El parque.

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por sessxrin, 23 Enero 2011.

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    sessxrin

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    El parque.
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    1
     
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    El Parque.

    La familia Cortes Mayorquín siempre fue muy tradicional y un tanto chocha, numerosa y repleta de historias que contar. Pero a los nietos nunca les gustó aquello; sentir el olor de abuelo viejo y comer el sancocho de ayer, no, no, que aburrido. Después de cada paseo, al otro día el parque de la esquina, lleno de oxido y semi-destruido y semi-levantado se colmaba de criaturas destructivas listas para jugar.

    El resbaladero.

    Juanito siempre fue muy singular, o tal vez el de la esquina. Gustaba de comer chatarra hasta eructar y acostarse en el colchón de la sala mientras veía los Simpsons. Odiaba el ejercicio y pataleaba cuando lo dejaban botado, por aquello nunca fue muy apegado a sus primos, que parecían orangutanes colgados de los árboles y de los techos.

    Juanito corría y luego paraba a mitad de camino mientras respiraba un poco, llegaba al resbaladero y no dejaba que nadie de sus primos lo tocara, Juanito era muy egoísta, o quizás solo tomaba el ejemplo de sus familiares. Escalaba lo más rápido posible las barras oxidadas y calientes hasta el trasero, pero Juanito se sentía un guerrero. Llegaba a la cima y admiraba el desértico lugar, con su pasto amarillo y quemado por el sol, a la torre de la iglesia y se espantaba algunos zancudos en su cara. Juanito creía oler carne asada y sabía que ya era hora de bajar.

    Veía la plancha brillante y muy seguramente hirviendo en calor. Fruncía la nariz como un piloto y se impulsaba poco a poco, frotando su grasoso trasero contra el metal. Luego caía rápidamente mientras daba ciertos saltitos por lo caliente. Pum, Juanito cayó en el suelo y sintió como algo en esas, le rajó algo. Se tocó la nalga y sintió un roto en su pantaloneta. “¡Oh mierda!” Su mamá lo iba a matar y de paso, el tétano que le iba a dar por cortarse con el final del resbaladero, que juraba ver pedacitos de carne incrustados en sus puntas oxidas.

    Juanito se sobó la colita y luego se cuadró más su gorra; debería entonces terminar la tarea; y subiendo de nuevo las barras, se arrojó sobre la plancha.
    ¡Wiiii!
    :::::::
    Próximo: El sube y baja.
     
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