Dulce mentira.

Dedicado a una amiga que, como muchas, confió el sentimiento más sincero que tenía al imbécil incorrecto.
Sé que no tiene métrica y mucho menos rima; si quieren pueden matarme a pedradas, pero sólo buscaba expresar un poco de lo que muchos hemos sentido.
Sin más...

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¿Qué no diste tú por él ​

por qué tuvo necesidad de mentir? ​

Recuerdo me dijiste:​

“por ir a su lado daría todo lo que soy, ​

todo lo que tengo, sólo para estar con él” ​

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​

Y te paga engañándote, ​

maldito desgraciado, bastardo…​

Creía que no te darías cuenta​

de seguro por tu edad ​

más estúpida te creyó. ​

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​

En tu mente a tu amado ​

siempre presente tenías, ​

deseando que llegase el día ​

en el que al fin lo abrazarías. ​

​

​

Mientras el imbécil engañaba, ​

no a una si no a dos, ​

a la novia presente ​

y a ti, la que por días ​

esperaba su retorno ​

sólo para saludarlo y decirle “te amo”. ​

​

​

​

Me hablaste de lo idiota que te sentiste, ​

dijiste que lo odiabas y que a hablarle ​

no volverías, mi corazón se detuvo abruptamente ​

y sentí una pequeña parte de tu dolor, ​

un pequeño demonio enamorado.​

¿Cómo pudo aquel tipo el paraíso incendiar ​

sin pensar siquiera que podría lastimar ​

a quienes fingió amar?​

​

​

​

Vamos pequeña, no llores ​

no debes manchar tu frágil alma de colores. ​

Sonríe y a él le dolerá haberte engañado ​

y no causarte algún daño. ​

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​

​

Ilumina el camino con tu propia luz, ​

dibuja tu vida y al imbécil bórralo,​

pasa más tiempo pensando​

en quien si valga la pena.​

​

​

Sé la luz de algún fiel amante, ​

sé felicidad, ​

sé lo que más desees ​

y al maldito al fin de lado dejes.​

Olvida aquella dulce mentira.​

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