Saint Seiya El Significado De Una Manzana (KardiaXDegel)

Kardia y sus formas tan peculiares de coquetear con su amado Degel.

Gracias a datos muy curiosos de las manzanas.

Los personajes le pertenecen a su respectivo creador Masami Kurumada, lo vio solo es la ocurrencia.

One Shot para Azucena-San por su cumpleaños.

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Capitulo 1 (El Significado De Una Manzana)
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Un día más en el santuario, donde siempre pueden existir algún tipo de contra tiempo para cualquier caballero dorado.

Algún entrenamiento de última hora, misiones que llegaban sin previo aviso y debían acatar de inmediato.

No se quejarían, es lo que conocía y lo que estaban acostumbrados.

Cuando todo podía estar en calma o relativamente así, a sabiendas que la guerra santa de este siglo se llevaría a cabo muy pronto.

Lo podrían sentir, la vida que habían conocido podría cambiar y encontrar su muerte.

Pero no existirán arrepentimientos, después de todo se prepararon desde una temprana edad a este destino.

Y nadie se atrevería a cuestionarlo.

Lo que significaría que cada uno viviría su vida o lo que les quedará de una forma apasionada, estando solos o con alguna persona que llenara una parte de su vida.

Poder compartir gustos con esa persona especial, sería lo ideal, pero cuando en una relación las diferencias son tantas, que se podrían colocar a ambos en extremos de la línea.

Aun así logran que funcioné.

Kardia de Escorpio con Degel de Acuario, dos caballeros dorados completamente diferentes de gustos, actividades, pero la misma convicción.

Por el corazón enfermo del octavo guardián, era necesario la intervención del décimo primero, en muchas ocasiones en su vida.

De a poco esa relación se fue dando, sin previo aviso para el de cabellos verdes, largos y sedosos, aunque para el Escorpión fue un deseo que no dejaría escapar.

Y así fue como de a poco iniciaron una relación, que estaba basada en muchas variantes, pero el amor en primer lugar.

Este día, estando en Acuario.

Mientras el guardan de este templo, disfrutaba la lectura de uno de sus libros favoritos, su amado escorpión algo atrevido e hiperactivo, acostado en su sofá, devorando una manzana roja, su fruto favorito, incluso comida que prefería por sobre todas las cosas, con excepción de alguien.

Aparto la vista de la fruta, y miro al Acuariano, después una idea surco por su mente.

Sonriendo de una manera bastante perturbadora, pero no con mala intención.

-Oye, Degelcito…- Canturreo el nombre del otro, para molestarlo.

-¿Qué?- Sin apartar la vista de su libro, aprovechando para acomodar sus lentes.

-¿Sabías que el color de las manzanas tienen un significado?- Puso una pregunta sobre la mesa.

El otro no le prestó atención, sabía que será una tontería de ese escorpión.

-Y ¿Qué existen muchas variantes de manzanas?- Lo encaro, con los ojos bien abiertos, de nuevo sonriéndole y tocándole la cara, para que dejara de leer ese libro aburrid, según el de cabellos azul brillante.

Dio un suspiro cansado, quitándose las gafas, y mirando a aquellos ojos azules profundo con un toque de locura en ellos.

-¿Qué con eso?- Respondió tajante, ante la pregunta de su pareja.

-Pues te quiero contar de las manzanas- Sonrió, acercándose al otro de manera descarada.

Rodo sus ojos violetas, es preferible seguirle la corriente al otro, si no quería tener a un niño chiquito fastidiándole.

No contestó, cediéndole la palabra.

-Primero la más rara que he visto, es una llamada Reineta, es grande, fea… Sus colores varían de entre el amarillo a gris- Hizo una meuca de desagrado -¿Cómo alguien comería algo así?- Mas prosiguió –Tiene manchas y una textura áspera, agridulce… Aunque sé que no se compara con las mías- Rio triunfante.

Cruzado de brazos y de igual forma con una pierna sobre la otra, esperando a que acabara. Solo lo miro desganado asintiendo.

-Otra que me parece una falta de respeto para las manzanas rojas es una tal… Rosa Lady o algo así…- Olvidando el nombre casi a propósito –Se supone que tiene un sabor firme un sabor acido, con una textura dura y crujiente, según es buena para acompañarla con carne, pero… Por Atena ¿Quién comería eso?- Sentía que su estómago se revolvía, al tener que contar sobre las “Indignas” manzanas que no fuera su favorita.

Toco el puente de su nariz, suspirando profundamente, se estaba cansando de las habladurías de Kardia, lo aguantaba mucho, pero tenía un límite siempre.

Rio divertido ante una idea –Otra que leí fue de una llamada… Abuela… Smith… Si creo que es…- Rasco su cabeza –No me agradan las manzanas verdes, se creen tan superiores por ser de ese color y muchos las prefieren, porque son buenas para alimentos como ensaladas y dan un toque fresco porque se oxida lentamente- Cruz sus brazos, molesto.

-Kardia… ¿Por qué me estas contando esto?- Estaba desesperado, deseando volver a su lectura.

Pero lo ignoro y siguió hablando de cada tipo de manzana que recordaba y que decía los puntos negativos de cada una, ignorando sus virtudes o minimizándolas.

Con excepción de su favorita, que cuando llego a ella, no paro de hablar, sobre el delicioso sabor que posee, que es superior a todas, y no le importa lo que ese libro tonto digiera.

Y así estuvo casi una hora, en donde ese peliverde trataba de encontrar paciencia de donde fuera.

Tenía tantas ganas de encerrarlo en un ataúd de hielo, pero no sería conveniente… Además que el patriarca Sage lo obligaría a sacarlo y disculparse.

-Kardia- Llamo con voz firme a su pareja, ya quería acabar con ese tormento.

-¿Qué?- Se giró a verlo, mirándolo atento.

-¿Por qué investigaste de los diferentes tipos de manzanas? Si tu solo comes solo una- Frunció su ceño, aunque no dejaba de verse atractivo estando enojado al contrario aumento bastante.

-Pues…- Pensó un momento, hasta que su sonrisa dejo ver algo retorcida, pero s su forma de ser –Quiero demostrar un punto- Se acercó de manera coqueta a su pareja.

-¿Demostrar un punto?- El otro dejo escapar una meuca de sorpresa, y un leve sonrojo se apodero de sus mejillas, tenerlo tan cerca es peligroso.

-Si- Tomo el mentón del otro, seducir al Acuariano es su técnica favorita.

-Existen diferentes tipos de manzanas y aun así para mi ninguna está a la altura de mi favorita y apreciada manzana roja- Tomo una de estaba a la mano, dándole una gran mordida, para luego aun teniendo aquel pedazo en su boca, darle un beso a Degel, compartir los dos sabores que más ama en el mundo en solo un instante, le provocaba una excitación muy grande.

Notándose en su entrepierna.

El jugo de aquel fruto combinado con la saliva de ambos escurriendo por la comisura del peliverde, el cual sentía que su temperatura siempre fría, estuviera subiendo como lo hace el corazón del Escorpio.

-Aaaah…- Dejo escapara un gemido por ese contacto labial, que le gustaba pero no dejaba de incomodarlo al estar en el pasillo de su templo a la vista de cualquiera.

-Así como solo voy a comer un tipo de manzana por el resto de mi vida o lo que quede de ella- Sonrió pícaramente, mientras acariciaba el rostro suave de Degel –Solo amare y devorare a un hombre por siempre- Siendo este un cumplido a su parecer, uno que tenía un destino bastante atrevido para el resto del día.

Lo aparto de golpe, cubriéndose los labios, pues Kardia le había dado un pequeño mordisco en estos y provoco que un poco de sangré saliera, aun no dejaba de sentirse agitado, con el corazón latiendo y sus mejillas teñidas del mismo tono que la manzana que otro sostenía.

-Tu piel es muy suave, tienes un sabor dulce y frio que me vuelve loco cada que lo pruebo- Se acercaba para acorralarlo, justo en el momento que ese peliverde quería huir –Tu olor es muy excitante, me dejas así solo al verte- Llevo la mano del otro a su propia entrepierna, mientras colocaba su propia rodilla en la del otro.

-Kar… Dia… Basta…- No era porque no quisiera, sino por la situación tan poco privada en la que estaban.

-imagina, si le soy fiel a una manzana, ¿Crees que sería capaz de probar otro cuerpo que no fuera el tuyo?- Provo el cuello blanco el Acuariano, dejando chupetones en cada centímetro de piel expuesta.

-Aaaah… No… Aquí…- Quería apártalo, pero no estaba teniendo la fuerza necesaria, por las sensaciones excitantes que le provocaba su escorpión.

No es la primera vez que hacen el amor, y cada vez Kardia tenía un ritual de juego previo que experimentaba con Degel cada que deseaba probar algo nuevo.

Siguió besándolo, hasta que sus cuerpos estaban deseando unirse.

Dirigiéndose a la habitación privada del décimo primer guardián, para seguir con aquella actividad que solo las parejas que comparten un fuerte vínculo realizan en completa privacidad o por lo menos eso debería.

La gran charla de manzanas, de diferentes tipos, sus significados, sirvió para de alguna forma romántica, declarársele de nueva cuenta sus sentimientos.

Kardia, podría ser bastante ocurrente, algo loco como muchos le han llamado incluso infantil, pero con ese hombre peliverde de lentes, brotaba un lado romántico que solo le dedicaba a él.

Aunque no sería por completó cursi, no es al final de cuentas su estilo, pero cada persona tiene su manera de dedicar sus sentimientos.

Ahora lo más seguro es que pasarían la noche, haciendo el amor, y Degel comprendería que él se ha vuelto el alimento favorito de su Escorpión.

Un jugoso manjar que solo ese hombre de cabello azules alborotados, podría probar las veces que deseaba y nunca tendría ojos para nadie más.

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Buenos días, tardes, noches, ¿Qué hora es? ¿Quién me ha robado el reloj? ¿Cómo están mis terrones de azúcar?

Espero que les gustara mucho este pequeño One Shot y lo disfrutarán.

Si les gusto mucho, dejen un lindo comentario.

Nos leeremos después.

Los quiero mucho, terrones de azúcar.

Ammu se va.