One-shot de Naruto - El adiós. (one-shot)

Bueno les dejo este fic. Ojala que les guste y como siempre toda critica es muy bienvenida ^^

No sabía cómo podía estar parado allí en frente, mirando aquella imagen tan desgarradora. No era fácil mirar y darse cuenta que la había perdido, de que no la volvería a ver, de que no había vuelta atrás.
Sus ojos vidriosos miraron hacia atrás donde se encontraba mucha gente, algunos familiares de ella y sus amigos apoyándolo en aquel momento tan difícil. Había pasado por mucho en su infancia, pero esto realmente le dolía más que todo su pasado. Sintió la mano de su amiga y compañera de equipo en su hombro. La peli rosa que siempre le subía los ánimos, pero que esta vez no sabía que decir.

Sintió la presencia de muchos de sus amigos acompañándolo en ese momento, tanto a él, como a ella. Aún no era capaz de asimilar lo que estaba sucediendo, no era capaz de aceptarlo, no quería aceptarlo. No sabía si quería llorar o quería morir. Ninguna de las dos opciones era buena, pero para él no tenía sentido el que ella no estuviera. ¿Es que acaso la vida seguiría trayéndole decepciones, muertes y penas?, ¿cuándo le tocaría ser feliz?

Entre estos pensamiento se acordó de su sonrisa. Aquella sonrisa que, aunque todo estuviera mal estaba en su rostro, aquella sonrisa que le regaló cuando ella estaba triste. En ese momento ella se había ruborizado. Ella creía en él, ella pensaba que él podría ser alguien grande y reconocido. Ella fue la primera en reconocer su valía.

Una lágrima cayó por sus ojos azules ya cansados de ver la escena que estaba delante de él. Aún recordaba su cara cada vez que él le decía algo, recordaba perfectamente que cuando lo veía corría la mirada y se ponía bastante nerviosa.
Nunca le dijo cuanto la quería, cuanta era su afición por cuidar de ella y que hubiera sido capaz de protegerla con su vida, pero ¿dónde estaba él cuándo ocurrió aquel accidente?. Sabía que no tenía la culpa, pero de todas maneras se sentía culpable. Culpable por no haberle dicho que la amaba, culpable por haberla dejado sola cuando ella necesitaba de él, culpable por que a pesar de saber que ella lo amaba él nunca hizo nada al respecto.

Sus pensamientos se detuvieron por una voz que los interrumpió:

“De repente te das cuenta que todo ha terminado de verdad, ya no hay vuelta atrás. Lo sientes, y justo en ese momento intentas recordar en que momento comenzó todo y descubres que todo empezó antes de lo que pensabas, mucho antes. Y es ahí, justo en ese momento, cuando te das cuenta que las cosas ocurren solo una vez, y por mucho que te esfuerces ya nunca volverás a sentir lo mismo, ya nunca tendrás la sensación de querer entregar tu vida por otra persona…”

Sintió la voz de su maestro en su oreja, tenía una de sus manos en su hombro. ¿Por qué le decía esto? No le gustaba que quisieran animarlo, se sentía patético, pero sabía que estas palabras le servirían mucho. Bajó su cabeza y miró la rosa blanca que tenía en su mano y volvió a levantarla para mirar la escena más dolorosa de su vida. Se mantuvo en silencio y se dispuso a escuchar lo que su maestro iba a terminar de decir.

“El latido se convierte en ritmo. Tienes que tener fuerza, acelera la vida a toda velocidad y nunca dejes de hacer las revoluciones que tanto te identifican. La luna se vuelve el sol, la noche el día. Porque detrás de cada persona se esconde otra. Quizás más bella, quizás más nueva, quizás la tuya girando al contrario.

Es hora de volver a casa. Es hora de volver a empezar, empesar a vivir por ella, lentamente. Sin darle demasiadas sacudidas a tu vida, sin darle demasiadas vueltas al asunto. Quizás en tu mente quedará una pregunta para el resto de tu vida: ¿Volveré a estar alguna vez allí arriba, en ese lugar tan difícil de alcanzar? Allí donde todo resulta más hermoso. Ese lugar que solo conocen aquellas personas que realmente aman a otra, porque cuando dos personas realmente se quieren son capaces de sentir que están en el cielo y, yo sé muy bien Naruto, que tú sentías que estabas allí arriba cuando estaba a su lado. Pero ten por seguro, que ella te estará esperando en ese lugar y cuando llegue su momento volverán a encontrarse y esta vez será en un lugar muy alto, más que antes.”

-Gracias Kakashi-sensei- se dijo para sus adentro el rubio mientras lágrimas incontables salían de sus ojos.


Tenía razón, ahora a él le tocaba vivir por ella. Con la poca fuerza que le quedaba avanzó un par de pasos y se inclinó, miró la foto que había encima de la lápida, beso la flor y la dejó encima, mientras más lágrimas se resbalaban por sus mejillas.

Jamás la olvidaría. Todas las veces que creyó en él, en que él podía conseguir ser el mejor. Ahora sería aún mejor, solo para que ella, desde lo más alto del cielo se sintiera orgullosa de él.

Quizás nunca le dijo que la amaba, pero desde el fondo de su corazón sentía que ella ya lo sabía desde mucho antes. Se levantó después de unos minutos y miró hacia el cielo.

“Me preocupare de vivir por ti y demostrarte con toda mi vida que, realmente desde el fondo de mi corazón, yo te amo Hinata."