Como cuando quieres hacer feliz a Sayaka pero terminas escribiendo angst. Kuro, ¿por qué eres así? Basado en el capítulo 34 y posteriores del manga. **** —¿Piensas contármelo o voy a tener que seguir indagando hasta que lo descubra? Touko se sobresalta. Está recogiendo un libro para guardarlo en la estantería y termina apretándolo contra su pecho. Sayaka tiene los brazos cruzados, la espalda apoyada contra la pared de la sala del consejo. En su expresión hay cierta condescendencia, seriedad y tristeza, una mezcla de sentimientos contradictorios. Pero no sonríe. No hay la más mínima curvatura en sus labios. —Has estado actuando rara últimamente—prosigue ante la pregunta muda, procurando mantener un tono neutral—. Estás distante, reconcentrada en ti misma y más diligente y trabajadora de lo normal. No puedes engañar a todos, Touko. ¿Qué ha pasado? No... eso no. Por favor no. Todo menos eso. Touko aprieta el libro con fuerza. Le está dando la espalda pero se pregunta por qué Sayaka es tan perceptiva. O quizás ni siquiera es perceptiva y solo la conoce demasiado. Puede que sea más eso. Pero la situación no es la adecuada para ser preceptiva. Se ha pasado la última semana tratando de ignorarlo por todos los medios, de mantener su mente ocupada. Hablar con ella se hace difícil y la distancia desde ese día fatídico sólo se amplia más y más. Y no sabe qué hacer. O qué decir. Por no saber no sabe nada. Sayaka es su amiga y está preocupada por ella. Eso es lo que sabe. Que siempre ha tenido ese instinto protector, que desea cuidarla como si fuese Bambi. Y lo último que Touko quiere es preocuparla. Aparta la mirada apretando los labios en una mueca culpable. ¿Cómo hablar de algo que la asusta tanto? ¿Cómo sincerarse cuando siente que si lo hace su corazón se partirá en dos? Ella, que está tan acostumbrada a aparentar ser perfecta. "Yuu se me confesó" Eso es lo que desea decir. Eso es lo que pugna por escapar de sus labios. Las palabras la arañan la garganta, arrastrándose, buscando una salida... Pero no salen. No pueden hacerlo. Ni ella misma logra comprender del todo el sentimiento. Ese sentimiento asfixiante que le oprime el pecho como si pretendiese romperlo. De modo que agacha la mirada renuente a responder. —Sayaka... Y Sayaka fija en ella sus ojos. La mira con seriedad, ceñuda, porque le preocupa genuinamente. Porque haría todo lo que estuviera en su mano si pudiera hacerla sentir mejor. Quizás podría abrazarla, rodearla con sus brazos con fuerza y... ¿y luego qué? Touko solo es así de cercana con Yuu. Y ella siempre prefirió guardar las distancias. Su gesto se suaviza, se reblandece y termina apartando la mirada también al darse cuenta de que no va a contarle nada. De que hay un muro infranqueable entre ellas. Y aunque duele, una sonrisa se le dibuja en los labios. Una sonrisa amarga. —Touko—dice. En un tono bajo. En un tono que parece gritar "Desearía que confiaras en mí lo suficiente para contarme tus problemas, pero no voy a presionarte si no quieres" Y duele aunque no quiera. Especialmente porque sabe que tiene que ver con Yuu. El silencio se extiende y cae pesado sobre ellas como una losa. Es incómodo. Y ninguna sabe bien que decir. Hasta que Sayaka decide que ya ha hecho bastante la tonta. Suspira y se aparta de la pared. —Cierra con llave cuando termines—y se encamina a la puerta. Pero aprieta los labios y lucha porque la presión de su pecho no se resuelva en lágrimas de rabia. Y entonces es como si Touko dejase caer una bomba. —Yuu se me confesó. Se le abren los ojos. Enormes. Es como una flecha directa a su corazón. "¿Eh?" Se voltea rápidamente y la mira. Touko se está abrazando a sí misma. Ha dejado el libro en la mesa y se sosteniene el brazo con la mano contraria, retraída. Creando un cinturón que la aleja de la vulnerabilidad que siente. Es como una niña perdida. —Me dijo que estaba enamorada de mí. Y no supe qué responderle. No pensé que...—se muerde el labio, sus ojos se mueven de un lado a otro, inquietos, temerosos—. Nunca pensé que ella me amaría. Estaba segura de que Yuu nunca se enamoraría de mí. "Fui egoísta" Se abraza aún más. Desesperada por sentir un mínimo de consuelo cuando se siente tan y vacía y rota. Y la echa de menos. La echa tanto de menos que quema. Y su voz se quiebra inevitablemente. Se rompe en pedazos. >>No sé que hacer Sayaka—musita— Todo es tan extraño ahora entre nosotras... ¿debería decirle que aún la amo? ¿Debería decirle que no quise rechazarla? Todo este tiempo me aproveché de ella. Tengo miedo. Me aterra que termine odiándome. >>¡Si Yuu me odiase yo...! Se ve forzada a callar cuando siente unos brazos rodearla. Estrecharla con fuerza. Con tanta que su espalda termina golpeando la mesa. Y de pronto siente calor genuino contra su cuerpo. Y solo la abraza. Touko está tan sorprendida que por un momento deja de llorar y solo alcanza a musitar un bajo "¿S-Sayaka?" completamente desconcertada y sorprendida, pero Sayaka no responde. Y con sinceridad probablemente no lo haga. No quiere soltarla. Egoístamente una vocecita en su cabeza desea quedarse así con ella para siempre. Solo abrazándola. ¿Aprovechar ese momento de vulnerabilidad para sentirla cerca es correcto? ¿Está bien? No lo sabe. Pero tampoco le importa. Es un consuelo vano. Como si tratara desesperadamente de mantenerla a su lado a pesar de que es más que consciente de sus sentimientos. De que Touko no la ama a ella. Aunque su corazón también parece quebrarse piensa que no hay mejor momento que ese para ser sincera. Quiere decírselo con todas sus fuerzas. Las palabras se le atoran en la garganta. —Touko yo... "También te amo". Quiere decirlo. Quiere gritarlo. Es un intento desesperado por mantenerla a su lado. No hay nada que desee más en el mundo. Porque siempre estuvo con ella. Porque nadie la entiende mejor que Sayaka Saeki. Sus palabras mueren en sus labios. No puede. No puede hacerlo. Eso solo sería contraproducente en su situación. De modo que se limita a abrazarla, sosteniendo su cuerpo entre sus brazos. Termina hundiendo los dedos en su espalda, en el uniforme. —Tranquila. Resiste el impulso de acariciarla. De deslizar sus dedos por su espalda. —Todo estará bien. Estoy segura de que Yuu jamás te odiaría—dice. Touko quiere creer sus palabras. Genuinamente quiere crearlas. Sayaka no la suelta hasta que sus lágrimas cesan. Y probablemente todo vaya a estar bien... aunque ella no lo esté. Aunque su corazón duela. —... Tranquila.
