Haikyuu!! El deseo de confesar al corazón. [Drabble]

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Advertencias:

Este escrito participa en la Actividad- 12 Deseos.

Ds: Los personajes de HQ!! no me pertenecen, todos los derechos reservados para Furudate-sensei. El escrito es totalmente mío y por ahora solo se encuentra publicado aquí.

Nota: Este tipo de escritos carecen de una trama concreta. Son solo situaciones sueltas.

Advertencias: Shonen-Ai. Tal vez un lenguaje algo brusco.

Deseo N°4 -Confesar al corazón.

Si se preguntan por qué razón ese par de idiotas no son pareja, la respuesta es muy fácil: Son estúpidos hasta el último pelo de la cabeza y son cobardes como ellos solos.

Porque era obvio que su amistad de años iba caminando a paso acelerado a algo más.

Porque se celaban el uno al otro, porque se acompañaban a todas partes, porque aunque peleaban a cada cinco segundos ellos seguían juntos; porque en los trayectos en bus, cuando Oikawa miraba por la ventana e Iwaizumi fingía dormir, sus manos se encontraban apoyadas en la mitad del asiento y se sostenía firmemente como con miedo a separarse.

Porque, sus miradas se encontraban intensamente la una a la otra sin razón ni motivo.

Oikawa Tooru amaba a Iwaizumi Hajime. Amaba hacerlo rabiar, verlo cuidando de él. E Iwaizumi amaba golpear a Oikawa para luego tener la excusa de tocar su piel al sanar las heridas.

—Debes tener más cuidado, Oikawa —regañó Hajime una tarde de verano, mientras sentado en el piso de su habitación sanaba la nariz sangrante de Oikawa con más cuidado del necesario.

— ¿Pero qué dices, Iwa-chan? Si fuiste tú el que me tiró el mando a la cara —se quejó el castaño de forma infantil mientras hacía pucheros.

—Te lo mereces, Oikawa. ¿No te he dicho muchas veces que hacer trampa no está bien? —resopló mientras terminaba de guardar las cosas en el maletín de primeros auxilios.

—Iwa-chan…

—Uhm —contestó con un pequeño sonido mientras miraba que quería su amigo.

— ¿Acaso eres mi madre? —sonrió mirándolo malicioso, ya sabía que eso le molestaba de sobremanera a Hajime.

—No, Oikawa… —el chico suspiró con pesadez antes de mirarlo firme —Tu madre nunca haría esto de esta manera —Y antes de que Oikawa pudiese reaccionar, Iwaizumi lo besó como nunca antes había besado a nadie. El amor, la amistad, el deseo y tal vez, solo un poco, la maldad para que Oikawa aprendiera a no meterse con él.

—Iwa-chan —susurró Tooru cuando por fin se pudo separar. Pero su amigo solo se encogió de hombros.

—No sé Tooru, ya estamos muy grandes para no admitir esto.

Y Tooru asintió, porque era cierto. No necesitaba una confesión empalagosa o cursi; porque ahí, con la nariz aun punzándole y con Iwaizumi mirando hacia otro lado por la vergüenza, le pareció el momento más perfecto.

La hora para confesarle a su corazón, que definitivamente no se había equivocado al elegir a Hajime.