El poder de la seducción, Ayumi

El poder de la seducción, Ayumi

Ayumi.

Para hacer un breve resumen sobre este fic, sin duda, he de definirla a ella, Ayumi, ella se puede describir con una palabra seducción, pero también con otras como : atracción, pasión, celos (el de las demás mujeres al verla pasar), hermosa y sobre todo DESEO.
Pase por donde pase todos los hombres se giran para verla pasar. Puede derretir el hielo con una mirada y hacer arder todo japón con un susurró, ella es peligrosa, peligrosa para cualquier hombre.




Capítulo 1- Sueños... son solo sueños.



-Uff...-despertó Inuyasha empapado de sudor.

-¿Estás bien?-preguntó Kagome que estaba despierta.

-Sí... supongo-contestó secándose la frente con la mano.

-Tranquilo solo ha sido un sueño, una pesadilla-dijo Kagome intentando tranquilizarlo.

-Por eso, ojalá no fuera solo un sueño, una pesadilla seguro que no era...-suspiró Inuyasha sonriendo.

-No entiendo, ¿qué has soñado?-preguntó Kagome intrigada.


Mientras Kagome interrogaba a Inuyasha, los demás dormían al lado de ellos.


-He soñado con una mujer...-suspiró al recordarla.

-¿Una mujer?-preguntó celosa-¡Bah!...

-Era preciosa.. se llamaba...

-Ayumi...-suspiró Miroku dormido.

-Sí-contestó Inuyasha.

-¿Esta soñando lo mismo que tú?-preguntó Kagome confusa.

-Eso parece ser...-dijo incrédulo Inuyasha.

-Entonces...¿de qué conoceís a esa mujer?-preguntó aún más celosa Kagome.

-Eso es lo raro, no la conozco...-dijo Inuyasha mirando a Miroku.


Kagome miró confusa a Inuyasha, él se quedó pensativo.


-Ayumi...-seguía diciendo Miroku en sueños.

Inuyasha le dió un capón a Miroku.

-¡Inuyasha!¿Por qué le pegas?-preguntó Kagome.

-¡Por qué no quiero que sueñe con ella!-gritó enfadado.


Kagome se enfadó aún más.


-¡SIÉNTATE!-gritó enfadada.

-Mmmm...¿Kagome por qué me has despertado?-preguntó triste Miroku.

-Uff...-gruñó Kagome y tras eso se marchó.

-Mujeres...-murmuró Miroku.

Kagome fue caminando hasta sentarse al lado de un enorme árbol.

-Ayumi que hermosa...-dijo burlándose- ¡Bah!

-¿Quién es Ayumi?-preguntó Sango.

-¿Qué?-preguntó Kagome nerviosa-Uff...¡eres tú!-dijo aliviada-Me has asustado-dijo sonrojada.

-¿Quién es?-preguntó de nuevo intrigada.

-¡Ah! Pues es una chica con la que han soñado Miroku y Inuyasha... tan bella, tan hermosa, tan...

-Celosa-terminó la frase Sango sonriendo.

-Celosa, ¡ja!-disimuló Kagome.

-Tranquila los sueños, solo son sueños...-la tranquilizó Sango





Continuará...

Espero que os haya gustado^^

att: Lorena=D Michiee_xX

 

Re: El poder de la seducción, Ayumi

Capítulo 2- Dulce aroma, tan dulce como ella...



A la mañana siguiente del "incidente" siguieron su camino, llegaron a un pequeño pueblo.
Era un pueblo extraño, pequeño.

-¿Donde están los hombres?-preguntó Sango intrigada al ver solamente mujeres.

-¡Da igual!-exclamó Miroku encantado al oir que no habían hombres.

-Solo hay mujeres mayores y niños...-contestó Kagome.

-¿Y las jovenes?-preguntó Miroku al darse cuenta de que no habían muchachas.

-Que raro...-dijo pensativo Inuyasha.

-Mmm... notó un aroma extraño-prosiguió Miroku.

-Tienes razón... comienzó a notarlo-contestó Inuyasha.

-Yo no notó nada-dijo Kagome mirando a Sango.

Sango nego con la cabeza, dando a entender que ella tampoco.

-Es un aroma... intenso-dijo Miroku como ansioso buscando de donde provenía ese olor.

-¿De donde viene?-preguntó Inuyasha nervioso.

Sango y Kagome se quedaron mirando la escena, ambos buscaban como locos, intentaban seguir el rastro del aroma.


Las cosas comenzaron a descontrolarse ambos se volvían como locos buscando el rastro.

-Esto comienza a no gustarme nada-dijo Sango.

-Es muy raro... Inuyasha ni siquiera ha notado ningún rastro demoníaco... no se me ocurre otra explicación-comentó Kagome.

-Daros prisa... jovenes muchachas... ¡huir!-gritó una anciana corriendo a refugiarse dentro de una casa.

-Espere-gritó Sango corriendo tras ella.

-¿Por qué quiere qué nos vayamos? ¿De qué quiere protegernos?-preguntó Kagome.

-¡¡Chss!!-se oyó un ruido detrás de unos barriles.

Era una joven, una joven muy bella, estaba manchada y sus ropas desgarradas, tenía los ojos hinchados de llorar y estaba acurrucada escondiéndose.

-¿Qué te ha pasado?-preguntó Sango.

-¡Esconderos!-murmuró llorando.

-¿De qué?-preguntó Kagome cada vez más asustada.

-No dejará a ningun hombre libre... no dejará a ninguna mujer viva-dijo mirando hacia todos los lados asustada.

-¿Dónde están Inuyasha y Miroku?-preguntó Sango.

-Miroku-gritó Kagome.

-No grites-dijo la joven llorando- Si te oye nos matará, tus amigos están perdidos, iros antes de que vosotras también noteís este olor a putrefacto...

-No entiendo nada, ¿qué clase de demonio es?-preguntó nerviosa Kagome.

-Ellos no olían un mal olor, al contrario, estoy empezando a preocuparme...-comentó Sango.


No sabían donde estaban Inuyasha y Miroku, cada vez estaban más nerviosas.
El pueblo parecía desierto, se estaba poniendo nublado y no sabían a que se enfrentaban.


-Esperar, dentro de poco se marchará...-aseguró la joven mientrás hundía la cabeza en sus rodillas.

Ambas la miraron desconcertadas.

-Por favor hacerme caso, sentaros conmigo, esconderos se irá en cuanto caiga la primera gota.

-¿Cómo estás tan segura?-preguntó Kagome-Además, ¿qué pasa con Inuyasha y Miroku?-preguntó cada vez más histérica.


Cada vez estaba más nublado, antes de que Kagome y Sango pudieran reaccionar cayó la primera gota, se oyó un gran estruendo y todos los hombres volvían corriendo a buscar a sus mujeres.


-¿Qué pasa?-preguntó Sango.

-Ya se ha ido...-aclaró la joven y salió de su escondite.

-Kagome, Sango-gritó Inuyasha.

-¿Donde habéis ido?-preguntó Kagome enfadada.

-No sé, seguíamos el rastro del olor y cuando por fin llegabamos todos los hombres han salido corriendo y hemos perdido el rastro-dijo Inuyasha.

-¿Quién los atraía?-preguntó Sango.

-Una mujer...-dijo la joven cada vez más misteriosa.

-Como no, Miroku tras una mujer-dijo Sango celosa.

-¿Pero es un demonio?-preguntó Kagome mosqueada.

-No, solamente busca a su hermana pequeña-comentó la joven- por eso pregunta a los hombres, mientrás ella esta en un poblado las mujeres jovenes van muriendo... hasta que ella misma atrae la lluvia y entonces todos quedan liberados del encantamiento...-aclaró la joven.

-¿Cómo te salvaste?-preguntó Inuyasha.

-Yo tuve la suerte y la desgracia de ver a la joven que va buscando...-le dije que la vi hace dos días pasando por el lago-aclaró la joven- al verla sentía un vacío en mi interior, iba tapada de pies a cabeza, debe de tener el rostro desfigurado...-comentó la joven- pues la otra mujer me aseguró que si de verdad era ella nunca olvidaría su rostro.

-Es extraño...-dijo Kagome.

-Sea como sea tenemos que seguirla-ordenó Sango.

-Pero... si nos acercamos a ella Inuyasha y yo corremos peligro, ¿no?-preguntó Miroku confuso.

-En parte, el aroma que esa mujer desprende... es extraño, los hombres huelen un aroma seductor mientras que las mujeres huelen a putrefacto...-explicó Sango- ¡Tenemos que detenerla antes de que vaya a las demás aldeas...

-Tendremos que protegernos del olor...-advirtió Inuyasha.

-Tened-dijo la joven dándoles a ambos unos pañuelos para que intentaran protegerse.

-Gracias, nos tenemos que ir ya-dijo Miroku poniéndose el pañuelo.

-Espero volver a veros-se despidió la joven.



Todos se fueron alejando poco a poco cuando aún no se habían ni separado diez metros del pueblo volvió el olor.

-Noto el olor...-dijo Kagome.

-¿Qué olor?-preguntaron Miroku y Inuyasha.

-A putrefacto-aclaró Sango tapándose la boca con la mano.

-No noto nada...-aseguró Inuyasha.

-Pues vaya suerte...-dijo Kagome ante aquel olor.

-Tenemos que seguir-ordenó Inuyasha.


Poco a poco se fueron alejando, los pañuelos servían para protegerlos del olor, pero, lo que quedaba de la mujer en aquel lugar no era nada más que un cabello que había quedado en el pañuelo. No se dieron cuenta ni del cabello, ni de que justo donde estaba el cabello, comenzaba a crecer rápidamente una extraña planta.


continuará


att: Michiee_xX dejarme vuestros comentarios please^^

 

Re: El poder de la seducción, Ayumi

Ayumi.


Capítulo 3 - La mujer.


Conforme los cuatro llegaban a otro pueblo, podían oir más de cerca el completo silencio, algo extraño e incluso más inquietante que los gritos del pueblo anterior.

-Sin duda, ella ha tenido que pasar por aquí-comentó Miroku.

-Notó un olor... que cada vez se va haciendo más fuerte-comentó Sango y tras inspirar profundamente varias veces aclaró- sí, es ella.

-Vamos-dijo Kagome.

Todos caminaban decididos hacia el pueblo, pero conforme se acercaban el silencio cesaba, se oía a mucha gente hablar, poco a poco esas voces se convertían en gritos, agonía. dolor, todos los gritos eran de mujer.
Una joven salió corriendo hasta ellos.

-¡Huir!-gritó llorando.

-¿Qué ha pasado?-preguntó Sango.

-Es ella, ha llegado a nuestro pueblo... tenéis que iros o vosotras moriréis- avisó asustada.

Un hombre corría tras ella, llegó y la agarró del cuello por detrás. Cuando le vio el rostro a la mujer la soltó y se asustó.

-¡Tiene el rostro quemado!-gritó el hombre.


Inuyasha y Miroku agarraron a la joven y se pusieron ellos delante para protegerla de ese hombre.

-¿La cara quemada?-preguntó confuso Miroku.

-No tiene el rostro quemado-aseguró Kagome.

-Sí lo tiene...-afirmó el hombre asustado.

El hombre comenzó a correr de nuevo hacia el pueblo.

-Algo muy raro esta pasando-comentó Inuyasha.

-Tenemos que ir al pueblo-dijo Sango mirando el cielo que cada vez estaba más nublado.

-No-rogó la joven.


De pronto, la joven cayó al suelo, parecía que le estaba dando un ataque, los ojos se le quedaron púrpuras y acto seguido murió.
Kagome y los demás se agacharon para ayudarla, todos intentaron salvarla pero ninguno pudo hacer nada.

-Esto tiene que ser obra de ella...

En otro lado alejado de ese pueblo...


-¿Quién eres tú?-preguntó un hombre ciego que estaba cerca del lago.

-¡No me mire!-ordenó la joven.

-Tranquila, no puedo ver-afirmó el hombre que seguía lavándose las manos en el lago como si nada.

-¿De verdad?-preguntó la joven sin retirarse el velo.

-Sí, pero me sé defender muy bien-dijo por si acaso intentaba robarle al enterarse de que no veía.

-Buen hombre, ¿usted donde vive?-preguntó ella.

-Yo, en una cueva cercana, por aquí nunca pasa nadie-aseguró.

-Podría quedarme esta noche con usted, lo recompensaré-dijo ella retirándose el velo.

-Claro-dijo contento el hombre.


Continuará...

Espero que os haya gustado

att: Michiee_xX