Microrrelato "El Club"

Este drabble participa en la actividad "Una canción, un drabble: Anniversary Version"
Como me gustó el anterior, me pareció una idea genial seguir la línea de la historia entre Alice y Gabriel xD. Espero que les guste.
Palabras: 470.
Canción: Courtesy Call - Thousand Foot Krutch
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Seis meses atrás...

Alice había llegado muy lejos para retroceder en ese momento. Si mostraba sólo un gramo de debilidad, sabrían que no estaba allí precisamente para divertirse. Sin embargo, desde donde estaba podía ver aquella cínica sonrisa, como si él supiera realmente quién era y por qué estaba allí. Le hirvió la sangre, ¿la estaba retando? ¿La estaba llamando cobarde? Sentía que podía perder los estribos con él de una manera tan fácil y sorprendente.

Tomó el arma, un revolver Ruger Wrangler calibre 22 que, por lo general, últimamente estaban siendo muy usadas por los aficionados al viejo oeste; colocó el cañón dentro de su boca y con su mirada fija en el anfitrión, apretó sin remordimientos el gatillo. Un casi imperceptible clic salió de ella, no había allí una munición esa noche para Alice y no la habría por el resto de la misma.

La sacó de su boca y la arrastró por la mesa hacia su contrincante, una muchacha que no llegaba a rozar los veinte años ni por casualidad. No se tenía que ser un experto para saber que las posibilidades que no hubiera allí una bala eran de cero a uno. Y en efecto, sin siquiera haber visto el tanque, el disparo salió perfectamente para arrancarle la mitad del cráneo. Las inevitables gotas de sangre se arraigaron a su rostro; ni siquiera parpadeó y en su lugar tan sólo se levantó de su silla.

—Bueno, parece que gané esta noche.

—Tres veces seguidas, lo que es un récord sin duda alguna —murmuró él despegándose finalmente de la barra de aquel Club de mala muerte —. Creo que te subestimé —sacó un pequeño dispositivo para apagar la cámara que había estado todo ese tiempo grabándolas.

—¿Ya formo parte del Club?

—Esta noche me hiciste tres veces más rico —respondió encogiéndose de hombros, ahora sólo a un paso de distancia —, lo mínimo que puedo hacer es dejarte entrar —añadió sonriéndole mientras sacaba un pañuelo del bolsillo interior de su chaqueta —. Parece que lo necesitas.

—Soy Alice —se presentó aceptando el pañuelo.

—Gabriel.

*

—¿Es él? —la detective suspiró. Era demasiado pronto para sacar conclusiones apresuradas. Pero tenía que admitir que aquel tipo de prácticas no sólo eran ilegales sino que eran atroces, enfermas. Si Gabriel no era su hombre, entonces había encontrado otro caso que se debía resolver —. Detective Blacke.

—No lo sé, necesito más tiempo.

—El Club no es un lugar seguro para usted, jefa.

—No si no descubren quién soy. Son escurridizos, peligrosos y desconfiados —comentó entrelazando sus manos por encima de su escritorio —. Si bajamos la guardia, nos comerán. Tenemos que estar atentos. Estamos frente a una red mucho más grande. Tal vez, drogas, prostitución, no puedo sólo desaparecer.

—La cubriremos.

—Y asegúrense de investigarlo —el rostro de Gabriel estaba ahora encabezando la pizarra de los principales sospechosos —. No podemos perderlo de vista.