Cerró el libro de mapas y lo guardó en su mochila. Faltaba para el anochecer, de un salto llegó hasta la arena que rodeaba esa cuidad. Aún escuchaba los festejos de la "coronación" del nuevo Shinigami. Rió entre dientes y sacó de su bolsillo una postal arrugada, se aseguró de estar bien con su destino. Se desató el cabello y volvió a atar en una sola coleta, el uniforme del Shibusen estaba en el fondo de un vacío armario dentro de un apartamento en el centro. No le gustaban las despedidas, ni estar en cada sin hacer nada: le gustaba la adrenalina. Una nota de despedida temporal esperaba ser abierta en una mesa, eso es lo último que se supo de Maka Albarn.