Vampire Diaries Egoísta [Damon&Elena]

N/A: SUPER SPOILER del 7 capítulo de la 2da temporada, abstenerse.


—Lindo pijama. —La voz sensual y ronroneante del oscuro vampiro le tomó por sorpresa, sentado en el medio de su habitación, como si allí perteneciera.

—Estoy cansada, Damon —dijo sin más, evitando su mirada, no estaba en condiciones de hablar con él, ni con nadie. Aún no.

—Te traje esto. —De sus pálidas manos guindaba el collar de verbena que Sthefan le había regalado hace mucho.

—Lo había dado por perdido...—susurró—. Gracias.

Estiró la mano para recibirlo, pero Damon no hizo amago de entregárselo. La tensión ya existente en el cuarto incrementó, Elena clavó sus ojos castaños en él, que le veía fijamente.

—Dámelo, Damon.

—Necesito decirte algo...—Se acercó a ella, buscando las palabras adecuadas para expresar sus sentimientos.

—¿Por qué no lo puedo oír con el collar puesto? —inquirió alarmada.

—Porque... probablemente, será lo más egoísta que he dicho en mi vida.

—Damon no lo hagas —suplicó.

—Tengo que decirlo una vez, y tú escucharlo —insistió, acortando la distancia entre ellos con unos pocos pasos.

Sus rostros quedaron uno frente al otro, sus ojso se veían con intensidad.

—Te quiero, Elena —dijo al final, después de unos segundos de tortuoso suspenso—, y como te quiero no puedo ser egoísta contigo. No puedes saber esto...
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El corazón de Elena palpitaba con fuerza, tanto, que era claramente audible a los sentidos de Damon, que tragaba grueso, en busca de las palabras adecuadas, buscando desesperado drenar todo eso que le quemaba por dentro.

—No te merezco. Pero mi hermano sí. —Se inclinó hacia ella, y sus labios finos tocaron la frente de la joven frente a él, en una delicada caricia. Ella cerró los ojos por inercia, temblando de pies a cabeza—. Desearía no tuvieras que olvidar esto...

Acomodó uno de sus largos mechones, con cariño, como si temeriera lastimarla con su tacto. Y sus ojos le hipnotizaron, ordenándole olvidar ese momento... ese claro y temeroso "te quiero".

Ella reaccionó, parpadeando rápidamente, pero estaba sola en su habitación, el viento que entraba por la ventana abierta acarició su rostro, se llevó la mano al cuello,a hí estaba guindado su collar de verbena, nuevamente en su lugar.

No había nadie más en esa habitación, ni lo había estado... al menos en sus recuerdos.