de Dragon Ball - El amor en tiempos de saiyajines

Mi amigo @Emiya Shirou me dio la palabra Vehemente para escribir, esta quiere decir: Persona que obra de forma irreflexiva y apasionada, dejándose llevar por los sentimientos o los impulsos. Que mejor que saiyajines, espero les guste :D.

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Goku entraba a su casa en la montaña Paoz, había tenido un maravilloso día pescando con su hijo Goten pues este había terminado los deberes a tiempo, había regresado con un enorme botín que consistiría en más de 5 toneladas de pescado, ósea más o menos la cena de esa noche.

El saiyajin encontró a su esposa cabizbaja suspirando junto al teléfono –uno último modelo que le había obsequiado Bulma- y ella era misma por la que se encontraba así.

— No es justo— dijo con suspiro— Bulma saldrá de nuevo el día de hoy, ¡ira a la opera! — Luego de sollozar levantó la mirada y fulminó con esta a Goku— ¿Por qué nunca me llevas a la opera Goku?.

— Milk, ya sabes como soy, todas esas cosas no las entiendo y se me hacen muy aburridas, de seguro Vegeta las hace solo porque no quiere que Bulma lo deje sin comer, pero tampoco deben gustarle. — explicó.

—Podríamos ir a cenar a algún sitio— propuso ella.

— Recuerda lo que paso en ese sitio de “todo lo que puedan comer”, además nadie cocina más rico que tú— señalo sonriendo.

Con alguien como Goku que no solía dar esa clase de cumplidos, ella no pudo evitar que sus mejillas se tiñeran un poco de rojo y saliera un poco esa personalidad que tenía hace tiempo.

— ¿Lo-lo dices de verdad Goku? — dijo la chica y te aproximó a él con la intensión de besarlo.

—Milk, no te estés encimando— le recriminó al instante el guerrero un tanto distraído.

Ella frunció un poco el ceño pero no perdió de todo el encanto.

—Solo quiero abrazarte y darte un beso Goku— declaró ella.

—Ah, pues está bien

Ella lo rodeó con sus brazos y apenas alcanzó a rozar sus labios su hijo Goten entró a la casa intempestivo.

—¿Qué estaban haciendo? — preguntó Goten curioso.

—Emmm, Goten eso note incumbe, ve ha asearte que vamos a cenar— le ordenó Milk.

El niño afirmó con la cabeza y salió de la habitación, Goku observó a Milk de nuevo.

— ¿Entonces ya estás bien Milk?, no tenemos que ir a ninguna de esas cosas aburridas ¿verdad?.

—No tenemos que ir Goku— respondió ella resignada— tan solo me gustaría que fueras un poco más romántico.

—¿Romántico?, ¿es un tipo de comida?.

—¿¡Goku no puedes dejar de pensar en comida aunque sea un instante!? —exclamó Milk furiosa.

— Milk no me grites, lo que pasa es que yo no sé qué es eso.

—¿Cómo puede ser que tengamos 2 hijos y?... —suspiró— ser romántico es alguien que hace lo que sea por la chica que ama, le da toda clase de cosas lindas, le baja la luna y las estrellas— versaba Milk entre suspiros.

— Milk, ¿y si yo hiciera una cosa así, estarías más tranquila?. —preguntó el saiyajin.

—Más que eso mi querido Goku— declaró Milk con entusiasmo renovado— si me dieras un poema, un ramo de rosas, un bonito collar, si me cantaras…awwww…¿Goku?... —sorprendida se había girado y se dio cuenta que estaba sola, suspirando comenzó a sollozar de nuevo— Goku, idiota desconsiderado, dejar a su esposa justo en este momento, no tiene remedio.

Milk terminó la cena con su hijo Goten, este le estuvo platicando con entusiasmo todas sus aventuras del día, ella mientras tanto imaginaba, que es lo que le podría hacer a Goku como castigo cuando volviera.

De pronto se escuchó un gran estruendo, tan grande que sacudió la casa, ella se sobresaltó aún más pues observó un brillo rojizo desde la ventana que identificó al instante como fuego.

— ¡El bosque está en llamas! ¡Goten toma todo lo que puedas tenemos que irnos! — le dijo al niño alterada.

El fuego parecía crecer más de intensidad pues ahora estaba al doble de la intensidad.

—¿Dónde estás Goku? — preguntó al viento asustada. — Ni ese delincuente de Piccolo está aquí cuando se le necesita.

—Mamá, tu mandaste a comprar algunas cosas para mi escuela. — dice Goten.

Se escucha un segundo estruendo y Milk corre hacia la puerta y toma el picaporte.

— Quiero que si hay uno de esos tipos malos del otro lado, salgas volando de aquí a buscar a tu padre. ¿de acuerdo?.

No le dio tiempo de responder al niño cuando la abrió, lo que encuentró del otro lado del umbral hizo que se fuera para atrás. Hay dos enormes esferas incandescentes ardiendo frente a su casa, pero lo más insólito aún es que Goku sostiene otra más de color gris con sus manos.

— Esas son las dos que más me gustaron y como hace tiempo destruimos la luna, entonces tuve que ir a buscar está a otro planeta— declara Goku sonriendo. —¿estas mejor?

Milk lo observaba sin habla, jamás en su vida había tenido sentimientos tan opuestos hacia Goku, por un lado quería golpearlo en la cabeza por ser tan literal y por la otra se encontraba enternecida y maravillada, por verla feliz, le había bajado a ella, la luna y las estrellas.