El Arroyo Los bordes del bosque se extendían como una muralla oscura e imposible de alcanzar. Los árboles se unían los unos a los otros de manera grotesca, como si hubieran sido formados de manera deliberada para impedir que nada pudiera cruzarlos. Nada podía salir. Ni entrar. Sin embargo, esto no parecía ser del todo cierto. Un matorral de raíces y árboles enredados forman un oscuro pasaje estrecho, la luz siendo engullida hasta no dejando ver más allá de la nariz de uno. Por la forma en la cual se curvaba, podía recordar a un arroyo. Si el arroyo no tuviera absolutamente nada de agua, y su cauce estuviera compuesto de una masa impenetrable de raíces y árboles. ¿Habría algo al final de ese arroyo? ¿Tal vez una salida? ¿O un secreto macabro del bosque? Solo había una forma de averiguarlo. Aventurándose en el mismo. Contenido oculto Hygge
La Maldecida Stamina: 7 Sanidad: 4 La Maldecida siguió aventurándose en aquel profundo y escalofriante bosque. Sus límites formaban un muro impenetrable; nada ni nadie podía entrar ni salir de allí. Sin embargo, la joven del cabello de fuego no tenía tanto interés en abandonar su prisión forestal, sino en lo que ocultaba su interior. Tenía el presentimiento de que había algo más que bestias y criaturas de pesadilla aguardando en su interior. El arroyo metafórico al que había arribado parecía gritarle sus sospechas a los cuatro vientos. Una profunda oscuridad inundaba todo cuanto podía divisar desde su lugar, pero su interés era más fuerte. Y avanzó.
El angosto pasaje de raíces y árboles enmarañados fue conduciendo a La Maldecida cada vez más y más hacia la oscuridad. Llegó un momento que era imposible ver más allá de su nariz. Tanteando alrededor, tan solo podía notar la rasposa textura de la corteza. Se tropezó en la oscuridad, llevándose puesta una... ¿silla? ¿Qué hacía una silla allí? Sus manos prontamente tocaron algo metálico. Parecía una gran caja, como si fuera un... generador. ¿Un generador allí dentro? ¿Qué era todo eso? Tal vez la máquina todavía funcionase. Un poco de luz no vendría mal.