Percy Jackson El Rayo y la Muerte

Tema en 'Fanfics sobre Libros' iniciado por Brunchi, 11 Junio 2017.

  1.  
    Brunchi

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    Título:
    El Rayo y la Muerte
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Acción/Épica
    Total de capítulos:
    9
     
    Palabras:
    81
    Prefacio
    "El hijo de la muerte, una pérdida afrontará

    Donde...en la soledad se atascará

    Pero sólo la hija del Rayo

    De la Oscuridad lo sacará"


    Un deseo, un secreto.

    Una promesa, un impedimento.


    Un sentimientos, un miedo.

    ¿Ganará el Amor?

    Tiene un momento de lemon.
    Se trata de semidioses, del libro de Percy Jackson y los Dioses del Olimpo. Y pues es de una Historia de NICODIANGELO(también puede encontrarse disponible en wattpad)
     
    Última edición: 26 Octubre 2017
  2.  
    Brunchi

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    Título:
    El Rayo y la Muerte
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Acción/Épica
    Total de capítulos:
    9
     
    Palabras:
    1934
    Capítulo 1

    Ya pasaron algunos años de la guerra contra Gea, ahora todo está tranquilo, los griegos y los romanos llegaron a un acuerdo que durará por mucho tiempo.


    Hoy en día, todo estaba normal en el campamento mestizo, algunos romanos están hospedados por un tiempo, todos estaban felices, aunque, hay una excepción. Cierto semidiós, perdió al ser que más apreciaba en este mundo. Por esa pérdida, se fundió en la soledad y oscuridad. Se condenó en su tristeza, y nadie puede sacarlo de allí.

    Nico Di Angelo, hijo de Hades el que todos temen por ser el hijo de la muerte. A pesar de su aspecto, no es el mismo en el fondo. Puede que se muestre frío y sin sentimientos, pero en su interior, es todo lo contrario.

    Al perder a su hermana Bianca, no volvió a ser el mismo de antes, dejo de sonreír y de ser ese niño divertido que solía ser. Se oculta a través de ese aspecto oscuro, una mirada tan fría como el hielo, y una expresión seria en el rostro. Pero, a pesar de eso, oculta un deseo, algo que para él es imposible... "Encontrar a alguien que lo saque de la oscuridad".


    >>En el Olimpo<<


    El dios del inframundo, por más raro que suene, fue al olimpo en busca de ayuda, no por él, sino por su hijo. Desde la muerte de su hija, él ha cambiado, y le preocupa que siga en ese camino. Aunque sea un poco normal su comportamiento, por ser su hijo, pero él sabe que Nico no es así.

    El gran Hades, se encontraba con todos los dioses, pero miraba fijamente a Zeus, a quién solicitó ayuda. EN este preciso momento, el Rey de los muertos, pensaba en que perdía su dignidad a pedirle ayuda a su hermano, pero por su hijo, haría lo que fuera, por una parte, se sentía culpable, de no ser el padre que su hijo necesita, y no estar con él cuando más lo precisa.


    — Entonces ¿Quieres que haga algo para ayudar a tu hijo? —pregunta el Dios mayor tocándose la barbilla—... aunque me lo pidas no podré hacerlo.


    — ¡Nos seas un…! —antes de terminar la frase, el dios de la muerte suspira y vuelve a mirar fijamente a su hermano—. mira Hermano, tú me lo debes, Nico no tiene a nadie en este mundo quien lo ayude, y las únicas dos personas que lo entendían... ya no están, y una de ellas, tú la mataste —exclama.


    Zeus lo piensa mejor. Es verdad, el asesinó a la madre de Nico, pero fue porque Hades no lo obedecía. Aun así, sintió culpa. Su hermano tiene razón, se la debe, y más que nunca.


    — Está bien, pero, no sé cómo ayudar a tu hijo —le responde Zeus.


    — Em…—habla Apolo—. no sé si sirva, pero hace un tiempo. Bueno, a decir verdad, hace algunos años tuve una profecía sobre tu hijo- dice nervioso.


    — ¿¡¿Y ahora me lo dices?!? —exclama Hades exaltado.


    — Bien, habla a ver de qué se trata —dice Zeus bebiendo de su copa dorada.


    "El hijo de la Muerte, una pérdida afrontará.

    Donde en la soledad se atascará...

    pero solo la hija del Rayo

    De la Oscuridad lo sacará"


    Nunca dije nada porque pensé que la profecía estaba mal…—vuelve a decir Apolo, cuando volvió a la normalidad—…Porque Nico no se lleva con Thalia, que es la única hija de Zeus.


    El dios del rayo, al escuchar eso, se atraganta con el vino que estaba bebiendo. Tose a cántaros, y los demás dioses lo miran acusantes, menos uno, o mejor dicho una, Afrodita, ella llevaba una sonrisa radiante. Cuando logra calmarse, mira a todos, y se da cuenta de sus miradas.


    — Rompiste tu promesa ¿No es así? —le pregunta Hades con una ceja levantada.


    — Pues... —dice Zeus nervioso— está bien... —suspira—… tengo otra hija…—aclara finalmente.


    — Después me dices a mí —le dice Poseidón en burla.


    — Bueno, bueno. Si mi hija forma parte de esa profecía, no me queda de otra que traerla aquí —finaliza el mayor


    — No es necesario, padre… —dice una voz suave


    Frente a todos los dioses ingresa una joven muy hermosa, a decir verdad. Tiene estatura normal, su piel es pálida, pero tiene color en sus mejillas, su cabello es de un color zanahoria medio ondulado que le llega hasta media espalda, sus ojos son azules eléctricos, sus pestañas son largas, su nariz pequeña, sus labios rosados y perfectos, su figura es de diosa, su cuerpo es normal, completamente hermosa.

    Lleva puesto una remera negra con escote V, una campera de cuero también negra, un short tiro alto de jean, y unas vans negras, en su cuello lleva un collar de oro con un dije en forma de rayo, en su muñeca derecha un brazalete dorado que lleva gravado, que quiere decir "Luz Destructora" y un rayo gravado. Su rostro es de seriedad, si la miras a los ojos fijamente sentirás miedo, sí te concentras sentirás su aura tan poderosa. Mira a los dioses uno por uno, hasta detenerse en el más poderoso.


    — Creí que ya era tiempo de aparecer, creí que te habías olvidado de tu hija…—habla la joven de nuevo, su voz es dulce, pero a la vez fría y calculadora, que puedes temblar al apenas escucharla.


    — Justo te necesitaba, hija…—le sonríe—…bien, ella es Livana Abaleo, mi hija, tiene 18 años y les aconsejo que no la hagan enojar —dice mirando a todos.


    Entonces, tú eres hija de este…—le dice Hades señalando a Zeus— eres diferente.


    — Señor Hades, es un placer conocerlo —dice Livana haciendo una pequeña reverencia— y sí, soy Hija del Rayo, algo inesperado para todos, pero de Zeus, es algo muy normal ¿O no? —lo último dice mirando a su padre con una ceja levantada.


    — ¡Ja! Tienes carácter, me agradas —habla Ares a la joven mirándola de cabeza a los pies- oye ¿Te dijeron que eres hermosa? — dice con una sonrisa pícara.


    — ¿Porque no vienes y me lo dices en la cara? Asqueroso —exclama la hija del rayo transformando su brazalete en una espada dorada.


    — Vaya, tienes el valor de desafiarme. De acuerdo —dice Ares sacando su espada y acercándose a esa chica de ojos eléctricos.


    Ambos se quedan mirando a los ojos de una manera, muy desafiante, entonces, el dios toma la iniciativa, de un movimiento rápido ataca, pero la semidiosa lo esquiva con facilidad y con el mango de su espada, le da al dios en el estómago. Con ese descuida, envaina su espada haciéndole un corte en la mejilla. Ares, furioso, intenta atacarla nuevamente, ambos chocan espadas, Livana tiene más fuerza, hizo que la espada del dios de la guerra saliera volando, puso la suya en el cuello del dios desconsiderado, obteniendo la victoria. Todos se encontraban sorprendidos, nunca nadie pudo derrotar a Ares. Livana con una sonrisa ganadora, vuelve a transformar su espada en brazalete.


    — Esa es mi hija, todavía no entiendo como puedes obtener los dones de otros dioses —dice Zeus orgulloso.


    — ¡¡¡QUE!!— exclaman todos los dioses sorprendidos.


    — Li, es hora que vayas al campamento— le dice el dios del rayo a su hija.


    — Está bien —dijo sin protestar y marchándose del olimpo.


    >>En el campamento mestizo...Una semana después...<<


    La mayoría de los semidioses se encontraba haciendo combates en el anfiteatro, en las gradas estaba cierto hijo de Hades mirando a Jason y Percy que combatían en el escenario. Nico estaba muy sumido en sus pensamientos, de como creía estar enamorado del Hijo de Poseidón, hasta hace poco, reaccionó y recapacitó de que lo que sentía no era más que solo admiración, por una parte, estaba aliviado, pero por otra decepcionado, pensó que por fin había encontrado a esa persona, la que lo liberaría, la que lo sacaría de la oscuridad, hasta ahora su mundo es negro, los colores se apagaron hace mucho tiempo para él. Estaba tan concentrado en sus pensamientos, que no se dio cuenta que él combate había terminado Jason logró la victoria, y con una sonrisa se sentó junto a él.


    — Vamos sombritas, tengamos un encuentro amistoso —dice palmeándole la espalda.


    — No molestes Grace —le dijo Nico en su tono "normal"— y sabes que no me gusta que me toquen —dice mirándolo a los ojos.


    — Oh vamos, hace días que no combatimos, estuve ocupado con Thalia, y hablando de eso, hoy ya se marcharán las cazadoras, una lástima —dice el hijo del rayo pensativo.


    — Eso no me interesa —murmura el chico sombras desviando la mirada.


    Odiaba hablar de las cazadoras, he hacía recordad a su hermana, aún no podía superarlo, se dirigieron hacia el comedor, cada uno en su respectiva mesa. en ese momento una joven misteriosa para todos, cruzó la barrera del campamento, se quedó unos segundos viendo el árbol de Thalia con el vellocino de oro junto a aquel dragón que lo protege. Caminó hacia el comedor, encontrándose con todos los semidioses almorzando. Ella seguía ahí, parada, mirando a cada uno, entonces todos se dieron cuenta de la presencia de aquella joven de cabello zanahoria, lleva puesto una musculosa negra con un estampado de Nirvana, un short negro, una converse negras. Algunos chicos, más de la mesa de Ares la miraban con la boca abierta, algunas chicas más de la cabaña de afrodita, la veían con envidia por ser tan hermosa. Nico, al levantar la mirada y verla, se quedó hipnotizado por aquellos ojos, aquella boca… nunca se sintió atraído por una chica. Quirón, se levantó de la mesa y se aclaró la garganta.


    — Buenos días joven ¿Se puede saber qué hace aquí? — le dice amablemente.


    — Es obvio, soy una semidiosa —dijo con aquella voz dulce y fría, todos comenzaron a murmurar.


    — ¿Sabes quién es tu madre o padre divino? —le vuelve a preguntar.


    — Sí —dice tranquilamente, pero se aclara la garganta y vuelve a hablar en voz alta para que todos la escuchen— Mi nombre es Livana Abaleo, y soy hija de Zeus.


    Todos quedaron sorprendidos una hija de uno de los tres grandes. Otra vez comenzaron a murmurar, entonces el signo del rayo apareció arriba de la cabeza de la joven.


    — Salve Livana, Hija de Zeus, Dios del cielo —dijo Quirón, haciendo una pequeña reverencia.


    — ¡Hermanita! —chilló Jason levantándose de su lugar y yendo emocionado hacia la joven.


    Cuando estuvo a punto de acercarse, Livana con un movimiento de su mano empujo sin tocar a su hermano logrando que impactara fuerte contra el suelo. Jason se quejó fuerte, haciendo que algunos se les acercaran a ayudarlo.


    — ¡Jason! ¿Te encuentras bien? —dijo Pipper, su novia preocupada, al verlo sujetarse al brazo.


    — Tranquila, estoy bien —contestó con una sonrisa pero a la vez con un gesto de dolor.


    — Lo siento —dice Livana— pero no puedo tolerar que los hombres se me acerquen —se acerca a su hermano y estira su mano para ayudarlo— Perdóname, hermano —hace una media sonrisa.


    — Disculpas aceptadas —dijo tomando su mano.


    La joven de cabellos zanahoria ayuda a levantar a su hermano. Ambos se sonríen y se van a su mesa a terminar de almorzar. Allí, Jason le presentó a Thalia, su otra hermana. Livana se sintió feliz, pensó que podía completar ese vacío que tiene hace ocho años, podía volver a tener una familia.


    Por otra parte, el temible hijo de Hades, quedó asombrado con la joven. No podía dejar de verla... esa atracción que sintió desde que la vio no paraba, muy raro de él sentir atracción por una mujer, ¿O es algo más?
     
  3.  
    KothStark

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    No esperaba menos de ti Myuzu, esta excelente
     
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    Brunchi

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    Título:
    El Rayo y la Muerte
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Acción/Épica
    Total de capítulos:
    9
     
    Palabras:
    1000
    Capítulo 2
    [​IMG] Edad: 18

    Todos los campistas estaban en la arena de combate, la mayoría con la boca abierta, otros sorprendidos, ¿Por que?, La joven de cabello anaranjado estaba en el centro con su espada a su alrededor, todos los de la cabaña Ares, se encontraban lastimados en el suelo, habían sido derrotados por el Rayo, pero, ¿Qué fue que lo inicio, para quedar la escena así?


    ****
    Campamento Mestizo...


    (30 minutos antes)​

    Hace dos semanas que la joven Hija de Zeus llegó al campamento, Jason estaba feliz de tener una hermana menor, pero no lograba entender el por que de la actitud tan fría y oscura, más si un hombre se le acercaba. Todos se sorprendieron al saber y ver que poseía algunos dones de todos los Dioses, es la más poderosa de todo el Campamento.

    Ahora, la mayoría al terminar de desayunar, se fueron a la arena para entrenar, Livana estaba a un lado viéndolos combatir, primero a Jason contra Percy, observando bien las técnicas romanas y griegas, para ella eran lentos y cometían algunos errores, eso que ellos son los Expertos.

    —Jason, pierna izquierda atrás y brazo derecho al pecho —comento su hermana.

    El hijo del Rayo obedeció a su hermana y pudo atajar el ataque del hijo del Mar, y así dio otro ataque derribándolo, Jason obtuvo la victoria.

    —No es justo, tu hermana te ayudó —protestó, defendiéndose Percy.

    —Pero aún así gané —contraatacó Jason.

    —Son demasiados lentos, no sé como pueden llamarse los mejores del Campamentohabla Livana algo irritada.

    —Li, ¿Acaso, tal vez estés celosa? Nunca combatiste con nadie, así que no sabemos como eres con la espadadice su hermano tratando de provocarla.

    —Te aconsejo que no me provoques Jason, puedes salir herido —responde su hermana con burla.

    —Tú contra Percy y yo, ¿Qué dices? —propone Jason.

    —Luego no llores —dice ella acercándose.

    —¿Y tu espada?pregunta Percy.

    —Aquí, —responde transformando su brazalette en una espada dorada-les presento a καταστρέφοντας το φως (luz destructora), —dice con una media sonrisa—...vengan y ataquen, ¡No sean niñas!dice provocándolos.

    Y así Jason ataca por el lado izquierdo y Percy por el derecho. Livana da una vuelta y con su espada choca la de ambos. Intentan nuevamente atacarla, pero ella dobla su espalda hacia atrás esquivándolos.

    Aprovecha el momento e impulsa su cuerpo hacia atrás, apoya sus manos en el suelo y luego eleva sus piernas, pateando las espadas de sus contrincantes haciéndolas volar. Cuando da una vuelta y queda enfrente de ellos, da una estocada provocándoles un corte en el pecho, por suerte de ambos, sólo rasga sus ropas.

    Livana convierte su espada en brazalette, y toma las espadas de su hermano y "amigo" que cayeron desde arriba

    —¿Satisfechos?— pregunta la Joven Rayo con burla.

    —Si, está bien, tú ganas— dice su hermano con una sonrisa

    —Wow, es la primera vez que alguien derrota a Jason y Percy, y más si batallaron los dos juntos— dice Leo sorprendido.

    —¿Alguien más?— pregunta Livana y todos niegan con miedo, incluso Nico.

    —¡Oye tu Hija del Rayo!...—grita Clarisse la Rue, hija de Ares, si te crees tan buena, ven y tengamos un encuentro...—dice desafiante.

    Todos los campistas se acercan, esto se pone interesante

    —Mira niña mimada que no le gusta perder, —le responde Livana.

    Ganándose un "ooh..." de la mayoría

    Si pude derrotar a tu Papito en menos de lo que canta un gallo, tú estarás bajo tierra en menos de lo que cae un rayo.

    Vuelve a decir y todos musitan un "uuh.."

    La hija de Ares se encontraba furiosa, se lanza preparada, uniéndose con ella, sus hermanos. Todos los de la cabaña Ares la miraban con odio. Livana vuelve a transformar su espada, mira a todos los mimados de Ares, " esto es fácil para un par de tontos" pensó la joven ojos eléctricos.

    —¡Ataquen todos juntos y buena suerte...—les dice con burla y mueve su espada.

    —¡Ataquen! —grita Clarisse y todos corren para atacar a Livana.

    La Hija del Rayo sonríe, corre también hacia los hijos de Ares, pega un salto y gira en el aire, cuando está por caer, le da una patada en la cara a uno, envaina su espada hiriendo a un grupo, con el mango le golpea la cara a uno dejándolo en el suelo con los otros, uno intenta atacarla pero ella es rápida y lo ataja, otro se le acerca por atrás, pero la joven le da una patada a su espada hasta que sale volando luego le da una patada en el estómago dejándolo tirado. Al que intentó atacarla, Golpea espalda contra espada y se la quita, derriba a todos los Hijos de Ares dejándolos heridos quedándo solo Clarisse, quién pronto ataca. Livana pisa el pie derecho atrás y el izquierdo delante, cuando la Hija de Ares se acerca, levanta su pie izquierdo hasta pegarle en la mandíbula, luego el pie derecho, da una vuelta y antes de caer al suelo con ambos pies, le da una patada en el pecho dejándola sin aire y sangrando en el suelo.

    Y así, la Hija del Rayo vence a todos los Hijos de Ares en poco tiempo, su espada vuelve a ser brazalette. Mira a todos los Hijos de la Guerra que se encontraban heridos en el suelo.

    —Vuelvan a provocarme y terminarán bajo tierra...—dice con voz fría

    —¡Livana ya es suficiente! —grita una voz autoritaria.

    La mencionada se da vuelta encontrándose con...


    ***
    ¿Quién será? ¿Que ocurrirá? Todo esto y más en el próximo capítulo.
     
  5.  
    KothStark

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    Jajaja cada vez va a mejor, espero con ansias el siguiente capítulo
     
  6.  
    Brunchi

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    Total de capítulos:
    9
     
    Palabras:
    307
    Capítulo 3:
    Segunda parte:

    2017-10-26_07.02.24.jpg
    NO ENOJES AL RAYO



    —¡Livana, ya es suficiente! —grita una voz autoritaria.

    La joven mencionada se da vuelta, encontrándose con su padre, el mismísimo Zeus.

    —¿Y ahora que quieres viejo? — le pregunta molesta su hija

    —Más respeto a tu padre Li..— habló el Dios pero es interrumpido.

    —¡Sí de verdad fueras mi padre no nos hubieras abandonado así!— grita dolida su hija

    Todos miraban la escena atónitos. La hija del Rayo suelta una lagrima pero se la quita rápidamente. Mira con odio a su padre, con odio y dolor, no es de demostrar sus sentimientos pero... ya estaba cansada

    —Tú no eres mi padre —susurra con un nudo en la garganta, Zeus abre los ojos como platos.
    —¡Por tu culpa mi madre murió! ¿¡¿No era que la amabas?!? ¡Claro que no, si estamos hablando de Zeus! Por lo menos la hubieras salvado pero no.. ¡dejaste que la matarán! —grita dejando caer sus lágrimas.
    —Te odio!— grita al Dios.

    Nadie dice nada, todo esta en un completo silencio incomodo. El Dios del Rayo queda en shock <<Todo es mi culpa>>piensa. Su hija lo odio , más que a nada.

    —Livana yo...—su hija no lo deja terminar.

    —Me importa una mierda lo que tengas que decirme —suelta la realidad de la situación, en otras palabras escupiendo su dolor literalmente

    —Escúchame, Livana —le intenta decir otra vez.

    —¡Livana nada! —grita saliendo chispas de rayos de sus manos, todos se alejan asustados.
    —No me interesa en lo mas mínimo tus palabras, Zeus —pisa el suelo con fuerza, ocasionando que todos salgan volando.
    — No me hagas enojar— dice antes de marcharse.

    El Dios mayor se esfumó sin más que decir. Todos estaban sorprendidos y aprendieron una lección muy importante, "No enojes al rayo o puede que sea lo último que hagas".
     
  7.  
    Brunchi

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    9
     
    Palabras:
    825
    Capítulo 4: "Dolor"

    Livana se encontraba en la playa, mirando al horizonte, con una mirada perdida, sintiendo como sus mejillas eras mojadas por sus lágrimas, sus ojos ya de tanto llorar se notabas rojos e hinchados, junto con su alma rota.

    Hace mucho que acumulaba ese dolor en su interior, tarde o temprano acabaría soltando todo el mal que le ocasionaba a ella, ese dolor que acumulaba en su interior, y paso lo que paso, lo dejo salir de la peor manera. Lastimó a muchos, enfrentó a su padre, mostró su debilidad ante todos, pero ¿quién no reaccionaría ante la ignorancia del causante de su dolor?

    >>"Si supieran lo que viví..lo que perdí.. lo que sufrí.. estarían en mi lugar. Cómo odio éste mundo, odio a todos. Mamá, no sabes cuánto te necesito, que estés junto a mi lado"<< pensó la joven semidiosa, cerrando los ojos dejando salir las lágrimas que acumulaba.

    —Liviana —dice una voz a sus espaldas.

    La mencionada se da vuelta, encontrándose con su hermano. Notando que su pecho subía y bajaba con rapidez, se notaba agitado. Livana limpia sus lágrimas con tranquilidad, mirándolo, a esos ojos azules, azul con azul.

    —¿Qué quieres Jason? —le pregunta intentando ser amable

    —Te llevaba buscando por horas, ¡por los Dioses!, hermana nos tenías muy preocupados —le contesta exaltado

    —A nadie le importo, así que vete—vuelve a darse la vuelta.

    Jason no supo que mas decirle, suspiro rendido. Miró a su hermana por última vez, se dio vuelta para marcharse, pero antes, dijo unas sabias palabras que la dejaron muy pensativa.

    —Si no nos importaras, no te buscaríamos, te dejaríamos sola. Intentamos ayudarte pero tu no te dejas. Te alejas de todos, encerrándote en ti misma, ¿Que ganas con eso? Sólo más soledad de la que tienes y te acompaña —sin mas que decir, se marcha.

    >>"Sé que tiene razón, pero lo necesito, necesito estar sola, porque lo que menos necesito es que terminen odiándome. No quiero descargar mi dolor con los demás, por eso busco la soledad" <<se dijo mirando al cielo.

    ¦>>>¦​

    En lo siguientes días en el campamento todo se encontraba normal, los de la cabaña Ares se recuperaron de sus heridas, los héroes del lugar estaban muy preocupados por Livana, en este tiempo no había salido en ningún momento de su cabaña, ni siquiera salía a comer. Después del almuerzo todos decidieron ir a la cabaña de Zeus, necesitaban arreglar las cosas de una vez.

    Cuando se iban acercando más se escuchaba la música que provenía de la cabaña del Dios mayor. Los chicos se miraron, corrieron mas rápido. Al entrar, quedaron sumamente sorprendidos por la escena que eran testigos. Livana estaba saltando en uno de los sillones de la sala, aunque se encontraba con tan solo bragas y una remera de Jason. Notaron que no tenía su brazalete puesto, dejando ver dos cicatrices en sus muñecas.

    Jason fue apagando la música, aun atónito, toma a su hermana fuerte de los brazos y la baja.

    —¡¿Que demonios te pasó allí¡?—grita exaltado.

    —Fue hace...Dos años... dos malditos años...—por su tono de voz se notaba que estaba borracha.

    —Dime lo que te paso...—le pide mas calmado.

    —Mi madre había muerto hace 8 años, la asesinaron pero antes fue abusada..yo no pude hacer nada, no me encontraba en casa, cuando había llegado ese día la encontré tirada en el suelo. Me costó superarlo, pero me es difícil —suelta unas lagrimas— hace 3 años.. encontré a alguien quién me ayudó a salir adelante.. Como una idiota me enamoré, el estúpido.. intento abusar de mí, pero por accidente lo acabé matando —solloza dejando a todos atónitos.
    —Me juré que nunca más iba a caer en el juego de un hombre, y no lo volveré a hacer, por eso los odio. Esas marcas son las pruebas de mi dolor.. En un momento.. hubiera deseado morir..—dice cayendo en inconsciencia.

    —¡Livana! —grita asustado su hermano.

    A todos les afectó la pequeña historia de la Hija del Rayo, más a Nico. El desea acercarse a ella, pero ella no deja ni dejará que ningún hombre se le acerque. Ahora sabía el motivo, y lo único que debía y quería hacer, era sanar esas heridas en su corazón

    Rápidamente su hermano la llevó a la enfermería, se le notaba muy preocupado, justo al llegar Will, el hijo de Apolo, los atendió, notificándoles que solo había sido un desmayo nada grave, que con solo un buen descanso se recuperaría, así que Jason logró calmarse un poco, aunque la Historia que su pequeña hermana le había relatado, lo puso bastante triste e impotente, por ni siquiera saber que ella.. así de mal la estaba pasando...

    ¬¦Se prometió que de ahora en adelante haría lo que fuese por la felicidad de su pequeña hermana, la protegería como un buen hermano mayor lo haría" o eso pensó Jason mientras la veía recostada en la camilla.
     
  8.  
    Brunchi

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    Total de capítulos:
    9
     
    Palabras:
    1271
    Capítulo 5

    __
    Aquellos sueños rotos al igual que mi corazón
    Felicidad... ¿Porqué te escondes? ¿Acaso no he de merecerte?.
    No sé lo que la vida pretende o quiere forma.
    De pequeña decía que la vida nos pone obstáculos para ver si éramos capaces de seguirla, pero ahora sólo pienso que me odia. Perdí la cuenta de la última ves que sonreí, ni siquiera recuerdo cómo es. Quiero vivir, olvidar el pasado y vivir.

    __​

    Toc, Toc, Toc...​


    —Ya voy... —contesta Livana.

    Cerrando su cuaderno, dejándolo en su cama, su espalda estaba apoyada en el respaldo; su cabello alborotado, sin peinar... llevaba puesto solamente un vestido de seda blanco a tirantes llegando solo a sus muslos. Las uñas tanto de las manos como los de los pies se notaban pintadas de negro, y su brazalete en la muñeca.

    La ventana de su habitación abierta se encontraba dejando entrar al sol, el viento lo que provocaba que las cortinas se movieran. El cuarto era ordenado, Las paredes de madera relucientes al igual que el piso, su cama en el centro pegada a la pared, todo impecable.

    Acomoda su cabello pelirrojo a un lado, soltando un pequeño suspiro colocando los pies en el suelo. Con mucha pereza va en dirección a la puerta, rozando la perilla y jalando. Al abrir intenta sonreír a lo que solo consigue... mostrar una mueca.

    —Hola Nico —saluda tranquila.

    El hijo de Hades se lo encontraba apoyado sobre el marco de la puerta, sus cabellos oscuros alborotados, sus ojos miraban a la joven con brazos cruzados y expresión seria. Llevaba puesto su típica campera de aviador una camiseta negra con una calavera, unos pantalones de mezclilla oscura, el cinturón con su espada y converse negra.

    —Livana —responde al saludo—, tu hermano me mandó a llamarte.

    Suspira—¿Y ahora qué quiere? —susurra para sí misma— Bien, tendré que ir a ver que quiere. ¿Puedes esperar aquí?, tomaré una ducha rápida y voy.

    —De acuerdo, aquí espero —contesta con el mismo tono serio.

    Ella toma algo de ropa, entra al baño, dejando al hijo de Hades solo. Nico da un recorrido con la mirada al cuarto, dándose cuenta que es todo lo contrario al suyo, al fondo se escucha el agua caer de la ducha, deteniendo la mirada en el cuaderno sobre la cama.

    La curiosidad lo mata, se acerca tomándolo. Un bolígrafo apunta en una parte de la hoja, todas están escritas, pero su vista se queda leyendo en la última escritura...

    Quisiera recordar, por lo menos un instante, lo que es sentirse vida

    Esas palabras retumbaron en su mente, perdiéndose en ellas por unos instantes, que le parecieron eternos...Al dejar de escuchar el agua caer sale de sus pensamientos, mira en dirección a la puerta del baño, y luego al cuaderno. Lo deja donde estaba, volviendo es la posición en que estaba antes, para no sospechara que la tocó, o si lo hace será de carbonizar-lo con un rayo.

    La puerta se abre, dejando a Nico hipnotizado con la imagen, Livana con el cabello mojado y recogido en una cola alta junto con una blusa negra con el símbolo de Guns N'Roses, una campera de cuero del mismo color junto con botas militares.

    —Ya estoy —habla la joven, logrando que el joven vuelva a la tierra.

    —Bien, vamos... deben seguir en el campo de entrenamiento —se rasca la nuca nervioso, alejando su vista.

    Livana estaba a punto de salir de la habitación hasta que se acordó de su cuaderno, tomándolo, leyendo lo que hace un momento había escrito...

    Soy simplemente herido del que no existe salvación.

    Se dice a sí misma con nostalgia en su voz...

    Nico, quién se encontraba mirando con tristeza a la joven... pensando en que podía hacer, prefirió ir a la entrada de la cabaña para esperarla. Ambos caminaban en silencio, todos se les quedaban mirando con miedo, odio y otros con extrañeza.

    Miedo: por la temible y poderosa Hija de Zeus; junto al terrorífico Hijo de Hades, odio: por pensar en lo que son y por último extrañeza porque ninguno de los dos acepta la compañía de nadie.

    —¿No odias esto?—pregunta ella con la vista enfrente, logrando que Nico la mire extrañado.

    — Que todo el tiempo te miren...pareciera que nunca se cansan. Ya sé que eres el hijo de Hades, ¿Y qué? Yo soy la Hija del gran dios y no soy lo que pensaban, se dejan engañar, piensan que por tan solo el motivo de dónde venimos, somos iguales a ellos.. eso irrita,no sé como lo aguantas- dice apretando los puños.

    —No lo sé —mira al frente—... supongo que ya me acostumbré—dice metiendo sus manos en sus bolsillos.

    —Admito que a veces me gusta que me miren así y se alejen de mí.

    —¿Por qué? —ahora es ella quien lo mira.

    —Prefiero la soledad a que todos se alejen de mi, que me teman, que no sientan mi dolor —confiesa.

    —¿Acaso te metiste en mi mente?—pregunta haciéndose la indignada.

    Él la mira divertido y sonríe.

    —No me metí en la mente de nadie —le sigue el juego.

    —¡Claro que si!, eres un chismoso Di Ángelo —suelta divertida.

    —Aquí la chismosa eres tú, Abaleo —dice riendo.

    —¡Ja!... —sonríe—... ¡si, claro!.

    Ambos se detienen y estallan a carcajadas, logrando que la mayoría de los campistas los miren estupefactos. ¿Que les causa gracia? Nadie lo sabe, solo saben y sienten que es raro que estén riendo, cuando logran calmarse, mirándose a los ojos mutuamente, ambos con una sonrisa.

    Al instante Nico entra en razón, tratando de creer lo que era testigo de ver, sacó su espada de la funda, colocando frente a Livana, al mirar ella su reflejo...tampoco podía creer lo que veía sus ojos empezaron a cristalizarse.

    —¿Ahora recuerdas como es tu sonrisa? —le pregunta el guardando su espada.

    Viendo entreabrir los labios de ella sorprendida, entiendo a lo que se refería. Pero no le dijo nada, solo volvió a sonreír, pero solamente una sonrisa para él.

    —Gracias...—le dice de manera tierna.

    Nico sintió su corazón derretirse, sintiendo su estómago conteniendo un zoológico alocado, tan feliz. Esa mirada, esa sonrisa... esa voz, lo cautivó por completo. Volviendo a sonreírle

    —¡Oh..por..Zeus! —se escuchó decir de la voz Jason

    —Acaso...—dijo Hazel.

    —Ustedes...—siguió Jason.

    —¿¡Sonrieron?! —completaron sonriendo y emocionados ambos.

    —¿Se puede saber para qué me mandaste a llamar rayito? —Pregunta Livana rodando los ojos, como cruzándose de brazos

    —Solo te quería preguntar si me ayudabas a entrenar, así derroto otra vez a Percy —dice divertido.

    —¡Oye! —dice indignado Percy

    —Por molesto, ¡la respuesta es no! —le contesta alejándose.

    —¡Gruñona! —grita su hermano.

    Livana sin voltearse le muestra el dedo corazón y sigue su camino. Nico esboza una media sonrisa, colocando a su lado.

    —Yo creo que si tienes salvación Livana, creo que tu corazón no está tan herido, aún puede seguir... —le dice mirándola.

    Sonríe—Tenía razón —lo mira—... eres un chismoso —ríe.

    —¡Oh, vamos! no cambies de tema— ríe con ella.

    —¿De verdad crees que mi corazón herido tiene cura? —le pregunta con cierta esperanza.

    Él asiente mirándolo y dice:

    —Busquemos la cura juntos —ofreciéndole su mano.

    Livana lo mira a los ojos, dudando un poco.

    "¿En verdad puedo confiar en sus palabras?"—piensa un segundo.

    Dirige la mirada a la mano y la toma.

    "Debo tantear para ver si es cierto, asi que...lo intentaré..."-se dijo en su pensamiento.

    AMBOS SANARÁN SUS CORAZONES JUNTOS...​
     
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    Brunchi

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    El Rayo y la Muerte
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    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Acción/Épica
    Total de capítulos:
    9
     
    Palabras:
    932
    Capítulo 6

    Perder lo que mas amabas, puede llevarte a la completa oscuridad, eso lo se yo porque lo viví...
    Perdí a mi madre, a mi hermana, perdí a las dos personas que más amaba en este mundo. Soy hijo del Dios de la Muerte, no soy buena compañía lo sé. Es así como terminé siendo el temible y solitario hijo de Hades, el que se encierra en su propia soledad, que no sonríe y que odia todo a su alrededor.
    Así me siento y no creo que exista alguien en éste mundo como para hacerme cambiar...

    Hace años que olvidé como era sentirse feliz, hasta que ella llegó... ¿Por qué? Porque ella es como yo, ella si me puede entender, es capaz de quitarme de esta oscuridad.
    -NicoDiAngelo.


    —Entonces por eso no te llevas bien con Percy —concluyendo la joven Abaleo.

    —Cada vez que lo veo recuerdo aquella promesa que no pudo cumplir, el de proteger...a mi hermana —dice el hijo de Hades con nostalgia.

    Una lágrima roda por su mejilla, sacándoselo rápidamente.

    ***​

    Desde aquel día en que prometieron curar sus corazones juntos, ya pasó un tiempo de aquel momento...para ser mas exactos...dos meses.

    Ahora ambos se encuentran en la cabaña de Hades, en el cuarto de Nico. Livana lo había ayudado a limpiar, y después de un tiempo volvió a quedar ordenada. Nico se encontraba sentado con la espalda apoyada en el respaldo de la cama y con las rodillas arriba junto a Livana quien estaba acostada frente a él mirando al techo con las manos sobre el estómago.

    Él al terminar de contarle toda su historia, pudieron tomar confianza el uno al otro. Ella ya le contó todo su vida, hasta que llegó al campamento, las ventanas estaban abiertas, mostrando que era de día iluminando el cuarto negro.

    —Ya veo, sufriste mucho, ahora entiendo porque tomaste esa personalidad —dice ella con neutralidad.

    Ambos fueron interrumpidos por el golpe en la puerta, Livana se sienta en la cama fastidiada. Va abre la puerta, encontrándose con una Hazel agitada.

    —Livana...tienes que venir...Las cazadoras te buscan...—habla entrecortada por la falta de aire.

    Livana abre los ojos como platos, saliendo corriendo, consigo de tras a ambos hijos de Hades.

    —¿Qué es lo que sucede? ¿Porqué las cazadoras buscan a Livana? —se preguntaba Nico

    Saliendo de sus pensamientos al llegar al comedor, donde se encontraba la Diosa Artemisa y sus cazadoras. Thalia mirando a su hermano con una sonrisa. Jason se encontraba muy confundido a su hermana cazadora, preguntándose ¿que hacía ella aquí?

    —Diosa Artemisa, Cazadoras, ¿a que debo su visita? —pregunta Quiron cortes.

    —Vengo a buscar a mi nueva cazadora —responde de la misma manera.

    —¿Nueva Cazadora? —vuelve a pregunta confundido el centauro.

    —Claro, Livana se unirá a las cazadoras, ¿No es así? —dice la Diosa.

    Todos miran sorprendidos a joven, en especial Nico, que en sus ojos se podía notar mucha tristeza y decepción, además de sorpresa.

    —Livana, dime que es mentira —le pide su hermano triste.

    —Yo...—dijo bajando la mirada— Si, es cierto, le pedí a Thalia que hablara con Artemisa

    —Debe ser una maldita broma...—todos miran al hijo de Hades, sorprendidos— primero mi hermana y ahora tú, ¿Cazadora, de verdad? —Nico pregunta con dolor.

    —Nico yo...—pero la joven Abaleo es interrumpida.

    —No digas nada —dijo Nico.

    Y tras un viaje sombra, Nico llega a su habitación. Caminando de lado a lado, pasaba su mano por su cabello intentando calmarse pero no aguantó por mucho. Lanzó un grito de furia, tomando el primer objeto que estaba cerca suyo, lanzándolo a la pared.

    Comenzó a desordenar todo por lo cual su cuarto no duro mucho tiempo limpio. Ya no quedándole nada por romper o tirar, una lagrima rodó por su mejilla, cayendo otra y otra. Lanzó otro grito, pero no de dolor, no de dolor físico sino emocional. Cayendo de rodillas al suelo, estirándose el cabello con fuerza intentando olvidar ese horrible sentimiento.

    (....)

    "Por otro lado"​

    Hazel estaba preocupada por su hermano, escuchó claramente sus gritos y como destrozaba todo a su paso, no pudiendo entrar por la puerta, ya que esta se encontraba cerrada desde dentro. Desesperada fue en busca de los demás. Cuando llegó al comedor, donde Livana era bombardeada con preguntas acerca del porque unirse a las Cazadoras.

    —¡CHICOS! —grito Hazel agitada, ocasionando que todos la mirasen— Necesito su ayuda, Nico se encerró en su habitación...esta destrozando todo -
    —les dijo preocupada.

    Livana se levanta de golpe, su rostro demostraba mucha preocupación, ocasionando que la mirasen sorprendidos, ella ni les hizo caso, para luego solo desaparecer en un viaje sombra.

    —¿Pero que? —pregunta atónito Jason.

    Livana apareció en la habitación de Nico, todo estaba destrozado, era un caos.

    Enseguida localizó a su amigo sentado en su cama, abrazando sus piernas y entre ellas escondiendo su rostro.

    —¿Por qué? —pregunta Nico dándose cuenta de su presencia.

    —¿Por que qué..?— le devuelve la pregunta la Hija del Rayo.

    Nico se levanta acercándose a una rápida velocidad a ella, acorralándola en la pared, sus rostros se encontraban muy cercas, tanto que se podía sentir la respiración del otro.

    —¿Por que quieres ser una cazadora? —le pregunta, en su pudiéndose notar un deje de dolor.

    —No entiendo porque te importa tanto —le contradice.

    El hijo de Hades, por impulso, acerca mas el rostro a la joven Abaleo.

    —Ni siquiera yo lo sé ...

    Le dice antes de estampar sus labios con los de ella



     
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    Brunchi

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    El Rayo y la Muerte
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    Para adolescentes. 13 años y mayores
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    Acción/Épica
    Total de capítulos:
    9
     
    Palabras:
    609
    Capítulo 7

    "No caeré en tu juego."

    Livana abrió los ojos como platos, Nico Di Angelo la estaba besando. Su amigo, el único con el que podía contar, su compañero, unió sus labios con los de ella.

    Cuando Nico se separó un poco, vio que Livana estaba en shock con los ojos bien abiertos, y un ligero sonrojo en sus mejillas. El hijo de Hades se preguntaba ¿Por qué la besé?

    Entonces llegó a una conclusión de algo importante, la razón por la cual no quería alejarse de ella.

    —Me gustas, Livana.

    Esas fueron las únicas palabras que salieron de sus labios. La joven Rayo salió de su shock al escucharlo, ahora estaba más sorprendida. ¿Que sentía por Nico? Esa era la pregunta de ella, pero no dijo nada. Empuja suavemente al hijo de Hades y sale corriendo del lugar. Dejando a Nico un tanto decepcionado.

    Jason estaba regresando a su cabaña, pues obvio, esta era su segunda hermana que lo abandonaba para volverse una cazadora. Estaba destruido por dentro, pero intentaba lo mejor que podía no demostrarlo.

    Al entrar en su cabaña, encontró a su mejor amigo en posición fetal en una esquina de la casa. No opinó nada, se acercó y sentó a su lado, mirándolo curioso.

    —¿Qué sucedió? —pregunta el rubio.

    —Besé a tu hermana —responde sorprendiéndolo—, le dije que me gustaba y salió corriendo —se notaba la autoestima bajo en su voz.

    —Te dije que no eras gay —le responde con una ligera sonrisa.

    —Quizás... quizás tú puedas ser la razón para que Livana no se vaya con las cazadoras. Quizás después de eso, de un paso atrás. ¿No lo crees? —cuestiona el rubio esperanzado.

    —Siendo sincero... no lo sé —responde bajando la mirada.

    Ambos se sumen en un silencio total, pensando cual sería la decisión de la joven Rayo. Los dos amigos de la cabaña 1, van al comedor, encontrándose con sus amigos, a Quirón despidiéndose de las Cazadoras, pero Livana no estaba entre ellas. Jason y Nico se acercan apresurados, buscando respuestas.

    —¿Qué sucedió? ¿Dónde está mi hermana? —pregunta el hijo de Zeus impaciente.

    —Fue algo confuso, Livana vino, pidió disculpas a Artemisa. Se arrepintió a último momento —explica Piper eufórica.

    Jason sonríe, mira al hijo de Hades, que seguía en shock por la información que recibió.

    —Muchas Gracias Nico —le agradece el rubio.

    Nico sale corriendo a buscar a su amiga, necesitaba respuestas, pero... ¿En dónde se encuentra? Para unos segundos, cerrando sus ojos y concentrándose hasta sentir su aura. En un viaje sombra, aparece en el puño de Zeus, la joven Abaleo estaba de espaldas a Él, pero igual sintió su presencia.

    —Te preguntarás muchas cosas, la principal duda es... ¿Por qué no me fui con Artemisa? Eso ni siquiera yo lo sé, quizás sí. Porque creo sentir algo por ti —dice sorprendiéndolo, dándole algo de esperanza— Pero te dejaré algo en claro... —Voltea a verlo, el viento sopla haciendo que sus cabellos se muevan—, Aunque sienta algo por ti, no me dejaré ganar por ese sentimiento. Yo no caeré en tu juego.

    Esto deja muy confundido aún más al Hijo de Hades, estaba por hablar, pero la joven desaparece entre las sombras. Lo que sí quedó en claro para él fue y es que Livana sentía algo por él, aunque fuera una mínima cosa y, pero como bien ella dijo que no dejaría que ese sentimiento siga creciendo.

    Ella había dicho que no caería en el juego de ningún hombre, pero Nico no quiere un juego...sino Él quiere que ella sea feliz, estando ambos juntos y felices, y daría todo de él hasta lo imposible...LUCHARÍA POR ELLO..
     
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    Brunchi

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    El Rayo y la Muerte
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    Para adolescentes. 13 años y mayores
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    Acción/Épica
    Total de capítulos:
    9
     
    Palabras:
    1161
    Capítulo 8

    "Demuéstralo"

    —Eso es lo que me dijo, pero no la entiendo. ¿Qué quiere decir con que no caerá en mi juego?

    Nico se encerró en su cabaña jugando a los videojuegos con Jason. Cuando la partida del juego terminó, el hijo de Júpiter mira a su amigo, que estaba con la cabeza gacha, se notaba la tristeza en sus ojos, lo que hizo que la lastima se asomara por el rostro del joven Rayo.

    —Ya conoces la Historia de mi hermana, una vez amó a alguien y este lo único que quiso fue aprovecharse de ella, sin querer lo mató —pausa frunciendo el ceño— Livana juró no volver a enamorarse, pero para ella, es no caer en el juego de un hombre. Al parecer cree que todos solo quieren...—se rasca la nuca nervioso— ya sabes.

    —Si, ya entendí —lo mira—, pero ya la... -desvía la mirada sonrojado.

    —La, ¿Qué? Vamos sombrita, ¿Qué ibas a decir? —Dice divertido con una enorme sonrisa

    —La amo —susurra.

    —No te oigo... —dice Burlón.

    —¡LA AMO, MIERDA LA AMO! —contesta mirándolo.

    —¡Bienvenido a la familia! —exclama tirándose encima de él.

    —¡Grace! Quítate maldito rubio, me aplastas —se queja el hijo de Hades.

    —¡Cuñadito! —dice mientras ríe.

    —¡Maldita seas Grace! —se queja haciendo reír más al hijo de Júpiter.

    La siguiente semana, Nico intento de todas las maneras hablar con Livana, peor ella siempre escapaba o desaparecía del lugar. El hijo de Hades no pensaba rendirse, había encontrado su luz y no iba a dejarla ir tan fácilmente.

    (...)​

    Una noche, todos los campistas se encontraban en la fogata, la hija de Zeus asistió para que su hermano la dejara de molestar. Se sentó junto a Jason y del lado, estaba el hijo de Hades.

    El joven Rayo notaba la tensión que había, así que se distrajo hablando con su novia y amigos. Nico miraba a la joven de cabellos alborotados de color zanahoria, que llevaba su melena recogida con dos mechones sueltos a los costados. Se resistía a mirarlo, se resistía a perderse en esos ojos cafés, se resistía a ese sentimiento que intentaba dominar su corazón.

    Los hijos de Apolo decidieron cambiar las cosas el día de hoy, tocaban una música clásica del mundo humano, Will era el cantante, de sus cuerdas vocales salían melodiosas canciones de Queen. Algunos campistas se pararon a bailar en pareja hasta Valdez salió a bailar con una hija de Hermes. Jason con Piper, Nico aprovechó para acercarse más a Livana, la vio de pies a cabezas. Sus botas militares con tachas, su short roto tiro alto, su blusa de AC/DC, con campera de cuero y como siempre toda de negro.

    Se veía hermosa, tanto que el hijo de Hades encorvó sus labios en una sonrisa observándola.

    —Hola —dijo por fin.

    —Hola —le contesta ella dándole una mirada fugaz.

    Y otra vez ese silencio entre ambos los rodeó, el hijo de Hades soltó una risa negando divertido, la hija de Zeus era muy terca.

    —Es una bonita noche —comenta Nico mirando al cielo estrellado.

    —Sí, es realmente hermosa —contesta Livana mirando a un lado.

    —Entonces, ¿Por qué me ignorabas? ¿Por qué me esquivabas? ¿Por qué no me miras? —toma su mentón logrando que lo mire.

    —Ya sabes el por qué —le dice en tono sereno bajando la mirada— No puedo hacer como que nada pasó.

    —Bien... —suspira, colocándose de pie, frente a ella, y le ofrece su mano— ¿Quieres bailar?

    —¿Es un sueño o Nico Di Ángelo me está invitando a bailar? —pregunta divertida, logrando que ambos rían.

    —Vamos, está sonando Queen, se lo mucho que te gusta —insiste.

    La joven rayo duda, pero al final acepta la mano de su amigo y se pone de pie. En eso, la canción DON'T STOP ME NOW empieza. Ambos, tomados de la mano, se dirigen frente a la fogata, donde la luz del fuego los alumbra.

    —Admito que no soy buen bailarín —confiesa apenado.

    —Igual yo, pero solo hay que dejarse llevar —le dice ella con una sonrisa que lo hizo confiar.

    Comenzaron a moverse lento, al ritmo de la música, hasta que la canción toma su verdadero ritmo. Se miran a los ojos con una sonrisa, perdiéndose en la mirada del otro.

    Los campistas que bailaban formaron un semicírculo alrededor de ellos, sus amigos sonreían al verlos, Jason era el más emocionado.

    Bailaban tal y como lo hacían las parejas entre los años 80 y 90, ahora ellos parecían una pareja. No se notaba que no sabían bailar, al contrario, parecía que eran expertos, soltaban pequeñas risas.

    Nico daba vueltas, no se soltaban de la mano, sus pies no paraban de moverse, no dejaban de sonreír y mirarse a los ojos. En ese momento, solo existían ellos dos solamente. Cuando la canción estaba terminando, Nico rodea su cintura con sus brazos y Livana rodea su cuello, acortan la distancia entre sus cuerpos y pegan sus frentes, se balanceaban lentamente, una enorme sonrisa se asoma por sus rostros, sus ojos se encontraban conectados con el otro, cafés con azul, una perfecta combinación.

    No se dieron cuenta de su cercanía hasta que sintieron la respiración del otro chocar sus rostros. Poco a poco, se fueron acercando de manera lenta, cerraron sus ojos y sus labios hicieron contacto en un beso dulce, dejando a varios con la boca abierta. Movían sus labios al compás, era una sensación tan maravillosa, tan mágica con deseos que no terminara nunca.

    La joven Rayo reacciona, abriendo sus ojos de golpe, separándose.

    —¿Qué sucede? —le pregunta Nico con una dulce sonrisa.

    —Los siento —le responde ella apenada.

    Nico borra su sonrisa, iba a hablar, pero ella se suelta de su agarre y sale corriendo. Eso lo deja impactado y desilusionado a la vez.

    —¡Livana! —la llama Nico, tomándola del brazo— ¿Por qué te fuiste así?

    —No lo entiendes, suéltame —le pide evitando su mirada.

    —No... —la toma su rostro entre sus manos— No puedo ocultarlo más, necesito decírtelo. Sé que no pasó tanto tiempo desde que nos conocemos, pero... Livana yo TE AMO —le confiesa con toda la sinceridad del mundo.

    —No digas eso, un TE AMO son palabras muy fuertes —le responde ella con un nudo en la garganta.

    —Porque lo que siento por ti es muy fuerte, te amo, te amo y no me cansaré de decírtelo. TE AMO —le dice acariciando su mejilla con el pulgar.

    —La última persona que me dijo eso me lastimó más de la cuenta —dice ya algo molesta.

    —Pero yo no te lastimaré, yo de verdad te amo. TÚ me haces sonreír, tú ME HACES FELIZ... sin ti volvería a ser el mimo chico frío de siempre. TÚ ERES MI LUZ, mi pequeño rayo —Le sonríe.

    —No quiero palabras —lo mira a los ojos, se suelta de su agarre—, Si de verdad me amas —se acerca a su rostro— Demuéstralo.

    Se aleja, siguiendo su camino.

    —Te lo demostraré, Livana —susurra el hijo de Hades al viento.
     

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