One-shot Dulce navidad [Pokémon Rol Championship | Supportshipping]

Tema en 'Mesa de Fanfics' iniciado por Hygge, 24 Diciembre 2022.

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    Hygge

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    Título:
    Dulce navidad [Pokémon Rol Championship | Supportshipping]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1819
    No sé cuánto tiempo hace desde la última vez que subí algo, pero heme aquí Yugen <3

    No era en absoluto mi idea, ¿sabes? De hecho todo esto ha sido súper improvisado, pero sabes que adoro mimarte y consentirte, y no podía no hacerte algo por Navidad. Ya va a ser algo así como mi tradición personal, sí-.

    Sé que no son buenas fechas para ti, cielo. Sé, también, que no puedo ayudarte de forma activa, así que espero que esto te saque una sonrisa, y te haga algo más llevadero el dia. Con eso, la verdad, estaré más que satisfecha.

    I love you lots, bby. Disfruta este coso de nuestras niñas <3

    PD: Te queda aún otro regalisho pendiente, pero para ese, me temo, tendrás que esperar a mañana uvu

    PD2: No recordaba lo malísima que era para los títulos lpm-






    Dulce Navidad

    —Liz, ¿puedes ir más despacio? Vas a terminar por estrellarme contra el asfalto.

    —Tranquila, si te caes al menos lo harás conmigo.

    —¿Se supone que eso debe servirme de consuelo?

    La menor simplemente se rio. El manto níveo que cubría las calles de ciudad Témpera relucía bajo el influjo de las luces, confiriéndole un ambiente casi onírico que calzaba bastante bien con esas fechas. El olor a repostería recién hecha, a castañas asadas y el sonido del gentío atravesando la avenida abrumaron a Mimiko Honda durante un breve instante.

    Nunca comprendió lo que era valorar un sentido hasta ese preciso momento.

    —Todavía no me has dicho a dónde vamos —prosiguió. Su voz adquirió cierto tono condescendiente que no logró esconder—. Llevarse a alguien contra su voluntad y sin dar detalles podría considerarse un secuestro, ¿lo sabes, verdad?

    Llevó su mano vagamente hacia la venda negra que cubría sus ojos. Era… la primera vez que hacía algo como eso. Cruzar las calles siendo llevada por otra persona, a merced de las circunstancias, confiando ciegamente en que el otro no haría ninguna clase de locura en el proceso.

    Pero eso era parte de su relación, ¿cierto?

    Saltar de primera en primeras veces con ella.

    No podía ver, pero imaginaba lo llamativas que debían resultarles a ojos de otras personas una situación como esa. A veces lograban esquivar a aquellos que caminaban del lado contrario; otras veces, sin embargo, no tenían tanta suerte. Escucharon algunas quejas, algunos reproches en la distancia, pero terminaban estallando siempre en risas como toda respuesta. En ese instante le importaba entre poco y nada lo que opinase la gente.

    Sus dedos amenazaron en determinado momento con bajar la tela, impacientes. Pero entonces una de las manos que se encontraba apoyada sobre sus hombros la apartó de allí de un leve manotazo.

    La Honda se sobresaltó, ligeramente ofendida.

    >>¿Ah?

    —Aguanta un poco más, ¿quieres? —dijo, y no necesitó verla a los ojos para saber que los estaba rodando con hastío. Atravesaron un paso de peatones ante las miradas curiosas de los transeúntes, y apretó ligeramente sus hombros cuando alcanzaron la acera de enfrente. Su voz se suavizó cerca de su oído—. Te prometo que merecerá la pena.

    Mimi no dudaba que aquel gesto había sido completamente a propósito. Sus mejillas se encendieron y se encogió bajo sus brazos como un animalillo manso, si bien ceñuda. Liza podía aparentar ser dulce y atenta las veinticuatro horas del día, y lo era, pero aquella idiota sabía lo que hacía y cómo hacerlo. Era demasiado débil a ella, lo sabía bien.

    Y eso le frustraba.

    Por ello, y sintiendo la necesidad de revelarse por un instante frenó sus pasos de improviso, causando que la propia Liza chocase con ella desde atrás. Se recolocó el gorro de navidad, ligeramente revuelto, sobándose la nariz enrojecida por el frío en el proceso antes de reprocharle su conducta.

    —¡Mims!

    —Ups —sacó su lengua, inocente. Pero de inocente no tenía nada—. Me tropecé.

    Ni siquiera podían dejar su absurdo tira y afloja en un día como ese, ¿huh?

    Pero, en el fondo, ninguna de las dos podía imaginarse su relación de otra forma.



    ***​


    Sus pasos (o más bien los pasos de Liza) las llevaron de vuelta hasta el Centro Pokémon. Al entrar tomó la mano de la Honda, intercambiando miradas cómplices con la enfermera Joy, y subieron por el ascensor hasta dar con la puerta correcta.

    La mano de la rubia apretó ligeramente la suya cuando escuchó el sonido de las llaves repiqueteando en el aire.

    ¿Acaso… estaba nerviosa?

    —¿Liz? —murmuró en un intento, quizás, de asegurarse de que seguía allí, con ella.

    La menor sonrió, dando un paso al frente.

    —Ya puedes mirar.

    Apartó su mano, y con movimientos cuidados se despojó a sí misma de la venda que cubría sus ojos. Los entrecerró, acostumbrándose a la luz de la habitación.

    Su corazón se detuvo en su pecho.

    La habitación había sido decorada de adornos navideños, y en ella aguardaban sus pokémon, vestidos también para la ocasión. Monomaru y Kichiro la saludaron con migas de galletas en las mejillas, y pudo ver a Raiden recostado cerca del árbol, con Amber colocándole un gorrito navideño encima que no dejaba de apartar una vez tras otra. Nana rodó hasta sus pies, seguida de Mochi, y los tomó en brazos dando un paso al frente, sin poder procesar todo cuanto veía.

    Buscó a Liza con la mirada, sobrecogida. Esta alcanzó una de las astas de Stantler que se encontraban apiladas en la entrada y se la colocó en la cabeza.

    —Todo esto… —Intentó encontrar su voz, pero un nudo en su gargante le impedía hablar con claridad—. ¿Lo habéis hecho para mí?

    —Sé que hubieses preferido esa cena en el elegante Olympus Délicés, cielo. Me sentí... impotente al ver que no lograste esa reserva —Liza desvió los ojos, apenada. Sujetaba su brazo con la mano contraría, como hacía cuando se sentía insegura—. Parecía muy importante para ti. Pero el resto de restaurantes habían sido llenados con semanas de antelación, y no pudimos hacer nada. Así que pensé que, si no podíamos hacer la cena fuera, al menos haríamos el intento aquí.

    >>No puede compararse en lujo, pero...

    El pequeño árbol de Navidad cayó al suelo con un ruido sordo. Glaceon y Sylveon se miraron, como quien no quiere la cosa, apartándose de allí con disimulo. La castaña suspiró y volvió sus ojos hacia Mimi.

    >>...al menos está hecho con cariño. Espero que te guste.

    Nana se removió, confusa, al sentir una gota de agua mojarle la lana. Al alzar la cabeza fue consciente de que provenía de Mimi. Rápidamente la joven se secó el rostro con el antebrazo, abrumada, ante la mirada preocupada de todos los presentes.

    Liza dio un paso al frente.

    —¿Mims?

    Pero la Honda le frenó en el acto. Pese a estar llorando, sonreía.

    Y todo tuvo sentido para ella en ese instante.

    —...Eres una tonta.

    Dejó con delicadeza a Nana en el suelo, y Mochi saltó de su hombro para darles espacio. La Honda se acercó a Liza y la abrazó, sin contenciones, haciendo que la otra retrocediese ligeramente. Tras unos segundos de duda terminó por devolverle el abrazo, acariciando su cabello con mimo.

    Se veía tan pequeña.

    >>Me encanta —susurró, allí contra su pecho. El alivio que recorrió sus facciones fue inconmensurable. Sorbió por la nariz sintiéndose frágil y menuda, pero no le importaba hacerlo si era Liz de quien se trataba—. Quería llevarte al Olympus Délices como agradecimiento por todo. Quería… que fuese una velada perfecta, que fuese todo cuanto alguien podría soñar. Una cena exquisita, música, trajes elegantes.Te merecías eso y más, y sin embargo… Sin embargo yo no…

    Pero fue Liza quien le impidió continuar esa vez.

    —Hay algo en lo que te equivocas, Mimi.

    —¿Huh...?

    Alzó su rostro, las mejillas humedecidas y buscó sus ojos con confusión. Liza le secó las lágrimas con los pulgares mientras hablaba.

    —No necesitamos todos esos lujos. Cualquier cosa que hagamos es perfecta si tú estás allí —Depositó un beso sobre su frente, y se giró para mostrarle la mesa que aguardaba al fondo, con un surtido de dulces sobre una bandeja de plástico. Las mejillas de Honda se encontraban teñidas de rojo cuando la siguió con la mirada—. Ahora, si me permites un consejo, deberíamos probar esos dulces cuanto antes. No creo que sigan ahí durante mucho más tiempo.

    Y fulminó a Monomaru y a Slaking especialmente con la mirada.

    Mimi soltó una risa nasal en respuesta.

    —Mhm —Se apartó con cuidado, serenando sus emociones convulsas con una bocanada de aire—. Ha sido así desde que era un Oshawott. A estas alturas es incorregible.

    Liza tenía razón. Aunque aquel lugar fuese mucho más reducido, la comida empezase a desaparecer y los adornos se despegasen a cada segundo que pasaba, su valor era inconmensurable. Cualquier plan que hiciesen sería perfecto porque se tenían a ellas mismas.

    Y eso era suficiente.

    Se dirigieron hacia la mesa y al tomar asiento alzaron las miradas al notar un muérdago justo sobre ellas. Kokoro, sostenida por Himeko, sujetaba el objeto con aire soñador, sonriéndoles con complicidad. Ambas se miraron, sorprendidas.

    Entonces una sonrisa adornó los labios de la Honda, suspicaz.

    —Kokoro —la llamó—. Sabes que sostenerlo de esa forma también os involucra a vosotras, ¿cierto?

    La pokémon enrojeció de forma súbita, sin ser consciente hasta entonces de ese pequeño detalle. Echó a correr, con las manitas sobre sus mejillas, ante la mirada confusa de la Gardevoir.

    La castaña dejó escapar una pequeña risa.

    —Qué cruel, Mims —bromeó Liz—. No va a poder mirarla el resto de la noche.

    —Solo les estaba dando un empujón —Jugueteó con un mechón de cabello, como quien no quiere la cosa. Entonces dejó el tema a un lado y la miró de soslayo, expectante—. En cualquier caso, ¿no crees que me debes algo, White?

    Liza enarcó una ceja, divertida. Echó su cuerpo hacia delante en la mesa, entrelazando los dedos frente a ella.

    —Qué será, me pregunto —Intercambió miradas entre sus ojos y sus labios, sin borrar la sonrisa—. ¿Serías tan amable de sacarme de dudas?

    Pero antes de darle espacio a más juegos, Mimi la sostuvo de las mejillas y la acercó hacia sí, sellando sus labios con un suave beso.

    Había pasado tanto tiempo sola. Los lujos habían sido su forma de llenar sus carencias emocionales. Pero ahora que ella estaba allí, ahora que sentía que dejaba su pasado atrás y empezaba a ser más Mimi y menos Honda, lo comprendió mejor que nunca.

    Ya no necesitaba esos lujos.

    No más.

    Al separarse de aquel beso detalló sus facciones antes de recorrer la habitación con mayor detenimiento. La cena casera, la habitación del centro, su familia reunida allí, con ella.

    —Feliz Navidad, Mimi.

    Y sonrió.

    Una sonrisa honesta que no había dibujado en años.

    —Feliz Navidad, Liz.

    Esa era la verdadera perfección que había estado buscando.
     
    Última edición: 24 Diciembre 2022
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    Yugen

    Yugen D e p r e s s e d | m e s s

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    Holi bby <3

    Me iba a ir a ver si podía dormir, pero antes tenía que venir y comentarte porque no puedo dejar pasar más tiempo sin explayarme en lo muchísimo que he amado este escrito. Ya no solo porque trata de nuestras niñas y Diciembre como bien dijiste es su mes, si no porque lograste sacarme la sonrisa que nadie logró en todo el día. Ha sido un detalle súper bonito <3 Y TAN SOFT. Gracias cielo <3

    Ahora comentando el escrito en sí... HELP QUE ES ESTA SOFTNESS? QUIEN TE DIO PERMISO PARA ATACAR MI KOKORO ASÍ?? ¿Una fiesta de navidad sorpresa para Mims? Me muero. I mean, a diferencia de mi caso, ella amaría que alguien quisiera celebrar la navidad con ella. Pero LITERAL. Se haría la pendeja—pues lo que es (?)— pero AMARÍA algo así. Aunque sí es cierto que perdió la ilusión y que no cree en Santa desde que la magia se perdió en su casa—por el tema de que era su padre o sus empleados quienes le hacían llegar los regalos cuando su madre murió bla bla bla—, de muy pequeñita sí que creía y siento que con todo esto Liz y los pokes le devolvieron esa chispita perdida. Se sintió como una niña otra vez. Y me parece súper simbólico que lograran eso.

    Debo hacer un inciso y mencionar la ENORME cantidad de detalles que tiene este fic—la venda (what a kink-), Liz hablándole al oído porque sabe lo débil que es, Samurott y Kichiro como los glotones que son y Raiden siendo un tsundy con Amber xD; Kokoro pillada por Himeko—¿te acordaste de ese detalle? omg—, la cita del Olympus Délices arruinada haciendo referencia a Dilección... es más, siento que este fic perfectamente podría ser uno de sus capis. Podría encajar en cualquier momento desde que deciden empezar a salir—y eso me encanta. Incluso si dejamos de lado la parte del beso, es algo que podría pasar oficialmente en el rol.

    Mimi lo apreciaría desde el fondo del kokoro.

    Ha sido un escrito precioso, cielo, de principio a fin. Y creo que es el primer fic del support siendo gay que hay en la mesa, porque mi fic con ellas no puede considerarse yuri—es como súper ultra subtext—, así que hay que remediar eso :< *c arremanga*

    Se me cierran los ojitos pero no me voy sin decirte esto: Feliz mes del support y feliz navidad, Andy. Gracias por un regalo tan bonito, cumplió su cometido a la perfección.
    :<3:
     
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    Bruno TDF

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    Mi mood leyendo el tramo final

    Amé este fic, pero amé aún más a estas dos chicas, es que no puedo más de la adorabilidad que se desprende de ellas. Encima con Snowdin Town que es un temazo para mí (buena elección de cover).

    Tu forma de narrar sigue manteniendo tu pulcritud característica y siempre termino con la sensación de que sabés elegir las palabras justas y adecuadas en cada tramo de la narración, para darle más fuerza a lo que estás contando, así sea para retratar una escena tierna entre ambas chicas. Supiste darle una forma concreta y festiva al ambiente que las rodeaba a través de los ojos vendados de Mimi, como los sonidos, los aromas y los infortunados choques contra personas que no podía ver; toda esa primera parte goza de un dinamismo muy bueno, el lector va corriendo junto con ellas, sólo enterándose de cosas a través de los sentidos de Mimi y su diálogo con Liza. Hago mención especial al susurro en la oreja, mi momento favorito del primer tramo.

    Y nada, después disfruté sobremanera la escena de la habitación y cuánto significó para ambas un momento especial como aquel. No es secreto que soy muy fan de Mimi y siempre empaticé con ella, por lo que todos esos sentimientos que escribiste me llegaron bastante al corazón. Y Liza, por favor, ella es un flor de amor con un corazón esponjocito (?), cada vez que la leo la amo un poco más, ohalá en algún momento me pueda permitir tiempo para leer más cosas de ella.

    Y el beso, me puso en modo meme de Pacha, excelente.

    ¡Nos vemos en otras futuras lecturas!


    PD: destaco también el guiño al Olympus Délicés, me hace sentir un poco de orgullo que sea canon, jaja.
     
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