One-shot de Naruto - El café bar (One shot) SasuSaku

Tema en 'Fanfics Terminados de Naruto' iniciado por Karel-san, 11 Julio 2011.

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    Karel-san

    Karel-san Guest

    Título:
    El café bar (One shot) SasuSaku
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Horror
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    5018
    El Café bar

    En el primer piso de un edificio de las calles de Tokio, se encontraba en las inmediaciones del café bar Ichiraku una pelirosa con los ojos hinchados y humedecidos después de llorar durante muchas horas en una pequeña mesa circular de aquel lugar, pues la noticia que hace unos cuantos meses atrás recibió no era para nada agradable. Decidió entonces dejar de llorar pues el local estaba abarrotado de gente, ya que muchas personas fueron a ver a una nueva banda de Hard Rock llamada Amaterasu, en el escenario se daba la presencia de cuatro jóvenes muy simpáticos uno de ellos era rubio de ojos como el cielo, vestía una camiseta negra y usaba unos pantalones azules entubados junto con unas zapatillas converse del mismo color que su camiseta, llevaba en la mano una guitarra de color naranja. Su compañero de la batería negra, era un joven pálido de ojos negros, cabello corto, demasiado peinado para su gusto y negro como la noche, traía una sudadera negra, unos mitones negros y un pantalón de mezclilla junto con unas zapatillas negras que hacían juego con su sudadera. El siguiente integrante de la banda era un joven de cabellera roja, de ojos aguamarina, a diferencia de los otros tres poseía un tatuaje en la frente, él vestía una camiseta blanca con letras negras en alfabeto kanji, un pantalón de mezclilla hasta la rodilla con unas zapatillas blancas y cargaba un bajo negro. Finalmente el último integrante fue él que llamó la atención tanto de la pelirosa como la de las otras mujeres dentro del bar, pues en comparación con sus compañeros el joven era muy simpático, tenía el cabello negro azabache con reflejos azulados, y ojos negros como la noche en los cuales cualquier mujer podría caer, su vestimenta era una camiseta blanca debajo de una casaca de cuero negra, unos pantalones de mezclilla y al igual que el rubio unas converse como calzado, la guitarra del azabache era de un color transparente que llamaba mucho la atención. Los jóvenes fueron presentados por el gerente del bar e inmediatamente empezaron su presentación, la pelirosa prestó atención a la expresión del joven que captó su atención durante las tres primeras canciones, la letra de estas estaban marcadas de tristeza y soledad, por lo que la joven no pudo evitar pensar que se encontraba en la misma situación e instantáneamente las lagrimas volvieron a brotar de sus ojos, se paró e inmediatamente se echo a correr en dirección desconocida.
    El joven azabache de reflejos azulados tenía la mirada fija en la mesa del fondo la cual tenía como propietaria a una joven de largos cabellos rosados recogido en una cola de caballo, unos lindos ojos verdes que lo cautivaron, tenía puesto un vestido blanco hasta la rodilla decorado con flores de cerezo y unos botines del mismo color, lo que más le llamó la atención fue su tristeza, que le recordó mucho su pasado. En el instante en que el joven volteó para aumentar el volumen del amplificador y volver su vista al lugar que llamó su atención se dio cuenta que la joven ya no estaba. Él y su banda tocaron dos canciones más para dar por terminada su presentación, bajaron del escenario y se sentaron en la mesa abandonada por la pelirosa para celebrar con unos tragos, pero no se dieron cuenta que un bolso blanco estaba debajo de una de las sillas. Una vez terminada la ronda de cervezas los cuatro amigos a excepción del azabache se fueron a pagar la cuenta para luego irse a sus respectivas casas que no se encontraban muy lejos, a decir verdad vivían los cuatro en el edificio que se alzaba al voltear la esquina. El azabache siguió sentado pensando en que habría sido de aquella pelirosa que llamó su atención, cuando de pronto la pelirosa se acercó a preguntar por su bolso.
    ―Disculpa, ¿viste un bolso blanco en la mesa? ― preguntó nerviosa
    ―No, pero si quieres te ayudo a buscarlo ― le propuso el azabache
    ―Gracias―respondió con una sonrisa, que a él le encantó, respondiendo con el mismo gesto comenzaron su búsqueda. Tras buscar en los sofás y encima de las sillas, preguntar en la caja al gerente, finalmente lo encontraron debajo de la mesa, pero al divisarlo ahí ambos al mismo tiempo se agacharon a recogerlo generando contacto en sus manos a lo que ambos respondieron con un sonrojo, para luego reírse de lo sucedido.
    ―Bueno ahora que lo encontramos ¿te parece celebrarlo con un trago? ―preguntó el joven
    ―Bueno…la verdad es que… no bebo― respondió tímidamente
    ― ¿qué haces en un bar? ― sonrió el joven
    ―Es un café bar―reía la joven
    ―Entonces celebraremos con un par de cafés ¿te parece? ― volvió a preguntar el azabache
    ―Es buena idea, pero… ¿a quién debo agradecer la invitación? ― cuestionó
    ―Uchiha Sasuke, y ¿puedo saber quién será mi acompañante?―respondió y preguntó al mismo tiempo
    ― Haruno Sakura ― contestó.
    Después de que el camarero sirviera los cafés, Sasuke acompaño a la pelirosa al quinto piso del edificio del café bar, pues ahí se encontraba el departamento de Sakura. Un prolongado silencio se hizo presente antes de que ella introdujera en la cerradura la llave.
    ― ¿Te volveré a ver? ― preguntó Sasuke
    ―Eso depende de las circunstancias―respondió Sakura
    ― ¿A qué te refieres? ―volvió a preguntar
    ―Déjalo al destino―sonrió
    ―Ok, ¿eso cuenta el hecho de conocer tu departamento y quizá, sin querer, no sé, tal vez venir a buscarte para salir una tarde? ― sonrió pícaramente el moreno
    ―No seas tramposo―contestó la pelirosa
    ―Entonces es un hasta luego
    ―Eso parece
    ―No es un adiós, no volveremos a ver estoy seguro

    Ella sonrió, para darle un beso en la mejilla, sonreír y finalmente entrar al departamento, mientras el acariciaba con sus dedos su sonrojada mejilla, decidió pues encender un cigarrillo para continuar su camino.
    Pasaron dos días, el moreno iba todos los días al bar, pero nunca encontraba a Sakura, decidió no darse por vencido, pues las cosas suceden cuando menos lo esperas. Salió del bar rumbo al garaje del edificio donde vivía, encendió su auto y condujo hasta el centro de la ciudad. Al llegar al centro comercial alcanzó a ver a un rubio hiperactivo de chamarra roja y jeans entubados junto a una peliazul que vestía una casaquilla negra y al igual que su acompañante jeans entubados, la única diferencia eran sus calzados pues la del rubio eran sus converse mientras que la peliazul tenía unos botines negros de taco, sentados en la fuente de agua que se encontraba fuera del centro comercial. Bajó de su auto para aproximarse a su amigo y acompañante.
    ―Dobe ¿qué haces aquí?
    ―Esperamos a la amiga de Hinata-chan, y no me digas dobe, grandísimo teme.
    ―Hmp
    ―Eh…chicos… no peleen
    ―Lo siento Hinata-chan pero cierto teme provoca
    ―Entonces los dejo esperando a la amiga de Hinata-chan―Al decir esto el azabache se dio la vuelta pero pudo ver a la lejanía a una pelirosa que bajaba de un taxi en dirección de ellos,ella vestía una casaquilla blanca de cuero y unos jeans, junto a unas botas blancas, tal vez por circunstancias del destino Sakura fuese la amiga de Hinata, definitivamente no se equivocaba con aquella suposición , pues ella se acercó al grupo para saludar a su amiga y a Naruto.
    ―Eh, creo que mejor me quedo― habló inmediatamente el azabache
    ―Aja Teme, echándole ojo a Sakura, ¿eh? ―susurró por lo bajo su amigo
    ― ¿Qué dices dobe no te escuche bien?
    ―Hola, ¿creo que nos conocimos la otra noche? ―mencionó la pelirosa dirigiéndose a Sasuke
    ―Sakura, ¿verdad? ―dijo a tiempo que la pelirosa asentía
    ― ¿Se…conocen? ― preguntó tímidamente la peliazul
    ―Fue por casualidad―dijeron al unísono para luego comenzar a reírse
    ―Bien, entonces Sasuke nos puede acompañar―gritó emocionado el rubio, que quería pasar un tiempo a solas con su novia, y aunque su amiga fuese realmente agradable, haría imposible su deseo
    ―Está bien― aceptó el azabache, esta vez no perdería su oportunidad, se daría tiempo para conocer a la pelirosa que tanto le atraía.
    Caminaban por los pasillos del centro comercial viendo las distintas tiendas, hasta que al rubio se le ocurrió una brillante idea, mientras Sasuke y Sakura conversaban, él y Hinata se fueron sigilosamente con intención de dejarlos solos, pues las dos horas que llevaban caminando, se dieron cuenta que esos dos hacían una bonita pareja y no podían privarles la oportunidad de darles un espacio para conocerse, pues eso sería ser cruel, aunque también lo hacían para tener un momento a solas. Fue demasiado tarde cuando Sasuke y Sakura se dieron cuenta de la ausencia de sus amigos.
    ― ¿Qué hacemos ahora? ― preguntó Sakura
    ― Mmmm… la anterior semana se rompió una de las cuerdas de mi guitarra, ¿me acompañas a comprar su repuesto?
    ― Ok, no hay nada más que hacer―contestó ella con resignación
    ― No seas cruel, ¿insinúas que te aburro?―preguntó con una carita de esas que provocaría que cualquier chica lo abrasase
    ― Siento herirte―rio la pelirosa
    Entraron a la tienda, el lugar era espacioso, había un mostrador de guitarras, otro de bajos y otro al fondo de partes del kit de una batería, Sasuke se acercó al mostrador para comprar las cuerdas mientras ella se detuvo a observar una guitarra roja que captó su atención, pues le recordaba a la casaca de cuero que traía su acompañante, realmente esa casaca le quedaba muy bien, pues mientras caminaban hacia la tienda muchas jóvenes que paseaban por el lugar se le quedaban mirando. De repente sintió una mano en su hombro, volteó rápidamente para ver quien intentaba llamar su atención, encontrándose así con el azabache.
    ― ¿Nos vamos?
    ― ¿A dónde?
    ―Donde tú quieras
    ―Entonces…vamos a la cafetería de la planta baja
    ―Ok, creo que podré resistirlo
    ―Yo te acompañé por las cuerdas de tu guitarra…
    ―Ok, si estas ahí para salvarme de locas que intenten acosarme, está bien
    Ella le tomó de la mano para continuar su trayecto rumbo a la cafetería, según el moreno el tacto de la pelirosa se sentía bien, pero fue sacado de sus pensamientos cuando divisó a cierto rubio y a cierta peliazul saliendo de un puesto de ramen tomados de la mano riendo alegremente, agradeció para sus adentros las locuras que podía hacer su tonto amigo pues sin él no estaría junto a Sakura en aquella cafetería.
    Ella como de costumbre pidió su café con crema, el pidió un latte, mientras esperaban su orden, el encendió un cigarrillo, a los ojos de la pelirosa se veía muy sexy y realmente se consideró como una mujer con suerte pues no todas las chicas pueden verse en un café junto a un chico realmente guapo fumando un cigarrillo, pero aquel silencio era un poco incomodo, por lo que buscó un tema de conversación.
    ― ¿Fumas? ― preguntó la pelirosa
    ― A veces
    ― ¿Sabes que eso causa daño?
    ― Mientras no sea un adicto, creo que está bien
    ― ¿Sabes que eso me hace daño?
    ― ¿A qué te refieres?
    ― Al hecho de los fumadores pasivos, a los que les afecta el humo de tu tonto cigarrillo
    ―Lo siento―se disculpó avergonzado el Uchiha―es que es una manía que se me quedó desde hace unas cuantas semanas
    ―No te preocupes― lo tranquilizó la pelirosa―pero creo que deberías evitarlo
    ―Gracias por el consejo―mencionó a tiempo que apagaba el cigarrillo
    Silencio otra vez, pero este silencio ya no era molesto, pues ambos se acostumbraron al hecho de que ambos fuesen personas de pocas palabras. Llegó su café, el cual bebieron lentamente, salieron del establecimiento y para matar el tiempo entraron a ver una película de terror a una de las salas de cine que había en el centro comercial. Durante la película ella escondió su rostro en el hombro del Uchiha pues había escenas que podrían traumar a cualquiera, ante este acto la única reacción del Uchiha fue tomarla de la mano para que se calmase la joven, el tiempo pasó rápidamente, no se dieron cuenta de la hora que era, hasta el momento en el que vieron todas las tiendas cerradas, se apresuraron al ascensor, una vez dentro tuvieron la mala suerte de que el encargado de las instalaciones eléctricas del centro comercial se fuera en ese momento dejándolos atrapados en el ascensor a oscuras.
    ―Creo que tendremos que pasar la noche juntos―habló el azabache a tiempo que se sentaba en el suelo del ascensor.
    ―Nadie me espera en casa, así que no creo que haya inconveniente―agregó la pelirosa mientras imitaba al azabache
    ― ¿De dónde conoces a Naruto? ―preguntó el azabache para iniciar una conversación, pues sería muy largo el tiempo que estaría con la pelirosa dentro del ascensor
    ―Bueno era el amigo de Hinata… y ella fue quién me lo presentó un día que le acompañé a su primera cita
    ―Ah…ya veo, ¿y de dónde conoces a Hinata?
    ―Hinata es amiga mía desde la infancia, siempre estuvo para mi como yo para ella, pero creo que ahora es mi turno de interrogar…
    ― Pregunta lo que quieras, eso si nada de si tuve novia o algo así
    ―Bien…tus amigos de la banda ¿son amigos de infancia?
    ―Adivinaste, es mas, vivimos juntos
    ―Parecen todos tan pacíficos, a excepción de Naruto
    ―Eso es cierto todas las mañanas se arma un gran alborota para la hora de desayunar
    ―Espera un momento, ¿viven en el edificio a la vuelta del edificio donde vivo?
    ―Quinto piso, para tu información… ¿Cómo sabes eso?
    ―En repetidas ocasiones que caminaba por ahí escuchaba gritos por el desayuno
    ―Eso es vergonzoso
    ―No, a mi me parece gracioso, me gustaría tener compañeros de departamento
    ―Créeme que por parte no te gustaría, no llegas a tener privacidad completa
    ― ¿Qué importa la privacidad si puedes tener compañía, no crees?
    ―Entonces estas contenta de quedarte atrapada aquí conmigo…digo…después de todo terminé siendo tu compañía esta noche
    ―No eres demasiado molesto, así que podría decir…que…tal vez
    ―No se vale, es si o no
    ―te responderé si tú lo haces primero
    ―Bien puedes preguntar
    ―La misma pregunta que me hiciste
    ―mmm…déjame ver…parece que…es un…SI
    ―Entonces mi respuesta también es un sí

    Se pasaron la mayor parte de la noche hablando de trivialidades, como gustos, disgustos, que hacían la mayor parte del tiempo, y que hacían en su tiempo libre, hablaron un poco de su pasado, sus anhelos para el futuro, aunque ante esto último la pelirosa reaccionó de forma extraña, pues bajo la vista para evitar que las lagrimas inundaran sus ojos. Tras hablar por unas cuantas horas ambos se quedaron dormidos ella apoyó su cabeza en el hombro del joven, mientras que él apoyaba su cabeza contra la pared del ascensor, luego de unos instantes sintió a la pelirosa temblar por el frío, el teniendo cuidado de no despertarla, se quitó su casaca para que ambos conservaran el poco calor que había en el ascensor, finalmente el sueño lo venció.
    Al día siguiente los jóvenes sintieron que el suelo se movía, abrieron sus ojos lentamente para darse cuenta que el centro comercial nuevamente abría sus puertas a sus compradores, el ascensor bajaba lentamente hasta el estacionamiento donde Sasuke dejó su automóvil. Cuando llegaron al estacionamiento el auto de Sasuke ya no se encontraba ahí, pues Naruto se lo llevó, gracias a este hecho tuvieron que regresar a casa caminando.
    ―Ese dobe me las va a pagar
    ―No es su culpa
    ―Lo hizo a propósito
    ―Mira el lado bueno…
    ―Tienes razón, sino fuera por él no te hubiera vuelto a ver
    ―No seas tonto
    ― ¿Te molesta que te halague?
    ―Pues no, pero…
    ―Ah, lo olvidaba, te resulto aburrido
    ―No, es solo que…nada
    ―Creo que ese nada es un algo
    ―Olvídalo, ¿si?
    ― ¿De qué hablabas?
    ―Creo que lo olvidaste muy rápido
    Paso cerca de una hora para que llegaran al departamento de Sakura, el trafico a esa hora era realmente insoportable, las calles estaban repletas de gente apresurada por llegar a su trabajo, los autos iban y venían, un caos total, en ese momento el azabache agradeció mentalmente al rubio por llevarse su auto, porque en ese momento realmente estarían atrapados en aquel desastre. Tras caminar como once manzanas llegaron al café bar, estaban realmente hambrientos y si tomamos en cuenta su economía, su única opción era desayunar en sus departamentos respectivos.
    ―Creo que es hora de irme
    ―Si, eso parece
    ―Bueno…cuídate―dijo mientras cambiaba de dirección hasta que…
    ― ¡Espera! ― el azabache volteó inmediatamente―tienes hambre ¿verdad?, me sentiría una mujer muy cruel si te dejara ir así, entonces, ¿desayunarías conmigo?
    ―Claro
    El departamento de Sakura era amplio, la ventanas tenían márgenes blancos y cortinas rosadas, las paredes eran celestes con bordes blancos y de éstas estaban colgados cuadros coloridos que alegraban la habitación, los sofás al igual que los márgenes de las ventanas y paredes también eran blancos, al centro de la sala había una mesa de vidrio, encima de la mesa había un florero con rosas rojas, al fondo había un estante también blanco en el que de encontraba un televisor LCD y un Stereo, cerca a una de las puertas se encontraba una barra (Sakura la tenía en caso de que tuviera visitas),pasando por esa puerta se encontraba un pasillo, sus paredes también tenían cuadros, esta vez los cuadros eran paisajes, al fondo se encontraba la cocina, en la cual se quedaron, para tomar su desayuno, que consistió en leche con cereales.
    Luego de desayunar Sakura lo invitó a ver una película en casa, se acomodaron en el sofá para iniciar dicha actividad, para suerte de Sasuke todas las películas que tenía Sakura en casa eran de terror, por ello más de una vez ella terminó abrazándolo y escondiendo su rostro en su hombro hasta que terminó la película y pasara gran parte de la mañana.
    ―Si te dan miedo las películas de terror ¿por qué tienes tantas?
    ―Porque siempre me propongo verlas pero no me atrevo
    ― ¿No será por otra razón?
    ― ¿Insinúas que si las veo y solo fingí para abrazarte?
    ―Eh…no para nada
    ―Bueno, entonces me ahorraste decir que esa afirmación era en parte cierta
    ―No te burles de mí
    ―No lo hago, solo me divierto
    ―Entonces ya me voy
    ―No te retendré más tiempo
    ― ¿No me extrañarás?
    ― ¿Te soy sincera?
    ―Por favor
    ―Ok…solo un poco
    ―Entonces alégrate, porque a las 10 te veo en el bar del primer piso
    ― ¿Es una cita?
    ―Algo así

    ―Entonces te veo a las 10
    Eran las diez y media, Sasuke empezaba a impacientarse, por lo que había averiguado Sakura era una de las personas más puntuales del planeta, tal vez se arrepintió de salir con él, se maldijo a sí mismo por haber ido tan rápido y no haberse dado el tiempo suficiente para conocerla bien.
    ― ¿Me extrañaste? ―Sasuke volteó inmediatamente al escuchar aquella voz
    ―Pues creo que ya no ― Ante este comentario ella sonrió
    Aunque ninguno de los dos lo admitiera abiertamente, entre los dos había algo que poco a poco se hacía más fuerte, por primera vez desde que Sasuke conoció a Sakura, ella pidió una bebida que no fuera un café, esa bebida era un vino, el cual Sasuke acompañó con un whisky, continuaron la conversación trivial que empezaron hace un par de días para conocerse mejor, un par de horas mas tarde, el bar se llenó de música romántica a cargo del grupo que se presentaba esa noche, Sasuke invitó a Sakura a bailar un par de canciones, en casi todas ella apoyaba su cabeza en el pecho de Sasuke mientras él le tomaba de la mano y la acercaba más hacia él, ella alzó la vista para luego acortar la distancia que existía entre sus labios en un tierno beso que logró parar el tiempo aunque fuese por unos segundos, se separaron lentamente, él aun sostenía su mano y sus miradas aun seguían encontradas.
    ―Creo que estuvo mal
    ― ¿Insinúas que beso mal?
    ―No, me refiero a que no te conozco lo suficiente para iniciar una relación
    ―Perdona si estoy yendo rápido es solo que…
    ―No te preocupes solo te dejaste llevar por el momento
    ―No, no es eso, desde que te conocí sentí que eras alguien especial, empecé a hablar contigo y ese sentimiento se volvió realidad y ahora temo que si no te digo lo que siento ahora te alejes y no quieras verme más.
    ―yo… no sé que decir
    ―No quiero una respuesta ahora, porque ni yo mismo se que es lo que pasa, solo quiero estar junto a ti
    Lentamente volvieron a acercarse a los labios del otro, dejaron la pista de baile para recoger sus pertenencias, ella sonreía pues, aunque no estaba segura de iniciar una relación, con Sasuke esa idea empezaba a esfumarse, tenían muchas cosas en común, aunque la única diferencia abría un abismo entre los dos, no se lo diría nunca, pues solo le causaría dolor, y ella no quería que Sasuke sufriera, pues en el poco tiempo que lo conocía descubrió que lo amaba.
    Subieron al departamento de Sakura, él beso su mano en señal de despedida, cuando se dio la vuelta sintió uno brazos delgados rodeándole la cintura, al parecer ella no le dejaría escapar tan fácilmente, esa noche ella quería estar junto a él, sentir que nadie los podía separar, y finalmente aceptar los sentimientos que tenía hacia él para poder corresponderle.
    ― ¿Qué ocurre?
    ―Hazme compañía, no quiero quedarme sola
    ―Está bien, entra yo te sigo―él cerró la puerta y se encaminaron al sofá
    ―Promete que te quedarás hasta que amanezca
    ―No necesitas pedírmelo
    ―Promételo
    ― Te lo juro
    ―En el bar dijiste que me querías y yo…
    ―No te sientas obligada a contestar ahora, te entiendo apenas me conoces un par de días
    ―Yo también quería decirte que también te quiero
    ―Me hace feliz tu respuesta, pero si aún necesitas tiempo…
    ―No quiero nada que no seas tú
    ―Yo…yo…siento que te amo
    ―Aún es muy pronto para decirlo
    ―Lo sé, pero el tiempo no importa sino estoy a tu lado, ¿nunca escuchaste acerca del amor a primera vista?
    ―Lo escuché tantas veces que se volvió una frase más
    ―Conmigo es la realidad―ella lo abrazó y recostó la cabeza en el pecho de Sasuke mientras el besaba la frente de la pelirosa
    ―Si te quedara poco tiempo de vida, ¿qué sería lo último que harías?
    ―Me daría la oportunidad de amar, ¿por qué la pregunta?
    ―Nada son cosas mías

    Así pasó la noche, siguió su conversación trivial de siempre, pero a diferencia de las anteriores ocasiones, se agregaron tiernos besos que interrumpían su conversación, hasta que quedaron profundamente dormidos.
    Al día siguiente el azabache besó la frente de la pelirosa, al lado del florero de la pequeña mesa de vidrio dejó una nota en la que decía: “Gracias por aceptar mi amor, te esperó en el café bar a las 8:00pm”.
    Pasaron las horas, ya eran las 10:30 pm, Sasuke realmente estaba preocupado, tenía el terrible presentimiento de que nunca volvería a verla, pues ella no podía demorar tanto viviendo a cuatro pisos del bar, algo andaba mal, se dio media vuelta y subió corriendo por las escaleras que conducían al departamento de Sakura. Al llegar su corazón dio un vuelco cuando encontró al encargado de los departamentos desalojando el departamento de su amada.
    ―Disculpe, ¿qué ocurrió con el departamento de la señorita Haruno?
    ― ¿No lo sabe?, murió esta tarde
    ― ¿Cómo paso eso?, si ésta mañana se encontraba bien…no…no entiendo―las lágrimas empezaron a brotar de sus ojos
    ―Hace unos cuantos meses atrás ella se enteró de que tenía una enfermedad terminal y le quedaban pocos meses de vida, ella cuando se enteró me pidió que cuando el momento llegara, desocupara su departamento. Lo lamento mucho
    ―No…no se preocupe
    Sasuke abandonó el edificio lentamente, aún no podía creerlo, eran tan obvias las señales que Sakura le dio respecto a su problema: las lágrimas en el bar, la evasión acerca de temas que involucraban el futuro, el no aceptar sus sentimientos en el momento en el que le expresó lo que llevaba dentro, su última pregunta, ahora todo encajaba. Llegó a su departamento sus compañeros se encontraban viendo televisión, parecía un fantasma, esa noche no llegó sonriente como las anteriores noches, a duras penas caminó hasta su habitación, decidió no cenar pues necesitaba recobrarse de semejante noticia, se echó a llorar desconsoladamente en su cama hasta que se quedó dormido.
    Al día siguiente Naruto recibió la noticia gracias a Hinata, luego de colgar el teléfono, se encaminó a la habitación de Sasuke.
    ― ¿Teme puedo entrar?
    ― ¿Qué quieres Naruto?
    ―Ya me enteré lo de Sakura, lo siento mucho, pero estoy seguro que no hubiera querido verte así
    ― ¿Tu qué sabes, ah? ¿Qué pasaría si Hinata hubiera muerto y no Sakura? ¿Te atreverías a decir lo que me estás diciendo en estos momentos?
    ―Sasuke, sé que es difícil y que necesitas tiempo, pero creo que lo correcto sería que la fueses a visitar al cementerio
    ―Déjame solo

    Naruto abandonó la habitación, dudaba que Sasuke se recuperase pronto, pues Sakura fue la única persona a la que realmente quiso, en anteriores oportunidades Sasuke solía salir con muchas jovencitas, pero nunca llegaban a ser algo serio, simplemente eran para pasar el momento. Sakura en cambió, hizo que Sasuke llegara todas las noches al departamento con una sonrisa en el rostro, le hizo tanto bien haberla conocido, lástima que ella hubiese muerto.
    Pasó un año desde la muerte de Sakura, Sasuke empezó a retomar sus anteriores costumbres, ahora comía como antes, no como las tres primeras semanas en las que solo se limitaba a probar un plato por día, volvió a tocar la guitarra como siempre, ya que había dejado ese habito, pues le recordaba al día en que conoció a Sakura y nuevamente volvió a salir con sus amigos, aunque nunca más volvió a enamorarse, por mas de que recuperase su vida, nunca olvidaría a Sakura.
    Esa tarde decidió ir por primera vez al cementerio para visitar a Sakura, había intentado ir en anteriores oportunidades, pero cuando estaba a punto de hacerlo su determinación flaqueaba y se daba por vencido. Llegó hasta un mausoleo blanco, en el cual depositó rosas rojas que compró para decorar el lugar, dejó una taza de café en la repisa que se encontraba en el exterior del mausoleo, prendió su cigarrillo para recordar aquellos días en los cuales fue muy feliz con la pelirosa.
    Antes de marcharse del lugar dijo en voz alta:
    ―Fumar me hace daño, pero más daño me hace tu ausencia, ha pasado un año desde que me dejaste y aun así te sigo amando.
     
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