Ron Weasley sentía admiración por Krum, le encantaba verle jugar, usar su escoba para ganar partidos y encima su presencia imponía mucho al resto de personas. Pero desde que lo vio con Hermione en el baile sentía celos, rabia e impotencia. A final de curso y antes de que se marchasen, Ron deja atrás todo eso y logra armarse de valor para pedirle un autógrafo.
Oye, me gusta este toque de humildad que imprimes en el carácter de Ron en este escrito. Dejar atrás sus niñerías y celos para pedirle un autógrafo al jugador que había admirado por años. Es gracioso, ¿no? Como los celos lo cegaron en ese sentido.