El ático.

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Yugen, 27 Agosto 2014.

  1.  
    Yugen

    Yugen D e p r e s s e d | m e s s

    Piscis
    Miembro desde:
    25 Mayo 2013
    Mensajes:
    5,616
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Título:
    El ático.
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1204
    El título es provisional y la historia que les presento no es más que un borrador, pero quiero recabar opiniones para saber si debería seguir con la idea o no.
    Llevo mucho tiempo planeando esta historia. Creo que de momento, es en la que más estoy trabajando y he trabajado, sobretodo en el desarrollo de los personajes principales de la que será, espero, mi primera novela seria. (más o menos (? Espero que les guste, y recuerde que las críticas (siempre que sean constructivas) son bienvenidas.
    Sin nada más que decir, espero que les guste ^^


    -----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

    Prólogo.


    Papá era un hombre ocupado. Siempre iba cargado con su maletín a todas partes, con aquel traje negro perfectamente planchado y la corbata roja a cuadros, esa que siempre tenía que tener a mano y que le daban un aspecto de empresario importante.

    Papá no era esa clase de padres cariñosos que colman a sus hijos de besos y abrazos cuando vuelve a casa después de un agotador día de trabajo. No. Él era esa clase de hombres demasiado ocupados con sus negocios para estrechar la relación con sus hijos... o con mamá. A veces nos traía algún detalle, algún barco o avión de juguete para Chris y alguna de esas muñequitas tan pequeñas y tan blancas para mi, que se ponen sobre las chimeneas y las estanterías para embellecer las casas. No me gustaban esas muñecas, tampoco a mamá. Yo no quería muñecas. En aquellos momentos Chris tomaba mi mano entre la suya y me daba un apretón, y me sonreía como solo él sabía hacerlo cuando quería.

    —La próxima vez nos dará muchos besos y abrazos, Carrie—me decía, con aquel tono de hermano cariñoso y preocupado por su hermana, tan propio de él—. Él sabe que existimos, pero es un hombre ocupado.

    Y yo no tenía más remedio que aceptarlo, y colocar aquella muñequita sobre la chimenea, junto a todas las demás.

    Papá estaba casado con su trabajo. Hacía bastante tiempo que mamá había dejado de existir para él. Era un hombre muy ambicioso, que aspiraba a conseguir grandes fortunas, con las que pagar así todas sus deudas.

    Esa, entre otras muchas cosas, fue la causa de que mamá y papá se separasen.

    Chris y yo siempre pensamos que había sido culpa nuestra, porque eso es lo que piensan todos los niños cuando sus padres se separan. Pero mamá nos tomó entre sus cálidos brazos de madre, nos acunó como cuando éramos pequeños y nos aseguró que no era culpa nuestra, sino algo de diferencias irreconciliables entre ella y papá, y que estarían mejor separados... aunque nosotros podríamos seguir viéndole de vez en cuando.

    Aquella noche yo no pude dormir.

    —Chris—le susurré a mi hermano, que solo era dos años mayor que yo y dormía en una cama al otro lado del cuarto—. ¿estás despierto?

    Lo oí bostezar y frotarse los ojos, volviéndose hacia mí con un crujir de mantas y telas. Tenía el pelo rubio más revuelto y alborotado, recortado contra la ventana y la oscuridad de la habitación.

    —Ahora sí—gruñó—. ¿Qué es lo que pasa? ¿no puedes dormir?

    —No—respondí—. No puedo dejar de darle vueltas a la cabeza... ¿tú quieres que papá se vaya?

    Hubo un breve e incómodo silencio. Lo oí sorber por la nariz y suspirar de forma entrecortada.

    —No—respondió solamente. Y no reconocí aquella voz como suya.

    Pero a pesar de todo, mamá y papá se separaron. Fueron unos días horribles para mi y para Chris, que transcurrieron lentamente, como el agua que baja de las montañas tras las primeras heladas del invierno. Después de aquello mamá vendió la pequeña casita que teníamos en el centro y se fue a vivir a un enorme caserón de más de doscientos años de antigüedad, con sus padres. Nuestros abuelos siempre habían sido muy cálidos y cariñosos con nosotros. Chris y yo nos sentíamos ridículos en aquella casa. Era enorme, gigantesca, con unas escaleras largas, que crujían bajo nuestros pies, con aquellas lámparas de araña y aquellas polvorientas y ruinosas habitaciones que parecían llevar siglos sin ser utilizadas. A pesar de todo, a mi me gustaba. Me recordaba tiempos pasados, como los de mis novelas predilectas y me imaginaba sentada en la mesa del salón tomando té, con un hermoso vestido color crema, lleno de volantes, con un corsé para tener aquella estilizada figura y aquella cinturita de avispa.

    —Eso es absurdo, Carrie—me decía Chris, tirando por la ventana todos mis sueños—. Los corsés eran de hierro y estaban tan apretados que las damas se desmayaban por falta de oxígeno.

    Y se reía burlonamente de mi ignorancia. La verdad es que Christopher Blyton siempre había sido un chico muy inteligente. Era un devorador de libros, pero él no leía libros de fantasía y romance como hacía yo. Chris se tragaba enormes enciclopedias de más de quinientas páginas y se sabía de memoria el diccionario. Era ingenioso y perspicaz y solía darse cuenta de las cosas antes que los demás. O, en la mayoría de los casos, antes que yo. Y, a pesar de todo, Chris no tenía pinta de chico listo. No llevaba gafas, ni tenía aparato en los dientes. Era un chico rubio, de grandes e inquisitivos ojos azules, de rostro afable y sonrisa despierta. Era guapo, atractivo incluso, ya a sus catorce años. Yo, en cambio, no era tan lista ni tan sagaz como mi hermano. Era una calco-manía de mi madre: alta, delgada, con aquellos ojos celestes protegidos bajo largas pestañas. Llevaba el pelo rubio recogido casi siempre por una cinta, porque se me rizaba y a mi no me gustaba el pelo rizado, al igual que a mamá.

    Y a pesar de lo permisivos que eran los abuelos con nosotros, no nos dejaban subir al ático. Aquel era un lugar extraño, oculto, un lugar vetado para nosotros. Cuando le preguntamos a la abuela por qué, ella nos dirigió una mirada que pretendía ser severa y nos dijo que aquel cuartucho era muy viejo y estaba lleno de trastos y cosas peligrosas para nosotros.

    —Podéis perderos o haceros daño—nos dijo—. Por favor, niños, prometedme que no subiréis jamás allí.

    Y nosotros mirábamos a la abuela y la abrazábamos, incapaz de resistirnos a aquella cara regordeta llena de arrugas, pero tan benevolente y tan dulce como un pastel de crema.

    —Lo prometemos, abuela—le respondimos—. No subiremos jamás al ático.

    Pero, a medida que pasaban los días, la curiosidad comenzaba a hacer mella en mí. ¿Qué habría allí? ¿Armarios antiguos y abrigos apolillados? ¿O libros del siglo pasado, llenos de hojas amarillentas y rotas? ¡Una casa tan vieja como la de los abuelos debía esconder tantos secretos!

    Y cada vez me era más difícil resistir esa llamada.... esa sensación acuciante en el estómago que te impulsaba a hacer cosas que habías prometido no hacer.


    ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

    Bueno, ahí lo tienen. El borrador del prólogo. Ahora son libres de comentar, sugerir, o lanzarme unos cuantos tomatazos (?
    Gracias por leer ^^
     
    Última edición: 27 Agosto 2014
    • Me gusta Me gusta x 4
  2.  
    Poemy

    Poemy Guest

    ¡Esto es precioso! *-* ¡¿Ha sido un prólogo apenas?! ¡Yo pensaba que estaba leyéndome un buen libro de suspense! Como "La falsa amiga" o "Flores en el ático" Es sorprendente, tu narración, ortografía, tus adjetivos *-* ¡Aquí demuestras que para hacer un gran escrito no necesitas de adjetivos redundantes!
    Todo es tan detallado y simple de leer que se pone envolvente, éste prólogo me atrapó. Quiero seguir leyendo, porque tu historia se asemeja bastante a "Flores en el ático" me recordaste a esa historia. ¡Y tu escrito es magnífico! Me muero por saber qué hará Carrie, de seguro la curiosidad la carcome y ya no podrá más, jaja e_e
    Y su hermano... ¡incesto! Ok, no xD

    Mi parte favorita:


    Resaltaste lo típico de la hermandad. Detallaste perfectamente el perfil de la/los protagonistas de una forma indescriptible, me he quedado impresionada *-*

    Nos leemos~
     
    • Me gusta Me gusta x 2
  3.  
    Marina

    Marina Usuario VIP Comentarista Top

    Tauro
    Miembro desde:
    10 Diciembre 2010
    Mensajes:
    2,063
    Pluma de
    Escritora
    Hola, por favor, permíteme felicitarte porque este prólogo ha despertado con mucho mi interés, y es este el que me hace preguntarme, ¿vas a continuar publicando esta historia? Tanto el tema como la narración me han atrapado y me has dejado con la sensación de querer saber más. Vislumbro aquí una buena historia y por tu redacción sospecho que la llevarás muy bien, pues me ha encantado tanto la descripción de los panoramas como de los personajes, así que estaré pendiente de ese primer capítulo.

    Saludos.

    PD: ¿De verdad es el borrador? Pues no lo parece, así de bien está xD
     
    • Me gusta Me gusta x 2

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso