Vampire Diaries Down the Rabbit Hole.

Tema en 'Fanfics sobre TV, Cine y Comics' iniciado por Rein, 30 Diciembre 2015.

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    Escritora
    Título:
    Down the Rabbit Hole.
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    2492
    Título: Down the Rabbit Hole.
    Autor: Spikey44.
    Capítulos: Uno. (Finalizado)
    Fandom: The Vampire Diaries. {Damon/Katherine}.
    Géneros: Angst/Drama.
    Resumen: Katherine nunca me hipnotizó. Nunca tuvo que hacerlo. O así Damon lo dijo, pero ¿por qué? ¿Qué hace a un hombre, amar a un monstruo? ¿Qué hace a un hombre, convertirse en uno? Bienvenido a un viaje a través de la retorcida, sangrienta madriguera de conejo del pasado humano de Damon Salvatore- y su futuro roto.

    Down the Rabbit Hole.

    Una sonrisa sin gato.

    Cuando Damon Salvatore cumplió trece, la puta del pueblo dejó que él la tocara bajo sus enaguas. Nunca preguntó por qué. Él recuerda que sus muslos eran rechonchos, pero firmes, y su piel era seca al tacto mientras que el pelo grueso de sus partes más íntimas se rascaban contra el paso de sus dedos nerviosos. También recuerda que su sonrisa pintada jamás fue nada más salvo vacío.

    Dos semanas después él volvió y la folló, usando las ganancias de sus juegos de póker de los cuales su padre no sabía nada. Él no sabe por qué. Sólo parecía como algo que tenía que hacer. Su nombre era Maggie-May, y ella olía a whiskey barato y dolor cansado.

    Se volvió uno de sus clientes frecuentes porque sabía, incluso a los trece, que nada de lo que hiciera importaría.

    Maggie-May le enseñó una gran cantidad de cosas, por el precio de su pequeño cambio. Ella le enseñó cómo follar como un animal, cómo contar cartas y escupir tabaco, pero sobre todo ella le enseñó a sonreír – incluso cuando estaba vacío. Fue esta última habilidad la que él valoraría más.

    Él siempre ha sido un recipiente vacío que espera ser llenado.

    ---------------

    Que le corten la cabeza.

    Se unió al ejercito del Norte de Virginia, a cargo del General Lee a principios de 1862; apenas había cumplido veintiuno y su Padre le dijo, con voz monótona, que no iba a heredar la hacienda después de la muerte de Giuseppe como era de esperarse del primogénito.

    Ve y hazte un hombre, dijo su padre de pie, de espaldas a Damon, frente a la ventana que daba a los campos traseros. No escucharás, no serás instruido y no toleraré tu presencia más de lo que debo. Eres indigno de llevar mi legado.

    No debió haber sido una sorpresa. No debió haberle dolido como hierro ardiente rasgando su pecho. No debió hacerlo, pero lo hizo. Esa era su casa. Ese era su padre. Ese era el futuro que se le estaba negando.

    Soy tu hijo. Dijo a través de sus labios húmedos y fríos.

    Para entonces su padre se había volteado, sus anchos hombros y su imponente figura, un cuerpo moldeado por el trabajo duro y honrado, cincelado por el calor abrasador en una sinfonía de luces rojas y doradas.

    Eres una decepción. Respondió su padre y después salió del estudio, sin prestarle atención, porque Stefan, perfecto con apenas quince años, lo había llamado desde el salón principal.

    Al día siguiente Damon se enlistó. Parecía lo correcto. Era un hombre sin futuro después de todo.

    ---------

    Aquí todos estamos locos.

    En los casi dos años que Damon estuvo en el ejercito de Lee, aprendió más acerca de lo que era ser un hombre de lo que Giuseppe pudiera haberle enseñado alguna vez. Observó la verdad de todo y nada en una docena de cada vez más inútiles cargas de infantería que terminarían en miles de cuerpos esparcidos por los campos llenos de huecos. Notó la naturaleza del hombre en las sombras pardas de los pueblos quemándose y el rimbombante rugir de los cañones disparando. Distinguió la inutilidad de la vida en el indigno chillido de puercos que hacen los hombres cuando se destrozan a montones, cuerpos rompiéndose y huesos quebrándose, una y otra y otra vez hasta que ya ni los nombres ni las caras importaban.

    Ambos lados proclamaban pelear por la libertad. Proclamaban pelear por lo que era correcto, justo y verdadero. Los dos mentían. La batalla de Gaines Mill, el cerco de Petersburgo, Cold Harbor... nada importaba. Damon lo sabía, así como cualquier otro muerto que caminaba en la tropa entendía que peleaban por nada más que una dolorosa y anónima muerte.

    Eventualmente cuando la muerte se negó a llegar, Damon buscó ir a casa, al lugar donde ya no era bienvenido. Hizo lo qué tenía que hacer para salir del ejército y de alguna forma funcionó. Padre lo llamó un cobarde como era de esperar, pero a Damon ya no le importaba.

    Ahora sabía lo que quería y no tenía que ver con lo vivo.

    ---------

    Cómeme.

    La amaba más cuando era monstruosa.

    La besó en la perfecta oscuridad y no le molestó el sabor de la sangre de un hombre muerto en sus labios. Disfrutó la frialdad de su piel antes de que su propia sangre la calentara. En la guerra había visto mucha muerte, tanta inútil e innecesaria muerte que había dejado de creer en el cielo o el infierno. En su lugar había empezado a creer que los hombres sólo eran bestias sanguinarias. Los hombres se mataban, se mutilaban y sangraban por razones que ni siquiera podían resistir la devastación que habían causado ¿Cómo podían los constantes sermones acerca de demonios de su padre tener alguna importancia en comparación? Padre hablaba de la muerte de docenas de personas, de impíos amigos con deseos no naturales arrastrándose en las orillas de la noche como lobos al margen. Pero Damon había visto a sus compañeros sacrificados por miles; sacrificados a plena luz del día mientras los hombres como su padre se sentaba en la seguridad de sus mansiones tomando un brandy fino y hablando tonterías.

    Así que sí, la amaba más cuando actuaba como un demonio por él; cuando le contaba bellas mentiras de tentación y eternidad mientras desgarraba su débil y delicada carne. La amaba por sus engaños, que se tragaba tan ávidamente como el veneno que fluía fría y lentamente en sus venas muertas. La amaba porque ella estaba realmente condenada, mientras que él sólo deseaba estarlo. La amaba porque para él, ella era la muerte. Ella era la respuesta que anhelaba; hermosa y seductora, cruel y egoísta, él sufría por ella.

    ---------

    Bébeme.

    Cuando estaba hambrienta era aún más hermosa: piel de oliva, rizos de chocolate que hacían espuma como las delicadas olas del mar, hombros de ave y el magnífico aumento de su modestia, pero pechos perfectamente formados. Ella le sonrió con dientes sangrientos y lo acorraló contra la cama, una aparentemente pequeña mano se enroscaba alrededor de su garganta, sus uñas que juguetonamente hincaba en la herida, que aún goteaba, de su cuello. Cuándo bajó la vista, sus ojos eran duros, estaban cerrados, a cal y canto. Él no podía amarla más aunque lo intentara.

    Mi dulce Damon, le dice cariñosamente apretando su garganta con sus dedos, presionando cada vez con más fuerza, casi perezosamente, hasta que puede sentir cuán frágil es, cuán fácil ella podía romperlo en dos, chuparlo hasta secarlo y aventarlo. Es verdad que no tienes miedo. Como una mariposa, su pulgar acaricia su manzana de Adam cautiva y él piensa que le dejará moretones si no tiene cuidado. Después se pregunta, vagamente, vertiginosamente, desinteresado y despreocupado, si tiene suficiente sangre en el cuerpo para tener moretones.

    Podría matarte. Ella señala casualmente, mientras lo mira con esos despiadados ojos.

    Sólo si soy afortunado, susurra adolorido por la obstrucción de su mano y cierra los ojos, inclina su cabeza hacia atrás, la coronilla excavando en las sangrientas almohadas, y se dobla por su agarre. Ella lo asfixia y no puede respirar mientras la afilada uña de su meñique pincha deliberadamente en la herida mordisqueada de su garganta, abriendo la carne con costra para que la sangre fluya y se filtre por sus dedos. La respiración de ella sabe cómo la muerte de él mientras se inclina hacia él y muerde su oreja; su susurro, cruelmente juguetón, responde.

    Oh Damon, ¿todavía no lo sabes?: nunca serás tan afortunado.

    Cuando él se levanta horas después, con el cuerpo adolorido y la mente dulcemente vacía, por el fuerte hedor de su sangre, sudor, y sexo, ella ya se ha ido como él sabía que lo haría. Con determinación trata de no pensar en la cama de quién está ella ahora mismo. En la temprana luz del alba, pálida, débil e inconstante; en este momento no está siquiera seguro si realmente le importa ese maravilloso monstruo que lo estranguló hasta la inconciencia, rasgó su garganta y devoró grandes partes de su alma en un profundo trago, era probable que estuviera haciendo la misma cosa a su hermano pequeño.

    --------

    Bajo la madriguera de conejo.

    Cuando Damon finalmente encontró la muerte que estaba buscando, no fue por ella sino por padre. La ironía no pasa desapercibida por él.

    Despertar sin estar vivo ni muerto no debería haber sido el trauma que realmente es. Él había estado bebiendo su sangre voluntariamente después de todo. La cosa es que él no había creído que en verdad lo cambiaría. Ahora todo está mal. Ella tuvo más fe en él de la que él hubiera creído posible. Ella le había dado eternidad, justo como lo prometió. Aun así está mal, todo está mal, porque la eternidad no era lo que él quería y ahora ella no está y, una vez más, él está solo en un mundo al que odia.

    Solo, excepto por su hermano, Stefan. Stefan no debería estar aquí; Stefan no merece esto. Stefan no tenía ninguna razón, ninguna maldita razón para buscar su propia destrucción. Ahora Stefan ha matado a su padre, sellado su destino, y ni siquiera entiende qué es lo que ha hecho.

    Vagamente, Damon cree que debería llorar por su pequeño hermano que nunca nació para ser un monstruo. En cambio con sangre en sus labios (que no es de ella y tampoco de él) lo que siente por el hermano que nunca perderá es odio, mucho odio. No sabe de dónde viene porque nunca había odiado a Stefan, nunca había hecho nada salvo amar a su hermano desde el momento en que nació. Sin embargo, ahora odia y odia y odia un poco más y ese odio parece pulsar a través del mundo entero como el sonido los cañonazos y el grito de la muerte en el campo de batalla.

    Haré una eternidad de miseria para ti.

    Es en ése momento observando el miedo y el dolor y la desolación en los ojos de su hermano, que Damon sabe que finalmente lo ha hecho. Ha encontrado lo que estuvo buscando todo este tiempo. Él está muerto; todo lo que era está muerto por dentro y ahora él es libre. Él es libre y está maldito y nada volverá a significar nada nunca más.

    ---------

    ¿En qué se parece un cuervo a un escritorio?

    ¿Vas a matarme? La rubia insulsa le pregunta, tiene una voz suave y suave como la de una niña pequeña y él la pellizca perezosa e inofensivamente en la clavícula, momentáneamente saciado y lánguidamente lleno de su sangre. Él le dice que lo hará, pero no aún. Ella no es nada para él, después de todo. Nada salvo una salida para sus impulsos; comida y sexo, todo en un lindo paquete.

    Su respuesta sigue siendo interesante.

    Ella suspira, aún como una niña, casi inocente, y luego se retuerce obscenamente debajo de él, revelando su garganta, lo que él decide ver como una invitación abierta para morder, desgarrar y arrancar. Ella hace esto sin coacción. Reaccionando ante la perspectiva de su propio asesinato, no con horror, sino con una especie de aturdido escalofrío. Ella no lo sabe, pero tiene un deseo de muerte. Él debería saber. Él era como ella una vez.

    No le sorprende mucho cuando Caroline Forbes demuestra tener todos los ingredientes de un impresionante vampiro. Él lo capta. Él lo entiende. Él la entiende, aunque ella nunca lo admitirá, no ahora que ella recuerda lo que él le hizo. Sigue siendo cierto. Damon sabe que algunas personas pasan toda su vida buscando la muerte. La muerte es el único momento en que todos tienen que brillar de verdad, después de todo. Es único y personal, incluso cuando es horriblemente público. La muerte puede hacer incluso de Caroline Forbes, perenne sub-campeona, algo verdaderamente especial.

    Al final, cuando la histeria y las recriminaciones terminan y las lágrimas se secan, la única verdad que importa es simple: la muerte liberó a Caroline; justo como lo hizo con él.

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    Curioso y más curioso.

    No hay un solo momento, no hay luminosa y ardiente epifanía que venga hacia él y le deje saber, que después de ciento cuarenta y tantos años, se quedó sin odio. Son en cambio una serie de pequeñas cosas: pequeños incrementos de tiempo y conversación, breves miradas y momentos de pacífico silencio, los que le dejan saber que su principal combustible para seguir existiendo, se secó.

    Primero ella lo traiciona, ciento cuarenta y cinco años más tarde de lo esperado, y duele como el maldito infierno. A pesar de que no debería de sentirse así.

    En segundo lugar está Stefan, a quien él no mata y quien no va a matarlo a pesar de cada uno tiene sus razones para querer hacerlo. En cambio, de cara a una guerra de desgaste en la que ambos se aburrieron décadas atrás, y en medio de un camino de problemas no hechos por ellos realmente, la enemistad de los hermanos se transforma en hostilidad y luego se desvanece, en diferentes capas de una casi sana rivalidad. Damon duda en decir que le gusta ese cambio de status, pero le seguirá la corriente mientras dure.

    El tercer catalizador en su epifanía incompleta es Elena, una chica que viste el rostro de su demonio personal. Ella ama a su hermano, y todavía tiene que comprender plenamente las crueldades que abundan en este mundo. Elena lo hace sentir menos vacío, menos cansado, menos dañado. Lo hace sin sangre, sin dolor, y sin el encanto de la destrucción. Él no entiende esta paz que puede traer, pero él la quiere.

    La quiere tanto que eso le hace pensar que tal vez no estaba tan muerto por dentro y por fuera como él pensaba. En ciento sesenta y ocho años de existencia vacía, ni una maldita cosa, le ha asustado alguna vez más que la idea de que por fin podría querer vivir.
     
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    Tarsis

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    Simplemente precioso. Si hay una verdad indudable es que los mejores fics están en otros idiomas. Buena traducción y asdf- Damon -babas-. Desde su infancia siempre fue el que se sacrificaba más no se quejaba por ello, po´nía a las personas que amaba en primer lugar, aunque nunca le han pagado bien por ello.

    *-* Bello *-*
     
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