Microrrelato El final es siempre el principio

Escrito para la actividad Escribiendo con estilo

El final es siempre el principio

No había nadie. Até mi caballo e iluminé con la tea la cabaña. En mi mente quedaba aquella visita una semana atrás del Mago, ese ser tan místico como de leyenda que muy pocas veces se aparecía ante los humanos.

En los más profundo del corazón del bosque, se halla cierto misterio que ningún hombre o mujer ha visto. Fue dejado allí por un dios exiliado y allí sigue esperando. Ve.

Llevada por un valor que jamás pensé que tenía, cogí el caballo de mi anciano padre y me interné en el bosque.


Moví la puerta de la cabaña. La tea me alumbraba en la oscuridad, pero a los pocos segundos pequeñas lucecitas fueron apareciendo, levitando por encima de mi cabeza. Parecía que habían esperado para ser encendidas con la presencia humana. Caminé por la estancia, decidida; lo más impactante fue un baúl que se hallaba bajo una de las mesas.


Pasé la mano por encima y bajo las capas de polvo encontré dibujos grabados, símbolos difíciles de entender. En su interior hallé un libro. Su grosor era diez veces más que cualquiera de los que había fuera. Apagué la tea. Las lucecitas ya me daban la suficiente luz. Me senté en el camastro y abrí el libro por la primera página. Aparecieron ante mí dibujos de plantas que jamás había visto, animales exóticos, artilugios mágicos...


Fui pasando las páginas hasta que llegué a una en la que había un caballo de pelaje blanco, ojos cristalinos y un cuerno que sobresalía de su frente. Escrito en oro, leí:

—Unicornio.

Cuando dije esta palabra, se desató fuera de la cabaña una lluvia muy fuerte. Mi caballo empezó a moverse nervioso y cuando me levanté, la puerta de la cabaña se cerró. Dejé el libro a un lado e intenté abrirla, pero era inútil.


—Has encontrado mi pequeña morada—El Mago que antaño me dio el mensaje, acababa de aparecer delante de mí—. Olvídate de tu pasado; de tu familia y de todo lo que conoces, porque nos los volverás a ver. Enhorabuena, te acabas de convertir en mi aprendiz.