Dulce Traición [ItaHina]

Dulce Traición [ItaHina]

Hola antes que nada quiero decirles que este es un desafío y yo gustosamente lo colocaré como una petición.

Prólogo.​

¿Un corazón tan puro se puede corroer? La respuesta a la pregunta es si, aquellas dos almas completamente ignoraban que se conocían y pronto acabarían con dolor en sus almas pero valía la pena intentarlo para amarse.

Una joven de gran rango social, de bellos ojos color perla, rostro opalino y un largo cabello color azul y negro combinándose así mismos los colores, de diecisiete años de edad a tan corta edad había conseguido su felicidad y reconocimiento en la aldea.

Nombre: Hyuuga Hinata
Edad: 17 años
País: El fuego, Konoha
Expediente: Una medí- ninja excelente.

Un joven renegado de piel bronceada, ojos negros como el espacio desolado, a veces rojos como la sangre, cabello azabache y es buscado por la autoridad. Un joven de 22 años de edad, trabaja secretamente para su aldea Konoha en contra de Akatsuki. Asesino del Clan Uchiha.

Nombre: Uchiha Itachi
Edad: 22 años
País: El fuego, renegado de Konoha
Expediente: Asesino de su propio clan, buscado por las autoridades (ANBU) y Tsunade la Hokage de Konoha.

¿Aquellas dos almas tan opuestas podrán estar juntas por siempre? Mediante algún intento tal vez... eso lo desconocemos todos a su vez.

Pero algo es cierto el infierno habita en cada uno de los corazones humanos... al igual que el paraíso esto se conoce como “humanidad” Dos individuos con esas características pasaran a ser alguien cuyo corazón este ligado al otro profundamente. Amarse por la eternidad a pesar de que ella es una mujer de bien y honorable al igual que respetada finalmente por su familia.

El un asesino rango “S” dejara todo para estar con el amor de su vida, y matara seguramente a aquel que quiera interponerse entre su amor con ella. La mujer de sus ojos.

“Hyuuga Hinata.”

Dos corazones corroídos por el amor que pronto se comenzara a brotar de un bello botón de Lilas. Ella una mujer comprometida lo dejara todo para estar con aquel renegado de su aldea.

 

Re: Dulce Traición [ItaHina]

Disculpen mi tardanza espero que el primer capítulo sea de su agrado.

Capítulo 1. Compromiso.


¿Acaso aquel día no podía ser más perfecto para la joven Hyuuga? ¡Oh, claro que sí!. Bajaba lentamente las escaleras luciendo un bonito kimono de “lilas” una de sus flores favoritas, la yukata era más clara para poder lucir el contorno de la bella chica, en su cara se mostraba un lindo color rosa que la hacía lucir tan tierna y espléndida.

Abajo un apuesto rubio la esperaba en el mismo tono, su cara felina era adornada por un rosa pálido y este llevaba la ropa que alguna vez había sido de su padre. El cuarto Hokage uno de los más honorables ninjas de aquel tiempo atrás.

-Naruto-kun— hablo la Hyuuga mientras llegaba hasta él ultimo escalón y tomaba la mano del rubio quisquilloso, mientras ambos se perdían en sus miradas tan llenas de amor.

-Hinata-chan por fin vamos a casarnos— amplio en la cara de Uzumaki una gran sonrisa que le regalo a la mujer de sus sueños. Estaba completamente seguro que Hinata sentía lo mismo que él en esos momentos.

-A sí es Naruto-kun, te quiero tanto— entre balbuceos los miro el gran señor de aquella poderosa y respetada familia de Konoha.

-Vamos al salón principal tu abuelo nos espera Hinata— echo una ultima mirada a su hija mayor, en parte le desagradaba que la heredera del Clan Hyuuga se fuese a casar con alguien como Naruto.

-H-hai padre— bajo la mirada en posición de respeto y la parejita camino hasta la sala donde todos los miembros de Hyuuga estaban, desde los Bouke a los Souke que los miraban indiferentemente, en especial Neji desde que el rubio había hablado con el Hinata se había vuelto para el cómo una hermana menor que tenia que proteger en cualquier momento.

La cena o reunión comenzó tranquilamente entre risas y felicidad, para todos en especial Hinata que llevaba años enamorada de ese rubio hiperactivo y por fin podría estar a su lado el resto de su vida

+++***+++*** Pov. Hinata ***+++***+++***+++

Al fin conseguí lo que siempre soñé, estar al lado de mi amado Naruto-kun y el reconocimiento de mi padre y la familia. En estos últimos meses me he vuelto una chica más fuerte pero no por eso se me va a quitar la manía de desmayarme a la cercanía de Naruto, en verdad lo amo.

Pero pareciese que a mi familia no le agrada mucho la idea de que yo vaya por fin a unir mi vida con el hombre que amo. Cuando confesé mis sentimientos hacía él... pensaba que el mundo se me caería encima.

Yo té amo Naruto-kun y ese es el legado de mí corazón.

+++***+++*** Fin Pov. Hinata *** +++***+++***+++

Mientras tanto aquella cena se efectuaba tranquilamente entre pequeñas caricias de los amantes. Claramente no pasaban de pequeños besos, abrazos y una que otra palabra dulce pues Hiashi no estaba de acuerdo con el compromiso de su hija.

-Señor Hyuuga quiero pediros la mano de su hija Hinata— dijo el rubio muy sonriente mientras tomaba la mano de la Hyuuga y esta solamente se delimitaba a sonreír.

-Tienes mi permiso Uzumaki Naruto— tal y como en el ensayo de hacía dos semanas para pedir la mano de Hinata. Claramente mientras el joven rubio ponía delicadamente la sortija en el dedo anular de la chica esta simplemente aguantaba las lagrimas de felicidad que tenía al ser por fin correspondida por el rubio que tanto amaba.

Todos festejaban levemente a excepción de Neji que no quería nada que ver con ese compromiso que pronto se había forjado, no estaba de acuerdo con la decisión de su prima era la primera vez que estaba de acuerdo con su tío, no le agradaba para nada la idea de que la chica de mirada perlada se casase.

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La noche había llegado y la cena por fin había acabado. Hinata se encontraba en esos momentos escribiendo gustosamente en su diario, debajo del kimono que lucía estaba su ropa de ninja por cualquier cosa que se presentase.

Querido diario:

De cierta manera me encuentro muy feliz, por fin voy a casarme con Naruto-kun me pongo tan contenta. Pero aun no entiendo la actitud de Kiba-kun y Neji nii-san, estos días han estado demasiado huraños conmigo.

¿Por qué será? La verdad no lo entiendo... aunque de cierta manera siento que algo estoy traicionando pues tampoco mi padre me felicito del todo por casarme ¿Acaso es que nadie quiere que yo sea feliz? Sin embargo jamás voy a poder olvidar mi primer beso con Naruto-kun...

¡Es verdad! Mañana tengo que alistarme para mi primera misión como medí-ninja, pues según el informe de Tsunade-sama mañana llegaran los lesionados de la batalla con Orochimaru... como lo fue Kakashi-sensei y Kurenai-sensei.

Bueno aun así fue un día feliz para mí. Nos veremos mañana.

A sí la joven Hyuuga se quedó profundamente dormida a lado de su diario color “lila”

-Lilas— balbuceo antes de quedarse profundamente dormida.

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-¡Corran no tenemos tiempo!— exclamaba un ANBU tras una persona más buscada en todo el país del fuego, a pesar de tener heridas graves este podía escapar fácilmente de estos.

-¡Baya estúpidos no me alcanzaran!— río frenéticamente y echo a correr con más velocidad de la que se podía ver.

-¡Te atrapamos!— esos ojos color rojo como la sangre se abrieron al máximo al ver que pronto lo tenían acorralado con campo de chakra que corría por las manos de los enmascarados, pronto sintió que sus ojos se cerraban con pesadez y veía todo borroso.

-Malditos seas— susurro el atrapado mientras perdía por completo el conocimiento de todo y de todos.

-¡Lo tenemos Tsunade-sama!— el escuadrón de cinco ANBU llevaban consigo aquel cuerpo inconsciente a la aldea para que la Hokage diera una sentencia la más segura y probable era la “muerte asegurada”

Al llegar al barrio Uchiha la rubia Tsunade mando a llamar a sus mejores medí-ninjas entre ellas Ino y Hinata junto a Neji y Sai que seguramente sabrían como tratar con esto. Quitaron la gran capa negra del cuerpo de este y el sombrero para comprobar que en realidad era él autentico asesino de Konoha, por fin lo tenían bajo sus manos era hora de la muerte para ese asesino rango “S”.

-¡Shizune quiero de inmediato aquí a Naruto, Sakura, Hinata, Ino, Neji y Sai, ahora!—exclamó la rubia a pesar de que el moreno que tenía reposando en los barrios desolados Uchiha no lo podía dejar morir; era de gran utilidad pues cada semana había un reporte de lo que hacía Akatsuki en contra de la aldea.

-¡Hai Tsunade-sama!— la morena salió corriendo en busca de los nombrados si la Hokage estaba tan agitada como para llamar a los mejores medí-ninja era seguramente de suma importancia.

Después de unos cinco minutos de espera, llegaron los nombrados la mansión de los Uchiha estaba cubierto por una kenkai lo bastante fuerte para que cualquier ninja entrara. Los ANBU que se encontraban custodiando dicho campo de fuerza examinaron a los seis ninjas para dejarles entrar, se miraron confusos ¿Acaso Sasuke había vuelto? Se pregunto la pelirrosa con la ilusión de por fin poder estar con el amor de su vida.

Entraron y observaron a pesar de que la casa llevase diecisiete años desabitada seguía siendo lujosa pero lo que faltaba era una remodelación y limpieza. En todas partes estaba el símbolo de aquella poderosa familia, Hinata aunque no supiera la razón se sentía ansiosa de ver a la persona que estaba habitando el lugar.

-¡Abuela Tsunade!— exclamó el rubio ganándose una mirada asesina de la rubia --¿Por qué nos despiertas tan tarde?-– pregunto aun así el hiperactivo Naruto traía su gorrito para dormir.

-Es de suma importancia que les comente esto— dijo seria mientras observaba a todos los presentes en especial a Hinata.

-Por favor Tsunade-sama díganos de que sé trata— afirmo Neji seriamente pero viendo a través de los ojos de la rubia la preocupación que seguramente esto traía.

-Uchiha Itachi esta aquí— los miro a todos y los presentes estaban más sorprendidos que nada. ¿Qué pasaría si Sasuke se enterase de que su hermano esta casi invalido en Konoha?. Claramente aprovecharía la incapacidad del Akatsuki para poder matarlo.

-¿Y qué quiere que hagamos?— pregunta secamente Sai que en ningún momento despego su mirada del cuadernillo donde se encontraba haciendo un boceto de Hinata todo el tiempo.

-Ustedes son mis mejores medí-ninja quiero que mantengan a los habitantes de Konoha lejos de esta Kenkai— miró a Naruto que no le cayo nada bien --¡Hinata!— a nombrada se asusto por el tono de voz de la rubia.

-¿S-sí Tsunade-sama?— pregunta tímidamente al ver a su sensei tan seria como nunca antes la había visto.

-Quiero que tu te encargues de curar los puntos vitales del Uchiha... para eso solamente tu puedes hacerlo si no el— bajo la mirada para después continuar – si no es curado él puede morir en cuestión de días— todos miraron sorprendidos.

-¡¿POR QUÉ NO PUEDE HACERLO Neji, ABUELA?!— exclamo Naruto molesto pues le quitarían a la chica de sus brazos.

-Simple... — lo miro molesta pues tenía que aceptar el trabajo – Hinata es la única que puede curar sus puntos vitales pues su Byakuugan es más avanzado que el de Neji simplemente por eso. También Neji no sería de mucha ayuda pues no conoce del todo el cuerpo humano— el mencionado solo asintió, no le causaba problemas solamente que le preocupaba su prima. Tendría que estar ahí sola con el asesino y peor aun en algún momento podría matarla.

-¿Esta segura de esto Hinata-sama?— pregunta Neji esperando a que su prima le diera la negación y así regresaran a casa tranquilamente.

-S-si Neji nii-san q-quiero h-hacerlo — miro sonrojada a Naruto y este le miraba molesto pues eso era injusto.

-¡Hinata-chan no lo hagas!— lloriqueaba el rubio mientras que la Hyuuga reía tímidamente.

-Bien... entonces comienzas ahora Hinata— afirmo Tsunade – Los únicos que pueden entrar en la Kenkai son Neji y Hinata— finalizo la rubia y se retiro dejándoles ordenes a los ANBU.

-Hinata-sama yo... — estaba algo cansado y a la mañana siguiente tenía misión en Suna, la aldea de Gaara, Temari y Kankuro.

-Esta bien Neji nii-san y-yo m-me ocuparé— dijo sonrojada la joven mientras se dirigía para comenzar su trabajo.

-Arigato— dijo el castaño para poder dejar a su prima en las manos de ese asesino seguramente a la mañana la chica ya no querría acercarse ni siquiera a ese lugar-

Continuara........

 

Re: Dulce Traición [ItaHina]

Aquí el segundo capítulo espero que les guste :)

:rosa:Capítulo 2. Ofensas.:rosa:


El trabajo de la joven había comenzado, estaba sola en esa oscura casa pues no había electricidad. De cierta manera la oscuridad la aterraba, pero no por eso iba a salir corriendo del lugar.

Camino hasta la habitación del moreno, observándole detenidamente. A pesar de sé hombre tenía facciones muy finas, su cabello fue lo que más le llamo la atención, este estaba atado en una coleta. Miró la capa ahí en el sofá completamente rasgada y llena de sangre; no le gustaba eso pero tendría que deshacerse de ella.

-Uchiha-sama... no entiendo que hace aquí—terminó para ir a tirar esa prenda, cuando ella estaba sola no era del todo tímida y no le costaba trabajo hablar normalmente. Su problema siempre había sido el desprecio de sus superiores y familiares por eso era ella de esa manera. Tan tímida, avergonzada, con todo se creía débil aunque a veces si lo demostrara. Siguió su camino para encontrarse con la cocina, llena de polvo y algunos trastes rojos.

De repente sintió un dolor en el corazón al ver la sangre seca, a pesar de que la masacre había sido hacía cuando Sasuke solo tenía ocho años. Miró la sangre ahí seca, de alguna manera ese color le recordaba las rosas que su madre había utilizado antes de morir, sus ojos se aguaron pero no tenía tiempo de llorar. ¡Su corazón se saldría o le daría un infarto!. El poseedor del Sharingan se encontraba dando desgarradores gritos de dolor.

Entro corriendo a la habitación para mirarle se estaba retorciendo en aquella gran cama. Veía como de las heridas se abrían de nueva cuenta, causando más dolor en el gran Akatsuki. No aguantaba ver a ninguna persona sufrir, siempre otros estaba su felicidad antes que la suya misma. Se acercó avergonzada y miedosa para levantar la redecilla que traía.

-Byakuugan—dijo a lo bajó para comenzar su trabajo, le dolía ver que tan desgarrada estaba la red de chakra de ese asesino, cada parte de los músculos más internos estaba desgarrado al mismo tiempo que gran cantidad de energía salía de ellos.

-¡¿Piensas quedarte ahí o me vas a matar?!—grita desesperado el dolor era mucho, tenía que soltarse y matar a la joven que seguramente estaba para “exterminarlo” ¡Claro que no permitiría que lo mataran, él lo haría antes!

-P-por f-favor no s-se mueva—la joven Hyuuga veía aterrorizada como el Akatsuki se comenzaba a librar de las cuerdas de chakra proporcionadas por Tsunade antes de salir de la casa.

-¡Cómo no quieres que me mueva! ¡Tú no te estás muriendo poco a poco!—gritó de nueva cuenta y sintió como sus músculos estaban por estallar. Se calmó un poco el dolor, mientras veía que la joven se dedicaba a pasar sus manos tan tersas por su opalina piel... de los dedos de la joven heredera salía una lucecilla color “lila”

Sentía el moreno como una energía ajena a la suya, se introducía lentamente en sus músculos calmando un poco aquel infernal dolor. Estaba sintiendo las consecuencias de utilizar al máximo su Sharingan, estaba molesto por no poder llegar más lejos. ¡Hasta Sasuke podía controlar a la perfección la gran serpiente de Orochimaru con su Sharingan! Eso le molestaba...

-E-esto c-calmara un p-poco el d-dolor—anunció la chica sacándolo de sus pensamientos. Ese tartamudeo le comenzaba a molestar y eso que apenas había escuchado decirle unas cuantas palabras.

-Hmp—se recostó de nueva cuenta en la cama, sus brazos y piernas estaban atados por esa energía poderosa. No le quedaba de otra, estaba débil y no podría hacer mucho por escapar. Además esa chiquilla se veía lo suficientemente débil.

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El joven kitsune se encontraba ahí afuera esperando a Hinata, seguramente ella terminaría rápido. No le agradaba la idea de que ella fuera la única en entrar a curar a ese asesino, no le daba buena espina ese presentimiento.

-Hinata... es “mía”—sonó algo posesivo pero eso era verdad, como lo era en la época Sengoku, los demonios marcaban a sus hembras como signo de que ellas les pertenecía y los humanos se daban un anillo dando a entender lo mismo.

Espero y espero, más la presencia de la Hyuuga no se daba a la vista toda la noche se la pasó ahí dentro con ese asesino. Sus ojos azules pesaban a pesar de ser muy hiperactivo, su carácter podría llegar a ser rechazado por momentos. Estaba seguro que él estaría seguro como Sasuke o peor que él si se llegase a enojar.

-Teme—recordó a su amigo-rival, aunque le doliera le hecho de que no estaba ahí se sentía traicionado por el moreno Uchiha—Eres un tramposo—terminó y sus párpados se sentían pesados...

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Hinata había estado cuidando del moreno toda la noche, estaba exhausta pero su bondad era tan grande que no podía dejarle ahí solo. Toda la noche quejándose por repentinos ataque e insultos que este le propinaba. Era algo exasperante, para suerte que ella tenía muchísima paciencia.

Lo observo durmiendo... se veía tan tranquilo, no tenía la pinta de ser un poderoso asesino categoría “S”. La fachada que tenía era la de un joven común y corriente. Su cara no mostraba ese odio que siempre estaba presente en sus ojos, tan tranquilo.

-Lilas—escuchó salir de la boca de este entre sueños. Lo miró curiosamente y se acerco a verle –Lilas—escuchó que lo repetía de nuevo.

-¿Lilas?—se preguntó a pesar de eso, ¿Acaso a ese asesino le gustaban esas bellas flores? “Lilas”...

Se acercó al joven para verle de cerca, mientras cambiaba los paños húmedos pues a pesar del insoportable dolor que este estaba sintiendo también tenía un poco de fiebre. Baya que era descuidado con su salud. La noche era fresca... y los árboles de las Sakuras comenzaban a florecer pues pronto llegaría el verano. Sus perlados ojos le pesaban, ese día había estado demasiado ajetreado.

Primero había tenido que ir a entrenar con Kurenai y sus compañeros, después había llegado a entrenar con Neji, al rato se había metido a tomar una ducha para la reunión del compromiso y la comida de la misma. Para acabarla de moler, esta tenía que encargarse del Uchiha mayor.

Sus manos pesaban al igual que todo su cuerpo, sentía sus ojos tierrosos e hinchados. Sin que ella lo quisiese poco a poco su cuerpo descendió al pecho del Akatsuki, cerrando sus ojos al sentir algo acolchado y tibio.

A la mañana siguiente, Itachi había despertado primero al sentir un extraño peso encima suyo además de un pequeño dolor en las heridas que traía, vio una larga cabellera negra azulada y el aroma que desprendía la joven de su cuerpo. Escuchaba los largos suspiros satisfactorios de la joven. ¿Qué estaría soñando? Pues en su rostro se asomaba una dulce sonrisa, frunció el seño y la movió un poco para despertarla.

-Niña... muévete—habló fríamente y espero a que la chica se levantara.

-No q-quiero m-mamá, unos c-cinco minutos m-más—sin que ella supiese lo que estrechaba entre sus brazos lo hizo más fuerte, mientras que Itachi veía y sentía todo lo que la joven hacía.

-Niña... —volvió a llamar pero esta vez, prefirió no haber hablado ni movido su entre pierna. ¿Qué estaba soñando?... Sin que él lo quisiese su rostro se sonrojo demasiado y trago fuertemente saliva, la joven se encontraba apretando su miembro con mucha emoción.


-N-no H-Hanabi, e-es mío—escuchaba decirla entre murmullos pero esta apretaba más fuerte... En un rápido movimiento ella abrió los ojos lentamente. En ningún momento había soltado ni quitado la mano de “ahí”. Esa zona tan secreta o al mismo tiempo intima.

-¿Puedes quitar la mano de ahí?—pregunta fríamente pero a la vez sonrojado.

-KYAAAA ¡LO SIENTO N-NO E-ERA M-MÍ INTENCIÓN!—se levantó frenéticamente moviendo sus manos de derecha a izquierda. Su rostro estaba completamente rojo, como aquella vez que Naruto apareció de la nada quedando cara a cara con ella. Mientras Shino y Kiba veían molestos al Uzumaki por sorprender de esa manera a la Hyuuga.

-Hmp—no quiso decir nada más, solo volteo la mirada hacía la ventana que era cubierta por una vieja cortina, tenía esta algunos agujeros que dejaban pasar la luz del sol. La alfombra del cuarto seguía estando en buen estado solo muy sucia, había que barrerla.

-G-gomen, y-ya le t-traigo s-su desayuno—afirmó la joven mientras salía de la habitación a toda prisa, ¡Era vergonzoso! Que pena había pasado el también seguramente. ¡¡Tenía su mano en su miembro!!. Su cara era un dilema de colores mientras llegaba a la cocina. Para su mala suerte no había nada de alimento.

No le preocupo mucho el estado del Uchiha pues parecía que se estaba recuperando rápidamente, entonces decidió salir a comprar los alimentos, unas cobijas y unos limpiadores; así como traería consigo algunas escobas y trapos para limpiar ese lugar. El tan solo estar ahí sentía esas presencias de soledad y angustia.

----------++++------- Pov. Hinata---------+++---------​

¡Qué pena! ¿Por qué a mí? Siempre me pasan a mí esas cosas tan “horribles”... Naruto-kun... lo siento mucho... yo no quería. Es que estaba soñando con una pequeña pelea que tenía con Hanabi por “Teddy”.

Pobre Uchiha-san ¡Qué vergüenza! Mi mano estaba ahí... que horror, que pena, quiero morirme. ¡POR FAVOR KAMI-SAMA LLEVAME AHORA! Quiero morir.

Aun así, Uchiha-sama ni siquiera me miró con interés y de cierta manera es doloroso por que siempre Ino-chan me dijo que si llegaba a pasar algo así no me los quitaría de encima. Bueno menos mal... por que tengo que concentrarme en mí boda con Naruto-kun. ¡Qué emoción, me voy a casar con él en cinco semanas! En fin será mejor olvidarme de eso y salir a comprar el almuerzo...

Salgo tranquilamente hacía el patio del barrio Uchiha, solo veo como la Kenkai no deja entrar del todo el aire pero si lo permite y también observo a los ANBU que han estado cuidando el campo toda la noche.

Voy rápidamente al mercado para traer todo lo que me falta para arreglar un poco el lugar.

-------------+++-------- Fin Pov. Hinata ------------+++-------------​

La joven Hyuuga ni cuenta se había dado de que Naruto la había esperado toda la noche ahí recargado junto a un bote de basura durmiendo esperando a que la joven saliera para llevarla a su casa. Para esa hora seguramente Neji ya se había marchado a la misión en Suna pues eran las diez.

Apresuró el paso para llegar lo más pronto posible al barrio Uchiha, comprando primero los víveres y otras cosas más para poder acomodar ese lugar. Compró todo lo necesario y regreso corriendo a la casa. Al entrar sintió todo tranquilamente a excepción de que el Uchiha le dio un horrible susto.

-¡Sácame de aquí!- exclamó y coloco un kunai en su terso cuello, mientras que ella tiraba las bolsas al suelo.

-O-onegai, n-no me h-hagas daño—pedía la joven entre pequeños sollozos. Que rápido había pasado su vida.

-¡Vamos sácame de aquí!—exclamó una vez más, apretando un poco el kunai en su cuello causando un pequeño pinchón haciendo que poca sangre comenzara a salir; ella gimió por el dolor pero aun seguía ahí inmóvil.

-P-por f-favor—suplicaba pero el kunai cayo al suelo y vio al Uchiha nuevamente retorciéndose de dolor. Aquel dolor causado por el Sharingan lo estaba volviendo completamente loco. Cayo recargado en los brazos de la joven que lo miró con horror al escuchar las quejas.

Demasiada energía emanaba del cuerpo del moreno, mientras ella con sus manos recorría el cuerpo de este sin despegarlo de encima suyo, su Byakuugan estaba activado observando, detenidamente como aquellos tejidos por más lastimados que estuviesen se recuperaban poco a poco. El cansancio fue más que las fuerzas del moreno aun así la chica tenía que llevarlo hasta su habitación. Estaba demasiado pesado.

-¡¡HINA-CHAN!!—vio la joven Hyuuga como el rubio había entrado a la kenkai, junto a Tsunade, Ino, Sakura, y Sai. En especial a Naruto no le gusto ver aquello.

El Uchiha en el cuello de la joven, ella abrazado a él. La cara roja de Hinata y sin quererlo las manos del moreno en su cintura, a pesar de que este estuviera desmayado, daba mala impresión.

-Naruto-kun—estaba sorprendida y sobre todo avergonzada.

-Hinata—bajó la mirada adolorido, mientras salía de la casa.

Continuara...............

 

Re: Dulce Traición [ItaHina]

Hola perdonenmé la tardanza espero que la conti les guste.

:Bye:

Capítulo 3. Infiltrados.

Tempranamente la Hyuuga hacía su trabajo con el cuerpo del Uchiha, sin embargo las cosas no habían quedado muy bien el día anterior con Naruto, de cierta manera el rubio por así tenía derecho de ponerse “celoso”.

Las diez de la mañana y había llorado por la pequeña pelea que tuvo con Uzumaki... sinceramente era algo inevitable pues las parejas quisieran o no, casi siempre tienen una pequeña discusión.

“No fue culpa de nadie Naruto-kun, solamente que... que... Uchiha-sama se desmayo. No era para que te pusieras de esa manera”

Tan metida estaba en sus pensamientos que no se había dado cuenta de que él, la estaba mirando detenidamente. Desde hacía unos cinco minutos estaba observando como de los perlados ojos de la joven estaban hinchados y de estos salían incontrolables lágrimas. A tan pocas horas de la mañana ya lo estaba fastidiando con sus sollozos en silencio.

-¿Té puedes callar?—pregunta algo molesto, mientras ella se sorprende al ver la cara del moreno con el seño fruncido.

-L-lo s-siento—bajó la mirada, mientras seguía curando los canales de charka del Uchiha. Teniendo en cuenta que el día anterior pues... siempre recordaba la pequeña pelea con Naruto.

Al terminar salió de la habitación, lista para hacer el desayuno. Agradecía que no tenía que salir a comprar nada y descuidar al joven, pero de cierta manera tenía ganas de ir corriendo para ir a ver al rubio que desde el día anterior se encontraba muy dolido. Fue poco el desayuno pero preparaba exquisito la Hyuuga, tenía el sazón de su madre desde que comenzó a cocinar para la misma familia. Claramente jamás espero ningún halago por parte de su padre pues este siempre era tan frío con ella.

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Naruto se encontraba en la oficina de la Hokage aun molesto por la escena que había presenciado el día anterior, aunque de cierta manera se encontraba culpable pues ni siquiera dejo a Hinata darle alguna explicación. Tampoco había visto el kunai que estaba ahí tirado junto a las bolsas de víveres.

-¡Naruto presta atención!—exclamó Tsunade desde su asiento, al lado de la rubia se encontraba Shizune tranquilamente haciendo unos documentos para llevar a Suna. Ahí serían acompañados de Neji y su equipo para terminar la misión con éxito.

-¿Qué quiere abuela?—mal error, Tsunade de un solo golpe lo mandó a volar dejándole un chichón en la cabeza y un ojo morado.

-Eres un inmaduro Naruto—dijo Sakura molesta pues desde hacía ya un rato la rubia le había estado hablando y este perdido en su nube.

-¡Déjame Sakura!- estaba molesto pero tendría que concentrarse para la misión, de cierta manera no se le hacía justo separarse de su amada.
-Bien... continuemos—suspiró y prosiguió con las instrucciones – Tienen que ir a dejar esto a Suna y ahí el equipo de Gai los estará esperando para que lleven estos siete pergaminos a Suna—termino la Godaime y les entregó toda la convocatoria que tenía el contenido de toda la misión.

Naruto aprovecharía ese día para poder pasarla con Hinata todo el día, para disfrutar su tiempo de “caridad juntos”. Seguramente estaba exagerando pero aquella odiosa misión duraría toda la semana casi hasta llegar el próximo lunes.

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La joven llevaba en una bandeja el pequeño desayuno para el moreno, para cualquier problema que se presentará en esos momentos ella había preferido desayunar mientras cocinaba para el moreno, comía y preparaba. A sí estuvo hasta que termino de cocinar. El pequeño desayuno consistía en un fresco baso de jugo de naranja, un poco de pan tostado con una ensalada al lado y un pequeña porción de arroz con un poco de sushi.

-Etto... Uchiha-sama s-su d-desayuno esta l-listo—se acercó para darle de comer pues el mencionado tenía las manos y pies atados a la gran cama.

No dijo nada, solamente se concentró en comer tranquilamente, probo primero la bebida y admitía que no sabía mal dulce y ácida al mismo tiempo. Probó todo y de verdad le había gustado la comida de la joven.

-Arigatou—se volteó hacia otra dirección evitando el contacto de miradas con la Hyuuga, no estaba de humor para hablar con esa “tartamuda inútil” él había decidido llamarla de esa manera.

-U-Uchiha-sama es h-hora de seguir con la c-curación—se sinceró y se acercó poco a poco para levantar la redecilla del pelinegro, aun le daba demasiada vergüenza hacer todas esas cosas y eso que apenas, había comenzado su misión hacía dos días atrás.

“En cualquier momento se abalanzará sobre mí” Pensó cansadamente pues casi siempre era el mismo cuento. Bueno Konan era la excepción aquella chica de cabello azul solamente se dedicaba a cumplir misiones, curar y matar por eso no se preocupaba.

Unos ninja de capas negras con nubes roja tono sangre, se encontraban viendo desde cierta distancia para no ser detectados en donde se encontraba el Uchiha, Deidara como siempre con Tobi estaba sacando conclusiones. Los de la organización los había nombrado “los idiotas unidos” pues siempre estaban diciendo incoherencias, y otras cosas estúpidas.

-¿Por qué no sale de ese estúpido lugar?—pregunta un hombre de piel azulina, con tres marcas en sus mejillas dando a entender que eran agallas y dientes de tiburón.

-No lo sé Kisame, a lo mejor Itachi tiene sus razones—habló el líder guturalmente haciendo la orden de regresar, tenían mejores cosas que hacer que estar cuidando del morocho. Tenían que seguir con la persecución de algún Bijuu que encontraran interesante.

La joven Hyuuga estaba por terminar su labor de curar al moreno Uchiha, de todas maneras era la mejor medí-ninja en la aldea después de Sakura y la Hokage así que de cierta manera no había de que preocuparse, de sus dedos salía esa energía color “lila” y se esparcía por el pecho de Itachi, más este sentía como aquella invasora lo curaba poco a poco.

Casi no sentía el dolor en sus músculos, tampoco el dolor en sus redes de chakra, se sentía por así decirlo bien. Pasó sus ojos a través de Hinata, mirándola con lentitud viendo las pesadas ropas que la chicha llevaba ¿De qué se ocultaba?. No dudaba que tenía cara bonita pero ¿Acaso ella era gorda? Se dibujo en su cara una sonrisa retorcida pero con burla.

Se aventuro a preguntar para comprobar sus sospechas, desde niño le había encantado molestar a las demás personas, en especial a su queridísimo “hermanito menor”.

-¿Se puede saber por qué usas esas ropas holgadas?—pregunta macabramente, en sus ojos color rojo se veía la maldad de su pregunta.

-Etto... yo... —la joven estaba completamente sonrojada, sus mejillas eran cubiertas por ese tono rosado leve pero que daba a entender que estaba apenada.

-¿Acaso tienes sobre peso?—estaba disfrutando molestarla, su cara se ponía roja como tomate, le encantaba ver tan apenadas y atemorizadas a las personas.

-¡Ie!—exclamó demasiado avergonzada, pues siempre era el mismo cuento de todos los días, la primera vez que habló con Naruto el kitsune le pregunto lo mismo.

-¿Entonces?—ella ya no quiso contestar a las palabras del morocho, se le hacía demasiada información para un asesino de categoría “S”. La tarde se veía tan lejana y a la vez tan lejos... quería ir a dormir a su casa pero no podía dejarlo solo.

La curación terminó y ella aprovechó para irse de la habitación, por el momento tendría que darle algo de mantenimiento a la casa si quería habitar ahí por ordenes de Tsunade, seguramente pronto la mandaría a vivir ahí hasta que el asesino estuviera recuperado.

Toc- toc

Estaba tan metida en sus pensamientos que no se dio cuenta de que uno del escuadrón del cuerpo ANBU estaba tocando la puerta desde hacía unos cinco minutos atrás. Ella abrió la puerta para encontrarse con aquel hombre de mascara de un neko pintado.

-¿P-pasa algo?—pregunta esta inseguramente mientras por atrás Itachi de nueva cuenta tiene empuñando una kunai. Se acercaba listo para deshacerse de la joven y escapar de ese insoportable lugar de una vez por todas.

-Vienen a verla Hinata-san—dijo el hombre para dejar ver la cara de un rubio hiperactivo que traía consigo unas ordenes de ramen para desayunar. Quería arreglar las cosas, pues no le gustaba ver la dulce cara de Hinata tan triste como se veía en esos momentos. Sus ojos demostraban toda la tristeza al verlo pero su boca daba a entender una sonrisa forzada.
-Etto... —su cara mostraba felicidad de estar con su prometido pero su corazón dolía pues habían tenido una discusión y eso que apenas llevaban no menos de dos días donde la ceremonia de compromiso se celebro.

Sintió como algo filoso estaba en su espalda a la altura de su pulmón izquierdo, se estremeció al sentir un aliento en su oreja. Pues aun no se alcanzaba a ver completamente el cuerpo de la Hyuuga pues solo había abierto la puerta a un cuarto. Y escucho esa ronca voz...

-Solo haz lo que te digo y no te mueres—esa voz tan amenazadora, la hizo estremecer de sobre manera y sintió como el moreno la tomo por la cintura.

-Hai—susurro solo para él, solamente para que él la escuchara.

-¡Hina-chan quiero arreglar las cosas! ¡Onegai!—suplicó el rubio, ella estaba sonrojada pero la rapidez de Naruto abrió por completo la puerta.

Se quería morir, ¿por qué siempre le pasaban esas cosas a ella? Siempre le tenían que ocurrir a la joven todas las desgracias que habitaban en el mundo. Para ser más sencillos y precisos la imagen estaba así:

• Itachi sosteniendo a la joven de la cintura con ambos brazos.
• Hinata sonrojada
• Naruto molesto, mientras tiraba la orden del delicioso ramen.
• Itachi lamiendo el cuello a la joven heredera.
• Un suspiro ahogado por parte de Hinata.
• Naruto abalanzándose sobre Itachi.
• Hinata defendiendo a Itachi de un fuerte y violento golpe del rubio.

Estaba satisfecho, aunque le encanto ver la cara de sufrimiento del kiuby que tanto estaba buscando su líder, la cara de Naruto mostraba dolor y decepción contra la chica que era su prometida. En parte le encanto ver toda la furia que Naruto había mostrado en sus bellas orbes azulinas.

Ella no sabía que hacer, tenía que darle la razón a alguien pero de cierta manera, no podía dejar que su amado rubio lastimara al Uchiha pues era una orden cuidar de el. Pero que descarado se había comportado, lamerle el cuello como si de una paleta helada se tratara.

¡Y sobre todo, reírse de lo cometido frente al rubio! Qué vergüenzas le tocaban pasar solamente a ella.

-Solo vengo a avisarte que tengo una misión y me voy a Suna—suspiro molesto, sobre todo dolido y eso que él, estaba dispuesto a arreglar las cosas antes de partir – La misión durara una semana—termino sin siquiera mirar a Hinata, sus orbes color perla estaban por inundarse de amargas lagrimas.

-Naruto-kun—llamó para que este detuviera su marcha y así lo hizo.

-No te preocupes Hinata—se escuchaba más serio de lo normal – De todas maneras té quedas en buena “compañía”—lo último lo recalco fuertemente mientras dirigía una mirada asesina a Itachi que solamente miraba hacía la ventana.

¡Qué cínico, como si no supiera lo que había hecho!. Salió de la casa Uchiha, su corazón dolía ¿Por qué se había convencido de que todo esto era un sueño? No lo era, era la realidad. Todo había sido miel sobre hojuelas los últimos seis meses pero ahora, con la llegada del asesino todo ese cariño se vino abajo.

Hinata sollozaba en silencio, no le importaba llorar frente al pelinegro. Estaba triste y enojada a la vez.

Continuó haciendo los deberes de esa casa para que se viera un poco confortable, entre el aseo lloraba con más intensidad.

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Estaba en la entrada de Konoha, su hogar que tanto amaba y respetaba le encantaba vivir ahí.

Su compañera la pelirrosada estaba observando las facciones tristes de su amigo, pareciera que había estado llorando durante un largo rato, pues su cara demostraba todo el sufrimiento. A decir verdad él no era bueno escondiendo sus sentimientos.

-¿Te encuentras bien Naruto?—pregunta Sakura esperando respuesta de su amigo, este solo pasó de largo para encaminarse unos pasos fuera de la villa.

-Bamonos... tenemos que llegar lo antes posible—terminó para perderse en el camino lo más rápido que podía, dejando muy atrás a Haruno y los demás.

“¿Por qué Hinata? ¿Por qué juegas conmigo? ¡Yo te amo maldita seas! Tenía que llegar él, para que actuaras como todas las mujeres... Sasuke siempre tuvo razón todas son iguales son infieles y fáciles”

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Había terminado de limpiar el lugar, era hora de preparar la cena, aun así no tenía ánimos para nada solamente pensar en Naruto le dolía el alma.

La cena se veía deliciosa estaba conformada por una crema instantánea de hongos, un poco de ensalada de atún, un poco de sushi y para acabar un poco de helado que había comprado. Tenía la manía de comer helado de frambuesa cuando estaba deprimida.

Calentaba en una tetera el agua para el té, sin embargo por estar distraída llorando se quemó el brazo con un poco de agua. Nada urgente o grave, solo una pequeña mancha rosada apareció en su brazo.

Aun así era algo escandalosa con las heridas, fue a la habitación del moreno que se hallaba durmiendo en esos momentos. Del pequeño cajón sacó un poco de pomada para las quemaduras.

-¿Qué estás haciendo?—se asustó y cayó encima del moreno... sus labios rozándose “descaradamente”. La cara de Hinata estaba completamente roja, pues su descuido había sido pisar una pequeña pelota que seguramente que a ellos les pertenecía en la infancia a esos hermanos.

-Etto...—hablaba sobre los labios de este, bueno el no dijo nada solamente sintió un choque eléctrico recorrerle la piel.

Continuara...................