de Inuyasha - El cumpleaños de inuyasha

Tema en 'Inuyasha, Ranma y Rinne' iniciado por ahome higurashi, 16 Agosto 2011.

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    ahome higurashi

    ahome higurashi Entusiasta

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    11 Julio 2011
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    El cumpleaños de inuyasha
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    Para todas las edades
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    Amistad
    Total de capítulos:
    1
     
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    5358
    Hola de nuevo chicas les vengo a traer otra historia de nuestro amado hanyou espero que la disfruten y que les guste.

    El cumpleaños de Inuyasha​

    Un día se encontraba caminando una joven de ojos color chocolate, pelo negro azabache, piel blanca y un típico uniforme con falda verde y una playera de manga larga blanca. Junto con hombre mitad bestia de ojos dorados, pelo plateado, con unas orejas similares a las de un perro y una túnica roja.

    Se encontraban caminando por el bosque hablando de lo que había sucedido desde su encuentro. Cuando llegaron a un lugar muy familiar para ambos y se dirigieron hasta él. Era el árbol sagrado donde la azabache había conocido a su acompañante. Ese lugar significaba mucho para ambos pero más para aquel hanyou ya que cada vez que se acercaba recordaba el día en que una sacerdotisa lo había dormido durante 50 años; hasta la aparición de la azabache que al parecer se parecía mucho a aquella sacerdotisa.

    -¿Qué te parece aquí? –preguntaba la azabache acercándose de bajo de aquel árbol.

    -Sí vamos. De todos modos cualquier lugar es igual –dijo el hanyou con pocos ánimos. Ya que esa era su actitud desde la muerte de la sacerdotisa que amo jamás había confiado en las personas.

    -Inuyasha por una vez en tu vida puedes dejar de ser así. Yo no te hice nada para que me trates así –dijo la joven enojada por la actitud de su acompañante.

    -Fhe, en lo mínimo me importa lo que tú pienses Ahome. Hace mucho tiempo me dejo de importar lo que la gente opine de mí –dijo Inuyasha dándole la espalda

    -Así no me digas. Desde cuando desde la muerte de Kikyou –dijo Ahome encarando a Inuyasha

    Inuyasha al sentirse muy cerca de Ahome se sonrojo y cayó al suelo de espaldas.

    Ahome al verle la cara roja a Inuyasha y ver que se había caído se le hizo raro, pensó que tal vez tenía fiebre así que se agacho para estar a la estatura del recién caído.

    -Oye ¿no te sientes mal? –preguntaba Ahome poniendo su mano en la frente del hanyou.

    -No… no necesito de ti yo me encuentro bien –dijo Inuyasha trepando a la copa del árbol –ningún humano vale la pena todos son iguales.

    -Sí eso crees hay tú. Pero no hay necesidad de que hagas tus berrinches y baja ¿no íbamos a platicar? –dijo Ahome viendo donde se encontraba Inuyasha.

    Inuyasha aun así de que quería hacer creer a la joven que la estaba ignorando la estaba escuchando todo lo que le decía pero no hacía caso de sus palabras.

    La azabacha esperaba pacientemente pero al darse cuenta que el hanyou no le hacía caso se molestó.

    -Inuyasha ¡Abajo! –dijo ahome bajando la vista.

    En ese instante el ojidorado que se encontraba en la copa del árbol sagrado vino a dar al piso por un conjuro.

    -¡¿Por qué hiciste eso?! –dijo Inuyasha despegando su cara del piso.

    -Eso es porque eres un gran testarudo. Y sabes que me voy yo estoy tratando de saber porque no te caigo bien pero al parecer en lo mínimo te importa llevarnos bien –dijo Ahome preparándose para volver a la aldea donde los esperaban sus amigos.

    Inuyasha al escuchar eso se sintió mal ya que como la azabacha se parecía mucho a la sacerdotisa que lo durmió sentía mucho odio. Y sin darse cuenta lo estaba desquitando con su compañera de viaje que en nada tenía la culpa.

    -Ahome espera –dijo Inuyasha para hacerla parar.

    Ahome al escuchar las palabras del ojidorado se sorprendió mucho ya que era la primera vez que la trataba bien.

    -¿Qué quieres? –dijo Ahome a un enojada.

    -Ya ven vamos a hablar –dijo Inuyasha escondiendo sus ojos bajo su fleco.

    -Claro –dijo Ahome por la actitud del ojidorado.

    Olvidando el enojo que tenía con él se sentó a su lado debajo del árbol sagrado para cubrirse del sol.

    -¿De que querías hablar? –preguntaba Inuyasha sonrojado sin ver a la joven de ojos chocolate

    -Um… ¡Ya se!, dime ¿Cuándo es tu cumpleaños? –preguntaba Ahome muy alegre.

    -Mí ¿Qué? –dijo Inuyasha sin entender a lo que se refería

    -Sí tu cumpleaños. Es el día en que naciste. Se festeja cada año y te dice lo que llevas de vida –dijo Ahome explicando.

    -Bueno veamos. El día en que yo nací por lo que mi madre me conto fue un exterminador he intento matarme y de hecho ese fue el día de la muerte de mi padre pero no tengo ni la menor idea que día nací –dijo Inuyasha con un tono triste y confuso.

    -Ya veo –dijo Ahome muy pensativa.

    -*¿Qué tanto pensara, a decir verdad mi infancia si fue fea pero no para que sientan compasión de mí. ¡Por eso odio a las personas!*
    –pensaba Inuyasha con coraje que en sus gestos demostraba.

    -*Um… con que por eso es como es. Quisiera poderlo ayudar pero bueno hay que pensar en una solución para el no cumpleaños. Ya sé pasado mañana va a ser 17 sería una bueno opción para festejar su cumpleaños. Pero tenemos muy poco tiempo para hacer una fiesta pero estoy segura de que con la ayuda de todos si vamos a poderle dar el mejor cumpleaños a Inuyasha* -pensaba Ahome con muchos gestos en su cara.

    Como ambos pensaban en diferentes cosas no se dieron cuenta del silencio incomodo que se había creado ni de que alguien detrás de los arbustos los observaba.

    -Oye Miroku ¿Crees que es correcto espiar a las personas? –dijo un pequeño niño con coa de zorro observando a su amigo.

    -No Shippou no es correcto espiar a las personas –dijo un joven monje con una pequeña coleta en su pelo, piel blanca, ojos grises y un quimono azul.

    -Y entonces ¿Qué son? –dijo el pequeño zorrito.

    -Veras mi estimado Shippou Inuyasha y la señorita Ahome no son
    personas porque son nuestros compañeros de viaje –dijo Miroku con una gran sonrisa explicando al pequeño.

    De pronto hace acto de presencia una exterminadora con pelo negro castaño, ojos negros como la noche, una falda que le cubría todos los pies, y una playera blanca con tonalidades rosas que tenía unas mangas muy anchas. Al escuchar lo que dijo el monje decidió entrar para hacer entrar en razón a Shippou.

    -Shippou veras lo que su excelencia quiso decir es que no es bueno espiar a las personas ajenas y menos a los amigos –dijo la
    exterminadora echándole unos ojos de pistola al monje.

    -¿Es cierto eso? Miroku –preguntaba el pequeño zorrito observando al monje.

    -Claro que sí Shippou todo lo que Sango diga es verdad –dijo Miroku aterrorizado

    -Sí y por eso vámonos. Nada nos incumbe lo que Inuyasha y Ahome tengan que decir en especial a usted excelencia usted debería de ponerle el ejemplo a Shippou –dijo Sango regañando a Miroku.

    -Por eso mismo digo que es mejor que nos retiremos pequeño Shippou. Antes de que Inuyasha se dé cuenta que estamos aquí. Ya sabes cómo se pone si lo espiamos –dijo Miroku preparándose para retirarse.

    Shippou no se quería ir porque sospechaba que había algo entre sus amigos pero a querer o no querer se puso de pie para retirarse.

    Cuando enfrente de sus amigos un joven de ojos cafés, moreno, pieles de lobos y unos cuantos fragmentos en su brazo y sus piernas hizo aparición.

    Miroku al darse cuenta de la llegada de alguien nuevo se regresó detrás del arbusto.

    -Valla esto se va a poner bueno –dijo Miroku regresando.

    -Sí esto cada vez se pone mejor –dijo Shippou observando la escena.

    -Hay ustedes nunca van a cambiar –dijo Sango resignada acercándose a l monje y al pequeño zorro.

    Con Inuyasha y Ahome…

    Con la aparición del joven había hecho salir de sus pensamientos a ambos.

    -Ahome he venido por ti. He venido para zafarte de las sucias manos de esa bestia –dijo el moreno observando a la azabacha.

    -Kouga, hola ¿Cómo has… -dijo Ahome cuando alguien la interrumpió.

    -Ahome nunca te he olvidado tú sigues guardando un lugar especial en mi corazón y par cuando decidas venir conmigo voy a estar disponible –dijo Kouga tomándole las manos a su ``mujer´´.

    Inuyasha al percatarse de eso se molestó mucho por lo que interrumpió.

    -Hay Kouga no te cansas de venir a molestar –dijo Inuyasha interponiéndose entre la azabacha y el moreno.

    -Bestia has un favor y no molestes ¿sí? –dijo el moreno enojado.

    -Claro no te preocupes yo no te voy a molestar ¡En el otro mundo!
    –dijo Inuyasha desenvainando su espada.

    -Abajo –dijo la azabacha sin prestar mucha importancia.

    Acabando de decir eso otra vez cayó al suelo el ojidorado.

    -Kouga no sabes el gusto que me da que hayas venido –dijo Ahome con una gran sonrisa.

    Sango, Miroku y Shippou al escuchar eso se sorprendieron mucho así que salieron de los arbustos dirigiéndose a donde se encontraban sus amigos.

    -Ahome dijiste que ¿te da gusto que Kouga viniera? –preguntaba Shippou sorprendido.

    -Sí ¿por? –preguntaba la azabacha viendo la cara de sus amigos.

    -Ahome ¿de cuando acá te da gusto ver a Kouga? –preguntaba Sango sin entender el cambio de humor de su amiga.

    -Sí es más que obvio lo que hace mucho sospechaba –dijo Inuyasha poniéndose de pie.

    -¿De qué hablas Inuyasha? –preguntaba ahome observando al hanyou.

    -DE que ¡Tú y Kouga se entienden! –dijo Inuyasha volteándose donde se encontraban Kouga y Ahome.

    Todos al escuchar eso voltearon a ver a la azabacha. Ahome por su parte se molestó mucho por aquel comentario.

    -¡Abajo! –dijo Ahome muy enojada.

    Dicho aquel conjuro el hanyou cayó al suelo pero esta vez le había costado mucho trabajo recuperarse rápido del golpe.

    -¡¿Cómo se te ocurre pensar eso?! ¡Entre Kouga y yo no hay nada!

    -¡Eres un tarado! –dijo Ahome retirándose.

    -Hay Inuyasha tu siempre metiendo la pata –dijo Sango fastidiada retirándose.

    -Amigo ¿No vas a cambiar jamás? –dijo Miroku retirándose.

    -No cabe duda que yo cuando sea grande no me quiero parecer a ti –dijo Shippou siguiendo a Sango y Miroku.

    Lo que dejo solos a Inuyasha y Kouga. Claro con Inuyasha en el piso.

    -Ja, yo me voy. Voy a ver a mi mujer –dijo Kouga retirándose.

    Mientras en la aldea de la anciana Kaede se encontraba una joven azabacha arreglando sus cosas. Cuando de pronto llego Kouga.

    -Ahome no me digas que por ese testarudo te vas a ir –dijo Kouga acercándose a la joven de ojos chocolate.

    -No, claro que no –dijo Ahome con una media sonrisa en el rostro.

    -Ahome no te vallas, no nos dejes por culpa de una bestia testaruda –dijo Shippou corriendo donde se encontraba Ahome.

    -No Shippou voy a regresar solo voy por unas cosas y regreso. Pero necesito que me ayuden a recoger un poco aquí ¿Sí? –dijo Ahome con una gran sonrisa.

    -Sí Ahome pero ¿para qué? –preguntaba Sango acercándose.

    -Bueno cuando llegue sabrán pero que no se vaya a dar cuenta Inuyasha ¿Ok? –dijo muy contenta Ahome.

    -Está bien señorita vallase sin ningún pendiente pero no se le olvide traer comida de su época porque ya no tenemos dinero –dijo Miroku
    nervioso.

    -Ok. Kouga necesito que me ayudes por favor –dijo Ahome observando al moreno.

    -De acuerdo pero volverás ¿verdad? –dijo el moreno sentado en el piso.

    -Sí. Bueno me voy y procuren que Inuyasha no me valla a buscar y menos que se acerque aquí. Nos vemos –dijo la azabache entrando al pozo.

    En una copa de un árbol se encontraba un hanyou observando todo.

    -Valla que niña tan caprichosa. Pero esta mejor así y ojala no vuelva –dijo Inuyasha cruzando sus manos detrás de su nuca para acostarse.

    -Bueno no comprendo bien lo que Ahome quiere hacer pero hay que ayudarla. Kouga tú te vas a quedar a distraer a Inuyasha mientras su excelencia, Shippou y yo vamos a recoger la cabaña –dijo Sango repartiendo las tareas.

    Mientras tanto en el Japón actual…

    Una chica se encontraba saliendo de un pozo que era conocido como ``el pozo devorador de huesos´´. Cuando logro salir se encontraba en el interior del templo Higurashi que había sido pertenencia de su familia por generaciones. Salió y se dirigió a su casa donde vivía Sonomi su madre, Souta su hermano menor y su Abuelo quien se dedicaba a todo lo relacionado con lo antiguo y lo espiritual.

    -.Ya llegue –avisaba una chica azabacha cerrando la puerta.

    -Ahome hija ¡que milagro tenerte por aquí! –dijo Sonomi muy contenta.

    -Hola hermana y ¿el orejas de perro? –preguntaba Souta buscando al hanyou.

    -Bueno vengo de entrada por salida. Vengo por cosas para hacer una fiesta –dijo Ahome buscando en la sala

    -Hija eso se encuentra en la bodega –dijo Sonomi con una sonrisa divertida

    -Ok gracias –dijo Ahome dirigiéndose a l cuarto.

    -Hermana ¿de quién es el cumpleaños? Preguntaba Souta siguiendo a Ahome

    -Vamos a festejarle el cumpleaños a Inuyasha –dijo Ahome guardando cosas como confeti, globos y otros adornos en su mochila.

    -Y ¿Cuántos cumple? –preguntaba Souta observando a su hermana

    -No lo sé. Listo –dijo Ahome cerrando la puerta –bueno ahora a comprar un poco de comida para el viaje.

    Dicho eso fue al centro comercial para comprar la comida que les gustaba a sus amigos y lo necesario para hacer bolitas de arroz.

    Llegando al súper mercado…

    -Muy bien ahora a comprar lo de la lista –dijo Ahome sacando una lista

    Tomo sopas instantáneas, algunas cuantas golosinas, bebidas y claro lo necesario para las bolitas de arroz. Cuando termino de comprar se dirigió a su casa.

    Una vez que tenía todo listo empezó a cocinar las bolitas de arroz. Después empaco todo y se fue a l sengoku donde sus amigos la esperaban.

    En el sengoku…

    Un joven moreno se encontraba sentado en el pozo cuidando al hanyou como le habían dicho.

    -*maldición ya se tardó. Será que ya no va a volver * -pensaba el ojidorado muy preocupado

    Y como su preocupación fue bastante bajo del árbol y cuando iba a entrar al pozo el joven moreno no se lo permitió lo que causo su enojo.

    -¿A dónde crees que vas bestia? –dijo el moreno impidiéndole el paso al hanyou.

    -¡Que te importa! –dijo Inuyasha enojado.

    -Mira bestia por el bien tuyo y el bien mío no te voy a dejar pasar tengo órdenes de no dejarte pasar –dijo el moreno sentándose muy tranquilo.

    -Bueno sí no me vas a dejar pasar voy a regresar a la aldea –dijo Inuyasha caminando en dirección de la aldea.

    En ese preciso momento iba llegando un pequeño zorrito y al presenciar eso decidió ayudarle a Kouga.

    -No sé sí te interese Inuyasha, pero vi pasar unas serpientes cazadoras de almas como las que tiene Kikyou –dijo el pequeño indicándole la dirección.

    Cuando Shippou termino de decir Inuyasha no lo pensó ni dos veces y se dirigió a la dirección que le había dado el pequeño.

    Fue en ese preciso momento en el que la azabacha iba llegando con las cosas y al escuchar eso se puso triste pero trataba de disimular para que sus amigos no se dieran cuenta sobre sus verdaderos sentimientos hacia el hanyou.

    -Gracias por todo Shippou y Kouga –dijo Ahome saliendo.

    -Por nada Ahome pero dime ¿trajiste las paletas que te pedí? –dijo Shippou contento

    -Sí Shippou claro que sí –dijo Ahome con una gran sonrisa.

    -Muy bien Ahome no sé lo que tengas planeado hacer pero vamos –dijo Kouga ofreciéndole su mano.

    Ahome al presenciar eso se sorprendió y se dio cuenta de que Kouga si era un verdadero caballero, él era el único en que podía confiar cuando le decía sus verdaderos sentimientos. A que desde que la había visto se enamoró de ella y nunca se había fijado en alguien más. Lo que le hizo sentir mal por no poder sentir lo mismo por él.

    Le tomo de la mano y pudo salir sin ninguna complicación y como había traído muchas bolsas pesadas Kouga se ofreció a llevárselas a la aldea.

    En la aldea estaban Sango y Miroku esperando el regreso de sus amigos.

    -Mira Sango la señorita Ahome, Shippou y Kouga ya vienen –dijo Miroku contento

    Sango al escuchar eso se puso de pie y los vio venir pero lo que se le hizo raro no ver a Inuyasha con ellos y Kouga que estuviera con ellos.

    -Kouga ¿Dónde está Inuyasha? –preguntaba Sango muy preocupada.

    -No te preocupes Sango no va a venir le dije que Kikyou estaba cerca –dijo Shippou contento por su Azaña.

    -Bien pensado Shippou –dijo Miroku feliz.

    -Bueno Ahome ¿para que querías que limpiáramos? –preguntaba Sango observando a la azabacha.

    -Oh es verdad verán yo estaba pensando en festejarle su cumpleaños a
    Inuyasha pero como no sabe qué día es yo estaba pensando que tal vez se lo podíamos festejar pasado mañana .dijo Ahome muy contenta.

    -Pero ¿Por qué? Inuyasha es malo con nosotros –dijo Shippou dando la espalda.

    -Claro que no Shippou además ya se lo merece el siempre hace cosas buenas por nosotros –dijo Ahome para hacer entrar en razón al
    pequeño zorrito.

    -Una buena razón –dijo Shippou dando la espalda.

    -¿Quién se queda vigilando para que nosotros podamos dormir tranquilos?, o ¿Quién vengo la muerte de tu padre?, ¿Quién nos salva
    de vallas difíciles? –preguntaba Ahome viendo al zorrito

    -Pues Inuyasha. Está bien –dijo Shippou resignado.

    -Bueno como yo no pertenezco en esto me retiro –dijo Kouga dejando las bolsas

    -No Kouga por favor quédate yo sé que tu e Inuyasha no se llevan bien pero por favor –dijo Ahome deteniendo a Kouga.

    Todos los presentes al presenciar eso y escuchar se sorprendieron en especial el moreno y se sonrojo al sentir contacto con sus manos.

    Después de eso se quedaron platicando sobre cómo se iban a repartir las tareas para mañana.

    Con el paso del tiempo la luna y las estrellas habían hecho aparición. Al igual que un desesperado hanyou. Había decidido regresar con sus amigos al no ver a la sacerdotisa. Aparte de que quería saber si la azabacha ya había regresado.

    -¡Chicos!, ¡Chicos! –gritaba Inuyasha mientras se acercaba a la cabaña

    Ahome al escuchar la voz se puso nerviosa ya que las cosas estaban a la vista así que rápidamente las guardaron antes de que hiciera aparición
    en la cabaña.

    -Chicos ¿están aquí? –preguntaba Inuyasha entrando.

    Al presenciar la presencia de Ahome se tranquilo más porque había temido que lo que había pedido se volviera verdad.

    -Ahome –dijo Inuyasha con mucha felicidad.

    -Hola Inuyasha llegas justo a tiempo trague comida de mi época –dijo Ahome con una gran sonrisa.

    -*¡Me da mucho gusto verte otra vez! Pensé que no ibas a volver y sí supieras lo mucho que me encantan tus sonrisas* -pensaba el ojidorado observando a Ahome.

    -Oye bestia que te comieron la lengua los ratones o ¿Qué? –dijo Kouga molesto por cómo se le quedaba viendo a Ahome.

    Kouga al darse cuenta de que ni siquiera la había hecho caso se molestó más por lo que le aventó un trapo que se encontraba a su lado. Lo que hizo que Inuyasha reaccionara.

    -¡¿Qué te ocurre?! –preguntaba Inuyasha enojado.

    -¡No escuchas que Ahome te habla! –dijo Kouga molesto.

    -Sí claro –dijo Inuyasha reaccionando.

    Se dirigió donde se encontraba Ahome y se sentó a su lado muy cerca de ella como solía hacerlo con Kikyou solo que esta vez se sentía más cómodo

    Ahome termino de repartir los alimentos que le correspondían a cada uno. Platicaron y cuando el sueño empezaba a hacerse presente decidieron ir a dormir.

    La noche estuvo un poco fresca por lo que Miroku a provecho y se durmió cerca de Sango. Inuyasha le había dado su túnica a Ahome para taparse y como era obvio Kouga se molestó al ver eso. Y tratando de no darle mucha importancia se dio la media vuelta y se durmió. Kirara se había hecho grande por lo que Shippou se quedó en ella. Cuando todos estaban dormidos Inuyasha aprovecho y se acercó más a Ahome.

    Al día siguiente…

    Ya había amanecido y con ello el sol empezaba a calentar y el canto de los gallos se escuchaba. Fue entonces cuando Ahome se despertó con mucha alegría dispuesta para arreglar todo para el cumpleaños de aquel bello hanyou que todavía se encontraba dormido.
    Cuando era ya medio día todos empezaron a despertar. Inuyasha al verse tapado con su túnica se imaginó que Ahome ya se había despertado. Había decido ir con ella pero al parecer alguien se le había adelantado.

    -Y bien Ahome ¿Qué tienes planeado hacer? –preguntaba un joven moreno.

    -Um… primero vamos a adornar la cabaña por dentro y por fuera.
    Después los alrededores, único problema va a ser donde hacemos que Inuyasha se valla –dijo Ahome pensando.

    -¿Por qué no le dejamos eso al pequeño zorro? El podrá encargarse de eso. –proponía Kouga.

    -Sí buena idea le voy a decir –dijo Ahome dirigiéndose a la cabaña.

    Dentro de la cabaña se encontraban Sango y Miroku despertando. Shippou a un permanecía dormido y un hanyou muy pensativo.

    -Buenos días –dijo Ahome entrando.

    -Buenos días Ahome –dijo Sango despertando.

    -Buenos días señorita –dijo Miroku estirándose.

    Inuyasha no había contestado porque se encontraba muy a dentro de sus pensamientos.

    -Shippou, Shippou despiértate ya –dijo Ahome tratando de despertar al zorrito.

    -¿Para qué? –dijo Shippou volteándose.

    -Necesito que me ayudes recuerdas –dijo Ahome dándole a entender.

    -Hay ok –dijo Shippou poniéndose de pie.

    -Shippou ¿podrías ir al monte a buscar unas plantas medicinales? -dijo Ahome guiñándole un ojo

    -Claro pero y si alguien más me acompaña –dijo Shippou siguiéndole la corriente a Ahome.

    -Sí, Inuyasha podrías acompañar a Shippou por unas plantas medicinales al monte –preguntaba Ahome sonriendo.

    -Sí claro que sí –dijo Inuyasha saliendo de sus pensamientos.

    -Bueno ahorita venimos –dijo Shippou poniéndose de pie.

    Dicho eso ambos se fueron a buscar las plantas que Ahome les había
    indicado.

    -Muy bien hay que empezar ahora –dijo Ahome sacando las bolsas.

    En ese momento todos pusieron manos a la obra y empezaron a adornar. Toda la tarde adornaron cuando al fin terminaron.

    -Fuh…, al fin terminamos –dijo Ahome contenta.

    -Se ve hermoso –dijo Sango contenta.

    -Sí… -dijo Ahome cuando se escuchó la voz de alguien muy familiar.

    -¡Chicos ya llegamos! –dijo un hanyou con un zorrito dirigiéndose a la cabaña

    -¡Hay que hacer algo o la noche se va a arruinar! –dijo Miroku apurado.

    -Ya sé que hacer salgo y lo golpeo y listo –dijo Kouga tronándose los dedos.

    -No nada de violencia. Chicos por favor terminen lo que podría faltar voy a llevarme a Inuyasha al bosque y dormiremos al intemperie ustedes descansen mañana por la mañana vendremos adiós –dijo Ahome saliendo de la cabaña.

    -Pero Ahome –dijo Kouga tratando de detenerla.

    -Hola chicos. Shippou ¿podría ir a dejar las plantas? –preguntaba
    Ahome viendo al pequeño zorrito.

    -Sí claro –dijo Shippou tomando las plantas que traía Inuyasha.

    -¿Por qué el? Yo podía ir a dejarlas –dijo Inuyasha confundido.

    -No lo que pasa es que quería ver las estrellas y me preguntaba ¿si me podrías acompañar? –preguntaba Ahome con una gran sonrisa.

    -Sí vamos –dijo Inuyasha caminando.

    Cuando llegaron al árbol sagrado se sentaron a observar las estrellas. Inuyasha se había acostado en el pasto y se le quedaba viendo a la azabacha que se encontraba a su lado.

    Después la noche otra vez amenazaba de ser fresca por lo que Inuyasha le ofreció su túnica a Ahome se quedaron hablando y se habían quedado dormidos abrazados para ``mantener el calor´´ o algo así había dicho Inuyasha.

    En la cabaña Sango, Miroku y Shippou habían dormido en Kirara porque la noche había sido más fresca que la anterior. Kouga solo le daba vueltas pensando en lo que pudieran hacer juntos y solos, eso lo agobio la mayor parte de la noche. Hasta la madrugada que por fin pudo dormir.

    A la mañana siguiente una joven de ojos color chocolate iba despertando, al ver que ya había salido el sol y el canto de los gallos se hacían presentes. Pensó que era el momento ideal para despertar al hanyou. Un pequeño rayo de luz le daba dando a la cara al ojidorado que lo obligo a despertar.

    -¡Felicidades Inuyasha! –dijo Ahome abrazando a Inuyasha

    -¿De qué hablas Ahome?, hoy no es mi cumpleaños –dijo Inuyasha un poco confundido.

    -Bueno no se sabe con exactitud. Por favor disfruta este día ¿sí? –dijo Ahome tratando de convencer a Inuyasha.

    -De acuerdo vamos a ver que otra sorpresa me tienes –dijo Inuyasha con una media sonrisa.

    -Sí vamos a la aldea –dijo Ahome tomándolo de la mano.

    Ambos se sonrojaron solo que lo ocultaron bajo su fleco. Después de caminar gran trayectoria para la aldea de la Anciana Kaede ya se había acostumbrado a aquella sensación de sus manos juntas.

    En la aldea una exterminadora, un monje, un pequeño zorrito y un hombre lobo los esperaban pacientemente. (Bueno solo los tres primeros).

    Cuando la azabacha y el hanyou hicieron presencia sus amigos salieron de donde estaban escondidos felicitando al hanyou.

    -¡Felicidades! –dijeron Sango, Miroku y el pequeño Shippou saliendo de sorpresa.

    Cuando Inuyasha vio a sus amigos reunidos le dio gusto. En especial al ver el cuarto adornado con globos, serpentina y las paredes muy vistosas con muchos adornos y colgando del techo unas letras que decían ``felicidades Inuyasha´´. En ese momento sintió algo que jamás había sentido y era mucha alegría. Era el día más feliz de todos en su cara se podía ver cuanta felicidad sentía.

    -¡Muchas felicidades amigo! –dijo Miroku abrazando al hanyou.

    -¡Muchísimas felicidades Inuyasha! –dijo Sango abrazando al ``cumpleañero´´

    -¡Muchas felicidades Inuyasha! Que sigas siendo el mismo fastidioso de siempre –dijo Shippou saltando a Inuyasha.

    -Jaja muy graciosito enano –dijo Inuyasha en tono sarcástico.

    -Bestia yo no te deseo lo mejor pero igualmente felicidades –dijo Kouga estirando su mano.

    -Lo mismo digo rabioso –dijo Inuyasha cerrando el apretón de manos.

    Mientras se miraban con ojos de pistola sintiendo ganas de matarse el uno al otro llego una joven dueña de unos ojos color chocolate.

    -¡Muchas felicidades Inuyasha! –dijo Ahome muy contenta acercándose.

    Inuyasha al escuchar su voz soltó la mano del moreno y dirigió su mirada a la joven azabacha.

    -¡Muchas gracias Ahome! –dijo Inuyasha con mucha felicidad

    -Por nada para eso son los amigos –dijo la azabacha sonriendo.

    Aquel hanyou al presenciar eso la tomo de la cintura acercándola a él para un caluro y duradero abrazo.

    -Eres la única que se preocupa por mí, la única con la que me siento contento y cómodo. Y muchas gracias por la sorpresa te juro que este día va a ser el día más feliz de mi vida. –le susurraba él hanyou a azabacha.

    Ahome al presenciar la acción del ojidorado se sorprendió por lo sincero que sonaban aquellas palabras y de con la ternura que la abrazaba. Ella se había perdido unos instantes en los brazos de aquel hanyou cuando recordó la segunda parte de la sorpresa.

    -Por nada Inuyasha pero a un falta más –dijo Ahome muy contenta.

    -¿Más? –preguntaba Inuyasha soltando a Ahome.

    -Sí ven –dijo Ahome llevándolo a la cabaña.

    Donde se encontraban sus amigos sentados esperándolos muy pacientes.

    Entrando ambos se sentaron, la azabacha saco de su mochila una cajita envuelta con papel de regalo.se la entro al hanyou y se quedó viendo su reacción.

    Por parte del hanyou no sabía que era, no sabía qué hacer con aquel regalo que le había dado.

    -Gracias pero ¿Qué se supone que debo hacer? –preguntaba Inuyasha observando el regalo.

    -Ábrelo es un obsequio espero que te guste –dijo Ahome contenta.

    En ese momento Inuyasha abrió el regalo y se dio cuenta de que era su platillo favorito bolitas de arroz. Se sintió más feliz que antes al ver que alguien lo comprendía.

    -Gracias Ahome ¿Cómo sabias que era mi platillo favorito? –dijo Inuyasha con una gran sonrisa que apenas le cabía en el rostro.

    -Por nada, pero yo no soy a la única que me tienes que agradecer los demás también me ayudararon en todo. Sin ellos no hubiera podido lograrlo –dijo Ahome contenta.

    -Gracias muchachos, tú también rabioso gracias por todo –dijo Inuyasha tragándose su orgullo.

    -Sí bla, bla ya hay que desayunar que yo ya tengo hambre y esas bolitas de arroz me hacen ojitos –dijo Shippou desesperado.

    -Sí de acuerdo con Shippou la tripa ya está rugiendo –dijo Miroku tocándose la panza.

    -Claro ya hay que empezar a desayunar –dijo Ahome riendo por la actitud de sus amigos.

    Dicho eso Sango y Ahome repartieron la comida. Todos empezaron a desayunar y cuando terminaron se quedaron platicando gran parte de la mañana. Cuando paso el medio día Shippou, Miroku y Kouga habían ido al río que se encontraba cerca de la aldea. Regresaron con cubetas llenas de agua y cuando entraron a la cabaña sin que Inuyasha se diera cuenta lo bañaron. Lo que ocasionó la risa de las chicas.

    Habían decidido ir un rato al río para disfrutar el día libre que tenían. Cuando el hambre asechaba de nuevo Inuyasha quien ya era experto en eso se puso a cazar peces para la comida. Hicieron una fogata y comieron a la intemperie.

    Después el sol empezaba a meterse por lo que salieron del río y regresaron a la cabaña.

    -¡Muy bien yo creo que ya es hora! –dijo la azabacha muy contenta.

    -¡Sí ya es hora de que el cumpleañero parta su pastel! –dijo Sango risueña.

    ¿Pastel? –preguntaba Inuyasha sorprendido.

    -Sí, si no que sería de un cumpleaños sin el pastel –dijo Miroku sonriendo.

    -Bueno –dijo Inuyasha tomando un cuchillo.

    -Pero, pero queremos ¡la mordida! –dijo Shippou contento.

    -Ja, con lo trago que es de una mordida se lo acaba –dijo Kouga riendo.

    -Vamos Inuyasha mordida –dijo Sango muy emocionada.

    -De acuerdo –dijo Inuyasha aceptando a las peticiones de sus amigos.

    Cuando Inuyasha iba a morder el pastel llegó Shippou, Kouga y Miroku a aventarlo. Toda la cara se le lleno del betún que tenía el pastel. Todos se rieron por la apariencia de Inuyasha.

    Después comieron pastel y se quedaron hablando sobre muchas cosas.
    -Inuyasha ¿puedes salir poquito? –dijo Ahome viendo al hanyou.

    -Sí –dijo Inuyasha poniéndose de pie.

    -Ya volvemos. Hay comida y lo que quieran en mi mochila –dijo Ahome sacando unas pertenencias.

    Dicho eso ambos salieron estuvieron caminando en silencio todo el camino, cuando de pronto llegaron al árbol sagrado.

    -¿sucede algo? Ahome, estas muy callada –dijo Inuyasha extrañado.

    -Estoy bien no te preocupes –dijo Ahome viendo al hanyou.

    Ambos se habían sentado bajo las hojas de aquel gran árbol cuando se escuchó una voz.

    -Dime Inuyasha ¿te gusto tu cumpleaños? –preguntaba Ahome muy
    contenta.

    -Me encanto muchas gracias, es la primera vez que alguien hace algo por mí –dijo Inuyasha muy contento.

    -¡Qué bueno que te haya gustado! Pero como te decía la tercera parte de la sorpresa es esta ten –dijo Ahome dándole una foto y un dije.

    ¿Qué es? –preguntaba Inuyasha tomando las cosas.

    -ábrelo –dijo Ahome emocionada.

    Inuyasha volteo la foto y su sorpresa fue ver a sus amigos. Todos juntos con cosas de él y recordó el viaje que habían hecho a una isla mística que adoraban al hanyou. Después abrió el dije que le había dado la azabacha y su sorpresa fue ver la foto de el junto con la azabacha.

    Se le quedo viendo muy sorprendido y agradecido por el regalo.

    -Esa es la tercera parte de la sorpresa. La foto es para que te des cuenta de que siempre contaras con todos nosotros, y el dije es para que te des cuenta que siempre te voy a acompañar a donde sea. No importa la circunstancia, no importa la circunstancia siempre voy a estar contigo –dijo Ahome con una gran sonrisa.

    Terminado de decir eso ambos se besaron bajo la luna y las estrellas y
    bajo el gran árbol sagrado.

    Fin.​
     
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  2.  
    Naru-Chan

    Naru-Chan Usuario popular

    Aries
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    Hola amiga mia n.n gracias por invitarme a leer este lindo one-shot
    te quedo de lujo, fue tan lindo, dulce tierno, y bueno el final fue lo que mas me
    gusto n.n
    al principio me dio un poco de penita que Inu no sepa su cumple, y mas cuando
    le dijeron lo de Kikyo y el salio corriendo, pobre de Kagoem u.u
    pero por suerte estaba el lindo de Kouga n.n
    estuvo muy bueno encerio, y mas por la bella fiesta que le hicieron al Taisho menor jeje
    Kagome-chan es la mejor n.n solo a ella se le ocurre hacer estas cosas para su amado,
    y me encanto cuando Inu estuvo tan cariñoso con ella >.<
    bueno me despido, nos hablamos...sayoo!!!
     
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