El reino prohibido del trono de cristal

La vida en Deveraux era muy pasiva, demasiado pasiva. Hasta aquella noche en el que su humanidad por poco se extinguió de ese lugar, muy pocas personas persistieron en la batalla. Entre ellas quedo la llave de la vida, una guerrera que había engañado a sus compañeros de guerra- Eran tiempos en que la mujer no podía hacer otra cosa que estar en casa y servir a sus hijos- Su nombre, era Scarletth Morthaings, y ella resucitaría a Deveraux y devolveria la paz a su tierra

Cap. 1:
- Scarletth despertó en el valle de la paz, cuyo nombre en ese momento resultaba un poco irónico, con ceniza en su cara y armadura. Su yelmo se debía haber caído en la batalla y su cabellera negra azabache era una maraña de escombros, sangre y machetazos irregulares, a los cuales les deba muy poca importancia, tomo sus espadas de samurái. Las envaino y reviso los daños de la guerra. Sus amigos y enemigos caídos eran como la arena del mar, las lágrimas le corrían por el rostro mientras veían el dolor que puede causar un simple decreto en papel que declaraba la guerra. Se sobresaltó al escuchar un sonido de metales entrechocándose. Por reflejo, saco una de sus espada, estaba lista para atacar e incluso matar a quien se levantase para atacarla. Hasta que vio que era…
-Leslat- Dijo en un susurro, guardo su espada y se acercó a él, Leslat era de cabello marrón, ojos agotados de color azul eléctrico. Scarletth puso sus brazos en el cuello de la armadura de Leslat y lloro amargamente por haber sido la causa de que la gente que ella quería se hubiera ido de la peor manera. Leslat la miro a los ojos y le dijo:
-Tranquila, vamos a estar bien.- tratando de calmarla acaricio su ahora dañado cabello negro –Ahora tenemos que salir de aquí cuanto antes.- Tomo su espada e imito a Scarletth envainándola. Ambos tomaron sus arcos y flechas y partieron del valle de la paz para siempre… O eso creían.

Bueno, espero que les guste, subire los capitulos semanalmente, tal vez me tarde en una que otra ocasion pero es que tambien tengo escuela y otras cosas que hacer

 

Primero que nada, Muchisimas gracias por los comentarios que me han dejado. Aprecio mucho que me alluden, este capitulo es un poco mal largo que el anterior ya que tuve 20 minutos de inspiracion intensa. ¡¡Asi que espero que les guste!!

Cap. 2:

Pasaron 5 años exactos desde la masacre. Scarletth había recuperado gran parte de su cordura (porque participar en una masacre como aquella y después ver los resultados no era nada fácil de superar). Encontró la paz que buscaba después de dos semanas, cuatro días, tres horas y veintitrés segundos (se obsesionaba con contar el tiempo en los momentos tristes) después de salir con Leslat y su caballo negro Dather del Valle de la Paz, con la mente más torturada del mundo. Encontró un pequeño valle en las afueras de Farcader, en el cual vio su pequeño paraíso terrenal para encontrar la paz. Leslat y ella cabalgaban por el pequeño pueblo y veían la disciplina de ese pueblo. Se dedicaban a perfeccionar sea lo que sea que hicieran desde antes del amanecer hasta el anochecer. Cuando lograron ser aceptados por el grupo, los llamaron “los pequeños ángeles nómadas”. Les enseraron su idioma, el cual era muy abstracto. A Scarletth la llamaron “Seiret” que significa “Ángel Blanco” y a Leslat “Kaylen” Que significa “Guerrero Celestial”. Ambos aprendieron las técnicas de pelea que aplicaba ese pueblo. Aprendieron el arte japonés del taichí y el juego de pelea con bambú (El cual también practicaba ese pueblo, ya que venían de linaje japonés). Pero un día, detrás de las colinas del Este, cinco figuras a caballo se acercaban, traían armaduras rojas y el de más atrás de la derecha venía con una bolsa color vino tinto con un dragón dorado bordado alrededor de la bolsa, Scarletth se atemorizó al ver la reacción de los aldeanos, que ahora eran su gente. Por lo cual, sabían el secreto. La llamaron para cuidar con las otras mujeres de la aldea a los más pequeños, dejo a los niños al cuidado de las demás mujeres y trepó a uno de los bambúes que allí se daban. Estaba buscando a Leslat con la mirada desesperadamente, hasta que lo encontró. Hasta el final del grupo de hombres que defendían la aldea. Los cinco guerreros se detuvieron frente a ellos. El que parecía su líder. Hablo diciendo:
-Venimos del pueblo de Kiliyand, venimos por dos traidores, un hombre… Y una mujer- En ese instante, Leslat y Scarletth palidecieron como fantasmas. ¿Cómo podían saber que ellos, aunque accidentalmente, iniciaron la guerra de Deveraux? Los hombres empezaron a susurrar sobre el origen de aquellas personas que los guerreros describían, el líder siguió – Según dice la gente, son nómadas del oriente. Están condenados a muerte por traición, ¿los han visto?- Pregunto con halo de superioridad. Scarletth tenía sus manos engarrotadas de tanto sostenerse del bambú, tenía aguzados los oídos al máximo, aunque sabía que estaba protegida por la aldea, no dejaba de pensar en lo que había pasado. Miro a Leslat y el la miro a ella. Aunque no oían sus voces, podían hablar con la mirada del otro, Scarletth le dijo con la vista:
-“Engáñalos”- a lo cual él respondió:
- “¿Cómo?”
-“Dispérsalos de aquí”
- “Lo intentare”- Leslat dio un paso al frente y anuncio – Ellos estuvieron aquí hace unos años, pero se fueron. No sabíamos que eran traicioneros. Deben estar muy lejos de aquí- al pronunciar la última palabra. Los ojos del líder se llenaron de rabia. Viro su caballo y exclamo:
- Si los vuelven a ver, llévenlos ante el Emperador en el palacio de Kiliyand para ejecutarlos.- Y se fueron de ese lugar con un galope rápido y abandonaron el lugar tal vez para siempre. Scarletth bajo del bambú y se reunió con Leslat, él también tenía las manos engarrotadas porque las tenía apretadas contra sus puños fuertemente. Su piel estaba pálida como la nieve, le dijo a Scarletth:
-- No sabía que después de tanto tiempo nos sigan buscando, yo creía que eso había quedado olvidado cuando pasamos por el desierto de Yidun.
-- Yo también, pero creo que fue demasiado sanguinaria esa guerra que aún están buscando justicia contra eso.
--- Es cierto, debemos hacer algo para detener esto. ¡Ya se! Reúne a todos los hombres de la aldea en 30 minutos, tengo un plan. —Al escuchar las últimas tres palabras, a Leslat le recorrió un escalofrío por la espalda. Temía por una nueva guerra, ya que eso era lo que había ocasionado la primera, pero era mejor hablar con ella después de que presentara su plan y no antes, ya que sería algo incómodo y, si se molesta mucho, doloroso. Reunió a todos los hombres y los llevo mientras que Scarletth hacia los preparativos para la presentación de su idea (La cual no revelare hasta que llegue el momento) y, como fue pautado, en media hora estaban todos en la sala de guerra del pueblo con Scarletth (Por el momento la voy a llamar por el nombre que le dieron en la aldea, Seiret.), anunció:
-Todos escúchenme,- dijo con voz de mando- después de lo que paso no podemos seguir ocultándonos, tenemos que hacer algo. Por eso, tengo un plan – señalo el mapa que había allí y dijo- . Nos abriremos paso por el desierto de Thai-Wong y empezaremos a reconstruir el antiguo Deveraux que nos pertenece, ¿están conmigo?
--- ¡SI! --- Exclamaron todos siguiéndola al cuarto de armas, tomaron sables, ballestas y otras armas. Se pusieron sus armaduras y salieron del pueblo. Más no todos se fueron… Algunos se quedaron cuidando y protegiendo la aldea junto con las mujeres. Pero esa ya es otra historia que habrá que contar después.
Los guerreros (Y guerrera) partieron por la parte trasera de la aldea para no ser detectados tan fácilmente, como tenían que ser discretos, solo fueron 600 guerreros y 300 caballos, y no salieron todos completos, primero salió un grupo de 200 hombres y 100 caballos, luego el segundo grupo con la misma cantidad y, finalmente, salió el último grupo con Scarletth, Leslat y Dather en el centro de la formación. Era bastante estratégica ese tipo de agrupación, ya que como los dos antes nombrados guerreros eran los líderes de la resistencia, había que protegerlos. Cabalgaron hasta el anochecer, pero lamentablemente, aun no llegaban al desierto, enviaron notas con aves mensajeras a los demás grupos. Comieron, bebieron y durmieron. Al amanecer, las mismas aves mensajeras llegaron con las siguientes notas:
Grupo A:
--- “Sai lentex, ka tu yio. Faget uytal Thai- Wong ka it havet Gaid, Fe viode.
Es decir: “Mensaje entregado, estamos en Yio. Vamos hacia Thay-Wong por el paso de Gaid, hasta entonces.”

Y el grupo B:
--- “Sai lentex, ka tu Garglel. Faget uytal Thai- Wong ka it Haferl. Fe viode.”
“Mensaje entregado, estamos en Garglel. Llegando a Thai- Wong por el paso Haferl. Hasta entonces”