Long-fic El caso del prendedor perdido

Tema en 'Fanfics Abandonados Pokémon' iniciado por Lionflute, 27 Octubre 2017.

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    Lionflute

    Lionflute Usuario popular Comentarista empedernido

    Aries
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    Pluma de
    Escritor
    Título:
    El caso del prendedor perdido
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    3815
    Capítulo I​

    Las calles del centro de Lumiose estaban como siempre atiborradas de turistas. Las damas portaban sus abanicos en aquel día de primavera y los varones portaban sus mejores trajes. Desde hace un rato que Dominique se paseaba junto a Lou, su Klefki y Sacha, su Herdier, por el centro de la ciudad sin mayor motivo que el de disfrutar de aquel día y huir de la rutina de la familia por un rato.

    Dominique venía de una familia de buen pasar, sin embargo llevaba un vestido amarillo pálido sin mayores pretensiones que la hacía mezclarse con el resto de la gente y llevaba su cabello rubio apenas atado con una trenza hecha a medias por ella misma. Era fin de semana y nada le hacía menos ilusión que compartir con su familia y el círculo de aristócratas con el que esta se relacionaba. Los eventos sociales estaban a la orden del día, sin embargo ella prefería huir cada vez que podía. A estas alturas su familia ni siquiera se preocupaba de buscarla, puesto que la primogénita de la familia poseía una astucia tal que era capaz de ocultar sus huellas y hasta despistarlos si hacía falta. Igualmente desde hace ya tiempo que Dominique dejó de intentar ocultarse. Era casi un pacto mutuo y silencioso en el que nadie se oponía a los deseos del otro.

    Ahora bien, disfrutar del día podría tener muchos significados para cualquiera que no fuera Dominique, sin embargo esta jovencita tenía una afición muy especial por la que ya se había hecho cierta fama en algunos barrios de la ciudad. Gustaba de buscar misterios y tramas que desenredar en medio de la ciudad. Tenía casi un sexto sentido con estas cosas y algunos decían que la perseguía la desgracia. Se especulaba que este era el motivo por el cual no conseguía marido, puesto que a sus veinte años ya era algo que se solía comentar.

    Los carruajes tirados por Gogoat eran algo común y cada vez se veían más. La plaza céntrica de la ciudad estaba cubierta porque pronto comenzarían la construcción de una torre que prometía la idea de progreso, por lo que en toda la ciudad se respiraba un aire de desarrollo.

    — La ciudad está cambiando rápidamente, ¿no creen? —Dijo ella a sus pokémon.

    Lou volaba siempre entre la gente que caminaba por las calles, a veces hasta importunándolos. Todo detalle le causaba curiosidad, por lo que no se limitaba a la hora de observar desde cerca hasta el más mínimo detalle de cada cosa que veía por primera vez. Con la cantidad de turistas en la ciudad, esto sucedía mucha más seguido de lo que Dominique quisiera. Por su parte, Sacha caminaba siempre al lado de ella y mirando hacia al frente, procurando mantener sus sentidos alerta en caso de que cualquier peligro les asechara. Era un pokémon bastante precavido y sobre protector. No es que Dominique llevase una vida particularmente peligrosa, sin embargo Herdier fue criado así por la familia desde pequeño y nunca pudo salirse de ese papel.

    Con lo grande de la ciudad, la coincidencia de encontrarse por mera casualidad con alguien conocido es algo que no se espera, por lo que ver a lo lejos y entre la multitud la silueta de aquel chico esbelto y de cabello castaño fue algo que sobresaltó a Dominique aquella mañana. No fue tanto la familiaridad de aquella figura lo que la animó a acercarse como lo fue su mirada perdida entre los edificios. Aquello representaba para Dominique una prueba casi inequívoca de que habría un misterio cerca. Se lo decía su sexto sentido. Salió corriendo entre la multitud con Sacha a su lado y Lou dos pasos atrás, pues se había quedado observando un altísimo sombrero de plumas de una señora que pasaba por ahí.

    — ¡Renan! —dijo la chica sacudiendo la mano derecha en el aire para llamar su atención—. No esperaba encontrarte por estos lados de la ciudad. No es común verte por aquí.

    — ¿Dominique? Pensé que estarías con tu padre en… bueno, es cierto que nunca te gustaron esas reuniones. En realidad estoy algo perdido por aquí. Normalmente tomo el mismo camino para llegar al parque mientras le cortan el cabello a Belle, pero hoy decidí tomar otro y no fui siquiera capaz de encontrar el parque y ahora no sé cómo volver.

    — ¿Belle es tu Furfrou, no? —preguntó Dominique— Hace mucho no la veo. Ha de estar bastante grande ya ¿Dónde es que fuiste a cortarle el pelo?

    — La peluquería de Loppé —respondió Renan—. A mamá nunca le gustó, sin embargo ha mejorado con el tiempo y hace unos meses que la llevo ahí, aunque hoy es un día muy especial, por lo que me inquieta el no poder encontrar el camino de vuelta.

    — ¿Buscan la peluquería de Loppé? —Pregunta una voz desde una panadería muy cerca de donde se encontraban —. Desde aquí están bastante lejos, aunque no tanto como para no hacer el camino a pie.

    La fama de aquel peluquero de Furfrou era tal que la mayoría de los comerciantes y gente en general sabían dónde se encontraba, aunque para Renan fuese todo un misterio el moverse por aquellos rincones de la ciudad. Al igual que Dominique, el provenía de una familia acaudalada y, a pesar de no gustarle las costumbres de su familia, no tenía el mismo coraje que Dominique como para no participar de cuanto evento se presentase y, por tanto, su vida no transcurría mucho fuera del lado rico de la ciudad.

    Renan preguntó las indicaciones para volver a la peluquería que aquel panadero le dio con gusto. Como Dominique no tenía nada más que hacer y su sexto sentido aún le tintineaba en el interior, le propuso hacerle compañía un poco más.

    — Con eso debiesen llegar en unos veinticinco minutos caminando —concluyó el panadero al mismo tiempo que miraba el reloj que había en la pared de su negocio—. ¡Será mejor que vaya a sacar el pan del horno si no quiero que se queme! Espero que les vaya bien. Que tengan buen día.

    Y habiendo dicho esto, ambos chicos se despidieron de él para enfilar hacia la peluquería.

    — Hace un rato dijiste que hoy es un día especial —dijo curiosa Dominique—. Normalmente tú debieras estar en los mismos eventos sociales de mi familia. No es normal que te escapes sin tener un buen motivo.

    — ¡Claro que hoy es un día especial! Es la primera vez que Belle participará del concurso de belleza de Furfrou que organiza el Conde de Parfourrure en la ciudad. Es un concurso muy prestigioso y tengo plena confianza en que nos irá muy bien.

    — ¿Y el Conde de Parfourrure estará ahí? —pregunta curiosa.

    — Es cierto que el año pasado no se presentó en persona por una enfermedad que le aquejaba, pero este año hizo todo lo posible por venir y elegir el ganador él mismo —respondió Renan—. Parece que el año pasado el resultado no lo satisfizo lo suficiente.

    — Quizás mi sexto sentido sea correcto otra vez —dice alegre ella junto con Lou que le vuela alrededor.

    — ¡Ay, Domi! ¿Otra vez buscando misterios? —Dijo preocupado Renan—. La gente murmura que te persigue la desgracia. Aunque me gusta tu pasatiempo de resolver cosas por aquí y acullá, espero que el concurso se lleve a cabo sin contratiempos esta vez.

    — Los misterios no son ninguna desgracia, mi querido Renan. Ya verás cómo todo sale a pedir de boca hoy.

    La peluquería se encontraba en uno de esos rincones de Lumiose donde los edificios se extienden de tal manera sobre las cabezas de los transeúntes que la luz apenas alcanza a entrar. Al llegar a la entrada, fue el mismísimo Loppé quien salió a recibirlos.

    — ¡Mi querido Renan, Belle te está esperando al interior! Ya verás cómo te encanta su nuevo estilo —dice el peluquero entusiasmado mientras alza sus manos alegremente—. ¿Y puedo saber yo quién es esta señorita?

    — Mi nombre es Domique y estos son Lou y Sacha, mis pokémon —responde con calma Dominique, presentando a Klefki y Herdier.

    — ¡Ay, mi niña! —Le dice Loppé mientras le toma la trenza sin ningún miramiento—. Con esta trenza hecha así no vas a encontrar ningún marido. Soy peluquero de pokémon, pero eso no quiere decir que no pueda hacer un buen trabajo con humanos también.

    Renan, que conocía bien a Dominique, miraba a Loppé con los ojos completamente abiertos, tratando de darle a entender que aquel comentario no pasaría por alto para ella.

    — Pues le diré, monsieur —comienza a decir Dominique con calma, pero con un tono de voz notoriamente molesto—, que no necesito ningún esposo en mi vida. En el momento en que decida buscar uno, me aseguraré que acepte mi modo de peinar el cabello a mi gusto. O bien cuando quiera lucir como un Furfrou vendré directamente a usted.

    Dominique miraba fija y seriamente al peluquero a tal punto que Lou intentaba animarla haciendo sonar las llaves cual cascabel, mientras que Sacha y Renan simplemente intentaban abstraerse de la situación. Loppé se limitó a tragar saliva y hacerlos pasar. Aquella chica era demasiado para un simple peluquero, por muchas condecoraciones que tuviera.

    Al entrar al lugar, se encontraron con Belle acostada y adormilada sobre una cama dispuesta en un rincón para tal fin. A su lado estaba Flavius, el asistente de Loppé, que apenas los vio entrar dirigió su mirada al piso. Era un joven de carácter débil pero de manos hábiles que el mismo Loppé tomó como su alumno personal. El chico evitaba en lo posible el contacto visual y, al saludar, musitó una palabra semejante a un “hola” y luego volvió a su sitio sin más.

    — Su pupilo es semejante silencioso, Monsieur Loppé —comentó Dominique lo más discretamente posible.

    — No dice ninguna palabra cuando viene gente —dijo Loppé con un tono de reproche y a toda voz—. No sé cómo espera convertirse en un peluquero de renombre así. Encima no hace más que cometer errores cuando le pido que trabaje en serio.

    Dominique se lamentó por hacer ese comentario al ver cómo el joven se contraía en su lugar al rincón de la habitación. No era cierto que fuera un inútil, puesto que si no Loppé no lo consideraría siquiera como ayudante. Había probado ya muchas veces su valía como peluquero, pero Loppé creía que tratándolo de esa manera éste tendría motivaciones para hacerse cada vez mejor y probarle que se equivocaba.

    — Bueno, cambiando el tema —dijo Renan inmediatamente para cortar la tensión— ¡Belle está preciosa!

    La Furfrou estaba volviendo en sí y se puso de pie al oír a su entrenador. Salió de la cama con elegantes movimientos para dejar ver la obra de arte en la que estaba convertida. El pelaje de su cabeza tenía la forma de una corona de plumas azules, mientras que su cuerpo parecía cubierto de las plumas más finas del pavo real más lindo. La cola era un perfecto pompón de color violáceo que se balanceaba de un lado a otro al ver a su entrenador.

    — Con un trabajo así es imposible que perdamos —dijo Renan mientras abrazaba cuidadosamente a su pokémon.

    — Debo felicitarlo. Su trabajo es realmente fantástico —soltó Dominique sin ocultar su asombro.

    — Solo lo mejor para mis clientes —dijo orgulloso el peluquero—. Después de todo, mi reputación está también en juego.

    Los Furfrou eran valorados por sus atributos tanto estéticos como físicos y su habilidad en batalla. Mientras que el entrenador y el pokémon ganadores se llevaban el premio del concurso, el peluquero tenía la oportunidad de trabajar con la colección privada de Furfrou del Conde, lo cual significaba un gran prestigio para quien fuese. Es por esto que los peluqueros solían trabajar con muchos concursantes a la vez, por lo que solían escoger con pinzas a los Furfrous que apoyarían para tales fines.

    Aún en su afán por encontrar algún misterio por descifrar, Dominque decidió seguir a Renan hasta el concurso. Al entrar al edificio donde se éste se oficiaría, Sacha venía observando cada cosa como si fuera una potencial amenaza, sin embargo Lou estaba completamente obnubilado por la belleza de los Fourfrou que ahí se presentaban. Flotaba de un lado a otro, metiéndose entre las patas de los perros e importunando a los participantes.

    — ¡Lou! —Dijo Dominique en voz alta pero calmada al mismo tiempo que Sacha ladraba— Compórtate si no quieres que nos echen del lugar.

    — ¿Aún crees que podrás encontrar un misterio? —Consultó Renan— Realmente espero que todo salga de la mejor manera.

    — Mi sexto sentido nunca falla —respondió la chica mientras sujetaba a Lou por una de sus llaves, que intentaba escaparse para seguir a un Furfrou especialmente bonito que pasaba por su lado.

    Aquel pokémon caniche estaba adornado con lentejuelas sobre un pelaje rosa mullido que recordaba el una nube del crepúsculo más bello. El pelaje de sus orejas estaba adornado en forma de corazón, mientras que su cola terminaba en un lindo adorno puntiagudo.

    — Veo que a tu pokémon le gusta la apariencia del mío —responde la entrenadora que venía solo unos pasos atrás—. Ha de ser porque es un ganador innato.

    La chica venía con el pelo tomado y adornado casi tan bien como el caniche. Su ornamenta denostaba que su origen también era de una familia pudiente, como casi todos los que llevaban a sus Furfrou a concursar. Su apariencia era casi la de un aparador con tantas joyas y accesorios encima, por lo que Dominique no tardó en responder.

    — Veo que no solo los Furfrou vienen a exhibirse hoy —responde sin siquiera mirarla a los ojos—. Debería pensar en quitarse algunas cosas de encima, señorita, que a algunos Furfrous les gusta perseguir cosas brillantes. No vaya a ser que termine como juguete pokémon.

    La mujer estaba claramente molesta, por lo que sacó su abanico para cubrir su disgusto, cosa tan mal vista en la sociedad, mientras que Renan hacía señas para indicarle a Dominique que se calmara un poco. Loppé y Flavius, que venían justo detrás de ellos se interpusieron inmediatamente entre ambos para intentar calmar tensiones.

    — Calma, por favor —dijo Loppé mientras sonreía a ambas—. Ella es también una de mis clientes más distinguidas. Su nombre es Renée DuFur —precisó ante Renan, justo antes de dirigirse a la mismísima joven—. Él es el señor Renan Marie.

    — Esta chica mal vestida lo único que tiene es envidia —soltó Renée claramente contrariada—. Nosotros hemos venido a ganar a como dé lugar. El año pasado no pudimos pasar la primera ronda, pero este año hemos venido completamente preparados. Gracias a Monsieur Loppé Maxie es sin duda el Furfrou más bello del salón. Fui yo misma quien vino con la idea y fue él quien le dio vida. No hay otro Furfrou que se le compare.

    — Monsieur Loppé —dijo Dominique inexpresiva—, debiera usted elegir mejor a sus clientes —Momento siguiente siguió avanzando por el lugar sin siquiera dedicarle una mirada a Renée—. Y claramente no debiera dejar que una clienta decida por ella misma, pues pone su privilegio en riesgo.

    Sacha la siguió en la misma actitud al igual que Belle tras de Renan, que junto a Lou se mostraron claramente preocupados por la situación. Renée, por su parte, estaba como enajenada, pero Loppé y Flavius, no la dejaron avanzar más hacia Dominique.

    — Ella es la perfecta combinación de todo lo que odio de la gente de mi familia y sus amigos —le dijo Dominique a Renan una vez estuvieron más lejos.

    — Aun así creo que te pasaste un poco de la raya, Domi.

    — Al rato ya ni le importará.

    En ese momento llegaron al podio donde Belle debía permanecer para ser examinada antes del concurso. Se encontraban en una sala cerrada donde los Furfrou empezaban a llegar, cada uno más lindo que otro. Al lado derecho habían dos hermosos ejemplares: Uno de ellos Con una cola puntiaguda simulando un pincel y un diseño casi abstracto en su pelaje colorido, pero siempre con un blanco radiante que resaltaba por sobre los colores. El siguiente era un diseño basado en el rey de picas, donde los colores negro y blanco jugaban un gran papel en la personificación, mientras la cola terminaba en una imponente pica. Justo un poco más allá estaba también Renée junto a Maxie, sin embargo la entrenadora evitaba notoriamente mirar hacia ellos, ocultando su cara tras el abanico. Del otro lado había un Fourfrou de un color azul marmoleado con formas angulosas de una contextura muy sobria. Expelía un aire de realeza por donde se le mirara. En sus patas había una terminación muy clara en el pelaje que Dominique de inmediato notó que se repetía en el siguiente perro y el siguiente a ese.

    — ¿No te parece eso curioso? —Le pregunta a Renan señalando aquella curiosidad.

    — Pues ahora que lo mencionas, sí.

    — Es una marca que tienen los peluqueros para dar a conocer su trabajo —responde el entrenador del Fourfrou azul—, una especie de firma. Un gusto, mi nombre es Arthur y este es mi Furfrou, Byron. Trabajamos con Monsieur Rochet, al igual que aquellos que están más allá.

    — Un gusto, nosotros somos Renan y Belle.

    — ¿Y puedo saber el nombre de esta señorita, o será que ya la tienes ocupada? —Preguntó mirando fijamente a Dominique, quien respondía mirando inexpresiva directo a los ojos del chico.

    — Ni ocupada, ni a tu alcance —responde rápidamente la chica, quien ya estaba tironeando nuevamente a Lou que quería escaparse para observar los Furfrou.

    — Deberías saber que mi Furfrou es del más alto pedigree y que, de ganar el Prendedor Diancie será mío —dijo Arthur, aun mirando a Dominique de manera coqueta.

    — ¿El Prendedor Diancie? —dijo Dominique atravesada por su sexto sentido.

    Aquello fue lo único que Arthur dijo que logró despertar algo de interés por parte de Dominique. El Prendedor Diancie era una de las joyas más valiosas de la familia Parfourrure y por primera vez en la historia el Conde había puesto a disposición un premio tan valioso como recompensa por el concurso.

    — Ya decía yo que había mucha gente este año como para ser una simple coincidencia —dijo Renan resuelto—. El año pasado no se presentó ni la mitad de concursantes que éste.

    En ese momento Loppé, que estaba escuchando la conversación a unos metros de ahí, se acerca junto a Flavius para unirse.

    — ¿Cómo dices sobre el prendedor aquel? —Preguntó curioso— Ahora me explico muchas cosas. Con razón este año tuve tanto trabajo para el concurso.

    — Para mí es la única razón para concursar —dice entusiasmado Arthur—. Ese prendedor vale unos cuantos millones de pokéfrancos y no me caerían para nada mal. Ya con eso podré reembolsar todo lo que he invertido en Byron para el concurso.

    Dominique se acerca a Renan y le llama para decirle algo al oído.

    — Lo presiento. Pronto va a pasar algo. Las mariposas en el estómago no dejan de revolotear. El misterio se acerca.

    — A veces me asustas, Domi. Espero que esta vez te equivoques.

    En ese preciso momento una mujer entra a la sala y llama la atención de todo el mundo. El barullo de las conversaciones bajó gradualmente y pronto todas las miradas estaban sobre aquella mujer de aspecto rechoncho y que portaba en su cuello una cinta de medir.

    — Voy a proceder a medir a todos los pokémon— comienza la mujer apenas hubo silencio—. Todos los entrenadores y acompañantes hagan el favor de abandonar el lugar. La administración me ha pedido que los invite a pasar al hall principal donde los recibirá el mismísimo Conde de Parfourrure para el acto de inauguración.

    Renan se despidió de Belle, al igual que Arthur de Byron. Loppé y Flavius se marcharon un poco antes para evitar la muchedumbre a la salida. Pronto salió el resto y abandonaron el lugar para que un par de encargadas entraran con sus cintas a medir a los competidores.

    Todo el mundo se reunió en el hall principal, donde lo único que destacaba era un inmenso podio donde el Conde haría su aparición. La gente se ordenó frente al Podio y comenzaron a discutir mientras esperaban que el Conde apareciera. Dominique aún sentía que qlgo sucedería, por lo que Sacha estaba completamente alerta, mientras que Lou, por primera vez en el día, parecía concentrado en algo más que mirar lo que sucedía con el resto. Al cabo de un rato, un nervioso conde entró acompañado de su Furfrou color negro. Su nerviosismo se hacía patente gracias al sudor que desprendía y lo obligaba a secarse con una toalla por todo el trayecto antes de subir al podio. Estando ya en posición y Furfrou sentado a su lado, la multitud guardó silencio para darle espacio a la palabra del Conde. Todo el mundo parecía preocupado por el estado de éste y en silencio todos esperaban al borde de su curiosidad por lo que él tuviera que decir.

    — Estimados concursantes —comenzó el Conde con voz temblorosa—. Me temo que el premio de esta tarde… ha sido robado.

    Todo mundo comenzó a especular en murmullos sobre lo acontecido y el Conde se vio obligado a pedir que guardaran silencio. Renan dedicó una mirada a Dominique, que miraba sonriente cómo es que todo se gestaba ante sus ojos.

    — Me temo que el Prendedor Diancie ha sido sustraído esta mañana de mi casa, por lo que el concurso deberá ser pospuesto hasta mañana. Si hasta entonces la joya no aparece, o bien se suspende el concurso o tendremos que cambiar el premio.

    Fue entonces que se desató el descontento. Muchos concursantes exigían explicaciones, unos gritando por sobre otros. La multitud se agolpó hacia el podio y el Conde temía perder totalmente el control de la situación. Los guardias estaban a punto de entrar en acción cuando un grito desde el salón de exposición desvió la atención de todo el mundo. Las dos encargadas de las medidas salieron corriendo con sus cintas de medir en mano y una manada de Furfrous a sus espaldas. Los concursantes dejaron de lado al Conde para ir en busca de sus pokémon, mientras éste aprovechó el momento y fue escoltado por guardias hasta la salida junto con su Furfrou negro. Renan y Dominique se movieron con la multitud en busca de Belle y, luego de un momento, Sacha los guió con su olfato y lograron divisarla entre la gente y los caniches que corrían de un lugar a otro. Belle saltó a los brazos de Renan apenas lo vio, sin embargo lo primero que notaron fue que su pelaje estaba completamente despeinado y todo el trabajo que se había hecho antes era totalmente irreconocible. Renan no podía articular palabra y Lou ya estaba mirando desde lo alto hacia todos lados. Sacha estaba en posición de guardia y a Dominique se le dibujaba una pequeña sonrisa en el rostro.

    — Amigo mío —dijo mirando de reojo a Renan—, creo que el misterio nos ha encontrado.


    Continuará…​
     
    Última edición: 27 Octubre 2017
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  2.  
    Kaisa Morinachi

    Kaisa Morinachi Crazy goat

    Tauro
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    Hey, esto me gusta. La narración me agrado, sin tanto detalles que dicen lo suficiente como para no perderse en lo que ocurre.
    La historia, me gusta, algo que me paso por la mente al leer los pokemon de Dominique fue "Es como lo típico de una persona, va con su mascota y las llaves de su casa" Pero no es algo muy relevante, solo se me paso por la cabeza.

    Y ya quiero ver que es lo que ah pasado ¿Podremos ver la cara del culpable? ¿O ya se ah mostrado? ¿Como manejaras el misterio? ¿Habrá batallas pokemon?

    La verdad no tengo mucho más que decir, ya vendrá alguien con mejores opiniones, te mando ánimos para continuar la historia, nos vemos en el próximo capitulo.
     
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  3.  
    NubiMari

    NubiMari Hansen♥

    Capricornio
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    Hola!
    Me ha gustado la historia,tu redaccion es simple pero no por eso es mala, al contrario es agradable leerlo no andas con rodeo para llegar o dar a conocer los detalle importante.
    Estare pendiente de la continuacion ^-^
     
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  4.  
    J.Nathan Spears

    J.Nathan Spears Adicto Comentarista Top

    Libra
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    La narración que muestras, mi pana, tal como dijo Mori ahí arriba... es simple pero efectiva. También se nota que esta historia es de esos misterios reservados para las zonas con Glamour... y por ello escogiste Kalos como región. Menos mal que no escogiste Ciudad Témpera, porque juro que yo mataría a esa bola de imbéciles...

    Ejem -w-U. En fin, solo debo decir que si bien las historias de detectives no me llaman tanto la atención, siempre es bueno leer una que otra ambientada en Pokémon :P. Así que esperaré paciente el segundo episodio... ah, y detecté dedazo xD

    Habrás querido decir "algo", amigo :P. Corrige cuando puedas weón xD
     
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  5.  
    Plumas de Cuervo

    Plumas de Cuervo Usuario común

    Acuario
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    Escritor
    Hola!
    Me paso para dejar un comentario por acá. Son tantas cosas que no sé por donde empezar. Me gusta la ambientación de la historia, es como si fuese la época victoriana. Debo decir que los Gogoat tirando de los carruajes no encanja bien, a menos que fuese un ambiente de campo; un par de Mudsdale con sus crines perfectamente arregladas quedaría mejor.

    Tengo total simpatía por la protagonista; Dominique es una chica maravillosa, me gusta ese aire de independencia y rebeldia que tiene.

    La narración impecable, brinda los detalles necesarios y permite darse una idea del ambiente y las situaciones que se presentan. Ahora comienza la parte buena, para descubrir quien se robó el prendedor. Tengo mi sospechoso, uno que ha pasado casi desaperdibido entre todos los personajes.

    Nos vemos en la segunda parte.
    Saludos~
     
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