El clavel carmesí marchito

En el día de los muertos,
con la tristeza delante de mis pasos,
llevo mis lagrimas debajo de ese árbol otoñal,
mientras que la lluvia borra rastro de mis pasos,
un ser omnisciente, ríe a mis espaldas, pues caí mas bajo que el súcubo de la pensión.

La marchita imagen de un anciano,
la sangre de mi niño,
el dolor de lo inexistente,
el clamor del muerto,
y el silencio del vivo.

Solo vivo para estar en largas andanzas en busca de mi calma,
con un clavel en mi solapa, mis zapatos desgarrados en fantasma,
y mi eterna peregrinación, en busca de algo que se fue con mi ultimo suspiro de vida.