El paseo de los tristes.

El paseo de los tristes.

Hola.

Este es el primer song-fic que hago, espero les guste. Solo consta de un capitulo, es un one-shot tambien

Espero sus opiniones, ha, y antes de empezar a leer hago la aclaracion de que en este fic entró en lo que es una historia de amor dividida por la religion. Eso es todo. Plis, opinen.

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El Paseo de los Tristes

En cada historia de amor suele existir una tragedia, la cual es causada, en la mayoría de las veces, por el rencor y la ira de quienes son ajenos a este sentimiento tan especial. El paseo de los tristes es un camino el cual ha sido recorrido por amores que son olvidados o frustrados por sentimientos negativos, incapaces de comprender que el hombre, dentro de su naturaleza macabra e inclusive retorcida, es capaz de encontrar el deseo de proteger a un ser que ellos mismos denominan “amado”

Esta es la historia de una pareja, la cual, por la diferencia de religión que profesaban sus familias, se vieron obligadas a separarse, no por placer ni por obligación, sino porque la ignorancia y estupidez humana los apartó el uno del otro.

Ella, llamada Alexa, tan hermosa como la primera estrella del anochecer y llena de alegría, solía pasear por los bosques que se encontraban a las afueras de la ciudad donde vivía. Prefería estar allí, sola con la naturaleza, gozando de cada instante que tenía por vivir.

Él, llamado Adam, un joven realmente apuesto y varonil, de una impecable imagen social salía al bosque para cortar leña y llevarla a su hogar. Era el único hijo de la casa, por lo que los deberes eran responsabilidad suya y de su padre.

El sitio donde ambos vivían era un pueblo de refugiados, un lugar donde llegaban personas de distintas partes del mundo, buscando un lugar tranquilo para vivir. Eso era todo lo que pedían, tranquilidad, algo que, en un mundo lleno de egoísmo y temor hacia lo diferente como esté, es imposible encontrar.

Aquella tarde de cielo teñido con matices rojos ambos se encontraron en el bosque. Alexa se enamoró de su sonrisa, y, aunque él estaba sucio por una larga jornada de trabajo en el bosque, no pudo evitar mirar su complexión que le hacía lucir tan bien.

Él se petrificó al notar la mirada tan hermosa de la joven, Adam estaba hipnotizado por el penetrante tono negro de su cabello, el cual hacia resaltar sus ojos del mismo color.

Desde ese momento ambos quedaron bajo el hechizo del amor. A ninguno le importaba que el otro fuese de una religión diferente, todo lo que importaba era el sentimiento que compartía, y el cual los hacia disfrutar cada instante. Se amaron fervientemente, con un amor que solo podría compararse con el que Romeo y Julieta llegaron a sentir.

Cada vez que podían se veían a escondidas, conocedores también de que ninguna de las familias aprobaría tal relación, seguramente el padre de ella, cristiano de “buena” fe, sería capaz de cualquier cosa antes que ver a su hija con el hijo de un musulmán. Y la familia de él diría que ella, de familia cristiana, era una escoria para alguien de la categoría de Adam.

Preferían sonreir a la luz de la luna, quien guardaba el secreto de las noches que pasaban los amante. El Alba, sin encambio, les veía amanecer envueltos entre los ropajes que ella misma les brindaba. Pero, algo salió mal.

El padre de Alexa sospechaba que su hija se veía con alguien a escondidas, y guardaba la esperanza de que las citas fueran con alguien de su “categoría”, jamás pensó lo que iba a descubrir.

Adam había comenzado a escribirle a su amada, con mucho trabajo claro está, pero, en cada carta que le entregaba le expresaba su amor que ardia mas con el paso de cada segundo. Alexa escondía los sobres esperando que nadie los encontrara nunca, pero, esa no fue su suerte.

Su padre, al encontrar los sobres y cartas y, cegado por la ira y la ignorancia, decidió que esa relación era una porquería, algo que jamás debió haber existido, un pecado a los ojos de Dios. Encerró a su hija bajo llave y se dirigió con la “Santa Inquisición” para pedir un consejo al cardenal.

Esté, indignado de igual forma que el padre, tomo la decisión que sello el destino de los jóvenes amantes.

-Si quieres que tu hija se salve de la ira de Dios deberás permitir que se le castigue aquí por sus pecados. – dijo el cardenal al padre de Alexa, quien, sin pensarlo dos veces aceptó.

El padre de Alexa regresó a casa, con la decisión tomada, en una hora todo acabaría.

Alexa fue obligada por su propio padre a tomar un abrigo y salir de la casa, y, procurando no ser vistos, se dirigieron a la iglesia.

-Papá, ¿Qué sucede? – preguntó Alexa con lagrimas en los ojos.

-Perdón hija, pero es por tu bien. – respondió su padre.

Ambos entraron a la iglesia, llegando hasta el patio de la misma, donde esperaban a Alexa el Cardenal, un par de monaguillos y un verdugo.

Alexa intentó huir, pero, no pudo. La tomaron por las manos y la llevaron hasta una extraña piedra que se encontraba en el centro, en el cual le darían “perdón” a su pecado.

-No… - murmuraba ella con lagrimas en los ojos y rogando a su padre. - ¡PORFAVOR PADRE, NO LO HAGAS!

-Alexa, está es la única forma. Además, se te perdonará el pecado sin que los demás sepan que lo has cometido, será nuestro secreto, y te perdonará Dios. – pronunciaba su padre, quien confiaba en las palabras del Cardenal.

-Confiesa tu pecado y arrepiéntete de ello. – murmuraba el cardenal.

-NO HE COMETIDO PECADO ALGUNO. – gritaba Alexa.

-Entonces que Dios te perdone. – dijo el cardenal, quien empezó a rezar.

El filo del hacha cortando el aire fue lo último que Alexa escuchó.

Su amada ya llevaba más de tres horas de retraso, lo que ponía a Adam muy nervioso. Sin poder resistir más fue a buscarla.

El chico ya sabía donde quedaba su casa, así que se dirigió hacia allá. La puerta estaba cerrada, señal de que no había nadie, por lo que decidió colarse por la ventana. Por lo que Alexa le había contado, su habitación le fue fácil de encontrar.
Rápidamente examinó el lugar, y decidió que le dejaría una nota a su amada, esperando que pudiese leerla. Busco en el escritorio algo para escribir, pero, no encontró nada, en cambió halló una carta dirigida hacia él.
Adam, mi amado, si lees esto es por que ya no podremos vernos.
Mi padre ha encontrado las cartas que me has enviado y no sé que piense hacer. Es probable que me mande lejos, por lo que no podremos vernos, perdón, pero, no te preocupes, que encontraré la manera de continuar escribiéndote.
Atentamente: Tu amada Alexa.

Adam tomó la carta contra su pecho y una lagrimas brotaron. Salió de la casa y espero, pero, no logró saber de su amada hasta tres meses después. Fue cuando descubrió, por un conocido, lo que el padre de Alexa había hecho.

A partir de ese dia él jamás vovlió a sonreir, buscando a su amada, la cual le fue arrebatada por la diferencia de religión, de culto, de credo.

Ella lo cuidaba, como una estrella que cuida del camino de un viajero, procurando que algún dia, ambos pudieran encontrarse buevamente.
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Eso es todo. Espero les guste y opinen.