Ositos Cariñositos El Nacimiento de un Nuevo y Hermoso Amor

Tema en 'Fanfics sobre TV, Cine y Comics' iniciado por Dietrich, 18 Noviembre 2012.

  1.  
    Dietrich

    Dietrich Entusiasta

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    Título:
    El Nacimiento de un Nuevo y Hermoso Amor
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    4
     
    Palabras:
    2059
    Es otro día en Quiéreme Mucho. Ha pasado un año desde que Revoltosito y Alegrosita se volvieron novios. Durante todo este tiempo, los dos han mantenido su relación sin ningún inconveniente. Los ositos hacen lo que cotidianamente hacen. Comprar comida, ir a la Pradera del Color, a la Biblioteca del Saber, a la Plaza Cariño, a donde sea que se les ocurra ir.

    Generosita: Hola, Gruñosito.

    Gruñosito: Hola, Generosita.

    Generosita: Que hermoso día es hoy, ¿verdad?.

    Gruñosito: Sí que lo es.

    Generosita: ¿Cómo has estado tú, Gruñosito?.

    Gruñosito: He estado bien. ¿Cómo has estado tú?.

    Generosita: También he estado bien. ¿Hoy tienes algo que hacer en tu taller?.

    Gruñosito: Sí, voy a fabricarle una máquina de cubos de hielo a Revoltosito.

    Generosita: ¿Y por qué vas a hacer eso?.

    Gruñosito: Porque él me lo pidió. Dentro de un mes será verano y Revoltosito me pidió que le fabricara una máquina de cubos de hielo para tener hielo cuando quiera beber jugo o bebidas. ¿Tú tienes algo que hacer hoy?.

    Generosita: Yo solamente voy a ir a comprar mi almuerzo a la tienda. En una hora será hora del almuerzo. ¿Tú no vas a almorzar?.

    Gruñosito: Sí, también lo haré, pero primero empezaré a construir esa máquina.

    Generosita: Está bien. Nos vemos en otro momento.

    Gruñosito: Hasta luego.

    Generosita se va. Gruñosito entra a su taller y observa unos planos y toma las herramientas necesarias y todo lo demás y comienza a construir. Generosita entra a la tienda, encontrándose con Divertosito que ya va a salir.

    Divertosito: Hola, Generosita.

    Generosita: Buen día, Divertosito.

    Generosita sostiene la puerta y Divertosito sale. Ella cierra la puerta y se va a buscar su comida por diferentes pasillos.

    Generosita: A ver, el jugo de manzana está por aquí.

    Generosita avanza por tres pasillos y encuentra el jugo de manzana.

    Generosita: Ah, aquí está.

    Toma la botella de jugo y la mete en la canasta.

    Generosita: Ahora, a buscar los vegetales.

    Generosita camina a otro pasillo y encuentra las legumbres.

    Generosita: Estas lentejuelas estarán bien para comerlas.

    Generosita toma la bolsa de lentejuelas.

    Generosita: Ahora buscaré el arroz y luego las patatas y ya estoy lista.

    Generosita va a otro pasillo más y encuentra las patatas, así que ahora avanza por dos pasillos más y encuentra el arroz. Generosita paga todo, devuelve la canasta y sale de la tienda con su almuerzo. En tanto, Gruñosito está construyendo la máquina.

    Gruñosito: Esta pieza va aquí. Esta otra pieza va acá y ésta va aquí. Creo que voy a terminarla hoy.

    Gruñosito comienza a sentir que se le seca la garganta y decide ir a buscar un vaso de jugo. Se va a su cocina, toma un vaso y abre el refrigerador y saca la jarra de jugo y se sirve su jugo y se lo bebe. Luego vuelve a su taller. 25 minutos después, empieza a sentir hambre. Recuerda que todavía no ha comprado su almuerzo, así que sale de la casa a la tienda. Toma una canasta y comienza a buscar la comida.

    Gruñosito: A ver, necesito más jugo y algunos sándwiches. También compraré jalea de uva.

    Gruñosito encuentra su comida y la jalea de uva en diferentes pasillos, luego se va a la caja registradora, paga todo y devuelve la canasta y sale a su casa con su comida. Gruñosito vuelve a su casa y comienza a cocinar. Mientras tanto, Generosita termina de cocinar sus lentejuelas, ya que comenzó a cocinarlas desde antes que Gruñosito llegara a su casa. Ella se sirve su comida y un vaso de jugo de uva y con una cucharada tras otra, se come sus lentejuelas y bebe su jugo. Generosita termina de comer y lava todo y se va al baño a lavar la boca. Después, va a su habitación y se acuesta en su cama a leer una revista. En tanto, a Gruñosito le falta poco para terminar de comer. En pocos minutos, Gruñosito termina de comer, lava todo y se lava la boca en el baño y se devuelve a su taller para continuar con lo que hacía. Después de 35 minutos, termina de construir la máquina de hielo.

    Gruñosito: Sé que a Revoltosito le gustará cómo quedó. Sé que le gustará cómo la construí. Ahora mismo se la llevaré.

    Gruñosito abre la puerta del taller y sale con la máquina a la casa de Revoltosito. Gruñosito llega a la casa de Revoltosito y sube las escaleras y golpea su puerta un par de veces.

    Gruñosito: REVOLTOSITO, ¿ESTÁS AQUÍ?.

    Gruñosito espera unos segunditos y Tuercas le abre la puerta.

    Gruñosito: Hola, Tuercas. ¿Revoltosito está aquí?.

    Tuercas le asiente con la cabeza y llama a Revoltosito, quien llega inmediatamente.

    Revoltosito: Hola, Gruñosito.

    Gruñosito: Hola. Aquí te traje la máquina de hielo que me pediste que te construyera.

    Revoltosito: Muchas gracias.

    Gruñosito se frota su barriguita y saca una gran nube que toma la máquina de hielo y la sube hasta la puerta.

    Gruñosito: ¿Dónde quieres que la deje?.

    Revoltosito: En la cocina por favor.

    Revoltosito y Tuercas se hacen a un lado y Gruñosito entra con la máquina y la deja en la cocina y su nube de insignia regresa a su barriguita.

    Revoltosito: ¿Cómo funciona la máquina?.

    Gruñosito: Cuando quieras sacar hielo, debes presionar el botón que tiene dibujado un cubo de hielo.

    Revoltosito mira el botón.

    Revoltosito: ¿Ése de ahí?.

    Gruñosito: Sí, es ése. Sólo te dará un cubo de hielo, pero si quieres dos cubos de hielo, presiona dos veces el botón, si quieres tres cubos de hielo, presiónalo tres veces. El número de veces que presiones el botón será el número de cubos que obtendrás. ¿Entiendes?.

    Revoltosito: Sí.

    Gruñosito: Si quieres apagar la máquina, presiona este botón rojo que dice “Apagar”. Si quieres encenderla, presiona este botón verde que dice “Encender”. ¿Entiendes?.

    Revoltosito: Sí. ¿Y debo enchufar la máquina para que funcione o debo ponerle alguna batería?.

    Gruñosito: No se enchufa y las baterías no son necesarias para esta máquina. Esta máquina es eléctrica, pero es inalámbrica y nunca habrá peligro de electrocución. Si otros ositos quieren usar la máquina, pueden usarla sin cuidado, esta máquina no causa ningún peligro. Aunque alguien la tocara con las manos mojadas, nunca podría electrocutarse. Y no necesita mantenimiento. A esta máquina nunca se le termina el hielo. Sus celdas de energía son auto-recargables. La recarga de la energía es rápida. Si se le termina la energía, solamente hay que esperar cinco minutos para que vuelva a tener sus celdas de energía al 100%. Algo muy bueno sobre la máquina, es que por ser inalámbrica y por tener sus propias celdas de energía y por ser celdas de energía auto-recargables, no se quedará sin energía eléctrica si tu casa llega a sufrir un apagón, porque esta máquina seguirá funcionando si quieres encenderla. Y lo último, es que la máquina es completamente a prueba de toda clase de fallas. Nunca sufrirá cortos circuitos, nunca se sobrecargará de energía, nunca sufrirá ningún desperfecto, nunca le ocurrirá nada malo.

    Revoltosito está mucho más que contento.

    Revoltosito: Lo has pensado todo. Pensaste en todo para esta máquina.

    Gruñosito: Así es. Quería que la máquina fuera perfecta y quería que todos tus posibles deseos estuvieran satisfechos.

    Revoltosito: Muchas gracias, Gruñosito. Esta máquina es lo mejor que has inventado después de Tuercas. ¿Es necesario hacerle una prueba a la máquina para ver si funciona?.

    Gruñosito: No, no es necesario hacerle ninguna prueba. Pero si así te sientes más seguro, entonces haz una prueba.

    Revoltosito: Está bien, gracias.

    Revoltosito presiona el botón verde y la máquina se enciende. Ahora presiona el botón rojo y la máquina se apaga. Vuelve a presionar el botón verde y la máquina se enciende de nuevo.

    Revoltosito: Gruñosito, ¿por dónde salen los cubos de hielo?.

    Gruñosito señala por dónde.

    Gruñosito: Por este agujero cuadrado. Cuando presiones el botón para sacar un cubo de hielo, un tubo de cuatro centímetros de largo sale del agujero y el cubo de hielo sale en un segundo, pero siempre debes recordar poner el vaso debajo del agujero antes de que el tubo salga, porque si lo olvidas, el cubo de hielo puede caerse al suelo.

    Revoltosito: Bien, siempre lo tendré en cuenta. Siempre lo recordaré. Ahora, espera un momento, iré a buscar un vaso.

    Revoltosito se va a la cocina y regresa con un vaso. Pone el vaso debajo del agujero y presiona el botón, el tubo sale y en un segundo, un cubo de hielo cae dentro de su vaso.

    Gruñosito: Y una cosa más. En caso de que sufras alguna lesión o si alguien más se lesiona y esas lesiones requieren usar hielo, puedes usar los cubos de hielo para reducir cualquier hinchazón, aunque tampoco te garantizo que no produzca escalofríos.

    Revoltosito: Está bien, lo entiendo. Muchas gracias.

    Gruñosito: De nada. ¿Hubo algo que no te haya quedado claro con la máquina?.

    Revoltosito: No, todo me quedó perfectamente claro. Gracias de nuevo por la máquina.

    Gruñosito: De nada. Antes de irme, ¿quieres que te construya alguna otra cosa?.

    Revoltosito: Sí, y espero que no te moleste.

    Gruñosito: No te preocupes. Cuando debo ayudar, lo hago. ¿Qué otra cosa quieres?.

    Revoltosito: Quisiera que me fabriques un farol de mano de luz eléctrica, para tener algo para iluminarme en la oscuridad, en caso de que mi casa sufra un apagón. Y quisiera que sea del mismo color que mi pelaje. Y también quisiera que también le fabriques uno a Alegrosita. Y quisiera que los fabriques como fabricaste la máquina de hielo, con celdas de energía auto-recargables y todas esas cosas y que sea del color del pelaje de ella, porque creo que así le gustará más.

    Gruñosito: Está bien. Te traeré el tuyo en cuanto lo haya terminado.

    Revoltosito: De acuerdo. Nos vemos.

    Gruñosito: Nos vemos después.

    Gruñosito sale de la casa y se va a su taller. Toma sus herramientas y comienza a fabricar los faroles. Fabricar los faroles le toma menos tiempo del que le tomó fabricar la máquina de hielo. Después de terminarlos, sale del taller, cierra la puerta y se va para la casa de Revoltosito llevando los faroles en las manos. Sube las escaleras hasta la puerta, deja un farol a su lado y golpea la puerta un par de veces. Revoltosito abre la puerta inmediatamente.

    Gruñosito: Aquí está tu farol.

    Se lo entrega.

    Revoltosito: Gracias, Gruñosito.

    Gruñosito: Supongo que sabrás cómo encenderlo y apagarlo.

    Revoltosito observa dos botones.

    Revoltosito: Con el botón verde se enciende y con el rojo se apaga, ¿verdad?.

    Gruñosito: Exacto. ¿Quieres tú ir a darle su farol a Alegrosita?.

    Revoltosito: Aunque quisiera, prefiero que tú se lo des, porque prefiero que ella sepa desde un principio que tú hiciste el farol, en lugar de que piense que yo lo compré, porque yo no puedo tomar el crédito por algo que tú hiciste, porque el crédito por los faroles te corresponde a ti. Y si te pregunta porqué tú le llevas el farol y no yo, por favor dile porqué. ¿Está bien?.

    Gruñosito: De acuerdo, lo haré. Nos vemos en otro momento.

    Gruñosito se va para la casa de Alegrosita. Llega a la casa y golpea la puerta un par de veces y Alegrosita abre la puerta inmediatamente.

    Alegrosita: Hola, Gruñosito.

    Gruñosito: Hola, Alegrosita.

    Alegrosita: ¿A qué vienes?.

    Gruñosito: Vine a traerte este farol.

    Le muestra el farol.

    Gruñosito: Le hice uno a Revoltosito y él me pidió que te hiciera uno a ti también.

    Alegrosita: ¿Y por qué tú me traes el farol, él no pudo traérmelo?.

    Gruñosito: Dijo que aunque quisiera, prefería que yo te lo diera, porque prefirió que tú supieras desde un principio que yo hice el farol, en lugar de que pensaras que él lo había comprado, porque así como él lo dijo, no puede tomar el crédito por algo que yo hice, porque el crédito por los faroles me corresponde a mí. Espero que entiendas.

    Alegrosita: Ten calma, Gruñosito, lo entiendo bien.

    Alegrosita le recibe el farol.

    Alegrosita: Gracias por el farol. Y dale mis agradecimientos a Revoltosito.

    Gruñosito: De acuerdo.

    Alegrosita cierra la puerta y Gruñosito se devuelve a la casa de Revoltosito. Golpea la puerta y Revoltosito le abre.

    Gruñosito: Ya le di el farol a Alegrosita y me pidió que te diera sus agradecimientos.

    Revoltosito: Está bien.

    Gruñosito: Nos vemos.

    Revoltosito: Hasta pronto.
     
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    Dietrich

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    Título:
    El Nacimiento de un Nuevo y Hermoso Amor
    Clasificación:
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    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    4
     
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    2290
    Gruñosito se va a su casa. Al momento de cerrar la puerta, la imagen de Generosita aparece en su mente. Por un momento no sabe porqué está pensando en ella, pero luego piensa que quizás ella tampoco tiene un farol, así que sale de la casa y va a verla. Él llega a su puerta, esperando que se encuentre adentro.

    Gruñosito: GENEROSITA, ¿ESTÁS AQUÍ?.

    Gruñosito golpea la puerta unas cuantas veces y espera un poco. Unos segundos después, Generosita abre la puerta y ver a Gruñosito la pone más feliz de lo que ya está, aunque curiosamente, también siente un poco de vergüenza.

    Generosita: Hola, Gruñosito. ¿Qué quieres?.

    Gruñosito se siente un poco avergonzado, igual que ella, pero ambos tratan de ignorar esa vergüenza.

    Gruñosito: Venía para preguntarte,, si acaso tienes un farol o algo que pueda ayudarte a ver en la oscuridad,, en caso de que,,, tu casa pueda sufrir un apagón de luz.

    Generosita: , ¿Un farol?. No tengo un farol, así que creo que,, que me gustaría tener uno.

    Gruñosito: Puedo ir a fabricarte uno ahora,, si quieres.

    Generosita: Está bien.

    Gruñosito: Te lo traeré cuando,, cuando esté terminado.

    Generosita: Está bien.

    Gruñosito se va a su casa. Mientras va caminando, intenta pensar en algo.

    Gruñosito: ¿Por qué me sentí así?. Nunca he sentido vergüenza por hablar con Generosita. Sinceramente no logro entenderlo.

    Gruñosito entra a su casa y se va a su taller y comienza a fabricar un farol, exactamente igual a los faroles que les fabricó a Revoltosito y Alegrosita, teniendo como única diferencia el color con el que lo está fabricando. En tanto, Generosita intenta hallarle alguna explicación a su extraña vergüenza.

    Generosita: Si sentí esa vergüenza, tuvo que haber un motivo, pero yo no tuve ningún motivo para avergonzarme. Y si no tuve ningún motivo, ¿entonces por qué me sentí avergonzada?.

    En pocos minutos termina el farol y sale de su casa.

    Gruñosito: Espero que le guste cómo quedó. Lo hice con el color de su pelaje para que le guste más. Espero que de verdad le guste. Ni siquiera sé porqué me preocupo tanto.

    Gruñosito llega a la puerta de Generosita y la golpea, sintiendo un curioso y pequeño nerviosismo al momento de golpearla. Generosita abre la puerta y siente que sus latidos cardiacos se hacen rápidos y siente que es por la extraña vergüenza nerviosa de antes. A causa de su nerviosismo, Gruñosito sonríe con la boca, pero sus ojos muestran una mirada triste.

    Gruñosito: Aquí está tu farol. Lo hice del mismo color de tu pelaje,, para que,,, te gustara más.

    Generosita: El farol está muy bonito, Gruñosito. Gracias.

    Generosita toma el farol.

    Gruñosito: De nada.

    Generosita: ¿Puedes explicarme cómo se enciende y se apaga?.

    Gruñosito: Es muy fácil. Cuando quieras encenderlo, solamente presiónale este botón verde y la luz se encenderá. Y cuando quieras apagarlo, debes presionar el botón rojo y se apagará.

    Generosita: Muy bien, ya lo entendí.

    Gruñosito le explica que lo fabricó a prueba de fallas y todas las cosas, igual que la máquina de cubos de hielo de Revoltosito.

    Generosita: Que bien que no necesite baterías y que lo fabricaras así. Eres verdaderamente idealista con tus inventos.

    Gruñosito: Sí, así soy yo. Bueno, entonces adiós.

    Generosita: Adiós.

    Generosita cierra la puerta y Gruñosito se va.

    Generosita: Que lindo le quedó el farol.

    Generosita pone el farol en su habitación.

    Gruñosito: En caso de un apagón, creo que sería bueno que yo también tenga un farol.

    Gruñosito va a su taller y se fabrica su propio farol, con el mismo color de su pelaje. Después de fabricar su farol, decide ir a comprar su desayuno y su almuerzo de mañana, así que se va a la tienda de víveres. Allí busca su comida por un rato mientras habla en voz baja sobre lo que quiere comprar.

    Gruñosito: Vamos a ver, las cajas de leche deben estar por aquí. Y también los huevos y más jalea de uva y de frambuemoras para otros sándwiches. Aunque también podría comprar mermelada de cereza. Y también debe haber cajas de bolsitas de té por aquí.

    En menos de diez segundos, Gruñosito encuentra las cajas de bolsitas de té. Toma una caja de cuarenta bolsitas de té y se va a buscar las cajas de leche y las jaleas de frambuemoras y de uva. Se va a otro pasillo y encuentra frascos de jalea de frambuemoras. Toma tres frascos y luego encuentra los frascos de jalea de uva.

    Gruñosito: ¿Dónde estaba el pasillo de los productos lácteos?.

    Gruñosito intenta recordar dónde está mientras camina para buscarlo. Avanza cuatro pasillos hasta que lo encuentra.

    Gruñosito: Que bien, aquí está.

    Gruñosito toma seis cajas de leche y ahora se va a otro pasillo más y saca una caja de doce huevos. Ahora que tiene todo lo que quería, se va a la caja registradora. Paga todo, devuelve la canasta y se regresa a su casa. Quince minutos después, Generosita decide hacer lo mismo que Gruñosito. Se va a la tienda de víveres, compra su comida para mañana y se regresa a su casa. Después se va a la Biblioteca del Saber para leer algo. Cuando entra a la biblioteca, encuentra a los novios leyendo juntos con Tuercas. A ella la pone feliz ver a los novios juntos. Ella se va a un estante y mira los libros pensando en cuál elegir. Mira de derecha a izquierda y viceversa, hasta que se decide por uno que está a la derecha. Saca el libro y se va a sentar. Ella lee durante muchos minutos, hasta que termina justo cuando Sincerosita ya tiene que cerrar.

    Sincerosita: Generosita, ¿ya terminaste de leer?.

    Generosita: Sí, Sincerosita.

    Sincerosita: Es momento de que te vayas. Ya voy a cerrar. Eres la única que sigue aquí conmigo.

    Generosita pone una cara de asombro y mira a todas partes y ve que no queda nadie más.

    Generosita: Estaba tan concentrada leyendo, que perdí la noción del tiempo. ¿Qué hora es?.

    Sincerosita: Son las ocho.

    Generosita: Está bien. Lamento haberme quedado hasta tan tarde.

    Sincerosita le sonríe.

    Sincerosita: No importa.

    Generosita se para de la silla y devuelve el libro al estante. Las dos salen de la biblioteca y Sincerosita cierra las puertas.

    Sincerosita: Hasta mañana, Generosita.

    Generosita: Hasta mañana, Sincerosita.

    Generosita y Sincerosita se van a sus casas. Generosita llega a su casa y se prepara una cena. Come y se va al baño a lavarse la boca. Luego se va a su habitación, se acuesta y en poco más de treinta segundos, se queda dormida. A las cuatro de la madrugada, un ruido repentino y muy fuerte la despierta. Ella se sienta en su cama y enciende la lámpara, pero no se escucha nada.

    Generosita: Debió ser un sueño.

    Generosita bosteza y apaga la lámpara y vuelve a acostarse, pero justo al momento de cerrar los ojos, escucha el mismo ruido. Vuelve a encender su lámpara y dos segundos después, el ruido se escucha por tercera vez. Otros dos segundos después, otro ruido igual se escucha, pero al mismo tiempo que se escucha, las ventanas de la casa se iluminan y el destello se apaga al mismo tiempo que el ruido desaparece.

    Generosita: Eso no fue un sueño, fue un rayo.

    Exactamente, Generosita está escuchando rayos. Un quinto rayo más fuerte que los anteriores vuelve a escucharse y la lámpara se apaga. Generosita trata de encenderla presionando el botón repetidas veces, pero no se enciende. Generosita busca el farol, teniendo cuidado de no botar su lámpara al suelo. En unos segundos encuentra el farol y busca el botón verde. Prontamente siente un botón y piensa que debe ser el verde, así que lo presiona y efectivamente era el verde. El farol se enciende y ella ilumina para todos lados. Más rayos se escuchan uno tras otro y Generosita se da cuenta de que posiblemente habrá una tormenta. Ella intenta ignorar los rayos y apaga el farol y trata de volver a dormir. Pero los rayos le impiden conciliar el sueño. Vuelve a encender el farol y abre el velador y saca un frasco de pastillas para dormir. Se levanta de la cama y va a la cocina a buscar un vaso de agua. Los rayos continúan escuchándose por toda la ciudad. Llega a su cocina y presiona repetidas veces el botón de la luz, tratando de ver si se enciende, pero eso no ocurre.

    Generosita: Mi casa sufrió un apagón con esos rayos.

    Generosita toma un vaso y abre la llave, le pone agua, cierra la llave y se va a su habitación. Se sienta en su cama y se toma la pastilla, deja el vaso en el velador y se acuesta y apaga el farol y unos segundos después, la pastilla hace su efecto y Generosita se duerme. Los rayos continúan, pero ella ya no despierta. A la mañana siguiente, Generosita se despierta a las 9:15. Bosteza y se levanta de la cama.

    Generosita: Espero que los rayos hayan terminado.

    Súbitamente, escucha un rayo.

    Generosita: Esperé mal.

    Más rayos se escuchan y también se escucha otro sonido por toda la casa.

    Generosita: ¿Acaso está lloviendo?.

    Generosita corre hacia una ventana y mira para afuera y ve que afuera hay una gran tormenta.

    Generosita: Ay, que fantástico. Esto es verdaderamente fantástico. Debió empezar a llover después de tomarme esa pastilla.

    Generosita se va al baño con el farol, lo enciende y comienza a bañarse. Unos minutos después, sale de ahí, se seca el cuerpo y se va con el farol a la sala de estar y se sienta en el sillón, sólo pudiendo escuchar los rayos y la lluvia caer sobre su casa.

    Generosita: Que bien que Gruñosito me fabricó este farol. Verdaderamente lo necesito ahora que no tengo luz. Espero que él esté bien. Me preocuparía si le llega a pasar algo malo.

    De inmediato se da cuenta de lo que dijo.

    Generosita: ¿Y ahora por qué dije eso?. Nunca me preocupé por nadie. Todos estamos bien si permanecemos dentro de nuestras casas cuando hay tormentas como ésta.

    Inevitablemente, comienza a sentir que quisiera estar con él.

    Generosita: Ahora no sé porqué me siento así. Quiero estar con él, pero si voy a su casa, me voy a mojar.

    Generosita siente que sus deseos de estar con Gruñosito se hacen más grandes. Ella intenta luchar contra esos deseos para no salir bajo la lluvia, pero no puede. Los deseos la vencen y ella corre hacia su puerta, la abre y la cierra y corre lo más rápido que puede hasta la casa de Gruñosito.

    Generosita: Espero que pueda escucharme. Tendré que golpear muy fuerte.

    Generosita llega a la puerta y golpea con fuerza. Gruñosito se sorprende por estar escuchando que golpeen su puerta y que la golpeen con fuerza. Toma su farol y se apresura a abrir. Abre inmediatamente y su sorpresa es mayor al ver a Generosita en su puerta.

    Gruñosito: Entra rápido, Generosita.

    Generosita entra a la casa y Gruñosito cierra la puerta. Gruñosito corre hasta el baño y trae una toalla.

    Gruñosito: Sécate antes de que te resfríes.

    Generosita le recibe la toalla y se seca el cuerpo. Después de un rato corto, le devuelve la toalla y él la lleva al baño. Luego regresa con Generosita.

    Gruñosito: Generosita, ¿puedo saber por qué viniste con esta lluvia?.

    Generosita le cuenta todo.

    Generosita: Lo siento, Gruñosito. Intenté evitarlo, pero no pude.

    Gruñosito: Bueno, al menos golpeaste con fuerza. Si no hubieras golpeado tan fuerte, tal vez no te habría escuchado.

    Generosita: Si tú quieres, puedo irme ahora.

    Gruñosito: No, no te vayas. Mejor quédate.

    Generosita: , Gracias.

    Por alguna razón, Gruñosito le dijo que se quedara pero no solamente para que no corriera bajo la lluvia de nuevo, sino por otra causa, pero ni él sabe por cuál causa.

    Generosita: Oye, ¿tú tampoco tienes luz?.

    Gruñosito: Así es. Los rayos me dejaron sin luz eléctrica. ¿A ti te pasó lo mismo?.

    Generosita: Sí.

    Gruñosito: Prefiero que sigamos hablando en la sala de estar. Quisiera sentarme.

    Gruñosito y Generosita se van a la sala de estar y se sientan uno al lado del otro en el mismo sillón.

    Gruñosito: ¿Lograste seguir durmiendo después que comenzaron los rayos?.

    Generosita: Por esos rayos es que no podía conciliar el sueño de nuevo, así que me tomé una pastilla para dormir. Después de tomármela me dormí en unos segundos.

    Gruñosito: Así que eso hiciste.

    Generosita: Sí. Los rayos no me dejaban dormir. Eran tan continuos que intentaba volver a dormir, pero como empezaron a sonar tan seguido, debí tomar una pastilla para dormir. Solamente así logré dormir sin que los rayos volvieran a despertarme.

    Gruñosito: A mí me pasó exactamente lo mismo que a ti. Tampoco podía dormir con esos rayos. Solamente pude volver a dormirme tomándome una pastilla para dormir.

    Generosita: Tuvimos que tomar pastillas para dormir como si...

    Escuchan un rayo que ilumina toda la sala por medio segundo.

    Generosita: Como si hubiéramos tenido insomnio. Me recuerda al insomnio que Alegrosita tuvo el año pasado. Todavía recuerdo los favores que Revoltosito le hizo a Alegrosita hace un año. A pesar de que ha pasado un año desde que Revoltosito le hizo todos esos favores a Alegrosita como el de darle una pastilla para dormir, todavía los recuerdo como si él nos hubiera contado de esos favores hace muy poco tiempo. Él siempre fue verdaderamente generoso con ella.

    Gruñosito: Yo también recuerdo ese favor que le hizo. La pobre Alegrosita estaba verdaderamente cansada por no poder dormir. Sólo cuando él le dio esa pastilla, ella pudo volver a dormir. Yo creo que si él no le hubiera dado esa pastilla, ella habría seguido teniendo insomnio.

    Generosita: Comparto tu creencia.
     
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    El Nacimiento de un Nuevo y Hermoso Amor
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    Romance/Amor
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    2008
    El estómago de Gruñosito lanza sonidos.

    Gruñosito: Ya me dio hambre. ¿Tú tienes hambre?.

    Generosita: No.

    Gruñosito: ¿Quieres quedarte aquí o quieres acompañarme para no estar sola?.

    Generosita: Prefiero quedarme aquí.

    Gruñosito: Como quieras.

    Gruñosito ilumina con su farol para ir a la cocina. Él llega a su cocina y comienza a preparar su desayuno. Ellos no lo saben, pero en toda la ciudad no hay energía eléctrica. El momento en que la casa de Generosita se quedó sin luz fue el momento en que toda la ciudad se quedó sin energía eléctrica. Gruñosito puso su tetera para tomar té, porque quiere quitarse el frío. Sus panes están tostados, así que saca un frasco de jalea de frambuemoras. En tanto, el hambre invade la barriguita de Generosita. Ella quiere comer, pero no quiere pedirle nada a Gruñosito porque piensa que él se va a enojar si ella le pide que le dé desayuno. Ella piensa para sí misma.

    Generosita: Ojalá Gruñosito no se enojara si le pido que me prepare desayuno a mí también.

    El hambre le aumenta.

    Generosita: Gruñosito, ojalá aceptaras hacerme desayuno a mí. Ojalá no te enojes porque te pida eso.

    Gruñosito termina de cocinar su desayuno. Le pone jalea de frambuemoras a cuatro sándwiches y se sirve una taza de té y se lleva todo a la mesa y se sienta para comenzar a desayunar. Pero antes de comenzar a comer siquiera, comienza a sentir que hay algo que lo incomoda, como si fuese alguien que necesita algo. No puede evitar tener esa sensación que inevitable y lentamente se hace más fuerte y lo pone intranquilo. Él mira hacia la entrada de la cocina en dirección a la sala de estar donde ahí está Generosita. Gruñosito mira sus sándwiches y luego mira la entrada de nuevo. Finalmente, la sensación se vuelve insoportable para él y se para y toma su farol y camina hacia la sala de estar. Llega adonde está Generosita sentada en el sillón con la mano izquierda sosteniendo su mentón y con el brazo derecho sobre sus piernas y con la mirada algo triste hacia el suelo. Gruñosito se le acerca y justo antes de tocarle el hombro para llamar su atención, la barriguita de Generosita vuelve a sonar y Gruñosito se da cuenta de que ella está hambrienta. Ahora lo invade la curiosidad sobre porqué ella no fue a decirle que tiene hambre.

    Gruñosito: Generosita, ¿por qué no me lo dijiste?.

    Generosita gira la cabeza hacia él y Gruñosito deja su farol sobre la mesita al lado del sillón.

    Generosita: ¿Decirte qué?.

    Gruñosito: Tú sabes, que tienes hambre. ¿Por qué no me dijiste que te dio hambre?.

    Generosita vuelve a poner su cabeza y su mirada como estaban antes.

    Generosita: Pensé que te ibas a enojar conmigo si te pedía que me dieras desayuno también.

    La barriguita de Generosita suena otra vez y Gruñosito pone su mano derecha en su mejilla izquierda y le voltea la mirada hacia él, haciendo que ella lo mire a los ojos.

    Gruñosito: ¿Por qué pensaste que sólo por eso me enojaría?.

    Generosita: Como tu personalidad es gruñona, pensé que pedirte eso te haría enojar.

    Gruñosito le habla con una misericordia nunca antes vista por Generosita ni por nadie.

    Gruñosito: No debió haberte importado si me enojaba porque me pidieras eso.

    Generosita: No pude evitar pensar eso. Fue lo único que pensé.

    Gruñosito comienza a acariciarle la mejilla y le sonríe con la boca al mismo tiempo que sus ojos muestran una mirada triste.

    Gruñosito: Olvida lo que pensaste, Generosita. Sólo olvídalo. Si quieres desayuno ahora, te lo daré. No voy a enojarme por eso y tampoco podría echarte de mi casa por pedirme eso. Yo no soy así de malo.

    Le saca una sonrisa.

    Gruñosito: Ven. Acompáñame.

    Gruñosito toma su farol y se da media vuelta y se devuelve a la cocina y Generosita lo sigue.

    Gruñosito: Siéntate si quieres.

    Generosita: Gracias.

    Generosita se sienta en la silla que está frente a donde Gruñosito se había sentado antes.

    Generosita: Gruñosito, ¿qué tienes para comer?.

    Gruñosito: Tengo cajas de leche, huevos, jalea de frambuemoras y de uvas, té y mermelada de cereza. ¿Qué quieres de desayuno?.

    Generosita: Quisiera sándwiches con mermelada y una taza de té.

    Gruñosito: ¿Cuántos sándwiches quieres?.

    Generosita: Tres.

    La barriguita de Generosita suena otra vez.

    Gruñosito: ¿Quieres que el pan esté tostado?.

    Generosita: Sí por favor.

    Gruñosito: (pensando) Ella es tan hermosa. Hasta su voz es hermosa. Escucharla hablar es hermoso.

    Gruñosito comienza a prepararle su desayuno, pero súbitamente se da cuenta de lo que estuvo pensando.

    Gruñosito: (pensando) ¿Y ahora por qué pensé eso?.

    Gruñosito le cocina su desayuno a ella durante un rato corto. Los tres panes se tuestan y la tetera hierve, le sirve agua en una taza y le pone una bolsita de té, luego saca los panes del tostador y abre el frasco de mermelada y toma cuidadosamente un cuchillo y le pone mermelada a los tres panes. Por último, pone la taza sobre un plato y los tres panes sobre otro plato y le sirve su desayuno.

    Gruñosito: Aquí tienes, Generosita.

    Generosita: Muchas gracias.

    Gruñosito le sonríe tiernamente por un segundo y se sienta y ambos comienzan a desayunar.

    Gruñosito: (pensando) Te quiero mucho, Generosita.

    Generosita: (pensando) Eres tan bonito, Gruñosito.

    Gruñosito y Generosita se sienten felices de estar juntos. Siguió lloviendo durante el resto de la mañana. Veinte minutos después del mediodía, finalmente terminó de llover.

    Generosita: (pensando) Fue la mañana más hermosa que he vivido, porque pude estar con él.

    Gruñosito: Es la primera mañana más preciosa que viví. Ojalá ella no se fuera.

    Gruñosito quisiera que Generosita no tuviera que irse. Súbitamente se da cuenta de lo que quiere. ¿Por qué fue una mañana tan preciosa para él, si lo único diferente fue que Generosita estuvo con él?. ¿Quiere que Generosita no se vaya de su casa?. ¿Por qué querría eso, qué lo hace querer eso?. Son las cosas que Gruñosito se pregunta a sí mismo, intentando hallar una respuesta a esas preguntas. Generosita también tiene sus propias preguntas. ¿Por qué fue la mañana más hermosa que vivió, si lo único diferente fue que estuvo en la casa de Gruñosito?. ¿Qué le habrá hecho querer ir a la casa de Gruñosito a pesar de esa tormenta?.

    Generosita: Bueno,, como la tormenta terminó, creo que debo irme.

    Generosita se va hacia la puerta y estira la mano para tomar la perilla y salir, pero antes de tocarla, Gruñosito vuelve a hablarle.

    Gruñosito: Generosita, espera.

    Generosita se detiene al momento de escuchar a Gruñosito y gira un poco su mirada hacia él.

    Gruñosito: ¿Tú quisieras,,, quisieras,,, que fuéramos juntos a la,, Pradera del Color,,, para tener,, un día de campo?.

    Eso la toma por sorpresa a ella. Nunca nadie le había invitado a un día de campo. Pasan unos segundos y Generosita no dice nada por el gran asombro que siente. Por no darle una respuesta, Gruñosito comienza a pensar que a ella no le gustó que le pidiera eso.

    Gruñosito: Bueno, perdón si te enojaste.

    Gruñosito se da media vuelta, pero cuando sólo ha dado tres pasos, Generosita vuelve a hablarle.

    Generosita: Espera, Gruñosito, yo nunca dije que no.

    Gruñosito gira su cabeza lo que más puede, mirándola sólo con el ojo izquierdo.

    Gruñosito: ¿Entonces qué dices?.

    Generosita le sonríe.

    Generosita: Sí quiero.

    Gruñosito sonríe al recibir su respuesta positiva y se gira hacia ella con una gran sonrisa. Él deja su farol en el suelo y se le acerca muy contento.

    Gruñosito: ¿En serio?.

    Gruñosito la abraza.

    Gruñosito: Gracias, Generosita.

    Generosita gira su cabeza hacia el otro lado, sintiendo vergüenza por el abrazo.

    Generosita: Por nada, Gruñosito.

    Generosita se despoja de la vergüenza y vuelve a mirar a Gruñosito.

    Generosita: ¿Tienes lo necesario para ir a la Pradera del Color?.

    Gruñosito: Sí. Iré a buscar todo.

    Generosita: ¿Por qué tan pronto?.

    Gruñosito: Para tener todo listo para cuando vayamos y no tengas que esperarme a que termine de arreglar todo.

    Generosita: Está bien.

    Gruñosito se va a buscar todo lo necesario para su día de campo. Su primera vez en un día de campo con Generosita. Generosita comienza a sentir que la invade un gran cariño por Gruñosito, un cariño más grande del que siempre sintió por él.

    Generosita: (pensando) Ay, Gruñosito, ¿desde cuándo eres así de hermoso?. Nunca estuve tan feliz de estar contigo. Parece como si tu felicidad hubiera nacido de un deseo pedido a una estrella fugaz y que hubiera sido cumplido.

    Generosita se sienta en el sillón a esperar a Gruñosito. Pasan pocas horas hasta la hora del almuerzo. Gruñosito y Generosita salen de la casa, Gruñosito cierra la puerta y se frota su barriguita y su insignia de nube sale y aumenta de tamaño. Gruñosito sube a su nube y le estira su mano a Generosita. Generosita sonríe ante este gesto tan hermoso de cariño y le toma su mano y sube a la nube. La nube se eleva y comienza a volar hasta la Pradera del Color. Mientras la nube vuela, Gruñosito entrelaza sus dedos con los dedos de Generosita, sintiendo un gran amor cariñoso que aumenta dentro de su corazón. Generosita siente lo mismo que él, sobretodo porque él la tiene tomada de la mano y eso le gusta a ella y ambos se inundan de buenas vibraciones a causa de su inmensa felicidad. Después de un rato, llegan a la Pradera del Color. Gruñosito busca dónde ubicarse y llegan hasta una parte hermosa de la pradera.

    Gruñosito: ¿Qué te parece aquí?.

    Generosita: Es perfecto.

    La nube de Gruñosito vuela hasta el lugar que escogieron y desciende lentamente hasta el suelo. Gruñosito baja de la nube con la canasta y le estira su mano a Generosita y Generosita se la toma y él la ayuda a bajar con cuidado. La nube vuelve a la barriguita de Gruñosito y él y Generosita empiezan a sacar todo de la canasta. Gruñosito saca el mantel y Generosita lo ayuda a estirarlo por el césped.

    Generosita: Que grande es el mantel.

    Gruñosito: Así tienen que ser, para que todo le quepa y no se deba poner nada en el pasto. No hay nada como un relajante día de campo. El cielo soleado, silencio absoluto, tú aquí conmigo, no sé qué más podría salir mejor.

    Generosita: Nunca me habías hecho tan feliz.

    Gruñosito: Comparto lo que dices.

    Gruñosito saca los sándwiches que preparó para ella y se los entrega y le entrega una botella en la que metió jugo de cereza. Ella le recibe los sándwiches y luego le recibe la botella. Gruñosito saca sus sándwiches de la canasta y otra botella de jugo de cereza para él y los dos comienzan a comer.

    Gruñosito: Generosita.

    Generosita: ¿Qué pasa, Gruñosito?.

    Gruñosito: No te preocupes si por accidente manchas el mantel. No tiene importancia si se llega a manchar, así que si llegas a mancharlo, no te asustes. No voy a enojarme.

    Generosita: Está bien.

    Generosita muerde un sándwich y luego de tragárselo, bebe su jugo. Por accidente, unas tres gotas de jugo caen sobre el mantel y otras dos gotas caen sobre su pierna derecha. Al sentir las gotas caer sobre su pierna, Generosita deja de beber y mira las manchas en su pierna y las otras en el mantel. Gruñosito se da cuenta de eso, pero no se enoja.

    Generosita: Perdón por manchar tu mantel.

    Gruñosito: Está bien, Generosita. Ya llevo cuatro años con este viejo mantel. Las manchas pueden sacarse con una lavada.

    Generosita: Que bien que no te enojes. Me dolería que te enojes conmigo.

    Gruñosito toma una servilleta.

    Generosita: ¿Qué harás con esa servilleta?.

    Gruñosito le limpia las dos manchas de jugo de la pierna.

    Gruñosito: Sólo era eso.

    Generosita: Ah, está bien.

    Generosita bebe un poco más de jugo y cierra la botella y se come otro sándwich. Gruñosito bebe jugo y continúa comiendo sus sándwiches. Después de casi diez minutos terminan de comer y de beber.

    Generosita: Gracias por este día.

    Gruñosito: De nada.
     
    Última edición: 16 Septiembre 2013
  4.  
    Dietrich

    Dietrich Entusiasta

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    Escritor
    Título:
    El Nacimiento de un Nuevo y Hermoso Amor
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    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    4
     
    Palabras:
    888
    Generosita ayuda a Gruñosito a guardar las botellas y los platos y el mantel en la canasta. Generosita da un paso adelante y accidentalmente se tropieza hacia atrás. Ella cierra los ojos sólo pudiendo esperar golpearse contra el pasto, pero de repente siente dos brazos sosteniéndola con firmeza y deteniendo su caída. Generosita abre los ojos y ve la cara de Gruñosito a muy pocos centímetros de la suya. Esto hace que los dos queden sonrojados y paralizados de vergüenza. Los dos se miran a los ojos sin hacer nada más. Inesperadamente, Gruñosito comienza a sentir algo que nunca sintió. Siente deseos de besarla. Y sorprendentemente, Generosita también siente deseos de sentir a Gruñosito besándola. Los dos quieren ese beso en la misma zona, en la boca. Los dos se sonríen con los ojos entrecerrados dándose su primera mirada de amor. Casi sin que sea ella quien lo hace, Generosita pone sus manos en la nuca de Gruñosito. Gruñosito pone su mano izquierda en la nuca de ella, acercan sus caras y se besan apasionadamente en sus bellas bocas durante varios segundos. Es su primer beso, el primero de sus vidas y por supuesto el más apasionante y amoroso. Cuando llevan treinta segundos besándose, se separan, pero se quedan en las mismas posiciones. Ahora, los dos se hablan con amor.

    Gruñosito: Ahora comprendo porqué te pedí que hiciéramos este día de campo. En mi corazón estaba naciendo amor. Y ese amor era por ti.

    Gruñosito se arrodilla y la recuesta suavemente de espaldas en el pasto y sin quitar su mano de su nuca. Generosita echa sus brazos sobre el pasto. Primero él le cuenta las cosas que pensaba sobre ella y luego ella le cuenta lo que también pensaba sobre él. Gruñosito con su mano derecha le toma la mejilla izquierda.

    Generosita: Quiero preguntarte algo importante y quiero que me digas la verdad.

    Gruñosito le asiente con la cabeza.

    Generosita: ¿Quisieras aceptar ser oficialmente mi novio?.

    Al corazón de Gruñosito le aparece una gran sonrisa y le salen dos alas y se va volando al paraíso del amor.

    Gruñosito: Sí, Generosita, sí quiero.

    Ahora, es el corazón de Generosita al que le aparece una gran sonrisa y le salen dos alas y se va volando al paraíso del amor, donde se encuentra con el corazón de Gruñosito. Los dos ositos se besan apasionadamente en sus bocas por otros treinta segundos y comienzan su relación de novios. Terminan de besarse y Generosita le hace una pregunta.

    Generosita: ¿Podemos contarles a todos que ahora tenemos esta relación?.

    Gruñosito: Sí, Generosita.

    Generosita: Quiero que se lo cuentes tú y que sea en el Árbol de Reunión. Y por favor, Gruñosito, quiero que vayamos ahora.

    Gruñosito: Está bien, mi osita.

    Generosita: Te amo, mi osito.

    Gruñosito: Y yo también te amo a ti.

    Gruñosito se frota su barriguita y su enorme nube sale de nuevo. Gruñosito se para y la ayuda a pararse. Él pone la canasta sobre la nube y los dos bellos novios suben juntos y se devuelven a Quiéreme Mucho. Cuando llegan a la ciudad, se lavan la boca y antes de salir de sus casas, mueven los botones de luz de para ver si la luz volvió y afortunadamente sí volvió. Así que salen juntos a buscar a Revoltosito. Gruñosito le golpea la puerta unas cuantas veces y Revoltosito corre con Tuercas y abre la puerta.

    Revoltosito: Hola, Gruñosito. Hola, Generosita. ¿Qué quieren?.

    Generosita: Queremos que vayas a buscar a todos los ositos de la ciudad y los lleves al Árbol de Reunión porque hay algo que queremos decirles. Nosotros te ayudaremos a traerlos y le pediré a Alegrosita que también ayude.

    Revoltosito: Está bien. Vamos, Tuercas.

    Revoltosito y Tuercas se van a buscar a los ositos casa por casa. Gruñosito también llama a todas las puertas y Generosita se va a la casa de Alegrosita.

    Generosita: ALEGROSITA, ¿ESTÁS AQUÍ?.

    Alegrosita abre la puerta.

    Alegrosita: Hola, Generosita. ¿Qué se te ofrece?.

    Generosita: Quiero que nos ayudes a traer a todos los ositos de la ciudad al Árbol de Reunión.

    Alegrosita: Está bien. ¿Y por qué dices “nos”?.

    Generosita: Porque también Gruñosito y Revoltosito con Tuercas están llamando a todos.

    Alegrosita: Entiendo.

    Alegrosita se va a buscar a los ositos. En menos de cinco minutos, todos están reunidos en el Árbol de Reunión. Todos les prestan su atención a los novios.

    Gruñosito: Hay algo que debo decirles a todos.

    Gruñosito pone sus manos en la cintura de Generosita y ella pone sus manos en los hombros de Gruñosito.

    Gruñosito: GENEROSITA Y YO SOMOS NOVIOS A PARTIR DE HOY.

    Gruñosito y Generosita se miran por un segundo, cierran los ojos y se besan apasionantemente en sus bellas bocas por treinta segundos. Toda la multitud de ositos les aplauden por todo el tiempo que dura el beso.

    Alegrosita: ¿Qué te parece, Revoltosito?. El más gruñón de los ositos se enamoró.

    Revoltosito: Sí, es hermoso que hasta Gruñosito se haya enamorado, a pesar de ser el osito más gruñón de la ciudad.

    Alegrosita: Sí, es hermoso.

    Desde ese día, Gruñosito y Generosita son novios, igual que Revoltosito y Alegrosita. La relación amorosa de Revoltosito con Alegrosita y la relación amorosa de Gruñosito con Generosita vivió para siempre y todos en Quiéreme Mucho vivieron eternamente felices.

    FIN
     

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