    Gare y Zurx siguieron atentos, sin decir nada y sin dejarse llevar por la energía del público, quienes no tardaron en alentar a Ener que aceptase el desafío, podía negarse, si quería, pero… ¿el Gato también había esperado ese momento?

    Por una vez… no sabía siquiera si su poder podría bastar, peor sabiendo la crudeza de lo que había estado haciendo a sus espaldas, gracias a las palabras de Har…

    La tensión se hizo palpable por unos instantes, varios pensaron en serio que se negaría, Ener no se movía, tampoco Hunz, ambos fijaron sus miradas…

    Hasta que Ener, simplemente afirmó.

    No dijo nada, no hizo falta, pero era evidente… El duelo… había sido aceptado.
    —Ener…—. Murmuró preocupado Gare, mientras Zurx reía complacido, además de ser evidente, cosa que confundió al Conejo, pues… sentía que cuando el Ratón le dijo que le conocía, no era en vano…

    Hunz suspiró, para asentir con calma, y tocó a Ener con el bastón, para usar una recuperación de sus daños absoluto, así, no perderían más el tiempo, dió media vuelta y caminó para tomar su lugar y distancia…

    Ener no se movió, al menos en un primer instante, notó que extrañamente el brazalete estaba activo, desde hacía rato, cosa rara… pues no era algo normal en el comportamiento del mágico objeto.

    El felino dió media vuelta, para tomar su lugar también y volvió a girarse para encarar a su maestro, a lo que el presentador no dijo nada, pues solo estaba ahí para anunciar el inicio del combate…

    Ener aún tenía dudas, no por dejarse ganar, obviamente, si no por… rememorar los acontecimientos…

    Antes de siquiera la primera ronda, ya le había dicho a Gare que hacía tiempo las cosas iban mal y de forma extraña, que sentía que algo quería emerger de él, incluso, no entendía porqué su determinación llegaba hasta los extremos a los que llegaba.
    Seul mofándose que era el consentido de Hunz porque no peleaba nunca en serio, Har diciéndole el porqué usar hechizos básicos…

    Aurum… ya esperando ver una mirada de su parte.

    Y ahora… la extraña presencia de ese Ratón… y la extraña actitud de Hunz.

    Ener sentía que no era en vano, y todo tenía que ver con algo…

    Él mismo, siempre… siempre tenía que estar Ener en medio de todo aquello.

    El presentador disparó un virote de fuego al cielo, antes de tener que correr fuera de ahí, dando inicio al combate…


    Ener, optó por llevar el Bastón ante él, con ambas patas sujetándolo firmemente, para suspirar y concentrarse como mejor podía, pero… para sorpresa de todos, incluso la de Hunz, las runas de su túnica, todas, brillaron un instante en dorado, a la par que giró un par de veces el arma para azotarlo enfrente suyo y… así, sentir que por una vez podía manifestar la energía en su interior en serio, podían sentir cómo de algún modo, la fuerza del propio felino ya no tenía cadena alguna, al menos de forma metafórica… ¿Acaso se había estado conteniendo todo ese tiempo?

    Pasada la impresión, Hunz relajó la expresión, chasqueando la lengua, para negar, y, su primer accionar, fué cerrar los ojos para recitar algo en voz baja, alzó el bastón y lo giró varias veces antes de frenarlo de golpe verticalmente, mientras una brisa de viento resopló, pero… era uno que se sentía no era natural… venía del propio Rano.

    Una fuerte presencia se hizo presente, un especie de aura comenzó a manifestarse mientras las prendas del viejo levitaban ligeramente, a la par que el Brazalete parecía respaldar el accionar, pero, de nuevo, Ener resintió una apuñalada en el pecho, tanto que hasta le hizo quejarse producto de lo mismo, había sido uno especialmente fuerte y firme. Siguió observando con atención, mientras Hunz suspiraba y relajaba la postura…

    Estaba listo…

    Y su primera acción, fué lanzarse contra su alumno para invocar energía divina del arma, en forma de sable para dañar en serio a Ener, lo que el mismo respondió con sorpresa y bloqueando justo a tiempo el primer impacto, solo para que Hunz lo quitase e insistiera, a lo que Ener tuvo que bloquear como podía, sorprendentemente, los impactos chocaban y ninguno de los dos resentía daño alguno…

    Por una vez, la gente no dijo ni hizo nada, estaban serios y pendientes, no es que temieran interrumpirlos, simplemente es que siempre valía prestarles mucha atención…

    Ener rugió para conseguir empujar a Hunz con su pata libre, lejos de él, lo que lo tomó desprevenido antes de ver un par de Misiles Mágicos en su contra, los cuales pudo desviar gracias al Brazalete, de nuevo haciendo sentir una extraña punzada a Ener, para que rematase con un severo Relámpago en su contra, a lo que Hunz terminó por recibir de lleno y quejarse de dolor, sorprendiéndose, ahora entendía que la contundencia de los ataques no era ningún chiste, genuinamente, de algún modo, Ener estaba atacando con una fuerza que directamente no le correspondía.

    Gare estaba confundiéndose, sin abandonar la tensión, como si ver ese combate estuviese sirviendo más que los otros, mientras Zurx no dejaba de sonreír, esta vez de forma más evidente e incluso… siniestro.

    El Rano acabó por conjurar una Tormenta Estelar, lo que provocó que un potente Trueno cayese sobre Ener, lo cual pese a verlo venir, no pudo esquivar adecuadamente, pese al severo impacto, el felino se levantó sin mucho drama, descolocando aún más a Hunz… ¿Es que acaso estaba jugando con él? ¿Le había estado engañando todo este tiempo? ¡¿Pero cómo?! No tenía sentido… mucho menos con el entrenamiento encima… Simplemente… Todo apuntaba a una sola cosa…

    Ener siguió sin responder a los ataques, era evidente que lo estaba estudiando, por lo que Hunz terminó por azotar el bastón para agrietarlo de forma espectral y así, de las mismas grietas salieron espectros para buscar impactar directamente, a lo que Ener pudo esquivar gracilmente antes de atacar con otro Misil, a lo que Hunz pudo cubrirse para correr hacia el felino e impactarle con fuerza acompañado de un gruñido, pero el ataque resultó ineficaz, ya que justo Ener había usado ilusión, saltando hacia atrás, al caer en la trampa, Ener buscó ir contra él, extendiendo sus garras, los cuales, de improviso, el mismo felino se sorprendió al sentir un tirón de algo, y terminó por dar un zarpazo grave, lo cual le hizo bastante daño al Rano, el mismo retrocedió un par de pasos, sorprendido y viéndose el pecho, al ver a su alumno, no percibió nada raro, pero Ener sí que miró su pata… pero no había nada raro tampoco… ¿Qué había sido eso?

    Zurx rió con discreción, casi como si todo eso le divirtiera profundamente…

    Hunz gruñó, y esta vez, decidió enfundar el Bastón para así, de sus patas, crear un par de puños elementales, uno de fuego y otra de estática, corriendo hacia Ener para impactarle, aunque el felino pudo bloquear o eludir de nueva cuenta, sin embargo, fué un breve relámpago salido de la pata de estática para impactarle a Ener, lo cual sirvió para paralizarlo unos instantes, suficiente para asolar con severidad y dejando mal parado a Ener en cuestión de segundos.

    Hunz remató con un severo puñetazo contra su rostro para sacar volando al felino y derribarlo, a la par de hacerlo arrastrarse unos metros, el felino tosió sangre, pero… pese que ahora se le dificultaba ponerse de pié, pudo hacerlo relativamente pronto para la de daño que debió recibir.

    Eso hizo gruñir a Hunz frustrado, como si algo anduviera mal en todo eso, y es que no era para menos…

    —No lo entiendo…—. Inició Gare. —¿Cómo es posible que Ener resista tanto? No es que este a favor de Hunz pero… No tiene sentido, un simple bastonazo siempre bastaba para dejar en estado crítico a Ener… ¿Porqué siempre de pronto parece sacar fuerzas y aguante de la nada? Siempre… furioso es que lo sacaba a relucir, y en el último combate no estaba furioso, estaba… decidido, y aquí, no parece ni decidido ni furioso, sabe que no puede ganar, sabe que sólo debe aguantar pero… Es evidente la diferencia de poder, se siente hasta en el ambiente… ¿Porqué pasa esto? No… tiene sentido—. Comentó intrigado Gare, a lo que Zurx volvió a reír.

    —¿Debo repetirte que conozco a este niño, Gare?—. Preguntó Zurx, con deje divertido, mirando aún el combate, a lo que el Conejo lo miró intrigado… y el Ratón continuó:
    —Ener no es alguien ordinario… No me malentiendas, no estoy diciendo que sea un elegido de algún dios, un futuro salvador del reino o ridiculeces así… Me refiero a que… bueno, algo habrá hecho en el pasado como para que hasta ahora se manifieste… ¿No lo crees?—. Continuó, a lo que Gare cayó en cuenta brevemente.

    —S-Sí… creo… Bueno, es que no lo entiendo, Ener nunca fué especialmente fuerte, es evidente que siempre algo anduvo mal, pero cierto es que… Bueno—. Comentó a medias, se estaba conteniendo, a lo que el Ratón volteó a verlo, sonriendo aún más.

    —Esta mañana hablaron… ¿No es así? —y el Conejo lo miró sorprendido como intrigado, a lo que el Ratón afirmó a ojos cerrados—. Oh, los escuché, quise pasar a saludar pero no quise cortar su breve juego… Escuché que Ener te confesaba que algo iba mal con él, que algo se estaba manifestando últimamente y en cierto grado le intrigaba… Estás consciente que Hunz no es cualquier Mago, ¿verdad? Y si dices que Ener no es precisamente el animal más poderoso… ¿Cómo es que puede darle tanto combate? Bloquearlo, predecirlo… incluso engañarlo. —rió—. Por favor… es tan cliché eso…

    —¿Me estás diciendo que este algo es lo que le está permitiendo dar tanta pelea?—. Respondió tenso Gare, a lo que Zurx se encogió de hombros, haciéndose el loco.

    —¿Crees que haga falta ser más explícitos? Gare, seamos honestos… Ener tiene una fuerza patética aquí… No es para que hubiese logrado siquiera pasar de la primera ronda y… no, su determinación poco y nada tiene que ver—. Dijo el Ratón, volviendo la vista a la pelea…

    Eso molestó al Conejo, encarando al Ratón.
    —¡¡Ener ha entrenado duro para esto!! ¡¿Cómo te atrev-

    —Ohhh, mi querido Conejo… No me atrevería a subestimar a alguien como Ener…—. Respondió el Ratón con… demasiada seguridad, lo que descolocó a Gare.

    Pronto, el Ratón añadió, sin mirarlo:
    —Nunca subestimes la verdadera naturaleza de la magia… Mucho menos a sus portadores. Gare… Yo sé lo que es en realidad Ener’Veler—. Sentenció, con deje divertido, sabiendo que eso solo intrigaba aún más al Conejo, y Zurx suspiró. —Solo relájate y disfruta… Gare, ya te lo dije… Conozco a este felino—. Finalizó, riendo unos instantes, y eso lo odiaba Gare, pues… sabía que le estaba hablando a medias, y… a la vez, por una vez, sintió miedo…

    Miedo de ambos…

    Hunz se había vuelto a abalanzar contra Ener para atacarlo, a lo que el felino rugió para concentrar fuerzas en su puño y atacar directamente, pero lo único que sucedió es que había golpeado a un señuelo, lo que pudo ver un flash a su costado y salto al frente, siendo un Relámpago por parte de Hunz, había predecido su movimiento, y eso Ener, pese que le consentía poderlo predecir, no terminaba de confiarse, ahora más que nunca su interior parecía tener una severa contradicción… algo no iba nada bien.

    —Si tanto querías contenerte, no sirve de nada, mocoso… Si al final siempre tuviste el poder de hacerme frente… ¡¿Porqué no me lo dijiste?! Como si eso cambiase algo ahora—. Exclamó, sin temor alguno ante el público, conocía los gestos del Gato, el mismo no se iba a contener ya…

    —¡¿De qué me hablas?! ¡¡Ni yo entiendo qué es lo que me sucede!! Ya te dije que es algo que simplemente emerge… ¡¡No tengo nada que ver con esto!!—. Respondió frustrado, para disparar distintos virotes con elementos mezclados contra su maestro, quien pudo eludir sin mucho drama.

    —Claro… Eso lo sé perfectamente, pero en lugar de huir de él, te has entregado… ¿Tienes idea de la naturaleza de ese poder?—. Respondió, serio, descolocando al Gato, solo para ver cómo un rayo de energía iba contra él, a lo que Ener rugió para colocar el bastón y conseguir resistir el daño como mejor pudo, saliendo bastante mejor de lo esperado, pese que sí que hubieron rastros de daño por ahí, el felino jadeó, cansado, para volver a encarar a Hunz.

    —¿Naturaleza? ¿Poder? ¡¿Qué cosas dices?! ¡¡Sólo sé claro maldita sea!!—. Exclamó de vuelta, para irse contra él, buscando simplemente golpearle con el bastón, pero Hunz lo bloqueó, antes de ver una serie de golpes y provocando que ambos tuviesen que responder para bloquear y atacar.

    —¡¡Un poder que nace de la nada, especialmente uno tan grande y único no tiene ni el más mínimo sentido, Ener!! Tú… Sabes más de lo que dices, de lo que haces e incluso de lo que manifiestas… ¡¡No eres normal!! Y mucho temo decirte que es un normal para nada grato… Ener… ¡¿Quién eres?!—. Rugió, antes de regresar los impactos y ahora ser Ener quién debía defenderse, terminando con un severo impacto que forcejearon con increíble contundencia por ambas partes.

    —¡¿Qué semejante pregunta de mierda es esa?! ¡¡¡Me preguntas como si supiese MIS ORÍGENES!!!—. Exclamó de vuelta, rabioso, hacia Hunz, sorprendiéndolo por el insulto, incluído al público antes de ver que el Rano era empujado y Ener rugía para disparar un cuarteto de misiles con severa contundencia contra Hunz, moviéndolo bastante, pero aún teniendo mucha batalla que dar…

    —Desde que… esa maldita energía se ha estado manifestando… Te has vuelto tan irascible… Pero está bien, no puedo culparte, nadie ha sido justo contigo—. Respondió Hunz, sorprendiendo bastante al Gato y al resto.

    Eso hasta descolocó a Gare…

    —¿Qué?—. preguntó incrédulo Ener, a lo que Hunz lo miró.

    —¡¡Lo que escuchaste!! Nadie fué justo contigo… Yo te rescaté, Ener, lo hice porque no podía aceptar mi cruda realidad para con las herencias… ¡Pero eso no importa! Tan sólo… Agh, es tarde, Ener… Demasiado tarde, solo… te pido que te vayas de aquí cuando todo esto acabe, ya conseguiste lo que buscabas… Vete… Vete y no vuelvas jamás, y si lo haces… Sabré que mi mayor horror se habrá vuelto realidad, tan solo… lo siento tanto—. Confesó, apretando los dientes, como si le costase aceptarlo, cosa que solo confundía aún más a Ener, lo que pronto se convirtió en más rabia.

    —¡¿Y cómo pretendes que salga de aquí así sin más?! ¡¿Ahora que por fin tengo la oportunidad de destacar?! ¡¡¡NI HABLAR!!! ¡¡Simplemente no es justo!!—. Rugió, para lanzarse al ataque, y volver a chocar ataques, continuos. A lo que el felino siguió desfogándose:

    —¡¡Así como tampoco es justo que jamás me hayas entrenado en serio!! ¡¿Crees que soy imbécil, Hunz?! ¡¡Si no puedo salir de hechizos tan básicos es porque nunca tuviste las pelotas de entrenarme por completo!! ¡¿Porqué?! ¡¿PORQUÉ?! ¡¿Porqué merezco esto cuando siempre lo dí todo por tí y por esta maldita ciudad?!—. Rugió, a lo que esta vez pudo superarlo, y pudo devolverle la serie de ataques que hace poco le había podido ejercer, dañando en serio al Rano, e incluso provocando que rugiera del dolor, acabando siendo empujado en un remate, sosteniéndose como buenamente pudo al ser deslizado, y arrodillados con una pierna abajo, jadeante.

    —¡¡Solo quise ser uno más de ustedes!! ¡¡Ya sé que jamás podré ser un Rano pero… carajo!! ¡¡¡Solo quiero una maldita familia!!! ¡¿Es acaso mucho pedirles eso?!—. Exclamó, entre rabia y dolor, incluso con una voz trémula pues le estaba doliendo profundamente eso… y… tenía razón, desde que aquella sensación fué emergiendo, se sintió más capaz de todo… Y solo… hasta ese podrido día, tenía la oportunidad de destacar y por fin hacerles frente a todos ellos…

    ¿Es que en verdad tenía que ser así..?

    Hunz tosió, producto del daño, sacando un coágulo de sangre, antes de irse incorporando con cierta dificultad.
    —Ener… Solo quiero que entiendas algo… Déjalo ir… Déjalo, vete e inicia de nuevo. Ya ha empezado, pero aquí no lograrás nada… Solo terminarás lo que se ha iniciado, y no quiero ver el resultado final de eso…

    —¡¿Pero de qué?! Entiende que este es mi único maldito hogar… Sí, quiero salir a buscar mis orígenes pero… nunca… tengo la voluntad para ello—. Respondió, sollozante.

    —¡Pues ahora más que nunca debes tenerla, Ener! Ni yo sé de dónde demonios has salido… Solo, por una vez, hazlo. Será lo mejor para todos, sí… No tuve el valor de entrenarte como merecías… Nunca quise hacerlo al saber la energía que desde mucho antes de lo que crees inició, quise creer que era solo una alucinación pero… ahora más que nunca sé que no era así, me ganó la presión… Y nunca fuí capaz de aceptarlo ni de hacer lo correcto. Soy un cobarde, ¿sí? ¡¡Lo admito!! ¡¡Soy un maldito cobarde!! ¡¿Querías escuchar eso?! P-Pues ahí lo tienes… Ahora, acabemos con esto—. Sentenció, para volverse a poner en pose de combate, pese que ahora era él, el que por alguna razón sentía que Ener le había hecho algo…

    El felino jadeó de la impresión y del shock, jamás creyó ver que su maestro fuese capaz de confesarse… pero… lejos de consolarlo o calmarlo, solo le molestaba más.

    —¡¡NO!! ¡No quiero oír disculpas ni que te arrastres ante todos aquí por mí! ¡¡Quiero escuchar que estás orgulloso de mí!! ¡¡Me niego a creer que en verdad solo porque tengo algo especial puedo al fin tener la oportunidad de dar algo!! ¡¡¡ME NIEGO!!!—. Rugió, sosteniendo la última sílaba por unos segundos antes de correr contra su maestro, para buscar impactarle varias veces de nuevo, cosa que no tardó mucho en conseguir, y por más que Hunz intentó defenderse, fué inútil al final…

    —¡¡Quiero escuchar que todo lo que sufrí por tu culpa valió la pena ahora!! ¡¡Quiero escuchar que genuinamente la determinación lo pudo!! ¡¡Quiero ver que todo ha sido por un jodido mérito propio antes que porque tengo un maldito don en algo!! ¡¡¡Para eso me deshice día y noche!!! ¡¡PARA ESTO!!—. Rugió, terminando por partir y romper el Bastón por la severidad de ataques, a lo que no tardó ahora en ir con los puños.

    —¡¡Ahora más que nunca prefiero escuchar el cliché de que la determinación lo puede!! ¡¡Dime que estabas orgulloso, Hunz!! ¡¡Dime que siempre lo estuviste muy en el fondo!! ¡¡Porque siempre te vi como un padre más que un mentor!! ¡¡¡Dime que en el fondo estás orgulloso!!! ¡¡¡¡DI-ME-LO!!!!—. Sentenció de nueva cuenta antes de juntar sus patas abiertas y darle un severo remate que terminó por sacar volando al Rano, haciéndolo rodar varios metros, provocando así… Un severo silencio, uno que lejos de ser positivo… era… aplastante.

    Gare ya tenía las patas en la boca, soltando unas cuantas lágrimas del shock, mientras Ener jadeaba severamente, parecía que en cualquier momento se iba a desmayar, no se daba cuenta que las runas en su túnica brillaban con un intenso dorado, más que nunca, pero el felino acabó por toser sangre… indudablemente, se estaba sobre esforzando demasiado.

    Hunz, increíblemente, se había colocado sepa dios en qué punto de la cadena de ataques un Escudo, lo que le permitió incorporarse con dificultad, aunque pronto acabó arrodillándose, poniendo las patas delanteras en el suelo, tratando futilmente de recuperar el aliento…

    —... Y-Yo… S-Siempre… q-quise tener… d-descendencia… Y… S-Siempre fallé… miserablemente…—. Respondió débil, antes de forzarse a usar un efecto curativo, al menos para calmar el tartamudeo. —Sí te veía como un hijo… Pero… Ellos… La Sombra… El mal… Siempre tenía que azotar, incluso a mí… Como represalia por el Demonio que maté hace tanto… Y que de algún modo, había vuelto y tuve que rematar…—. Continuó, para alzar la mirada, y ver que estaba en un estado lamentable.

    —Estoy orgulloso… Ener, siempre envidié y admiré la tremenda capacidad mágica que posees… La tenacidad… El poder… Tanta… T-Tanta… Que al final, la admiración se convirtió en miedo…—. Continuó, solo para sollozar un instante y volver a bajar la mirada. —T-Te lo dije hace tanto… La magia es muy volátil, peligrosa… Mística y bella a su modo… sí… Pero nunca es gratuita… Y un poder como este, solo lo conseguí sacrificando demasiado y entrenando por absurdas horas… Días… Meses… Años—. Añadió, antes de conseguir ponerse de pié. —Y que lo obtengas tras décadas de enseñanza tan pobre y básica… N-No está bien… No… Nunca es una buena señal—. Finalizó, alzando la mirada de nueva cuenta y mirando al felino.

    Un trueno cayó en la lejanía, mientras Ener sollozaba en silencio, escurriendo lágrimas.
    —Me estás diciendo… ¿Que soy un monstruo? —fué lo único que dijo, a lo que Hunz se mantuvo en silencio.


    Ener gimió, soltando aire bruscamente por la boca, negando, incrédulo… A qué mentir, tampoco se lo tragaba…

    No eran por sus palabras o gestos, eran… el toque…

    No lo sentía completamente honesto, casi como si en realidad buscase aún así tornar a la gente en su contra, y eso… le dolía, no, le quemaba, le quemaba de un modo brutal y horrible, quejándose no del dolor físico, si no… del mental…

    —Ener… Para… Por favor, estás cruzando límites—. Pidió, preocupado, muy preocupado, por supuesto, se refería a los “límites” de su actitud… y con lo que era, podría ser muy peligroso.

    El felino se llevó las patas a la cabeza, sin dejar de quejarse y llorar a mares, temblando.
    Ener… se estaba dando cuenta. En su perspectiva, por mucho que Hunz se sincerase, o en teoría lo hiciese, sentía que todo el tiempo solo lo había estado utilizando para alzar más su podrida reputación como los Veler, siempre… estos siendo tan especiales, únicos… Místicos.

    Se sentía utilizado, se sentía humillado, más que nunca, rompiendo de nuevo lo que debió ser un día tan especial y único para él… Se estaba convirtiendo en el mayor pilar de oscuridad y corrupción de todos…

    Soltó un quejido de dolor que caló, y caló en serio, pues era ese dolor y oscuridad los que le estaban provocando eso, producto del dolor emocional tan intenso que estaba experimentando.

    Hunz se preocupó en serio, optando por avanzar como pudo hacia él, pero Ener lo miró, con un odio horriblemente colosal, uno que hasta le dió escalofríos al Rano.

    —¡¡NO TE ATREVAS!! ¡¡¡NO TE ATREVAS A ACERCARTE, BASTARDO!!!—. Sentenció con un grito y hasta tono innatural de él…

    —¡¿UN HIJO?! ¡¿TRATARÍAS ASÍ A TU HIJO ENTONCES?! ¡¿ENTRENÁNDOLO MAL SOLO POR MIEDO?! ¡¿ME UTILIZASTE ACASO SOLO PARA MANTENER TU ASQUEROSA REPUTACIÓN Y LA DE LOS VELER EN PIÉ?! CLARO… ¡¡PORQUE NO SOY UN ASQUEROSO RANO!! ¡¿NO ES VERDAD?! ¡¡¡ASQUEROSOS ANIMALES COMO TODOS USTEDES!!!—. Rugió, ahora en contra de todos, mientras las Runas seguían brillando en un dorado intenso, Hunz seguía sin saber qué hacer, y los truenos siguieron cayendo con más frecuencia…

    —J-Jamás creí decirlo… Pero… Por una vez, lo siento, Hunz… ¡¡LO PUEDO SENTIR!! ¡¡¡MI ALMA ESTÁ EN LLAMAS!!! ¡¡Y TODO POR TU CULPA!!—. Rugió, como nunca, atacando una última vez a Hunz con algo directamente desconocido, algo… emergió desde la boca del felino, pero fué justo detenido por Zurx golpeandolo severamente en la cabeza para noquearlo, pues, aunque no lo pareciese, el felino estaba muy tocado.

    Eso tomó desprevenido incluso al propio Gare, antes de que una enorme sombra amorfa detrás suyo lo atacase para noquearlo y así, silenciarlo… no lo quería muerto… aún.

    El accionar del Ratón descolocó a Hunz, antes de darse cuenta que el público había sido noqueado, o más bien dormidos, por una serie de sombras más pequeñas pero numerosas, y animales claramente poseídos… Animales que no pertenecían al pueblo, el Rano miró tenso al Ratón, antes de que el mismo correspondiera, sonriendole con una maldad atronadora, y unos rojos brillando en carmesí puro…

    —Bravo, supremo Hunz’Veler… Te debo demasiado, por haberle abierto los ojos a nuestro futuro salvador del reino—. Comentó, antes de empezar a caminar hacia el Rano, siendo este que retrocedía tenso, pues más que nunca estaba vulnerable para ser asesinado, apretando los dientes con severidad, rabioso e impotente…

    —¡¡Sabía que siempre estuviste allí!! ¡¡Asqueroso Demonio!! Tú… Eres el orígen de todo el mal—. Sentenció, a lo que el Ratón carcajeó con energía antes de convertirse en su verdadera forma…

    Zurx Demonio.png

    —Ah… ¿Esto? Creo que te has equivocado de invitado—. Comentó con un severo deje sarcástico, impactando profundamente a Hunz.

    —¿Demonio de Sombra..? ¡¿Qué les has hecho?!—. Rugió en lo referente a todos los presentes, a lo que Zurx carcajeó, estirando los brazos a sus costados, sonriendo con un profundo sentimiento de victoria.

    —¡¡Consumiré sus almas!! ¡Por supuesto!—. Respondió, haciendo que Hunz se quejase…

    —Entonces es verdad… Ener-
    Pero antes de que pudiese decir algo más, el Demonio se le abalanzó para aprisionarlo contra la pared, tapándole la boca con una de sus enormes garras…

    —Shhh, no, no… chico malo… No lo digas aún, es algo del que yo me encargaré cuando llegue la hora o… ¿quién sabe? El propio “Ener” lo descubra… Quiero decir, no sabemos si… tú sabes, ojos indiscretos nos están viendo justo ahora… y ni tú, ni yo, podamos verlo ahora mismo. Ya he aprendido la lección—. Murmuró, como si de verdad fuese un secreto, como si el Demonio supiese que hubiese alguien más, ahora mismo, viendo todo esto de alguna manera…

    Hunz intentó defenderse, antes de sentir cómo algo crujía en su interior, el Demonio le había hecho algo, y acabó arrodillado.

    Zurx le sonrió, maravillado, para tomarle el brazo, allí donde tenía el brazalete, y miró la runa…

    Ah… sí… Definitivamente… era la Pieza de la Sabiduría…

    Sabiduría final.png

    El Demonio sonrió, profundamente complacido… Sí, recordaba los días de gloria cuando él, hace tanto tiempo llegó a usarlo… Lástima que no estuviese en su verdadera forma…

    —¿De dónde lo habrás sacado? No me digas que hallaste el camino secreto en el Laberinto… interesante, haberle ganado a mi avatar… A ese inútil de Xarathon… Bueno, debió ser divertido, te felicito—. Comentó el Demonio, riendo maravillado para caminar y ver a Gare, lo tomó un instante, inspeccionándolo, y sonriendo aún más… no, no hacía falta matarlo, aún le servía.

    Hunz evidentemente quería hablar, pero no podía… Vió como botaba al Conejo como si de un trapo sucio se tratase, y caminó hacia un par de Ranos, uno de ellos no había competido, pero eran un par de personas importantes para el Rano.

    —Ow… ¿Así que esta era la prometida que tanto querías conquistar, Hunz? Que adorable, sin dudas es una mujer muy bella—. Dijo, para mirarlo, e ir alzando el inerte e inconsciente cuerpo, levantando también la garra, a la par que hacía crecer las mismas, mientras le sonreía con la más pura malicia. —Sería una verdadera tragedia que alguien tan solo… La matase, o peor… Se vuelva en una mera herramienta para darme poder… y energía, ¿no lo crees?—. Preguntó, sacando una negra y extensa lengua para darle una breve lamida a un costado de su rostro.

    Hunz gritó, o eso intentó, lo único que salió fué un patético quejido mudo, se incorporó para ir, aunque una apuñalada terminó por atravesarle, eso fué lo que obtuvo como respuesta, una sombra lo había interceptado, el Rano no dejaba de estar rodeado…

    Zurx carcajeó, maravillado.
    —Adoro que siempre busquen pelear… Son tan tiernos—. Comentó, para ir dirigiendo sus garras hacia el robusto cuello de la rana, a lo que Hunz terminó por llorar en silencio, antes de ver cómo poco a poco le enterraba sus garras, y el cuerpo se quejase ligeramente, ahogándose en su sangre y, Zurx, terminó por ver su alma salir poco a poco antes de consumirlo con gran gozo, gimiendo de placer y éxtasis.

    —AHHHH, ES SUBLIME… ¡¿No te gustaría ser un Demonio?! Deberías unirte, Hunz… Serías una perfecta unidad en mis filas—. Exclamó hacia el Rano, lo que le sorprendió, y Zurx afirmó con energía. —¡¡Sí!! ¡Todos tus pecados, tus acciones! Son… simplemente… perfectos. El odio que le tienes a tantas cosas, el lado oscuro que posees… capaz de corromper un alma tan hermosa y pura como la de Ener. —y suspiró, como si fuese una obra de arte—. Has hecho tanto.. Hunz, que si me lo pides solo… puedo hacerlo, ¿qué dices? ¿Compañero? ¿No te gustaría consumirle el alma a este inútil?—. Preguntó, cargando el otro cuerpo, el actual marido de su fallida y ahora fallecida esposa, pese a eso, para Hunz era importante porque… bueno… Se trataba de Har’Veler… El legítimo heredero tras la partida de Hunz.

    —Oh… cierto, que te hicieron prometer que lo cuidases, porque es el verdadero descendiente de Neros’Veler, y aquél… Ah, no recuerdo su nombre, pero la gracia es que antes de morir a manos del Demonio con el que te cebaste, te hizo jurar que lo cuidarías como a un hijo… Claro, poco antes de que Ener se cruzara en tu camino y lo eligieras a él egoístamente, ¿no es así? Todo por… huir… Y armar tu ambicioso plan con ser el único Veler restante, y que, sí o sí, tuvieses descendencia genuina pese a tu incapacidad de procrear—. Dijo, acercándose con todo y el cuerpo, para tirarlo ante él, mientras Zurx no dejaba de sonreír, amplio y malicioso—. Por estéril que fueses… la magia lo puede todo… ¿A qué sí? Por eso… Estoy aquí, Hunz… Solo pídemelo… y te ascenderé a algo tan hermoso como lo es ser un Demonio. Dolerá, y demasiado, pero la posterior y permanente sensación simplemente… será maravillosa. Sentirás que el odio se vuelve en tu mejor compañía, que la oscuridad se convierte en la nueva luz, que el frío será el nuevo manto protector divino y cálido… Solo dímelo… Y lo haré—. Dijo Zurx, para agacharse a su altura, alzándole la vista con una garra, para que lo mirase, y así, le quitó lo que fuese que lo mantuvo mudo…

    —Un poder colosal será tuyo, Hunz, seremos hermanos, seremos parte de una entidad original… El mañana que nos espera será bello… Y más que nunca tendrás la facilidad de conseguir lo que buscas… ¿Qué dices? Hazlo… Y también podrás librarte de la brutalidad de carga que es Ener. Los dominarás a todos como he hecho yo aquí, solo… debes confirmarlo—. Continuó, buscando incitarlo en serio, mientras Hunz, para peor… lo estaba considerando, lo hacía de verdad…

    Miró como pudo a Har, a lo que Zurx rió, divertido:
    —Veo que también lo sabes… Ese hombre no es normal, pero… Eso no importa, si cedes tal vez… pueda confesarte algo—. Comentó, a lo que Hunz volvió al vista al Demonio, soltó una lágrima, se sentía devastado, horriblemente devastado, también, se sentía con un profundo odio… Más que nunca, y Zurx lo sabía.

    Segundos… eso fué lo que pasó, silenciosos segundos, y el comienzo de una lluvia, mientras Demonio y Mago se mantenían estáticos, los poseídos no decían ni hacían nada así como las sombras que le servían al Demonio, antes que un trueno final, diese la respuesta…



    A la mañana siguiente…

    Ener se había despertado aquella mañana, profundamente confundido y aturdido, inclusive se quejó, no por nada, si no porque sentía un profundo dolor en el pecho, casi como si el brutal sobreesfuerzo lo hubiese consumido mucho más de lo que pudiese pensar…

    Se incorporó como pudo, solo para sentir la superficie en el que se hallaba, colosal fué su sorpresa al percatarse que estaba sobre algo suave… Era… ¿Su cama?

    No lo entendía, incluso pestañeó varias veces, miró alrededor y el sitio era indiscutible, estaba en su habitación.

    Se levantó como pudo, revisando la túnica que siempre colgaba donde debía, estando intacto y con las runas apagadas, revisó su cuerpo, no tenía herida o cicatriz alguna, aunque sí que se sentía… diferente…

    Se miró en un espejo…

    miró sus ojos…

    Ambos de color esmeralda.

    ¿Qué había sucedido?


    Gimió confundido, para salir de su habitación, aturdido, llegando a la sala, pero no veía a Hunz por ninguna parte pese que siempre estaba por ahí, decidió salir, solo para notar que la vida allí, seguía como si nada.

    La gente platicaba con profundo gusto y placer la competencia que se había llevado a cabo, incluso miró por ahí, como los Ranos, en la plaza principal, marcaban en el marco de oro el nombre de Ener’Veler como el último ganador, mientras otros tantos levantaban ya las cosas.

    La competencia se había llevado a cabo, pero no recordaba nada de qué había pasado después de desfogarse contra Hunz, eso le hizo estremecer, tampoco encontraba a Gare o a ese extraño Ratón, decidió meterse de nuevo a casa, el cual era el Instituto pero en su versión anterior antes de mudarlo a la más nueva y principal, Ener regresó a su habitación, al haber recordado otra cosa, buscando algo más, algo que debía delatar que debió pasar lo que debió y no era otra titánica conspiración, antes que una voz le hiciera gritar y girarse brusco, con el corazón palpitando a mil por hora.

    —¿Qué sucede, hijo?—. Preguntó de pronto el propio Hunz, cruzado de brazos y recargado sobre el marco de la puerta, mirando curioso sus accionares, lo que le hizo ladear ligeramente la cabeza—. ¿Porqué estás tenso? ¿Por lo de ayer?—. Añadió, para despegarse y avanzar hacia él con calma, lo que hizo que Ener terminase de desmoronarse.

    —¡¡Por favor, Hunz, perdóname!! ¡¡Te juro que no sé qué me ha estado sucediendo!! ¡En verdad yo lo siento tanto! ¡No volverá a pasar solo… quería ser importante! Por favor, por favor, por favor no, no, no… Haré lo que sea solo… Tan solo…—. Dijo apurado, arrepentido y roto, arrodillado con las patas delanteras en el suelo, ya llorando a mares antes de ser interrumpido por un abrazo por parte del anciano Rano, lo que lo enmudeció y tomó desprevenido…

    —Ya basta… Mocoso, ya pasó—. Dijo Hunz, a lo que Ener no sabía cómo responder.

    —¿N-No estás-

    —Solo- cállate… por favor. Lo siento tanto—. Respondió algo presionado, para afirmar su abrazo, uno que… si bien extraño en cierto grado, por una vez lo sintió honesto… A lo que el felino correspondió, terminando por romperse severamente, en llanto.

    Ener quería seguir hablando, disculparse… todo, pero sentir ese extraño cariño de su parte le calaba, a lo que Hunz no dijo ni hizo nada mas, solo le dejó… antes de verse por el espejo de la habitación, mirándose a sí mismo…

    Se mantuvo así unos momentos, mirando hacia sus propios ojos directamente, antes de solo… cerrarlos, y acariciar unos instantes al oscuro felino…

    Ya se había acabado…

    No tenía ya que temer...
     
    Última edición: 22 Abril 2023
    • Impaktado Impaktado x 1
Cargando...
Cargando...

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso