One-shot de Pokémon - El juramento.

El juramento.
(Universo alterno)​

Advertencia: Ésta historia tiene saltos en el tiempo un poco bruscos, está narrada en primera persona de dos perspectivas, y OoC presente debido a que los niños, ya no son niños.

Hace cuatro años, conocí, o mejor dicho me reencontré con una chica que me cambió la vida. La chica que conocí en el campamento de verano del profesor Oak: Serena. Después de haber ganado la liga Kalos, yo había cambiado, así que hice el intento de confesarme a ella. En ése momento, yo, tenía miedo al rechazo, a que me odiara y que nuestra amistad se terminara, pero tenía el criterio; "el que no arriesga, no gana". Y bueno, como era de esperarse, me confesé. Qué irónica es la vida, yo preocupándome porque me rechazaría, cuando ella me correspondió mis sentimientos, y me dijo que ella siempre estuvo enamorada de mí; desde el campamento del profesor Oak. Desde ése momento, sentí una felicidad tremenda... y por consecuente, nos hicimos novios.
Desde ahí eran los días mas felices de mi vida... y Serena me demostraba que ella también era feliz conmigo. Ella es perfecta, su hermosa sonrisa y esos bonitos orbes de color celeste, en sí, su fisonomía y anatomía, todo era perfecto.

El tiempo pasó, y eramos la pareja más feliz del mundo. Ella era la reína de Kalos, y yo campeón de ésta. Ella me acompañó hasta la liga de campeones, donde me enfrenté a todos los demás de las otras regiones. Bueno, la cuestión es que gané, me la complicaron mucho, pero gané; y fui coronado como campeón mundial.
Cómo olvidarme de mi fiel compañero, que estuvo en las buenas y las malas: Pikachu. También gracias a él como a todos los demás llegué a donde estoy ahora... y sobre todo gracias a Serena. Como dije, eramos la pareja más feliz del mundo, cada sonrisa que me daba, cada mirada, cada abrazo o beso. Me hacia sentir el hombre más afortunado del planeta.
Dos años después, todo eso terminó.

Que irónica es la vida... cuando estás en el momento más lindo, ¿algo tiene que pasar? De un momento a otro, así como si nada, Serena se agarró del pecho, y cayó al suelo; quejándose se dolor... ¿qué demonios pasaba? Estábamos por ver una película de romance y acción. Cuando entramos a la habitación para acostarnos, antes de hacer dicha acción pasó todo eso.
—Ash... me duele el pecho. Mucho. Te amo —me dijo entre lágrimas... ¿qué demonios decía?, ¿acaso se despedía?
—No digas eso, que me suena a un adiós... y claro que también te amo —le dije mientras llamaba a una ambulancia, y lágrimas de angustia bajaban por mis mejillas. A ella la tenía entre mis brazos, para luego bajarla a la sala de abajo y esperar a la ambulancia.
Y como era de esperarse, no tardó en venir. La llevamos al hospital, los para-médicos, que eran dos, la revisaron en el transcurso al hospital, decían que inyectaban tal y cual cosa, y demás, no entendía mucho.
Mi corazón se aceleraba y lágrimas recorrían mi rostro de la desesperación, de la impotencia de no poder hacer nada... estaba sentado aun lado de la camilla en donde se encontraba Serena sosteniendo su mano. Y lo escuché.

—¡Hay que operar de urgencia! —exclamó uno de los médicos. ¿Qué decía? ¿Estaba escuchando bien?
—La probabilidades de salvar éste corazón son muy escasas —le dijo el otro.¡¿Cómo?!, ¡¿qué demonios decía...?! ¡¿acaso, Serena, dejaría ésta vida, éste mundo?! Las lagrimas abundantes, de la tristeza que reflejaba se notaba a leguas.

—Ash... yo... —Serena trataba de hablar, pero se complicaba bastante.
—No hables, por favor... se fuerte, tienes que luchar para salir de ésta y yo estaré a tu lado, acompañándote y apoyándote, como siempre el uno con el otro —le di palabras de aliento.
—Siempre estarás... conmigo... —me dijo mientras las gotas transparente que bajaban tanto por su rostro como por el mío.
—No, tienes que salir de aquí sana y salva, eres fuerte, creo que ti... —le dialogué nostálgico.

Por fin habíamos llegado al hospital, los médicos bajaron la camilla y la llevaron a toda velocidad a sala de cirugías. Y yo iba agarrando su mano, pero cuando llegamos no me dejaron entrar y tuve que esperar. Al no poder hacer nada, opté por llamar a la madre de Serena, no quería que eso pasara.

Sólo bastó diez minutos para que Vera estuviera aquí... Pero cada minuto que pasaba era como un puñal clavado en el pecho, el sólo pensar que Serena dejaría ésta vida era muy horrible.

—¡Ash!, ¡¿Qué pasó?! —llegaba corriendo desesperada y asustada. Cuando la llamé sólo le dije que estaba en el hospital regional y que viniera rápido.
—N-no lo sé. Estábamos por ver una película y —volví a llorar mientras hablaba, tanta angustia me causaba—, y ella se desplomó en el piso, agarrando y apretando su pecho diciendo que le dolía mucho. Y llamé a una ambulancia y aquí estamos. Ella está en sala de cirugías —expliqué la secuencia... ella empezó a llorar, y demasiado. La madre de Serena se imaginaba cualquier cosa. La melancolía apresaba la señora por todo lo sucedido. No sabía que hacer, yo estaba de igual manera. Quería parecer fuerte, pero no pude, el simple hecho de saber que perdería a Serena me dolía en el alma, ¡y no quería! La madre de ella me abrazó, para luego decirme que ella era fuerte. Pero había algo que no le dije, y yo también sabía que Serena era fuerte. Pero no le dije que el medico comentó en la ambulancia que las probabilidades de salvar el corazón de Serena eran escasas. Pero en ese momento, lo pensé y lo decidí.

Pasaron diez minutos más... y dejé a Vera sola en la sala de espera. Pedí en la recepción una pluma y un papel, y me puse a escribir, con cada palabra que plasmaba en la hoja, una lágrima; era de tristeza y a la misma vez de felicidad.
Pasó una hora y uno de los médicos que estaba el la ambulancia llegó a mí. Sí, era atendible que viniera a mí. Supongo... después de todo no sabía que Vera era la madre de la chica a la cual atendía.

—Dígame que está bien, por favor —hablé entre sollozos, y me secaba las lágrimas.
—La situación es... que le queda tan sólo una hora de vida... —mi corazón se aceleró desesperado, mi ojos lloraban de angustia a más no poder, pero sin llanto alguno— No pudimos salvar su corazón, pero si darle un poco más de tiempo antes de que la perdiéramos en el acto. Por eso terminamos rápido. Hay una manera de salvarla, pero necesitamos otro corazón joven y hacer un trasplante, y por desgracia... el lugar en donde nos estarían mandando uno para hacer dicha acción, esta a dos horas aquí... —sabía que algo como esto pasaría.
—Yo... cuando me declaré a ella... —le hablaba al cirujano— yo juré que daría mi vida por ella... y llegó el momento de cumplir esa promesa. Yo le daré mi corazón... —declaré con una mirada seria, pero en el fondo me dolía. Yo quería hacerla feliz, y si entregaba mi vida a cambio de la suya, yo no estaría aquí, para hacerla feliz.

—Eso es amor verdadero... Sígueme —me dijo para llevarme a otra sala de cirugías... en el transcurso yo le hablé nuevamente.

—¿Podría darle está carta a Serena, después de la operación de ella? —tenía la carta en mano, y una mirada nostálgica.
—Así se llama, ¿eh? —me dijo mientras tomaba el papel doblado.
—Sí, su nombre es tan bonito como ella... es una lastima que no pueda volver a verla —hablé entre lágrimas. ¿Por qué la vida era tan injusta? ¡¿Por qué?! Ella no merecía esto... entiendo que todo lo que empieza tiene que acabar. ¿Pero por qué Aceus lo quiso así? No entiendo, somos jóvenes aún, teníamos mucho por delante. ¿A caso es una prueba? No entiendo, no lo sé...


Llegamos a la sala, tomó unas planillas y me pidió varios daros antes de empezar.

—¿Quieres verla por última vez? —me preguntó el que haría la cirugía.
—Sí, por favor.
Luego de eso, salimos y fuimos a la otra sala de urgencias. En el transcurso, yo seguía pensando en lo injusta que es la vida y todo... Yo doy mi vida por ella, y lo estoy demostrando, yo quiero que ella sea feliz.

Finalmente habíamos llegado a donde Serena; estaba allí, con todas esas maquinas raras a su alrededor, acostada en una camilla... ella miraba el techo, con una mirada llena de melancolía. Me acerqué a ella y me dirigió la mirada. Y el doc nos dejó solos para tener más privacidad.

—Lo siento, Ash... —empezó a derramar algunas lagrimas, se podía notar que tenía un dolor profundo.
—No, yo lo siento. Sabes que te amé, te amo y te amaré —la abrasé, y al igual que ella empecé a lagrimear.
Estuvimos un rato abrazados y luego vino el cirujano, y me llamó aparte, diciéndome que ya teníamos que empezar, que no daría el tiempo para hacer el trasplante después. Me acerqué a Serena, y le di un suave beso, en el cual le demostraba que todos mis sentimientos hacía ella eran verdaderos, que mi amor por ella era incondicional.
—¿Ash? —no quise decir nada, solamente la saludé con un gesto de mano, y me fui a la otra sala de urgencias; era doloroso, pero tenía que hacerlo, por el bien de ella...

Por consiguiente, pasamos por la sala de espera, y ahí estaba Vera, muy triste, no quería perder a su hija. Pasé por la puerta y ahí le dije; "adiós". No entendió, supongo, pero yo seguí en la mía y me fui.

Al llegar a destino, me recosté en una camilla, luego llegaron otros compañeros del doctor y todo empezó. Antes le dije que la señora que estaba en la sala de espera, se llama Vera y que era la madre de Serena.

Y el tiempo pasó y Ash y Serena estaban en una camilla, los cirujanos hicieron todo lo posible para terminar a tiempo y trasplantar el corazón. Pero algo ya era seguro, Ash no se encontraba en el mundo de los vivos.

/Seven hours later/​

Fui abriendo mis ojos lentamente y escuché algo— ¡Serena! —pude escuchar a mi madre muy contenta, estaba un poco mareada, y me dolía parte de mi cuerpo.

—Mamá... ¿qué pasó? —pregunté confusa.
—Bueno... estaban con Ash pro ver una película y de repente te caíste al suelo, diciendo que te dolía el pecho... luego, Ash te trajo aquí al hospital. Estabas muy mal, pensé que te irías, pero veo que no, que ya estás bien... pero a Ash no lo veo desde hace ya un tiempo, el me dijo "adiós" y se fue —me respondió, luego empecé a recordar todo lo sucedido, mientras veía a un doctor entrar a la sala un poco, ¿triste?, ¿por qué estaba triste? No lo entiendo.

—¿Cómo te sientes, Serena?
—Bien... pensé que no contaría más mis historia, que era mi fin... ¿Dónde está Ash?, quiero ver a Ash, se pondrá muy feliz al ver que estoy mejor —contesté un poco alegre.
—Bueno, tengo dos noticias, una buena y otra mala —el de bata blanca se puso serio.
—Ash, te dejó ésta carta —me dijo sacando el papel blanco y dándomelo. Posteriormente lo abrí y comencé a leer enfrente de su madre, el doctor nos había dejado solas por un momento, para luego decir la buena. Por alguna razón, sentí que algo no estaba bien, que algo andaba muy mal. Un escalofrío recorrió mi cuerpo, a tal punto que me hizo estremecer de una manera indescriptible.

—*Serena... yo... lo siento. Sé que la decisión que tomé te afectará, pero será sólo un tiempo. ¿Recuerdas cuando me confesé? Juré que daría mi vida por ti, y no mentí, sé que esto será doloroso pero con el tiempo volverás a ser feliz... —¡no!, ¡¿acaso Ash... ?! ¡No! ¿Por qué hizo esto...? Mis ojos se pusieron cristalinos y me agarraba la cabeza con mi mano izquierda, de la angustia, de la impotencia de no poder frenar a Ash en ese momento, cuando se despidió— Porque yo te di mi corazón para que seas feliz, tú no merecías morir, tú tienes que ser feliz. Me duele, ya que, yo quería ser quien te haga feliz... Me destroza no tenerte, no me creo esto que pasa, en un segundo del destino tu vida se vio cortada, la vida no es justa y el destino no ayudó... por eso tomé la decisión que tomé. ¿Sabes una cosa, mi reina inmortal? —mi madre al igual que yo estábamos derramando lágrimas de angustia y pena, no podíamos creer lo que Ash había hecho—. Prefiero que tú estés tranquila y vivas en paz, porque vas a darte cuenta que las cosas buenas vienen todas después de la tormenta. No estés triste —¡¿cómo quieres que no esté triste?! Mi vida no tiene sentido sin ti, tonto...—, ya que esto no es un adiós, sino un hasta luego... yo te esperaré aquí, porque sé que llegará el día en que yo toque tu rostro, te pasaré a buscar, me mirarás y sonreirás, "te he echado de menos éste tiempo" me dirás, agarrados de la mano caminando hacia un ocaso, y agradecerte entre lágrimas por ser parte de mí. Aunque no pude despedirme adecuadamente, nunca olvides que te amo. Cuida de mis pokémon y de Pikachu, diles que lo siento, no tenía otra opción, estaba entre la espada y la pared. Dile a mis amigos y mi madre que lo siento, capas que para ellos sea un poco egoísta lo que hice, pero, para mí valió la pena, no lo hice en vano. Cuídate y se feliz, yo seré tu ángel de la guarda, además de que viviré en ti... tienes que superar esto, como superaste muchas cosas en tu camino para ser la reina de Kalos... fin —no lo resistí más y largué un llanto ahogado mientras apretaba el papel contra mi pecho, había perdido a mi Ash, se había ido. ¡¿Porqué la vida es tan injusta?! ¡Él no merecía esto! En ese momento sentí los brazos de mi mama que me rodeaban.

—Lo siento hija... Ash, fue muy valiente al hacer lo que hizo —me dijo mientras me abrazaba y lloraba conmigo.
—¡¿Por qué mamá?!, ¡¿por qué la vida es tan injusta?! —hablaba entre sollozos, era una realidad en la cual no quería vivir. Quería morirme, no quería seguir viviendo si no tenía a Ash, era muy doloroso el simple hecho de no verlo a mi lado. Quería estar con él.
—¡Me quiero morir mamá! —le comenté entre llantos, mientras me separaba y me acurrucaba en la almohada y seguía llorando mientras aplastaba la carta contra mi pecho, y me repetía a mi misma ¿por qué?
—No digas eso, Serena, ¿piensas que Ash estaría contento si sabes lo que dices? —me dijo mi madre, pero no podía, no podía aceptarlo, Ash es indispensable para mí. Y vi al doctor que entraba por la puerta y miró, me sequé un poco las lágrimas, refregando mis ojos.
—Sé que estás dolida, pero animo. En el transcurso de la operación vimos algo bueno, y es que estás embarazada, estás de tres semanas. Felicitaciones. Tienes que ser fuerte, por tu hijo —¿qué estaba oyendo? ¿Estaba embarazada? ¿Iba a ser mamá?
—¿Voy a ser abuela? —mi madre se veía alegre, ¿por qué estaba alegre? Ash, ya no estaba con nosotros.
—H-ha Ash, le hubiese gu-gustado saber esto, él... él quería tener un hijo, me lo había dicho— hablaba lloriqueando mientras me agarraba la cabeza con la carta en mano—, quería ser papá y yo mamá, pero... su deceso de ser padre era muy fuerte. Me dijo que era una meta para él, era un sueño que quería que se cumpla y yo estaba dispuesta ayudarlo. ¡¿Pero tiene que terminar así?! —solté un llanto inevitable, ahora el dolor era mucho peor, pero otra parte de mí estaba feliz, iba a tener un hijo y era de Ash.

/Flash Back/​

Yo me encontraba sentada adelante de un árbol, descansando mi espalda en éste y Ash, estaba recostado en la hierva apoyando su cabeza en mi regazo mientras yo le acariciaba su cabello que a pesar de los años, estaba igual, aún tenía ese alborotado pelo.

—Sabes, Serena...
—¿Sí?
—Yo cumplí mi sueños de ser maestro pokémon... pero ahora tengo otro sueño —me hablaba serio, pero muy sincero.
—¿Y, qué es? —le pregunté confusa.
—Bueno... quiero ser padre, quiero tener un hijo. Sólo espero que puedas ayudarme a cumplirlo —me habló.
—¿Enserio quieres que sea yo, la madre de tu hijo? —pregunté con una leve sonrisa.
—No sirve si no eres tú... espero que algún día se cumpla...
—Yo también...

/Fin del Flash Back/​

Ahora que su sueño se cumplió, él no está para disfrutarlo... volví a derramar lágrimas... La vida era tan injusta.

/Ten years and nine months/​

—!Mamá, ya me voy! —me hablaba mi hijo mientras salía de la casa con toda prisa, bueno, era muy enérgico como su padre después de todo.
—¡Está bien, Ash, ten cuidado! —sí, así le había puesto, Ash, en honor a su padre. Cada vez que lo recordaba y me acordaba de su carta, me sentía feliz. Porque de alguna manera, sabía que Ash estaba de igual manera.
—¿Pika pi?
—Claro que lo hecho de menos —el inicial de Ash empezó a derramar unas lágrimas, por el suceso de su entrenador, aunque fue hace mucho, todavía le dolía, y todos sus pokémon estaban igual. Yo abracé a Pikachu y mi inicial de fuego nos abrazaba a ambos—. Aunque ya no está, yo lo siento conmigo, donde quiera que hoy esté, mañana estaré con él. Nunca me siento sola al recordar aquellos días, a pesar de la nostalgia, me llena de alegría. Pensar en esa historia construida entre los dos, era el paraíso estar tirados bajo el sol... Por supuesto que lo extraño —empecé a llorar debido a la angustia, era inevitable... habían pasado doce años casi, y aún no lo superaba, y no quería superarlo, no quería sacarlo de mi mente. Pikachu y yo espesamos a lagrimear... ¿qué podía hacer, después de todo mi sentimientos por él, nunca desaparecieron.

Todos sus amigos al enterarse de la noticia se les despedazó el corazón, no, miento, no solamente sus amigos, todo el mundo; cuando se anunció la muerte de Ash, nadie podía creer lo que oían, todos los campeones y lideres del gimnasio de todas las regiones vinieron a darme sus más sincero pésame... y yo que no podía evitar llorar. Pero por otro lado, Misty, que sólo me apuntó con el dedo, ella era la más dolida de todas y todos. Ella me apuntó con el dedo, diciéndome que yo maté a Ash... pero cuando vio la carta, no pudo evitar pedirme perdón y llorar desconsoladamente, al igual que yo... ella también lo amaba.

Ash, con su personalidad y todos sus viajes se ganó el corazón de muchas personas... No podía creer tal cantidad.

—¡Pika pi, pikachu, pikachupi —me dijo el inicial del chico cuyo amor era tan grande por mí, hasta tal punto que entregó su vida por la mía.
—Tienes razón, él está feliz si yo soy feliz... Tenemos que irnos, hoy le dan su primer pokémon a Ash. Es bastante raro... al principio le quería poner Junnior. Pero algo en mi corazón, me dijo que le ponga, "Ash".

No pensé que iba a ser tan literal el juramento que él me hizo en aquél entonces cuando se me confesó; que daría su vida por mí, si era necesario... supongo que sí estaba profundamente enamorado, pero yo ya lo sabía. Y yo también lo amé, lo amo y lo amaré.

FIN​

Contenido oculto

Nota de autor: Bueno, no sé por qué surgió ésta idea, ya que soy AmourShipp y puedo decirlo con seguridad, pero a la hora de escribir puedo ser multishipper. Supongo que soy masoquista :p Pero mi fanatismo se lo lleva el Amour. Bien, no sé muy bien todo de como se manejan en los hospitales con eso de las operaciones, eso es lo de menos igual. Éste fic tiene la finalidad de causar un mínimo de tristeza al lector, no de que anden de María Magdalena. En fin, lo hice Two-shot por una sola razón, y es que hasta historia tendrá un final alternativo. Como leyeron, los personajes en ésta historia eran; Ash, Serena y Vera. Entiendo que pude poner otros personajes para ver sus reacciones, pero se centraba en ellos solamente. Pero una cosa es segura, sí los tuve en cuenta, pero no los quise poner.
Otra cosa; la historia está basada en ésta canción; Al igual que usé algunas lineas.