El dado.

Tema en 'Relatos' iniciado por Cygnus, 30 Septiembre 2011.

  1.  
    Cygnus

    Cygnus Maestre Usuario VIP Comentarista destacado

    Libra
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    Escritor
    Título:
    El dado.
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    556
    La suerte estaba echada, y bajo la luz reticente de la bombilla del aula, cuatro de mis compañeros me señalaban. Christian apuntaba al dado compulsivamente, como descargándose.
    —¡Cinco! ¡Eres tú, Methee, eres tú!
    Yo giraba la vista, desde los dados hasta la puerta abierta del salón, de donde podía verse al compañero nuevo recargado en el barandal del segundo piso. Veía a la nada, como quien no tiene ni un amigo.
    —¿Cinco? —pregunté de forma absurda—. Yo…
    —¡Anda, Methee! —me adelantaba Berry en un tono no muy amable.
    —Sí, es sólo que…
    —Basta, Methee —sentenció Christian, siempre líder en nuestras nocivas reuniones, e incluso jefe de grupo en la clase. Alto y desgarbado, agitaba el puño una y otra vez, para luego volver a señalarme con ira—. Nadie iba a echarse atrás y tú no lo harás. Siempre tú tan mojigata, qué fastidio. ¿No lo ves? El dado marca cinco, tu número convenido. Anda ahora.
    Los otros tres restantes asintieron.
    —Ve, Methee —me apuró Berry—. Lo convenido. Luego podemos marcharnos corriendo.
    —O puedes hacerle frente, será más divertido —dijo Marco.
    —Sueñas —rió Christian—. Verás cómo se le van a atragantar las palabras a esta estúpida. Pero igual será divertido.
    Yo no entendía en qué me había metido. Por una tonta apuesta, echamos a suerte quién de los cinco sería el que fastidiaría al nuevo alumno de la escuela, de carácter lerdo y problemas alimenticios. Ideal para objeto de burlas.
    —Deberíamos darle un bautizo a nuestro estilo —sugería Christian momentos antes con malicia.
    Y ahora, mediante los empujones de dos de mis amigos, alcancé pronto la salida del aula, justo tras nuestro obeso compañero, que sería injusto blanco de mi ataque.
    —No tardes —susurró Marco—. Estaremos observando.
    Y me dejaron parcialmente sola, tras el muchacho que no advertía mi presencia por ver el panorama que había bajo el barandal del pasillo. Si no actuaba pronto, el tiempo se me haría eterno. Necesitaba aire, no podía creer lo que iba a hacer. Incluso lo convenido era mucho para mí, una joven tranquila pero inducida a obrar mal por los amigos.
    —¡Methee! —gritó Berry desde su escondite—. ¿Qué esperas?
    Tomé aire y cerré los ojos.
    —¡Hola, balón con patas! —le grité a todo pulmón por sorpresa, mientras le daba una grotesca patada por detrás.
    De repente, sentí la necesidad de correr. Mis compañeros, escondidos, reían con escándalo, pero yo me tapé la cara con las manos. ¡Que no viera mis ojos!
    No recuerdo si dijo algo o no, mis ligeros pies me pusieron en movimiento. Me deslicé por el pasillo, bajé con celeridad las escaleras y volé por el patio de recreo. No quería ver a nadie. Incluso ya lejos de la presencia del compañero nuevo, seguía tapando mi rostro parcialmente. ¿Qué acababa de hacer? ¿Terminar de destruir una autoestima quizá ya herida y frágil? ¿Cómo? ¿Y yo? ¿Qué clase de monstruo era?
    Caí en un rincón de la escuela, lejos, recargada en la oscuridad, y tapando mis ojos, que deseaba sacármelos, lloré amargamente. Definitivamente, gracias a mi estupidez, nada volvería a ser igual en la clase, justo ahora en el inicio de cursos, pero más aún, nada volvería a ser igual en una vida.
    No quería que nadie de ellos, de ningún lado, me volviera a ver. Sin quererlo, ahora era mi autoestima la que estaba rota.

    ___

    Saludos.
     
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  2.  
    Sere

    Sere Silent

    Libra
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    Pluma de
    Escritora
    Saludos ^^

    El título de tu historia no me adelantaba mucho del contenido, aunque debo admitirlo fue ingenioso dado que de este comienza la historia, además de ser un objeto bastante inocente (?) para comenzar un juego/ataque de este tipo .

    Tu escrito me hizo reflexionar un poco sobre lo que puede hacer la presión social en las personas, después de todo se da mucha importancia a esos "amigos" que estamos convertidos de que lo son al grado de defenderles incluso de los padres, sin importar que los primeros nos hagan daño a este grado.

    Por otra parte me preguntaba ¿qué haría ese chico nuevo?, después de todo no es normal que tu agresor se cubra el rostro y se marche, aunque tampoco se podría estar seguro de que le hubiese prestado atención al rostro de aquella persona, pero... ¿y cuándo volviese a escuchar su voz? ¿se daba cuenta ella que sus amigos la habían agredido al obligarla a hacer algo que no querían?¿o se habrá dado cuenta desde que decían que no lo haría?...

    Gran historia, aunque... el tema en si, no sea de mis preferidos ^^, siempre me hace sentir impotente. Aunque ello no quita que exista...
     
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