[Touday Gakuen]Du Riechst so gut

Tema en 'Novelas Terminadas' iniciado por AntoniA Rose, 28 Febrero 2010.

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    AntoniA Rose

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    [Touday Gakuen]Du Riechst so gut

    Desafío de Nekito-chyan (Rainbow Rose). Espero te guste esposita.

    Nota: se maneja en ua con relación al video de Rammstein "Du Riechst so gut" y un extraño sueño que tuve hace unos días él cual le comenté a Nekito. Es apenas la primera parte, ya ando trabajando en la (s) que sigue (n).

    Du Riechst so gut

    [Hueles tan bien]
    -Primera parte-

    Su trabajo era fácil, ella era la mensajera. Aunque ese título no era oficial, así era conocida entre los comerciantes. Su labor consistía en crear un puente entre la población y su gobierno, es decir, llevar peticiones de un lado a otro. Mientras que los de arriba “simplemente” le pedían que hiciera constar que sus reglas se cumplieran, los comerciantes podían ir desde servicios públicos a quejas por falta de atención o libertad de mercado.

    En ese lugar no se podía pedir mucho. El sector residencial se encontraba a más de 3 kilómetros de ahí por lo que era limitado contar con electricidad, asfalto y agua potable, los comerciantes se conformaban con tener servicios en las horas de trabajo puesto que al anochecer todos regresan a sus casas ya sea en transporte público o los pocos que poseían un automóvil. Para Flonne, la mensajera, los únicos días de regresar a casa eran los sábados, los demás días dormía en una pequeña cabaña, por así decirlo, donde de noche la única luz provenía de una veladora, y el agua era almacenada de día para poder utilizarse a esas horas.

    Las tiendas o puestos de los comerciantes no eran más que cubículos de apenas 2 metros por 3. Por fuera un cascarón de blocks y barrotes de hierro, dentro, algunos de los cubículos eran separados por telas, otros por los mismos barrotes del exterior, eso si, cada comerciante adoraba el lugar tan bien como podía haciendo parecer el lugar más acogedor de lo que en verdad era. La única que podía abrir y cerrar el lugar era la mensajera.

    Pero ¿por qué enviar tan lejos el área de comercio? La respuesta es simple, no todo el comercio es llevado en ese sector, sino que debido al aumento de puestos ambulantes y desempleo en las ciudades, el gobierno pensó que la mejor salida eran esos tipos de mercados, a las afueras de la ciudad evitando el crecimiento del vandalismo e inseguridad en los suburbios. ¿Qué tipo de personas ocupan estos sectores? De todo, desde las más humildes hasta los “tranzas”, estos últimos los que más problemas causaban a Flonne.

    Esa noche, precisamente regresando de su día de descanso, la mensajera se encontró con que un nuevo “puesto” había llegado: una carpa circense. Para esa hora, le sería inapropiado “interrogar” a los nuevos inquilinos así que lo dejaría para el amanecer.
    ---

    El despertador suena anunciando la llegada de una nueva semana, además de recordarle que debía comenzar con su trabajo. El día no comienza del todo bien, Flonne había olvidado que el gas para calentar el agua (o la estufa) se había acabado el sábado pasado, por lo que tuvo que tomar una ducha helada además de olvidarse del desayuno.

    El fresco aire del amanecer la recibió al abrir la puerta de la cabaña, el sol aun no aparecía detrás de las montañas pero no tardaría mucho en hacer acto de presencia. A lo lejos, Flonne distinguía ya las voces de los comerciantes, esperando entrar a sus respectivos cubículos. También distinguía la sombría carpa, para ser un circo, los colores de las telas lucían oscuros, como si su propósito no fuera divertir a los niños. Estando más cerca, y después de abrir los candados de la entrada al mercado, la chica decide acercarse e inspeccionar.

    No había nadie alrededor, tan solo el tráiler estacionado no muy lejos de la carpa. No había anuncios de inauguración, no había luces ni una taquilla ¿qué clase de circo era ese?

    —Buenos días—escuchó una voz detrás de ella, un poco áspera como si la persona que hablaba no lo hubiera hecho en muchos días o que se recuperaba de alguna infección de garganta, y aun así poseía un tono cordial.

    —Buenos…—Flonne se gira esperando ver… más bien no esperando ver a una persona con tal vestuario. El chico no parece mucho mayor que ella y aun así su porte imponía un aire de seriedad impresionante. Alto, delgado pero con brazos y torso bastante delineados, cabello largo y alborotado al frente, sus ojos, de una tonalidad enigmática: rojizos. Lo más resaltante era la extraña vestimenta que portaba, camisa blanca con mangas largas que sobresalen el saco negro, este último desabrochado dejando ver el chaleco blanco debajo de este, pantalones de vestir negros como el saco y botines del mismo color. Lo más notorio era el antifaz negro que cubría su rostro—días.

    Flonne sentía la mirada de aquel personaje sobre ella más ningún ademán de querer comenzar una conversación. De pronto el aire comenzó a sentirse pesado, incómodo, como cuando sabes que has hecho algo malo y estuvieras a punto de ser sermoneado. No podía dejar que eso pasara, como mensajera, su deber era mostrar autoridad ante cualquier persona en “su territorio”.

    —Mi nombre es Flonne Iwakura, soy la representante de las voces, comúnmente llamada mensajera. Supongo que reconocen ese término.

    Silencio. Aquel chico parecía ser mudo o no entender las palabras de la persona frente a él. Sin embargo, sus ojos se clavaban en ella como queriendo atravesarla.

    —Imagino que usted viene del circo, a decir verdad no me parece un buen lugar para venir a montar funciones—los labios del pelinegro se abrieron ligeramente más ese gesto pareció haber pasado sólo en la mente de Flonne, pues no se pronunciaron palabras, por lo que prosigue—¿Es lo que hacen, no?

    En esas condiciones, la respuesta de una roca sería más probable a la del pelinegro, aun así, Flonne debía sacarle alguna palabra, debía saber quienes eran y que hacían en ese lugar. El chico del antifaz se acerca hasta quedar a la par de la mensajera, inexplicablemente, ésta última no podía moverse, quería alejarse de forma desesperada, no entendía porque pero su instinto así lo dictaba. Sin dar explicaciones, el chico toma uno de los lazos que adornan las coletas del negro cabello de la mensajera y desaparece tras las puertas de la carpa. Flonne sintió que la opresión del aire se terminó permitiéndole moverse.

    ---

    Caminando entre la interminable oscuridad de los pasillos, Ren observó el pequeño pedazo de listón que llevaba en su mano. Al percibir el aroma aun adherido a él, no podía dejar de ver la imagen de aquella “mensajera”. Su pequeño cuerpo, calculando apenas pasar el 1.50 de altura, cabello tan negro como el hollín pero de una sensación sedosa al tacto. De ojos algo grandes para su rostro y de un topacio oscuro bastante llamativo. Pero lo que más había cautivado su atención fue la actitud de la tal chica Flonne, que a pesar de su delicado cuerpo, poseía orgullo, seguridad y altanería (sin mencionar su elocuente boca).

    Su aroma…

    —Tsuki—una sonora pero fina voz lo llama. En medio de lo que parece un salón cuyas paredes son hechas de tela (muy parecido a cortinas cubriéndolo todo) en el centro una jaula descomunal con barrotes de oro, sentada en el columpio no hay un ave, sino una chica cuyos dorados cabellos brillan como si fueran del mismo material de su prisión. Su vestido carmesí era tan voluptuoso que apenas sobresalen las zapatillas negras de él y cuyo escote sobresalta los atributos físicos de la joven.

    —Antonella, no me di cuenta cuando llegué aquí—El pelinegro se disculpó con una reverencia la cual provocó una ligera carcajada de la rubia.

    —Siempre tan… tontito Ren, no tienes porque disculparte—la puerta de la jaula se abrió al momento que la chica depositó uno de sus pies en la base de la misma. Sus pasos parecían flotar en aquella alfombra escarlata conforme avanzaba hacía el pelinegro—eres bienvenido cuando gustes venir a visitarme.

    La rubia cubrió con sus manos el rostro de Ren despojándolo de su antifaz, lentamente fusionando sus labios con los del pelinegro.

    ---

    Todo el día había sido lo mismo. Los comerciantes le preguntaban sin cesar acerca de la extraña carpa circense y ella respondía siempre con lo mismo “aun no he tenido el placer de hablar con los inquilinos”, lo cual, en cierta forma era verdad.

    Otro día en el mercado había terminado. Flonne cierra las puertas después de que todos los comerciantes se han retirado, tan sólo la carpa sin ninguno de sus habitantes la observaba. La luna brillaba en el firmamento, rompiendo la oscuridad de la noche con su resplandor e iluminando su camino de regreso a la cabaña.
     
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    Animosa

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    Re: [Touday Gakuen]Du Riechst so gut

    Yo comento por petición y porque sí vale la pena comentar este desafío.

    En primera me encantó el hecho de que haya desafíos y que ute tenga el honor de poner el primero como ejemplo.

    En segundo lugar me encanta el giro y la forma tal extraña de como lo está llevando, la situación, el entorno y el hecho de que no altera la esencia de cada personaje, tiene una especie de confabulación retorcida, pero no creo que termine siendo tétrica porque se trata de... ute o.o (ute no es una persona macabra xD)

    Por otro lado adoro a Flonny-pon es tan... fuerte o.o y al mismo tiempo temerosa. Considero que Flonne es muy humana al punto de que está tratando de ser ella misma en cualquier circunstancia, amo a esa enanita *O*

    Sin embargo, siempre he tenido problemas a adaptarme a la narración en presente. De pronto me saca de la concentración; y mil disculpas, no sé porque no leí lo del antifaz xD
     
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    Re: [Touday Gakuen]Du Riechst so gut

    Oh my, este primer capítulo ha sido interesante.

    Obviamente y como es de esperar de usted, está escrito de forma muy bonita y cuidada.

    Por otra parte, la trama... siento que hay algo escondido ahí: la carpa y sus habitantes resultan sospechosos. Aunque, probablemente, sea yo la que ve cosas que no hay xD.

    Y por último... Ren resulta especialmente encantador y llamativo, hasta misterioso, en especial cuando está interactuando con las otras dos.

    En síntesis, quiero más~~
     
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    Re: [Touday Gakuen]Du Riechst so gut

    ¿No debería ser yo la primera en comentar? T.T soy una esposa mal-educada...

    Bueno, como te había dicho ya, amo la trama, mucho. *O*
    Aunque, concuerdo con Animosa, la narración en presente se me hace rarita, pero me gusta(:
    A Ren se le sale lo seisi hasta por los dientes, dios, es como ver a un nuevo y mucho más seisi mayordomo. *¬*

    oOo Triángulo amoroso.... seeeh

    Sigo... No sé, como que toda la escena y el tipo de ambiente me recuerda mucho al video de PANIC! At the disco ~ I write sins not tragedies *O* y, claro, Du Riechst so gut de Ramstein (o como se escriba u.ú).

    Quiero más~... muxio más *O*
     
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    Elizabeth

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    Re: [Touday Gakuen]Du Riechst so gut

    Te quedó muy bonito~~
    Amo como lo has narrado y como has manjeado la idea, no me esperaba algo así :)
    Ren me resultó encantador y algo misterioso, al igual que ese circo~~
    El comportamiento de Flonne me parece admirable, actuando con seguiridad frente a todos.
    Me dejaste intrigada, espero el siguiente~~
     
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    AntoniA Rose

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    Re: [Touday Gakuen]Du Riechst so gut

    Du Riechst so gut
    [Hueles tan bien]
    -Segunda parte-

    Extraña casa. A simple vista parecía que nadie vivía ahí, pero su aroma impregnaba el lugar así que lo más seguro era que ella estuviera por alguna parte. Ren se había cansado de verla cada vez que cerraba sus ojos, por tal motivo decidió ir a “visitarla”.

    Ella dormía plácidamente sobre su cama, a pesar del frío, había arrojado las cobijas involuntariamente quedándose únicamente con las sábanas. El pelinegro entró en la habitación después de contemplar cada detalle en ella. No había necesidad de encender las luces* puesto a que la luz de la luna se colaba por la ventana bridando al cuerpo de la chica un resplandor peculiar e hipnotizante.

    Con movimientos sigilosos, como tratándose de un felino, Ren tomó asiento en la cama cuidando que la nueva presión en la misma no despertara a la pelinegra. Deteniéndose en la expresión de la mensajera, notó que estaba teniendo una pesadilla. De pronto sintió querer ser él quien -le causara- esos sueños, que su cuerpo temblara bajo su mirada, que la mensajera sintiese miedo al verle.

    Ren guardó silencio hasta que la luna dejó de iluminar la habitación.

    ---

    La mañana no avanzó como lo hacía regularmente. Los comerciantes no se apresuraban en entrar a los mercados pues un nuevo grupo de personas con atuendos “particulares” rondaba fuera de la carpa del circo. Por su parte, Flonne tenía trabajo que hacer por lo que perder el tiempo afuera no estaba entre sus prioridades. Estaba decidida, más no contó que las personas que debía consultar estuvieran también de espectadores. Observó su reloj, ocho treinta, y aun la mitad de los puestos seguían sin abrir. Definitivamente sería un día largo.

    Después de terminar dentro, la mensajera decidió salir a buscar al resto de los comerciantes con auditoria. Debía admitirlo, en verdad que estar ahí es de llamar la atención.

    El grupo de circenses estaba conformado por personas vestidas de forma tan extravagante que pudiera decirse que pertenecían a otra época. Chicas leyendo cartas, adivinas de la suerte, contorsionistas, escupe fuegos, malabaristas, todos vestidos con colores oscuros. Mujeres con vestidos despampanantes, corsés, zapatillas o botas; los hombres de traje, camisas escaroladas, zapatos, todos con antifaces, tan diversos que podrían identificar a cada uno. La persona que más llamaba la atención de la pelinegra era una chica que apenas parecía tocar el suelo al caminar, como si flotara en agua, de cabello hermoso y de movimientos delicados. En su mano se posaba un canario el cual en ocasiones recorría el brazo de la rubia para “hablarle” al oído, en cada comentario ella reía de forma “encantadora”.

    —Antonella es indescriptible —se sorprendió Flonne al escuchar aquella voz, no por lo que había dicho sino que eran palabras provenientes del chico misterioso del otro día. ¿Tan magnífica era la famosa Antonella para hacerlo hablar?— Observa cómo les hace creer que el canario sabe todos sus secretos cuando es ella misma quien los intuye tan sólo con la mirada.

    —Linda… habilidad —ella no prestaba atención a la tal Antonella, todos sus sentidos se enfocaban en el antifaz que cubría el rostro del pelinegro haciéndole imaginar que habría debajo de éste.

    Ren sintió la mirada curiosa de la mensajera. Aquella fragancia. Cómo era posible que ese aroma le atrajera de tal forma? De pronto tuvo la necesidad de tocarla, llevándolo a colocar una mano sobre el hombro de ésta. Flonne se sobresaltó, a pesar de estar de frente a él, no había notado la mano del pelinegro hasta que esta última se había posado en su hombro. No conforme con ello, Ren buscó el cuello de la ojimiel delineándolo con uno de sus dedos.

    —¿Quie…quieres conocer el lugar? —preguntó girándose hacía la entrada del mercado tratando de mantener distancia con el chico del antifaz. Sin esperar respuesta, Flonne caminó hacía adentro de los locales comerciales, cualquier excusa era buena en ese momento.

    Aquella a quien llamaban mensajera no dejaba de hablar, para efectos prácticos, Ren no escuchaba ni una sola palabra, se limitaba a seguirla aprovechando cualquier momento para tomar su cabello y “olfatearlo”. Todos esos acercamientos ponían más nerviosa a Flonne, haciéndola tartamudear pero no fue hasta que el joven del antifaz la acorraló contra una de las paredes del mercado, acercándose peligrosamente a su rostro cuando decidió ponerle un alto.

    —Yo… ¡yo tengo novio! Así que no trates de sobrepasarte conmigo —dijo desafiante colocando una expresión sería, no dejaría que nadie la viera doblegándose.

    —¿Novio? —Ren mostró una sonrisa confiada, su mano sostuvo la barbilla de la peliroja para hacerla verlo a los ojos, ese miedo oculto tras su mirada era el que quería provocarle— No recuerdo haber preguntado por uno.

    —¡Dije que no! —Flonne cerró los ojos apartándose de su captor. Su pecho latía tan rápido haciéndola temblar. Debía alejarse, tanto como pudiera, y así lo hizo.

    ---
    Dentro de la carpa, todo era bullicio. Los circenses descansaban en una sala común, a media luz. Risas, bromas, charlas, toda clase de comentarios que cruzaban de grupo en grupo, varios de pie, otros sentados o recostados en los sillones o en la alfombra, sentados en las mesas, cualquier lugar era aceptable para reunirse, en un momento con unos, al otro con alguien más.

    Ren fue el último en aparecer en dicha estancia, Antonella inmediatamente lo llamó con la mirada, él obedeció como si ella fuese dueña de su voluntad.

    —Llega tarde, señor maestro de ceremonias —el grupo que rodeaba a la rubia río como si ésta hubiera terminado un chiste.

    —Ren, llegas a tiempo para saber a quién ha invitado la señorita Antonella, a propósito ¿ya tienes a tu pareja para la fiesta? —habló] una chica de apariencia dulce, a pesar de ello igual llevaba un vestido tan escotado como el resto de las presentes.

    —Obviamente no lo ha hecho —intervino la joven del canario— se la ha pasado perdiendo el tiempo.

    —Verdaderamente no he tenido la oportunidad.

    —Eso pensé, como decía, he escogido a un chico espléndido, lo vi hoy llegando a ese mercado —la última palabra la pronunció de forma despectiva—. Créanme, es un diamante en bruto, así como lo fue mi Ren cuando recién lo invité. Ya hace tanto tiempo de ello y hasta el día de hoy no me arrepiento.

    —Señorita Antonella, usted tiene muy buen gusto —corearon las chicas terminando con una risita la cual le pareció irritante al pelinegro.
    ---

    El cuarto día de la semana a media tarde. Flonne había terminado temprano sus responsabilidades, generalmente los jueves no hay tantas peticiones como en el resto de la semana, además debía agregar la intervención del circo el cual mantenía entretenidas a los comerciantes y sus familias así como a los visitantes. Iba derecho a su casa cuando sintió que alguien la seguía.

    —No se ni siquiera tu nombre —mencionó sin dejar de caminar, por alguna razón estaba segura que se trataba del pelinegro de antifaz.

    —Ren —respondió secamente aun así, algo en su voz era diferente ese día.

    —¿Ren qué? ¿No hay apellido?

    —Sólo Ren.

    Flonne se acercó a él lo suficiente para intentar retirarle el antifaz, como respuesta, el pelinegro la sujetó de las muñecas atrayéndola hacía él impidiéndole su objetivo. Esa vez no hubo rechazo de la mensajera. Sus labios se rozaron sin consumar un beso. Ren podría obligarla, verla temerosa, descubrir lo que había detrás de ese rostro indiferente, de su orgullo, de toda barrera que le impida ver lo que guardaba. Pero ella cerró los ojos, y así cerrándose a sus peticiones. ¿Acaso era ese el sentimiento que experimentaba Antonella ante sus presas?

    Era su aroma, aquel olor irresistible. Ren no pudo detener sus deseos de devorar los labios de la pelinegra. La haría doblegarse, ceder ante lo que lo consumía por dentro cada vez que percibía su aroma. La estrechó a su cuerpo aprisionándola entre sus brazos, podía sentir la frágil figura de la mensajera como si fuera a romperse en sus manos.

    Sobre un árbol, un canario observaba como las figuras desaparecían. Después regresó a la carpa, directamente a su jaula.

    *Ni aunque lo intentara, no hay xP. Así que lo uso como una metáfora.
    --

    *3* ¡Gracias por leer brujitas! Tarde pero al fin subo la segunda parte. Generalmente sólo escribo tres, así que la siguiente es la última (y aun tengo que arreglar el final para que no se vea muy "y vivieron felices para siempre" ni muy Poe).

    D= Gacias a Animosa por ser mi Beta en los tiempos y demásEs.
     
  7.  
    AntoniA Rose

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    Re: [Touday Gakuen]Du Riechst so gut

    Du Riechst so gut
    [Hueles tan bien]
    -Tercera y última parte-

    Por fin abría los ojos, su reloj extrañamente había terminado en el suelo, no hace falta decir que deshecho y por tal motivo no la despertó a la hora antes prevista. La luz del sol le indicaba que ya era mucho más tarde de lo normal, o al menos de lo normal para que ella se levantara. Un aroma la hizo terminar de despertar, uno sutil y que no era usual percibirlo.

    Su primera reacción sería gritar pero se contuvo colocando ambas manos sobre su boca, como callando aquel grito que nadie pudo oír. Entre sus sábanas se encontraba el pelinegro, su respiración denotaba que aun dormía, no podría decir lo mismo de su rostro pues aun llevaba puesto el antifaz. ¿Lo había llevado puesto toda la noche? En un último intento extendió su brazo para intentar quitársela.

    —Estoy despierto—Aseguró Ren tomando la muñeca de la chica. Esta última bufó irritada.

    ---

    ¿Debería estar enojada? ¿Con quién? ¿Con ella misma por su estúpida debilidad o con el chico del antifaz? Pensó en reclamarle pero cuando regresó del baño, el pelinegro había desaparecido.

    —Eres una tonta—se repetía cada vez que tenía la oportunidad. Ya ni siquiera tenía noción de en que día vivía. Estar ocupada era una bendición para ella pues de estar con la mente “libre”, lo más seguro es que ya hubiera muerto alguien.

    —Me parece tan extraño—escuchó decir a una de las mujeres de los puestos—ya medio mercado está invitado a una “fiesta” con esos fenómenos.

    —¿Una fiesta?—preguntó sin darse cuenta.

    —Sí, sí ¿Ud. cree? Que disque tienen que llevar acompañante ¿Qué no se pueden invitar entre ellos? Ya hasta mi pobre Jaime está en la lista.

    Flonne sacudió la cabeza antes de irse. Muy en el fondo, en su subconsciente, esas palabras le hicieron pensar mucho más de lo que hubiera deseado.

    ---

    Encendió todas las velas que pudo, esa noche, en especial, el cielo nublado dejaba poco del resplandor de los astros. Después de hacerse garras en la cocina, lo más que quería en ese momento era dormir ya que debido a su descuido tuvo que trabajar hasta tarde para poder seguir llenando solicitudes, las cuales se fueron acumulando por la distracción de los mercaderes, a buena hora se les había ocurrido hacer peticiones para los superiores. En fin, era su trabajo.

    Antes de que pudiera entrar, percibió una luz que provenía de su habitación. Lo primero que se le ocurrió fue tomar una charola de metal, la usaría de escudo si la situación lo ameritaba. No la necesitó, el lugar estaba vacío, al menos de persona alguna. Sobre la cama distinguió algo fuera de lo normal. Conforme se acercó fue tomando forma: un vestido negro con detalles azules.

    —Pero qué…—curiosa, tomó el vestido para contemplarlo, era realmente hermoso. En el suelo estaban unas botas con tacón negras, y junto al vestido unas medias, un pulsera, un collar y un adorno para el cabello, fuera quien fuera había pensando en todo, y por último, sobre el buró y al lado de una de las velas, una carta.

    La letra estaba escrita a mano, cursiva y con una excelente caligrafía. Era una invitación. Al final estaba firmada por Ren. De nuevo su mente jugó un poco con sus deseos trayendo imágenes de la noche pasada. Sacudió de nuevo su cabeza ¿Le podría decir que no cuando veinticuatro horas antes no pudo?
    ---

    —Eres un tonto, Ren— la rubia extravagante se paseaba de un lugar a otro mientras retocaba su maquillaje—Tonto, tonto.

    El aludido esperaba sentado en un puff* de color plateado, sus oídos seguían las palabras de Antonella, pero su rostro observaba fijamente la puerta.

    —¿Qué no escuchas? No lo haces verdad, desde que llegamos te la pasas distante, más de lo normal.

    La voz de la rubia comenzó a desaparecer justo en el momento indicado. Nadie aparecería por esa puerta, más bien, el deseaba salir.

    ---

    No era la única entrando en aquella carpa, de hecho, se sentía como en un día de extenso trabajo pues todas eran caras conocidas. Eso le dio muchas más fuerzas para entrar.

    Conforme cruzaban las cortinas del gran salón, que Flonne se asombró del inmenso lugar que desde afuera se veía mucho más pequeño, sus respectivos anfitriones los iban llamando. La pelinegra seguía sin cruzar dicho umbral, tan solo en imaginar lo bellas que lucirían las chicas del circo le revolvía el estómago. Sin darse cuenta, todos los invitados terminaron de pasar, dejándola a ella sola entre ese camino de oscuridad hacia la luz.

    —Fue… una tontería el venir…—cerró los ojos con fuerza al igual que sus puños. Al abrirlos lo primero que vio fue una mano extendida frente a ella.

    —Te ves muy linda—murmuró Ren tan sólo para que ella pudiera escucharlo.

    Flonne tomó la mano que le ofrecía el pelinegro, tal vez no podía ver su rostro detrás del antifaz, sin embargo, el color carmesí en sus ojos era brillante como la luz de la luna. No supo cuando pero cuando regresó a la realidad, ya se encontraban en medio de la pista.

    La pelinegra no solía bailar, ni siquiera en eventos importantes como su graduación o las múltiples bodas de su padre pero era Ren el que la hacía sentir que apenas tocaba el suelo. Él la guiaba y ella se limitaba a seguir sus pasos. A diferencia de ellos, que bailaban como si el tiempo fuera deteniéndose, la rubia giraba con gracia alrededor de la pista mostrando sus habilidades artísticas cual escultura recién mostrada al público.

    De pronto, la música se detuvo, todos los anfitriones se colocaron en frente de sus respectivos invitados. La ceremonia terminaría descubriéndose el rostro, eso lo sabía muy bien Ren pero Flonne lo desconocía, y no sólo eso, sino lo que ese gesto significaba. La pelinegra observaba como los circenses retiraban el antifaz con delicadeza dejando lucir sus tersos y hermosos rostros, todos menos su acompañante.

    Sentía curiosidad, sin embargo sabía que algo malo pasaría cuando el pelinegro dejara visible su cara. A su alrededor la atmósfera se sentía tensa además de percibir como los invitados pierden todo lo “libre” de ellos para quedar atados a la hermosura de los circenses. ¿Ella quedaría igual al ver a Ren sin su antifaz?

    Los labios del pelinegro se torcieron, debía hacerlo pero sus manos no se movían. Su cuerpo respondió al inclinarse sobre la chica y poder hablarle al oído.

    —Cierra los ojos, por nada del mundo los abras—Flonne asintió con la cabeza obedeciendo las indicaciones del de ojos carmín cual órdenes. Ren se retiró el antifaz, observó el rostro de la chica por unos instantes y después la cubrió con un brazo de tal forma que pueda rozar su mejilla con la de ella —no los abras—volvió a suplicar.

    La dirigió fuera de la sala ante las miradas expectativas de los invitados. Ren por fin pudo reconocer la existencia de sus sentimientos al ver a Flonne, era un títere más, un robador de almas, de ilusiones, un “espectro” errante como sus compañeros en busca de más donde alimentarse ¿deseaba ver a la mensajera como uno de ellos? No, la sola idea lo hacía temblar hasta hacerlo dudar de él mismo. Aparte de esos voraces sentimientos, muy dentro, escuchaba una voz diferente, no le pedía carne, ni poder, simplemente una añoranza que jamás había experimentado. Por nada del mundo permitiría que ese sentimiento fuera enjaulado en barrotes de cristal o de oro, de ningún material.

    —Yo me iré, y cuando abras los ojos no intentes regresar—la pelinegra sintió la briza nocturna, estaban fuera de la carpa. Sus piernas temblaban sin razón aparente, sus manos estaban congeladas y su boca estaba a punto de emitir sonido pero no tenía las palabras correctas.

    Las manos de Ren dejaron sus hombros y por un momento se sintió abandonada.

    —No te vayas, ¡no me dejes Ren!—sus palabras comenzaron como un murmullo el cual se fundió con la briza llevando las palabras hacía el circense. En su mente estaba ya la idea de que mañana el circo ya no estaría ahí ni en ningún lugar que ella pudiera alcanzar. A pesar de que la había escuchado, no hubo respuesta.

    ---

    Efectivamente, al la mañana siguiente tan solo quedaba un extenso espacio vacío frente al mercado. Flonne pensó que no podría dormir esa noche, pero al regresar a su casa, no pudo ni desvestirse cuando cayó rendida en su cama. ¿Hacía cuanto que no había llorado? Años, aunque si tuvo múltiples ocasiones para hacerlo. Se había hecho fuerte por necesidad no por decisión. Si era tan fuerte ¿Por qué de sus ojos no cesaban de derramar lágrimas?

    Se abrazó fuerte antes de dar media vuelta y dejar el campo vacío. Se acogió tan fuerte que imaginó que era otra persona quien la sostenía.

    —Señorita Iwakura—escuchó una voz masculina. Se giró casi de inmediato aun con los ojos llenos de lágrimas—¿Sería tan amable de concederme esta pieza?

    Frente a ella no se encontraba ningún hombre con antifaz sino uno con facciones delicadas aunque con una expresión que denotaba madurez a través de los años. Esa era su forma ahora, un chico que vivió por años con juventud eterna y que había rechazado dicho privilegio para envejecer con una sola persona.

    Ren no se había marchado, no pudo. Dejar el circo fue mucho más fácil que callar sus voces internas, las que más importaban. No sabía sonreír con esa nueva forma de vida, pero lo aprendería junto a ella.

    La magia del circo siguió su camino, un mundo donde lo material era tan fuerte que aprisionaba el alma. Un mundo donde una sola persona, cuyo aroma, pudo liberarlo todo.


    *Es una especie de cojín gigante que se usa de sofá.

    ---
    ioi Por fin el finaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaal. <.< Creo me desvié un poco del sentido Nekito hermosa esposita mia, pero espero que te guste.

    ¡Te quiero!
     
  8.  
    Bylen

    Bylen Usuario común

    Cáncer
    Miembro desde:
    11 Agosto 2009
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    Re: [Touday Gakuen]Du Riechst so gut

    Gusta, gusta, GUSTAAA!! *¬*
    Fue tan tan tan bonito(:
    y y y... ** me gustó demasiado!! gacias por el reto, esposa mía:)
     
  9.  
    Animosa

    Animosa Usuario común

    Libra
    Miembro desde:
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    Pluma de
    Escritor
    Re: [Touday Gakuen]Du Riechst so gut

    Exquisito!!!!

    Artica, te reformulas en cada escrito.
    Aunque me hubiera gustado más el final con un "adios" a un "estaré contigo". Sip, eso lo hizo más meloso xD

    En genral, este desafio estuvo muy bueno e interesante. *mi le da reputación por eso*
     
  10.  
    AntoniA Rose

    AntoniA Rose Usuario popular

    Aries
    Miembro desde:
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    Pluma de
    Escritora
    Re: [Touday Gakuen]Du Riechst so gut

    *3* Qué alegría! te gustó mi beshia Nekito adorada! <.< pensaré en un reto que ponerte o que te llame la atención para que lo hagas... ejjeje parece advertencia.

    *3* Se lo come! seh!
    T_T Ud quería un final triste, triste pero ando de tan buen humor que nada triste me sale ahora. Repuuuuuuuuuu!!! (siempre me he preguntado como se da).
     

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