One-shot El fin de una Era [Minecraft]

Tema en 'Fanfics sobre Videojuegos y Visual Novels' iniciado por Gigavehl, 12 Febrero 2021.

  1.  
    Gigavehl

    Gigavehl Equipo administrativo

    Cáncer
    Miembro desde:
    15 Abril 2019
    Mensajes:
    4,082
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Título:
    El fin de una Era [Minecraft]
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Amistad
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    2226
    ¿Qué? ¿Ustedes nunca han jugado al Minecraft? Sé que es un juego bastante críticado, pero en mi humilde opinión, es un juego muy subestimado, es una joya y si bien sonaré fanboy no me importa, soy un jugador ya de 8 años de antiguedad y honestamente me forjó mi niñez y buena parte de mi adolescencia, prefiero mil veces haber crecido con Minecraft antes que con Fortnite, Call of Duty, GTA o cualquier otro que se les ocurra.

    Necesitaba hacer esto, lo siento, me pongo emotivo escuchando la banda sonora.

    Tú, querido lector, si llegaste a jugar lo suficiente, las melodías del juego se te han plasmado y te llegó a dejar cierta memoria y cariño, te invito a que te quedes. Porque este One-Shot esta dedicado para todos esos jugadores que crecieron jugando Minecraft y de verdad los forjó, en mayor o menor medida, como personas.

    Pase a todos...


    Solamente... no podía olvidarlo. Desperté en un mundo completamente hostil, desconocido, ajeno... todo podía matarme, todo era frío, desolador. El día, la luz eran el refugio.
    Recuerdo haber volteado a todos lados, perdido, pero, extrañamente fascinado.
    Rompí hojas, cesped, quité tierra, intentando entender lo que tenía que hacer.
    Hasta que vi un árbol, me acerqué a su tronco y golpeé hasta que un bloque cedió, y me sentí realizado, como si hubiese dado con éxito mi primer paso.

    Talé el tronco en su totalidad, y de ella creé de alguna forma tablones, de estos tablones, creé palos, un banco de trabajo, y poco a poco fui entendiendo, con algo de imaginación, cómo crear distintas herramientas.
    Talé cuantos árboles pude, vi a animales rondar por ahí, aún pese que dolía, tener que eliminarlos de la existencia pesaba, pero necesitaba alimentos.
    El tiempo se fue volando y la noche llegó, poco sabía que la noche y la oscuridad eran hostiles.

    Consiguiendo huir a una cueva por ahí, tapé la entrada, y me quedé refugiado, aterrado del exterior, mas con la poca luz vi algo... carbón.
    Lo piqué, y ahí conseguí hacer mis primeras antorchas, los cuales me proporcionaron luz, calor... cobijo.
    La pequeña cueva era extrañamente pacífica pero también un poco profunda. Aún así, tomé valor y la exploré un poco, encontré hierro pero al romperlo después de estar insistiendo, no salió nada... ¿qué pasaba? Volviendo a pensar, intuí que necesitaba algo mejor, piedra. Al minarla y crear un pico de piedra, ahora el hierro en bruto era mío.
    ¿Pero cómo podría utilizarla? con más imaginación, creé un horno, usé el carbón sobrante y fundí el hierro...

    Recuerdo haber sentido una gran satisfacción, una sensación que poco sabría sería una de las sensaciones más bellas de toda mi vida, una que me marcaría de por vida.
    Una melodía vino a mi mente, y cuando quise revisar la tapada salida de la cueva con una pared mal hecha de tierra, era de día. Había sobrevivido la primera noche...
    Explorar era como descubrir mil y un maravillas, poco a poco, iba refinando mi forma de explorar, de cazar... de aprender.

    Poco a poco me volvía el mejor superviviente de todos, poco a poco me convertía en un gran constructor, iniciando desde una simple choza de lodo hasta crear todo un pseudo-castillo.
    Iba descubriendo cosas como las armaduras, las armas, los mecanismos, los accesorios... una suerte de diario.
    Iba haciendome de mapas, materiales, descubrir una aldea o unas ruinas era como un sueño hecho realidad.
    Las horas... los días... las semanas. Los meses, se pasaban volando en este hostil pero, extrañamente, reconfortante mundo.

    Poco a poco, iba descubriendo la forma de domar a algunos animales, con huesos domesticabas a un lobo en tierras heladas, tener una etiqueta a la mano sin querer iba a crear al mejor acompañante de mis incesantes aventuras... "Giga" lo había llamado, un niño de aquél entonces que al final tampoco tenía mucha imaginación para nombres, pero le maravilló tanto el descubrimiento que no pudo evitar plasmar su esencia en el lobo.
    Descubrió como reproducir a los animales, incluído a los lobos, pero siempre destacaba el suyo por el nombre personalizado, descubrió cómo sacar provecho de los recursos que otorgaban, fue descubriendo cómo hacer pasteles, como hacer alimentos.

    Inició el viaje solo, pero desde que Giga se había unido, dejó de sentirse así.

    Muchas veces estuvo por morir, pero con alimentarlo bastaba para curarlo, siempre se esmeró porque no muriese, siempre se esforzó porque el pequeño sobreviviera así tuviera que dejarse dañar a veces cuando se quedaba sin recursos.
    Sin querer, lo que en un inicio era un mote por emoción, había mutado a un cariño tan real y fuerte como una mascota de verdad.

    Cruzaron tierras, exploraron ruinas, viajaron en cavernas, superaron obstáculos y oleadas de incesantes enemigos, cazaron de noche, construyeron juntos... escribieron juntos...

    Durmieron juntos.

    El pequeño fingía poder hablar con su lobo y este le respondía, fingía crearse todo un universo de personajes en su mundo, fingía empezar a crear ya no solo un hogar como base, si no más edificaciones, como si verídicamente fuese construyendo una aldea... una familia.
    El mundo comenzaba a ser suyo, y nada lo impedía.

    Luego descubrió un nuevo mundo, donde literalmente, más personas de carne y hueso viajaban entre mundos, lo llamaban "servidores".
    El chico terminó en uno masivo, donde justo daban un sistema curioso, uno donde te permitía adoptar a una entidad cualquiera como mascota, entrenarlo, volverlo inmortal... no hacía falta decir qué había elegido el chico.
    Vivió un nuevo mundo con gente real a su lado, convivió como nunca en su vida, superó grandes desafíos en grupo. Aprendió cosas nuevas de ellos, experimentó lo más cercano a una guerra entre facciones, experimentó modos de jugar... todo, el chico crecía y maduraba, sin poder parar de vivir el mundo junto con su lobo.

    Nunca olvidó sus raíces, y volvía a su propio mundo, donde todo había comenzado. Ahora con conocimientos nuevos, volvía a traer a Giga, por seguridad nunca se lo llevaba al Inframundo, pero el chico siempre volvía triunfante.
    Exploró con él tierras lejanas hasta dar con una susodicha fortaleza perdida, sabía lo que venía pero estaba nervioso, exploró la edificación con su fiel lobo, hasta que encontró un portal.

    Le habló a su mascota como si lo entendiera, activó su "final" y entró, ahí... le esperaba el desafío de su existencia, el último de todos.
    Luchó con fuerza, reventó cristales clave para la victoria, pese a no entender muchas cosas, los consejos de toda esa gente que alguna vez le ayudaron le sirvió. Hasta que emergió victorioso... Y apareció.

    "El chico había alcanzado un nuevo nivel"​

    Volvió triunfante con su mascota, y siguieron viviendo aventuras, hasta que poco a poco, hacían cosas cada vez más y más idílicas...

    El juego estaba dominado, y su lobo siempre estuvo ahí... con él.

    —Mañana volveremos a jugar, Giga... Volveré pronto, amigo—. Dijo el chico, con una voz ahora más madura, poco a poco crecía, dejaba de ser un niño, pero nunca dejó su ritual de todas las partidas. Dejar que su lobo lo siguiera hasta su cama, echarlo, fingir acariciarlo y con una ultima mirada cruzada... desconectarse...

    Giga obviamente no sabía nada, no entendía, para él simplemente su mejor amigo se desaparecía, pensando que se iba a otro mundo a explorar, pero siempre confiaba en él, siempre volvía... siempre.
    Esperaba, fiel, en su cama, a veces acostado, a veces sentado, pero nunca se movía de su lugar... hasta que poco a poco tardaba bastante en volver... y ese bastante se volvía demasiado.

    "¿Porqué tarda tanto?" preguntaba su fiel lobo, el chico no lo sabía, pero tanta dedicación le ponía a sus cosas que su subconsciente le daba vida a las cosas de verdad.
    "Volverá pronto... lo sé" se decía Giga, esperanzado, aunque ya visiblemente triste.

    Pero el tiempo pasó... Y el chico no regresaba...
    "Ya no volverá... nos ha abandonado" Decía uno de los animales domesticados del chico, los que tenía en corrales.
    "Nos ha olvidado" decía otro.

    "Pero él siempre vuelve..."Respondió su lobo, aún esperanzado, rehusandose a creer que todo acababa ahí.
    Dijo que mañana volverían a jugar, que regresaría... ¿No? Seguramente tenía que hacerlo algún día.

    Los años pasaron y nada cambiaba... Sin embargo, la promesa fue cumplida, el canino, que estaba dormido, despertó al ver por fin a su chico, a su fiel amigo. Para que este mirara alrededor, como si todo fuese extrañamente ajeno a él.

    No tardó en bajar su mirada y ver a Giga, resaltando su nombre por sobre su cabeza, producto de la etiqueta.
    "¡¡¡V-Volviste!!!" El chico juró que pudo escucharlo en ese momento, pero como fuese, aunque ahora de chico no tenía nada, pues ahora era un adulto de 20. No evitó empezar a llorar como un crío... como si de verdad solo hubiese tenido un simple contratiempo y por eso hubiera tardado tanto en volver.
    —Perdóname... No era mi intención—. Dijo con voz adulta, retomando su infantil actitud de acariciarle con desenfreno por recuperar algo tan importante... como si todo eso fuese una reliquia...

    Por fin... le dió la órden de levantarse, y ambos, después de mucho tiempo, volvieron a andar juntos.
    Revisó sus cofres, como si este hubiese olvidado lo que tenían, lágrimas brotaban, leía el diario que con tanto esmero relataba con lujo de detalles sus aventuras, llorando aún más fuerte.
    Salió de casa, viendo sus otras edificaciones, riendo de nostalgia pura al ver sus chozas de tierra hasta ver las más bellas casas construidas por él, inclusive los monumentos que con tanto tiempo y esmero fabricó.
    Revisitó sus cuevas con Giga, sin poder dejar de expresar nostalgia, sin poder dejar de expresar alegría con extraño toque amargo, como si estuviese resignado por algo ajeno a todo eso.
    Resvisitó las tierras visitadas, inclusive la fortaleza abandonada... lo exploró todo.

    "¿Porqué estás triste?" Preguntó su lobo, preocupado, reconocía su pose cuando iba a irse de nuevo.
    "No te vayas..." Suplicó, pero el chico no lo escuchaba, claro. Aunque juraba que algo le imploraba que se quedara... aunque fuese un poco más.
    "Por favor..." Dijo como último su mascota, hasta que por fin el chico movió su cabeza para mirar a su fiel amigo, y decidió... decidió ceder, y retomar su actitud infantil y fantasioso, dandole más vida de lo que tenía ese mundo al final.
    —Perdón Giga... Solo... Estoy muy emocionado de volver. ¿Porqué no dormimos? Y... no sé. ¡Vamos a hacer algo!—. Y sumido en su más pura nostalgia y ganas de volver a aquellos tiempos, hizo que pudiera ver cómo Giga se alegraba en serio y por fin, volvían a casa, fingía acostarlo en la cama y poco después procedió a dormir.

    Al levantarse, volvieron a pasar una aventura más juntos... una última aventura, una última emoción.

    El chico y su fiel acompañante se volvieron a divertir como nunca, el chico lloraba en momentos, en especial cuando viejas y muy memorables melodías volvían a su mente. No quería irse, de verdad que no.

    Pasado el tiempo, volveron a casa, orgullosos de su labor, orgullosos de haber pasado una aventura más.
    El chico escribió la última entrada a su diario... y así, con todo su pesar. Acomodó a su fiel mascota, y se poscisionó en aquél sitio sobre la cama para prepararse.

    "¡Te esperaré! Gracias... no sabes cómo extrañé esto, de verdad" Le dijo su lobo, solo haciendo gemir de dolor a su dueño, no sabía si volvería.
    "¡Tranquilo! Volverás, siempre lo haces, como lo prometes. Siempre" Añadió, dejando al chico estático...
    "¿Qué pasa? ¿Acaso..? ¿Este es un adiós?" Preguntó inocente el lobo, toda la inocencia del chico se impregnó totalmente en aquél lobo, mientras el ahora adulto le dedicó una mirada más, esperando a que el canino le mirara una última vez. Y procedió a desconectarse...


    Aceptando así, una despedida final. El lobo se quedó triste, pero al menos lo aceptaba. Había crecido... ¿no?

    Pero la sorpresa vino cuando al día siguiente, el chico volvió, dejando mudo a su fiel mascota.

    —Siempre vuelvo, pequeño—. Dijo su dueño, volviendo a ceder a su fantasía, y jugueteando con su mascota. Hasta que pasado un rato, volvió a su diario. Añadiendo una página más el cual, le daba el cierre definitivo. Y mientras pensaba en un título, miró a su mascota, radiante de felicidad, como buen canino... como el buen chico pequeño que fue en sus días.

    —A veces... volver a las raíces no hace daño, no si siempre hay oportunidad. A veces... simplemente vale la pena volver—. Añadió, para así, ponerle el título a su libro. "El fin de una Era"

    Guardó con recelo el libro, sacó un tinte de sus decenas de cofres, y le entintó el collar a un color negro.
    —Si al final algo te sigue haciendo feliz... Creo no hace mal volver de vez en cuando, y hacerse un espacio más, solo para volver a vivir. ¿No crees?—. Dijo el chico, acariciando a la mascota de toda su vida.

    Al lobo que conservaba su esencia de niño...

    —Vamos amigo, aún hay mucho por hacer.—sonrió enérgico. Mientras Giga saltaba y aullaba emocionado.

    "¡¡Te extrañé mucho!!" Le dijo, mientras el chico reía conmovido y asentía, sollozante.

    —Y yo... amigo... como no te haces la menor idea.
     
    • Adorable Adorable x 5
  2.  
    madarauchiha

    madarauchiha Gracias Andy!!! TWT Orientador Game Master

    Aries
    Miembro desde:
    3 Abril 2020
    Mensajes:
    1,964
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Arceus, que bonito, la verdad me gusta como has plasmado los sentimientos y, como has generado una forma de plasmar de forma muy interesante lo que es el mundo de minecraft.

    Otro punto que, admito me ha encantado ha sido la forma en la que, has plasmado de forma muy fluida los sentimientos del personaje, igual de una forma de hacer sentir un mundo vivo, aun más vivo de lo que ya es.
     
    Última edición: 13 Febrero 2021
    • Adorable Adorable x 1
  3.  
    wasabi

    wasabi Flamer Comentarista empedernido

    Acuario
    Miembro desde:
    1 Abril 2011
    Mensajes:
    2,235
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Chale acabo de recordar que dejé mi mundo hace mucho :'(

    Una historia hermosa Giga, la verdad Minecraft se presta para formar un vínculo con todo el esfuerzo que haces y más si lo juegas desde una menor edad.
    Aún así, el lobo sin duda me partió el corazón en varias veces, es muy lindo el vínculo que relatas y te agradezco por regresar con él.

    Una muy linda historia con la que más de uno puede identificarse y volver a ser un niño.
     
    • Adorable Adorable x 1
Cargando...

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso