[Doce Deseos] he held the universe in his eyes (she said)

Tema en 'Fairy Tail' iniciado por Eternatus, 21 Diciembre 2017.

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    Eternatus

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    [Doce Deseos] he held the universe in his eyes (she said)
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    One Shot para la actividad Doce Deseos. Es un What if? algo navideño situado en un universo en el que Acnologia no muere? desaparece? al final de Fairy Tail. Puede haber algo de Ooc, pero al fin y al cabo esto es una exploración del personaje, una explicación y un qué pasa después, así que no creo que importe mucho. Mashima no nos ha dado demasiado sobre lo que trabajar tampoco, so...

    © Fairy Tail - Hiro Mashima
    © Avalanche - Bring Me The Horizon

    Spoilers.

    Avalanche.

    La nieve cae en Magnolia y Acnologia se siente morir. Una vez y muchas, poco a poco y de repente, a veces todo al mismo tiempo. Han pasado más de doce meses desde aquel día, pero un mero año no iba a cambiar cuatro siglos de odio y destrucción, de locura; no, esa era una batalla que había perdido ya hace mucho. Todavía hay vestigios de voces en su mente, todavía pervive ese instinto de destruir, de acabar con los dragones.

    Pero está mejorando.

    Más de doce meses después de obtener la marca de Fairy Tail, Acnologia todavía se pregunta si todo aquello era real. ¿Estaba todavía en aquel espacio en el universo, perdido y roto en mil pedazos? El frío que le provoca la nieve al caer sobre su cuerpo le recuerda que no, que aquello era tan real como podría ser. Una mirada a la ciudad le demuestra aue hay vida a su alrededor, bulliciosa y en todo su apogeo, no destrucción.

    Desde lo más alto de la torre de la catedral de Kardia, el rey dragón observa a una pequeña niña de cabellos castaños y una larga bufanda roja ondeando tras ella. Sus ojos se entrecierran, enfocando, centrando cuatrocientos años de sentidos agudizados en la joven. Es familiar a aquella que había salvado hace tanto tiempo ya, dolorosamente familiar. La marca del gremio brilla y quema como en respuesta a su agonía, y Acnologia no necesita girarse para saber que ojos como un bosque en llamas lo observan, impasibles.

    La primera maestra de Fairy Tail lo observa en la oscuridad con una leve sonrisa en sus labios. Tras lo sucedido con Zeref, Acnologia era el único capaz de verla, a ella y al mago oscuro. Hoy el hada se encontraba sola, y el rey dragón no quiso darle importancia a este detalle. Era ella la que lo había encontrado perdido en el infinito, la que habia reunido sus pedazos y lo había llevado de vuelta a la realidad, dispuesta a darle una segunda oportunidad.

    Acnologia le debía respeto por aquello. Pocas veces en su larga vida se había encontrado con vidas más brillantes, con mentes más agudas. Ninguna como la suya, si era honesto, y Mavis Mervillion lo sabía. El silencio se prolonga indefinidamente y la gente en las calles comienza a desaparecer. Acnologia se pregunta si hoy volverá a 'casa'.

    —¿Cuál es tu deseo para este año, Acnologia? — La voz de mil soles estalla en la noche, extrañamente calma y suave para el poder abrasador que contiene.

    El rey dragón lo sopesa antes de contestar. Sabía que los humanos mantenían la tradición de desear en esas fechas, desear por algo mejor, fuera lo que fuera. ¿Qué deseaba él?

    My heart is frozen over, and I feel like I am treading on thin ice…

    I'm going under.


    Las voces en su cabeza nunca habían estado más en silencio, y entonces el mundo está ahí. La claridad de lo que sucedía lo sacudió hasta los huesos. El dragón estaba perdido, aún después de haber encontrado un hogar y compañeros que lo habían perdonado por su pasado, aún después de haber dejado atrás todo lo que lo convertía en una bestia, en el Rey Dragón…

    Acnologia simplemente no estaba allí.

    La piedra sobre la que se encontraba sentado comenzó a vibrar violentamente debido a la presión de su inconmensurable poder. ¿Cómo era eso posible?, ¿cómo se había permitido llegar a ese extremo? Él era un hombre sabio, tenía la experiencia de generaciones tras su espalda, y aún así… La soledad pesaba tanto sobre sus hombros que el aire empezaba a faltarle.

    Pronto toda la catedral vibraba, alertando a los pocos transeuntes que aún permanecían en las calles de quién exactamente se encontraba ahí arriba. Dentro de su estupor, Acnología no podía ni percibirlo. ¿Estaba teniendo lo que los humanos calificaban como un ataque de pánico? Su respiración defitivamente estaba acelerada, su mente estaba colpasada y el aire no llegaba a sus pulmones.

    ¿Cómo había podido acabar así?

    …..
    .
    .
    .
    .
    .
    .

    Y entonces, se hizo la luz. No figurativamente, sino de forma literal. Cientos de estrellas brillaban a su alrededor, liberando el calor de mil soles. Su consciencia volvió al instante a su cuerpo, sus sentidos captando una leve respiración tras de sí y un latido algo acelerado por el esfuerzo. La magia ardía a su alrededor, un ancla a la que aferrarse para no perderse a sí mismo de nuevo.

    —Pienso que deberíamos considerar tu deseo cumplido, ¿no crees, Rey Dragón? — La felicidad tras aquellas palabras sorprendieron a Acnologia. Mavis Vermillion posó su mano sobre su hombro durante un instante mientras se desvanecía en magia pura. — Ya no estás solo.

    Y con eso la primera maestra se había ido, dejando tras de sí un espectáculo de luz y poder y a una maga estelar que lo observaba con una sonrisa en el rosto. El olor de Lucy Heartfilia lo golpeó con mucha fuerza, recordándole al pasado, pero más que afectarle, estabilizó su alma de maneras que no creía posibles. Con un movimiento lento y deliberado el dragón giró sobre si mismo, contemplando a Lucy con una expresión en el rostro que la joven no pudo descifrar.

    La intensidad de su mirada la puso nerviosa, pero aquel no era su primer rodeo con el rey dragón. A pasos lentos pero seguros la joven rubia se sentó a su lado, apoyando sus rostro sobre sus rodillas mientras contemplaba el universo brillar a través de su propia magia.

    Tras unos segundos más de escrutino, Acnología habló. Era la primera palabra que le dirigía a la maga celestial desde que había obtenido su marca, y su voz, segura y salvaje, reminiscente del pasado, provocó un escalofrío en Lucy.

    Urano Metria. Es necesario un control absoluto de la técnica para poder utilizarla como otra cosa que un hechizo ofensivo de consecuencias devastadoras…

    Lucy parpadeó. Lo observó anonadada y parpadeó un par de veces más. ¿Cómo…? Una mirada del dragón-hombre le dijo todo lo que necesitaba saber. Negando con la cabeza, la joven volvió a contemplar su hechizo. Por supuesto que un mago de más de cuatrocientos años de vida reconocería un hechizo tan poderoso como aquel. Antes de poder responderle algo coherente, la Heartfilia observó a través del rabillo del ojo como Acnologia elevaba su brazo y, de repente,

    el mundo brilla y explota, arde en mil colores, y por primera vez en su vida, el universo está realmente en sus manos.

    Aquello era mucho más, mucho más que cualquier cosa que hubiera experimentado antes, más que Fairy Law o Fairy Sphere. Hay galaxias enteras en sus ojos, constelaciones bailando entre sus dedos. Lucy Heartfilia se gira hacia su compañero y se da cuenta que Acnologia es el sol. El dragón brilla en el firmamento pero sus ojos no duelen.

    Es lo más hermoso que ha visto nunca.

    La maga celestial graba a fuego aquella escena en su memoria, dispuesta a no olvidarla jamás. Lucy alza su brazo junto al del dragón y Urano Metria se agita furioso, el poder apabullante de un Unison Raid perfecto alimentando un espectáculo de luz y color. Ambos mantienen aquello durante unos segundos, pero Lucy tiene que dejarlo ir eventualmente. Una magia como aquella estaba tomando demasiado de sus reservas.

    Acnologia lo mantiene unos segundos más, para después conformarse con dejar el hechizo oscilar a su alrededor en completo equilibrio, alimentado por su magia.

    —Gracias.

    El rey dragón se gira hacia la maga celestial y el mundo se detiene por un momento. Lucy Heartfilia sostiene el universo en sus pupilas y el sol en su sonrisa. Es lo más hermoso que ha visto nunca.

    Acnologia la contempla en silencio y Lucy redirige su vista hacia su hechizo, que desaparece poco a poco. Con una sonrisa que la joven no llega a ver, el dragón se levanta y se aleja dándole la espalda. No olvidaría aquello, estaba seguro de eso.

    —No, gracias a ti.

    Era la primera vez que agradecía a alguien en cuatrocientos años, y el peso sobre sus hombros pareció por un momento más ligero. Acnologia decidió que eso le gustaba. Mientras se perdía entre los tejados de la silenciosa Magnolia el olor de Lucy aún se aferraba a sus sentidos, recordándole precisamente todo lo que había sucedido aquella noche.

    Cuando el rey dragón se acerca al bosque en dirección a su hogar, no puede evitar darle la razón a Mavis; su deseo sí se había hecho realidad.

    Acnologia no era realmente parte de aquel mundo, pero no necesitaba serlo con gente como Lucy a su lado.
     
    Última edición: 27 Diciembre 2017
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    Continuación al otro One-Shot, que he decidido ya no será un One-Shot. Si todo sale como lo previsto, esta historia? Tendrá 12 caps. Realmente no son caps ni es una historia, sino 12 shots interrelacionados, todos basados en canciones y en deseos "navideños", todos situados en el mismo universo fix-it.

    © Fairy Tail - Hiro Mashima
    © Home - Machine Gun Kelly

    Spoilers.

    Home.

    Dos días después, Acnologia encuentra a Lucy en el gremio, sola. El bullicio usual de Fairy Tail había desaparecido junto con la gran mayoría de miembros, todos encargándose de algún trabajo antes del día de Navidad. El simbolismo humano no dejaba de sorprenderle, como tampoco lo hacía la maga celestial que ahora lo miraba con ojos grandes y una sonrisa algo apagada.

    El dragón la mira desde la distancia, sopesando, examinando. No tarda demasiado en decidir acercarse, y cuando finalmente se sienta frente a Lucy, Mirajane deja una jarra de cerveza frente a él. La rubia le agradece y Acnologia simplemente gruñe como agradecimiento, aún no acostumbrado al contacto humano o las normas de etiqueta.

    Acnologia espera unos segundos de intenso silencio antes de hablar, Mirajane todavía se encontraba cerca.

    —¿Por qué estás aquí? — Pregunta, sin contemplaciones. La maga se ve completamente diferente de la diosa que se había alzado ante él dos noches atrás. Donde antes había luz y un universo entero, ahora solo quedaban cenizas.

    La rubia no lo malinterpreta, no le hace perder el tiempo con preguntas innecesarias o clarificaciones tontas, simplemente lo contempla cansada mientras busca la respuesta adecuada a su pregunta.

    —Estoy en casa. — Dice, tras un largo suspiro, algo de luz retornando a su mirada. — Quería recordar esto. Las últimas navidades fueron… diferentes. Fairy Tail estaba esparcido por todo el continente, y yo estaba…

    No continua la frase. El verdadero significado pesa en el aire, y Acnologia comprende. Durante 400 años había permanecido solo y ahora la joven maga quería recordar que ella ya no estaba sola, no como antes. El dragón no siente la necesidad de responder, Lucy había entendido perfectamente lo que pensaba a través de su mirada.

    Una sonrisa contenta se asienta en los labios de la rubia y Acnologia siente que ha hecho algo bien. Ella había sido una de las primeras personas en perdonarle y en darle un lugar en Fairy Tail. Todavía recordaba muchas de las discusiones que la rubia había tenido con sus amigos. Ellos también lo habían aceptado, pero la sospecha siempre estaba ahí.

    Acnologia estaba demasiado cansado como para siquiera pensar en traición.

    A estas alturas del partido, al igual que Lucy, el rey dragón simplemente quería estar en casa. Después de todo lo sucedido, después de todos los fallos, todo lo que había visto, todo lo que había hecho… no había mucho para él más que un lugar que considerar hogar.

    Lucy, por su parte, con el mundo en sus manos y el universo en sus ojos, sentía el peso del mundo sobre sus hombros, sentía cada decisión, cada consecuencia, como piedras que la arrastraban hasta el fondo, y un hogar era lo único que podía salvarla en aquel momento.

    Ambos habían pasado por mucho, demasiado, para llegar al lugar al que estaban.

    —Para ti también es difícil, ¿verdad?

    Las palabras de Lucy hacen que el dragón levante la vista de su jarra para contemplarla. Sus ojos se entrecierran, sopesando el mensaje oculto.

    After everything I witnessed, after all of these decisions, all these miles, feet, inches… They can't add up to the distance that I have been through, just to get to a place where even if there's no closure, I'm still safe.

    —¿Difícil qué?

    —Seguirle el ritmo al mundo, a todo lo que está sucediendo. Aunque estemos en paz, no puedo evutar sentirme fuera de lugar, y puedo ver eso mismo en ti. En cómo te mueves, en cómo miras a través de cuatrocientos años de soledad y poder y no puedo evitar pensar que has pasado por cuatrocientos años de atrocidades, de dolor, para llegar hasta aquí. A Fairy Tail. — Lucy lo mira con profunda intensidad en su mirada, comprensión y empatía irradiando de cada polo de su ser.

    En vez de sentirse ofendido o iracundo tras la revelación, tras descubrir que la rubia podía leerlo como un libro abierto, Acnologia se sentía… en paz. Aliviado. Como si un peso se le hubiera retirado de los hombros una vez más. Se sentía en casa. El rey dragón la mira con calma y, tras lo que parece una eternidad, responde.

    —Han sido 400 largos años para llegar aquí, hasta llegar aquí.

    Las pupilas de Lucy se dilatan en sorpresa, no creía que el hombre le respondería con tanta honestidad y sentimiento. Sintiéndose particularmente valiente, la maga extiende la mano a través de la mesa con la palma hacia arriba, invitándolo.

    —Bienvenido a casa, Acnologia-san.

    Cuando Acnologia, último dragón sobre la faz de la tierra, toma su mano, el universo se tambalea y arde. El dragon slayer puede sentir la magia vibrando a su alrededor, y entonces comprende. Lucy era la promesa de un futuro, de un hogar. Ambos lo sabían, ambos lo aceptaban con honestidad y empatía. Había algo inherentemente suyo en el otro, algo que los completaba y su magia era la viva representación de este hecho.

    Lucy aprieta la mano del dragón, pensando en cómo había llegado hasta ese momento exacto. Había caminado por el infierno y había vuelto victoriosa, se había abierto paso entre sus propias pesadillas y demonios, lo había perdido todo e incluso a sí misma, pero ahí estaba, en su hogar, en el único lugar que podía considerar con esa denominación, lado a lado junto con alguien que la hacía sentir en casa.

    Ambos magos eran la expresión del otro, sufrimiento y dolor, poder y valentía, deseo y honor. El mundo se había quemado hasta los cimientos múltiples veces, pero ellos habían salido de cada situación y se habían levantado, una y otra vez. Ambos habían convido con la locura y la soledad, habían sido uno con éstas alguna vez; habían sufrido la rabia de sus enemigos, pero con ello solo habían logrado hacerse más fuertes.

    Lucy había mirado al diablo a los ojos y le había sonreido.

    Acnologia era el diablo.

    Y ahora ambos estaban en casa, en Fairy Tail, el lugar que habían estado buscando todas sus vidas, el hogar que habían deseado, finalmente ahí.

    Someone take me home.
     
  3. Threadmarks: Boomerang
     
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    One Shot de acción que ya se venía haciendo necesario. Evidentemente Acno sigue pateando culos y Lucy no se queda atrás.

    © Fairy Tail - Hiro Mashima
    © Boomerang - Smash Into Pieces

    Spoilers.

    Boomerang.

    Ojos azules como un mar tormentoso escrutan la oscuridad en silencio; tienen un brillo ancestral, depredador, y están completamente fijados en su presa de la noche. Qué gran conveniencia que sus sentidos de dragón virtualmente convirtieran para él la noche en día; la falta de luz no le afectaba en absoluto, no como a los páteticos humanos que llevaba siguiendo desde el atardecer.

    Hacer las cosas con cautela y sin llamar la atención no era su fuerte. Él era Acnologia, el dragón oscuro del Apocalipsis, y aún así ahí estaba, siguiendo a un grupo de magos oscuros que aún no habían recibido la nota de que Zeref estaba muerto, y esta vez no iba a volver.

    Ja.

    No ante su llamado, por lo menos. El dragón aún podía sentir la mirada burlona del mago oscuro cuando Mavis Vermillion lo había traído de vuelta al mundo de los vivos. Condenadas hadas.

    Las condiciones eran claras y concisas, aunque ninguno las hubiera plasmado nunca con palabras. Tenía una segunda oportunidad y no pretendía echar por tierra sus intentos de redención por algo tan nimio como un grupo de humanos estúpidos jugando con su paciencia. Su misión era incapacitar a todos los miembros de Ursus Trap, un gremio oscuro que llevaba causando problemas un par de meses, promulgando su adoración a Zeref y utilizando eso como justificación al atacar pequeños pueblos indefensos. Según la información que había conseguido recolectar, su sede se encontraba cerca de Crocus, pero ese no era su objetivo de la noche. Acnologia se encontraba a apenas cuarenta kilómetros de Magnolia, muy cerca de Hargeon, siguiendo a un grupo de magos oscuros cerca de la segunda base del gremio, donde se estaba celebrando en esos momentos una reunión con otros gremios ilegales.

    Acnologia estaba tan cerca que podía oler la 'reunión'. Por el permanente olor a alcohol que arrastraba el viento, dudaba que aquello fuera más que una fiesta. Una mueca de desagrado hizo sus colmillos relucir a la luz de la luna; no sólo tenía que encargarse de un grupo de débiles humanos, sino que además estaban tan borrachos que no necesitaría usar ni un décimo de su poder para eliminarlos a todos del mapa. El rey dragón apretó con fuerza los puños, recordándose a sí mismo que no debía matarlos, sino simplemente incapacitarlos para dejar que el ejército del rey se los llevara. Aquello era una prueba a su paciencia, y Acnologia sabía que era intencionada. El viejo Makarov quería asegurarse de que Mavis no se había equivocado al traerle de vuelta a la vida.

    Acnologia no prometía nada.

    Tras un grupo de árboles en decadencia el rey dragón encontró lo que estaba buscando. Ante él se extendía un claro plagado de personas en diferentes estados de ebriedad. En el centro se alzaba un edificio de tamaño medio, y si sus sentidos no le fallaban (nunca lo hacían) había alrededor de cincuenta personas dentro, sin contar con las casi trescientas que cubrían el claro. ¿Una prueba de paciencia? Acnología sonrió con brutalidad, el viejo le estaba pidiendo a gritos que matase a alguien.

    Acnologia estrategizó sus propios movimientos. El grupo del lago estaba evidentemente borracho e incapacitarlos sólo iba a serle difícil en el aspecto de que no debía asesinarlos brutalmente. Dentro del edificio no podía saber si sus moradores se encontraban en el mismo estado, pero eso no cambiaba nada. No tardó mucho en pensárselo, pues tras un par de segundos de cavilación, simplemente caminó a través del claro sin importarle que lo divisaran. Después de la guerra con Alvarez su apariencia humana se había hecho conocida, y si esos patéticos humanos estaban lo suficientemente cuerdos, escaparían nada mas verlo. Mejor, el miedo le daba un sabor especial a la sangre.

    Con una mueca de disgusto y ojos depredadores brillando con magia contenida, Acnologia se acercó al primer grupo de magos que tenía a su alcance. Éstos aún no se habían percatado de lo sucedido, simplemente bebían sin una preocupación en el mundo alrededor de una hoguera. Cuando el primer mago se percató del monstruo que estaba a su lado, era demasiado tarde. No tuvo ni tiempo de gritar antes de que un simple dedo chocando contra su nuca lo dejara sin conocimiento sobre el suelo. El resto de sus compañeros recibió el mismo tratamiento, y Acnologia no se quedó a comprobar si estaban vivos o no.

    Sus respiraciones (de la mayoría, por lo menos) le decían suficiente.

    El siguiente grupo tuvo la misma suerte, y así transcurrieron algunos minutos sin que sonara ninguna voz de alarma. Más de cien magos habían caído ya, y al ritmo que llevaba, en menos de cinco minutos habría terminado con todos aquellos patanes, incluso con los que se encontraban dentro del edificio.

    No fue hasta casi un minuto después cuando las cosas cambiaron. Sus agudos sentidos captaron la puerta de la casa abriéndose, y algo extraño atravesó el aire. Una magia conocida llegó hasta él en una onda algo apagada. La cabeza de Acnologia se disparó hacia el lugar, sus ojos clavados en la puerta del edificio brillando como dos zafiros en llamas. Aquella no era una magia cualquiera.

    Lucy.

    Un segundo después, alguien murió bajo sus manos. Acnologia soltó el cadaver cuyo cráneo estaba aplastando sin interés alguno, y después atravesó el claro a una velocidad que ningún humano podría seguir. La joven maga que estaba saliendo del lugar nada tenía que ver con Lucy, y su muerte fue rápida y silenciosa. Había cierta urgencia en el llamado de aquella magia, y Acnologia no iba a arriesgarse.

    I've been fighting my demons, and I'm back up on my feet (and now…)

    Una vez dentro del lugar sus sentidos se inundaron de olores y sonidos nuevos. El alcohol era casi imperceptible allí, dicíendole al dragon slayer que los magos dentro del edificio estaban sobrios. Un temblor de ira sacudió sus manos y una grotesca mueca apareció en sus labios. No podía oler a Lucy, pero podía sentirla allí.

    Siguiendo a sus instintos Acnologia atravesó habitación por habitación, destruyendo todo a su paso. Gritos cubrieron inmediatamente la noche, empezando por gritos de guerra, convirtiéndose rápidamente en aullidos de horror puro.

    Un mago especialmente poderoso le cerró el paso. Si tuviera que decirlo, aquel hombre estaba al nivel de Titania, o tal vez de Fernandes.

    No le importaba.

    Su cabeza desapareció en una ráfaga de energía antes de que pudiera parpadear, su cuerpo resonando hueco contra el suelo. A medida que se acercaba más a la zona donde podía sentir la magia de Lucy, pura, sin adulterar, más rabia lo poseía y escapaba a su control. Ya se encontraba manchado de cabeza a los pies de sangre, algunas vísceras colgando de su largo pelo, pero no le importaba. Lucy estaba detrás de la puerta al final del pasillo y a Acnologia le daba igual tener que matar a los cinco magos que le cerraban el paso o a diez mil. Todos morirían.

    Cuando finalmente llegó a la puerta, la magia prácticamente le asfixiaba, ¿qué demonios le estaban haciendo a Lucy?

    Acnologia extendió la mano y la puerta voló de sus goznes.

    -----

    Lucy atravesó el umbral de una sala vacía sin estar muy segura de qué giro tomar ahora. Había pasado ya dos puertas que no llevaban a ninguna parte, y el lugar era tan inmenso que no pudo evitar perderse. Las jóvenes a las que estaba buscando no eran magas, y Lucy no podía detectarlas. Tenía que salir de allí cuanto antes, pues no quería ser detectada. Ursus Trap tenía fama de darle buen uso a mujeres como ella, y la maga celestial no tenía interés en acabar así.

    Esa era una de las razones por las que había acabado en la sede del gremio oscuro, cerca de Crocus, sola y sin ninguna esperanza de refuerzos a la vista. La rubia apretó los puños, frustrada. Ya se ocuparía del Equipo Natsu después, ellos podían valerse por sí mismos; primero tenía que encontrar a las jóvenes de las que Ursus Trap llevaba abusando meses, tal vez más. Un escalofrío de horror le recorrió la espalda, tenía que sacar a esas mujeres de allí.

    Pasos la alertaron de que alguien se acercaba a su posición y rápido. Contenta de haber ocultado su magia antes de infiltrarse en el lugar, Lucy atravesó otra puerta y esperó tras un giro abrupto en un pasillo, Fleuve d'étoiles en mano. Los pasos eran pesados y denotaban un hombre fuerte, probablemente de unos ochenta kilos. La rubia frunció el ceño, percibiendo la fuerte magia que provenía del hombre. Una mueca determinada se formó en su rostro, iba a ganar esa batalla.

    No, ni siquiera sería una batalla.

    Now I feel like an army (and now…), and I've only just began.

    Cuando el hombre giró a la derecha en el pasillo, se encontró cara a cara con un inmenso látigo del color del sol estrellándose contra su cuerpo. Antes de que pudiera reaccionar, el látigo ya se había enrollado sobre su brazo izquierdo, destruyéndoselo en el acto. Lucy sonrió salvajemente, utilizando la inercia para lanzarlo contra la pared, rompiéndole el otro brazo y probablemente una pierna.

    La maga celestial no le permitió al hombre levantarse. Lucy enroscó el Fleuve d'étoiles de Virgo en el torso del mago, contenta de haberle pedido aquella mejora a su espíritu, por muy poco ocurrente que fuera (al fin y al cabo, la propia Virgo había utilizado ese mismo látigo contra ella en su inintencionada rebelión). Los huesos del mago crujieron terriblemente bajo el peso de las estrellas, y Lucy se sintió satisfecha.

    —¿Dónde están? — Preguntó con voz autoritaria, poder contenido vibrando en su voz.

    El hombre contestó con un gruñido de dolor, luchando por permanecer consciente. La rubia aplicó un poco más de presión al látigo, que dejó de constreñirle el pecho para pasar a deslizarse por el resto de su cuerpo.

    —No voy a repetirme. — Amenazó una última vez, sus ojos brillando con la luz del universo.

    El mago abrió los ojos ligeramente, apuntando con la barbilla en dirección al final del pasillo. Contenta, Lucy retiró su látigo. El hombre se retorció en el suelo antes de que una patada en la mandíbula lo dejara sin conocimiento.

    Lucy voló a través del pasillo. Con todo el alboroto que había causado no podía permitirse perder ni un segundo más. Sabía que tendría que salir de allí luchando, pero en aquel momento sólo le preocupaban las mujeres secuestradas.

    La puerta que el hombre le había indicado estaba cerrada a cal y canto, pero Lucy no tuvo problema en reventarla con su látigo. Una vez dentro, se encontró con un puñado de mujeres esparcidas por la habitación y un extraño olor en el ambiente. Leo se materializó a su lado, su rostro portando una mueca de completa ira y disgusto total.

    —Están drogadas, princesa. Sacarlas de aquí va a ser imposible en este estado. — Leo caminó por la habitación y se arrodilló frente a una de las mujeres, tocando con cuidado su frente. — Tienen fiebre.

    —Mierda… — La rubia se permitió una mala palabra, algo muy raro en ella, pero la situación lo ameritaba. — Vamos a tener que proteger este lugar hasta que Natsu y los demás consigan escapar de la prisión de ese mago.

    —Eso me temo, princesa. Prepárese, porque no estamos solos. — El león preparó su Regulus, la ira haciéndolo brillar con más fuerza.

    —¡Puerta del arquero, yo te abro! ¡Sagitario! — Con la mano en alza y tres llaves entre los dedos, la rubia comenzó la batalla. — ¡Puerta del escorpión, yo te abro! ¡Scorpio!

    Con tres espíritus convocados, solo le quedaba hacer una cosa.

    —¡Puerta del toro dorado, yo te abro! ¡Taurus! — Llevando la llave a su pecho, la rubia se equipó con el Star Dress del espíritu que más fuerza física poseía. Con aquello debería ser capaz de resistir.

    Gritos y pasos se hicieron audibles momentos después. Pareciera que la mayoría de los magos presentes en el lugar se estaban dirigiendo hacia ella, lo cual no era algo bueno, pues sabía que superaban los cien integrantes.

    Látigo celestial en mano, Lucy esperó.

    Cuando el primer mago oscuro atravesó la puerta, la magia del universo estalló en Ursus Trap.

    ----

    Acnologia contuvo la respiración, todavía sin comprender exactamente lo que estaba viendo. Ante el, una veintena de magos muertos, su sangre pintando las paredes, y en el centro del lugar, un altar que contenía algo que ya había visto antes, que ya había sentido antes.

    Una de las 12 llaves doradas del zodíaco. La llave que Lucy había tenido que romper hace más de dos años para salvar a sus amigos de Alegria, convocando al Rey Celestial para que éste luchara contra el rey del Tártaro, Mard Geer.

    Aquarios.

    La llave que Lucy llevaba buscando incansablemente desde hacía más de un año, desde el instante en que había descubierto que todavía estaba ahí, perdida en algún lugar del mundo.

    Y estaba en una sede de Ursus Trap, a apenas cuarenta kilómetros de su apartamento. Su estado, sin embargo…

    Los bastardos estaban intentando romperla. La llave estaba en un atril, sujetada por dos pinzas hidráulicas que tiraban y retorcían la llave, intentando sin éxito romperla. Probablemente habían escuchado sobre la proeza de Lucy al convocar Rey Celestial y cómo lo había logrado.

    Acnologia sintió su sangre hervir. Con parsimonia que no demostraba cómo el dragón luchaba por salir, caminó hasta la llave, la tomó entre sus manos y con cuidado la guardó en uno de sus bolsillos. Después, con la misma lentitud, contempló sus alrededores. Contó los latidos de las personas todavía vivas en la zona. Esperó.

    Un segundo más tarde, el dragón oscuro del Apocalipsis estalló en toda su envergadura, metro tras metro de gigantesco mostruo destructor, haciendo pedazos el edificio. Elevándose en el cielo, Acnologia escuchó los gritos de horror de los magos que trataban de escapar del lugar.

    El dragón no esperó.

    El mundo ardió en energía pura, magia sina adulterar ni un ápice.

    Cuando Acnologia caminó fuera del cráter que había quedado del claro, lo hizo sin preocupación alguna. Si el Consejo quería perseguirlo, que lo hicera. Acnologia los mataría a todos si se interponían en su camino a Lucy Heartfilia.

    ----

    Lucy respiró cansada, sangre escurriéndose entre sus ojos. Una mueca de disgusto estaba plasmada en su rostro, y a su alrededor los cuerpos empezaban a apilarse. Llevaba casi veinte minutos protegiendo aquella habitación y empezaba a quedarse sin opciones. Todavía quedaban muchos magos por vencer y al ritmo que iba se quedaría sin reservas demasiado pronto; no podía permitirse luchar sin magia.

    Con decisión y un plan en mente, la rubia sonrió, si es que a aquello se le podía llamar sonrisa. Una mueca salvaje que mostraba demasiados dientes adornaba sus labios, algo que había visto en sus compañeros dragones infinidad de veces. La batalla sólo iba a ponerse más interesante. Todas las puertas se cerraron al momento, incluso la de Taurus, dejándola en su indumentaria anterior, sin un rasguño.

    Los magos oscuros la observaron consternados, pero no dudaron en lanzarse a la batalla para aprovechar su momento de debilidad. De un latizago cuerpos volaron por todas partes, cortándoles el paso. Lucy elevó su mano libre al aire, una llave dorada reluciendo a la luz de la luna.

    —¡Puerta de los gemelos, yo te abro! ¡Gemini!

    Los dos pequeños espíritus aparecieron a su lado, y con una sola mirada de la rubia comprendieron que debían transformarse en su versión de Lucy Hertfilia. La propia maga seguía utilizando su látigo para mantener a raya a sus atacantes y, en el instante en que su espíritu estuvo preparado, las tornas cambiaron completamente.

    Original y copia se tomaron de la mano y comenzaron a recitar.

    Encuesta los cielos, y ábrelos...
    Entre todas las estrellas de los cielos,
    Hazte conocer a mí
    Oh, Tetrabiblos...
    Yo soy quien tiene el dominio de las estrellas...
    Publica tu aspecto, una puerta malévola
    Oh, ochenta y ocho signos...


    Los ojos de Lucy se abrieron, el universo ardiendo en ellos.

    —¡Brillen!

    Después de tantos años, Lucy había podido practicar, mejorar. Había entrenado, había acuñado su magia. Esta vez, el hechizo no se concentró en un único objetivo, ni dejó únicamente sus ropas hechas trizas.

    Esta vez, Urano Metria destruyó completamente el edificio.

    Cuando el Equipo Natsu regresó al lugar, después de haber estado encerrados en la prisión mágica de un hechizero bastante poderoso, se encontraron con una guerra.

    Bueno, lo que quedaba de ella.

    Lucy los saludó desde el cuarto piso, casi lo único que quedaba del edificio, sostenido precariamente sobre escombros. Había mujeres sentadas a su alrededor, muchas de ellas con los ojos vidriosos, pero algunas ya comenzaban a reaccionar.

    Wendy corrió a ayudarlas mientras que el resto del equipo solo pudo sonreir ante el poder de su amiga.

    Había pasado mucho tiempo, pero finalmente Lucy ya podía ser considerada como uno de los monstruos del equipo.

    ---

    El viaje a Magnolia le tomó a Acnologia muy poco en su forma dragón. Antes de llegar a la ciudad decide volver a su forma humana, ya que Makarov le había pedido expresamente que no destruyera Magnolia al aterrizar (ya había sucedido).

    El gremio estaba algo vacío, y Acnologia se percata de que el Equipo Natsu no se encuentra en el lugar. Apenas estaba amaneciendo, pero Mirajane ya estaba encargándose de la barra.

    —Mirajane, ¿dónde está el equipo de ineptos?

    La maga se sorprende ante la presencia del dragón, hasta hace tan solo un segundo se encontraba en la puerta y ya estaba delante de ella, exigíendole cosas. Era demasiado temprano para lidiar con un dragon slayer, y más aún para lidiar con Acnologia. Con un suspiro exasperado, la mujer le pasa una jarra con agua. Lo había escuchado llegar volando y el hombre usualmente estaba sediento tras viajar en esa forma.

    —Hace dos días se marcharon a Crocus para encargarse de un gremio oscuro, Ursus Trap, me parece. Deberían estar de vuelta hoy por la noche, como tarde. — Tras esto la maga le sonríe, ocultándole las pocas ganas que tiene de tratar con él a esas horas.

    Acnologia le sonríe de vuelta, conocedor. Maldito dragón. Él y Cobra disfrutaban haciéndole perder la paciencia. Con un tick en el ojo, Mirajane se aleja, sin importarle la respuesta del dragón.

    Acnologia se relaja en su silla, divertido ante la reacción de la poderosa maga. Tenía una tremenda intolerancia a tratar con dragon slayers por las mañanas, probablemente culpa de la cría de Igneel, supuso. Todo era culpa de ese inepto últimamente.

    Todavia faltaban muchas horas hasta que Lucy apareciera, así que Acnologia toma su vaso de agua y se dirige a los sofás del segundo piso, dispuesto a dormir sin tener que aguantar los gritos de Fullbuster y el pequeño y molesto dragón de fuego.

    ----

    Acnologia se despierta con el sonido de las estrellas al colisionar, o eso es lo que le parece en un principio. Una risa celestial asciende hasta el segundo piso, un sonido que había escuchado muchas veces, pero nunca tan puro y sincero, tan feliz.

    Lucy.

    El resto de sonidos se difuminan en la nada, y Acnologia se levanta como en un trance, la llave dorada reluciendo furiosamente en su puño cerrado. Con lentitud baja las escaleras, encontrándose con una imagen increíble. Lucy Heartifilia, rodeada de sus amigos, brillando como una estrella en la oscuridad. Está cubierta de vendas y moretones, pero una sonrisa gigantesca ocupa sus labios y sus ojos arden como dos piedras preciosas.

    Esos mismos ojos se chocan con los suyos, para después dilatarse ligeramente en sorpresa. La sonrisa de Lucy se hace incluso más grande, si aquello era posible, y Acnologia no puede evitar corresponder. Solo unos pasos la separan de ella, y antes de que la rubia pueda hablar, Acnologia mueve su brazo. Luz escapa de su puño cerrado y, de repente, el mundo es silencio.

    Nadie habla, todas las miradas concentradas en Lucy y en cómo ésta acababa de percibir lo que todos los demás. Sus ojos están abiertos a más no poder y, cuando la mano de Acnologia se abre y la llave de Aquarios brilla como una estrella en el universo, el mundo se para.

    Para Lucy, todo se ralentiza. Ahí, reposando en la palma de Acnologia, está Aquarios, la llave que había estado buscando durante tanto tiempo. Su mejor amiga. La amiga que había tenido que sacrificar en una guerra que lo había tomado todo de ella.

    De repente, el mundo estalla. Lucy está corriendo y la llave está en sus manos, lágrimas corren libres y furiosas por su rostro mientras contempla el invaluable objeto en sus manos. Con una sonrisa incrédula y sin saber muy bien cómo, Lucy se lanza sobre Acnologia, abrazándolo con todas sus fuerzas. El dragón está paralizado, pero su único brazo acaba descansando sobre la espalda de la rubia, consolándola mientras ésta llora de auténtica felicidad.

    Horas después, Aquarios había sido convocada, y la reunión, como todos esperaban, había sido preciosa y feliz, muchos miembros emocionados hasta el punto de las lágrimas. Lucy había mantenido la puerta de Aquarios abierta durante horas, y cuando finalmente se cansa demasiado como para seguir manteníendola abierta (y para seguir aguantando los intentos de ahogarla de su espíritu) Aquarios desaparece en un rayo de luz, una tierna sonrisa en sus labios dirigida a Lucy; sus ojos, lo último en desaparecer, lo hacen clavados en el rey dragón.

    Acnologia se retira antes de que Lucy pueda arrastrarlo a un abrazo otra vez. Llevaba toda la noche soportando contacto humano y ya había superado su cuota del día, no, del mes. Con una sensación extraña en su pecho y la sonrisa fulgurante de la rubia en su memoria, el dragón desaparece en el bosque.

    El deseo más importante de Lucy, su grito desesperado en la oscuridad… Acnologia lo había escuchado alto y claro. Cuando la nieve cae sobre su pecho desnudo, el dragón sabe que, por primer vez en su existencia, ha ayudado verdaderamente a alguien. Sin percatarse, aquello era algo que había querido hacer durante mucho, mucho tiempo.

    Los deseos de ambos magos habían sido cumplidos, y Acnologia empezaba a acostumbrarse a sentirse bien por haber sido el responsable.
     
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