Prologo Tal vez día a día o por un tiempo limitado vez en las noticias individuos llamados “Asesinos” que aterroriza y juega con la libertad de las personas limitándolas a tener miedo. Por que porta un arma u objeto que hiere y mata. Mi sueño era el de todo investigador que estudiar criminalística, lograr llegar a un caso en el cual, un homicida sin mente sensata desata su más grande locura, tristeza e inseguridad matando o hiriendo gente inocente con una simple excusa “NO MERECE VIVIR”. Oh! Verdad; no le daré este merito a la universidad ya que rescatando lo anterior no recuerdo ni la mas mínima palabra que nombrara, el concepto morir para vivir en la libertad de Dios. Yo solía pensar que acabaría con uno tas otro, injusticia tras injusticia pero al encontrarme con la realidad, pude ver que, Jamás me puse del lado del otro; la justicia que veía en mi mente no reconocía que todos somos humanos. — ¿Cómo lo entendí?, no fue fácil. Dicen que es tentadora y muy extraña la forma como un asesino consigue jugar con la mente de sus victimas y su rastreador. Pero, no les diré como es un asesino en si. Les hablare de la belleza, arte que tiene un lugar muy oscuro. Tras una cara bonita, tras un cuerpo esbelto, hay pensamientos fuertes, Tal vez incomodidad o satisfacción. La belleza aunque muchos digan que no, manipula y muestra el lado mas hipócrita y mas falso de cada hombre y mujer. Pero no todo asesino nace por un trauma o al menos eso creí hasta que la conocí. CAPITULO I: RASTREANDO LA MUERTE Yo soy el investigador más novato del centro de criminalística de florida. A nuestro centro de investigación llego el caso más fuerte y peligroso. Mis superiores me dieron el caso, Con el fin de que me rindiera ante la primera victima y se lo diera a un veterano. Lo que ni mi imaginación racional pensaba; era que este caso tenía que ver más con mi pasado, que cualquier trauma o mala pasada de mi vida. Pero a pesar de los obstáculos resolví el caso y ahora todos admiran mi labor, suelo responderles que cualquiera pudo resolver este caso, pero aun me respetan mucho. Recuerdo que tenía solo 25 años cuando me asignaron el caso respecto a un asesino que azotaba reinados de belleza, involucrando como arte a las mejores y más bellas modelos de Latinoamérica aunque no tenia preferencias, mataba a toda mujer con el sueño de ser hermosa o hasta algún punto llegue a creerlo así. Hace 11 años conocí en mi colegio a una niña hermosa, ella desataba caos por donde pasaba por su impecable porte y belleza. Deslumbrando a cualquiera a su nivel, aunque me sorprendía que con tan hermosa belleza no sintiera admiración por si misma o tan siquiera se sintiera la reina del mundo. Irónicamente fue mi amiga, pero pensé que siempre seria la chica sencilla la cual conocí, transcurrido el tiempo al llegar al año final de la preparatoria, me conto que le habían mandado una solicitud de una academia de belleza que explotaría su belleza y la aria mas hermosa aun. Aunque fuera solo mi amiga me llegue a ciegamente enamorar de ella. No concuerdo que fuese por su belleza, aquella hermosa señorita con su forma de ser me cegó. Convertirla en mi novia era una de mis más grandes metas. Aunque luego que le dije que si aceptaba tal vez cambiaria demasiado y seguido de ello le llegarían a hacer mucho daño. Mi miedo ajeno me costo lagrimas aquel día. Ya que en esa academia frustrarían sus sueños o llegaría otra chica mas linda que ella a tomar su lugar en algún momento, después de que de mi boca saliera tantas palabras que si ella escuchase en ese momento, hoy la historia seria diferente pero no me escucho. De hecho me ignoro; su respuesta después de un silencio grande fue — ¿no quieres que sea feliz verdad? Yo le dije: — No malinterpretes, de hecho solo quiero que no te hagan daño. Tal vez esa vez si lograría entenderme y casi logro por un momento que mis palabras entraran en su subconsciente y llego aquella mujer que hasta en mi lecho de muerte odiare. Refiriéndose a mi de manera arrogante señalo; — tus eres el único que le haces daño. Desvié mi mirada hacia ella, su mirada fría me dejo clara la situación y en mi mente solo resonaba el hecho de a verla perdido para siempre. Tras maquillaje y apariencias que muestran con fuerza las debilidades de los humanos. Eso sentía al ver aquellas modelos y pensaba con rencor que no quería para ella una vida a así, debí haber pensado para mi mismo y no a verla perdido aquel día. Al llegar el fin de año ella era tan superficial como una muñeca, su cara ya no lucia la naturaleza de una mujer mostraba y resaltaba lo mas de ella haciendo desviando y vendiendo una ilusión óptica a la envidia de nuestras demás compañeras haciéndolas ver que ellas que no alcanzarían esa belleza, tal confianza con la que arrebato nuestro grado no tenia precio. En vez de mostrarse segura siempre de si misma y tas aquel extravagante maquillaje pude ver en su primer desfile como se hundía tal confianza, tas las criticas y miradas mezquinas de la audiencia de aquel desfile, que por fina curiosidad decidí ver. No obstante mi corazón no olvidara esa sensación que tuve al verla entrar ese día con miedo e inseguridad a un desfile común. Veía en sus ojos ganas de llorar, todos la azoraban minuciosamente seguía una rutina que la hacia fría y muy poco mujer haciéndola ver con la gracia de un robot, pero todo eso la llevo a ganar un merito por belleza que en términos corrientes, aquel material y joyería recibiría el nombre de “corona”. Yo fingí por mucho tiempo olvidarme del pasado, entre a la universidad e hice mi vida de manera vacía. Solía verla por tv o internet, Observando sus escándalos, desfiles, coronas y respuesta con poca lógica que la llevaba un paso más delante de ganar una corona. Hundiéndome en mi música y contando los pasos que daba por la cuidad, aquel día desvié la mirada hacia la otra acera y mis sentidos se agudizaron al verla del otro lado de la calle quise ir pero ella venia hacia mi. Al notar mi presencia vi como sus ojos se aguaban y su sonrisa se convirtió en una mueca vacía. Llorando de manera desesperada acudía a mí, pero cuando tan cerca estaba de volverla a sentir en mis brazos, la misma señora de hace 13 años la alejo de mí y murmuro en su oído de manera neutral palabras que alteraron su paciencia y desesperadamente ella dijo: —Déjame hablarle— pero ella no le dejo y cobardemente yo me fui. Meses después una joven llego a mi residencia y me dijo: — ¿ Conoces a Laura Ramírez? Sentí miedo y casi gritando desesperado le dije: — si yo estudie con ella, le sucedo algo. Por supuesto olvidaba este fino detalle Laura Ramírez es mi amiga, el amor de mi vida truncado del que les cuento. Ella interrumpió mi silencio con una sonrisa y mirándome a los ojos me dijo: — Mira te mando esta carta. La recibí y me dispuse a leerla: —“Hola amigo o no se si sigamos siendo amigos, te cuento que mi vida no ha sido tan hermosa .hoy quería contarte que no me siento linda han explotado mi vida y consumido mi belleza y ya no me siento hermosa como en aquellos días. Efectivamente llegaron otras chicas novatas como yo lo era en aquel tiempo y ya ellas son mejores que yo, no te negare que siento envidia mucha envidia de no ser tan hermosa como ellas. Pero te dije un día que jamás tendrías la razón y estaré aquí asta que sea feliz y te lo pueda decir con mi ego y orgullo en alto que te equivocaste y que en esta vida profesional fui feliz, te extraño mi viejo amigo” Al leer eso sentí impotencia, rabia y dolor de solo pensar que seguiría sufriendo por su ego y orgullo; allí pensé que su dolor tal vez la hiciera fuerte, así que la deje ir esperando que hiciera su vida y empecé a hacer la mía. 10 años después: Para mi sorpresa llego un caso un viernes 23 de agosto fue algo repentino ya que eso no se veía todos los días. Un viernes era el día mas tranquilo y era extraño por que llego un asesinato — ¿pero como? Era una muchacha en su aspecto era realmente linda su cara estaba desfigurada en su pecho tenia tallado una corona, en la parte inferior de su cuerpo se veía el dolor y su boca estaba cosida con una sonrisa tan bien tallada que daba miedo, en su cara se veía el maquillaje con tan gran perfección que sentí escalofríos en mi cuerpo y junto a ella una carta que decía “nunca serás como yo inútil”. — ¿Por dios que es esto? — ¿Quién pudo hacer esto? — ¿Quien tiene mente para esto? Estaba abrumado. Que mente mas despiadada; era el caso que yo deseaba tener ya que la impotencia de no saber quien era el despiadado asesino no me dejaba dormir y como si las palabras tuvieran poder el caso fue mío. Lo conseguí ya tenia que familiarizarme con todo lo que llegaba a mi nuevo trabajo. Me repugnaba pero ya tenia que empezar mi búsqueda, fui a la escena del crimen, pude reconocer tanta delicadeza al hacer el acto como si todo hubiese sido por un profesional pero como todo asesino dejo una pista en este caso algo inusual ya que fue en el fondo del zapato del cadáver. Allí se encontraba un signo. Lo mande a examinar y para mi mala suerte era una agencia de modelaje. Entre mi no podía creer que era una agencia de modelaje ya esto me recordaba mi pasado teniendo en cuenta en mi vida de nuevo a Laura y todo lo que me repugnaba una agencia de modelaje pero fui a investigar. Todas me miraban con unas caras extrañas y nerviosas tenia un ambiente pesado en la investigación. Pero más que las demás una muchacha me llamo la atención estaba mucho más nervioso y triste, así que le pregunte: — ¿Quiere usted contestarme unas preguntas? Asustada acepto pero tendría algo que ver ella con mi nuevo caso…
CAPITULO II - MUERTE POR VANIDAD — ¿Quiere usted contestarme unas preguntas? Asustada acepto pero tendría algo que ver ella con mi nuevo caso… Se hizo eterno el tiempo desde la agencia de modelaje hasta el centro de investigación, sin embargo durante el viaje el aire se hacia denso y la modelo perdía aquel miedo inicial que atormentaba su conciencia. Al llegar al interrogatorio su miedo volvió y dijo susurrando no se nada. Me miro de reojo y añadió, simplemente tuve el desagradable placer de compartir con ella su último momento de vida; me quede atónito a tan extraña respuesta a una pregunta que nunca hice. Volviendo en si, me acerque a sus ojos azules y con una expresión prepotente dije: — ¿es usted algún tipo de cómplice del asesino? Con el miedo penetrando su habla, obligándola a negar y agachar la cabeza logrando un silencio inesperado en el interrogatorio. Pao tal vez una hora en aquel entonces y refiriéndose a mi con una risa nerviosa mojada con lagrimas volvió a susurrar ¿ver morir al cadáver cuenta?... Fue un siniestro susurro replique y con el miedo penetrando el lugar sugerí — ¿sabe usted algo de mi incumbencia? Ella se paro y con vergüenza en su mirada levanto su blusa y me miro diciendo; — ¡Me ha marcado!... Indiscretamente observe lo que con vergüenza me mostraba y pude contemplar que era la misma marca del cadáver días antes encontrado. Su herida contemplada a ras de su pecho izquierdo tenía una corona marcada, lo cual me llevo a preguntarle; ¿Vio usted al asesino? Desvió la mirada y cambiando de tema susurro, duele ¿sabe? Es una marca muy fea y dolorosa. No te atrevas a mirarme a la cara y contemplar mi belleza decía, aquella muñeca mientras me quemaba la piel como el que marca animales. Mi silencio tras aquellas palabras fue largo y de repente con confianza en mi voz dije: — Yo la atrapare—… Se dirigió hacia mi y me dijo en el oído, “Dios este contigo en tu camino” y salió del cuarto. Reaccione con miedo y agarre su mano diciéndole; — ¿Qué ha dicho? Y con una sonrisa dijo: — Mi misión esta cumplida, ese era el mensaje enviado para usted por quien desde ahora será su mas preciada enemiga y mi mas alta diosa de la belleza. Solo un susurro mas inspector… Y acercándose a mi oído susurro, —“las muñecas también envejecen pero esta muñeca rejuvenece matando otras muñecas” Levante mi mirada y lo último que escuche fue la bala que atravesó el pasillo, el vidrio y su corazón. Mire mi cuerpo en el silencio de su sangre, su cuerpo tirado en el piso y la bala enterrada en la silla donde reposaba mi cuerpo inmóvil. Me levante y camine como si mis pasos fueran eternos y llamando la atención de los que me miraban horrorizados tas ver mi cuerpo envuelto en sangre, decidí dirigirme a mi apartamento y de camino hacia el apartamento con las lagrimas mojando mi conciencia y las ropas envueltas en sangre me tope con alguien imprevisto. — ¿Laura? — ¿Nicolás, eres tu?... — ¿Pero que te ha pasado? Se dirigió hacia mí con tristeza y me agarro la mano llevándome a merced del camino. Al levantar mi cabella y salir de la película que vivía en mi cabeza, que lo único que me recordaba era a Alicia muerta. Sentí como el agua caía fría y mire a mi alrededor y estaba en un baño junto a mi estaba Laura mirándome con tristeza y intentando lavar mi camisa. — ¿Ya te sientes mejor? Susurro ella… — ¡No! Ahora de hecho más que nada quiero encontrar a esa despiadada mujer y quitarle el titulo de diosa que no tiene, respondí sin más preámbulo. Ella sonrió con fuerza y susurro “suerte con eso” y con la cabeza al piso me entrego al aire ropa limpia y añadió: — ¿No hay mas cómodo lugar que este te quedaras esta noche, verdad? Acepte con mi corazón y nervios a mil aun sabiendo que Laura no lo hacia con mala intención, pero hombre era hombre y mi cuerpo estaba a punto de la desesperación al ver que me acosté en la misma cama, con las mismas cobijas y bajo el mismo techo de mi primer amor y bajo mis impulsivos pensamientos me quede dormido vulnerable a todo. Al día siguiente tome mus ropas y Salí rumbo a mi apartamento con un mejor semblante y una excelente noche vivida, al llegar a mi apartamento me recosté en el sofá y cerrando mis ojos intente recordar su olor y la delicadeza con la que lavaba mi cuerpo tras las ropas que cubrían mi pesadilla. Recordando tan bello momento, sentí algo frió que corría por mi cara y al abrir los ojos me tope con que en el techo de mi apartamento estaba escrito; “¿Qué tan perfectamente bello eres?” Mi cuerpo se exalto y me congestione de manera que mi cuerpo ni mis ojos dejaban de mirar tan fuerte escrito. Me quede tan atónito que lo único que me despertó de tan fuerte impacto fue el ruido de mi teléfono a lo lejos, regrese en si y conteste a tan insistente llamada; — ¿Halo?— ¿Con quien hablo? Dije con los nervios en mi cuerpo — ¿Sabe usted quien es la mujer mas hermosa del mundo? No lo se, ¿Por qué me lo pregunta? Y por favor dígame; — ¿con quien hablo? —Señor investigador habla usted con la responsable del desastre en su techo y dígame ¿conoce usted la tortura del potro? me pregunto sin nada. Frustrado pero seguro de mi mismo dije: — ¡si!, ¿Por qué? Ella contesto cerca a otra voz que solo gritaba ¡auxilio! Y dijo: — ¿sabe usted que existe una replica exacta del potro aquí junto a mí? Y sabe usted ¿Qué modelo es mi protagonista? … — ¿sigue allí inspector?... Al escuchar que la vida de alguien corría peligro me exalte y grite: — ¡No se atreva a hacerle nada! Pero entre risas me dijo: — ¿jugamos a que usted adivina quien soy yo y si falla voy tensando asta que acierte? Desesperado y con miedo de que algo le pasara a la inocente vida de la modelo, volví a gritar: — ¡No jugare con usted!, le exijo me diga donde esta añadí seguro de que nada malo pasara pero susurro en el teléfono; —“Respuesta incorrecta” y después de ello escuche un grito muy fuerte y grite nuevamente, ¡No le agá daño! Pero ella volvió a susurrar —“Respuesta incorrecta” y los gritos no cesaban de sonar y en la impotencia de que cualquier palabra que saliera de mi voz aquella asesina gozaba tensando el cuerpo de la mujer decidí decir como ultima opción después de tantos gritos y llanto de impotencia que de mis ojos brotaba, susurre al teléfono: — ¿Es usted la mujer mas hermosa y despiadada que he escuchado en mi vida? Dije resignado a todo y cuando esperaba escuchar el grito de la mujer una vez mas, l silencio me dio una esperanza y secando mis lagrimas susurre; — ¿he acertado? Y riéndose de mi susurro —“aunque jamás acertó, se ha acabado el juego”… De manera desesperada grite; — ¡NO! Es mentira—¿No ha muerto, cierto? Pero ella entre risas grito: —“es usted un mal perdedor, ahora lo invito a encontrar mi rompecabezas” y colgó sin mas. Me tire al piso y llore incontrolable mente y solo repetía en mi mente—“¿Qué me costaba contestar bien?” Y en el frio de los grados bajo cero me desmaye…
