Varias personas se habían reunido en una misma habitación, todas las sillas estaban puestas en forma de un círculo y dejaban un pequeño espacio en el centro, donde había una mesa con una caja de leche encima. La mayoría de los aldeanos del Pueblo de Kakariko se habían unido para hablar sobre un tema de gran importancia, había algo que los preocupaba en sobremanera, más bien algo. —Hay que hacer algo al respecto —suspiro preocupado el anciano. —Él... Me ayudo bastante con los cuccos, pero en realidad a veces me da un poco de miedo —susurró una joven de cabellos rojos. —Lo que hace es ciertamente inaceptable —confirmo una mujer que se había mantenido callada. —Esta bien, todos nosotros sabemos lo que él hace pero... —ahora el hombre que hablaba era el dueño de la casa —, debemos buscar una solución, ¡no podemos dejar que siga haciendo lo que quiera! -dijo con una gran seguridad. —No sé si podamos... —la joven de cabellos rojos iba a hablar, pero la perilla de la puerta hizo leve sonido, y de inmediato, a todos les recorrió un escalofrío. —¡E-es él! —titubeó el anciano. Por la puerta entró un pequeño niño con un traje verde, los miro por un momento, parece que le extrañaba que hubieran tantas personas, pero unos segundos más tarde hubo algo que le llamo más la atención. ¡Jarrones! Eran muchos, demasiados, y el pequeño no pudo resistirse, se acercó con gran emoción y comenzó a romper uno a uno. Los adultos ya no tenían ni que hacer con él, les daba miedo decirle algo, ya que habían notado que él niño portaba una espada. Además de que alguien que entra a las casas sin permiso a romper cosas y robar rupias daba miedo ya. Cuando el niño termino de romper todos los jarrones, tomo todas las rupias que encontró y se dispuso a irse, cuando cerro la puerta, todos soltaron un suspiro de alivio, sin embargo la tranquilidad duro poco ya que él volvió a entrar. Se abrió paso entre la gente, y se acerco a la caja de leche, saco tres botellas de sus bolsillos y las lleno, para luego irse y no volver, al menos por ese día. —En serio... ¡Hay que hacer algo! —gritó desesperado el dueño de la casa al ver el desorden que había dejado aquel niño —. ¡E-es un psicópata!. Contenido oculto: Notas de autor ♥ ¡Hola! :3 Este fanfic no tiene demasiado sentido, así que no lo busquen xD Hace poco se me ocurrió hacer este escrito, porque hablando con un amigo, él me dijo que Link era todo un psicópata ya que entra en casas ajenas, roba y destruye propiedades x'DD Y esto fue lo que se me ocurrió ~ En fin, te lo dedico Dani ♥ PD: No tengo word, cualquier falta me avisan owo
Bueno, como podrás haber escuchado me estaba riendo gracias a este pequeño y cómico escrito. En realidad me resultó demasiado divertido cuando destruyó los jarrones, me imaginé los ojos brillantes de Link al verlos. Pero bueno, la ortografía (Nunca esperé poder corregir algo tuyo... *Mucha emoción contenida*) Verbos en pasado, suspiró, confirmó, miró y cerró. Esos fueron los que yo encontré, además de eso no encontré absolutamente nada fuera de lugar, todo en orden. (Excepto la mujer de los cuccos... Criarlos y ser alérgica a ellos no es muy listo de su parte...) Pero bueno, aquí esta mi gran revisión junto a mi gran visto bueno y mi gran pulgar arriba. (Nada de lo que yo dé, puede ser de tamaño normal)
Mencionas que no tiene sentido tu historia, pero tiene más sentido que todo el juego, jaja. Siempre que entro a alguna casa me da culpa buscar cosas para robar y miedo que me tope con los dueños, considerando que soy el "héroe". La próxima vez que juegue no veré a los NPC de la misma manera. Saludos.
Ahhh, me ha gustado mucho, fue divertido de leer y en verdad Link a veces no es el mejor ejemplo a seguir XD Solo faltan que se pusiera a gritar y la gente creyera que estaba endemoniado. Contenido oculto: Algunos pequeños detalles ¿Ahí no sería "había algo que los preocupaba en sobremanera, más bien alguien"? "Los adultos ya no tenían ni idea de que hacer con él" ¿Tal vez era así? Bueno, reitero, fue divertido de leer, aparte de que imaginé visualmente todo y en verdad XD una imagen para no olvidar.
Madremía, este relato es de hace unos seis años y aún así me paso por aquí ahora para leerlo (?) y tengo que decir que me hizo mucha gracia. No sé por qué pero cuando estaban hablando sobre que tenían que buscar una solución a lo que hacía el niño pero sin nombrarlo, poco a poco en mi cabeza se iba formando la idea de que podrían hablar sobre el "problemilla" que tiene Link de ir cargándose los jarrones, cortando la hierba, robando rupias y robando leche, entre otras fechorías. Que si te paras a pensarlo, no es tan normal como podemos pensarlo en el juego. La verdad tu relato me hizo reír, es de ese tipo de lecturas ligeras que agradeces encontrarte de vez en cuando. :) Un saludo~
*Adolescente dedica su tiempo en actos de vandalismo y robar objetos de valor a gente de avanzada edad*
Me muero, has resumido en un solo drabble la naturaleza random de TLOZ xDD A veces pasamos de largo comportamientos tan extraños en los juegos porque estamos acostumbrados a ellos y ya medio lo interiorizamos, como es el caso de la mochila de pokémon que carga una bici dentro (?), pero cuando caemos en la cuenta de lo cómico que resulta salen historias tan amenas como esta xDD Me estaba imaginando que se refería a Link cargando cucos por ahí pero no, se referían a los jarrones memeo xDD Me ha hecho mucha gracia imaginarme a los NPC's reuniéndose para urdir un plan, como, no sé, cerrar las puertas con llave quizá (???) (en pokémon igual, quién deja que un niño de 10 años entre a todas las casas par favar). Pero lo mejor fue ver entrar a Link todo sorprendido (se sorprende de ver tanta gente cuando lo extraño ahí es que entra en una casa que no es suya JAJA) y acto seguido empezando a romper todos los jarrones que encuentra por el camino. Pobre gente, deberían dejar de esconder las rupias ahí. En fin, me alegró mucho ver un fic de zelda tan cómico, gracias por escribirlo uwu
Me encanta, creo que es una representación exacta de como actuarían los los habitantes al ver el descaro de Link, AAAAAAAAA. El "Es un psicópata" me mató de risa, es la cerecita del pastel.