Long-fic de Inuyasha - El Mercenario y La Youkai [BankotsuxPersonajeOriginal]

Tema en 'Inuyasha, Ranma y Rinne' iniciado por NattiJimenez, 26 Abril 2021.

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    NattiJimenez

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    Título:
    El Mercenario y La Youkai [BankotsuxPersonajeOriginal]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    5
     
    Palabras:
    2409
    CAPITULO 1

    SAYURI


    Ichiro estaba determinado a pedir la mano de Sayuri. Tenia muy claro que no era un hombre agraciado, pero hace poco habia heredado las tierras y riquezas de su padre, tambien era un samurai y en el fondo, el pensaba que todas esas caracteristicas lo hacian digno de contraer matrimonio con una bondadosa y fuerte youkai como ella.

    Pese a que sus concejeros y cercanos insistian en que los youkai no se mezclaban con humanos, el se encontraba obsesionado y no iba a detenerse hasta agotar las posibilidades de que Sayuri fuera su esposa.

    El joven samurai la habia invitado cordialmente a una distinguida cena en su palacio, a la que Sayuri acepto educadamente. Se presento puntual y dos de sus sirvientas la llevaron al comedor, donde Ichiro la esperaba ansioso, emocionado y tambien nervioso. La fama de los youkai del tipo de Sayuri le indicaba mantenerse sin pensamientos o sentimientos inapropiados, pues ella podria detectarlos con facilidad.

    Sayuri era una youkai de piel blanca y almendrados ojos color lavanda, maquillados con un poco de sombra en celeste y sus labios iban en rosa oscuro. Su largo cabello rosa iba amarrado con un lazo azul en una coleta alta que llegaba hasta el final de su trasero, dejando un flequillo recto sobre la frente. Llevaba puesto un kimono color celeste palido con falda corta y con la obi en azul marino. Se veia como una muchacha de 17 aunque su edad era aproximadamente de 170 años. Su figura era esbelta, de atributos femeninos llamativos y de estatura pequeña.

    Sonrio amable al ver a Ichiro quien mostraba una amplia sonrisa, se saludaron y tomaron asiento para dar inicio a la cena. El estaba rojo como un tomate ante tal belleza y casi no podia comer en su presencia. La joven youkai se mantenia agradable, gracias a sus poderes habia sentido las emociones e intenciones de Ichiro, adicionalmente habia leido su mente y eso la mantenia contenta pues no hallo nada malo. No obstante, su respuesta era todo lo contrario a lo que Ichiro buscaba.

    Posteriormente a una agradable conversacion sobre cosas cotidianas, Ichiro fue al grano.

    -Señorita Sayuri...- comenzo a decir y ella dejo de comer y limpio su boca para poner su atencion en el. Ichiro no sabia bien de que manera decirlo, pues a sus 25 años jamas habia considerado casarse con una mujer. La youkai fijo su mirada en el terrateniente, dandole la oportunidad para continuar -La verdadera razon por la que la he invitado a esta cena es porque... usted es la youkai mas hermosa y poderosa que he conocido y me gustaria saber si usted quisiera ser mi esposa- dijo y se sonrojo.

    -Eso ya lo sabia, señor Ichiro...- respondio Sayuri con tranquilidad y fue interrumpida por el joven samurai.

    -Se que usted merece un hombre mucho mas atractivo a su lado, quizas un youkai y se que tal vez mi fortuna no la impresiona... pero si puedo asegurarle que la amare y la cuidare de la mejor manera- dijo el y la youkai estaba lista para responder, pero Ichiro siguio hablando -Perdone si he sido atrevido. Le hago esta propuesta con todo mi respeto a usted y a sus fallecidos padres, tambien a la bruja que la adopto como hija suya. Tengo las mejores intenciones e insisto... Por favor, acepte casarse conmigo.

    "Que buenos son los humanos difundiendo informacion o rumores" penso Sayuri, sin utilizar su telepatia para que Ichiro no supiera su opinion. Sin embargo, era cierto. Sus padres habian muerto hace 30 años y Hikari, una hechicera y curandera amiga de sus padres habia asumido su crianza y cuidado.

    -Le agradezco mucho su propuesta y es posible que yo este en edad de casarme- hablo la youkai y el corazon de Ichiro se acelero, expectante por su respuesta -Pero yo contraere matrimonio con el hombre que cautive mi corazon y al que yo ame verdaderamente- dijo ella con un tono tranquilo pero muy seguro. Ichiro abrio los ojos de la impresion y el enojo. "Me esta rechazando! Como se atreve?" penso indignado y Sayuri supo que sus emociones ya no eran tan pacificas como al principio.

    -Yo puedo conquistarla, estoy completamente dispuesto. Hare todo lo que me pida, le dare todo lo que quiera- insistio Ichiro, entre desesperado y fastidiado.

    La youkai suspiro. Sus padres le enseñaron que al momento de tratar con humanos, era bueno razonar con ellos antes de utilizar sus poderes mentales. En el caso del joven terrateniente, era obvio que no importaba cuanto le explicara, el persistiria, por lo que se concentro.

    -No sere tu esposa. Yo decido con quien me caso- le dijo, en voz alta y clara. Ichiro cambio la expresion de su rostro por una de paz.

    -No seras mi esposa. Tu decides con quien te casas- repitio el samurai.

    -Dejaras que me vaya ahora y te quedaras tranquilo- continuo la youkai.

    -Dejare que te vayas ahora y me quedare tranquilo- dijo el.

    -Buenas noches, señor Ichiro.

    -Buenas noches, señorita Sayuri- respondio el y se despidieron apropiadamente.

    ~~~

    Su habitacion era la mas grande del castillo que sus padres habian dejado para ella y daba hacia el hermoso y amplio jardin trasero iluminado por la luz de la luna.

    Sayuri estaba tendida boca abajo, con los codos flectados y el rostro apoyado sobre sus manos, admirando la noche a traves de la puerta. Se encontraba lista para ir a la cama, con un ligero kimono para dormir color rosa palido con falda corta y amarrado a la cintura con un lazo rosa oscuro.

    La cena con Ichiro la habia dejado pensativa y no porque estuviera considerando realmente casarse con el, sino porque creia nunca haberse enamorado. Aunque habia conocido a un par de youkais que hicieron su intento por cortejarla, ninguno le habia resultado especial.

    -Sayuri- escucho la voz de Hikari desde fuera de su habitacion. La youkai nisiquiera la habia percibido al estar absorta en su propia mente.

    -Adelante- le dijo, poniendose de pie.

    Hizo su entrada una mujer de unos 50 años sonriendo y Sayuri tambien le sonrio. Tenia la piel blanca, el cabello negro y largo con algunos mechones en blanco y los ojos verde oscuro.

    Se le acerco y la youkai solto su coleta, lo que hizo que su cabello cayera hasta sus rodillas.

    -Quieres que te cepille?- le pregunto Hikari y Sayuri rio un poco. "Ya no soy una niña" dijo la youkai, en la mente de Hikari. "Pero creo que por hoy esta bien" volvio a usar la telepatia con la bruja, dirigiendose a buscar la peineta al tocador.

    La bruja acentuo su sonrisa al recibirla y Sayuri volteo quitandole la mirada. Se sentaron donde Sayuri estaba, justo en el umbral hacia el jardin y Hikari empezo a peinar su cabello suavemente.

    -Llegaste muy callada del palacio del señor Ichiro. Sucedio algo malo?- pregunto la curandera, concentrada en su labor.

    -Me pidio matrimonio- resumio Sayuri, algo desganada.

    -Oh, ya veo- comento Hikari. Se le hacia algo normal, pues su niña era muy hermosa y era hora de que tuviera un esposo.

    -Le dije que no me casare con el- comento la youkai y Hikari rio un poco.

    -Se lo dijiste o usaste tu poder mental para hacerlo desistir?- pregunto la bruja y Sayuri rio por lo bajo.

    -Era un obstinado.

    -Si todo salio bien, que es lo que te tiene asi?

    -No he conocido a ningun hombre que me guste. Tengo curiosidad por saber lo que es enamorarse- dijo Sayuri, volteandose a mirar a Hikari a los ojos con un dejo de ilusion.

    -El amor llega cuando menos lo esperas y de las maneras mas insolitas. Estoy segura que pronto conoceras a alguien- la alento ella, acariciandole el rostro y Sayuri rio levemente -Pero no te apresures, no olvides que te falta practicar uno de tus poderes para finalizar tu entrenamiento.

    Sayuri la abrazo, sonriendo ampliamente y confiando en las palabras de su madre adoptiva.

    ~~~

    Los shichinintai celebraban el exito de su ultimo trabajo en un bosque algo alejado de la aldea de Ichiro. Rodeando una gran fogata y en medio de la noche, comian carne asada, bebian licor, cantaban y reian.

    Llevaban poco mas de un año operando como una banda de 7 asesinos, tenian muchas hazañas en su historial y eran conocidos por su nivel de violencia.

    El mas joven y guapo de todos, de 17 años, se llamaba Bankotsu. Su fuerza y caracter altivo y arrogante sumada a su gran alabarda y don de mando lo hacian el lider. En cuanto a fuerza lo seguia Jakotsu, quien tenia un aspecto y modales femeninos y era especialmente sadico. El segundo al mando era Renkotsu, cuya habilidad era manipular el fuego a su favor. Luego estaban Suikotsu, Mukotsu, Ginkotsu y Kyokotsu. Suikotsu poseia dos personalidades, una era la de un doctor de buen corazon y la otra era la de un violento hombre en busca de sangre. Mukotsu era el maestro del veneno, Ginkotsu tenia partes de robot en su cuerpo y Kyokotsu era un hombre colosal que devoraba demonios.

    De un momento a otro, Suikotsu dejo de reir y cantar para prestarle atencion a un ruido de pasos acercandose hacia ellos.

    -Que ocurre, Suikotsu?- le pregunto Bankotsu y todos los demas lo miraron pero antes de que pudiera explicar, aparecio Ichiro seguido de otros dos hombres. Los tres venian con armaduras de samurai.

    -Samurais- comento Renkotsu, poniendose en guardia.

    -Quien de ustedes es Bankotsu?- pregunto Ichiro, acercandose mas a la fogata, lo suficiente como para hacer visible su cara.

    -Ay! Esta bien feo- dijo Jakotsu en voz baja, al percatarse de la quemadura que tenia Ichiro en el rostro, la cual abarcaba desde el pomulo derecho hasta la mitad del cuello, rodeando su boca.

    -Yo soy Bankotsu. Que quieres?- pregunto el moreno, con una voz profunda.

    -Tengo un trabajo para ti- respondio Ichiro, lo que asombro un poco a los mercenarios, aunque no al mismo Bankotsu. No era primera vez que le ofrecian trabajos individuales, los que habia cumplido por si solo sin problemas.

    -Somos un equipo de siete- se adelanto a contestar Renkotsu, molesto.

    -Pero me hablaron a mi- lo interrumpio Bankotsu, aun mas fastidiado y luego se dirigio a Ichiro -Entonces?

    -Te espero mañana en mi palacio. Si vas hacia el sur, antes de la aldea de los ninjas, lo encontraras. No olvides ir tu solo- ordeno Ichiro y se retiro en paz junto a sus acompañantes.

    Ninguno de los shichinintai comento nada al respecto. Sabian que a Bankotsu le molestaba que se metieran en sus asuntos, mas aun si el trabajo era personal. Sin embargo, por alguna razon, el moreno se sintio particularmente curioso. Un samurai pidiendo sus servicios? Por que no podia hacerlo el mismo?

    ~~~

    A la mañana siguiente, Bankotsu estuvo en el palacio de Ichiro acompañado solo por su alabarda, tal como el samurai le habia solicitado.

    -Y bien?- pregunto el moreno, con toda su atencion.

    -Deseo que mates a una mujer- contesto Ichiro, tranquila y seriamente. A Bankotsu no le parecio nada malo. La unica mujer relevante en su vida habia sido su madre. Las demas no significaban nada para el -Pedi su mano y ella me rechazo- comento, entre furioso y ofendido.

    A Bankotsu nunca le interesaban los motivos, pero ese se le hizo muy gracioso. Por una parte, no habia mujer que pudiera resistirsele a un moreno como el asi que no sabia mucho de lo que era ser rechazado y por otra parte, penso "Debe ser una mujer muy deslumbrante como para causar ese nivel de odio por decir que no". Rio un poco e Ichiro lo miro levemente molesto.

    -No se trata de cualquier mujer. Es una youkai psiquica y es bellisima, tiene el cabello rosa y los ojos lavanda- continuo hablando Ichiro y Bankotsu puso toda su atencion al imaginarse la descripcion del samurai -Debes tener mucho cuidado, porque ella puede contolar y cambiar tu mente, inmovilizarte, leer tu mente y tus sentimientos y puede mover objetos a voluntad. Es de temer.

    -He matado a mas youkais de los que puedas imaginar. Claro que puedo hacerlo solo- dijo Bankotsu arrogantemente. Por muy terrible y peligrosa que sonara esa tal youkai, confiaba en que podia matarla sin mayores complicaciones ni demoras.

    -Eso no es todo. La aldea donde esta su palacio se encuentra mas hacia el sur y para llegar, primero debes cruzar el bosque donde viven los ninjas. Te tomara una hora a caballo, vendras cuando caiga la noche y te dare uno. El nombre de la youkai es Sayuri- explico Ichiro y Bankotsu asintio seguro.

    Acordaron los detalles de la paga, la cual iba a ser suculenta y el moreno se comprometio a estar de vuelta en el palacio de Ichiro en la noche.

    ~~~

    Bankotsu se subio al caballo cafe oscuro que le facilito Ichiro y mantuvo su enorme alabarda colgada a la espalda.

    -Bankotsu, tienes solo hasta mañana en la noche para cumplir esta mision. Si no has vuelto para entonces, asumire que Sayuri te asesino- aclaro Ichiro, en un tono algo desafiante. Bankotsu le sonrio de medio lado, altivo.

    -Una youkai no podria matarme- dijo y miro hacia adelante para irse cabalgando a velocidad.

    Luego de 20 minutos cabalgando ya en el bosque, a Bankotsu solo lo alumbraba la luz tenue de la luna. Subitamente, cayo sobre el una lluvia de estrellas ninja y cuchillas kunai. Ambos sintieron los cortes de sus mas bien pequeñas pero letales armas, que hicieron que el caballo levantara sus patas delanteras y relinchara de pavor y tormento. El moreno cayo de costado y rodo, su alabarda salto lejos y el caballo salio corriendo.

    Eran tantos los cortes y los puñales en su cuerpo, sin olvidar que tenia un par de huesos rotos, que el dolor lo dejo quieto con la mente en blanco. Sintio a los ninjas acercarsele, eran cerca de 20, todos sacaron una especie de sable pequeño y lo apuntaron.

    -Aqui nadie entra. Nisiquiera de dia- dijo uno de ellos y lo apuñalo con su sable en el costado derecho del ombligo.

    El mercenario sintio un dolor que subio su adrenalina y nublo su vista. Los ninjas estaban listos para darle el golpe de gracia, cuando todos miraron hacia el camino. Bankotsu miro en la misma direccion y pudo ver la figura de una femina de cabello rosa y kimono celeste. "Sayuri" repitio en su mente, recordando las palabras del samurai Ichiro.
     
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    InunoTaisho

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    Ya me iba pero algo me hizo volver....

    Mira, has publicado la historia como un comentario y eso es algo que se puede arreglar: en la parte de abajo del post hay unos botones y uno de ellos dice "Este comentario debe ser un capítulo", le pinchas en ese y cambiará por un capítulo como debe ser. Si no quedo claro dame la oportunidad de mandarte más tarde un MP dónde pueda explicarte mejor el procedimiento, o si alguno de mis compañeros orientadores viene con tiempo igual se lo agradeceré.

    Sobre la historia en sí no tengo mucho que señalar, pues un personaje original da la oportunidad de manejar un abierto abanico de posibilidades, y siento que Bankotsu no pierde su esencia hasta ahora. En cuanto a ortografía y presentación si te sugiero que uses el guión largo para los diálogos, allá arriba donde están los botones cuando escribes un post tienes la oportunidad de cambiarlos todos (aunque te llevará tiempo), o el próximo capítulo que escribas en word te permite hacerlo con la combinación de teclas (Alt+96). Lo mismo va para los acentos y el uso adecuado de mayúsculas y otros signos de puntuación.

    Saludos, no te desanimes a escribir y sigue los consejos para una mejor presentación de una trama que promete ser interesante
     
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    NattiJimenez

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    El Mercenario y La Youkai [BankotsuxPersonajeOriginal]
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    CAPITULO 2

    FRUSTRACION, RESIGNACION


    -Que haces tu aqui? No puedes estar en este lugar!- le grito uno de los ninjas, amenazante.

    Con una expresion de total seriedad y calma, Sayuri extendio sus brazos hacia los ninjas y abrio bien sus manos y sus dedos. Repentinamente, ellos sintieron una fuerza sobre sus cuerpos que no les permitio moverse mas. En cosa de segundos, la youkai los dejo a todos sin armas y las lanzo lejos de su alcance. Ellos la miraron incredulos, al igual que Bankotsu, quien hacia un esfuerzo por atestiguar lo que esa mujer era capaz de hacer con sus poderes.

    -Yo puedo venir aqui cuando se me plazca- hablo con claridad y seguridad. Los ojos de los ninjas se llenaron de calma.

    -Tu puedes venir aqui cuando se te plazca- respondieron todos al unisono.

    -Ustedes se iran y nos dejaran solos. Luego saldremos de aqui sin inconvenientes- continuo Sayuri.

    -Nosotros nos iremos y los dejaremos solos. Luego saldran de aqui sin inconvenientes- dijeron los ninjas y cumplieron su palabra.

    Bankotsu y Sayuri quedaron totalmente a solas en medio del bosque. Ella bajo sus brazos y el cerro sus ojos, perdiendo la consciencia. Hizo un esfuerzo demasiado grande por mantenerse despierto para ver a la youkai, asi que estaba demasiado agotado. Ella fue corriendo a su lado y se arrodillo para observarlo, reparando en su atractivo. Su piel era morena y usaba una larga trenza negra. En medio de su frente y de su flequillo doble, tenia una marca en forma de cruz.

    Sus blancas ropas estaban casi completamente manchadas de sangre y tierra, pues eran muchas las heridas y la mas grande era la de su estomago. Su armadura estaba parcialmente rota y su alabarda...

    En cuanto la miro, sintio un escalofrio y escucho dos mil gritos de muerte. Su corazon se acelero, habia visto muchas armas guardando sentimientos, pero ninguna como esta. Si transmitia ese tipo de sensaciones, su dueño no podia ser un buen hombre. "Banryu" escucho una voz muy varonil en su mente, pero sacudio su cabeza para disipar lo que acababa de sucederle.

    Volteo hacia Bankotsu, hizo su intento por leer su mente con el fin de averiguar algo, pero no le fue posible. No obstante, llego hasta alli pues habia percibido los sentimientos del asesino, un profundo miedo y un enorme dolor. Jamas habia tratado de leer la mente de un humano dormido, tal vez era esa la razon.

    ~~~

    Faltaban un par de horas para el amanecer y no habian dormido nada. Al contrario, ambas estaban trabajando codo a codo tratando las lesiones de Bankotsu apropiadamente con los vendajes requeridos. Adicionalmente a los cortes de las estrellas y cuchillas en su cuerpo, tenia los huesos del femur y el humero fracturados, producto de la caida del caballo.

    La sangre abundaba y Hikari envio a Sayuri a buscar mas vendajes y otros elementos necesarios para quitar un poco el dolor, detener el sangrado e inmovilizar su brazo izquierdo y su pierna derecha.

    Bankotsu desperto de una pesadilla y se percato del intenso dolor y ardor. Al abrir los ojos dificultosamente, vio a la bruja curandolo con cuidado. Y no solo eso, observo a su alrededor y estaba acostado sobre un futon en una de las habitaciones del que debia ser el palacio de Sayuri. La ultima imagen en su cabeza era de la youkai enfrentando a los ninjas.

    -Donde esta?- pregunto el moreno con la voz ronca. Hikari lo miro atentamente, el efecto del humo que le habia hecho respirar para sedarlo se estaba terminando -La mujer que me salvo... Sayuri...- dijo sin pensar.

    -Ya vendra. No digas nada, solo descansa- respondio Hikari, amable pero seria. Rapidamente, tomo unas hojas, las puso en un cuenco y les prendio fuego "Por que sabe su nombre?" se pregunto en su mente la bruja y luego parecio recordar algo.

    Hikari acerco el cuenco al rostro del mercenario y el inhalo el suave humo. Cerro sus ojos y con el paso de los minutos, volvio a quedarse dormido profundamente. En eso, llego Sayuri con todo lo que Hikari le habia pedido. Continuaron con su trabajo, hacian un buen equipo y Sayuri habia aprendido mucho a su lado.

    -Desperto cuando yo no estaba?- le pregunto Sayuri a Hikari, sumamente preocupada.

    -Si, desperto. Y dijo tu nombre- respondio la bruja, sembrando la duda en la bella youkai.

    -Mi nombre?- dijo Sayuri confusa y Hikari solo asintio. "Pero como podria saber mi nombre?" penso y cambio el tema. Ya podria hablar mas adelante con el -Me pasaron cosas extrañas cuando lo encontre...

    -Que fue lo que paso?- le pregunto Hikari, con interes y preocupacion.

    -Su alabarda encierra malas sensaciones. Y su mente, no... no he podido leerla. Sera porque ha estado inconsciente durmiendo?

    -Para que quieres leer su mente?

    -Para indagar la razon por la que el estaba en el bosque de los ninjas. No creo que alguien vaya sin razon, todos saben lo peligroso que es- explico Sayuri. Hikari miro a otro lado y evito lo que se le vino a la mente, ya que la youkai podria enterarse con facilidad.

    -Seguro es porque no esta despierto- contesto Hikari, restandole importancia.

    Terminando las curaciones, Sayuri determino quedarse al lado de Bankotsu, velando su sueño mientras Hikari iba a su habitacion a descansar un poco.

    ~~~

    Los rayos del sol y el calor empezaron a entrar en la habitacion, ya era de mañana y la youkai habia pensado en muchas cosas. No solo en Bankotsu, quien era, por que estaba en el bosque de los ninjas y muchas otras preguntas que queria hacerle. Tambien penso en si misma y su entrenamiento.

    Para poder completarlo, la unica habilidad que le quedaba por practicar y repetir era la curacion con su mente. Aun se le hacia dificil y requeria de mucha concentracion.

    Hikari entro a la habitacion, sacando a Sayuri de sus pensamientos.

    -Todo en orden?- pregunto la hechicera y se sento a su lado. La youkai asintio.

    -Crees que esta sea mi oportunidad de practicar mi poder de curacion?- dijo ella y Hikari se quedo pensando.

    -Si algo te dice que si, entonces seria buena idea intentarlo- la alento cariñosamente.

    Justo en ese instante, se percataron de que Bankotsu estaba abriendo los ojos. La voz de la youkai lo habia sacado de su profundo sueño y reacciono. No podia quedarse alli, bajo ninguna circunstancia. Intento levantarse velozmente pero sus huesos rotos y la herida en el estomago lo hicieron gritar de dolor.

    -Que estabas pensando hacer?- le pregunto Sayuri, con un tono de voz de consternacion y fastidio por su inconsciente actitud.

    -Irme de aqui, no es obvio?- dijo engreido Bankotsu, con la voz ronca a causa del dolor. Entonces, el la miro y se encontro con que ella lo miraba tambien.

    Algo ocurrio en el corazon de ambos en cuanto se miraron. Fue como si hubieran estado separados durante siglos y por fin se hubieran encontrado nuevamente. Como si hubiera una enorme e innata conexion, la que al final habia logrado unirlos a traves del destino y los caminos que recorrieron en su vida, los cuales los llevaron a ese preciso momento.

    Sin embargo, el no iba a darle credito a ese tipo de sentimientos y menos a causa de una mujer. Si, Sayuri era realmente una hermosa youkai con sus ojos color lavanda y su liso cabello rosa, pero no era un creyente de eso que llamaban "amor a primera vista". Por otra parte, el habia ido con el proposito de matarla y ella estaba cuidando y curando sus heridas. No, no lo necesitaba, menos lo queria y ya se hallaba frustrado por el trabajo que no cumplio como tenia que ser.

    La youkai trato de leer la mente y los sentimientos de Bankotsu, pero otra vez no fue capaz. Eso significaba que tampoco podia cambiar ni controlar su mente, nisiquiera podia usar la telepatia con el.

    -Que te pasa que tienes esa cara?- le pregunto Bankotsu molesto por su propia situacion y notando la expresion concentrada de la youkai.

    -Jovencito irrespetuoso!- le llamo la atencion Hikari, enojada.

    -Necesitas algo?- cambio el tema Sayuri, tratando de mantenerse tranquila.

    -Necesito salir de aqui! Eso es lo que necesito!- exclamo el mercenario, tociendo y gruñendo de dolor por el esfuerzo que estaba haciendo al reclamar y lo enojado que se sentia.

    -Eres un mal agradecido- lo regaño la bruja, dirigiendo su mirada a la youkai.

    -Si crees que puedes, entonces vete. Las puertas estan abiertas- dijo Sayuri, fastidiada pero en paz. Estiro su brazo derecho hacia la puerta y la abrio con su telekinesis.

    Bankotsu no iba a quedarse de brazos cruzados, no. Sayuri y Hikari giraron los ojos hacia arriba al verlo hacer un testarudo y torpe intento por moverse que le causo lanzar maldiciones al mundo y mucho dolor. Ni hablar de ponerse de pie, estaba jodido quizas por primera vez en su vida.

    Grito una ultima maldicion y le dio un golpe al futon donde yacia, al verse en la obligacion de resignarse forzadamente. Por el momento, no le quedaba mas opcion que permanecer ahi. "Maldito samurai, malditos ninjas. Maldita youkai psiquica" penso y volteo su cabeza para mirar a otro lado pues no reconoceria que necesitaba de aquellos cuidados y menos aun se mostraria agradecido. Sayuri sonrio levemente y cerro la puerta con la telekinesis.

    El asesino volvio a tocer y Sayuri le acerco un cuenco con agua pero el lo tiro lejos con su brazo sano. La youkai lo miro con rabia, no podia creer su comportamiento. "Dejemoslo solo unas horas. Tiene que calmarse y comprender que lo mejor para el es quedarse aqui" dijo Sayuri en la mente de Hikari. Se miraron y la bruja asintio, se pusieron de pie y dejaron la habitacion en completo silencio.

    -Ire a ver unos asuntos a la aldea. Te quedas a custodiar al cretino?- le pregunto la hechicera a la youkai, mientras ambas caminaban por el pasillo.

    -Todavia no puedo hacer nada con su mente. Es como si... como si mis poderes se bloquearan con el. No se, es raro- comento Sayuri en voz baja. Hikari la miro con expresion confusa pero intentando bajarle el perfil al asunto -Que piensas tu?- pregunto, al no recibir respuesta.

    -Te digo la verdad? No lo se- respondio encogiendose de hombros y puso su mente en blanco. Sabia que en ocasiones Sayuri le leia la mente sin permiso y no queria que supiera nada. No todavia.

    -Por que pones tu mente en blanco?- pregunto Sayuri, deteniendose y cruzando los brazos seriamente. Hikari volteo con el ceño fruncido y puso sus manos en la cintura.

    -Que fue lo que hablamos hace ya varios años atras, muchachita?- pregunto molesta, en tono de regaño. La youkai sonrio un poco avergonzada.

    -Que no iba a leer tu mente sin tu permiso.

    -Y por que?

    -Porque es una falta de respeto hacia ti- Sayuri bajo la mirada. Hikari asintio con una sonrisa y acaricio su rostro.

    -Se que lo averigüaras. Ten calma- le dijo y la youkai le respondio con otra sonrisa.

    ~~~

    Bankotsu paso varias horas mirando el techo con su cabeza dando vueltas y vueltas en la situacion en la que se encontraba. Dentro de su frustracion y su rabia, pretendia idear un plan para escapar pero luego reconocio que con una pierna rota, un brazo roto y una profunda herida en el estomago, como maximo llegaria hasta la puerta.

    Que vergüenza, seguramente sus hermanos junto al samurai Ichiro se burlarian si supieran de su estado actual. Si todo hubiera salido de acuerdo al plan, el habria estado disfrutando de su gran botin en esos momentos. "Pero por que? Maldita sea!" pensaba.

    Se sentia tan furioso y hundido que se habia olvidado de Banryu. Recorrio la habitacion y la encontro en el suelo de una de las esquinas, por lo que se sintio aliviado. Sus ropas y su armadura no estaban, de hecho solo vestia un pantalon negro y su cabello estaba suelto.

    Pese a todos esos factores, Sayuri estaba muy presente en sus pensamientos. No solo porque ella era el objetivo que no logro alcanzar, sino por las actitudes que estaba teniendo hacia el, las cuales no comprendia. Y que preciosa era.

    Su estomago gruño sacandolo de su reflexion y lanzo la ultima maldicion. En cuanto llegara Sayuri, deberia pedirle algo de comer por obligacion.

    Escucho el ruido de la puerta abriendose, seguido de unos ligeros pasos que se acercaron a el.

    -Ya se te bajo el orgullo?- escucho la suave voz de Sayuri en un tono de molestia. Bankotsu volvio su rostro hacia ella, serio pero tranquilo. De todas maneras, no estaba feliz al respecto asi que no se mostraria simpatico tan pronto.

    -Tengo hambre. Podrias darme algo de comida?- pregunto con esa voz tan varonil que acelero el corazon de Sayuri. Ella sonrio levemente y asintio para volver a ponerse de pie y salir de la habitacion.

    Al cabo de unos minutos, Sayuri regreso trayendo un cuenco grande humeante junto a una cuchara.

    -Pudiste sentirte mejor?- le pregunto Sayuri al tiempo que se sentaba y dejaba el plato a un lado. Entonces lo ayudo a incorporarse con la mano en su nuca y Sayuri evito mirarlo. El disfruto de lo cerca que estaba por un instante, observando su belleza de cerca. La youkai le puso varios cojines para que quedara mas levantado y le fuera mas comodo para comer.

    -No te preocupes por mi- respondio el moreno, permaneciendo con la misma expresion. Pese al dolor, suponia ser capaz de aguantarlo. Sayuri comenzo a darle de comer, era una deliciosa sopa de verduras.

    -Espero te hayas dado cuenta que lo mejor es que te quedes aqui. Pronto vas a recuperarte- le dijo ella en total paz y con algo de dulzura. Bankotsu miro a otro lado, no queria armar una discusion. Sabia que su deber en ese instante era calmarse y resignarse a ello.

    -Mi armadura y mis ropas donde estan?- pregunto despues de varias cucharadas, cambiando el tema y volviendo a mirarla.

    -Tu armadura la mande a arreglar a la aldea, tus ropas las mande a lavar- respondio ella amablemente y le sonrio, mirandolo fijo -Debo decir que Banryu es muy pesada. No se como puedes andar con ella- comento divertida. Bankotsu la miro sorprendido y fruncio el ceño.

    -De donde sacaste que ese es su nombre?- indago, muy curioso y confundido.

    -Parecio como si ella se hubiera presentado- contesto la chica con un leve sonrojo de vergüenza. Sintio un poco de angustia pues hablar de la alabarda podria responder algunas de sus preguntas, que de cierta forma no queria saber.

    "Mueve objetos a voluntad" penso el asesino. "Mi alabarda se comunico con ella?" se pregunto y se hallo levemente temeroso. En el caso de que Sayuri hubiera sentido algo al entrar en contacto con su alabarda, ella tendria serias dudas sobre el. No obstante, se mantuvo serio.

    -Quien eres tu?- pregunto entonces la youkai y su sonrisa se borro un poco. El parpadeo un par de veces y recordo la advertencia de Ichiro acerca de sus poderes psiquicos, pero le daba la impresion de que Sayuri no los habia puesto en practica aun pues nisiquiera se habia comunicado con el por telepatia.

    -Me llamo Bankotsu- respondio el.

    -Que hacias en el bosque de los ninjas?

    "Ichiro me envio a matarte" penso impulsivamente Bankotsu y no le quito los ojos de encima. Si Sayuri leia su mente, habria una reaccion al respecto pero ella permanecio callada y en paz.

    -No me respondas nada todavia. En otra ocasion me lo diras, ahora debes comer y descansar- dijo ella, al caer en la cuenta de que tal vez lo estaba obligando a esforzarse con el fin de responderle sus preguntas.

    -Como llegaste alli? Y por que me rescataste?- pregunto el mercenario, pero el dolor en su estomago por la herida del sable ninja se intensifico y lo hizo gruñir y tocer fuerte.

    -Ves? Es mejor que no hables demasiado- dijo ella, sirviendo agua desde una vasija en un cuenco. Se aproximo mas a Bankotsu y le dio a beber un poco de agua.

    El mercenario termino de comer en silencio y luego Sayuri limpio su boca delicadamente. Habian estado mirandose el uno al otro en todo momento.

    -Puedes dormir tranquilo si quieres- le dijo Sayuri, lo ayudo a incorporarse nuevamente para quitarle los cojines y lo dejo acostado. Ella le sonrio sonrojada y Bankotsu tambien se sonrojo pero no le devolvio la sonrisa.

    La youkai se puso de pie y llevandose el plato, dejo al asesino a solas en la habitacion.



     
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    InunoTaisho

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    Mi estimada, otra observación: por favor no dejes de colocar ambos signos, de interrogación (¿?) y de exclamación (¡!), en las preguntas o exclamaciones....Sé que muchas veces cometemos la desidia de omitirlos por la comodidad y la mala costumbre tomada de la escritura sajona (yo también lo he hecho, no lo niego); pero en el caso de una redacción larga como este texto literario es lo más adecuado y conveniente porque son normas gramaticales básicas. Lo mismo va para los acentos y otros signos de puntuación. Tómalo como una crítica constructiva para mejorar y presentar siempre un texto agradable y entendible.

    Por lo demás no hay mucho que recalcar, se va avanzando y como has centrado la historia en tu personaje original, la muy especial y enigmática yokai Sayuri, me es difícil detallar algo sobresaliente de ella; y sobre Bankotsu aún siento adecuado su comportamiento a pesar de la situación no común a lo visto en la serie.

    Como sea, me da gusto ver que arreglaste lo del primer capítulo, y te insto a continuar escribiendo.
     
  5.  
    NattiJimenez

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    Muchas gracias, mi estimado! Tendre sus consejos muy en cuenta. Hoy estare subiendo capitulo asi que espero su review!
     
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  6.  
    NattiJimenez

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    Título:
    El Mercenario y La Youkai [BankotsuxPersonajeOriginal]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    5
     
    Palabras:
    2361
    CAPITULO 3

    EL LÍDER


    Anochecía en el sengoku y los shichinintai se encontraban aún en el mismo lugar, reunidos en una fogata que armaba Renkotsu. Jakotsu estaba pensativo mientras sus otros hermanos conversaban.

    -¿Que será de nuestro hermano mayor?- preguntó el afeminado, preocupado mirando los colores del cielo. Mukotsu rió burlón.

    -Seguramente esa demonio psíquica es la belleza en persona y nuestro hermano se enamoró- dijo el maestro del veneno y Ginkotsu se sumó a sus risas.

    -No digas tonterías. A mi hermano no podría sucederle algo como eso- dijo Suikotsu, convencido.

    -¿Y por qué estaría con una youkai?- preguntó Mukotsu.

    -¿Será posible que lo haya asesinado?- dijo Renkotsu.

    -¿Que nuestro hermano mayor murió a manos de un espíritu femenino?- Jakotsu se angustió.

    -Pronto caerá la noche y el hermano Bankotsu no ha vuelto- comentó Kyokotsu.

    FLASHBACK

    -Hermanito, ¿estás seguro de hacer ésto?- le preguntó al moreno, algo consternado.

    -¿Qué has dicho, Jakotsu?- preguntó Bankotsu, extrañado.

    -¿Y si esa youkai es de verdad peligrosa y te asfixia con sus poderes, rompe tus huesos o controla tu mente y caes bajo sus órdenes?- dijo Jakotsu, un poco horrorizado. El moreno sonrió de lado y puso una mano en su hombro.

    -Puedes permanecer en calma, hermano. Eso no sucederá- le aseguró -En caso de que se haga de noche mañana y yo no aparezca, deben irse sin mí. Luego los alcanzaré.

    -No, tenemos que esperarte- se negó Jakotsu.

    -En serio, no te preocupes. Tan solo váyanse- repitió Bankotsu, muy convencido.

    FIN DEL FLASHBACK

    -Si no llega ésta noche, nos iremos- determinó Renkotsu, seriamente. Jakotsu lo miró con horror, los demás se miraron entre ellos, impresionados.

    -¿Qué?- preguntó Suikotsu.

    -¿No esperaremos a nuestro hermano mayor?- dijo Jakotsu.

    -No. Si está vivo, de algún modo nos encontrará. No podemos esperar a que aparezca, tenemos que ir a otro lado a buscar trabajo- explicó Renkotsu.

    -Renkotsu tiene razón- comentó Mukotsu. Jakotsu se encontraba fastidiado.

    -Lo que sucede es que tú quieres tomar el lugar de mi hermanito Bankotsu. Quieres ser el líder de los 7 guerreros asesinos- se atrevió a decir, sacando su espada de su funda.

    -¿Y qué? ¿Acaso vas a oponerte?- lo desafió Renkotsu y no esperó para darle de inmediato su primer ataque.

    Y así comenzo una agresiva pelea. Jakotsu intentaba destasarlo con su espada serpiente y Renkotsu buscaba quemarlo a toda costa, hasta que creó una red de fuego sobre él. Los otros hermanos los miraban atacarse mutuamente en silencio, ninguno tenía pensado intervenir.

    -Maldito- dijo Jakotsu enfurecido, lanzándole su ataque con la espada. Renkotsu lo esquivó y aprovechó ese instante para tensar la red de fuego y envolver a Jakotsu en llamas.

    Los otros hermanos no sabían qué decir pues Renkotsu había demostrado su verdadera maldad al matar a Jakotsu por negarse a seguir su voluntad. El afeminado gritaba calcinándose y Renkotsu le dió su golpe de gracia con un buen disparo. Su cuerpo calló aún encendido pero ya muerto.

    -Eso es lo que obtendrá todo el que se revele a mí de ahora en adelante. Muerte- dijo lleno de odio y rabia, volteándose a mirarlos -Mañana a primera hora nos iremos de aquí- ordenó.

    -Sí, sí- le respondió Ginkotsu y los otros sólo asintieron.

    ~~~

    En su castillo, Ichiro cenaba en completa tranquilidad. De pronto, la puerta del comedor se abrió y entro unó de sus asesores.

    -Señor Ichiro- le dijo, acercándose. El samurai lo miró atentamente -Bankotsu aún no ha llegado. Esá por anochecer- dijo. Ichiro hizo una mueca de desinterés.

    -Esperaremos unos momentos más.

    Entonces, entró su hermano por la puerta también.

    -Hermano, por qué no envías a un espía? Así sabrás lo que ocurrió con ese guerrero asesino- le sugirió.

    -No creo que sea necesario aún, Atsuo- dijo el samurai, relajado.

    -¿Tienes fé en un mercenario? ¿Piensas que podría matar a una youkai psíquica como Sayuri?- preguntó su hermano. Ichiro se quedó pensativo un momento.

    -Es posible. Ha asesinado a numerosos youkais- explicó convencido y continuó con su cena.

    ~~~

    Bankotsu logró dormir un par de horas y despertó a la vez que Sayuri entraba a la habitación. El asesino la miró y ella le sonrió.

    -Cambiaremos tus vendajes. Te gustaría comer algo despues?- preguntó, acercándose. Bankotsu simplemente asintió, sonriendo de medio lado un poco.

    Llegó Hikari y junto a Sayuri se pusieron manos a la obra. Revisaron las heridas de Bankotsu y le pusieron ungüento y vendajes nuevos.

    -Tus heridas se ven un poco mejor- sonrió Hikari con amabilidad y luego salió con Sayuri. Un rato después, ella volvió con un plato de sopa con verduras.

    La youkai se dedicó a darle de cenar en la boca y el comió en silencio. Por último, lo volvió a acomodar para que se preparara para dormir.

    -Duerme en paz. Yo me quedaré aquí- le dijo y Bankotsu pronto cerró sus ojos, quedándose profundamente dormido.

    Pasaron un par de horas y Hikari se asomó por la puerta. Sayuri se acercó y salieron de la habitación por un momento.

    -¿Vas a cuidarlo?- le preguntó Hikari. La youkai asintió.

    -Me quedaré despierta con él. Ve a descansar- respondió, soltándose el cabello y la hechicera la besó en la frente.

    ~~~

    Sayuri pasó toda la noche en vela custodiando el sueño de Bankotsu, quién durmió sin despertar nisiquiera para beber agua.

    Temprano, Sayuri salió de la habitación para ir a saludar a Hikari, quién ya debia estar despierta.

    El moreno despertó un momento después de que la youkai dejara la habitación y se quedó viendo la luz entrando de a poco e iluminando cada rincon.

    Pese a que el mercenario experimentaba dolor físico todavía, tenía una sensación de alivio y relajo pues sabía que se hallaba en un lugar seguro apesar de que fuera contra su voluntad. Sin embargo, Sayuri todavía lo hacía pensar.

    Ahí fue cuando la youkai entró a la habitación, aún con el cabello suelto. Sonrió dulce al cruzar su mirada con él, quién no dijo palabra. "Deslumbrante" pensó el moreno, a causa de que su larguísimo cabello estaba suelto.

    -¿Cómo te sientes? ¿Te encuentras mejor?- le preguntó Sayuri, sonrojada. Él también se sonrojó.

    -Aún duele, pero ya no es tanto- respondió él, con su varonil voz.

    -¿Quieres algo de desayuno?- preguntó ella y Bankotsu asintió -Ya vengo.

    Sayuri se tomó unos minutos y regresó con el desayuno para el mercenario.

    -¿Mi alabarda te pareció pesada?- dijo el chico a la vez que la youkai le daba las primeras cucharadas y Sayuri asintió.

    -Mi mente quedó algo agotada cuando llegué aquí- dijo y Bankotsu frunció el ceño, aparentando curiosidad aunque recordaba muy bien todo lo que había hecho en el bosque de los ninjas -¿Quieres ver?

    El mercenario asintió y volteó a mirar a su alabarda. Sayuri estiró su brazo izquierdo con la mano y los dedos abiertos y pudo levantar a Banryu con dificultad hasta casi hacerla tocar el techo. Bankotsu se halló aún más impresionado y sonrió de medio lado, sin duda era impactante que alguien más aparte de él pudiera elevarla y vió cómo Sayuri la dejaba de vuelta en su lugar.

    Bankotsu se volteó a verla encantado y sonriendo de medio lado. Ella le devolvió una sonrisa, con una mirada tímida.

    -Ví todo lo que le hiciste a los ninjas- comentó Bankotsu, recibiendo otra cucharada de comida. Sayuri miró sorprendida a otro lado.

    -No hago ese tipo de cosas normalmente. No voy por el mundo quitándole las armas a la gente y manejando sus mentes para mi conveniencia- aclaró ella, seria pero tranquila.

    -Está bien. Pierde cuidado- dijo él y la youkai lo miró nuevamente. Él sonreía de medio lado y Sayuri sonrió tambien, lo que hizo que ambos se sonrojaran. No sabía si estaba bien hacerle un cumplido, él no se comportaba de esa manera con las mujeres pero en esa ocasión le pareció una buena idea -A mi me pareció grandioso- dijo y la mirada lavanda de Sayuri se impregnó de incredulidad.

    -No todos piensan lo mismo.

    -Lo que piensen los demás no es importante- Bankotsu acentuó su sonrisa de medio lado, lo que cautivó a Sayuri y ella sonrió más, sonrojada.

    El guerrero asesino se sintió extraño. Durante su carrera como asesino había matado a numerosos youkais con diversas capacidades, su concepto de ellos era que todos eran crueles y calculadores. Pero, Sayuri no le generaba ninguna desconfianza ni sensación repugnante como le había sucedido con otros demonios y espíritus. Ella se veía preocupada por el y por su salud, y se notaba dispuesta a encargarse personalmente de su recuperación. Y tenía que reconocer que la gran genialidad de sus poderes sobrenaturales la hacían parecer más atractiva a su gusto.

    Por otro lado, por qué se encontraba hablándole en buen tono a una mujer? Por qué actuaba tan educado y respetuoso frente a una chica? Nunca había tenido buenas actitudes con ellas, de hecho había tratado mal a todas las que se habían cruzado en su camino. Pero con respecto a Sayuri,... simplemente no quería faltarle el respeto ni tampoco tenia ganas de lastimarla. Qué sensación tan extraña...

    -Esa mujer, la que estuvo curando mis heridas junto a tí,... ¿no es tu madre, cierto?- preguntó Bankotsu.

    -No, ella es una hechicera y curandera. Se llama Hikari, me adoptó cuando murieron mis padres- le dijo Sayuri.

    -¿Cómo se llama esa hierba que me hicieron inhalar?- la youkai rió un poco. Bankotsu se sonrojo un poco mas y sonrio ampliamente -Es mejor que una botella de licor- dijo y rió, entonces Sayuri se sumó a sus risas.

    -Secretos de curandera- contestó Sayuri y dejaron de reír, pero continuaron sonriendo y mirándose fijo.

    Bankotsu ya habia terminado de comer y Sayuri limpió su boca con cuidado.

    -Dime, ¿puedes moverte?- le dijo la youkai curiosa, antes de quitarle los cojines para recostarlo.

    -Es decir, todavía no puedo moverme demasiado- explicó el mercenario.

    Sayuri suspiró hondo, había estado sintiendo la sensación de que tal vez podría dar resultado su habilidad de curación con la ayuda de Bankotsu.

    -Quédate quieto- le dijo la youkai, mirando su brazo fracturado y poniendo sus manos suavemente sobre él. Cerró sus ojos y se concentró.

    -¿Qué haces?- preguntó Bankotsu, extrañado. Repentinamente, fué como si el dolor de su brazo fuera desapareciendo. ¿Sayuri lo estaba curando? El guerrero asesino se quedó mirándola fijamente.

    Sin embargo, ella se detuvo pues era mucha la concentración necesaria y no estaba acostumbrada a hacerlo. Por esa razón, requería de mucha práctica y entrenamiento.

    -Disculpa, lo siento por el dolor- le dijo Sayuri tímidamente y evitó mirarlo.

    Lo ayudó para que se acostara, retirando los cojines. Después tomó el plato y se puso de pié.

    -Debo ir con Hikari, ya vuelvo- dijo la demonio, para salir por la puerta.

    Bankotsu se sonrojó y se quedó impresionado. "Sayuri intentaba curarme. Ella no es cualquier youkai" pensó.

    ~~~

    Sayuri salió apresurada de su palacio en dirección a la aldea para encontrarse con Hikari y amarró su cabello en su clásica coleta alta.

    -Señorita Sayuri!- escuchó un grito de una de las aldeanas a medida que ella se aproximaba. La mujer de unos 50 años, agitaba sus brazos para ser vista.

    -Señora Nanami- murmuró la youkai y corrió para llegar mas rápido, algo consternada. Los aldeanos siempre la buscaban cuando algo había sucedido.

    -Venga a mi cabaña. Necesitamos hablar con usted- le dijo Nanami cordialmente, cuando ella llegó a su lado.

    Caminaron un poco más y la señora hizo pasar a la youkai a su hogar.

    -Permiso- dijo Sayuri, entrando educadamente. El esposo de Nanami se puso de pié para recibirla.

    -Señorita Sayuri, adelante- le dijo, amablemente.

    -¿Ocurrió algo malo?- preguntó ella con atención.

    -Supimos que en su palacio se refugia un joven mal herido de nombre Bankotsu- le respondió el hombre de unos 60 años, con voz seria. Sayuri asintió -¿Usted sabe realmente quién es él?

    -A decir verdad, no lo sé- dijo Sayuri, teniendo muy presentes sus sospechas con respecto a ese moreno tan guapo -¿Saben algo sobre él?- preguntó ella, con interés.

    -Él pertenece a una banda de guerreros asesinos- explicó el hombre -Los shichinintai, son 7 mercenarios y su líder se llama Bankotsu- reveló. Sayuri abrió los ojos de la sorpresa. "Por eso es que Banryu..." pensó.

    -¿Es cierto eso? ¿Señora Nanami?- Sayuri dirigió su mirada a la mujer.

    -Sí. Tiene que creernos- rogó Nanami, tomándole la mano con cariño -Usted ha sido buena con todos nosotros, ha cuidado nuestra aldea y nos ha defendido. No queremos que un asesino como él le haga daño- dijo y la youkai sonrió dulcemente.

    -Tranquilos, él no podrá hacerme nada malo- dijo Sayuri y con su otra mano cubrió la mano de Nanami -Les agradezco mucho que hayan hablado conmigo.

    -Descuide, señorita Sayuri- dijo el esposo de Nanami y la demonio se puso de pié para salir de la cabaña con un gesto cordial.

    Al salir, vió a la curandera caminando en su dirección.

    -¡Hikari!- exclamó Sayuri, corriendo a su encuentro.

    -Mi niña, ¿qué te pasa? Estas pálida- preguntó la bruja, preocupada.

    -Necesito confiar en tí- respondió ella, susurrando con tono muy serio -Pero debes prometerme que no harás nada al respecto- dijo Sayuri y Hikari comenzaba a asustarse.

    -Dime.

    -Estuve con la señora Nanami y su esposo. Me contaron sobre Bankotsu, es el líder de un escuadrón de asesinos. Los shichinintai- comentó y la hechicera frunció el ceño, abriendo los ojos de la sorpresa -¿Tú sabías algo?

    -Había escuchado sobre ellos anteriormente pero no sabía que su líder era Bankotsu. ¿Qué haremos al respecto?

    La hechicera sabía algo que Sayuri aún no sabía y que le hacía mucho sentido acerca de Bankotsu y los shichinintai.

    -Dejaremos que se recupere y en el entre tanto, llegaré al fondo de esto. Si él vino aquí a matarme, lo sabré- dijo Sayuri, determinada. Hikari sonrió levemente y asintió, recordando las palabras de la madre de la youkai.

    -Confío en tí, mi Sayuri- le dijo y la tomó de la mano.
     
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    NattiJimenez

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    El Mercenario y La Youkai [BankotsuxPersonajeOriginal]
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    CAPITULO 4

    MUY ESPECIAL


    Llegó la hora del almuerzo y Sayuri hizo su entrada en la habitación de Bankotsu con un buen plato de comida.

    -Pescado asado y arroz- comentó el mercenario sonriendo de medio lado y Sayuri lo miró con seriedad. Bankotsu adoraba el pescado asado y buscaba romper el hielo pues la youkai no había dicho nada -¿Cómo fue que supiste que yo estaba en el bosque de los ninjas?

    Sayuri dió un suspiro y miró a otro lado.

    -Tus sentimientos me llamaron- explicó, recordando ese momento. Bankotsu la miraba con atención -Percibí tu dolor físico y tu miedo y me apresuré para llegar. Sabía que iba a ocurrirte algo malo y no me quedaría sin hacer nada al respecto- dijo con simpleza.

    -¿Y qué hay de Banryu? ¿Qué significa que ella se presentó?

    -No sé si crees en esto, pero cada espada tiene emociones. Algunas son más suaves y otras más intensas- dijo ella y él se quedó en silencio -Los sentimientos de la alabarda... me dan una idea del tipo de persona que es su dueño y... quiero que tú mismo me lo digas... Quiero conocer tu verdadera identidad- la youkai clavó su mirada color lavanda en la de Bankotsu, quién no dejó de observarla.

    -Soy el líder de un escuadrón de mercenarios. Nos conocen como los shichinintai- dijo el moreno sin titubear. El corazón de Sayuri palpitó más fuerte -Ichiro, el samurái, me pidió tu cabeza.

    "Ichiro, qué fastidio" pensó ella. Estaba entre creer y no creer que el joven samurái fuera capaz de mandar a alguien a matarla. Sin embargo, no era precisamente eso lo que la dejó sin palabras. Y es que en su alma le quedaba algo de esperanza para pensar que quizás lo que le había contado la señora Nanami y su esposo era una mentira.

    -Bien. Lo comprendo- respondió con tristeza la youkai, dejando de mirar los ojos azules del guerrero asesino. Él sonrió de medio lado otra vez, disfrutaba de incomodar a las mujeres. Le encantaba ver sus expresiones de nerviosismo o temor.

    -¿Qué? ¿No te lo esperabas? ¿O te asustaste?- preguntó Bankotsu maliciosamente y Sayuri volvió a verlo, molesta.

    -¿Asustarme yo? ¿Por qué?

    -Porque he asesinado a monstruos como tú. Sería tan simple como agitar a Banryu- la desafió con cierto tono seductor. Ella se sonrojó pese al enojo que él le estaba causando por retarla en ese instante.

    -Yo podría ahorcarte y romper todos tus huesos, Bankotsu- advirtió.

    -¿Por qué no lo haces ya mismo? Tienes la ventaja en este momento- continuó el mercenario con tranquilidad. Confiaba plenamente en la percepción que tenía de la demonio. "Porque no soy así" pensó Sayuri, indignada. Bankotsu había logrado disgustarla, ponerla a prueba, sin motivo aparente.

    -Eso era todo lo que necesitaba saber. Te veré más tarde- dijo ella, cerrando el tema de manera cortante.

    -Como digas, Sayuri- contestó Bankotsu, acentuando su sonrisa de medio lado a la vez que ella salía de la habitación.

    -Sayuri- le dijo Hikari aproximándose en el pasillo y de inmediato notó su expresión de enojo y desazón -¿Qué sucedió? ¿Lograste hablar con Bankotsu?

    -Me lo ha confirmado todo. Es el líder de los siete guerreros asesinos- dijo y Hikari la miró severa -Y no sólo eso. Ichiro le puso precio a mi cabeza, fue por eso que lo hallé en el bosque de los ninjas.

    -¡Maldita sea!- exclamó la curandera, sin poder creer lo de Ichiro y se refirió a Bankotsu -Ese condenado no debería estar aquí. No merecía los cuidados que le hemos brindado- dijo irritada.

    -Seguramente esa fue la razón por la cual intentó escaparse al principio- concluyó la youkai y tomó las manos de la bruja con una mirada de tormento -Hikari, necesito unos momentos para pensar en esto. ¿Podrías darle la cena a Bankotsu más tarde?

    -Pierde cuidado. Yo lo haré en tu lugar- le dijo Hikari y la dejó ir. Cerró sus puños con impotencia mientras la observaba desaparecer camino a su habitación. Podía hacer algo, pero aún no era el momento adecuado. "¿Y qué si le tiro un conjuro al asesino para castigarlo?... No, mi niña no me lo perdonaría... Tendré que permitir que ella tome las riendas de ésta situación... y las cosas se darán... para que ella sea feliz" pensó.

    ~~~

    Bankotsu aún se sonreía de medio lado recordando su última conversación con Sayuri. Ciertamente, el hecho de que ella no fuera como los demás monstruos o espíritus le daba algo de ventaja. Aunque también la volvía enigmática e interesante, lo que sumaba a sus encantos.

    Su estómago hizo ruido, lo que le indicó que probablemente le tocaba cenar. Intentó imaginarse lo que Sayuri haría o diría cuando llegara a darle de comer, pero Hikari fue la que se presentó con la cena. "Ah, no vino porque está enojada" concluyó en su mente el moreno.

    Ninguno de los dos dijo nada, hasta que Bankotsu habló.

    -Por lo que he visto, Sayuri no ha usado sus habilidades mentales en mí- fanfarroneó, a lo que Hikari giró los ojos hacia arriba -¿Tú sabes por qué, hechicera?



    -¿Te interesa?



    -Sólo tengo curiosidad. Generalmente, los demonios no hacen el tipo de cosas que ella hace.


    -¿Como por ejemplo, salvar y cuidar al mercenario que venía a matarla? ¿Inclusive tratar de curarle las heridas con sus habilidades sobrenaturales?- preguntó, molesta.

    -Para eso me pagan, y mis hermanos y yo tenemos fama de hacerlo bastante bien- comentó él, altivo.

    -Que quede claro que no me agrada para nada la idea de que estés aquí, pero respeto las decisiones de mi niña- dijo Hikari firmemente pero tranquila -Y sí, tienes razón. Sayuri no es como cualquier monstruo y sus padres tuvieron mucho que ver. Ellos también fueron muy especiales. De hecho, deberías por una vez darle las gracias. La conozco y sé que apesar de que le dijiste la verdad, ella no te hará daño.

    Bankotsu se sonrió engreído de medio lado, terminó de cenar y Hikari salió de la habitación.

    ~~~

    Sayuri permanecía en su habitación, de pié en el umbral de la puerta que daba a su jardín. Hace una hora que todo estaba oscuro y ella peinaba su cabello suelto recordando al mercenario.

    Y se preguntaba por qué. Por qué rescató a Bankotsu, por qué cuidaba de él, por qué había aceptado el trabajo que Ichiro le encomendó y por qué no había demostrado sentimiento alguno al decirlo. ¿Y qué si en serio la asesinara estando ya recuperado? ¿Se vería en la obligación de aniquilarlo también? No podía,... más bien no quería...

    Algo le ocurría con él, se le hacía demasiado atractivo. El azul de sus ojos o su sonrisa altiva, su profunda voz o el color moreno de su piel, tan peculiar. Experimentaba debilidad, como si fuera a derretirse o como si en cualquier momento se lanzara a sus brazos irremediablemente.

    Dió un hondo suspiro y dejó su peine en su lugar. No quería darle más vueltas al asunto, estaba obligada a cumplir la única alternativa. Utilizaría sus habilidades mentales para apresurar la recuperación de Bankotsu lo más posible, se mantendría alejada de él en el entre tanto y lo dejaría marcharse cuando estuviera sano.

    Salió de su habitación y caminó hacia la de Bankotsu, nerviosa pero con seriedad. Entró y él abrió los ojos para mirarla fijo, sonriendo de medio lado. La youkai miró al suelo, no quería sentirse frágil y se le acercó rápidamente.

    -Disculpa, ¿te desperté?- preguntó ella, suavemente.

    -Sólo estaba descansando un poco.

    -¿Qué pensarías si utilizara mis poderes para curar todas tus heridas?- la youkai fue directo al grano y se atrevió a mirarlo, encontrándose con el azul de su mirada.

    -Supuse que eso habías intentado la vez pasada.

    -¿Quiere decir que me permites hacerlo?- preguntó Sayuri, con cierta timidez -No quiero obligarte si no quieres.

    -Se trata de si tú quieres hacerlo o no- respondió él, con tono sereno.

    -Requiere de mucha concentración. Por favor no hables y tampoco te muevas- rogó ella.

    En silencio, puso sus manos en su brazo fracturado y cerró sus ojos. El moreno no dejaba de mirar la concentración en su bello rostro y al cabo de unos minutos empezó a sentir que el dolor y la incomodidad se desvanecía. Sayuri se halló agobiada y no pudo más, respiró con agitación y le dedicó una mirada al moreno. Él acentuó su sonrisa de medio lado.

    -Se siente un poco mejor- dijo el moreno y Sayuri asintió -Gracias.

    -Vendré por un instante todas las noches, hasta que tus huesos y la herida en tu vientre se regeneren- le dijo y se puso de pié para caminar a paso veloz hacia la puerta -Buenas noches, que descanses- se despidió antes de salir.

    ~~~

    Pasaron tres días y Bankotsu no volvió a ver a Sayuri durante el día, sólo en la noche. Quería preguntarle a Hikari sobre ella, pero tampoco quería mostrarse interesado y de cierta forma sabía la razón por la cual ella había determinado tomar distancia de él.

    Cada noche que Sayuri iba a visitarlo antes de la hora de dormir, su recuperación avanzaba. En efecto, la herida del sable ninja al costado de su ombligo estaba cerrada al igual que las otras heridas pequeñas. Sayuri había pedido a uno de los aldeanos hacerle una especie de bastón de madera, el queBankotsu utilizaba para caminar un poco en compañía de Hikari, puesto que sus huesos del brazo y de la pierna estaban casi regenerados.

    Pese a ello, había un detalle que daba vueltas en su cabeza sin parar y ese detalle era Sayuri. En su vida, nunca se permitió enamorarse o amar a una mujer, ni hablar de tener una esposa o un bebé. Pero la youkai causaba sentimientos totalmente nuevos y desconocidos en él.

    Esperaba el momento de volver a verla cada noche con mariposas en su estómago, tenía ganas de estar a su lado y a ratos se imaginaba en situaciones románticas con ella. ¿Cómo sería besarla? ¿De qué manera podría hablarle de sus sentimientos? ¿Cómo sería hacerle el amor la noche entera y dormir abrazados? ¿Qué pasaría si ella sintiera lo mismo y decidieran estar juntos? Se hallaba así mismo un estúpido y se reprochaba duramente semejantes emociones hacia Sayuri, creyendo que quizás nada de ello tenía sentido. "Sayuri es una youkai y ellos no mantienen romances con humanos. Nisiquiera me permitiría cortejarla porque yo soy un mercenario y en un principio venía a acabar con ella" divagaba en su cabeza.

    Además de todo ello, se encontraba tremendamente aburrido de estar en el futón descansando y encerrado. Esa mañana después del desayuno se animó a salir solo de la habitación por primera vez, utilizando el bastón.

    Caminó por el pasillo hasta que dió con la salida al jardín, de donde provenían gritos y risas de niños. Bankotsu frunció el ceño y se asomó para espiar lo que estaba sucediendo.

    Sayuri estaba sentada en el césped acompañada de un grupo de aproximadamente diez niños de entre 5 y 8 años de edad. La youkai movía sus manos aplicando sus habilidades sobre unas aves de papel hechas por los niños, las cuales parecían volar por sí solas. Ella sonreía al ver las caras de alegría y entusiasmo de los niños por lo que sus poderes mentales le permitían hacer.

    Bankotsu observaba un poco boquiabierto, pues la escena le parecía inconcebible. Un espíritu demoniaco utilizando sus poderes sólo con el fin de divertir a un grupo de niños humanos. Y la luz de la mañana la hacía verse bellísima, llevaba el cabello suelto y él sonrió de medio lado.

    -Señorita Sayuri, queremos volar- le pidió uno de los niños con entusiasmo. Todos empezaron a saltar y hablar al unísono, alegremente.

    -¿Cómo?- preguntó ella entre risas.

    -¡Sí, queremos volar!- dijo otro de los niños.

    -¿Están seguros?- dijo Sayuri.

    -¡Sí!- exclamaron todos.

    La youkai estiró sus brazos y abrió sus manos hacia ellos y luego de unos segundos, los niños comenzaron a elevarse lentamente. Se rieron y gritaron fuerte, estaban emocionados.

    -¡Sayuri, por favor!- gritó Hikari, acercándose asustada. Al verse desconcentrada, Sayuri los puso nuevamente en el suelo, con cautela -¿Te volviste loca?- le preguntó la curandera.

    -Sólo jugábamos, señorita Hikari- explicó uno de los niños.

    En eso, Bankotsu vió a Sayuri volteando hacia él y se miraron fijamente. La youkai se le aproximó apresurada.

    -¿Qué haces? Deberías estar recostado- le dijo, tomándolo del brazo para ayudarlo.

    -Son muchos días así. Me siento aburrido- dijo Bankotsu, volteando hacia el pasillo con la ayuda de Sayuri -Los monstruos no juegan con niños, ¿cierto? Tú les permites que vengan al jardín de tu palacio.

    -¿No te agradan los niños?- preguntó Sayuri.

    -A decir verdad, no demasiado- reconoció él.

    -Ustedes los humanos, son especiales. Mis padres me enseñaron a respetarlos y defenderlos cuando lo necesitan.

    -Tú eres especial, Sayuri- dijo Bankotsu con voz seductora, sonriendo de medio lado y la miró para ver su rostro pero ella miró a otro lado, sonrojada.

    Llegaron a la habitación y Sayuri lo ayudó a sentarse a lo indio sobre el futón.

    -Los aldeanos me han traído fruta. ¿Quieres comer?- le preguntó la youkai volviendo a mirarlo y él sonrió de medio lado, asintiendo. Sayuri le devolvió una pequeña sonrisa, fue a buscarla y estuvo de vuelta en cosa de segundos.

    Traía un cuenco con trozos de manzana roja y fresas para los dos, y se sentó a su lado. Sayuri le acercó el cuenco a Bankotsu y él sacó un trozo de manzana, mientras que ella sacó una fresa. Sus miradas volvieron a cruzarse y acentuaron sus sonrisas.

    -No te había visto comer- comentó Bankotsu.

    -No suelo comer demasiado- dijo ella y el moreno recordó que los demonios podían pasar mayor tiempo sin comer y sin dormir que los humanos -Pero sí me agrada la fruta- reconoció.

    La mirada fija y seductora de Bankotsu sobre sus ojos la puso nerviosa y a él se le ocurrió una buena excusa para lograr algo con ella.

    -¿Me das una fresa?- pidió el moreno y Sayuri le acercó nuevamente el cuenco, a lo que él negó con su cabeza -Quiero que me la des tú. En la boca- aclaró y Sayuri sintió un escalofrío recorriendo su cuerpo.

    La sonrisa de la youkai se borró y se sonrojó, indecisa por un momento. Sin pensarlo, tomó una fresa para llevarla a la boca del moreno. Él abrió su boca y mordió la fresa sensual y suavemente, manteniendo su mirada fija en los ojos lavanda de Sayuri que no dejaron de mirarlo. La youkai se quedó muda y Bankotsu tomó otra fresa del cuenco para ofrecérsela a ella con una sonrisa cautivadora. Sayuri le sonrió coqueta y se aproximó para morder la fresa, cuando él tomó su mentón con la mano y la besó.

    Sayuri cerró sus ojos de manera automática al sentir los labios del mercenario sobre los suyos en un suave beso y el tiempo se detuvo. Bankotsu abrió un poco su boca, deslizando su lengua con el fin de separar los labios de ella y entrar en su boca. Ella lo siguió y abrió su boca un poco más para juntar su lengua con la de él, mezclando los dulces sabores a manzana y fresas. El moreno se asombró, probablemente él no era el primer beso en la vida de Sayuri, pero qué bueno era no tener que enseñarle a besar. Porque ella sabía hacerlo bastante bien y pronto el beso se tornó más profundo. La youkai lo tomó del rostro y él puso las manos en su cintura.

    Repentinamente recordaron dónde estaban y se soltaron lentamente, como despertando de un lindo sueño. Sonrieron sonrojados, pese a que Sayuri se encontraba un tanto avergonzada.

    -Discúlpame, yo...- intentó explicarse la youkai, apenada. No estaba acostumbrada a dejarse llevar tan fácil por un beso.

    -No hay de qué disculparse- le dijo Bankotsu tranquilo, sonriendo más -Tenía muchas ganas de besarte y tu boca me dijo que a tí te pasaba lo mismo- agregó con aires seductores.

    -Bankotsu...- dijo la youkai en voz baja y algo coqueta.

    -Que no te dé vergüenza. Nadie sabrá que nos besamos- le dijo él guiñándole un ojo y sacando manzana del cuenco. Sayuri lo imitó y asintió con cierto alivio.
     
    Última edición: 5 Mayo 2021
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    NattiJimenez

    NattiJimenez Iniciado

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    Título:
    El Mercenario y La Youkai [BankotsuxPersonajeOriginal]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    5
     
    Palabras:
    2498
    Advertencia:

    Este capítulo contiene escenas +18.

    CAPÍTULO 5

    LA VERDADERA RAZÓN


    El joven samurái había tomado un baño y se preparaba para ir a la cama a dormir, cuando su hermano golpeó a su puerta y se asomó por el umbral.

    —Ichiro, tu espía está de vuelta— le avisó y su hermano se apresuró para seguirlo a la sala principal.

    —Señor Ichiro— dijo su espía, realizando una reverencia.

    —¿Qué pudiste averiguar?— Ichiro fue al grano, a decir verdad estaba ansioso por saber sobre la youkai y el guerrero asesino.

    —Bastó con pasar por la aldea para enterarme de todo, no fue necesario infiltrarme dentro del palacio— explicó el espía e Ichiro lo dejó continuar con los ojos como platos, expectante—Me contaron que el líder de los shichinintai se está refugiando en el palacio de Sayuri. Y ella está cuidando de él.

    Ichiro apretó los puños y su rostro se desfiguró de ira.

    —Bankotsu— susurró entre dientes —Maldito mercenario.

    Atsuo suspiró pues ya se lo había imaginado.

    —Ya sabes lo que ambos se merecen, hermano— tocó el hombro de Ichiro, tratando de que se calmara.

    —Irás conmigo. Le pondré un precio a sus cabezas mucho más grande que el que le puse a Sayuri— le dijo el joven samurái, determinado —Vamos a buscar a los siete guerreros asesinos.

    Atsuo sonrió y asintió.

    ~~~

    Luego del desayuno, Sayuri invitó a Bankotsu a la aldea. Debían ir a buscar la ropa y la armadura del mercenario, así que él aceptó, pese a que no se hallaba muy interesado en ver la aldea y su gente.

    Estaba casi recuperado, se movía un poco más lento de lo habitual pero al menos el bastón era innecesario. Casi no creía que hace quince días había estado apunto de morir a manos de los ninjas. Y claro, todo se lo debía a la youkai que ahora le mostraba el camino.

    La distancia que ella había tomado de él había desaparecido. De hecho, últimamente estaban cada vez más cerca. Permanecían buena parte del día juntos, hablaban bastante acerca de todo. Sus padres, su infancia, su pasado. Incluso reían y se coqueteaban, cualquiera podía notar la química entre ambos.

    Bankotsu tenía presente que jamás se le había pasado por la mente encontrarse en una situación así. Algo así como cortejando a una mujer y menos a una youkai. Y no sabía si era bueno o malo, pero no se sentía nada mal. Al contrario, se sentía tan bien estar junto a Sayuri que prefería olvidarse de todo ello.

    La youkai, a decir verdad, se hallaba feliz. Hace mucho que deseaba sentirse de esa manera con respecto a un hombre pero realmente no se esperaba que las cosas se dieran así. Bankotsu había logrado cautivar a Sayuri, a tal punto que no quería pensar que el mercenario pronto se iría. Anhelaba que él se quedara a su lado y no estaba segura de cómo pedírselo.

    Regresando de la aldea, una de sus sirvientas se acercó a recibirlos a la entrada del palacio.

    —Señorita Sayuri— dijo y la demonio asintió con atención —El baño está listo.

    —Mandé a preparar un baño para tí—Sayuri se dirigió a Bankotsu con una sonrisa. Él se sonrió de medio lado.

    —Gracias. Eres muy amable— respondió y fué tras Sayuri.

    Ella lo dirigió hasta su habitación y abrió la puerta para hacerlo pasar.

    —¿Ésta es tu habitación?— preguntó el moreno y la youkai asintió.

    —Esperaré por tí en el jardín— le dijo ella y salió por el pasillo.

    ~~~

    Sayuri estaba sentada en el césped contemplando el bello estanque bajo de uno de los árboles de cerezo, cuando percibió a Bankotsu aproximándose. Se puso de pié y sonrió coqueta con las mejillas rosadas al verlo. Su ropa blanca en contraste con su piel morena y su armadura hacían que aumentara su atractivo. Él sonrió de medio lado mirándola fijo.

    —Te ves…—dijo ella, cuando lo tuvo en frente.

    —¿Qué?— preguntó él.

    —Te ves muy guapo— reconoció Sayuri y el moreno acentuó su sonrisa —Me gustas mucho, Bankotsu.

    El guerrero asesino se acercó un poco más a ella y su sonrisa se borró.

    —Yo no puedo sacarme de la cabeza el beso que nos dimos la otra noche— dijo Bankotsu en un tono bajo y sensual.

    —¿En serio?—preguntó ella y se sonrojó aún más.

    —Sayuri—dijo él y la tomó de la cintura para atraerla a su cuerpo —Nunca había sentido algo así por una mujer— susurró y tomó el rostro de la youkai con una mano para besarla suavemente.

    Sayuri correspondió su beso sin dudarlo y también lo tomó del rostro.

    ~~~

    Antes de la hora de dormir, Sayuri estaba curando a Bankotsu nuevamente. Ésta vez, le fue mucho más fácil y rápido lograrlo.

    —Ya estás curado— le dijo ella, sonriéndole. Bankotsu sonrió de medio lado—¿Cómo te sientes?

    —Como nuevo— respondió el moreno y se sentó a lo indio frente a ella—Oye, no tengo palabras para agradecerte todo lo que has hecho por mí.

    —No es nada, no tienes que darme las gracias— dijo Sayuri, levemente sonrojada.

    —¿Sabes? Siempre pensé que los de tu especie eran despreciables— confesó Bankotsu y acentuó su sonrisa —Pero tú… me has hecho cambiar de parecer.

    —Eso me halaga mucho— comentó la youkai, su sonrisa se borró un poco y miró a otro lado.

    —¿Te ocurre algo?— preguntó él, preocupado.

    —No, es que…—respondió Sayuri, volviendo a mirarlo seriamente.

    —Dime, Sayuri— Bankotsu su mirada fija en ella.

    —Volverás con tus hermanos, ¿no es así?— indagó con un tono melancólico. “Dime que no, por favor” dijo en su mente.

    Bankotsu respiró hondo, de cierta manera ya se había esperado esa conversación. “Cuanto quisiera decirte que no… pero es mi deber” pensó el mercenario.

    —A decir verdad, no lo sé— mintió. Repentinamente, no quería lastimar a Sayuri —No pienses en eso. No quiero que estés triste— le dijo y la tomó de las manos.

    En los ojos de la youkai, el guerrero asesino pudo notar el rastro de tristeza.

    “No quiero que te vayas” pensó Sayuri en su cabeza.

    —¿Por qué no puedo usar mis poderes mentales contigo?— preguntó luego de unos segundos.

    —Creí que no lo habías intentado— respondió Bankotsu, algo sorprendido. Estaba confirmando sus sospechas de que sus poderes no surtían efecto en él.

    —No importa, está bien— Sayuri sonrió levemente —Me iré a dormir. Buenas noches.

    —Buenas noches— dijo él, sonriéndole de medio lado. “Estoy enamorado” pensó observándola salir de su habitación.

    ~~~

    Llevaba unos momentos tratando de dormir, pero no le era posible. Pensaba en Sayuri, repasando su hermosa imagen y las sensaciones que le provocaba su cercanía. Recordó su forma de besar y no demoró en sentir algo que hace algún tiempo no le sucedía. Imaginaba a Sayuri desnuda en el futón, sucumbiendo a todo el placer que él podría proporcionarle.

    Su miembro estaba erguido y por un momento pensó en autosatisfacerse pero no, quería más que eso. Deseaba a Sayuri, deseaba hacerla su mujer y ésta era la única oportunidad para hacerlo.

    Se levantó en las ropas blancas para dormir que Sayuri le había entregado y salió intentando no hacer ruido. Cuál fue su sorpresa al encontrarse con la youkai caminando en dirección hacia él.

    Sayuri se sonrojó levemente y se miraron fijo hasta que ella estuvo frente a Bankotsu.

    —¿Puedo entrar?— murmuró ella, un tanto avergonzada. El mercenario sólo asintió, entraron y cerró la puerta —¿Me dejarías pasar la noche contigo?

    “Ella quiere lo mismo que yo” pensó Bankotsu y se sonrojó también.

    —¿Sabes lo que eso significa?— preguntó él con voz baja y seductora. Sayuri asintió.

    —Quiero ser tuya, Bankotsu. De nadie más— dijo ella, sensual.

    El moreno se le aproximó y desató el lazo del kimono que Sayuri traía puesto, deslizando suavemente la tela por la suave y blanca piel de la youkai. Sus ropas cayeron, descubriendo su cuerpo. Bankotsu observó sus senos turgentes, su vientre plano y sus caderas pronunciadas.

    —Eres realmente preciosa— murmuró y procedió a quitarse la ropa. Sayuri se sonrojó aún más cuando vió la desnudez de su piel morena, su cuerpo perfectamente tonificado y su potente masculinidad, haciéndole notar lo que sentía. La youkai experimentó un agradable cosquilleo en su entrepierna y el atractivo mercenario la tomó de la cintura, pegándola a su cuerpo.

    Se besaron apasionada y profundamente, Bankotsu puso su mano en uno de sus senos jugando con su pezón y Sayuri gimió suave sobre los labios del moreno, sintiendo también lo duro que estaba su virilidad.

    El moreno la depositó con delicadeza en el futón y se acostó a su lado, reanudando los besos cargados de pasión. Bankotsu descendió con besos por el cuello de Sayuri para llegar a sus pechos, los que lamió a su antojo. La youkai gemía y el mercenario gozaba con su placer.

    Dirigió su mano para acariciar la húmeda y cálida entrepierna de Sayuri. Ella cerró sus ojos en una expresión de placer, mordiéndose los labios y gimiendo suave y sensual. Bankotsu jugó un momento con su centro de placer y luego su virilidad le indicaba que era hora de entrar en ella.

    El mercenario se puso sobre ella y entre sus piernas, la youkai lo recibió y se besaron antes de ése momento tan esperado. Mantuvieron la mirada fija el uno en el otro al tiempo que Bankotsu se abría paso dentro de ella con cierta dificultad, rompiendo esa barrera por primera vez.

    Bankotsu vió a Sayuri cerrar los ojos, con algo de dolor.

    —¿Duele mucho? Porque si te duele, yo me detendré— le dijo Bankotsu, consternado.

    —Puedo soportarlo. Continúa—contestó ella, volviendo a mirarlo con una leve sonrisa sensual. Bankotsu se sonrió de medio lado y Sayuri lo besó apasionadamente.

    Entonces, comenzó el ritual de amor y deseo entre ambos. Bankotsu la embestía primero suave y delicadamente pero al escuchar los gemidos de Sayuri aumentó la velocidad del vaivén, haciéndolo gemir a él también.

    Todos sus pensamientos se disiparon, sólo eran ellos dos haciendo el amor com tanta pasión que posterior a unos minutos de placentero e irresistible juego, Sayuri y Bankotsu pudieron sentir que venía una energía en sus centros de placer. De manera inminente, sus miradas se fijaron al tiempo que esa sensación delirante del momento cúspide de su unión se derramó sobre ambos.

    El moreno la besó apasionadamente con el objetivo de ahogar el más fuerte de los gemidos. Acto seguido, Bankotsu se acostó a su lado estrechando entre sus brazos a la youkai de los ojos lavanda. Se miraron a los ojos y Sayuri sonrió levemente, sonrojada y con cierto brillo en la mirada. Bankotsu se sonrió de medio lado, algo sonrojado.

    —Te amo, Sayuri— murmuró él.

    —Y yo te amo a tí— respondió ella.

    “Quédate conmigo” dijo al interior de su cabeza y nuevamente se dieron un beso suave y profundo.

    ~~~

    Contempló a Sayuri quedarse dormida y suspiró hondo. Faltaban unos instantes para que el sol saliera y ellos habían terminado hace sólo un par de instantes de hacerse el amor por tercera vez. Estaba agotadísimo y moría de ganas por dormir al lado de su amada, sin embargo debía cumplir su cometido.

    Se levantó de entre las sábanas donde dormía la youkai y se aproximó a uno de los muebles, sobre el cual coincidentemente había papel y tinta para escribir.

    Tomó una de las hojas y untó el pincel fude.

    “Sayuri, mi amor.

    No sabes lo difícil que es esto para mí. Me veo en la obligación de dejar a la mujer que amo atrás porque si me quedo a tu lado, tu vida corre peligro. Ichiro podría enterarse de que no te hice ningún daño y es probable que busque otra manera para cumplir lo que desea, que es verte muerta. Es por eso que debo reencontrarme con mis hermanos y continuar con mi vida. Y tú, debes escapar y esconderte. Haz lo que tengas que hacer para estar a salvo.

    Pero por favor, no llores. Sé feliz y continúa siendo la increíble youkai que eres, pues por eso hoy puedo decir lo que jamás pensé que diría algún día. Me enamoré de tí, Sayuri. Eres la mujer de mi vida y espero que siempre me recuerdes porque al menos yo siempre te tendré en mi mente y en mi corazón.


    Bankotsu.”

    Dejó todo allí, se vistió y se puso su armadura. Tomó a Banryu en silencio y salió de la habitación con el corazón rompiéndose en el interior de su pecho, dirigiéndose a la salida del palacio.

    ~~~

    Sayuri se despertó al percibir la luz de la mañana en la habitación. Sintió la suavidad del tacto de su piel desnuda con las sábanas y abrió los ojos dificultosamente. Hace mucho no se quedaba dormida tan rendida como esa noche.

    Notó la ausencia no sólo de Bankotsu, sino que de su ropa, armadura y alabarda. Sus ojos se pusieron vidriosos, se levantó cubriendo su desnudez con las sábanas y fue hasta el mueble donde estaba el papel, el pincel y la tinta.

    Las lágrimas rodaron por sus mejillas al leer la carta de Bankotsu, su alma se encontraba haciéndose trizas por el mercenario. Sollozó en silencio al terminar de leer por unos momentos y luego se vistió rápidamente, doblando y guardando la carta del moreno entre sus ropas, cerca de su corazón. Dejó su larga cabellera suelta y secó bien su rostro.

    Salió apresurada al jardín en busca de Hikari y ésta caminó hacia ella, preocupadísima por la angustia en su rostro.

    —¿Sucedió algo, mi niña?— preguntó la hechicera y Sayuri rompió en llanto nuevamente. Hikari la abrazó cariñosamente —¿Pasaste la noche con Bankotsu?

    —Se ha ido, Hikari. No pude hacer que me eligiera— contestó la youkai, entre lágrimas. La bruja dió un hondo suspiro.

    —Sayuri. Tengo algo que decirte. Es el momento que estaba esperando— dijo Hikari, seriamente pero con angustia en los ojos. Sayuri se soltó de sus brazos y se miraron fijamente. La curandera la tomó de las manos con cariño —Yo sé la verdad sobre Bankotsu. Yo sé por qué no puedes usar tus poderes mentales con él. ¿Y sabes quién me lo dijo? Tu madre. Ella vió tu futuro.

    Sayuri abrió los ojos como platos y un escalofrío recorrió su piel. Se quedó expectante a que Hikari continuara.

    —Tu madre me dejó una carta para tí. Está en mi habitación, vamos— le dijo la curandera y la arrastró de la mano hacia el interior del palacio.

    Sayuri caminó tras ella y entraron a su habitación, cerrando la puerta.

    —La verdadera razón por la que no puedes acceder a la mente de Bankotsu— comenzó a decir, buscando en el cajón de uno de los muebles ante la mirada fija de Sayuri —Es que él es… el hombre de tu vida. Eso lo hace especial hasta ese punto.

    La curandera sacó la carta y se la entregó a Sayuri.

    —La carta de tu madre es la confirmación de todo lo que te estoy diciendo— le dijo a la youkai quién la recibió y la abrió de inmediato, ansiosa.
     
    Última edición: 23 Mayo 2021
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    NattiJimenez

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    Bankotsu es un personaje que me encanta, está genial el fic
     
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