El momento perfecto.

Tema en 'One Piece' iniciado por Yumilight-Chan, 15 Diciembre 2011.

  1.  
    Yumilight-Chan

    Yumilight-Chan Entusiasta

    Tauro
    Miembro desde:
    21 Octubre 2010
    Mensajes:
    135
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    El momento perfecto.
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    5753
    Notas: Bueno aquí cumplo con el One-shot para la actividad piratas escritores. Quiero decir que es la primera vez que uso el guión largo y me esforze mucho para usarla correctamente con explicaciones por intenet y el del foro... Además de que es la primera vez que escribo un fanfic para One Piece y me enorgullece, espero y les guste mucho!!

    Pairing: SanNa (SanjixNami)


    Advertencias: Pues ninguna, aparte de que el tiempo de la trama es después del Timeskip, pero me encargue de que no tuviera spoiler xD...

    Disclaimer: Este anime no me pertenece ni en un millon de años, si así fuera abría un trio amoroso entre Zoro, Nami y Sanji, Usopp sería mucho más sexy y Luffy se casaría con Hancock xD

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    El momento perfecto.








    Era verano, el mar estaba tranquilo, la brisa como pocas veces no estaba tan fuerte como debía, el sol picaba levemente y cierta navegante de una curiosa tripulación al fin había conseguido convencer a su extraño capitán de descansar en una isla tropical cercana, como escusa de que era verano, le costó bastante y después de tantas discusiones que realmente nunca tenían ya que Luffy no le prestaba atención y una manipulación increíble con resultados rápidos, Nami podía relajarse, tomar el sol y esperar a llegar rápido a una isla desierta que consideraba propia, ya que la había descubierto durante el tiempo que se separaron antes de comenzar a entrenar. Pero la tranquilidad que tanto deseaba e intentaba disfrutar, no tenía lugar en ese barco.

    —¡Nami-swan! —dijo Sanji con su energía de siempre y una bandeja con un espectacular plato de pasa-bocas y un coctel muy especial. Era obvio que ese cocinero rubio quería seducir a Nami desde que… Bueno, desde que la vio por primera vez, y la navegante de la tripulación no quería nada que ver con él o al menos eso aparentaba.

    Era verano y ella solo quería descansar y ninguno de sus compañeros lo entendía, ni lo querían entender y era bastante difícil intentar relajarse teniendo que aguantar a un meloso chef empellado en tener su atención, un capitán extraño queriendo llegar a toda costa y lo antes posible a Grand Line, un espadachín rudo que no hacía más que hacer alboroto al entrenar cerca de ella y Usopp siendo Usopp, alardear con Luffy de las cosas que había hecho durante esos dos años con el uso excesivo de la palabra “valiente” en cada oración. Por suerte Chopper estaba dormido, gracias a que no soportaba el calor, Robin solo leía y bueno quien sabe donde estarían los demás, saliendo de todo eso la cartógrafa miro a Sanji, bajando sus lentes de sol solo un poco.

    —Gracias Sanji —dijo con una sonrisa suave. Bueno está bien, ella lo admitía él era muy caballeroso, simpático, dedicado, buen amigo, atractivo… Pero tenía un “pequeño” defecto, él era demasiado coqueto con las mujeres, y si al menos fuera selecto pero ¡no!, era lo mismo con todas las mujeres que veía, eso la enfadaba, era un mujeriego que no pescaba a ninguna y que no se rendiría jamás.

    —Usted sabe que siempre estaré para usted, querida Nami… —decía con los ojos hechos corazones y un pequeño sangrado deslizarse por su nariz, ya había comenzado otra vez con sus meloserías, pronto Nami perdería su paciencia.

    —Mejor me iré a dar un baño —dijo Nami dejando al cocinero con otro intento fallido.

    —Pero… Quería decirte algo importante —murmuró el rubio algo triste viéndola marchar con su sensual bikini de dos piezas color fucsia, uno de los tantos que tiene.

    Desde hace tiempo quería ponerse serio con ella y decirle lo que su corazón demandaba, él la quería desde que la vio por primera vez y con el tiempo esa atracción física se había vuelto un amor sincero, pero no podía evitar dejar de ser él y mientras no cambiara esa actitud jamás su Nami-swan le prestaría la atención que él deseaba.

    Mientras Nami disfrutaba de su tranquilidad con un relajante baño, su cabeza no deja de pensar en ese idiota, era un incesante y molesto pensamiento en su cabeza que no paraba de rondar su mente, hacía tiempo ya que se conocían y desde que se reencontraron en el lugar acordado después de dos años, era muy difícil dejar de lado el hecho de que le gustaba ese rubio, y le molestaba que cualquier mujer lo volviera loco, al menos pudo haber madurado un poco después de tanto tiempo, le molestaba eso y aún más que siguiera tomándola a la ligera, porque si seguía siendo igual de idiota que siempre con las mujeres y hacía lo mismo con ella que con las demás, eso significaba que era una más para él, ¿cierto?... Como detestaba el momento en que se enamoro de ese pervertido.

    —¡Llegamos! —Se escucho la voz de Luffy gritando alegremente. Se sintió el barco detenerse.
    Nami, alegre salió del baño y se alisto tan rápido como era posible, vistiendo un mini-short color beis, una blusa de tirantes y escote color blanca con detalles en azul suelta debajo de los senos, y sus zapatos favoritos, salió a toda prisa con alegría, ese lugar era especial y muy espacioso para que pudiera escabullirse sola y al fin poder descansar en paz. La burbuja ahora solo cubría el barco como una fina pero resistente capa.

    —Eh Nami, pensé que este lugar se llamaba, Paradise —dijo Luffy mirando el lugar con un gran letrero que decía, “Puerto Luna”.

    Nami había quedado con la boca semi-abierta mirando lo que ella conocía de ante-manos
    como una supuesta isla inhóspita, su mentira se había vuelto una realidad que golpeaba sin compasión su corazón y su sonrisa se desvaneció por completo, presiono con fuerza sus manos en la baranda del Sunny Go, su mirada se ensombreció, manteniéndose incrédula.

    —¡¿Qué es esto?! —dijo Nami molesta y sin rodeos salto desde el barco al puerto. Estaba molesta, este era su lugar, ¿qué hacían todos estos extraños en su isla?

    —Bienvenida a puerto Luna, señorita —dijo una mujer joven bastante hermosa con una sonrisa muy sincera.

    —¡dígame qué ha pasado aquí!, esta isla estaba desierta hace apenas un año —dijo Nami molesta asustando a la joven.

    —Bu-bueno supongo que ya conocía este lugar desde antes… Vera, este lugar fue descubierto hace pocos meses por una banda pirata, usaron sus riquezas para construir la ciudad y sus fuentes para atraer gente y se retiraron de ser piratas, ahora son dueños de este lugar —explicó lentamente. Nami estaba enojada.

    —Nami-san, ¿qué sucede? —dijo Robin apenas acercándose a ella notando su ira.

    —Bi-bienvenida señorita —dijo la joven mujer temerosa.

    —Gracias —dijo Robin amablemente y dirigió nuevamente su mirada hacía la navegante—. Nami, ¿este es el lugar que decías? —dijo con un tono tranquilo mirando todo a su alrededor.

    —No… Este lugar no es —murmuró Nami entrando al lugar, lleno de gente y construcciones enormes—. Este lugar, me lo robaron —murmuró para sí misma, lo suficientemente lejos como para que Robin no la escuchara.

    La joven se sentía frustrada, ella no recordaba el momento en que su isla se convirtió en una metrópoli y no le gustaba para nada, no entendía por qué de alguna forma no se había entero de esto antes, habían destruido su paraíso y ya no quedaba ni rastro de lo que ella disfrutó durante seis meses después de haberse separado de sus amigos, el mismo tiempo donde descubrió ese maravilloso lugar, por el cual lo llamo “Paradise”… Caminó con la mirada triste, viendo fijamente todo a su alrededor, ya no reconocía nada.

    —Oe, ¿y Nami? —dijo Luffy bajando del Sunny Go.

    —Se fue y estaba muy enojada —respondió Robin mirando la dirección en al cual se fue su Nakama.

    —Como sea, ¿qué hacemos aquí? —preguntó Zoro tranquilamente, comprobando así que no escucho nada de cuando acordaron que irían a descansar una semana a una isla que Nami recomendaba.

    …Será mejor que vaya a hablar con Nami… —Pensó Sanji mientras comenzaba a caminar con las manos dentro de sus bolsillos y fumaba con un semblante tranquilo. Robin lo miro atentamente.

    —¿A dónde vas cocinero-san? —preguntó Robin imaginándose bien que sucedía.

    —Voy a comprar comida para la cena. —Se excusó sin detener su paso. Caminaba tranquilo en la misma dirección que su Nami-swan, Robin sonrió mientras que Luffy se creía el cuento y Zoro simplemente lo ignoró.

    Sanji la busco durante horas, la ciudad era más grande de lo que aparentaba y habían muchas cosas en construcción, después de tanto buscar pudo ver la silueta de la mujer de sus sueños doblar en una esquina y apresuró su paso para no perderla de vista. Al dar la vuelta de la esquina, siente un golpe en el estomago que le saco el aire, dejo caer su cigarrillo y tocio un par de veces, ahogándose un poco por el humo que había inhalado.

    —¿Por qué me sigues, Sanji? —preguntó Nami seria de brazos cruzados.

    —Porque me preocupo por ti —respondió el rubio aún en el piso con una mano en su estomago, valla que la chica golpeaba duro.

    —Pu-pues, estoy bien… Déjame en paz…-dijo Nami levemente sonrojada pero con malhumor.

    —Ohh, Nami-swan… Está sonrojada, eso es el amor que arde en su corazón… —Y allí iba de nuevo, coqueteándole como a las demás, exagerando con sus palabras y con corazones por ojos.

    —¡Ya! —gritó molesta, ya era suficiente ver su isla en otras manos, ahora también tenía que liderar con ese tarado que no se daba cuenta de nada y no podía comprender—. ¡Déjame en paz! —dijo dándose la vuelta molesta y alejándose tan rápido como podía sin tener que correr.

    El rubio seguía sentado en el suelo donde Nami lo había tirado, la vio alejarse rápidamente con evidente molestia, veía sus largos y sedosos cabellos anaranjados agitándose levemente con la brisa y su elegante caminado rápido y sus curvas moviéndose sensualmente a pesar de estar enojada, era tan hermosa… Se odiaba así mismo, lo había vuelto a hacer, por andar dejándose llevar terminó golpeado en el suelo, admitía que se lo merecía, había sido un idiota. Se levanto cuando ya sus ojos no tenían el suficiente alcance para verla y dudo en seguirla o volver al Sunny Go, se llevo un cigarrillo a la boca y lo prendió, segundos después dejo escapar la primera bocanada de humo que había inhalado, comenzó a caminar en sentido contrarió al de Nami, pensó que era lo mejor, pues de seguro solo quería estar sola. Estaba algo decepcionado de si mismo pero era mejor hablar con ella acerca de sus sentimientos cuando estuviera tranquila.

    Ya eran aproximadamente las cinco de la tarde y Sanji apenas regresaba al Sunny Go, pudo ver a lo lejos a Zoro durmiendo en plena vigilancia, siempre lo mismo con ese inútil marimo, pero a pesar de que le fastidiara su forma de ser, por primera vez lo ignoro por completo y solo subió al barco, pasó al lado del espadachín sin siquiera tener la intención de despertarlo para que hiciera bien su trabajo y dejara de ser tan perezoso.

    —¿Y la comida? —preguntó Zoro tranquilo sin pasarlo por alto, aún con los ojos cerrados.

    —¿Ah?, ¿qué? —dijo Sanji distraído.

    —La comida que dijiste ibas a comprar para hacer la cena —dijo Zoro abriendo sus ojos, estaba algo molesto, ¿Cómo se le pudo haber olvidado algo como eso?

    —A si… Lo olvide —dijo tranquilo como si nada y siguió su camino. Zoro lo miro con las cejas levemente fruncidas.

    El rubio se dirigió a su preciada y amada cocina, no sabía que haría pero cocinaría cualquier cosa, eso siempre lo contentaba y tranquilizaba, Zoro por su parte se quedó dormido al instante, de nuevo. Al parecer no había nadie más en el barco, para eso Luffy estaría corriendo para la cocina pidiendo de comer o Chopper saldría a darle la bienvenida contento. Habían pasado alrededor de veinticinco minutos y Sanji había cocinado todo un banquete, realmente era demasiada comida y a pesar de eso seguía haciendo bocadillos y demás cosas. La puerta se abrió de golpe.

    —¡Sanji —dijo Luffy con una enorme sonrisa.

    —E-es demasiada comida —dijo Usopp sorprendido, sin embargo Sanji no contesto, la verdad era que estaba nervioso, ¿y si Nami me rechaza?, era todo lo que pensaba en ese momento.

    —Vamos Luffy, esperemos en la mesa a que traiga la comida —dijo Usopp alegre y salió de la cocina, sin embargo Luffy se quedó y miró unos minutos más a Sanji, parecía que en sus planes no estaba el dejar de cocinar.

    —¿Estás bien Sanji? —preguntó mirándole fijamente con su semblante familiar a pesar de estar hablando en serio. Sanji no lo pudo ignorar, levanto la mirada y dejo de picar una lechuga.

    —Sí, ¿por qué? —respondió Sanji tratando de hacerse notar tranquilo y como si nada pasara. Luffy negó con la cabeza.

    —No, por nada —Seguidamente se fue de la cocina y Sanji suspiro.

    Pasaron alrededor de otros veinte minutos más y Sanji comenzó a llevar las bandejas llenas de platos con comida, apenas y podía ver por donde iba pero aún así avanzó hasta la puerta y para poder abrirla se puso espaldas a ella y empujo para atrás, se tambaleó un poco y volvió a darse la vuelta, bajó las escaleras con cuidado y caminó despacio hasta donde acostumbran comer todos juntos, al ya estar cerca de la mesa, se preparó para gritar.

    —¡La comida ya está servida! —gritó tanto como pudo, mientras colocaba los platos con cuidado en la mesa e iba por los demás.

    Luffy fue el primero en sentarse a la mesa y no mucho después la mesa ya estaba llena con toda la tripulación, Sanji regresó a la mesa con las manos llenas de platos con comida y se dispuso a regresar por más.

    —¿Más comida? —preguntó Robin algo preocupada, ellos acostumbran a comer mucho pero ella consideraba que ya era suficiente comida.

    —Sí —Afirmó por primera vez sin su perversión al ver que era Robin la que le hablaba. Nami por su parte lo observó bien, le extrañaba que por primera vez ese rubio tonto dejara de lado esa inmadurez.

    Sanji fue y volvió al menos dos veces más a la cocina, Zoro por supuesto no lo esperó para comer y al igual que Luffy y Usoop —que como siempre luchaba por conseguir algo de comer en medio de Zoro y Luffy—, comenzó a comer como un salvaje muerto de hambre, por su parte Nami y los demás esperaron que Sanji se sentara con los demás a la mesa para poder comer.

    —Disculpen la demora —Se disculpó Sanji mirando fijamente a Nami, quien ignoró su mirada y comenzó a comer en silencio.

    Cenaron de una forma un poco inusual a otras veces, por primera vez Nami no sonreía siquiera, ni se animaba a intentar iniciar una conversación, Sanji comía tranquilo mirando de vez en cuando a su adorada Nami-swan, estaba más decidido que nunca en su vida a hacer algo, esta noche se confesaría con Nami, y Robin miraba algo divertida para sus adentros a ese par de tontos, aparte de eso todos los demás hacían lo mismo de siempre, Luffy peleándose con Usopp y Zoro por un filete de carne o algo así como unos animales, Chopper comiendo y riéndose de ellos, Brook con sus chistes raros y Franky riéndose igual del trió de bestias, ninguno de ellos notaban lo tenso que estaba el ambiente para Sanji y Nami.

    Terminaron de cenar e impresionantemente no quedó ni rastro de migajas o suciedad de comida en los platos y como siempre agradecieron a Sanji por la deliciosa comida… Aún estaban en la mesa ya que algunos no se podían levantar de las sillas.

    —Ustedes sabían que esta isla no tenía habitantes, hace apenas unos meses —dijo Zoro de repente mirando fijamente a la joven de cabellera anaranjada, siempre tan astuto. Nami se puso tensa.

    —Yo no lo sabía —dijo Chopper completamente inocente. Nami miró al espadachín unos minutos… Que ese idiota quisiera hablar repentinamente de la isla y sacara ese tema en particular al aire, solo significaba que el muy estúpido ya sabía la verdad de cierta forma, y conociendo a Zoro no se tragaría cualquier cosa que ella dijera para seguir tapando la mentira.

    —Pues yo sí lo sabía —dijo Nami con sinceridad. La verdad no estaba de humor para nada y mantener la mentira no valía la pena.

    —Ah ya… Me imagino entonces que tú sabías de ante-manos que este lugar estaba habitado desde hace seis meses y que nunca planeaste el venir a vacacionar a una isla inhabitada mintiéndonos para asegurarte de que todos estuviéramos de acuerdo con la idea —dijo Zoro mirándole fijamente, odiaba que le mintieran, lo que lo había llevado a sacar a flote esta conversación.

    —Sí, mi plan original… Era el venir a vacacionar a esta isla desierta para poder descansar un poco, lejos de su alboroto… Pero no sabía que la isla estaba habitada desde hace unos meses. —confesó Nami sin cuidado, estaba más tranquila después de haber hecho muchas comprar sin sentido.

    —Eres una bruja —Fue lo único que se animó a decir después de escucharla admitir abiertamente que les mintió a todos sin siquiera intentar defenderse y negar que lo sabía desde un principió, y aunque le molestara le miraba un poco divertido por haberla descubierto.

    —Realmente no me importa lo que digas de mi ahora, Roronao Zoro —dijo levantándose de la mesa—. No estoy de humor, así que te recomiendo que mejor no me molestes —Le dirigió una mirada llena de rabia y se marchó a la recamara de las mujeres. Sanji hizo una mueca de molestia, ¿ahora como le diría que la amaba?, estúpido marimo.

    No se dijo más, cada uno se fue por su lado, realmente a Luffy no le molestaba en nada lo que había hecho Nami y los demás simplemente hicieron como si nada hubiera pasado, claro excepto Zoro que estaba molesto, odiaba que traicionaran su confianza y mucho menos viniendo de sus Nakamas, ¡su familia!... Chopper simplemente la miro irse triste, ya que Nami nunca le había mentido y Sanji estaba en parte sorprendido pero no lo demostraba.
    Había pasado alrededor de una hora, Sanji estaba inquieto, eso debido al deseo de librar su corazón del peso que cargaba desde hace ya bastante, no se sentía capaz de esperar ni un minuto más, nunca antes se había sentido así y solo podía decirle a quien le preguntara como se sentía que era, ¡horrible!… Hasta el momento permanecía sentado en el piso de madera viendo el cielo recostado en la pared que da con la cocina, fumaba como siempre, más para relajarse que por simple placer, estaba nervioso y a la vez emocionado, se levantó… Ya era la hora de confesarse… ¿Y qué le diría?, al cruzársele esa pregunta por la cabeza se volvió a sentar, su valor se esfumo como la bocanada de humo que expulsaba de sus pulmones en el aire.

    .-...Nami, la verdad es que desde hace tiempo… No, no, eso no… Mejor… Nami, quiero confesarte que… Por supuesto que no, mejor… Nami, antes de que me eches a patadas, yo vengo a... ¡Por Dios no!... —Pensaba nervioso Sanji, no sabía cómo comenzar ni en sus propios pensamientos, así no podía ir a confesarle sus sentimientos, se burlaría de él o peor aún, lo patearía de nuevo y nunca más en su vida le creería que estaba profundamente enamorado de ella.

    —Hi, Sanji-san —dijo Robin regalándole una sonrisa.

    —Hola, Robin-chan —dijo sin ganas Sanji, por primera vez no estaba loco de ‘amor’. Robin se sentó junto a él.

    —¿Estás pensando en Nami? —Le preguntó directamente mirándole detenidamente, el cocinero se estremeció por aquella pregunta y el hecho de que la arqueóloga lo sabía bien, pero no le mentiría.

    —sí… —dijo Sanji sin ganas.

    —¿Y qué piensa de ella? —Volvió a preguntar la mujer más vieja y astuta de la tripulación.

    —Pensaba en confesármele, pero no sé ni cómo empezar, además ella está de mal humor y de seguro me comportare como un idiota —dijo Sanji mirando el cielo nocturno, el fleco de su cabello rubio provocaba que Robin no pudiera ver sus ojos en la perspectiva en la cual estaba.

    —Bueno, es más fácil de lo que crees cocinero-san… Solo tienes que mirarla a los ojos y decirle que la amas de la forma como se dé en el momento, en cuanto a lo otro… Nami-san está molesta porque siente que le robaron esta isla… Me dijo que era un lugar muy especial para ella, aunque nunca me dijo el motivo del por qué lo era… —. Le aconsejó y confesó, a veces tienes que traicionar la confianza de otros para el bien de todos los implicados.

    —De todas formas esta de mal humor, no creo que sea el momento perfecto para decírselo —dijo Sanji algo decepcionado.

    —bueno, cocinero-san… Al final de cuentas es tu decisión decirle o no y cuando hacerlo, solo te digo una última cosa… Entre más tiempo dejes pasar, será peor —Se levantó dándole una sonrisa un poco maternal.

    —Gracias, Nico Robin —Le agradeció justo antes de que ella comenzara a caminar para dejarlo solo y que pensara bien lo que haría.

    ÉL mismo se sorprendió de haber hablado de esa forma con Robin, ¿desde cuando habla de esas cosas con una mujer tan bella sin volverse loco por su atractivo?, pero no importaba, ahora mismo pensaba en sus últimas palabras, “entre más tiempo dejes pasar, será peor”, tenía razón en todos los sentidos, podría perderla, se volvería loco con ese sentimiento tan fuerte guardado en su corazón, alguno de los dos podría morir en batalla al retomar el viaje a Grand Line o simplemente no le tomaría en serio cuando quisiera decírselo, respiro hondo… Pero aún así esta noche no sería la apropiada, quizás mañana. Se levantó algo indignado por su cobardía, sí lo admitía estaba siendo un cobarde… Si Zeff lo viera en este momento se avergonzaría de él, de eso estaba seguro el cocinero. La noche avanzó, Franky tenía el turno de vigilancia de noche y todos los demás dormían, algunos no tan plácidamente como deseaban.

    A la mañana siguiente, Nami se había levantado con mejor humor, era una de las primeras en salir a cubierta, esta vez haría las cosas bien, había reflexionado parte de la noche anterior antes de quedarse dormida a altas horas de la madrugada, lo aceptaba… Ayer se había comportado como una niña caprichosa y todo eso había sido un berrinche, está bien, esa ya no era su isla pero nada le impediría relajarse como ella quería, estaba desperdiciando el verano y ella había perdido el objetivo inicial por el cual había hecho todo lo que hizo para llegar a este lugar, llevaba una toalla en la mano y solo bestia un sensual bikini de dos piezas color azul celeste y detalles en blanco, sonreía como siempre y juró que nada ni nadie arruinaría este día, ni el resto de la semana. Se sentó en una de las sillas de sol que estaban en la cubierta del barco y se dispuso a tomar el sol con tranquilidad, aprovecharía que casi todo el mundo seguía dormido, antes de que salieran a hacer su alboroto.

    —Navegadora-san… ¿Le molestaría que tome el sol con usted? —Le preguntó Robin apenas acercándose a la navegante con un sensual bikini de dos piezas color violeta.

    —No, tranquila —respondió Nami quieta en su silla playera.

    Duraron unos minutos en silencio y la mujer mayor, se atrevió a hablarle a Nami acerca de Sanji, otras veces necesitas empujar a la gente para que se den cuenta de las cosas, Nico Robin decidió que si no intervenía ese par jamás estarían juntos como debían.

    —Nami-san, que piensas de Sanji-san —preguntó de la nada, Nami se estremeció.

    —A q-que viene esa pregunta, Robin-chan… —dijo la cartógrafa algo nerviosa tratando de aparentar no afectarle en nada.

    —No por nada, solo quería hablar de él… Porque la verdad me parece tan lindo —Las últimas palabras golpearon el corazón de Nami tan fuertemente que la aturdió, Robin solo la miraba detenidamente.

    —Pu-pues bien por ti —dijo tratando de ser indiferente.

    —He estado pensando mucho acerca de esto y quería preguntarte si estaba bien que yo hablara con él y le confesara lo que siento por él, porque creo que estoy enamorada... —Robin se sentía un poco mal por tener que hacer todo eso para poder asegurarse de que Nami lo amaba así como él a ella.

    —Y-yo… —Nami no se sentía bien, sentía como si la vida se le desvaneciera y el cielo se partiera en dos—…N-no puede ser, ¡¿a Robin le gusta Sanji?!... —Pensaba Nami sin poder creer nada de lo que sus oídos escuchaban.

    —Si tú… —dijo Robin tratando de acelerar un poco la respuesta de Nami, aunque no le dijera lo que realmente esperaba para facilitar las cosas entre ella y Sanji, con sus reacciones era más suficiente, todo le confirmaba que ella gustaba de Sanji tanto o más como él de ella.

    —Bu-bueno, a mí me parece que no debes hacerlo… —dijo Nami nerviosa, era justo lo que Robin esperaba que le dijera, puede que sean muy amigas pero ella no esperaba que le dijera que duera y se lo dijera amando al hombre que ella supuestamente decía querer, su corazón no le permitiría hacerlo por más que su cerebro le dijera que estaba mal aconsejar a su amiga por mal camino para tener su oportunidad a salvo.

    —¿Por qué?... —Nami se tardó en contestar y la verdad era que no sabía que contestar.

    —Po-porque… Porque… ¿Es que acaso no lo has visto bien?, él es muy inmaduro y le gusta perseguir a cualquier mujer, podría serte infiel, él no es un buen hombre en cuestiones de amor… —respondió nerviosa, Robin sonrió, tenía miedo de arriesgarse a amar a Sanji.

    —Sí tienes razón… Si me disculpas iré a cambiarme… —dicho esto se fue, dejando a Nami algo aturdida.

    La mañana trascurrió normal, Nami no dejaba de pensar en la conversación que tuvo con Robin y a la hora de desayunar, se sentía muy incómoda, Sanji comía tranquilo sin demostrar nada inusual en él, Nami no pudo evitar soltar un suspiro de alivio, ya que eso significaba que Robin no había hablado con él, Robin por su parte miraba algo divertida el comportamiento de Nami… No haría nada raro, ni tenía el plan de seguir interviniendo, dejaría que Sanji hiciera todo lo demás el mismo, lo que había hecho hasta ahora era simplemente haber comprobado que era un sentimiento mutuo y que Nami no le rompería el corazón a Sanji, aunque las decepciones no siempre son malas. Zoro estaba al tanto de la situación de ese par, no necesitaba que nadie se lo dijera, para él había sido algo obvio así como para Robin, pero a diferencia de la arqueóloga él no haría nada, aunque a veces le provocaba hacerlo —seguro muy a su estilo— para que dejaran de ser tan idiotas y se aclarara todo de una buena vez, sin embargo no lo haría.

    El día trascurrió y Sanji ni se acerco a la peli-naranja, por motivos estúpidos que solo eran escusas para evitar hablar con ella, los días pasaban y las vacaciones que Nami deseaba se habían convertido en un infierno aburrido y monótono, ella no había dejado de hacer lo que venía haciendo desde antes de proponer las mini-vacaciones de verano en la isla ahora apodada “Puerto Luna”, Robin había desistido desde el momento en que hablo con Nami de intervenir, Zoro solo observaba y los demás ni cuenta se daban de lo que sucedía o tal vez simplemente lo ignoraban.

    —¡Domingo!... Hoy es el último día de nuestras vacaciones y luego… ¡A Grand Line!... —gritó emocionado Luffy estirándose mientras caminaba por los pasillos.

    —Yuppy… —murmuró la navegante sin ánimos al escucharlo gritar por los pasillos y se dispuso a hacer lo de todos los días, tomar el sol, desayunar, dormir, almorzar, beber un poco, ir a descansar a sus mandarinos, cenar… Y dormir para el día siguiente… Toda una rutina monótona.

    Salió de su habitación aburrida sin darse cuenta que Sanji estaba detrás de ella.

    —…¡Hoy es el día!... —Pensó el cocinero decidido.

    La siguió por los pasillos, dispuesto a hablar con ella y justo cuando iba a tocar su hombro desnudo para llamar su atención, un tarado Lo interrumpió.

    —¡Sanji!... Tengo hambre, ¡¿cuánto falta para el almuerzo?! —gritó Luffy inocente. Sanji le dirigió una mirada sobria y se dirigió a la cocina.

    —Ya la voy a hacer… — Él no notó que Nami se había volteado a mirarle, dándole la atención que tanto buscaba.

    Luego de un tiempo record de veinte minutos cocinando un gran banquete y de haber comido, todos decidieron que como era el último día de descanso lo mejor sería salir todos juntos a la ciudad, ninguno se negó, acordaron salir a las siete de la noche.

    Ya era la hora acordada y esta vez Sanji no cocino la cena, ya que comerían afuera, todos estaban listo, Nami vestía su pantalón largo y la parte de arriba de un bikini, llevaba un abrigo doblado en su brazo izquierdo por si acaso hacía mucho frío más entrada la noche… Todos bajaron del Sunny Go, dejándolo solo como muy pocas veces, por primera vez desde hace mucho Sanji se relajo y olvido todo lo que lo incomodaba y disgustaba, al igual que Nami que hacía tiempo que había olvidado su disgusto por lo que le paso a la isla.

    Sin embargo no pasó mucho tiempo para que Sanji retomara su decisión de confesarle a Nami sus sentimientos, así que aprovecho que caminando por la ciudad se habían separado unos de otros a ver cosas de sus intereses, él estaba prácticamente a solas con Nami, ya que Chopper y Robin eran los únicos que seguían con ellos dos, se acerco más a ella quedando a su lado.

    —Nami, yo quiero hablar contigo sobre algo… —dijo al fin teniendo el valor de hacer lo que hace bastante tiempo estaba dejando para otro momento.

    —Si dime —dijo Nami sin dirigirle la mirada.

    —Es algo muy importante para mí y me gustaría que al menos me miraras a la cara —dijo deteniendo su pasó, Nami detuvo su paso también y le miro extrañada, por consiguiente Chopper y Robin se detuvieron también.

    —¿Oigan que pasa? —preguntó el pequeño reno sin poder siquiera imaginarse que pasaría, solo sonreía inocente.

    —Nos vemos más luego en la playa con los demás —dijo Robin mirándoles con una sonrisa leve en su rostro, ¡al fin tomo el valor!—, vamos Chopper, a ver si hay alguna librería abierta, tal vez encontremos un puesto de algodón de azúcar… —dijo tomando la pata de Chopper, que asintió feliz.

    Sanji agradeció desde el fondo a Robin por aquella ayuda que le estaba brindando, ahora… Era tiempo de dejar de lado su estupidez e inmadurez y se pondría serio, era ahora o tal vez nunca.

    —Apresúrate Sanji-kun, quiero acompañar a Robin-chan —dijo Nami sin la más remota idea de que se trataba todo eso, había vuelto a ser ella misma desde que salió de ese aburrido barco.

    —Nami… Y-yo… —Tartamudeó nervioso, quería decirlo pero su garganta se oprimía, no podía evitarlo estaba realmente nervioso, aún así le tranquilizaba un poco la expresión dulce de espera de Nami, ver sus hermosos y grandes ojos color avellana que brillaban y le contagiaban un sentimiento muy cálido de cariño, ella debía ser un ángel, de eso estaba seguro… Se tranquilizo, ya no pensaba en las consecuencias de decirle ahora solo pensaba en lo mucho que la amaba.

    —Yo… Yo quiero que sepas que desde hace mucho tiempo he querido decirte lo que siento por ti… —Los ojos de Nami se engrandecieron de la sorpresa al escucharlo decir aquello, se ruborizó y comenzó a sudar frío a causa de los nervios—, y… Y lo que siento por ti es sincero, se que a veces soy muy inmaduro y me comporto como un pervertido pero ninguna se compara a ti, tú siempre me has cautivado desde el primer momento en que te vi y desde hace tiempo me enamore profundamente de ti a tal punto que ni siquiera yo soy consciente de que tanto te quiero… Solo quiero que sepas que… Que te amo…—Finalizó el rubio sin dejar de mirarla, no era muy difícil darse cuenta que la chica no sabía que decirle.

    Solo habían pasado unos cinco minutos como mucho tres, suficiente tiempo para pensarlo, Sanji iba a apartarse de ella triste porque creía que al final ella no sentía lo mismo por él, pero fue detenido por unos dulces y suaves labios carnosos, estaba estático por aquel repentino acto y solo se dejo llevar, Nami estaba sonrojada y sus manos temblaban levemente pero estaba feliz, mientras lo abrazaba con cariño al igual que el rubio, se separaron por falta de aire y se miraron mutuamente.

    Empezó a lloviznar, a ninguno de los dos les importó y también olvidaron que se encontrarían en la playa con los demás, lo ignoraron por completo… Solo se miraron felices con un leve rubor en sus mejillas, ella le sonrió y él le beso nuevamente de una forma muy apasionada.

    —Hace frío… —dijo con un tono de voz suave al terminar el beso, le quito el abrigo del brazo y se lo colocó. Nami le dirigió una mirada tierna de agradecimiento.

    Caminaron bajo el sereno tomados de la mano el resto de la noche, Nami recostó su cabeza en el hombro de Sanji, quería decirle también lo que sentía pero al parecer al cocinero le bastaba con aquel beso para saber que ella lo amaba. Miraba el camino y por un momento supo que ese camino antes era el que llevaba a un lago dentro de un pequeño bosque separado del verdadero bosque frondoso que se veía a la lejanía, se había equivocado, ese seguía siendo el paraíso, siempre y cuando Sanji nunca soltara su mano.

    —Sanji… —dijo recibiendo un “hmm?” departe del rubio, sonrió—. Te amo.

    Caminaron el resto de la noche sin rumbo fijo, Sanji se regaño mentalmente por lo estúpido que fue el no habérselo dicho antes. El momento perfecto siempre estuvo allí, porque el momento perfecto era el estar junto a la persona que amaba y besarla toda la noche.



    --------------------------------------------------------------------------------------------------------

    THE END!!...
     
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    SacriDH

    SacriDH Quieres que lo haga? Está bien pero... lo romperé

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    ¡Oau! Esta sí que es toda una historia, no se si llamarle One Shot o Long Fic xD

    Esa coma la veo de más. De hecho, veo muchas de más, Yumi, sobre todo en el primer párrafo. Creo que puedes omitir algunas y otras reemplazarlas por puntos.

    u.u Estas mujeres y su constante entusiasmo por aparentar las cosas, ja.

    Trata de evitar esas repeticiones, quedan bastante feas D: ¿Releíste el One Shot antes de publicarlo? Estoy seguro que tienes una gran habilidad literaria y eso no fue más que un descuido.

    Ja, si bien en un anime eso es gracioso, en un fic no tanto… quedaría más atractivo que pusieras que le brillaran los ojos y eso del sangrado en la nariz es asqueroso, ni en los anime me gusta, no tiene sentido además. Ja, claro, todo esto es desde mi punto de vista, no digo que esté mal, sólo que me parece que hay que separar los fics de la animación y adaptar las cosas para cada uno.
    Debo aceptar que tus descripciones son exquisitas. Me encanta leer fics de autores que saben que una buena descripción de los lugares y personajes son vitales para que los lectores se sientan parte de la historia. La forma en que describiste a Nami y su ropaje tropical fue sublime.

    n.n Me gustaría que me recibieran así a donde vaya.
    Bueno, creo que no es para hacer tanto escándalo, después de todo debe haber muchas islas desiertas donde pasar un rato tranquilo D:

    Es vaya*
    Nami se puso ruda ^^ Genial, me gusta un poco de acción romántica, es sexy que se peleen y luego terminen abrazados.



    A sí* mismo. No son errores muy graves, pero hay bastantes. No me gusta marcarlos pero con Beta Reader es mi obligación. Los dejaré marcados en un borrador y si quieres corregirlos me avisas por perfil y yo te digo cuales son D: ¿Quieres? Así me enfoco totalmente en comentar la trama.
    Ja, es palpable el odio entre Sanji y Zoro xD
    O: ¿Nami mintió? No entiendo para qué…
    Jajaja, los pensamientos de Sanji buscando las palabras para hablarle a Nami son geniales xD
    Ay, no le digas vieja a Robin, ja. ¡Es joven y sexy! Que sea la mayor y la que tiene más experiencia no la hace vieja.
    ¿Ese es el mismo Sanji de siempre tratando a Robin con esa naturalidad como si fuera un hombre? O.O Sólo el amor te puede hacer cambiar así, sólo el amor…

    Creo que Sanji podría morir en ese caso porque casi seguro lo arruinará xD
    ¡Yumiko Hayde! Maldita seas, pones chicas en bikini en tu fic u.u Es casi como si me compraras con una bolsa de oro… Menos mal que no soy yo el que tiene que elegir el ganador del evento :p

    Es una genia Robin xD Ja, sólo una mujer con un altísimo grado de astucia (y locura) hace eso.
    Ja, resulta que ahora el pesado de Sanji es el Cupido del barco xD

    O.O No entiendo qué tiene esa rutina de monótona. ¡Es genial! Daría mi vida por hacer sólo eso xD
    Pantalon largo y bikini?! Dios! Yumi vas a hacer que me de un infarto u.u Debe estar muy sexy *-*
    Awwwwwwwwwwwwwww, que romántico! Lo hiciste hablar a Sanji con tus propias palabras, supongo, je, pero quedó muy tierno y fue un flechazo certero. Sería un terremoto para el corazón de cualquier mujer oír eso.
    Fue absolutamente romántico y conmovedor el final, tanto que me quedé con ganas de leer más. ¡Sos una mala persona! T.T Me hiciste leer mucho esperando que llegue el momento en que se besarían y luego lo das por terminado, esperaba que describieras mucho más de esos dos juntos. Ja, pero supongo que el chiste está en eso, que lo demás lo imagine yo…
    En fin, radical tu One-Shot. Con bastantes fallos, pero es normal en un fic de esta extensión. Igualmente, eso no te quita lo gran autora que eres ^^ La trama es perfecta, las descripciones exquisitas e hiciste que una pareja que no me agradaba demasiado (prefiero el SanjixRobin) me termine gustando.
    No hay dudas que tu relato será el ganador. ¡Que hot estuvo este “verano”! ;) Espero leer más de ti por aquí y que no sea tu último post en el subforo de One Piece ^^ Suerte!
     
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  3.  
    Nami Roronoa

    Nami Roronoa The Gif Queen Game Master

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    Ohh el primer SanNa del foro O.O Felicidades por lograrlo amiga, y humildemente declararé que tenía razón, quedó muy bonito con el guión largo ;)
    Me gustó la trama, estuvo interesante y me gustó la variación de tema, en algunos momentos era puro romance como al final, también hubo tiempo para el drama e incluso para la comedia. ¡Genial! Y aplicaste especialmente bien la palabra verano.
    No te puedo explicar como estallé en carcajadas cuando leí esta línea:
    Oh Usopp, nunca cambies, eres el mejor narrador de todos XD Y eso que ese recién era el principio...
    Otra cosa que quiero destacar fue la participación de Robin en tu escrito. Dios la amo, es tan directa y especial que nunca me deja de sorprender XD Aunque hacia el final su interacción con Sanj se sintió ligeramente OoC, yo creo que aunque saliera con Nami él no dejaría de alabar su belleza, simplemente no lo haría tan abiertamente, un comentario sutil cada tanto, no tan directo como lo es en la serie actualmente XD Pero aún así, en One Piece es bastante difícil no caer en el OoC aunque sea un poco en el género romance en mi opinión, y lo controlaste bien.
    En lo técnico, has tenido varias fallas de ortografía. También detecté algunos errores de dedo que si le das una segunda leída, los verás con facilidad ;( Aunque puedo señalártelos si prefieres, sólo pídemelo. También puedes recurrir a un beta-reader si te hace falta, son de gran ayuda. O simplemente recurre a un corrector gramatical; Word, Google Chrome o Safari deberían ser de ayuda.
    ¡Espero seguir leyéndote Yumiko-chan! ¡Besitos!

    PD: Las negritas no se permiten, salvo para acentuar una palabra en particular. Edito.
     
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