Explícito Do you feel my heat on your skin? [Gakkou Roleplay | Katrina x Alisha | One-shot]

Título: Do you feel my heat on your skin?
Fandom: Gakkou Roleplay.
Personajes: Alisha Welsh, Katrina Akaisa.
Palabras: 2274
Summary: "Había algo especialmente atractivo en colarse en la Academia en plena noche, cuando no había alumnos ni profesores que impidiesen usar el espacio como a uno le apetecía."
N/A: no tengo mucho que decir de esto salvo que wow, estoy en racha huh (?? y que me ha salido cortito jo, pero es la primera vez que escribo de ellas dos así que akdsna me tengo que acostumbrar (?) | Contenido explícito, escenas de sexo entre dos chicas kinda kinky la cosa si se me permite | Hitori feliz hanukah, navidad, año nuevo y reyes (????

And my heart just raced so much faster
I drowned myself in your holy water
And both my eyes just got so much brighter
And I saw God
Oh, yeah so much closer​

Había algo especialmente atractivo en colarse en la Academia en plena noche, cuando no había alumnos ni profesores que impidiesen usar el espacio como a uno le apetecía.

Las dos figuras femeninas que se estaban acercando al portón de entrada en plena madrugada parecían ser el claro ejemplo para confirmar aquella idea.

—Oh, wow, tu casa sí que es grande, gringa.

Alisha soltó una risa nasal en cuanto escuchó el comentario de Katrina, encogiéndose de hombros, y se giró sobre sus talones en cuanto finalmente alcanzaron su objetivo, parándose en seco para mirarla.

—¿Qué puedo decir? Me gusta vivir bien~

La respuesta salió con cierta cuota de seriedad pero poco tardó en dejar escapar otra risa divertida y su expresión fue sustituida por una simple sonrisa suave que Katrina reflejó poco después.

Llevaban bastante alcohol encima, la verdad sea dicha.

Sea como fuere, la rubia acabó por abrir su bolso y, tras rebuscar un rato, sacó sus llaves con una expresión triunfante. Separó una sola llave del resto y se la mostró a su compañera antes de introducirla en la cerradura del portón.

—¿Llevas esa copia siempre contigo?

Alisha giró la cabeza al escucharla, justo en el mismo instante en el que la puerta hizo un chasquido y se abrió.

—¿La de la Academia? —preguntó, empujando la puerta, y recibió un asentimiento de cabeza por parte de la otra mientras la dejaba pasar primero—. Oh, no. En realidad iba a guardármela en el sujetador pero resulta que no llevo así que antes de salir se me ocurrió meterla junto al resto… es una buena idea, ¿verdad?

Welsh entró justo después de Katrina y la vio encogerse de hombros, con cierta indiferencia, lo que le provocó una mueca de molestia infantil. Eh~ esperaba un poco más de entusiasmo por la información de no llevar sujetador, aunque…

La chica bajó la vista hacia su propio escote y acabó por desistir de su enfado. Seguramente Katrina se había dado cuenta ella sola de aquel detalle, no es que llevase un conjunto que lo escondiese especialmente bien.

Entraron al fin al edificio, pero lo cierto es que una vez alcanzado el pasillo del piso bajo, ninguna de las dos supo muy bien hacia dónde dirigir el paso y acabaron por cruzar las miradas, los colores dispares de Katrina demandantes y el océano de Alisha pensativo.

Después de tener que robar la llave de la Academia una segunda vez, al final tuvieron la brillante idea de hacerse una copia cada una para futuras necesidades, y aunque nunca se aclaró si tenía que ser solo para los planes de Cerbero al completo… bueno, a Joey no le haría ningún mal mientras no supiese de la traición de las chicas, ¿verdad?

>>Ah, ya sé. Follow me~

No es que la Academia no tuviese sitios para ellas; todo lo contrario, las opciones eran bastante elevadas y variadas. La gracia, por supuesto, residía en no ir a lo ordinario como podía ser el armario de enseres, la enfermería o los baños. No cuando tenían mejores lugares a su completa disposición como la biblioteca, la oficina de la directora o…

—El club de cocina, ¿eh?

Katrina observó la sala desde el marco de la puerta, cruzándose de brazos, y Alisha dio una vuelta sobre sí misma, divertida, una vez ya en el interior.

—Hey, tú también lo sabes, ¿no? El pequeño secreto de Emi-chan.

Akaisa entró también al espacio, cerrando la puerta tras de sí aunque no había mucho motivo para hacerlo, y rodeó a la rubia para dirigirse hacia uno de las estanterías.

—¿Qué ella y Kurobaka siempre se quedan a limpiar después del club y que, para hacer la tarea más divertida, han escondido una botella de vodka por aquí? Claro, linda, and I take credit for that idea.

Alisha siguió los pasos de Katrina con la vista, una sonrisa ligera decorando sus labios cuando recibió el guiño de ojo por su parte, y observó cómo conseguía sacar la botella de su escondite entre los demás ingredientes o utensilios de cocina.

—Ah, Kitty Kat, realmente eres una mala influencia para Emi-chan~

—Bueno, ella solita se metió en la boca del lobo, estas son las consecuencias.

—Uh, so rude. I like that~

No esperó una reacción por parte de Katrina, sin embargo; tras decir aquello simplemente se giró y rebuscó entre los cajones hasta dar con un par de vasos, llevándolos hasta la mesa donde la otra estaba ya sentada. Katrina sirvió la bebida y cada una se hizo con una copa.

>>Por nosotras. And, hey, you are surprisingly fun to go out with, Kat.

Katrina levantó las cejas, algo sorprendida, pero al final simplemente soltó el aire en una risa y respondió al brindis improvisado de la rubia.

—I must say… same.

—Aw.

Un escalofrío les recorrió a ambas una vez bajado el trago pero eso no fue impedimento para que el líquido volviese a caer dentro de los cristales segundos después. Tras bajarse la segunda ronda, Alisha comenzó a caminar por la sala hasta acercarse al frigorífico y lo abrió para mirar en su interior, curiosa.

Había algunas cosas dentro, sobre todo refrescos y cosas para cocinar que requerían estar en frío pero, para decepción de la rubia, nada que pudiese comer en ese mismo instante. En un impulso repentino decidió abrir el congelador y se sonrió triunfante al ver que la cubitera estaba llena de hielo.

Cuando cerró la puerta y se giró hacia Katrina de nuevo, había un brillo de genuina diversión en sus ojos mientras movía un cubito dentro de su boca, haciendo que sus mejillas se fuesen inflando cada vez por el mismo.

Katrina la observó con una nueva sonrisa sugerente, cruzándose de piernas, y aquel simple movimiento pareció ser que más que suficiente para atraer a Alisha hasta su posición. Su sonrisa se ensanchó al darse cuenta y prácticamente ronroneó cuando enredó sus dedos entre los mechones dorados.

El cuerpo de Alisha se tensó ligeramente, presa de la expectación, y por supuesto aquello tampoco le pasó desapercibido a Akaisa. No apartó en ningún momento su felina mirada del azulado contrario, arrastró los dedos con lentitud por la melena hasta llegar al final, con el único objetivo de aumentar más la necesidad, y finalmente enterró la mano en la nuca contraria, atrayéndola hasta hacer chocar sus labios.

Se amoldaron con rapidez al beso; pese a no llevar tanto tiempo liadas, lo cierto es que no necesitaron de mucho para conocer y acostumbrarse al ritmo de la otra. Al fin y al cabo, sus dinámicas no eran tan distintas y se complementaban bastante bien.

Katrina coló la lengua en la boca de Alisha casi al instante y no tardó en dar con el frío tacto del cubito de hielo, aun sin haberse derretido demasiado. El agarre de su nuca se afianzó y la rubia comprendió el mensaje, dejando vía libre para que el cubito pasase a los labios contrarios.

En cuanto Katrina tuvo posesión del hielo, se separó finalmente de los labios de la rubia, pero no irguió su rostro. Con el cubito entre los dientes, sus dedos se enredaron más en el cuero cabelludo de la chica y tiró de él para dejar al descubierto su cuello por completo, dejando posteriormente un camino de frías gotas desde su barbilla hasta el pronunciado escote de su camiseta.

La sala se llenó de suspiros ahogados y Katrina se sonrió con una extraña satisfacción, aún más placentera al notar como la piel de la otra se erizaba ante el frío tacto. La tontería hizo que el hielo acabase consumido, pero Akaisa no pensaba desaprovechar ni siquiera aquel pequeño trozo que le quedaba.

Levantó la vista desde su posición, comprobando que Alisha seguía sin dirigirle la mirada, y su boca se abrió, dejando caer el hielo por el canalillo. Liberó en ese instante también el agarre de su pelo y, casi como si hubiese sido por rebote, Alisha dejó caer la cabeza hacia que su frente se apoyó sobre el hombro de Katrina. Un escalofrío le recorrió la espalda y de sus labios escapó un suspiro pesado acompañado de un gemido quejumbroso.

—Mierda, Kat, lo que llevo es un body…

Prácticamente jadeó al hablar y el aliento húmedo chocó contra la blanquecina piel de la nombrada, que por su parte lo único que hizo fue recuperar la sonrisa felina. No dijo nada en respuesta, descruzó las piernas y las levantó hasta rodear la cintura de Alisha, arrastrándola con ella al echarse hacia atrás sobre la mesa.

Welsh tuvo que mover las caderas algo incómoda, aunque tampoco pretendía zafarse del agarre, y el azul ya opacado que recibió Katrina fue señal más que suficiente para saber que sus intenciones eran totalmente opuestas a intentar liberarse. Se inclinó sobre los labios de la morena una vez más tras incorporarse y en aquella ocasión tuvieron oportunidad de disfrutar del beso con mayor libertad.

Katrina acabó por aflojar el agarre de sus piernas en algún momento, pues ya no había manera alguna de que la rubia quisiese escapar, y esta última aprovechó para quitarse los zapatos como pudo y subir una rodilla que presionó contra la entrepierna contraria. Un suspiro murió en sus labios como respuesta, y aunque no se separaron en ningún momento del beso, prácticamente se pudo intuir la sonrisa y el ronroneo de Alisha al notar las caderas de la otra moviéndose en busca de más fricción.

Se distanciaron finalmente en busca de aire y sus miradas chispeantes chocaron de nuevo. No hicieron falta palabras, la tenue luz de la luna colándose por la ventana dejó ver lo dilatadas que ambas tenían las pupilas y las demandas implícitas en cada par de ojos.

Alisha tuvo que echarse hacia atrás y volver a bajar la pierna cuando Katrina se incorporó… y sus manos comenzaron a moverse con una velocidad impresionante. Se deshizo del top de Kat y desabrochó sus pantalones, logrando quitarle también las medias de rejilla con una facilidad que no dejaba de sorprender a la morena.

Puede que Ali casi nunca llevase ese tipo de prendas pero tenía algo de experiencia con medias ajenas a sí misma.

Sea como fuere, una vez Katrina se deshizo de sus tacones y las prendas inferiores cayeron al suelo, la misma llevó sus manos a la cintura ajena y en un movimiento rápido y algo brusco, logró intercambiar las posiciones. A decir verdad, Alisha tampoco había opuesto ninguna resistencia al asunto.

Akaisa clavó las rodillas a cada lado de las caderas de la rubia y la observó desde arriba; la cascada dorada desparramada por la mesa, su pecho subiendo y bajando de forma descompasada y aquel constante brillo de pura perversión en sus ojos.

—Joder, gringa —comenzó a decir, con voz ronca, mientras sus dedos hábiles se deshacían de la correa y comenzaban a desabrochar el pantalón—. Estás tan caliente que otro cubito de hielo ni siquiera duraría dos segundos encima de ti.

La nombrada soltó una risilla floja, pero Katrina presentía que su cabeza estaba tan nublada en ese momento que habría respondido igual hubiese dicho lo que le hubiese dicho.

Necesitó algo de energía extra para deshacerse de los pantalones de la chica, los jodidos estaban pegados a la piel como pocos, pero después solo necesitó colar dos dedos en los tirantes del body de encaje que llevaba para bajar la prenda y dejar al descubierto el cuerpo completamente desnudo de la chica.

No hubo preliminares ni preparación, Katrina se quitó sus bragas y enredó las piernas con las contrarias hasta hacer que las intimidades de ambas se uniesen. Un chispazo le recorrió la columna a cada una cuando los clítoris se encontraron y no tardaron en comenzar a mover las caderas, en un movimiento acompasado y poco a poco más frenético.

Alisha tuvo que incorporarse sobre sus codos para facilitar el trabajo y en pocos segundos la sala del club se llenó del sonido de gemidos agudos y alguna que otra palabra en inglés, completamente inconexas, por parte de Welsh.

Ninguna sabría decir cuánto tiempo pasaron así, ambas habían perdido la cabeza desde bastante antes, pero cuanto el orgasmo las alcanzó prácticamente al mismo tiempo podrían asegurar que habían disfrutado cada maldito segundo.

El cuerpo de Katrina se deshizo en un suspiro profundo mientras Alisha se dejaba caer de nuevo sobre la superficie de la mesa, con la respiración entrecortada.

—Fuck —murmuró, llevándose las manos al rostro, repentinamente cansada.

—That we did.

La voz ronca de Kat diciendo aquello le sacó una risa floja, en aquella ocasión genuina al haberle prestado atención y volvió a incorporarse cuando sintió el peso del cuerpo contrario desapareciendo. Se quedó sentada en el borde de la mesa, balanceando ligeramente los pies, mientras observaba a Katrina recogiendo su ropa para colocársela.

>>¿Vamos a dejarle un mensaje a Wickham en su club?

La repentina propuesta le sacó una sonrisa emocionada a Alisha, que sintió como todo el cansancio se desvanecía de su cuerpo a los instantes. Bajó de un salto y se hizo también con su ropa, poniéndosela con una velocidad sorprendente.

—¡Vamos, vamos! —exclamó con emoción una vez vestida—. Ya verás su cara el lunes cuando lo vea. Se va a morir de envidia~

Katrina aprovechó el tiempo de la rubia vistiéndose para limpiar la mesa como pudo y devolver la botella de vodka a su sitio, parándose incluso para limpiar los vasos antes de irse.

Alisha, en realidad, esperó pacientemente hasta que terminó y pudieron finalmente dirigirse a su nuevo objetivo.

Y es que quizás, y solo quizás, podrían seguir pasándoselo bien en el club de fotografía también antes de dejar el mensaje.