Fantasía El Reino de las Nubes [Actividad Oniria]

Tema en 'Relatos' iniciado por Rojo FireRed, 4 Mayo 2017.

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    Rojo FireRed

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    Escritor
    Título:
    El Reino de las Nubes [Actividad Oniria]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    4432
    El Reino de las Nubes es un reino, obviamente, aunque con una gran diferencia con respecto a cualquier nación sobre la faz de la tierra, no era real, al menos en términos geográficos concretos.

    La única manera de acceder a este lugar de leyenda y poco conocido es a través del sueño.

    Los pocos que han logrado cruzar sus barreras han descrito del mismo como un paraíso, un cielo magenta con una luna creciente adornando la misma permanentemente, no había anochecer, ni amanecer, solo una suave y gentil luz rosada, que daba un aire etéreo y surreal al ambiente futurista, limpio y tecnológico de su interior, todo esto cimentado sobre nubes.

    Mucho se especula sobre dicho reino, los más escépticos lo descartan como una simple temática recurrente en sueños, mientras que los más abiertos de mente sugieren que es una dimensión paralela, con nexos a la Tierra.

    Pero debajo del paraíso había algo siniestro, mucho se comenta entre los habitantes de este reino, humanos comunes, que era gobernada por seres desconocidos y malévolos, que posaban intereses particulares con este planeta, por sus recursos y energía.

    Otros van más allá y creen que se trata de demonios y el Reino es solo una fachada para otra dimensión de proporciones infernales, debido al increíble hermetismo sobre el liderazgo real, y el alcance sutil a la humanidad como tal.

    Lo único cierto sobre este lugar de misterio es, el alcance que tiene entre varios mundos, y el peligro que supone su existencia.


    29 de Abril, 08:00 Horas, centro de San Francisco


    -Buah… Ha sido un sueño muy raro –nuestro amigo protagonista, luego de dormir la noche, despertó con un bostezo, para luego sentarse en su cama, para mirar una foto- Ha pasado un año ya, perdí un ojo, perdí una mano, casi pierdo una pierna… Perdí la mitad de mi humanidad, la sangre que he derramado en pos de la seguridad mundial, y estamos al borde de una Tercera Guerra Mundial, no entiendo por qué Carson y la agencia no me despacharon a Corea…

    Mitchell Harrison, mercenario y agente de la Agencia Central de Inteligencia estadounidense a apenas 22 años de edad por convicción para nada propia, podíamos decir, que todo este desastre había sido ajeno a su voluntad, y no tenía la opción de elegir, pero oye, lo importante es salir vivo de zonas de guerra, infiernos delincuenciales y un tercer mundo sumido en violencia.

    -Un año ya, donde pasé de ser un simple oficinista malhumorado a enamorarme tontamente de una secretaria –Harrison salió a la cocina a prepararse un poco de café- Que lamentablemente también se vio involucrada en este rollo, aunque dadas las circunstancias, problemas extremos conllevan soluciones extremas… No me arrepiento de la sangre que llevo sobre mis manos solo para salvarle la vida.

    La cafetera estaba presentando algunas fallas, lo que colmó la paciencia escasa del joven mercenario, por lo que con un fuerte manotazo de su mano robótica, la hizo funcionar, algo ya común, para alguien que por lo general terminaba recurriendo a la violencia en electrodomésticos y aparatos caseros, había que canalizar la ira que no se podía descargar detrás del gatillo de una escopeta, o una pistola automática de gran capacidad.

    Nimiedades, pero a la final, solo eran plástico y metal, era mejor que terminar lastimando a una persona solo por que no sabe preparar café, y pues, no sentían dolor, y si se dañaban pues, eran de fácil reemplazo, aunque ser un electrodomésticos en manos de Harrison habría de ser una de las peores torturas.

    -Terroristas, mafiosos, traficantes de armas y drogas… -al servirse en una taza, miró la ventana- Es parte del elenco que elimino, hay gente que tiene que hacer trabajo sucio para mantener sociedades limpias… El darwinismo social no es lo mío, tampoco lo es adentrarme en filosofía, las vidas pueden valer, pero eso es para gente racional, yo no tengo elección mas que jalar el maldito gatillo.

    Un sorbo de café amargo colombiano, un fuerte sabor y aroma, así también como cargado de cafeína, nada mejor para empezar el día

    -Hm, delicioso, se les da bien el café, así también como la cocaína, je… -susurró y luego soltó una pequeña carcajada sardónica, casi sarcástica- Menos mal estoy solo, si no, estaría en problemas…

    Con la taza a la mitad, se sentó en el sofá, su casa era pequeña y apenas tenía una habitación, y con ello, encendió el televisor para ver las últimas noticias, aunque nada interesante, algo normal en California, donde solo se está al tanto de regular armas, la vida de las celebridades, o simplemente las últimas tendencias de la moda

    -Me alegro de estar en una región tan materialista y falsa –bebió otro sorbo, mirando el noticiero matutino- Y pues, el tráfico en este lugar apesta.

    Dejando la ironía de lado, Los Ángeles, San Francisco, y otras localidades californianas se caracterizaban por el tráfico ridículamente pesado e infernal

    -Joder, el tránsito es un asco –se rió levemente y terminó su café para luego levantarse y lavar la taza en el fregadero-

    Luego de toda esta cuestión, terminó dándose un refrescante baño en la regadera del baño, justo al lado de su habitación.

    El como un chico aparte de amargado, tímido, había cambiado tan drásticamente permanecía un misterio, tal vez el adaptarse para sobrevivir o simplemente hacer lo imposible por Melanie.

    -Debería llamarla –tras salir, se secó el cabello-

    Tras vestirse tranquilamente, decidió pensarlo mejor y pasaría a por ella, así que se alistó completamente, y salió caminando, no tenía un auto, una moto, pero no era tan de su agrado, Melanie tampoco vivía lejos así que una caminata leve no haría daño, hacía un buen clima así que no tardó mucho en llegar al apartamento donde ella vivía

    -¡Melanie! –gritó, un poco fuerte para su gusto, pero eso llamaría su atención-

    En el segundo piso, una chica de cabello castaño claro y ojos verdes se asomó, estaba despeinada en su totalidad, así como cara de recién despertada, en efecto, se trataba de la señorita McDonnell

    -¡Y-Y-Ya voy! –se apresuró a bajar las escaleras corriendo, no tenía tiempo de esperar el ascensor, por lo que una carrera a la entrada hizo el trabajo, por lo tanto, terminó abriéndole-

    Una risa nerviosa se presentó en ambos, por lo que tras verse mutuamente unos segundos, pasaron al pasillo de entrada, y tras darse un cálido saludo, subieron al apartamento de la chica

    -Esto Mitch… Llegaste un poco mas temprano de lo usual –se rió nerviosa-

    -Pues si, pero dejando eso de lado, me gustaría hablar de algo contigo –se rascó la nuca-

    -Esto –lo vio, cuando él decía ese tipo de cosas, normalmente se terminaba preocupando debido a lo inesperado que a veces podría ser- ¿Me cuentas?

    Harrison, un tanto anonadado, se terminó sentando en un sillón, para luego terminar viendo a Melanie a los ojos

    -¿Has tenido sueños extraños últimamente?

    -Mitchell, ¿A que vienen esas preguntas?

    -Tengo curiosidad, ¿Por casualidad no se desarrollan en una ciudad con el cielo color magenta y cimentada en nubes?

    -¡¿Qué?! ¿También tuviste ese sueño?

    El tuerto, ligeramente preocupado, la vio

    -No puedo creerlo, pero creo que de verdad este “sueño” si así le decimos, está conectado al mundo real

    -Es imposible Mitch, el mundo real es una cuestión epistémica

    -Hablo de dimensiones alternas, Mel

    -Pues, es algo confuso, pero no veo por que no –sonrió tontamente-

    La cuestión era, ver qué pasaba principalmente en dicho reino y podía estar conectado al mundo real, por lo que se acercó luego a un aparador con medicinas, notó que Melanie tomaba pastillas para dormir, así que tomó el frasco y sacó una pastilla, para luego tomársela

    -Espero que esto ayude –susurró para luego sentarse de nuevo en el sofá y cerrar los ojos-

    No tardó mucho en quedarse dormido, así que tras acomodarse, terminó dormido del todo.

    Y si, del otro lado del sueño, había despertado, en un barrio bajo, bastante limpio y transitado

    -Bien… Parece que estoy dentro –echó un vistazo a sus alrededores para ver las casas y las tiendas que habían alrededor-

    Algo que notó al principio era la suave luz rosada del cielo, sumado a la iluminación contrastante, lo que creaba un ambiente colorido y variado

    -No te dejes llevar por las apariencias, empieza a buscar –habló para si mismo y empezó a caminar, las calles eran grandísimas, casi como avenidas-

    Si bien todo era llamativo, nada llamaba demasiado la atención como para investigar, por lo que resolvió por algo sencillo

    -Debo buscar un edificio grande, puede que sea el ayuntamiento… -decidido, comenzó a caminar en dirección al este, dirigiéndose al centro de la ciudad donde se encontraba-

    Pasados unos minutos, terminó en una plaza con un gran edificio de color blanco, y según el mapa, era ese el ayuntamiento, según lo adjunto en el mapa también, era esa única ciudad, por lo que Harrison terminó haciendo un paralelismo entre el Reino, el Vaticano y Mónaco, por el hecho de ser Ciudades Estado.

    Logró infiltrarse, o la seguridad era bastante mala o todo estaba yendo muy bien para ser cierto, sin embargo, un vistazo rápido a los documentos podría servir de algo, pero lamentablemente, nada, solo eran números, extraños, parecían ejercicios de matemática, aunque no tenían sentido alguno, esta búsqueda solo generó frustración en el chico

    -Ugh… -suspiró algo molesto, y simplemente al darse cuenta de la pérdida de tiempo que conllevaría revisar todo, solo salió del ayuntamiento tranquilamente-

    Si bien estaba actuando despreocupado y tonto para no levantar sospechas, había un guardia siguiéndolo, y al alcanzarlo, lo desmayó con un golpe a la nuca

    -¡Mierda! –Harrison, de regreso a la realidad, se despertó súbitamente, ya eran las 9 de la mañana- ¿Una hora solo para eso? Pff…

    Melanie, que lo había esperado, lo vio, con tremendas dudas con respecto al tema de este susodicho reino

    -Mitch, ¿Cómo es la ciudad más a fondo?

    -Pues… Piénsalo como en la clásica ciudad perfecta en ciencia ficción, calles inmaculadas, edificios enormes… Rascacielos que irónicamente no rascan el cielo, y terminé en un ayuntamiento, buscaba información al respecto del liderazgo real, pero nada, solo ejercicios matemáticos, y un golpe fuerte en la nuca, waaaah…

    -Bien, esto está difícil, tomaré una pastilla también e iré contigo de regreso

    -¿Eh?

    Acto seguido, Melanie lo noqueó con un golpe en la frente, luego se bebió una pastilla para dormir y se acostó, lógicamente, había aparecido con Mitch, pero en una zona distinta de la ciudad, ahora juntos, empezaron a recorrer la ciudad

    -Deben haber computadores en este sitio, así podremos saber con qué lidiamos…

    Paso seguido, entraron a un cibercafé, relativamente amplio y con máquinas de última generación, por lo tanto, se sentaron en una de las computadoras, y Melanie empezó a usar su magia para las computadoras.

    -Según lo que hay aquí, el encargado de esto es… ¿Una niña en silla de ruedas? Esto es extraño

    -Mucho

    -¿Hacemos algo entonces?

    -No mucho, lamentablemente, solo averiguar el paradero e irnos

    Con la única información relativamente útil en sus manos, empezaron a vagar por la ciudad, buscando el lugar donde podría encontrarse esta misteriosa chica.

    Aunque saliendo del cibercafé, se toparon con una muy desagradable sorpresa, la niña en cuestión, en silla de ruedas, los observó

    -Conque metiéndose en cosas que no deben, ¿Eh? –dedicó una sonrisa amable e inocente-

    Mitch y Melanie se sintieron bastante confundidos con respecto a eso, para luego ver el súbito cambio en la cara de la niña, con una mirada asesina y una sonrisa malévola

    -Hora de despertar, amigos –sonrió malvadamente, ahorcando a ambos, sin necesidad de manos, solo poderes mentales-

    La chica logró su cometido, de desmayar a ambos y haciéndolos despertar en el mundo real

    -Grrr… Mejor dejamos esto para dentro de unos días…

    2 de Mayo, 13:00 Horas, Los Ángeles.

    Debido a lo anterior, Mitchell se vio obligado a recurrir a mas gente como ayuda, eso incluía a la que alguna vez fue su novia y la causante de la pérdida de su ojo y posterior brazo derecho, una chica de origen británico e hija del cabeza de una enorme organización de traficantes de armas, Marnie Goodwood, si bien anteriormente había expresado su arrepentimiento y el actuar por órdenes de su padre, así que esta era la manera de por fin poder pasar página sobre lo sucedido, heridas físicas y emocionales tardarían en terminar de sanar, pero por algún lugar se debía empezar, lógico estas acciones no estaban del todo perdonadas.

    El sol estaba en su punto álgido del mediodía, por lo que el calor arreciaba, y después de unos minutos de caminar, terminó encontrando su casa, cerca de la playa, por lo que al subir tocó el timbre.

    -¡En un momento!

    La azabache de ojos rojos se tomó un poco de tiempo para abrir, pero a la final, salió corriendo a abrir la puerta, solo para toparse con la sorpresa de que era Harrison.

    -¡Mi-Mitchell! –se sorprendió, debido a que no esperaba su visita-

    -No creas que te estoy perdonando, pasa, te explicaré –seco, directo, le respondió-

    -Vale, supongo, pasemos

    Después de pasar a la casa, Harrison tomó asiento en una de las sillas del comedor

    -Bien Marnie, necesito tu ayuda, para ser exacto

    -¿Mi ayuda? ¿Te picó un bicho y estás enfermo? Pensé que me odiabas

    -Un poco, pero no, es de cobardes odiar a una mujer, a pesar de lo que me hiciste, además, esta mano robótica está mejor que la natural, así que técnicamente me hiciste un favor –se rió suavemente, mirando como su muñeca podía rotar los 360 grados-

    -Esto es extraño –miró a otro lado de la vergüenza-

    -Bien, yendo al grano, he tenido sueños bien raros, así que quiero saber si has experimentado lo mismo

    -¿Involucra nubes y un cielo rosado?

    -Bingo

    Se vieron a los ojos unos segundos, y asintieron

    -¿Una niña en silla de ruedas?
    -Sabes bastante, me despertó a mi y a Melanie, nos estranguló

    -Es una psicópata para su aparente corta edad… Nisiquiera yo podría hacer semejante acto

    -Excelente, necesito que vengas conmigo

    Tras la corta charla, se fueron juntos al aeropuerto, para poder llegar a San Francisco el mismo día, si bien era algo pesado el ambiente, era mas por la pena que por rencor o cualquier otra cosa, no habían problemas

    Después de llegar a San Francisco, no había mas tiempo que perder así que pasaron rápidamente a por Melanie, y luego conseguir jeringas de anestesia fuerte, esta vez, la tercera sería la vencida.

    -Excelente, tenemos todo, aplicaré las inyecciones, Mel, Marnie, siéntense en el sofá, por favor –Mitch, decidido, sacó las tres jeringas de la bolsa, para aplicar primero la jeringa de Marnie y luego la de Melanie-

    Acto seguido, Harrison se sentó y se inyectó, la anestesia tardaría un rato pero valdría la pena debido a que era muy potente.

    Después de que el trío quedara dormido, aparecieron de nuevo en el reino, todo estaba tranquilo y con normalidad, aunque el ambiente era sombrío en comparación a las veces anteriores que lograron ingresar

    -A movernos –Harrison, decidido, comenzó a caminar, viendo en la lejanía una torre enorme que no estaba antes-

    Esa torre, de dimensiones exageradas, era la que daba la impresión de oscuridad, era algo extraño el efecto que ocasionaba, lo fuera de lugar que estaba con respecto a los edificios futuristas del resto de la ciudad.

    -El aspecto de esa torre, es extraño… -a mitad de trayecto, Marnie observó con detenimiento el edificio-

    -Solo podremos saber cuando lleguemos –Melanie, preocupada, apuró el paso-

    El camino se había hecho bastante largo al final, para luego poder llegar a la entrada, Mitchell miró asustado la torre, ahora que se podía ver su apariencia con mejor detenimiento, tenía una arquitectura bastante irregular, y emanaba un aire de maldad, el aspecto de esa torre era simplemente demoníaco.

    -Esto… -era mejor entrar preparado, el tuerto no era tonto, y menos mal- Necesitaré esto, manténganse detrás de mi y no se expongan

    Harrison normalmente iba desarmado, pero esta vez llevaba consigo una pistola de gran calibre, no, de un calibre enorme, los siete disparos de una Desert Eagle de calibre .50 eran suficientes para obliterar cualquier cosa viva que se encontrara en el interior de la torre, abrió la puerta con sumo cuidado y entró, con las chicas siguiéndole el paso.

    El interior de la torre era de una apariencia gótica similar al de las catedrales, y adentro, a pesar el tamaño de la torre, no habían escaleras, al final del pasillo, había un trono, al que llevaba una alfombra roja, luego de llegar, el trono estaba en un lugar elevado.

    -Vaya vaya, pero hermano mayor es muy persistente, neeee… -suspiró, la niña de antes, estaba en ese trono- Déjame me presento, me llamo Alisa

    -Tu –el tuerto gruñó entre dientes, viéndola-

    -Subestimas mi poder, Harrison, ¿Sabes quién es mi padre?

    -Mejor no pregunto de donde me conoces, pero si, quiero saber, ¿Tu padre es..?

    Alisa, con una sonrisa malévola y una mirada bien fría y asesina, lo vio a los ojos

    -El mismísimo Satán

    -¡Maldita sea! –eso sin dudas lo tomó fuera de base, pero eso lo que hizo fue exacerbar sus ánimos-

    Alisa soltó una pequeña risa, para luego terminar usando sus poderes psíquicos para embestir a Melanie y Marnie a la pared, ocasionándoles fuertes heridas

    -Subestimas mi poder también, sabes quién soy, pero no de lo que soy capaz en mi totalidad –empezó a subir las escaleras que llevaban al trono-

    -¡Desgraciado! Tu insolencia terminará costándote la vida

    -¿En serio? Vaya, la realidad de tu mundo es una cuestión epistémica y de metafísica, Satanás-chan, ¿Qué es real y que no lo es? ¿Me lo dices? Puedo ser real, así como puedo ser producto de este mundo –el ojo de Mitchell, el que quedaba, era completamente negro con la pupila roja, así también como se quitó el parche en su ojo, revelando su órbita vacía, negra- Eres real, por que eres un peligro, yo soy real, por que vengo del mundo físico, pero tampoco lo soy, por los efectos que ves en mi, soy en parte real, parte un sueño, como lo es el resto de este mundo

    Alisa no escatimó y se puso nerviosa, así que empezó a herir a las chicas con la telequinesis, al punto de casi matarlas, lo que terminó elevando la rabia del chico, que alzó su pistola y le apuntó al hombro derecho, para luego dispararle, el eco del disparo se escuchó con fuerza en toda la enorme sala del trono, y el resultado del tiro había sido más que grotesco, el disparo le había arrancado el brazo a Alisa, el mismo había caído a un lado del trono

    -Ni siquiera tu telequinesis podrá detener una bala de punta hueca y calibre .50, puedo volarte los sesos en la pared si quiero, pero primeramente, hiciste sufrir a las chicas, sufrirás una muerte lenta y dolorosa –se acercó y le puso el cañón en la frente-

    -Duele… La sangre… -pero luego lo vio a los ojos y le sonrió- Hermano mayor sigue subestimándome

    Así de la nada, desapareció, para que luego empezaran a sonar doce campanadas

    -Esto es malo, chicas, necesito que despierten y se queden en el mundo real… Yo me encargaré del resto… -susurró, para luego tener que estrangularlas y hacerlas desaparecer, por lo menos eso le daba la seguridad de que no morirían en este coma inducido-

    Y acto seguido, salió de la torre, para luego notar el abrupto cambio en el ambiente, la gente había desaparecido, el cielo era de color rojo sangre, y la luna era ahora una luna llena negra, con un pentagrama invertido rojo dibujado en el mismo

    -Está invocando a su padre… Debo encontrar a esa pequeña desgraciada antes de o vengan legiones de demonios o su padre me de la paliza del siglo –susurró y cerró los ojos- Esto es un sueño, puedes hacer lo que sea, ser Dios si es necesario.

    Usando el poder del sueño, empezó a rastrear a Alisa, principalmente oliendo su sangre, gracias a dejarla desangrándose a grandes cantidades por arrancarle un brazo

    -Está dentro de la maldita torre, pero… ¿Cómo? No hay escale—Espera, es un sueño, no necesito conformarme a las leyes de la lógica para poder subir

    Así pues, entró de nuevo a la torre, para terminar encontrando un teletransportador, así que no dudó en utilizarlo y aparecer en una sala nueva, así que ahora listo, sacó de nuevo su pistola y empezó a examinar, el cuarto súbitamente se iluminó de rojo, en efecto, había una máquina con un enorme cristal rojo rubí en la misma, el aura que emitía era simplemente maléfica, así también como se escuchaban gritos de dolor y angustia

    -Este cristal es del infierno mismo –susurró y apuntó, pero en eso, Alisa apareció detrás de la maquina en la silla de ruedas, con el hombro herido suturado y vendado-

    -Debo admitir que hermano mayor es bastante persistente, posiblemente preguntes para que es ese cristal, pues te diré, que abre portales, si, invadiremos la tierra –sonrió gentilmente viéndolo- Morirás, solo, peleando contra un sueño –se rió, para luego empezar a ahorcarlo con la telequinesis-

    Harrison simplemente se dejó ahorcar por ella, anulando el efecto del ahorcado

    -No despertaré tan fácilmente, hermanita –sonrió maliciosamente- Coma inducido

    Alisa, sorprendida, lo soltó, dando tiempo a Harrison de contraatacar con su pistola, arrancándole el otro brazo, la potencia del impacto, al estar ahora en la silla de ruedas, por lo que terminó cayendo de espaldas y volviendo a sangrar exageradamente, aunque gracias al sueño, pudo detener el sangrado

    -Ya me cansé de esto –Alisa se molestó y terminó desintegrando la pistola de Harrison usando sus poderes psíquicos-

    Mitch, sorprendido, soltó el arma para evitar que sus manos terminaran desapareciendo también, así que se subió las mangas de su camisa de mangas largas para encargarse mano a mano de Alisa

    -¿Qué haces? ¿¡Quieres morir, patético humano!?

    -Moriremos los dos

    -No, solo uno de nosotros lo hará

    -¿Me está retando una niña? Adelante, igualmente, todo esto es un sueño

    El tuerto sonrió torpemente, viéndola, por lo que de la nada, sacó una escopeta, si, estaba aprovechando al máximo las oportunidades del Reino de las Nubes al ser un lugar irreal, Alisa miraba, ya sin poder moverse y debilitada por el desangrado, como Harrison se acercaba

    -¿Matarás a una niña indefensa?

    -Mataré a la heredera de Satanás –luego le apuntó directamente a la cara- Saluda a la Remington 870, calibre 12, lo último que verás son perdigones atravesando tu cráneo, si acaso los ves

    -Papá te matará, idiota

    -No le tengo miedo al demonio, menos, cuando ni siquiera ha visto lo que soy capaz de hacer –sonrió, ya no era el tuerto que se conocía, era un sediento de sangre, alguien que llegaba a los extremos- Nos vemos en el infierno

    Luego de eso, terminó jalando el gatillo, terminando el trabajo, Alisa muerta, y aparentemente con la subsecuente invasión demoníaca detenida, pero aún no acababa, por lo que se apresuró a poner una carga explosiva de calidad militar en el cristal, aunque viendo la máquina, no solo afectaría el teletransportador infernal, también destruiría el Reino por completo, así que decidió salir rápidamente luego de eso, se sentó en la calle, esperando la llegada de Satán y las unidades miliares infernales

    -Hmm –se llevó un cigarrillo a la boca, y lo encendió- Me pregunto si será el Satanás clásico de la biblia…

    Pasado un rato, se abrió un portal, de donde salió una enorme cantidad de monstruos de diversas características, así también como uno de ellos era ridículamente enorme, se trataba en efecto, del padre de Alisa, tenía cabeza de cabra, y llevaba una armadura con un pentagrama, así que al ver al culpable de la muerte de la heredera infernal, empezó a disparar bolas de fuego, a lo que el chico se levantó y se cubrió, para luego activar la carga explosiva, haciendo volar el cristal, cerrando el portal y activando el conteo de autodestrucción de la máquina, la cual tenía la suficiente potencia para volar el reino y los infernales invitados

    En aras a esto, el tuerto sacó de nuevo la escopeta, se la llevó a la quijada, y terminó suicidándose, al menos, su yo en el mundo de los sueños.


    3 de Abril, 23:00 horas, San Francisco

    Harrison abrió los ojos, casi a media noche, acostado ahora en la cama de Melanie, ya que estaban en su apartamento, a su lado, Melanie y Marnie lo vieron, al menos, no habían sostenido daños de ningún tipo

    -Eso estuvo cerca… -suspiró y cerró los ojos-

    Las chicas, preocupadas, lo vieron

    -¿Qué sucedió?

    -Mitch, dinos, es serio

    El tuerto terminó abriendo de nuevo los ojos, y suspiró

    -Vaaaale, supongo que tendré que contarles, lo siento por tener que estrangularlas, pero no quedaba de otra, la niña perdió su brazo, huyó, la encontré de nuevo en la torre, le volé el otro maldito brazo, y terminé volándole el cerebro también… El desastre sangriento que pasó ahí fue monumental, y es solo la punta del iceberg

    Eso sin dudas terminó llamando la atención de ambas, por lo que pidieron más explicaciones

    -La desgraciada era heredera de Satanás, y había una máquina con un rubí gigante ahí, que era para abrir portales, iban a invadir la tierra, si te suena a una invasión demoníaca originaria de Marte y sus lunas ya sabrás, pero mejor prevenir que lamentar, me terminé encontrando con ese cabrón gigante con un lanzallamas, por lo que activé la carga, y me disparé en la quijada para regresar… Bien descabellado, pero así es el mundo de los sueños, es imaginación, no es nada serio, linear o coherente –se rió nerviosamente- Mejor no hablemos de esto, no tiene sentido en absoluto, incluso terminó siendo una lección de la realidad del mundo

    Marnie no pudo evitar carcajear un poco

    -Siempre tan brusco, me hubiese gustado terminar todo esto juntos, pero esa pequeña, era muy fuerte

    -Ni tanto, si pude volarle los brazos, pues…

    -¡YA! –Melanie no resistió gritar para que se callaran, pues esos eran temas bastante incómodos para ella-

    Así terminaba, una aventura desventurada, por una metrópolis perfecta, que escondía secretos infernales, dominada por los mismos demonios, para invadir la Tierra, ¿Si todo era parte del mismo sueño y nunca existió la dimensión infernal? Es probable, pero lo único cierto de todo este lío era que, era un sueño, nada de esto había sido real, y no había amenazas, a pesar de la charla y las posibilidades….
     
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