El pasado del chico violento que atrae la felicidad

El pasado del chico violento que atrae la felicidad

Introducción.

En algun lugar del antigüo Japón, una mujer con apariencia celestial caminaba sobre la tierra, sus ropas aunque no había viento se movían conforme daba pequeños brincos sobre la tierra arida y bañada en sangre, de personas que murieron de forma violenta durante los enfrentamientos entre ellos.

El rostro de aquella se entristeció, algunas lagrimas caían por sus mejillas. Ella extendió la mano sobre uno de los cuerpos y este se movió de pronto.

-Por favor.-Se oyó un lamenton, un ruego que se quebraba con el viento.

Ella abrazó aquel cuerpo, que miraba boca abajo, lo giró para ver el rostro. En ese momento la expresión en el rostro de aquella mujer cambió de tristeza a una expresión entre la sorpresa y algunas lagrimas.

Una hermosa mujer de largos cabellos oscuros cual noche y palida piel estaba agonisando en aquel lugar donde la muerte estaba presente y la peste de los cuerpos estaba por todos lados.

No lo pensó dos veces y la llevó a la aldea más cercana... Shimura... Ahí fue atendida, pero las heridas parecían no sanar.

Al saber que sus últimos momentos estaban cerca, aquella mujer pidió que esa mujer de aspecto celestial tomara sus almas y que buscará a su hijo, que era un niño indefenso.

Después de todo, cuando un humano muere todo continua igual, el mundo no para sus actividades. Aquella mujer que antes tenía una apariencia de Tenjou, ahora parecía una simple humana, sus cabellos lila ondulados ahora eran oscuros (morados) y lisos, sus ojos azules palido habían cambiado a un verde no tan oscuro ni tan claro, sus ropas ya no tenían ese aire celestia eran ropas comunes, de un humano.

- Después de todo.-Dijo algo nostalgica.- Su único pago fue decirme su nombre....

Izayoi
El viento se llevó ese nombre junto con un suspiro de aquella mujer.
​

Unos años más tarde....


Inuyasha y su grupo caminaban por un gran y viejo bosque, aunque él estaba algo inquieto.

-Este lugar- Pensó.- No, este lugar no puede ser el mismo en el que...

La queja de Kagome interrumpió los pensamientos de Inuyasha, quien al voltar, vió a sus compañeros de viaje tirados en el suelo.

-Oigan ustedes.-Se quejó al verlos en el suelo.-Dejen de descansar y muevanse.-Ordeno de manera grosera y desconsiderada.

-Inuyasha.-Dijo Sango levantandose.- No es que nos hayamos tirado a descansar....

-Algo nos tiró.-Dijo Kagome con una mueca de enfado.

-Qué algo los tiro?-Preguntó consfuso.-No digas tonterías.

Miroku se acercó hasta donde estaba Inuyasha, pero no pudo avanzar tanto como él, porque nuevamente algo lo empujó.

-Un campo.-Dijo Miroku poniendo un pergamino sobre el campo.- Serán almas?-Se preguntó Miroku.

-Qué?-Preguntó Inuyasha.

Miroku miró fijamente a Inuyasha.-Debes ir a la aldea que este campo protege y pedir que lo quiten.

Inuyasha avanzó hacía Miroku, chocando su frente contra la del monje.

-Por qué demonios debo yo hacerlo?-Preguntó Inuyasha algo enojado.

El cuerpo de Kagome dio varios latidos, ella fue donde Inuyasha.

-Inuyasha.-Dijo Kagome señalando al frente.-Más adelante hay varios fragmentos de la perla. Podría ser que?

Inuyasha impulsivo como siempre se fue del lado de sus compañeros.

-Naraku.-Gritó Inuyasha alejandose del lugar.

Miroku, que aun no lo creía.

-Señorita.-Dijo Miroku.-De verdad cree que es Naraku.

Kagome, se quedó pensativa.-No, los fragmentos no eran tantos como para ser de Naraku.-Explicó Kagome.

Inuyasha iba de salto en salto, el aroma del lugar lo distraía un poco, detrás de los arbustos y árboles parecían vigilandolo.

Mientrás que en la aldea cercana una sacerdotisa parecía estar orando, teniendo algunos fragmentos de la perla en un pañuelo cerca de su altar....​

 

Re: El pasado del chico violento que atrae la felicidad

Hola, gracias por el posteo y tu punto de vista, prometo esmerarme mucho en hacer que esta historia vaya bien. JIJI Sin más que agregar continuo...

Capítulo 2. Enemigo o Amigo. La aparición de una sacerdotisa.


Inuyasha estaba algo distraido por el aroma tan familiar del lugar, a traves de las ramas de los árboles pasaban los rayos del sol que iluminaban el lugar, de forma tenue. Daba de saltos uno cada vez ,ás corto que el anterior hasta que sólo se quedó de pie mirando a su alrededor.

-Esta muy callado.-Pensó aun algo inquieto.-Nisiquiera puedo oír el canto de las aves, no se oye nada...

Inuyasha...- Se oyó un susurro entre las ramas de los árboles, un dulce y escalofriante susurro...

Inuyasha buscaba la procedencia de la voz que le llamaba.

Inuyasha....Inuyasha.... Inuyasha

Demonios!
Esa maldita voz reboloteaba en su cabeza, dando de tobos por todos lados, y un fuerte dolor en el pecho llegó de pronto, junto con una serie de imagenes...

Una mujer de ojos verdes y cabellos morados oscuros le sonreía con dulzura, luego lloraba incontrolablemente... Por último el rostro de esa misma mujer se volvió frío y serio...Con algunas lágrimas que caían sobre sus palidas mejillas...

Inuyasha estaba totalmente a campo abierto, estaba con las manos en la cabeza y la mirada en el suelo... Mientras que alguien en la rama de un árbol le observaba pacientemente, pero algo confundido por las reacciones inesperadas de aquel chico, pero no dudo en preparar su arco y flecha, hasta que llegará el momento de disparale...

Mientrás tanto, Kagome ya estaba algo preocupada ya que Inuyasha tenía rato de haberse ido.

-No puedo creer que ya se haya tardado.-Dijo Kagome cerrando su mochila.

Miroku se levantó de la roca en la que estaba sentado y colocó una mano en el hombro de Kagome.

-No se preocupe, señorita.-Dijo Miroku.-Ya verá que no tarda.-Dijo Miroku, pero ni él podía disfrazar su propia preocupación.

Regresando con Inuyasha.

Aquel arquero no pudo aguantar más y se preparó a disparar.

Justo en el momento en que aquel soltó la flecha la voz que llamaba a Inuyasha dió un grito escalofriante...

CUIDADO!​

Inuyasha volteo sólo para que aquella flecha le golpeara en le pecho y lo enganchará a un árbol.​

Aquel arquero se acercó a Inuyasha, lo miró con desprecio.​

-No puedo creer que este sea tan debil.-Dijo Aquel chico de ojos pardo.​

No lo dudo, simplemente apuntó la flecha hacía el corazón de Inuyasha.​

-Maldición.-Dijo entredientes.-Qué me has hecho?​

El chico sólo bajo el arco.-Eliminando a la basura.-Nuevamente apuntó.... Disparó.​

Inuyasha cerró los ojos y nuevamente maldijo al chico, pero después los abrió, poco a poco y se sorprendió al ver la flecha suspendida en el aire muy cerca de su corazón.​

-Pero qué?-Se preguntó al ver la flecha tan cerca.​

De las oscuras sombras del bosque apareció una mujer que portaba ropas de sacerdotisa con la mano extendida y la palma abierta, pero a comparación de una sacerdotisa común, esta llevaba el pantalón de color azul oscuro...​

-No es bueno.-Dijo la joven bajando la mano.-atacar a las criaturas como él.​

El joven no hizo más que una mueca de disgusto y se inclinó ante la mujer.​

-Perdone señora.-Dijo el joven algo enfadado.-Pero creí que se trataba de un enemigo.​

La joven se acercó a Inuyasha y retiró la flecha que lo ataba a aquel árbol.​

-Disculpalo por favor.-Dijo la joven como un ruego.-Es que aún es muy joven.​

Inuyasha, siempre tan grosero e impertinente iba a reclamar cuando, sus ojos se abrieron más y de sus labios salió un nombre...​

-Kaoru.-​

Continuara....​