El Recuerdo (Sailor Moon PegasusxRini)

Tema en 'Fanfics Abandonados de Temática Libre de Anime' iniciado por Arleet, 25 Marzo 2011.

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    Arleet

    Arleet Fanático

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    Título:
    El Recuerdo (Sailor Moon PegasusxRini)
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Tragedia
    Total de capítulos:
    2
     
    Palabras:
    745
    El Recuerdo

    Un dolor penetrante reposaba en mi pecho, haciendo que se me hiciera muy difícil el respirar. Miraba la imagen en mis manos, mientras unas pequeñas lágrimas salían de mis ojos y aterrizaban en su cara… Con mi dedo índice acaricie su rostro, sus hermosos cabellos plateados y esas lagunas azules que tenia por ojos, mientras un doloroso sollozo escapaba de mi pecho, quemándome la garganta. Levante la mirada fijándola en el hermoso cuadro que adornaba la pared de en frente, el mismo cuadro que había pintado él cuando me propuso casamiento, con sus características tonalidades en azul y rosa. El que me sacaba suspiros con tan solo verlo y lagrimas con solo pensar en la persona que lo pintó.
    Un cuadro sencillo, pero hermoso… en el aparecíamos nosotros dos, solo teníamos veintitrés años cuando me lo regalo, pero simplemente con darle una mirada, pude distinguir el amor que había puesto es cada pincelada, el único amor que sentiría, el único que yo sentiría. Esos recuerdos sacaron más sollozos de mi pecho, era solo un bulto en una esquina convulsionándose.

    << ¿Por qué lloras? Alguien como tú no debería derramar lágrimas… >>
    Un jadeo involuntario escapó de mis labios al escuchar su hermosa voz aterciopelada susurrando en mi cabeza… un susurro débil pero coherente, el mismo sonido que me arrullaba en las noches de insomnio llevándome a los cálidos brazos de Morfeo. Ese mismo susurro que nunca pude olvidar y alejar de mi cabeza.



    Derramé algunas frías y penosas lágrimas, mientras ponía todas mis fuerzas para poder levantarme, sentí mis piernas entumecidas y supe que en cualquier momento iba a caer al piso, me agarré de los muebles de mi cuarto e intenté estirar las piernas. Los chasquidos de los huesos al hacer ruido inundaron la habitación. Conseguí pararme sola y salí de una vez por todas de mi encierro, no sé cuánto tiempo estuve encerrada ahí, pero cuando salí era noche. La oscuridad se expandía en todo el departamento, caminé por el pasillo y llegué a la pequeña sala, enciendo la luz y acto seguido cerré mis ojos por el horrible resplandor.



    No atiné a hacer nada más pues un sollozo proveniente de su habitación me sacó de mis pensamientos, caminé lo más rápido posible sin llegar a correr y abrí la puerta, ella se encontraba tumbada en la cama con algunas lágrimas en sus pequeños ojitos plateados. Al verme saltó de la cama y corrió hacia mí para abrazarme, acaricié sus suaves cabellos rosas para luego alzarla en mis brazos. Sequé sus lágrimas y le di un beso en la frente.
    — ¿Estás bien? –le pregunté en un susurro. Ella sólo atinó a asentir con su cabecita, para luego abrazarme muy fuerte, me había olvidado completamente de prender su lamparita y eso había ocasionado todo este lío. La lleve en brazos hasta su cama y después de prender la lamparita me senté con ella dándole su mantita.

    Le susurré la canción de cuna que siempre le cantaba para que pudiera dormir y a los pocos minutos estaba con sus ojitos plateados bien cerrados, y su hermoso pelo lacio esparcido por toda su espalda. La acomodé en su cama y la tape con su cobijita, no sin antes darle su osito con el cual dormía todas las noches.

    Me levanté de la cama y después de darle una mirada llena de amor, abrí la ventana que daba al balcón. La brisa dio con mi cuerpo refrescándome y relajándome lo suficiente como para no sentir ninguna tensión y cerré los ojos para disfrutar un momento de esa hermosa sensación.
    Puse las manos en el barandal blanco y miré el cielo estrellado, las luces que emanaban de las estrellas y suspiré, el dolor en mi pecho volvió a aparecer mientras recordaba que esas luces me eran otorgadas a mi por él, eran el regalo que siempre me dio y prometió darme siempre.
    “Te amo… aunque el destino te quitara la vida… nunca voy a poder olvidarte mi amado Pegasus…” susurré a las estrellas, casi sin aliento mientras una lágrima solitaria escapaba de mis ojos. Esa
    lágrima que marcaba la soledad que sentía en mi interior desde que se fue, esa soledad que siento por el recuerdo de mi amado.
     
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  2.  
    Mary Shirou

    Mary Shirou Star Witch

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    Que angustiante la historia ToT
    Igual, me gustó mucho... Es algo que no me esperaba encontrar (al menos no tan luego). Igual, me hubiera gustado saber el cómo ocurrió que mostraste en estas escenas, así que espero que hagas alguna continuación o precuela
     
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  3.  
    Arleet

    Arleet Fanático

    Aries
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    Gracias por haber leido mi fic, no saben lo bien que me hace sentir que les guste a ustedes, y sobre la duda de Mary Shirou, tengo pensado hacer una continuacion, pero por ahora estoy algo ocupada con el colegio y encima en dos dias (hoy es viernes aunque sea muy tarde en la noche) es mi cumple y estoy un poco estresada :confused:... espero tener algun momento para hacerlo, un beso y espero verte en mi proximo fic.
     
  4.  
    Arleet

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    Aries
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    El Recuerdo (Sailor Moon PegasusxRini)
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    La otra mitad de mi corazón

    La brisa de la tarde recorría todo el prado, arrastrando los pétalos de las flores que se desprendían de estas con facilidad, la música del pequeño arroyo inundaba el lugar, mientras los rayos solares de posaban sobre esta, haciendo que brille con la intensidad de miles de diamantes. Era todo perfecto… como lo recordaba, hace ya más de dos años…

    Amor… era lo que flotaba en el aire, amor, felicidad, y sobre todo… las risitas de mi pequeña corriendo por el césped, mientras tomaba ciertas flores para hacer una pequeña corona con ellas, algunas violetas, azules, rosas, blancas y rojas, entre otras, eran las que más resaltaban de su gran ramo, ahora formado, en sus pequeñas manos.

    Mami, mira lo que hice – me enseño su hermosa corona, que adornaba sus lacios cabellos rosas, haciendo resaltar el hermoso de sus ojos plateados. Mientras una sonrisa ladina se asomaba a su rostro.

    Es hermosa pequeña… ¿la hiciste tu sola? – le pregunte, mientras observaba como sus ojitos brillaban de la emoción. Negó con su pequeña cabecita para luego señalar a su padre, mi hermoso esposo.

    Estaba sentado dándole la espalda al arroyo, mientras la misma sonrisa ladina de nuestra hija se asomaba por su cara, mientras algunos cabellos rebeldes acariciaban sus ojos. Se levanto y camino hacia mí, para luego sentarse a mi lado, rodeando mi cintura con su brazo derecho, y con el otro atrayendo a la pequeña Kumiko a su regazo.

    Mi pequeña… mi niña pronto cumpliría los tres años, tres hermosos años de vida, tres hermosas primaveras de felicidad. Felicidad que nos dio a Pegasus y a mí, una que sería imposible quitar, sin importar lo que sucediera.

    Mami, papi, ¿qué vamos a haced para mi cumple? – pregunto, como si no lo hubiera preguntado todo el día, y con su precioso problema en la letra R. Escuche una pequeña risita proveniente de Pegasus, mientras yo rodaba los ojos fuera del alcance de vista de mi pequeña.

    Bueno… pensábamos en ir a la playa, hace mucho que no vamos, y vos realmente no la conoces – respondí, provocando un chillido de alegría.

    *
    *
    *

    — ¡Papi! ¡Papi! ¡Papi! ¡Code! – gritó mi pequeña, corriendo hacia el enorme mar que nos esperaba pasando la playa, hace tiempo que no venia, y la verdad, este día fue la mejor decisión; ya que ella tampoco lo había podido ver.

    Me senté en la cálida arena, mientras veía como mis dos corazones corrían, mientras el trataba de atraparla. Solo éramos nosotros en la playa, no había nadie más, algo muy raro en esta época. Pero eso no importaba, hasta hace unos minutos…

    Como hubiera deseado que alguien estaduviera en ese lugar para ayudarnos, para socorrernos o siquiera comprobar que estábamos ahí, para luego buscar nuestros cuerpos.

    Pero no había nadie. Todo paso tan rápido que parecía borroso, apenas distinguí los gritos de Pegasus, apenas pude ver como mi pequeña Kumiko corría hacia para poder agarrar mi mano; en el momento en que la estreche contra mi pecho, sentí como todo mi cuerpo era arrastrado contra la corriente.

    ¡Pegasus! – grité, con toda la fuerza de mis pulmones - ¡PEGASUS! – pero no respondía, ni siquiera pude ver su cara cuando se perdió en el Tsunami. Cuando sus brazos ya no se podían divisar sobre el agua.

    Agarre a mi tesoro con toda la fuerza que mis brazos tenían, toda la que pude encontrar en estos momentos, y cerré los ojos, esperando el final…

    Ese día había sido el peor de todos, recuerdo esa luz brillante al final del pasillo, un pasillo oscuro como en los peores sueños de mi vida. La luz era hermosa, pero ni siquiera pensé en acercarme, cuando la hermosa voz de Kumiko me llamo desde el otro lado del pasillo, desde mi espalda. Fue muy extraño, ella se encontraba rodeada de un aura blanca, casi plateada, en medio de toda la oscuridad, sin dudarlo dos veces me acerque a ella y agarre su mano. No me alejaría de ella nunca.

    Ahí fue cuando desperté, cuando abrí los ojos y me encontré en el tejado de una casa, con Kumiko a mi lado.

    Habíamos sido rescatadas por un hombre alto, de pelo negro y ojos marrones, Fukuo, ese era su nombre, el nombre de la persona que me salvo la vida… y la de Kumiko.

    No recuerdo mucho el cómo pudo sacarnos de la corriente, pero siempre le estaremos agradecidas, y… aunque no pudieron salvar a mi esposo, siempre lo recordare. Como el hombre que me robo todo… mi primer beso, mi primera vez, la primera vez que me enamore, mi primer y último marido.

    Mami, ¿Por qué entiedan a papá?... el dijo que tenía mucho trabajo para hacer cuando volviéramos a casa – acuso Kumiko, cuando el ataúd que llevaba consigo a Pegasus, bajaba hasta perderse en el holló – no lo entieden, ¡Papi! ¡Papi! ¡no! ¡no! – gritó, mientras el nudo de mi garganta se hacía cada vez más y más grande.

    No pude evitarlo y llore, llore como cuando lo vi, acostado en el suelo, tapado con una sábana blanca, con sus hermosos ojos cerrados, sus labios rosas, ahora azules por el agua, toda su ropa mojada, y sus lacios cabellos, pegados a su rostro. Fue la última vez que lo vi, la última vez que vi su rostro antes que los paramédicos taparan otra vez su rostro, y lo metieran dentro de una bolsa de plástico negro. La última vez que vi a mi amor.

    Sin ninguna palabra, solté a Kumiko y se la di a mi madre. Me acerque a la tumba de mi difunto marido, y en el último momento, justo antes que taparan la parte superior del ataúd, deposite una rosa blanca, símbolo de mi amor eterno hacia él, y con la vos más estrangulada y llena de dolor le susurré…

    No importa a donde bajas… siempre te llevaras contigo la otra mitad de mi corazón…

    Acaricie el cajón y me levante, con mi cara bañada en lágrimas, y mi corazón roto en mil pedazos…
     
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  5.  
    Arleet

    Arleet Fanático

    Aries
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    ahiii!!! gracias!!!! no pense que les gustaraa, es más pense que dirian algo asi omo "no me gusto mucho" o "tienes que mejorar un monton" en verdad no saben lo feliz que me hacen... por sierto, pensaba hacer una partecita más sobre esto, pero sobre lo que vivio Kumiko, sus sentimientos, si se siente culplable o no, si lo recuerda, como vio a su madre... todo eso, pero nose si ustedes quieran??
     
  6.  
    Arleet

    Arleet Fanático

    Aries
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    gracias! en verdad no saben lo que significan para mi sus comentarios, cuando tenga algun momento, y la inspiración... les aseguro que escribire la última parte, con la misma cantidad, o más, de sentimientos... un beso.
     
  7.  
    blackrose18

    blackrose18 Usuario VIP Comentarista Top

    Piscis
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    Chicas, borré spam y ciertas dudas traten de no hacerles aquí porque desvían el tema.
     
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