Historia larga El corazón de un dragoniano

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por El fénix ascendiente, 15 Enero 2017.

  1.  
    El fénix ascendiente

    El fénix ascendiente Entusiasta

    Cáncer
    Miembro desde:
    4 Marzo 2011
    Mensajes:
    199
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Título:
    El corazón de un dragoniano
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    5
     
    Palabras:
    1826
    Usurpación / fuga

    En el mundo de Fagea, hay dos tipos de razas que son inteligentes, los humanos, puede hacer que destruyan todo lo que estén a sus manos y los dragonianos, nacido de los antiguos y destruidos dioses dragones, que en forma humanas procrearon con humanos, los dragonianos, también son llamados pictos, por los humanos.
    La raza de los dragonianos, son fieros guerreros, fuertes y orgullosos, pero también seres que poseen una gran sabiduría heredada de los ya extintos dioses dragones, son parecidos a los humanidad, unas alas de dragones y unas colas largas que terminaban en puntas son los que separan físicamente esta raza de los humanos, además de su manejo con la espada, son reconocidos por sus armaduras de gran resistencia y calidad y también destacan sus espadas que llaman berserker strong, que solo los dragonianos pueden portar y muy pocos humanos han podido luchar con este tipo de espada, aunque hay ciudadelas de dragonianos, ellos están constantemente viajando y gustan de vivir solos. Hacía ya varios siglos atrás hubo una disputa entre los humanos y los dragonianos, que terminó en una gran guerra, al final ambos bandos hicieron la paz gracia al rey humano Fausto, también llamado el gran sabio pacifista o el gran arquitecto, los draconianos, como muestra de su compromiso a mantener la paz, le dieron al rey un colgante con forma de dragón, el colgante, es de oro y los ojos del dragón son de esmeralda, verde y cristalina. Desde ese momento los reyes del país Aletorian, llevan el regalo de los dragonianos, el rey también le dio al representante dragoniano un regalo, una daga con diamantes verdes claros incrustados en la empuñada de la daga, desde ese evento la paz se ha mantenido entre estas dos razas.
    Aletorian, varios siglos después de la firma de paz. Un jinete con armadura completa, salía a gran velocidad de la ciudad, el reinado había sido usurpado por el primo del rey, atrás del jinete estaba una niña que representaba unos 6 años, tez blanca, pelo negro y largo que le llegaba hasta la cintura, ojos verdes claros, su cara era hermosa e infantil, sus ojos mostraba una expresión de tristeza por lo sucedido, llevaba puesto una falda azul que le llegaba hasta los talones, zapatos finos color blanco, una camisa roja y una chaqueta verde, la niña cargaba con un bebé de pelo negro, el cual dormía tranquilo sin saber lo que sucedía a su alrededor.
    Apsu–Zu, una joven dragoniana de unos 204 años de edad, de apariencia juvenil, alta, tez morena, pelo rojo que le llegaba hasta la cintura y tapaban sus orejas y parte de sus hombros, de cuerpo esbelto y curvilíneo, ojos amarillos,vestida de un pantalón verde, una camisa blanca, guantes rojos, pies descalzos y sus alas de dragón. Apsu, era perteneciente de la línea de Zu, el dragón dios del caos, estos dragonianos normalmente gusta del bosque y de la caza, son tranquilo y agradable a pesar de tener una atracción al caos y gustan mucho de las peleas.
    La dragoniana, estaba cazando en el bosque, no necesitaba arma para la caza, su fuerza era solo lo necesario para esa tarea. Apsu, entró en una cueva de un oso, que al ver a la dragoniana, se paró en sus dos patas en forma amenazante y trató de ahuyentar a Apsu con su grito de batalla. Apsu, era terca, no iba a renunciar a una
    apetitosa presa, un oso le daría una buena cena. El oso, atacó con sus garras, pero el ataque fue detenido por los brazos de Apsu, los dragonianos tiene una piel resistente a ataques, tanto físicos como mágicos, así que para Apsu, un ataque de oso no era nada. Apsu, tomo los brazos del osos, con una llave puso al animal en el
    suelo, luego se sentó en el pecho del animal, tomo la cabeza del oso y la doblo. El animal, murió a mano de la dragoniana, la chica, cerró sus ojos y se puso a rezar, agradeció al oso por su carne, se paro y cargó con el cuerpo del oso.
    Apsu, caminaba por el bosque con el oso a cuesta, cuando observó que en el claro del bosque, se encontraba un grupo de bandidos del bosque rodeando a un caballero de armadura completa, atrás del caballero, resguardándose de los bandidos, se encontraba una niña que llevaba en brazo a un bebé

    —jajaja, estas muy lejos de tu tierra, caballero—dijo sonriendo un bandido
    —Maldita, sea—comentó el caballero
    Apsu, observó que el caballero hacía un esfuerzo para mantenerse en pie, también observó la empuñadura de la espada, era la de un dragón
    —Un caballero de Aletorian—pensó Apsu y agregó—debo ayudarlo.
    Apsu, camino hacía los bandidos
    —Oigan, dejen al caballero—exclamó Apsu, cuando estuvo atrás del grupo de bandidos

    Los bandidos, se dieron vuelta y observaron a Apsu.

    —Pareces fuerte—comentó unos de los bandidos y agrego—Pero tu sacrificio, no servirá de nada

    Apsu, cerró sus ojos y suspiro profundo, bajo el oso y lo dejó en el suelo, desplegó sus alas, los bandidos al comprobar que el sujeto que estaba frente suyo era un dragoniano, se sorprendieron y se mantuvieron en alerta.

    —Había escuchado que por estos lados, había un picto fuerte, maldición, no sabía que nos encontraríamos con el picto—comentó el bandido jefe
    —jefe, fíjese, este picto es solo un cachorro, no ha llegado a su edad adulta—comentó un bandido con una sonrisa y agregó—Sera fácil derrotarlo
    —Tienes, razón—comentó el jefe

    Los seis bandidos presentes, rodearon a Apsu, que cerró sus ojos y negó con su cabeza.

    —bandidos, si ustedes quiere salir ilesos, contare hasta 10, para que se alejen—comentó Apsu y comenzó a contar—1, 2, 3,4, 5…
    —Ja, como si nos fueses a vencer picto—exclamo sonriendo el jefe
    —6, 7,8, 9…—siguió contando Apsu

    El jefe de los bandidos, sacó su espada barata y atacó a Apsu, la cual negó con su cabeza

    —10, bueno si eso quieren–dijo Apsu, que abrió sus ojos y se puso en posición de
    ataque

    El bandido, embistió iba a embestir con su espada a Apsu, pero la dragoniana, tomó la muñeca del bandido antes de que la espada llegase a su pecho, la fuerza que ejercía, la mano de la draconiana, hacía la muñeca de líder de los bandidos, hizo que el ladrón soltara su arma. La dragoniana, tomó la mano libre del bandido y fue volando hacia arriba con el mal nacido que sujetaba con sus manos.

    —Bájame, bájame—exclamó el jefe de los bandidos, muy asustado por la altura.
    —deja de molestar en esta área y te dejare abajo—le ordeno Apsu
    —S…si, pero bájame, no quiero morir así—contestó el bandido, con una cara de
    asustado

    Apsu, dejó al bandido en la tierra y lo soltó, no sin antes darle una patada en la espalda, que dejó al bandolero en el suelo.

    —Bien, que están esperando llévense a su jefe a otro lugar y dejen de molestar—le dijo Apsu a los bandidos que al ver a su jefe que en cualquier momento se orinaba en los pantalones, en un mal estado y casi con gana de vomitar, lo tomaron y se llevaron de ese bosque.
    —Gracias, por ayudarme, picto—le dijo el caballero acercándose a Apsu
    —De nada, los Aletorianos, son amigos de los dragonianos—Apsu sonrío al caballero

    El caballero, le iba a dar la mano a Apsu, pero cayó inconsciente en el suelo, mientras escuchaba las exclamaciones de la niña y de Apsu.
    Catalina, una mujer de 26 años de edad, de tez blanca, de cuerpo esbelto y curvilíneo, pelo negro y largo que le llegaba hasta los hombros y que estaba amarrado con un cinta roja, ojos azules claros y una cara bella, pelo sintió el calor en su cara y mientras abría sus ojos lentamente, escucho a personas hablando, una de
    esas voces era de su hermana, la otra voz que le resultaba algo familiar, era de una chica, pero no recordaba a su dueña, aunque creía haberla escuchado antes.
    Catalina, trataba de recordar qué había pasado.

    —cierto, me encontré con una picto, que me ayudó con algunos bandidos—Catalina, abrió sus ojos y observó que delante de ella estaba la cara de su hermana
    —hermana, estas bien—exclamo muy feliz la niña al ver que catalina estaba bien
    — ¿Dónde estamos? —preguntó Catalina

    Catalina, observó el lugar, parecía una cueva que estaba iluminada con antorchas.

    —En mi cueva de caza—Apsu, llegó con un cuenco de madera que contenía una sopa
    Catalina, observó a Apsu, que se puso al lado de la joven, se arrodillo y con una sonrisa, le entregó el cuenco de madera a Catalina.
    —bebe, esta sopa contiene, plantas medicinales, un poco de carne de ciervo, sangre de pescado y algo de carne de oso—comentó, Apsu con una sonrisa
    —Este…gracias—Catalina, observó la sopa, al escuchar sangre de pescado se había puesto un poco verde.

    La joven caballero, observó a Apsu, que le sonría, la dragoniana, esperaba que la sopa, sentase bien a Catalina, la joven para no decepcionar a su anfitriona, se tomo la sopa.

    — ¿Y qué tal está? —pregunto Apsu, con una sonrisa

    Catalina, no pudo aguantar el asco de la comida y vómito el contenido, asustando a Apsu, la dragoniana, busco un paño para limpiar el vómito que estaba en el suelo

    —Disculpa—dijo apenada Catalina
    —No importa, veo que los humanos no gusta de la sangre de pescado, como a nosotros, fue mi culpa por no saber qué cosas disfrutaban comer los humanos—le contestó Apsu, observando a Catalina con una sonrisa—Bueno, eso no importa, Después de limpiar esto voy a prepararte otra sopa, sin sangre de pescado, tranquila, princesa Catalina
    — ¿Cómo sabes, que soy una princesa?—preguntó Catalina a Apsu
    Apsu, observó a la princesa mayor de Aletorian y sonrío, luego se paró y caminó hasta una fuente de agua natural que se había formado en la cueva y limpio el paño.
    —Tu hermana menor, me lo explico, dijo que el primo del padre de ustedes tomó el poder del trono, matando a sus padres, también me contó que tuvieron que escapar junto con tu hijo—le contestó Apsu.
    —Cierto, ¿Cómo a dónde está, mi hijo?—preguntó Catalina, algo preocupada
    —Tranquila, el retoño humano, está en la otra habitación, durmiendo en mi cama— Apsu, le contestó con una sonrisa y agrego—Tu hijo, es gracioso y optimista, es una hermosura de niño.

    La joven princesa, sonrió al escuchar el comentario de Apsu, la joven dragoniana, se iba ir a otra habitación, cuando paro y observo a Catalina, se había olvidado presentarse.

    —Disculpe, se me olvido la presentación—Apsu, hizo una reverencia y se presentó—Soy Apsu de la línea de descendencia de dios dragón Zu, para acortar soy Apsu-Zu
    —Yo soy, Catalina IV Von Mountblack, hija del rey Fausto XII Von Mountblack y de
    la reina Catalina III Von Mountlazuli—se presentó Catalina
     
  2.  
    El fénix ascendiente

    El fénix ascendiente Entusiasta

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    Escritor
    Título:
    El corazón de un dragoniano
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    5
     
    Palabras:
    2005
    Descansó y una historia.

    Las armas de fuego, se cargaron y se dispararon y una mujer vestida de un hermoso atuendo cayó al suelo, la falta de respiraron de parte de ella y su hermoso atuendo manchado de sangre, era el comprobante de que las balas cumplieron su objetivo. Una espada cortó la cabeza de un atemorizado rey, mientras todo esto era visto por Catalina.

    —Padre, madre—grito Catalina, que se despertó asustada.

    La princesa de Aletorian, estaba sudando y su respiración estaba agitada, la joven dragoniana, que sostenía al bebe de Catalina, vio que su invitada estaba sudando y tenía una cara de terror y se acercó a la cama donde dormía la princesa.

    —Tuviste un mal sueño—dijo Apsú a Catalina, la dragoniana, estaba preocupada por Catalina.
    —Creo que me afecto mucho la muerte de mis padres—le contesto Catalina a Apsú y agrego—Soñé con sus muertes.
    —Te entiendo, yo sueño mucho con mis padres, al principio soñé como morían, pero luego me di cuenta que mejor soñar los momentos felices que viví con ellos—sonrío Apsú y agrego—Sabes, los dragonianos creemos en que si se atesora los eventos alegres que uno vivió con sus seres queridos, esos seres sonrieran desde el manto azul estrellado, pero si sueñas con los eventos de la muertes de esas personas que te produjeron alegría, esas personas se sentirán triste.

    Catalina, observo a Apsú con una sonrisa, la dragoniana, sabía dar buenos consejos.

    El bebe que sostenía Apsú, emitió un pequeño llanto, así que la joven Apsú, observo al bebe le canto una canción en el lenguaje dragoniano, aunque él bebe no entendía la canción, el tono suave y melodiosa de la voz de Apsú, hizo que el volviese a dormir. Catalina, sonrío al ver como Apsú cuidaba de su retoño.


    —Sabes, a veces pareces como si fuese una hermana menor—comento Catalina con una sonrisa y agrego—Cuidas tan bien de mi hijo, que te parece un poco a Helena.

    Apsú, sonrío al escuchar el comentario de la princesa. Catalina, pidió a Apsú, que le permitiese tomar a su hijo, la dragoniana, le devolvió él bebe a la princesa, la cual lo tomo con sus brazos y lo acurruco en su regazo, mientra realizaba la acción de acomodar a su hijo, le entro la duda de la edad de su anfitriona, así que no dudo en hacer la preguntar.

    —Sé que los dragonianos, crece más lentos que los humanos y viven mucho más, ¿Cuántos años, tienes?—pregunto Catalina a Apsú, cambiando de tema de conversación.
    —Veamos, los dragonianos no contamos nuestros años, solo nuestras etapas, en mi caso mi etapa, aun soy una joven cachorro—contesto Apsú y agrego—Los humanos pensaría, por mi estatura y mi facciones que tengo 17 años, aunque he vivido 204 años de la humanidad, son pocos años de un dragoniano
    —Ya entiendo, aunque es algo complicado decir que tiene más año que yo, así que para mí tienes 17 años—comento Catalina, pensativa y miro a Apsú—Cambiando de tema, parece que aquí hace mucho calor.

    Apsú, se acordó que los humanos, eran más sensible al calor que los dragoniano, así que se dirigió hacía una habitación de su hogar y cuando salió, cerro la habitación con una roca que tenía forma de rueda.

    —Vaya, ha descendido la temperatura—comento Catalina y pregunto— ¿Qué había en esa pieza?
    —Una forja, mi padre solía construir una por cada cueva que habitábamos—comento Apsú—La uso mucho, para practicar la fabricación de armas, productos que utilizo para realizar trueques con viajeros y habitantes de los pueblos cercanos.
    —Es cierto, me acuerdo a ver escuchado que los pictos, son buenos en la forjas—comento Catalina con una sonrisa

    Apsú, tomo una silla y la de puso al lado de la cama.

    —He escuchado la historia de la boca de Helena, pero quiero escucharla de usted—comento Apsú y agrego— ¿Cómo sucedió la usurpación del trono?
    —Supongo que sería bueno contarte, ya que nos has acogido—comento Catalina y cerro sus ojos—Bueno, talvez comenzar como surgió la rivalidad entre mi padre y el primo de mi padre.
    —Vaya, eso se oye interesante—comento Apsú.

    Fue hace varios años, tengo entendí muchos años antes de que yo naciese, mi bisabuelo, empezó una conquista que expandió el reino de Aletorian, pronto el reino que correspondía a unas 20 ciudades, se hizo mucho más grande, alcanzando a la muerte de mi bisabuelo un total de 100 ciudades, luego mi abuelo, continuo la conquista, anexando a más ciudades, en ese momento nacieron mi padre y su primo, a pesar de que mi padre era el heredero directo del imperio y había sido criado por generales y hombres de armas, él era un diplomático y pacifista, a diferencia de su primo, que si era un militarista y ambicioso del poder, por eso siempre discutían, mi padre era de la idea de que los conflictos se resolvía en forma diplomática y en última instancia las armas, pero el usurpador, era de la idea de utilizar armas, cuando mi abuelo murió, mi padre heredo el trono, lo primero que hizo, fue devolver el territorio anexado por mi bisabuelo y por mi abuelo, eso molesto mucho a los expansionistas y a mi primo y su relación que ya era tensa, se puso mucho más tensa, hasta ayer.

    —El día que usurparon el trono de tu padre—comento Apsú, con seriedad
    —sí, ese día, había empezado con los preparativos, que se iban a utilizar hoy para el desfile de la fundación del reino—dijo Catalina

    Mi esposo, se había puesto su mejor armadura, ya que como era general y la mano derecha de mi padre, necesitaba revisar el ejército de caballeros y de soldado con espada y los mosqueteros, aunque mi padre no era un militarista, sabía que había reino que pueden atacar a nuestro reino, así que mantenía al ejército y lo utilizaba para defender los limites, mientras que los mosqueteros, eran para defender el interior. Bueno, siguiendo con el tema del día de ayer, ya era de noche, cuando se había terminado todos los preparativos en el palacio, yo dormía junto con mi hijo y Helena, ya que a mi hermana, le había asustado una pesadilla y fue conmigo, además mi esposo, estaba en una reunión con el rey o sea mi padre y mi madre, ya necesitaban hablar del desfile de hoy y de sus tropas, ya había pasado algunas horas, yo me desperté con un mal presentimiento, así que me dirigí a la sala de reuniones y lo que vi, fue…algo que jamás olvidare, mi hermano mayor, estaba en el suelo apoyado en la pared. Al lado de la puerta de madera y tratando de tapar su herida de bala, un grupo de mosquetero dispararon, luego de nuevo los mosqueteros cargaron fusiles y dispararon, su objetivo era el rey, pero las balas fueron recibida por el genera/mano derecha del rey, que se interpuso, las balas disparadas, penetraron las finas ropas del general que cayó al suelo, el rey, tomo su espada y antes de que uno de los mosqueteros disparase, el monarca, atravesó el pecho un mosquetero, iba por los demás, el grupo de mosquetero se había desarmado, pero otro grupo apareció y disparo a la reina, mi padre, se detuvo de golpe al ver como mi madre, moría desangrada por los disparos, entonces el usurpador, aprovecho el momento desaparecer atrás de mi padre y cortarle, la cabeza…Me quede en estado de pánico, mi rodillas, temblaban, no podía pararme, uno de los mosquetero, me vio e iba a dispararme, pero fue detenido por mi esposo, que después de atravesar al fusilero, con su espada me tomo y me llevo a su habitación, el tomo su armadura, y humos del castillo junto con mi hermana y mi hijo, aunque nos tuvimos que separar al llegar establo, el me vistió con su armadura, para protegerme de las balas y esconderme, ha regañadientes, tuve que subirme a un caballo, puesto que no quería irme y dejarle solo, pero ya se estaba siendo tarde y los soldados a favor del usurpador, estaba a punto de abrir las puerta del establo, así que me fui dejando a mi esposo atrás, atravesamos el muro de soldados, mi esposo se puso por delante de los guardias y arremetió contra varios de hechos, no supe nada más de el.

    —Y paso lo del bosque—termino decir Apsú y comento—Ya veo, debes de estar preocupada por tu marido
    —Sí, no sé si está vivo o muerto, pero cuando me recupere, pienso volver al reino y juntar crear un ejército, para quitarle el trono al usurpador—comento Catalina y agrego—No importa el tiempo que me tome, aunque me demore varios años.

    Catalina, observo a Apsú.

    —Apsú, te encargaría de mi hijo y de helena, no quiero que ellos se involucren en este problema—le pidió Catalina a Apsú.

    Apsú, se sorprendió por la petición de su invitada, una cosa era ayudar a la familia real a esconderse y otra era cuidar a niños.

    —No creo ser una buena niñera—se disculpó Apsú
    —Pero eres una buena anfitriona y si fuese una de las nodrizas, sería la mejor, además no pido que sea su madre adoptiva, si no como una hermana mayor—le comento Catalina y agrego—Sé que harás un buen trabajo, al ver que mi hijo se sentía seguro y se relajaba en tus brazos, me di cuenta que eres la indicada, para cuidar a los niños, además no tengo a nadie más que acudir, por favor.

    Apsu, miro la cara de su invitada, se encontraba en una extraña situación, nunca había cuidado a niños, pero no podía dejar solos a unos niños, no era parte de su naturaleza.

    —Bien, lo hare, cuidare a tu hijo y a tu hermana—Apsú, cerro sus ojos y pensó—Aunque, con esto deba cambiar un poco mi forma de vida.
    —gracias, eres una buena amiga—le agradeció Catalina con una sonrisa.

    Ya han pasado unas dos semanas, desde que la familia real conociese a Apsú. Catalina, ya estaba recuperada y llevaba puesto la armadura de su marido, ella se estaba despidiendo de su hermana y de su hijo

    —Yo me tengo que ir, debo recuperar lo que es nuestro, Apsú, los cuidara hasta el día en que nosotros podamos regresar al castillo—Catalina, abrazó a su hermana y agrego—llévate bien con ella y trátala como si fuese tu hermana mayor.
    —Sí, hermana—afirmo casi llorando Helena

    Catalina, se levantó y se dirigió a Apsú, la princesa, abrazo a su nueva amiga.

    —Cuida bien de ellos—Catalina, le dijo a Apsú.
    —Sí, cuidare de ellos, como si fuesen parte de mi camada—dijo Apsú y agrego, entregándole una espada a Catalina—Lleva esta espada, esta forjada por mí, está hecha del mejor metal, además está diseñada a base de la berserker strong, aunque esta esta modificada, para uso de los humanos

    Catalina, tomo la espada y a desenfundo, la observo, era brillante y reluciente, además era ligera y fácil de manejar, en las hojas tenía diseñado el cuerpo de un dragón, y la empuñadura era el cuello y la cabeza dorada de un dragón.

    —Se ve genial—comento Catalina y agrego—Si, eres realmente una buena herrera
    —Quiero, que empuñes esta espada y logres tu objetivo con esta espada—le pidió Apsú a Catalina
    —Gracias, amiga—Catalina, le sonrío a Apsú y la volvió abrazar.

    Catalina, enfundo su nueva arma y se marchó cabalgando en caballo. Helena, no pudo contener las lágrimas y lloro, Apsú, observo a la niña, se acercó a ella, la recogió y la abrazo

    —tranquila, volverás a ver a tu hermana—Le comento Apsú a Catalina

    Nota del autor

    Este capítulo fue muy costoso, de hecho la ida de Catalina, iba ser en el otro capítulo, en el otro capítulo, se va a dar un salto a algunos años más adelante y disculpen las faltas de ortografía y narración y pueda tener el capitulo .
     
  3.  
    El fénix ascendiente

    El fénix ascendiente Entusiasta

    Cáncer
    Miembro desde:
    4 Marzo 2011
    Mensajes:
    199
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Título:
    El corazón de un dragoniano
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    5
     
    Palabras:
    1776
    Al pasar el tiempo: Salto temporal

    A las afuera de la ciudad de Ager, una de las ciudades, conquistada hace unos 7 años atrás por el rey Hidibaldo IV, o como lo llamaba no oficialmente Hidibaldo, el usurpador, rey de Aletorian. Era el escenario de una batalla por la ciudad, entre el ejército rebelde de la princesa Catalina y los mosqueteros del rey Hidibaldo IV.

    La princesa rebelde, Catalina, había cambiado físicamente por el pasar de los años y la batallas, ella ahora tenía 37 años de edad, se había cortado el pelo, dejándolo hasta el cuello y extensiones que tapaban sus orejas, unas cuantas marcas de herida de batallas anteriores y un parche que tapaba su ojo faltante, era algunos de los tantos cambios que se apreciaba en la princesa guerrera, en el campo de batalla vestía con la armadura de su marido, la cual era plateada con guantes dorados, relucientes como el sol y una capa azul, con el diseño estampado de un dragón rojo, la princesa rebelde, fue reconocida, no solo por sus victoria en guerra, también por su carisma y bondad, además por su espada, una espada con el diseño de un dragón, furioso y sabio.

    El que lideraba, el pelotón de defensa de la ciudad de Ager, estaba atrapado, aunque los mosqueteros eran mucho más profesionales, además de que su vestimenta consistente en un sombrero, una capa de color rojo, pantalones rojos, zapatos negros, una camisa blanca y la cual tenía un peto de metal, mientras que el ejército de Catalina, formado por campesinos y mercenarios, no utilizaba uniforme, los campesinos, podían ponerse lo que quisiese y los mercenarios eran los únicos que llevaban armaduras, aunque hay que decir que sus armaduras eran de mala calidad, el ejército real, estaba perdiendo y se veían agotados

    —Maldita sea—exclamo el líder de escuadrón
    —Señor, que hacemos, hemos perdidos varios soldados, aun no llegan los refuerzos y las nuevas armas, fueron destruida por los enemigos—dijo uno de los presentes, muy preocupado.
    —Solo queda rendirnos—el líder de escuadrón, bajo su espada y mando a alguien con una bandera blanca

    El mosquetero designado, camino llevando una bandera blanca, acción que fue vista por Catalina, la cual, ya había cortado con su espada a un mosquetero enemigo. Catalina, guardo su espada y llamo a unos de sus soldados, cuando el soldado llego frente a Catalina, ordeno al soldado que corriera la voz del cese de la batalla y que los defensores del reino en Ager, se había rendido. El soldado, afirmo y corrió la voz del cese de batalla

    —Cese la batalla—exclamo el soldado y agrego—Ganamos la ciudad de Ager.

    El ejército rebelde, dejo de luchar y vitorearon de alegría, la ciudad de Ager, había sido liberada.

    Mientras la guerra que el ejército tenía con los rebeldes, se llevaba a cabo en el reino de Aletorian, en la ciudad estado de Gertruza, se apreciaba que sus ciudadanos vivían con tranquilidad, las guerras y problemas de los países exteriores, no le afectaba ya que esta ciudad, era parte de una alianza de 7 ciudades estados, estas ciudades, aunque separadas, tiene el mismo origen y se ayudan económicamente y militarmente.

    Gertruza, es una ciudad amurallada, con un portón grande para visitas extranjeras y trasportes, mientras que sus habitantes, pueden salir por medio de puertas ubicada en cada distrito de la ciudad, los cuales eran tres, el distrito residencial, ubicada después del gran porto, luego viene el centro comercial ubicada en la mitad de la ciudad y después el distrito alto, donde viven los nobles y el gobernante de la ciudad, si uno viese la ciudad en forma área, se daría cuenta que aparte del color del muro, color blanco, este tiene parte más alta que otras parte, además de que las casas residenciales, nunca pasaba de los pisos y los techos tenía formas de cúpula y estaban hecho de ladrillos eran de arcilla roja, las casas estaban construida con mármol blanco, la calles de la ciudad era de mármol blanco y las veredas de igual color pero de mayor relieve.

    Helena, que ya era una chica de 16 años, su cuerpo, se había vuelto esbelto y curvilíneo, su cabello, el cual sujetaba con una cola de caballo, era largo y le llegaba a tapar los hombros, era sedoso y brillante, su cuerpo era terso, su vestimenta consistía en una falda azul que le llegaba hasta las rodillas, unas sandalias cafés claros, una camisa de manga corta blanca, ella se estaba dirigiendo al distrito comercial junto con su sobrino y el hijo de Catalina, que ahora tenía 12 años, el color de sus ojos eran azules claros, su cuerpo era esbelto, su pelo corto y de color y peinado hacía el lado derecho y su pelo era de color rojizo, como su padre, vestía con pantalones cortos color verde, una camisa corta color negro y sandalias cafés.

    —Tía, ¿que nos mandó a comprar, Apsú?—pregunto el chico a Helena
    — A parte de víveres, remedio en caso de emergencia, también necesita metales y materia, para hacer armas, ya sabes para la tienda—contesto Helena, que frunció su frente, cerro sus ojos, trato de contar hasta 10, pero le invadio una fuerte furia y levanto su pucho, dándole un coscorrón en la cabeza a su sobrino— y por undécima vez, no me llames tía, no ves que tengo 16 años, maldita sea.
    — ¿Y como quieres que te llames?, ¿vieja?—pregunto el chico a Helena

    Helena, otra vez furiosa le dio otro coscorrón a su sobrino, el chico exclamo de dolor.

    —Solo llámame Helena—le contesto la chica, a la pregunta de su sobrino—bueno, prosigamos Héctor.

    Héctor, se sobo su cabeza y siguió a Helena, cuando llegaron al mercado, un sitio concurrido, en el cual se reunían comerciantes de todas partes de la ciudad a vender sus productos, pero había día que el mercado recibía la visita de comerciantes de otras parte del mundo como en ese día, en que había mucho comerciantes con productos exótico y animales que no habían en continente, frutas que solo se encontraba en la isla de Haquim, la cual está ubicada en el continente de Emeric, un continente que se encontraba al otro extremo del mundo. Hector, estaba maravillado con estos productos, ya que el chico, tenía un fanatismo por los exóticos y por las cosas fuera de lo común.

    —Héctor, esas cosas son algo cara, para nuestro presupuesto— comento Helena, rompiendo la ilusión a su sobrino.
    —Ya se—suspiro Héctor y agrego—Pero estas cosas son geniales.

    Helena junto con su sobrino, miraba los puestos del mercado, que vendía víveres. La joven Helena, revisaba los alimentos.

    — ¿Cuánto, el kilo de manzana?—pregunto Helena al mercader de las frutas
    —10 monedas de oro—contesto el mercader de fruta
    — Dame unos 5 kilos—comento Helena

    El mercader, puso los 5 kilos de manzanas en un saco y se la dio a Helena, después los chicos, empezaron a comprar lo que necesitaban y por últimos, los materiales que necesitaba Apsú. Cuando terminaron de hacer sus compras, se encaminaron a su casa.

    Como había predicho, la joven Apsú, tuvo que cambiar su habitad, se mudó de su caverna a una ciudad, para que sus protegidos, no perdiesen el contacto con los humanos, para mantenerse y mantener a los chicos, abrió una tienda de armas, que ella misma forjaba o compraba a los viajeros y aventureros, que vendían sus viejas armas por dinero o nuevas armas. Ella a diferencia de los chicos, no había cambiado físicamente, ya que su raza era de crecimiento lento, los único cambio de Apsú, era sus alas, las cuales casi alcanzaba el suelo y su corte su cabello, que le llegaba hasta los hombros, llevaba puesto un pantalón negro, no llevaba zapatos, una camisa blanca sin manga, unos delantales y unos guantes de cuero.

    La habitación de la forja en donde se encontraba Apsú, tenía piso de tierra, una pared de piedra común, en las cuales había varias espadas colgadas y la fragua que Apsú, utilizaba para hacer las armas, era de piedra blanca y liza, con forma de un recipiente redondo y adentro de aquel recipiente, tenía magma del volcán “Renaciente”, el cual nunca se secaba y siempre estaba ardiendo, este magma, era conocido por los dragoniano y es parte del secreto de la buena calidad de la espada de los dragoniano, el yunque, con el cual las armas eran pulidas y al lado se encontraba un estanque con el cual se enfriaba las armas.
    La joven dragoniana, estaba golpeando una espada que aún estaba caliente, cuando sintió que la puerta de la tienda se abría.

    —Buenas—se escuchó la voz de un cliente.
    —Ya voy—Apsú, enfrió la espada y la colgó en la pared de su forja.

    Apsú, saco de unos de su bolsillo una cinta azul y amarro su cabello con esa cinta, luego se acercó a un perchero, que tenía colgada una capucha larga de color azul, que utilizaba para atender a los clientes y ocultar sus alas de dragón.

    La dragoniana, abrió la puerta que conectaba la forja con la tienda., la cual tenía un piso de madera, paredes pintadas con color azul, vitrinas en las paredes que tenía espada de muestras, algunas espadas colgadas en las paredes sin protección y un mesón de venta, en donde ella vendía sus productos.

    —Buenas—Apsú, saludo al cliente con una sonrisa y pregunto— ¿que se le ofrece?

    El cliente, un tipo alto y musculoso, con una cara que mostraba su genética, proveniente de las montañas heladas del reino de Nor-eug, un lugar en donde vivían gentes habituado al frió y a la pelea.

    —Necesito una gran hacha—le pidió el cliente.
    —Sí, creo que tengo muchas de esas hachas—Apsú, se encamino hacía una vitrina, en donde había varias hachas, la abrió y le mostró las hachas al Nor-eugs.
    —Me gusta esa, la que está hecha de acero y que tiene el mango, de forma de lobo—dijo el cliente

    Apsú, saco el hacha y dejo el arma en el mesón.

    —Es un total de 1000 moneda de oro—le dijo Apsú y agrego—Eligio una buena hacha, es filosa y puede cortar la cabeza de alguien en un instante.
    —Aquí está el dinero— le dijo el cliente, que dejo en el mesón una bolsa con monedas de oro.

    Apsú, tomo la bolsa y el cliente, se llevó el arma, cuando el abrió la puerta, entraron a la tienda Helena y Héctor.

    —Hermana, ya llegamos—exclamo Héctor, al llegar a la tienda.
    —buenas hermanos—saludo Apsú, con una sonrisa y pregunto— ¿Compraron lo que le pedí?
    —claro—contesto Helena, que dejo una bolsa al lado del mesón.
     
  4.  
    El fénix ascendiente

    El fénix ascendiente Entusiasta

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    El corazón de un dragoniano
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    Para todas las edades
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    5
     
    Palabras:
    1597
    Viajeros


    Unas explosiones, se escucharon en un bosque de gran follaje que tapaba la luz del sol, hizo que tres personas, se diese cuenta de la presencia de bandidos en aquel lugar.


    —Vaya, esas minas terrestres tuyas, funcionaron Neith—comento un hombre, de tez blanca, pelo castaño claro corto y con un peinado hacía atrás, ojos azules oscuros, cara del tipo cuadrada, con un húyelo que partía su mentón, una barba corta del mismo color de su cabello, tenía puesto una armadura reluciente que en el pecho tenía la figura de un león rojo, los guanteletes eran rojos y llevaba integrada una capa azulada, el hombre, que se encontraba sentado en un trono se levantó—Bueno a ganar esas monedas de oro, vamos Asafa y Neith.

    —Déjame, preparar mis hechizos, Aaron—comento Asafa, un hombre de piel oscura, cara ovalada, ojos verdes claros, su cabello era negro y tenía un peinado rastafari, túnica verde con franjas cruzadas color amarillas y una capucha negra, el cual al igual que Aaron, se encontraba sentado en un tronco.

    —Esos ladrones, no me deja leer en paz—dijo la mujer llamada Neith, de tez morena, ojos color almendra, cuerpo esbelto, pelo negro que le llegaba hasta el cuello y extensiones que le llegaba hasta el hombro, vestida de túnica blanca que le llegaba hasta las rodillas, la cual dejaba ver sus brazos, llevaba puesta una sandalias de cuero, unos brazaletes dorados en sus muñecas y una tirada circular, simple y dorada.


    Neith, tomo unas espadas, que estaba alado de ella y las guardo en sus fundas, las cuales se ubicaba atrás de su espalda, luego tomo un cinturón con varia bombas y se lo puso en su cintura.


    —Entonces, ¿preparados para la lucha, amigo?—pregunto Aaron a sus acompañante

    —Por favor, no nos aburras con unos de tus discursos, Aaron—comento Neith y agrego.

    —O vamos, uno caballero que dirige a sus hombres, debe de dar discursos antes de una lucha—dijo Aaron


    Asafa, se adelantó y miro a sus compañeros, Neith, simplemente sonrío y acompaño al su amigo, Neith, suspiro y negó con su cabeza, luego siguió a sus compañeros.

    El grupo de bandidos, estaban sorprendidos por el estallido que se había producido, el cual había provocado la muerte de varios de los miembros del grupo.


    — ¿Qué fue eso?—exclamo el líder de los bandido.

    —Minas terrestres—exclamo unos de los bandidos.


    El aire cambio asustando a los bandidos, unas paredes de tierra aparecieron delante de ellos, separando al grupo en dos, los bandidos estaban sorprendidos por ese suceso, afueras de los muros se encontraban, Aaron, Asafa y Neith.


    —Esa fue buena Asafa—dijo Aaron, sonriendo a su amigo y agrego—Ahora hazme una escalera, para luchar contra esos sujetos.

    —Vaya, ¿quiere que te ponga estaturas de mujeres desnudas con jarrones que botan agua?—pregunto sarcásticamente Asafa

    — ¿Puedes?—pregunto sorprendido Aaron


    Asafa y Neith, se golpearon su cabeza, con la palma de sus manos y se preguntaron si su amigo, tenía cierto conocimiento sobre lo que era el sarcasmo o las parodias.


    —Solo, te voy a hacer la maldita escalera—exclamo Asafa y agrego—Porque es necesario


    Asafa, puso las palmas de sus manos en la tierra, cerró sus ojos.


    —Madre tierra, grande eres entre los espíritus protectores que nos han dejado los dioses dragones, por favor escucha mis plegarias, y cumple lo que te pido—Asafa, cayo luego se paró.


    Una escalera salió del suelo, y se juntó con unas de las habitaciones creadas de tierra.


    —Bien, haz lo tuyo—le comento Asafa a Aaron.


    Aaron, sonrío a Asafa y corrió hacía la escalera, las subió y salto a la habitación.


    — ¿Te hago otra escalera Neith?—le pregunto Asafa a la morena.

    — No, por el espíritu de Agnubiz, sabes que no necesito una escalera—le dijo la morena a Asafa y agrego—No soy como los caballeros de armadura pesadas.


    Neith, corrió hasta la pared exterior de la habitación, con su pie izquierdo toco la muralla y dio un salto, más el impulso que realizo con la muralla, se elevó muy alto, se paró en la muralla y tiro unas bombas de humo al grupo de bandidos, en ese instante de oscuridad, los miembros del grupo, escucharon como uno a uno sus compañeros, morían por causa de unas espadas que no podían ver por la oscuridad, cuando el humo se disipo, no quedaba nadie en pie y Neith, estaba sentada en el borde de la muralla, la morena, saco un pañuelo de su bolsillo y empezó a quitarse la sangre que le había salpicado en su casa, en otro caso el caballero Aaron, resistía con su escudo, luego tiraba a sus oponente con su protección y utilizaba su espada para atravesar a sus enemigos, después de algunas 20 minutos, el hechizo de la murallas, se terminó y las dos habitaciones desaparecieron.


    —Bueno, hemos terminado con nuestro trabajo—comento Aaron, que traía en una bolsa de cuero la cabeza del líder de los bandidos—Es hora de cobrar.

    —Bien, al fin—comento Neith y agrego—Quisiera dormir en una pieza.

    —Por cierto, veo que tu espada esta algo desecha—dijo Asalfa a Aaron, al ver la espada del caballero.


    Aaron, desenfundo su espada y la miro, era cierto había varias grietas en su armas.


    —Rayos, bueno, descansamos hoy en el pueblo y mañana partiéramos a la siguiente ciudad, hay veremos a un herrero para arreglar mi arma—Aaron, observo su espada.

    — ¿Por qué, no compramos una espada nueva?—pregunto Neith—Creo que sería más barato y seguro que arreglar esa vieja reliquia familiar.

    —No—contesto Aaron y agrego—Esta espada ha estado en mi familia durante varios siglos.


    Neith, suspiro con fastidio al escuchar la respuesta de su amigo, pero decidió callar, era decisión de su compañero, no suya.


    —La ciudad más próxima es Gertruza—Neith, cruzo sus manos—Según se es conocida, por ser una ciudad prospera, sus producto de primera necesidad, son baratos a comparación con comprar una espada

    —Getruza—comento Asalfa y agrego—he escuchado, que en esto días van hacer un festival, el evento incluye una gran feria con varias productos, no sería mala idea ir a esa feria

    —Tienes razón—comento Neith.


    El grupo, decidió ir a esa ciudad después de descansar en el pueblo.

    Ya había pasado algunos días, el grupo conformado Aaron, Asalfa y Neith, se encontraba en la ciudad de Getruza, lo primeros que se propusieron hacer a llegar a la ciudad, era buscar un herrero que se ocupase de reparar la arma de Aaron, pero había pasado algunas horas y no encontraban un herrero que quisiera reparar la espada de Aaron, ya que algunas herrerías, estaban llena de pedidos, otras cerraban puesto que se estaba preparando para el festival y otras, simplemente no hacía reparaciones, el trío estaban caminando por una vereda de la ciudad.


    —Te dije, que sería mejor comprarte una, es más fácil que reparar tu reliquia, que no todos los herreros lo hacen—Neith, estaba algo molesta

    —cállate, mujer—le reclamo un molesto Aaron a Neith


    Aaron, estuvo discutiendo con Neith. Asalfa, solo se limitó a escuchar el iban y venían, de las palabras de sus compañeros, hasta que el paro y leyó un letrero, en el cual se leía;

    “Herrería, El nido del pequeño dragón.

    Vendemos y compramos armas.

    Hacemos nuestras propias armas.

    Reparamos espadas.”


    —He, amigos—Asalfa, grito para llamar la atención de sus compañeros.


    Aaron y Neith, pararon su disputa y observaron a Asalfa, que indico a su amigo el letrero.


    –Bueno, no es malo ver—comento Aaron.


    Los tres viajeros, entraron a la tienda, se sorprendieron por lo pocos clientes que había en esa tienda, los cuales observaban las armas de aquel lugar, lugar con mucha atención.


    —Buenas mañanas—saludo una sonriente muchacha al trio, que hizo una reverencia—Bienvenidos sean al El nido del pequeño dragón, aquí encontrarán armas de la más alta calidad, forjada por el mismo dueño de la tienda, no duden en preguntarme lo que quiera, soy Helena.

    —Disculpen, tengo entendido que pueden reparar espadas—Aaron, hablo a Helena y agrego mostrando su espada—Me gustaría reparar mi espada.

    —Si reparamos, espadas—le contesto Helena, con una sonrisa y agrego—Pero no deben hablar conmigo, deben hablar con la herrera, esperen, por favor.


    Helena, llamo a un chico con el nombre de Héctor, que se acercó a la chica.


    — ¿Que sucede, tía?—pregunto Héctor, rascándose la nuca

    —Obviare, que hayas llamado tía y por favor, llama a Apsú—le ordeno Helena a su sobrino

    —Bien—Héctor, bostezo y se encamino al cuarto en donde Apsú, hacía las armas.


    Helena, le dijo al trio, que podían ver las armas de la tienda, mientras esperaban y si surgía alguna duda o quería comprar algo, la chica, con gusto, le contestaría.


    —Veo que no hay mucho clientes—comento Neith a la Helena

    —Bueno, como saben hay mucha herrerías, eso nos quitan clientes, pero no nos superan en calidad—le contesto Helena y agrego—Con mucho entusiasmos, como verán nuestras armas, son creada por la gran mano de nuestra herrera, se compra una arma, nuestra herrera, la repara, para que vuelva a cumplir sus siglo útil.

    —Rayos, tantas publicidad, que haces—dijo Apsú.


    Helena, miro con una sonrisa a su nodriza y le presento a trio de viajero.


    —Bueno, ellos son los clientes que quiere reparar su espada—Helena, presento a Apsú y ella—Es nuestra gran herrera.


    El trio de viajero, se sorprendidos al ver lo joven que era la herrera del local.


    —Bueno, me gustaría ver esa arma—comento Apsú a los viajeros.
     
    Última edición: 15 Enero 2017
  5.  
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    El corazón de un dragoniano
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    1641
    El festival


    Aarón, desenfundo su espada y se la paso a Apsú, la cual tomo el arma por la empuñadura y la levanto, hasta que sus ojos y la hoja de la arma hiciese contacto, la dragoniana, observo la hoja, se dio cuenta de las grietas que tenía el arma, se sorprendió de que aun estuviese funcional.


    —Esta espada es interesante—comento Apsú y agrego observando al dueño de la espada—Es una matadragones, hecha en el año de las cruzadas.

    —¿matadragones?—pregunto Helena, curiosa por el nombre de la espada.

    —En la guerra de humanos contra dragones o las cruzadas de los hijo de los ascendiente de los dragones y los humanos, se forjaron estas armas, en respuesta de nues…dijo de la resistente e impenetrable piel de los dragonianos, en un principio estas espadas eran miles y cada guerrero humano tenía una, pero después de la cruzadas, estas espadas se dejaron de producir, ya que no eran necesaria, muchas se rompieron, otras se perdieron, solo se conocen en estos tiempos la existencia de unas diez de estas espadas, es interesante que tenga en mi manos un matadragones—le explico Apsú a Helena.


    Aaron, se sorprendió por el conocimiento sobre las espadas que tenía Apsú, en especial sobre las matadragones, a pesar de la edad que la chica aparentaba, parecía que la joven tenía mucha experiencia teórica referentes a las armas.


    —Según se ve por las grietas, se ha usado mucho—comento Apsú que miro a Aarón y bajando la espada pregunto— ¿Es una reliquia familiar?

    —Sí, la ha usado varios de mis ancestros—le contesto Aaron a la joven Apsú.

    —Me sorprende que haya durado mucho siglos—Apsú, volvió a mirar la espada y agrego—Bien, voy a arreglar esta reliquia.


    Aaron, agradeció a Apsú por su disposición a arreglar la espada, la joven morena, le respondió con una sonrisa. Cuando el trío se disponía salir de la tienda, Aaron, observo a Apsú,


    —Señorita, ¿Cuánto vale arreglar la espada y cuándo estará lista?—Aaron miro a la chica morena.

    —Ha, es verdad—dijo Apsú con una sonrisa nerviosa, observo a Helena y le pregunto— ¿Cuándo será el festival?

    —Cierto, el festival—la joven Helena, se rasco la nuca y saco del bolsillo de su camisa blanca un cuadernillo y lo estuvo revisando—Aquí está, el festival comenzara en cuatro día más.


    Apsú, agradeció a Helena, el dato y sonriendo al caballero, le contesto que le costara 3.500 de oro y que va a tener listo el arreglo el día del festival en la feria del torneo. Aaron, salió agradecido de la herrería.


    —Le dejaste barato el arreglo—comento Helena a Apsú.

    —Es la primera vez que arreglo esta espada, así que esto será una gran enseñanza para mí—contesto Apsú, con una sonrisa.

    —Bueno, después de todo hay un gran margen de ganancia, en este arreglo—La joven Helena, le comento a su cuidadora.


    Apsú, sonrió con algo de nerviosismo.


    Era de noche, la joven Helena, se encontraba a las afuera de la ciudad, la joven, estaba practicando arquería, con un arco de madera, el sitio donde se encontraba era iluminado por una vela que estaba sobre un candelabro alto y alargado, la chica, con concentración apuntaba la flecha a un blanco y lanzaba la flecha, hizo esto varias veces, hasta que se cansó y se sentó en el suelo a tomar un respiro.


    —Sabias, que estabas aquí—se escuchó la voz de Apsú


    Helena, miro como su nodriza, se acercó a ella y se sentó al lado de Helena.


    —Siempre practicas aquí—Apsú, le palmo la espalda a su protegida.

    —Estoy practicando para el torneo de arquería—dijo Helena a Apsú.

    — ¿Estas mejorando respecto al año pasado?—Apsú, miro a Helana y con una sonrisa planteo un reto a Helena—chica, disparar una flecha a una distancia de 90 metros de distancia.


    Helena, se quedó mirando a su protectora, con mucha sorpresa, la joven dragoniana morena, al ver la cara de su pupila con una sonrisa le revolvió el pelo a la chica, tomo el arco de Helena junto con las flechas y se paró. La dragoniana, camino hasta unos 90 metros, posiciono el arco y cerro el ojo derecho, para poder ver mejor con el izquierdo, diviso el blanco y disparo la flecha, la cual atravesó el viento con gran velocidad, hasta que dio justo en el blanco.


    —F…fantástico, desde una distancia de 90 metros—Helena, estaba muy fascinada por la proeza de su nodriza.

    —Helena, 90 metro no es nada para un arquero experimentado, hay humanos y dragonianos, que lo pueden hacer desde más distancia—Apsú, volvió a caminar hacía Helena y le devolvió el arco y agrego—Practica, hasta lo logres, conozco tus capacidades en el arco.


    De hecho era cierto, Apsú a pesar de ser muy buena con espada a dos manos, también podía manejar un arco, ya que como en su antigua vida era una cazadora por supervenía, se había arreglado para aprender a utilizarlo y su nivel en el dominio del arco era destacable, incluso podía enseñar a las personas.


    —Bueno, voy a dar una vuelta por el bar, realmente necesito un descanso, hoy estuvo ajetreado en la fragua—Apsú, puso camino hacía el bar y agrego mientras caminaba—Nos vemos y si no llego antes que te acuestes, buenas noches


    Helena, le deseo buenas noches a su nodriza y se puso a unos 90 metros delante del blanco y disparo su flecha, pero esta flecha no llego al blanco, se clavó en el árbol, cuando la chica, se dio cuenta, suspiro.


    —Bueno, hay que seguir practicando—Helena, saco la flecha del árbol y suspiro— 90 metro, ¿he?


    La dragoniana de piel morena, entro al bar, como siempre el lugar estaba lleno, con gente de todas parte de la ciudad, además de mercenarios de otras partes, que solo estaba de paso o que tenía ciertos negocios en la ciudad y viajeros, que estaban hay esperando las competencias y torneos que se realizarían durante el gran festival de la ciudad. Apsú, busco con su mirada una mesa vacía y la encontró, se encamino hacía su objetivo y se sentó, llamo a una mesera que buscaba mesas con clientes para poder atenderlos.


    —Buenas, quiero una jarra de cerveza—pidió la piel morena a la mesera.


    La mesera termino de anotar el pedido en su libreta y se encamino a hacer su trabajo, un poco después la joven mesera, llego con una jarra de cerveza y se la entregó a la morena, que agradeció a la joven, la cual se fue a atender a otras personas.


    En otra mesa se encontraba Aaron, Asafa y Neith, los cuales estaban conversando, Aaron, había pedido una jarra de cerveza, mientras que sus compañeros, bebían de una botella de vino tinto.


    —Bueno, eso es lo que vamos hacer—Aaron, tomo su jarra y empezó a beber, después la bajo y eructo—Ha esta cerveza es rica.

    —Bien, pero eructa para otro lado—Neith, tocio un poco, no gustaba mucho de los eructo.

    —Bueno, bueno, princesita—Aaron, volvió a tomar de su jarro y cuando la bajo, vio a Apsú en la otra mesa—Vaya, es la herrera.


    Los compañeros de Aaron, vieron a la herrera morena, la cual estaba tomando una jarra de cerveza.


    —Bueno, voy a ver si puedo entablar una conversación con ella, además parece tener mi mismo gusto a la hora de elegir que tomar—Aaron, se paró de su silla y se acercó a la joven—Buenas noches, señorita.


    Apsú, observo al cliente de la espada matadragones, se estaba sentando en la silla del frente.


    —Buenas, señor matadragones—le saludo la joven dragoniana a Aaron

    — ¿Matadragones?, jaja, que buen apodo—dijo Aaron y se presentó—Me llamo Aaron Löwe, soy del país de Sueva.

    —Sueva, de tan lejos eres—Apsú, observo a Aaron.


    Aaron, se río un poco, tomo de su jarra y dejo su jarra en la mesa.


    — ¿Qué tal una competencia de beber?— Aaron, pregunto a la morena y agrego—Si yo gano, me bajas el precio de la reparación.

    —Bien, pero si yo gano tú pagas las cervezas y agrego 500 mondas de oro al precio de la reparación—Apsú, sonrió de una manera desafiante.

    —No te andas con rodeo he chica, bien acepto—Aaron, levanto la mano para pedirle a la mesera que trajese más cerveza.


    Cuando la mesera llego con las cervezas, la morena y el joven Löwe, empezaron la competencia, después de varias jarras de cervezas, Apsú, fue la ganadora, ya que Aaron, término desmayado de tantas jarras. Apsú, llamo de nuevo a la mesera y dijo que Aaron, pagaría por la cervezas y se marchó del bar.


    Pasaron los días y el día del festival, ya había comenzado, los puestos había florecido y los herreros, habían establecido sus puestos a las afuera de la ciudad y cerca de los campos en donde comenzaban los torneos. Apsú, ya tenía su puesto, con varias armas para vender y su fragua escondida, lista para hacer nuevas reparaciones o hacer armas en forma exprese.


    —Buena, señorita Apsú—saludo Aaron, que llego al puesto junto con sus compañeros de viaje—Vengo a buscar mi espada, la que me costó 500 monedas más reparar.

    —Jaja, fue un buen día—Apsú, le entro la matadragones a Aaron y agrego—Para la próxima, ten en cuenta a quien vas a retar a una competencia de beber.


    Aaron, tomo su arma con una sonrisa algo culposa por el comentario de la herrera, la vio y se asombró, ya que parecía como nueva


    —Esta reparación, es grandiosa—Aaron, levanto su espada y la observo—No tiene grietas y parece recién salida de la fragua.

    —Me alegro que le haya gustado—la herrera, sonrío al guerrero.


    El joven Löwe, le dio a Apsú, el oro y se fue con una sonrisa en su cara.
     

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