One-shot de Pokémon - El nacimiento de una alma oscura

Tema en 'Fanfics Terminados Pokémon' iniciado por Jhosep Zar, 30 Mayo 2015.

  1.  
    Jhosep Zar

    Jhosep Zar Usuario popular Comentarista empedernido

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    Título:
    El nacimiento de una alma oscura
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Acción/Épica
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    3795
    Hello, aquí Jhosep Zar reportándose con un pequeño One shot. Bueno, la verdad hace mucho pensé en hacer uno, y debido a mi fic, no me dio tiempo, pero a fin de cuentas, lo hice, bueno los dejo, leer, espero que sea de su agrado.



    El Nacimiento de un Alma Oscura.

    Narrador:
    — La tierra, un lugar hermoso en lo más recóndito del universo, un planeta lleno de vida por doquier, un paraíso pacifico en el cual la paz domino por cientos de años, un lugar donde unos seres llamados Pokémon viven en paz; pero también una raza diferentes a ellos y los pokémon comparten con ellos un lazo unos con otros, pero conforme avanzan los días, los tiempos cambian y nuevas eras surgen, tiempos de guerra se han desatado y el dominio por el poder y el control absoluto explotan por todas partes, aquellos inocentes son los más afectados; ahora el mundo es un gran campo de batalla, un lugar del que todos quieren escapar; la costaste codicia y ambición han provocado un odio, un mal que ha llegado a todos y cada uno de los que habitantes en este mundo; pero algunos buscan acabar con este mal que ha contaminado el mundo y buscan desesperadas soluciones para lograr sobrevivir cualquier costo.


    800 años antes de la pokedex

    En lo profundo de un bosque, era una noche pacifica y una luna llena iluminaba con un leve resplandor luminiscente, aquel pacifico bosque y muchos pokémon de aquellos lugares trataban de dormir en los troncos de los árboles y otros en sus nidos, se acurrucaban semidormidos; en aquel pacifico lugar alguien volaba muy rápido y parecía alterado; era un Celebi que se escondía entre algunas ramas de los árboles con una piedra en sus manos; dicho objeto parecía ser una esmeralda roja; agitado y muy asustado con algunos leves raspones y heridas en su cuerpo, se sentó a descansar mientras miraba aquella piedra, entonces recordó su pasado.

    Recuerdo.
    En una pequeña casa de campo había una familia de tres miembros, entre ellos un hombre de corta cabellera negra, con una túnica blanca de una época antigua y unas sandalias sencillas, junto a él, una mujer castaña de larga cabellera con un traje parecido al de esa época, entre ellos, una pequeña niña de cabellera castaña de unos 8 años; eran sus amigos y ellos era una gran familia.

    — Escúchame Celebi— dijo algo preocupado aquel hombre — Tienes que encontrar el Orbe, necesitamos de su fuerza para proteger a nuestro pueblo, sin él, el imperio de la Horda está tomando los pueblos vecinos en su poder — Celebi, miro algo preocupado y observo a su alrededor, el cual era un pequeño poblado lleno de grandes árboles y una fauna verdaderamente hermosa, que en ella se podía ver a las pocas personas de ese lugar, padres, madres y niños, junto a numerosos pokémon de todas la clases compartiendo una paz y armonía — Tenemos que proteger a este pueblo, el pueblo que con tu poder logramos construir y mantener vivo, solo tú puedes ayudarnos.

    — Lo hare — Celebi, sonrió — Lo traeré y juntos protegeremos este lugar.

    — Confió en ti amigo — Ese sujeto le sonrió.
    Fin del recuerdo.




    Celebi estaba agitado, mientras apretaba fuertemente el Orbe.

    — Esta por aquí — Se escuchó la voz de alguien en aquel bosque.

    — Mega Houndooms — dijo otro, cual parecía ser un soldado con un casco de batalla, una túnica Café algo rasgada, y un viejo escudo de madera — Olfateen su olor — habían 2 soldados más vestidos iguales que montaba a aquellos pokémon, mientras que otros dos de esos pokémon, olfateaban por todos lados, entonces identificaron el olor señalando con sus narices aquel lugar donde Celebi se ocultaba.

    — Ataquen — Grito el líder de aquel grupo y los 5 pokémon gritando ferozmente disparando sus hiperayos de gran calor que impactaron el lugar donde él estaba y sin poder reaccionar a tiempo, fue alcanzado por el impacto de la explosión que se formó; entonces un incendio comenzó a desatarse en aquel pacifico Bosque y Celebi mal herido se trataba de poner de pie, mientras varias ramas que comenzaban a encenderse lo tenían prisionero en el suelo.

    — Aquí estas— el capitán de aquel equipo se acercaba y sonreía con una sonrisa malvada, mientras caminaba lentamente hacia él, al pokémon eso lo preocupo — Vamos, dame eso y te dejaremos ir.

    — NUNCA— Grito desesperado y agitando fuerte sus pequeñas alas; salió de la pila de ramas.

    — Ataquen — ordeno el líder del grupo y los 5 pokémon lanzaron una ráfaga de bolas de sombras hacia el pequeñín quien los miro con un coraje muy poderos, que agitando sus manos, del suelo salieron varias raíces que formaron un escudo que lo protegió; rápidamente lo uso como distracción y comenzó a escapar, volando ágilmente.

    — No dejen que se escape — Grito muy molesto unos de los miembros del grupo y aquellos pokémon, con fuertes embestidas, rompieron las raíces y comenzaron la persecución.

    Después de unos minutos el bosque se quemaba a un ritmo lento y Celebi se veía preocupado por él, pero la preocupación era mayor ya que aquellos pokémon malvados y sus jinetes, lo perseguían muy de cerca; en aquel tiempo llego a la cima de una pendiente y parecía no tener salida, ya que abajo solo había un gran risco; se detuvo y miro hacia atrás, entonces noto que sus perseguidores lo tenían rodeado.

    — Se acabó amigo— hablaba en tono muy directo el capitán del grupo.

    — No me rendiré— Celebi comenzó a brillar y del suelo salieron más raíces con ramas y hojas verdes que rápidamente atraparon a los pokémon enredándolos por completo, desde los pies, hasta sus cuellos al igual que a los soldados — Lo siento pero debo entregar esto a mis amigos — se disponía a marcharse.

    — ESPERA— Grito uno de esos sujetos— Detente, no lo hagas, no te lleves eso, no tienes idea de lo que es capaz esa cosa.

    — Él tiene razón — Dijo otro de ellos— El Orbe es solo una piedra que poses el poder de destrucción total, una arma de destrucción masiva, está fuera de los límites de cualquier persona.

    — Aquel que te haya pedido eso — Dijo otro de los miembros muy preocupado— Solo quiere destruir las naciones y conseguir orden atreves del miedo, eso solo provocara más guerras.

    — N-no, no les creo — Celebi dudo — Están mintiendo; Arthur dijo que esto ayudaría a proteger mi pueblo, él no le haría daño a nadie.

    — Solo piénsalo, en estos tiempos de guerras la lucha por el poder se ha vuelto más activa, ahora todos hacen de todo para lograr dominar todo, así que entréganos el orbe.

    — Si eso es cierto — el pequeñín se enojó — Ustedes también lo quieren para el mismo propósito.

    — Preferiría destruir esa cosa, porque crees que la teníamos escondida, lo ocultábamos pero llegaste tú y la robaste de nuestro reino, no lo entiendes, esa cosa solo agravar la situación de la guerra.


    — MIENTEN — grito fuertemente — ESTOY HARTO DE ESTA GUERRA — Celebi grito, y seguidamente voló por las alturas del acantilado, dejando preocupados a aquellos soldados.



    El sol comenzaba a aparecer por las lejanas montañas y sus rayos cubrían un gran valle que frete a él se encontraba el hogar del que Celebi provenía, en las afueras del pueblo, aquel hombre amigo de Celebi, quien le dio la misión de encontrar el orbe lo esperaba algo impaciente, pero sonrió al verlo mientras llegaba volando a una leve velocidad.

    — Lo logre Arthur — Celebi sonreía mientras llegaba volando y mostraba aquella esmeralda Roja.

    — Celebi — Dijo aquel hombre al verlo y sonreía — Lo lograste, sabía que podía confiar en ti.

    — Si lo hice— Celebi no paraba de sonreír mientras se le acercó y le dio el orbe, el cual Arthur tomaba entre sus manos.

    — Llegas a tiempo — dijo con seriedad— Una tropa del reino de Rebeldes, planea tomar el pueblo por la fuerza, vamos tenemos que usar esto.

    — Espera— Celebi estaba intranquilo— ¿Cómo vas a usar esta cosa para proteger al pueblo?

    — Para eso te necesito a ti, tienes que darme tu fuerza; tus poderes que influyen en la naturaleza son una maravilla y es perfecta para aprovecharla con el orbe, obtendremos una fuerza increíble, que nada se le compara.

    — Pero — Clebi se negó — Yo, yo no quiero herir a nadie.

    — Escúchame Celebi — Arthur se puso muy enojado — El ejército que atacara nuestro pueblo es inmenso, lo destruirán todo y si no me ayudas, solo te quedaras a ver como quemas este lugar, dime eso es lo que QUIERES

    — No, no quiero eso— Celebi se mostró asustado — No quiero que eso pase.

    — Entonces qué esperas, vamos; elévame hay que ir al frente.

    — E-está bien — Celebi tenía una actitud de inseguridad; entonces usando su fuerza psíquica, comenzó a elevar a Arthur hacia el cielo y él lo seguía por su derecha, después de unos minutos en el aire, lograron ver que atreves de las pequeñas colinas que un ejército muy grande con varios soldados, con espadas, lanzas y flechas, caminaban en marcha junto a muchos pokémon, y todos estaban cubiertos de armaduras.

    — Aquí vienen — el sujeto que flotaba junto con Celebi miraba demasiado serio hacia abajo, entonces observo al pokémon — Vamos a hacerlo — Tomo el obre en sus manos y de uno de sus bolsillos saco pequeño frasco, del cual salió un líquido negro que cubrió a la esmeralda y esta se tornó negra y comenzó a brillar.

    — ¡¿Qué es eso?! — Pregunto el pokémon del bosque demasiado desconfiado.

    — Esto nos dará el control en esta guerra— Dijo muy sombrío y rápidamente, sin esperarlo, coloco ese cristal negro en el pecho de Celebi, entonces como una extraña reacción, ese brillo cubrió el cuerpo de Celebi y una aura negra lo envolvía mientras el cristal se adhería a su pecho y el gritaba de dolor— Escúchame, ahora usa tus poderes para acabar con el ejército.

    — ¡NOOOOOOO!— Celebi esta adolorido y asustado.

    — HAZLO — Gritaba Arthur— Acaso quieres que ellos destruyan nuestro hogar y a nuestras familias, eso QUIERES — Dijo con una frialdad y esas palabras se sintieron en el corazón de aquel pokémon, quien recordaba los bellos momentos en aquel pueblo que trataba de defender.

    — NO QUIERO QUE LASTIMEN A MI PUEBLO— Celebi grito, pero fue un grito devastador mientras comenzó a Brillar más, entonces como una extraña agitación sobre la tierra, el ejército que marchaba hacia el pueblo se detuvo algo confundido, entonces la tierra a sus pies temblaba, la tierra se tornaba espesa y como una tumba de arena movediza, la tierra comenzó a enterrar a todos a su alrededor; lentamente los cuerpos de los soldados y los pokémon se sumergían dentro del fango; con dificultades trataban de salir todos muy desesperados, en ese entonces, los soldados se aferraban fuertemente a sus pokémon y eso molesto a Arthur

    — Vamos Celebi, acaba con ellos, no te resistas al poder que el Orbe te da, si lo los detenemos ahora, todo acabara

    — No quiero que nadie resulte herido— El pequeñín soportaba un gran dolor mientras que comenzó a soltar lagrimas ya que dicho dolor no solo era en su cuerpo si no que llegaba a su alma, el cual se podía reflejar en su rostro; peleaba contra sí mismo, pero no resistió aquel dolor, entonces grito fuertemente y entre aquella tierra húmeda, que devoraba aquel ejército, salieron raíces que atraparon a los pokémon, enredándolos por todas partes y eso evito que los humanos se apoyaran en ellos, entonces en el centro de aquel remolino, poco a poco, muchos hombres estaban siendo tragados por la tierra; era una espeluznante escena, mientras que los pokémon, aprisionados no podían hacer nada, solo escuchar los gritos de aquellos que eran engullidos por el suelo; todo un ejército de cientos de hombres estaba desapareciendo por completo y Arthur no podía evitar sonreír, por lo que parecía ser una victoria en su nombre; Celebi sentía que lo que estaba haciendo estaba mal, incluso si se trataba de proteger a su pueblo, nuevamente grito de desesperación, entonces la tierra se hundió más y como una bomba explosiva, exploto enterrando por completo a al numeroso ejercito de hombres; mucho polvo se elevó al aire y los pokémon que no fueron devorados, estaba aterrorizados por ver la magnitud de la matanza.

    — ¡Eso es maravilloso! — el tipo rio y miro a Celebi — Con tu poder podremos parar esta guerra.

    Celebi abrió lentamente los ojos y fue como si hubiera visto algo tan siniestro ante sus ojos, al ver que había destrozado a una brigada entera, como si su alma se hubiera quemado, miro sus manos mientras pensó en la gran matanza que había hecho con ellas, no se miraba así mismo sino veía a un demonio uno al cual el mismo le tenía miedo.

    Hizo algo que nunca imagino que haría pero se dio cuenta de que se había convertido en algo más ese día, algo nació dentro de él, era algo que no comprendía, sabía que había protegido a su pueblo pero para él, aquel acto positivo resulto la cosa más negativa que había hecho en su vida

    — Lo hice por mi pueblo, lo hice por mi pueblo, lo hice por ellos — Susurro perdido entre la razón de haber hecho lo correcto o haber cometido el peor error de su vida y eso lo mantuvo pensante por mucho tiempo.


    Narrador
    — Las guerras continuaban y los dominios no se detenían, pero se escuchó los rumores de que alguien estaba destrozando a los imperios, alguien estaba causando terror en las naciones y ese alguien era nada menos que Arthur, que con la ayuda de Celebi, destrozaron y masacraron a miles de humanos con el poder del orbe, había ya tomado por completo el poder de casi toda la nación y había llegado a su destino principal; el palacio real del reino de Zoltas; ese lugar era la principal zona de concentración de los ejércitos enemigos y ahora se encontraba al borde de la destrucción, pedazos de aquel reino caían y el ejercito que lo hacía era comandado nada menos que por Arthur; lo había armado con su poder, cientos de hombres y pokémon, armados, tomaban a la fuerza el palacio, atacando ferozmente a los pocos habitantes de aquel lugar, mientras que incendios y destrucciones se provocaban por las fuertes confrontaciones entre los pokémon; la batalla ya casi llegaba a su fin y en la cima del reino, en la torre más alta; Arthur tenia sometido al rey de esa nación.

    — Tu reinado se termina aquí— Arthur, quien poseía un traje de batalla, muy propio de esa época, pateaba en estomago de aquel rey, un sujeto anciano con una barba larga y blanca, poca cabellera y sus trajes de un verdadero Rey; presentaba fuertes golpes y estaba muy exhausto mientras trataba de ponerse en pie.

    — Ya basta, me rindo — Dijo en desesperación el rey quien por el dolor simplemente se arrastraba — Te lo suplico, deja en paz este pueblo —Celebi, quien miraba con una mirada perdida y sin emoción alguna, con su poder hacia que unas raíces con hojas verdes atraparan fuertemente a un mega Charizad Negro que estaba desesperado por ayudar a su amo; el pequeñín presto atención a lo que el monarca decía — Podemos llegar a un trato, no tienes por qué ser cruel.

    — No hables como si lo entendieras— Arthur, tomo por el cuello a aquel anciano y lo levanto en el aire — Tus tontos caprichos y ambiciones sobre el dominio del poder, fueron aquellos que liberaron las guerras, siempre buscando el poder — comenzó reír — Jajajajaja, mírate ahora, has perdido todo por aquello que has luchado viejo tonto — El anciano no podía hacer más que escuchar lo que decía mientras trataba de liberarse de el — Ahora tu reino es mío y formare una nueva nación, un mundo en el cual las cosas funcionaran bien desde el principio— Soltó el cuello del anciano y el cayó al piso.

    — Está bien, el reino es tuyo — Al anciano se sintió algo aliviado y exhausto se acercó a la ventana del balcón y miro hacia abajo, en el cual su reino se estaba cayendo a pedazos— Ahora detén esta batalla y me encargare de que todas las demás guerras terminen.

    Celebi lo escucho, entonces como si su mirada volviera a él y su alama recobrara vida, sonrió levemente mientras no dejaba de pensar — Lo- lo hicimos, logramos detener estas batallas inútiles, a pesar de tanto sufrimiento, al final pudimos conseguir un paso más hacia la calma; vamos a poder vivir felices, la guerra se terminó — su sonrisa había vuelto mientras que aflojo un poco las ataduras del pokémon de fuego.

    — Creo que no lo entiende anciano — Arthur se acercó mientras sonreía de una manera siniestra — Para construir una nueva nación — Puso su mano tras su espalda y saco una daga muy afilada la cual inmediatamente clavo en el pecho del anciano — Hay que destruir a la antigua.

    La suave sonrisa de Celebi se destrozó y miro totalmente impactado lo que su compañero había hecho, solo se quedó y contemplo como el rey herido dio unos paso hacia atrás y debido a su debilidad, tropezó y fue en dirección hacia la ventana, por la cual cayo sin remedio alguno; el Mega Charizad soltó una lágrima de dolor que paso por su rostro y dando un fuerte rugido; presiono aquellas raíces y las destrozo; sin esperar más, voló por la ventana y siguió a su amo por detrás mientras el caía hacia el vacío; entonces en un fuerte aleteo, llego hasta su amigo y lo atrapo; con lágrimas en los ojos, aquel pokémon no podía hacer nada más que llevarlo lejos de allí surcando el cielo, sin dejar de soltar lágrimas de angustia, mientras que su dueño tenía los ojos cerrados y su vida se perdía lentamente con el viento.

    Celebi no pudo hacer nada más que observar muy atónito por aquello, su mente se perdió en su ser.

    — Que desperdicio — dijo sonriente Arthur mientras que miro hacia abajo del reino y noto que a las afueras del Castillo sus miembros de escuadrón alzaban sus espadas en señal de victoria, entonces desde la cima, él se dirigió a su pueblo — Amigos y Hermanos hoy es el fin de la tiranía del reino de Zoltas; ha finalizado, es hora de demostrar que somos los únicos líderes de este mundo y crearemos uno mejor, pero antes, destrocemos las ruinas de este viejo lugar.

    — SIIIIIIIIIIIIIIIII— Grito el escuadrón entero junto con sus pokémon que rugieron.

    — Celebi, destruye este lugar con todos los que aún quedan aquí.

    La mente de Celebi, había sido destrozada al mirar tal crueldad de parte de su amigo, solo podía pensar en cuanto dolor, cuantas muertes, cuantas lagrimas se han derramado en toda esta absurda guerra que parecía no tener sentido desde el principio; todo estaba mal y más lo que él había hecho, a cuantos había desaparecido por el terrible poder que había obtenido, entonces de su alma surgió, el odio y la ira se apodero de su ser y su corazón amable estaba totalmente destrozado.

    — ¿Qué estas esperando Celebi? Acabemos con esto de una buena vez — El pokémon parecía no escucharlo solo lo miraba mientras comenzó a volar hacia atrás y extendía su mano hacia aquel hombre que lo miraba curiosamente y el uso fuerza psíquica que atrapo a Athur — ¿Qué estás haciendo? — Reprocho muy serio y enojado.

    — Para construir una nueva nación, en necesario destruir a la antigua — dijo con una voz aterradora, entonces Celebi se le acerco y lo miro directamente a los ojos, pero su mirada era sombría y fría — Ya no te necesito, ni a ti, ni a tu ejército, ni a nadie para construir mi nación — Puso su mano sobre el pecho de Arthur y como una fuerte corriente de aire, lanzo a Arthur por aquella ventana; el hombre no podía hacer más que mirar, lo que su colega había hecho mientras caía de la gran torre hacia el vacío, solo pudo ver que en la mirada de Celebi, había un gran odio y remordimiento, ahora tenía ojos llenos reflejaban una alma muy sombría.

    — Esto se termina aquí — Extendió su mano hacia los miembros del ejército que abandonaban aquel reino y ellos a la distancia, miraron hacia la cima de la torre en la cual algo extraño tenía un brillo leve; en la mano del pokémon se formó una esfera amarilla de energía, pero rápidamente esta se tornó negra y aumento de tamaño, un poco más grande; entonces soltó aquella energía que se dirigía rápidamente hacia los pies del reino, justo cerca del ejercito conquistador; impacto la superficie y como una poderosa explosión de fuertes megatones; todos los alrededores del reino comenzaban a ser destruidos por aquel poder.

    Un imperio fue borrado de la noche a la mañana en aquel lugar, solo se podía ver polvo, fuego y escombros por el lugar; Celebi volaba muy pensativo por el terreno, mientras que flotando por los alrededores, habían varios pokémon heridos y solamente trajes como ropajes de las personas del ejército completamente destrozados; Celebi se detuvo a observar el panorama, el cual a pesar de ser un lugar en ruinas y restos de una guerra; era muy pacífico y en él una quieta calma; sonrió y el orbe que tenía implantado en su pecho cayo de él, contemplo como aquel cristal negro tocaba el suelo y se destrozaba en pedazos, entonces contemplo sus manos y todo su cuerpo, que ya no tenía ese color verde de su personalidad, esta vez era algo más oscuro; sonrió.

    — Voy a construir un nuevo mundo y ese mundo serán uno donde la guerra no existirá —Extendiendo su manos a aire, del suelo comenzaron a salir muchos árboles y entre ellos, muchas ramas llenas de hojas verdes que cubrían a todos los pokémon heridos de los alrededores, acurrucándolos y aquel paisaje vacío comenzaba a llenarse de una nueva vida — Ya no seremos manipulados por la raza humana y seremos libres para vivir en paz.



    Narrador.
    — Fue lo último que dijo, mientras comenzó a elevarse en el cielo, dejando atrás aquellos pensamientos que lo atormentaban, al fin podía pensar tranquilamente ya que ahora tenía un gran añorado sueño, aun conseguirá aquello que tanto anhelaba aunque ahora lo haría de una forma diferente, tenía una meta pero pensaba mucho en el futuro, un futuro el cual no sabía cómo seria, pero solo quería cumplir su sueño.

    — Ese fue el día en el que el odio lo traición y la crueldad había dominado al mundo, fue un pasad cruel y el presente estaba en la manos de todos; ese presente construiría un futuro, uno mejor o peor, no se sabía esa respuesta y no se sabe si algún día alguien la encontrara.


    Fin.


    Espero que le haya gustado, me despido hasta un próximo Fic.
     
    Última edición: 12 Noviembre 2016
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    FanDeFic Sama

    FanDeFic Sama Guardián de las joyas más hermosas (Aria y Serena)

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    Hola Jhosep, bueno, como me obligaste a comentar, comentare. Ok no, jajaja.

    Bueno, me gustó mucho. Lo único que te puedo decir es que, usas mucho las "," y ";"
    Osea, esta bien, porque están para eso, solo que tienes que ver donde le queda mejor. Te daré un EJ:

    Hello, aquí Jhosep Zar reportándose con un pequeño One shot. Bueno, la verdad hace mucho pensé en hacer uno, y debido a mi fic, no me dio tiempo, pero a fin de cuentas, lo hice, bueno los dejo, leer, espero que sea de su agrado. ------> Esto pusiste tú. ¿Pero no quedaría mejor así?

    Hello, aquí Jhosep Zar reportándose con un pequeño One shot. Bueno, la verdad hace mucho pensé en hacer uno y debido a mi fic, no me dio tiempo, pero a fin de cuentas lo hice, bueno los dejo leer, espero que sea de su agrado.

    Sinceramente no sé si tu al momento de escribir, estabas nervioso o qué, pero, si ese es el caso, yo estoy equivocado.
    Mmm bueno esto no sé donde lo leí o escuche. Pero me dio como un Deja-bu. Jejeje.
    Bueno estuvo muy bien el fic. Me gustó.

    Me despido, saludos y suerte.
    Atte: FanDeFic.
     
    Última edición: 25 Diciembre 2015
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    Otro de esos fics a los que sólo pasé a dar sellito...

    Bien dijo el chimuelo una vez: no existen pokémon malvados, solo gente mala obligándolos a hacer cosas malas... hasta que llegó XY a joder ese concepto... gracias continuidad...

    La mayoría de los pokémon son de corazón noble, pero por ello mismo creo que es fácilmente corrompible, quizá la temática si este algo explorada en el fandom pero suele ir acompañado de mucho eh... edginess... se agradece poder leer algo oscuro pero de buen gusto. Me recuerda un poco la historia de un sujeto de Yuyu Hakusho que se corrompió al ver las atrocidades que cometían los humanos, aquí al menos pudo "darle su merecido" a quien lo terminó usando pero aún así no pudo evitar que le afectara lo suficiente como para terminar convirtiéndose en lo que tanto odiaba.
     
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