El Refugio (001-005)

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La luz mortecina del día apuñala sus ojos cerrados, brindándoles una sensación tan incómoda que los obliga a despertar. El sueño de la noche pasada todavía les pesa en la mente, destellos de imágenes difusas y grises. Una jeringa, reflejada en el brillo de sus ojos. Una voz agresiva, cuestionando, inquiriendo. Golpes. La textura tosca y áspera de una soga alrededor de sus cuerpos. Y un rostro, cansado, enfurecido, con anteojos maltrechos sobre la nariz y la mirada descolocada. Y por último, una puerta de hierro, marcada con el número 21.

El lugar en donde despiertan parece ser una cabaña maltrecha, dividida en cuatro habitaciones. En la que se encuentran ahora, tirados en el suelo, parece ser la más grande. En ella, pueden notar una sola cama, una silla, y un armario. Posee también dos ventanas, y un gran hueco en la pared.

El segundo cuarto es el más pequeño. Consta solamente de una ventana, una pequeña mesa ratona, y un espejo roto.

Varios tubos en el suelo, con los que seguramente se tropiezan en su somnolencia, los llevan hacia lo que podría considerarse la cocina. El olor que comienzan a notar, que les deja una extraña sensación ácido, pero a la vez placentera, en sus fosas nasales, parece identificarse dentro de este cuarto. Rápidamente pueden encontrar el origen. Un horno encendido, con ollas y botellas sobre el anafe, soltando un sonido desconcertante mientras calienta y cocina vaya a saber qué substancias. En este cuarto hay una ventana, y una puerta que se conecta con la última habitación.

La última habitación parece haber sido un taller en sus tiempos de gracia, tan solo el banco de trabajo queda intacto, con algunas herramientas encima. Puede que sea de utilidad para más adelante. Una ventana es el único adorno de este cuarto, fuertemente barricada, y por un pequeño pasillo, uno puede dirigirse al vestíbulo, hacia la puerta de salida. Otra puerta conduce hacia la cocina.

En todas las habitaciones hay lámparas, menos en la más pequeña, que de momento se encuentran apagadas. Las raíces también se extienden por el suelo, pareciendo querer cubrir todo el lugar con su abrazo letal. Un pequeño zumbido, como el ronroneo de un motor, puede escucharse fuera de la cabaña.

El Refugio es una zona segura.

Dado de Exploración: d100

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Aprovecho para añadir algo, a pesar de que algunos ya leyeron esto. Su Inventario se encuentra VACÍO en estos momentos, no tienen NADA del Tutorial. Además de que sus recuerdos del mismo son borrosos, y no pueden rememorar nada con claridad.

 

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Me olvidé de taggearlos, que pelele que soy (?

Amane Gigi Blanche Hygge rapuma Hitori Monpoke

 

As
Stamina: 5
Sanidad: 7

No recuerdo mucho, y bien agradezco no hacerlo, ser consumido por la oscuridad o por el mismo edificio, no es el tipo de experiencia en cual desearía tener recuerdos vividos.

Estoy vivo

Al despertar fue lo primero que pensé, la aceptación de que está realidad de miedo a un continúa y la sorpresa de permanecer un día más en este mundo. Debí morir.

Desorientado al estar en esta nueva ubicación, lentamente me voy poniendo de pie, mirando los alrededor. Notando los objetos... Y personas de este nuevo entorno.

Soy el primero en levantarme, o al menos así lo parece.

No parece que alguien haya hurgado mucho por el lugar a un. ¿Què función cumple este edificio? No hay nadie a quien le pueda preguntar. Quedará averiguarlos.

Reviso de manera leve cada habitación, asomando solo la cabeza de forma discreta y pasando a la siguiente.

Repito lo mismo hasta dar mí objetivo, la puerta de salida.

 

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Aprovecho este post para aclarar algo que se me pasó por encima. No tienen absolutamente NADA de lo que obtuvieron en el Tutorial. Su inventario se encuentra vacío. Tampoco recuerdan demasiado de lo que ocurrió en el mismo, tan solo retazos.

La puerta conducía a lo que parecían las afueras de esta cabaña maltrecha. Una tranquera vieja y algo rota rodeaba la construcción, aunque poco podría hacer para detener a nadie que quisiera cruzarla. Apenas uno salía por la puerta, se topaba a su izquierda con un viejo pozo de agua. Dando vueltas alrededor de la casa, uno podía encontrarse también con un alijo enterrado en el suelo, así como también una sierra de mesa en el lado opuesto. Por último, hacia el sur, había un pequeño cobertizo. La puerta se encontraba sin llave, además de que era innecesaria, teniendo en cuenta que toda una esquina del mismo se había derrumbado. Al parecer, algo sobresalía bajo los escombros.

El cobertizo también era el hogar de un generador. Se encontraba prendido en esos momentos.

 

Ojo Negro se despertó con la boca seca y la lengua crujiente. Tragó saliva y el simple hecho de hacerlo le dolió mientras se sentaba en el suelo, masajeándose la zona de los riñones con una mano. ¿De nuevo esto? ¿Que era lo que ocurría? ¿O siempre estuvo drogado y recién ahora volvía a despertar? Como sea, ahora tenía que volver a intentarlo, aunque esta vez esperaba no estar dormido nuevamente.

—¡OSTIA PUTA! —gritó mientras cerraba el ojo izquierdo, preso de un tic insufrible con el que tenía que convivir. Se levantó lentamente y miró por el gran hueco en la pared.

 

El hueco dejaba ver al exterior, y parecía que las ramas de un árbol cercano habían socavado la pared. Aunque improvisada, y bastante riesgosa para mantener, era otra salida de la cabaña. Y también otra entrada. Eso podía morderles en el trasero luego. De forma bastante literal. Tal vez lo mejor sería intentar taparlo con algo.

 

Ojo Negro hizo todo lo posible por intentar sellarlo; arrastró la cama y la silla contra la pared con la intención de dejarlo oculto. Satisfecho se limpió las manos e intentó abrir el armario de esa habitación. Nunca se sabía cuando alguien escondía una pistola en un armario.

 

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¡Recuerden siempre poner en negrita con las cosas que interactúan!

Ojo Negro movió la cama y la silla contra la pared... y no tuvo ningún efecto. El hueco era enorme, toda una sección de pared se había derruido. Iba a necesitar mover algo mucho más grande para poder taparlo.

Dentro del armario, el viejo encontró varios objetos. Un trapo, 11 clavos, y la foto de un camino, así como también un libro, una cuerda, dos botellas vacías y dos botellas de alcohol.

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Siempre que encuentren objetos nuevos, recuerden siempre mirar la Guía de Juego respectiva, chicos. Así saben si son recursos pequeños, grandes, armas, etc.

 

El espejo, a pesar de estar roto, se mantenía firme en la pared. Es más, al verlo con más detenimiento, se podía notar que no era un simple espejo que había sido estrellado o que se hubiera roto con el tiempo, si no más bien parecían distintos trozos de vidrio de varios lugares, irregulares y que no tenían mucha coherencia entre sí, unidos al ser pegados a la pared. Parecía un extraño adorno, tal vez producto de una vanidad desesperada, o de alguna otra razón igual de nimia. Sin embargo, todos los trozos estaban firmemente agarrados contra la pared, y sacarlos parecía imposible.

Al menos, podía servir para admirarse un poco, a pesar de que estaba algo sucio. Era raro. Y atrayente, en cierto sentido...

 

As
Stamina: 5
Sanidad: 7

No llegue a contemplar demasiado el exterior sin antes escuchar sonidos provenientes del interior de la cabaña, se quien sean estas personas, son activas al apenas levantarse.

Dirijo la vista a las afueras de la línea que sería esa tranquera, la que separa está cabaña de lo desconocido. No saldré fuera de este terreno, no todavía.

Recojo la cierra de mesa, un arma, seguridad. La relaciono rápido hacia esas funciones, totalmente alejado de su uso original. Como si un suceso anormal me obligará a permanecer paranoico, el cual me dice que a manos desnudas no sobreviviré.

 

Al acercarse al horno, La Hija pudo encontrar una nota, pegada en una de las botellas. "Mantengan siempre el horno encendido. Los vapores los protegerán a la noche.", era lo que decía. Vaya, una inscripción algo extraña. ¿Deberían seguir su consejo? Fuera lo que fuera, aquel horno, por tétrico, grotesco y horrible que fuera, parecía tener algunos usos extras.

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¡Una nueva Guía de Juego se encuentra en el tema pertinente! Guía de Juego: Horno y Esencia.

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Esto es una sierra de mesa, Monpoke (? No se puede recoger.

La sierra de mesa obviamente no podía ser movida, al menos, no fácilmente. Nadie en su sano juicio la usaría como arma, tampoco. ¿Acaso As estaba sucumbiendo al nerviosismo, o a la opresión del ambiente a su alrededor? El bosque que los rodeaba crecía de manera obscena, haciendo que la luz del sol apenas se filtrara entre sus ramas. Eso podía volver loco a cualquiera.

Sin embargo, con tanta leña dando vuelta, seguramente se podía dar un buen uso a esa máquina. Eso sí, parecía que necesitaba combustible, pues estaba vacía.

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¡Una nueva Guía de Juego se encuentra en el tema pertinente! Guía de Juego: Sierra de Mesa.

La mesa ratona no parecía tener nada especial. Tal vez podría moverse para ayudar a trabar una puerta, o simplemente ser usada como asiento en caso de ser necesario. Fuera de eso, era un mueble común y corriente.

 

As
stamina: 5
sanidad: 7

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Ah. Estoy pendejo...

Una cierra de mesa en semejante lugar, sonara estupido, pero al parecer era demasiado pedir se encuentre en un estado desarmable e inutilizable.

Una cierra de mesa, cosa interesante para llegar a encontrarte en medio de la nada.

Usar una cierra de brisbee, sono como una buena idea hace unos momentos. Está necesidad de buscarle utilidad incluso a la pieza más inútil, espero se trate de un estado mental temporal.

Este no es el lugar donde desearía perder la cordura.

Salir hacia el busque está fuera de discusión, al menos no de momento. Mí ubicación y tamaño del bosque es desconocida, aventurarse sin estar preparado podría considerarse un suicidio.

Pero. ¿Prepararme con que? ¿Hay algo aquí para superar este bosque o estoy destinado a morir aquí? Como si le fuera a dejar esa satisfacción a quien me metió aquí.

Ese ruido constante empezó a molestar, pero sono... reconfortante hasta hace unos momentos. Un motor, generador, una señal de electricidad.

 

El generador se encontraba encendido, y As lo apagó para evitar que siguiera consumiendo combustible. Estaban en pleno día, y si bien la luz era tenue a causa de los árboles, no tenía sentido seguir consumiendo un recurso que ni sabían si iban a volver a obtener. Pudo encontrar una nota, pegada al mismo. En esta se podía leer: "Prendan el generador antes de que oscurezca. Esconderse en las sombras no les hará ningún favor. Vendrán por ustedes de todos modos."

Vaya, un mensaje algo directo y misterioso a la vez. Tal vez lo mejor sería hacerle caso.

Generador: 1 1/2 tick.

Salir al exterior y dejar atrás la seguridad de la cabaña era un prospecto bastante valiente, pero La Hijo suponía que si no atravesaba la tranquera, el oscuro y denso bosque que se encontraba del otro lado no le haría daño. La atmósfera alrededor era húmeda, y, a pesar de estar en lo que parecía ser el corazón del mismo, no se escuchaba ningún sonido. Ningún canto de pajarillo, ni retozar de un ciervo. Todo estaba... ominosamente silencioso.

El pozo poseía sus paredes de piedra, aunque parecía que las raíces ya habían tomado posesión del mismo, y lo envolvían por completo. Era obvio que le hacía falta algo de refacción y reparación, pero podía llegar a serles útil. Un vistazo al fondo, junto con alguna piedrecilla lanzada, daba a entender que en las oscuras profundidades del mismo todavía había un cuerpo de agua.

El banco de trabajo, a pesar de las condiciones en las que el resto del lugar se encontraba, parecía estar en bastante buen estado. Seguramente tendría alguna utilidad. Tal vez podría usarse para manufacturar ciertos objetos, que necesitaran de un poco más de tiempo y preparación de la que uno disponía mientras estaba explorando.

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Se actualizó la Guía de Juego: Sierra de Mesa para incluir el apartado de Banco de Trabajo.

La cocina constaba de aquel extraño horno, con tubos que recorrían toda la casa y liberaban ese olor ácido y relajante. Fuera de eso y de la ventana, no había mucho más que ver aquí. Parecía que otra de las personas con las cuales se había despertado ya había dado un recorrido por la habitación. Tal vez lo mejor era revisar otras zonas, o salir a explorar afuera.