Romántico El Bosque Flotante

Tercera entrega para la actividad simulador de citas, otra vez en el bosque.
Esto es un poquito más dramático, un poquito triste.
Aunque no se si les guste, esta un poco desastroso.

El bosque flotante​

Días después de la fiesta Sam me había invitado a salir, para mostrarme algunos lugares de la ciudad que aún no había conocido ya que esta no era precisamente pequeña, pero mi tío Isaac insistía en que tenía que conocer todos los lugares, sobre todo el bosque flotante para estudiar y bla bla bla. Entonces él me había llevado a uno de los lugares más icónicos de la misma, el bosque flotante, que era simplemente maravilloso.

Durante todo el camino Sam estaba contento, correteando como un niño, mientras le contaba cosas sobre el lugar, era tierno y se lo veía muy animado. Pero al momento de llegar a la isla central, Sam se puso pensativo, incluso podría decir que estaba triste, cosa que me preocupo.

—Sam —llame su atención ya que se había quedado mirando hacia la ciudad sin decir nada —¿Te encuentras bien?

Se tardó un poco en reaccionar, no dejaba de mover nerviosamente su collar.

—Si… —respondió volteándose para verme, al hacerlo me sonrió —claro que sí estoy bien, ven acá.

Me jaló cerca de el y me impulsó de nuevo, como cuando bailamos en la fiesta, era divertido tenerlo dando tantos giros y vueltas en un momento y al siguiente estar mirándonos a los ojos fijamente mientras nos movíamos a un compás más lento. Me resultaba curioso como ahora era muy fácil compartir tiempo con él, era casi que único y yo lo disfrutaba mucho, y por sus sonrisas diría que el también. ¿Como es que antes no sucedía esto?

Cansados terminamos por sentarnos a la orilla de la isla mirando a la ciudad. Yo había visto muchos lugares bonitos a lo largo de todo el país, pero, aquel era uno de los más bonitos que había visto, con aquella vista y esa curiosa sensación de paz que daba el hecho de estar en un bosque. La noche estaba cayendo y el frío que anunciaba que se acercaba el invierno se hacia cada vez más presente.

—Lena —Sam me llamo con un tono de voz algo serio para el, al mirarlo me di cuenta de que sus manos ahora estaba desplegado un escudo morado, el escudo de mi familia, mi escudo —creo que es hora de que te devuelva esto —el lo miraba nostálgicamente mientras lo movía —gracias por habérmelo dado en aquel momento, pero creo que ahora quien lo necesita más eres tú.

Me quede atónita, recuerdo cuando se lo di hace mucho tiempo atrás, a todo nos impactó el hecho de que el pudiera sostenerlo pues se supone que solo un LeBlanc podía hacerlo, pero Sam pudo en el momento en el que ambos nos encontrábamos en peligró, desde entonces el lo llevaba consigo, después de todo le daba mejor uso que yo. Ahora el me lo estaba ofreciendo de vuelta.

Dude unos segundos antes de tomarlo, cuando estuvo en mis manos este se movió cambiando de tamaño y estilo, ahora era menos brusco y en vez de tener la cabeza de un lobo estampada en el centro llevaba una pica. Después de que ambos lo contemplamos, puse ambas manos sobre el brillo y se convirtió en una pulsera con una pequeña pelota de arcilla de color morado con una pica en negro en el centro, apenas era visible, el hilo era negro. Sam me ayudo a amarrarla a mi muñeca izquierda.

—Gracias a ti por devolvérmelo —dije mirando mi nueva pulsera, luego lo mire a el —creo que tienes la razón es tiempo de que yo acepte esta responsabilidad.

Suspirando pesadamente deje caer las manos apoyándolas en la tierra, sintiendo la hierba entre mis dedos. Recuerdo cuanto se enojaron todos cuando descubrieron que yo ya no tenia una de las reliquias de la familia, supongo que ahora que la recupere se pondrán contentos. Volví al presenté cuando Sam puso su mano sobre la mía, y me sonrió mostrando de alguna manera su apoyo.

Lo mire fijamente sonriéndole de vuelta. Había notado varios cambios en el los últimos días, estaba más alto que cuando se fue, traía el cabello más corto, pero le quedaba bien, sus facciones se habían endurecido un poco, su espalda se había ensanchado, sus ojos ahora brillaban de alegría estaban vivos, definitivamente ya no estaba triste eh inseguro, por alguna razón mientras más pasaba con el más atractivo me parecía. Me fijé en su ropa, llevaba una camiseta de mangas largas blanca con las mangas y el cuello de color vino, por debajo de una chaqueta verde con una capucha peluda que se veía realmente abrigada, pero lo que me llamo la atención esa piedra que brillaba levente en la oscuridad la traía en su collar que antiguamente solo llevaba el escudo.

—¿Qué es eso? —quise saber, apuntando a la piedra que llevaba atada al cuello.

Su rostro se ensombreció, como si hubiese visto un fantasma, regreso a mirar a la piedra, y después a mí.

—Esto… —dijo tocando su collar nervioso —es una chispa, un pedazo de estrella fugaz —se lo guardo rápidamente debajo de la camiseta —fue un regalo.

Se notaba que estaba nervioso, yo quería saber más pero no sabía si debería preguntarle que había pasado, pero al final no hizo falta.

—Al final ella me recordó a ti, ¿Sabes? —dijo mientras soltaba mi mano, sonaba molesto. —Al final las dos solo, me dejaron por otro mientras yo miraba, es decir ¿qué tengo de malo yo? ¡¿Qué les hice?!

Volteo para mirarme, parecía que estaba a punto de llorar, pero no sabia si era de rabia o de tristeza. Pero una vez más yo sentía culpa por todo lo que le hice, estos días sirvieron para confirmar que el simplemente no se merecía todo eso, y quien era yo para sentirme atraída a el ahora después de que todo eso ya había pasado.

—Yo la amaba… —su voz parecía quebrarse —no como a ti, eso no se puede comparar cada una es distinta, pero al final se comportaron igual —me encogí de pena por lo que él me estaba diciendo —al final solo me pregunto por qué ¿Por qué nunca soy suficiente?

Me di cuenta de que el estaba temblando, ya lo había visto así antes, pero verlo así ahora me dolía, podía ver todo lo que había crecido y no me gustaba verlo de esa manera. Y tal vez lo que hice no fue lo mejor tal vez solo empeorara todo, pero lo besé, fue rápido no duro mucho, pero se sorprendió tanto que cuando nos separamos tenia los ojos abiertos de sorpresa.

—Elena eso no es justo.

—Lo sé, Sam y lo siento, por eso y por todo, todo lo que te hice, lo que te hicieron, lo que te hicimos —ahora era yo la que estaba al borde del llanto —pero es que tu no te mereces nada de esto, no eres el lobo malo de los cuentos, tu no te mereces nada de lo que te paso.

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Contenido oculto: Mundo

La historia esta ambientada en un mundo donde la magia existe y algunos humanos son capaces de usarlas de distintas maneras al poseer un don. Así mismo el mundo está lleno de lugares mágicos y criaturas y bestias míticas y extrañas.

Contenido oculto: Fichas de personaje

Sam
Edad:

Contenido oculto: Fichas de personaje

19 años
Cabello: café, ni muy claro ni muy oscuro. Corto y desordenado.
Ojos: Color miel, cuando esta por transformarse se vuelven amarillos.
Marcas: Tiene una pequeña cicatriz sobre el labio superior, casi no se nota.
Don (Magia) : Hombre lobo, puede cambiar de forma tanto a la de un lobo natural como a un híbrido.
Forma de lobo: Peludo, alto con ojos amarillos, colmillos largos y afilados, hocico alargado, nariz negra y pelaje de un blanco puro.
Así es como se ve, no es tan humanoide.

Elena "Lena"
Edad: 18 años, va a cumplir 19 el siguiente mes.
Cabello: Lacio cabello negro, largo hasta su cintura.
Ojos: Profundos ojos color cielo, una mezcla de gris y azul.
Marcas: Leve cicatriz en forma de v en su mejilla derecha , casi no se nota.
Don (Magia) : Es una hechicera una maga, puede utilizar varios hechizos que no implican el uso de ningún elemento.